136
Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas ,QWHUYHQFLyQ)DPLOLDUHQ)DPLOLDVFRQXQ 0LHPEURFRQ3UREOHPDVGH’URJDV &21$&( 3V0DUFR%DUULHQWRV6HJXUD

Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas �����������

,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU�HQ�)DPLOLDV�FRQ�XQ�0LHPEUR�FRQ�3UREOHPDV�GH�'URJDV�

����������

&21$&(�3V��0DUFR�%DUULHQWRV�6HJXUD�

���

Page 2: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��,QGLFH�

&RQWHQLGR� 3DJ��I nt roducción. �

��PRIMERA PARTE.

Fam ilias con un m iem bro con Problem as de Drogas: Elem entos para la com prensión.

��

Capítulo 1.

Definiciones acerca de la fam ilia y su desarrollo.

��

Capítulo 2.

Las Bases Teóricas de la I ntervención Fam iliar.

���

Capítulo 3.

Descripciones y Explicaciones sobre Fam ilias con un m iem bro dependiente de

sustancias.

���

Capítulo 4.

Eficacia de la Terapia Familiar en el Tratamiento de Dependientes a Sustancias.

���

SEGUNDA PARTE.

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas.

���

Capítulo 5.

Elem entos prelim inares: el am biente, los terapeutas, las form as de aproxim ación y los

objet ivos terapéut icos.

���

Capítulo 6.

Mecánica Terapéut ica de la I ntervención Fam iliar. La Prim era Consulta

���

Capítulo 7.

Mecánica Terapéut ica de la I ntervención Fam iliar. Cont inuidad de la Atención.

���

Capítulo 8.

Mecánica Terapéut ica de la I ntervención Fam iliar. El m anejo de Aspectos Específicos.

���

Capítulo 9.

Rendim ientos, Niveles de Resolut ividad y Alternat ivas Terapéut icas.

����

Capítulo 10.

Caso Clínico. La Bella Durm iente

����

Recursos de Form ación e I nform ación

����Referencias. ����

Page 3: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��,QWURGXFFLyQ��

El presente t rabajo representa un esfuerzo por desarrollar las bases teóricas y

práct icas de la I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro que presenta

problem as de drogas.

La part icipación de la fam ilia en la m antención de estos com portam ientos está

am pliam ente dem ost rada en una contundente evidencia cient ífica que se ext iende

desde m ediados de los años 60 hasta nuest ros días. De esta m anera, cualquier

program a terapéut ico desarrollado en la actualidad reconoce la necesidad de t rabajar

con fam ilias com o una form a de proveer servicios que aseguren un m ejor nivel de

recuperación de sus usuarios.

Existe sin em bargo una brecha ent re esa clara conciencia y la posibilidad de contar

realm ente con ese t ipo de prestaciones en los program as terapéut icos. Este t rabajo

pretende ser una aporte a la dism inución de esa brecha al presentar un com pleto

estado del arte en relación a la m ateria, para luego dar paso a orientaciones práct icas

para su aplicación con fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas.

Se ha hecho hincapié en la búsqueda de una redacción clara que perm ita a los

profesionales y técnicos que t rabajan en program as de t ratam iento, tener acceso a un

grupo de conceptos que m uchas veces es visto com o com plejo.

Siem pre que ha sido pert inente adem ás se han ejem plificado los conceptos con casos

clínicos.

Se espera, de esta m anera que el presente t rabajo se const ituya en un aporte al

desarrollo de estas intervenciones fam iliares en program as de t ratam iento para

personas con problem as de drogas.

������

Page 4: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ������������������

35,0(5$�3$57(���)DPLOLDV�FRQ�XQ�PLHPEUR�FRQ�3UREOHPDV�GH�'URJDV��(OHPHQWRV�SDUD�OD�FRPSUHQVLyQ��

Page 5: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��&DStWXOR����

'HILQLFLRQHV�DFHUFD�GH�OD�IDPLOLD�\�VX�GHVDUUROOR��

Todo profesional o técnico que interviene con fam ilias en el contexto de un program a

de t ratam iento por problem as de drogas debe conocer las nociones básicas que

sustentan las intervenciones de este t ipo. Los elem entos analizados en este apartado

perm it irán tener una visión clara respecto de qué entendem os por fam ilia y cuales son

sus principales característ icas, form as de organización y funciones.

La int roducción al análisis de estos elem entos com ienza con la respuesta a la siguiente

pregunta: ¿Qué entendem os por Fam ilia?

/DV�FRQFHSFLRQHV�DFHUFD�GH�OD�IDPLOLD��

Si bien el análisis del concepto de fam ilia puede ser abordado a part ir de diversas

disciplinas tales com o la sociología, la psicología, le econom ía, el derecho o la

ant ropología, surgiendo desde ahí enfoques que visualizan a la fam ilia com o inst itución

social, grupo hum ano, const rucción cultural, conjunto de relaciones em ocionales o

sistem a natural y evolut ivo (CREDHO, 2004) , las diversas definiciones ent regadas por

la literatura especializada com parten la idea de que�HO�FRQFHSWR�GH�IDPLOLD�VH�UHILHUH�D�XQ�JUXSR�GH�SHUVRQDV� TXH� UHFRQRFHQ�HQWUH� Vt� YtQFXORV�\� TXH�FRPSDUWHQ�R� VH�GLVWULEX\HQ� IXQFLRQHV� HVSHFtILFDV� TXH� ODV� GLYHUVDV� VRFLHGDGHV� R� FXOWXUDV� OHV�UHVHUYDQ�H[FOXVLYDPHQWH��

De esta m anera, por ej em plo, Fried (2000) define fam ilia com o “una unidad básica de

parentesco que incluye a todos aquellos que viven juntos o se reconocen com o

ent idades em ocionales, relacionales y sociales significat ivas (personas adoptadas,

fam ilias uniparentales, m iem bros de fam ilias ensam bladas, fam ilias extensas que

rebasan los parám et ros de la consanguinidad y los diseños nucleares, etc.) en la cual

los roles y norm as se cent ran sobre la protección recíproca de sus m iem bros, la

regulación de las relaciones sexuales, la crianza de los niños y la definición de

relaciones de parentesco” .

Ot ra definición ent regada por CREDHO (2004) , citando a Avilés (Avilés y ot ros, 1991)

propone que la fam ilia debe entenderse com o “Todo grupo de personas de diferentes

edades y sexo unidas por lazos de consanguinidad, legales o consensuales que viven

untas para m antenerse y desarrollarse com o personas” .

Una definición que fue m uy usada, fue la de Murdock (en Neira, 1998) , quien dice que

la fam ilia es "un grupo social en que el acceso sexual es perm it ido ent re los m iem bros

Page 6: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��adultos, la reproducción ocurre legít im am ente, el grupo es responsable ante la

sociedad, del cuidado y la crianza de los niños y el grupo es una unidad económ ica, al

m enos de consum o" .

Quizá una de las definiciones m ás am plias y út iles del concepto de fam ilia sea la

ent regada por la Com isión Nacional de la Fam ilia quienes en su inform e de 1993

definen fam ilia com o “un grupo social, unido ent re sí por vínculos de consanguinidad,

filiación (biológica o adopt iva) y de alianza, incluyendo las uniones de hecho cuando

son estables” (Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) . Esta definición resulta

operat ivam ente conveniente ya que pone énfasis en la form a en que los diversos

m iem bros del sistem a fam iliar reconocen su part icipación dent ro del m ism o,

independientem ente del estátus legal de las uniones o de su convivencia bajo el m ismo

techo, elem ento que cobra im portancia, por ej em plo, dada la nueva legalidad chilena

respecto de m at rim onio civil a part ir del año 2004.

Será esta la definición que adoptará este t rabajo para entender el concepto de fam ilia

y sustentar las intervenciones terapéut icas que se presentarán m ás adelante.

Este concepto, adem ás, deja abierta la puerta al reconocim iento de la existencia de

diversas com posiciones fam iliares coexistentes en la actualidad. De esta m anera, en

1993 la Com isión Nacional de la Familia reconocía la existencia en Chile de los

siguientes m odelos de organización fam iliar:

A. )DPLOLD�1XFOHDU� integrada por una pareja adulta, con o sin hij os o por uno de los

m iem bros de la pareja y sus hij os.

i. Fam ilia nuclear sim ple: integrada por una parej a sin hij os.

ii. Fam ilia nuclear biparental: integrada por el padre y la m adre, con uno o

m ás hij os.

iii. Fam ilia nuclear m onoparental: integrada por uno de los padres y uno o m ás

hij os

B. )DPLOLD� H[WHQVD� integrada por una pareja o uno de sus m iem bros, con o sin

hij os, y por ot ros m iem bros que pueden ser parientes o no parientes.

i. Fam ilia extensa sim ple: integrada por una pareja sin hij os y por ot ros

m iem bros parientes o no parientes.

ii. Fam ilia extensa biparental: integrada por el padre y la m adre, con uno o

m ás hij os y ot ros parientes.

iii. Fam ilia extensa m onoparental: integrada por uno de los m iem bros de la

pareja, con uno o m ás hij os y ot ros parientes.

Page 7: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��iv. Fam ilia extensa am plia (o fam ilia com puesta) : integrada por una pareja o

uno de los m iem bros de esta con uno o m ás hij os, y por ot ros m iem bros

parientes y no parientes.

(Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

La Com isión tam bién reconoce la existencia de una form a de organización fam iliar cada

vez m ás frecuente, dados los cam bios culturales y dem ográficos en nuest ro país: OD�IDPLOLD� UHFRQVWLWXLGD “que es aquella form ada por una pareja, con o sin hij os

com unes, que integra hij os de uniones conyugales anteriores, de uno o am bos

m iem bros de la pareja” (Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

En general, esta clasificación de los t ipos de fam ilia es planteada por la m ayoría de los

autores (p.e. Neira, 1998; CREDHO, 2004) y t iene para nuest ro país la ventaja de

reconocer los t ipos de fam ilias que se presentan en nuest ro m edio.

CREDHO(2004) agrega a la clasificación de la Comisión Nacional de la Familia el

concepto de )DPLOLD�GH�2ULJHQ que definen com o “la fam ilia de donde provienen los

cónyuges o convivientes que han form ado una nueva fam ilia”.

)XQFLRQHV�GH�OD�IDPLOLD��

Las diversas definiciones acerca de la fam ilia destacan que ella es depositaria de una

serie de funciones que las diversas sociedades o culturas le encargan de m anera casi

exclusiva. CREDHO (2004) , citando a Hidalgo y Carrasco (1999) y ot ros autores

plantea que la fam ilia cum ple básicam ente las siguientes funciones:

1. Sat isfacción de necesidades biológicas tendientes a la reproducción, crianza y

cuidado de los hij os, incluyendo las necesidades de alim entación, abrigo, descanso,

cuidado de la salud, etc.

2. Sat isfacción de necesidades psicológicas que generan una m at riz de experiencias

afect ivas y vinculares que van gestando la vivencia de pertenencia sobre la cual se

desarrolla la ident idad personal.

3. Funciones de socialización dado que las fam ilias son las principales t ransm isoras de

la cultura, ya que enseñan las creencias, valores, norm as y conductas deseables de

un grupo social. Asim ism o, a t ravés de esta función socializadora van m oldeando

los com portam ientos esperables según los roles, el género, el estátus social u ot ras

variables que asum en los individuos al vivir en sociedad.

Page 8: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��4. Funciones económ icas, dado que las unidades fam iliares se const ituyen en un

sistem a de producción y adquisición de servicios y bienes para lograr la

subsistencia de sus integrantes.

5. Cum ple tam bién una función m ediadora con diferentes est ructuras sociales puesto

que relaciona a los integrantes de las fam ilias con ot ras unidades del sistem a

social.

(CREDHO, 2004) .

Consistentem ente con estas ideas, la Com isión Nacional de la Familia dist inguió, en su

inform e de 1993, cuat ro funciones básicas para la fam ilia:

1. /D�UHSURGXFFLyQ�HQ�VX�LQWHULRU� La función reproductora está acom pañada en la

especie hum ana del surgim iento de algún t ipo de afecto, que se const ituye a part ir

de la sat isfacción de los requerim ientos físicos y em ocionales necesarios en el

recién nacido para la const rucción del apego con la m adre u ot ra figura sust itut iva.

Esta relación prim aria es la que posibilita la parentalidad a lo largo de la crianza.

2. /D�WUDQVPLVLyQ�\�UHFUHDFLyQ�GH�OD�FXOWXUD� Se reconoce a la fam ilia la capacidad

de socializar valores u pautas de com portam iento en lo que se refiere a lo

cognit ivo, lo ét ico y lo estét ico. Este aprendizaje se da en el m arco de un encuent ro

intergeneracional y de género. La fam ilia no es una unidad hom ogénea, en ella

conviven m iem bros de dist intas edades y sexos, que t ienen ident idades propias y

j uegan roles diferentes. Por ello, la fam ilia es un espacio de encuent ro y de diálogo

(aún cuando estos puedan ser conflict ivos) , que define la m at riz básica que inicia el

proceso de t ransform ación de los individuos en seres sociales.

3. 8QD� IXQFLyQ� GH� LQWHUPHGLDFLyQ� HQWUH� OD� FXOWXUD� \� OD� VRFLHGDG� La fam ilia

m ant iene y proyecta la vida hum ana y se const ituye en una especie de interprete

de requerim ientos y aportes de las personas hacia la sociedad a la vez que de la

sociedad hacia ellas. La fam ilia sirve a sus m iem bros y a los de la sociedad dent ro

de la cual part icipa en la m edida que todos estos sirven a aquella. El aprender a

servir solidariam ente, con racionalidad y eficacia son factores clave del aprendizaje

de la vida que com ienza en fam ilia.

4. /D� IDPLOLD� FRPR�XQLGDG�HFRQyPLFD� La fam ilia contem poránea, aunque por lo

general ha dejado de ser una unidad product iva en el plano económ ico, m ant iene

su condición de unidad de consum o (a t ravés de la cual es posible el sustento de

las necesidades m ateriales del núcleo, com o la adquisición de bienes y productos,

preparación de alim entos, nut r ición, recreación, t raslado y apoyo perm anente a los

niños, et c.) y prestadora de servicios especialm ente vinculados a la form ación y

Page 9: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ��desarrollo de las personas. Adem ás las fam ilias, con sus redes de apoyo y

solidaridad, desem peñan un rol fundam ental en la sobrevivencia de sus m iem bros.

En situaciones de dificultad económ ica t ienden a fortalecerse las redes de

solidaridad y cooperación int rafam iliar.

(Com isión Nacional de la Fam ilia, 1993) .

Neira (1998) , tom ando el aporte de varios autores propone, por su parte, las

siguientes funciones para la fam ilia:

(a) El establecim iento de lazos ent re los m iem bros de la pareja

(b) La procreación y las relaciones sexuales ent re los m iem bros de la parej a

( c) Dar a los niños un nom bre y un status

(d) El cuidado básico de los niños (y de los fam iliares)

(e) La Socialización y educación de los niños (y de sus padres)

( f) La protección de sus m iem bros

(g) Proveer cuidado afect ivo y recreación a los m iem bros de la fam ilia

(h) Proveer servicios y recursos a los m iem bros de la fam ilia

Resum iendo entonces, las diferentes definiciones de fam ilia reconocen com o elem entos

básicos el que la fam ilia se refiere a un grupo variable de personas que reconocen

lazos ent re sí, consanguíneos y/ o afect ivos, que se definen com o m iem bros de un

m ism o grupo fam iliar y que com parten funciones de intercam bio de afecto, protección

de sus m iem bros y socialización ( int roducción a las norm as y costum bres culturales)

de los niños.

�6LVWHPDV�\�VXEVLVWHPDV�DO�LQWHULRU�GH�OD�IDPLOLD��

Com o se verá m ás adelante en este texto, la fam ilia puede ser entendida com o un

sistem a, es decir com o "un conjunto de unidades, así como de relaciones entre esas

unidades y sus at ributos". Los sistem as, a su vez poseen lím ites (que define qué se

considera dent ro a fuera del m ism o) , una organización jerárquica o especializada ent re

sus com ponentes y sistem as de cont rol (que posibilitan que los sistem as se regulen y

eviten el colapso) .

Page 10: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

La aplicación de estos principios a la descripción de las fam ilias perm ite describir

subsistem as al interior de la fam ilia y t ipos de lím ites que los m ism os definen en la

interacción ent re sí.

CREDHO (2004) , citando a Fuhrm ann y Chadwick (1998) , describen la clásica

dist inción de subsistem as fam iliares, planteando que al interior de la fam ilia puede

dist inguirse:

• (O�VXEVLVWHPD�FRQ\XJDO, form ado por la parej a que da vida a un nuevo sistem a

fam iliar y que le im prim e su sello part icular al m ism o creando los principios

fundam entales que orientan a todo el sistem a fam iliar y que a su vez sost iene

dinámicas de interacciones específicas de sí m ism o, com o el intercam bio sexual,

por ejem plo.

• (O� VXEVLVWHPD� IUDWHUQR, conform ado por los herm anos, const ituye un

subsistem a de iguales, donde estos t ienen sus prim eras experiencias de vida en

térm inos de interactuar con personas de un m ism o nivel de autoridad.

• (O�VXEVLVWHPD�SDUHQWDO�R�SDWHUQRILOLDO, conform ado por los padres (o adultos

significat ivos) , se diferencia de los dos subsistem as anteriores porque presenta

una relat iva desigualdad y jerarquía que es la condición necesaria para que los

padres puedan im plem entar sus funciones de educación, crianza, orientación y

protección de los hij os.

Es im portante hacer la dist inción en relación a que los m iem bros del subsistem a

conyugal y el subsistem a parental resultan ser las m ism as personas, sin em bargo las

m ism as, al reconocerse com o parte de cada uno de estos subsistem as, interactúan

refir iéndose a los diferentes dom inios de existencia que im plican actuar com o padres o

com o pareja. Un frecuente m ot ivo de conflicto conyugal surge de no tom ar en cuenta

esta dist inción o confundir los dom inios en los que am bos cónyuges (o padres)

interactúan o perm it ir que uno de esos dom inios invada al ot ro.

Las interacciones ent re los subsistem as fam iliares determ inan y están determ inados

por los lím ites que ponen ent re sí. CREDHO (2004) , plantea que los lím ites de sistem as

y subsistem as están dados por pautas o reglas según las cuales los individuos

interactúan ent re sí. Estas pautas determ inan quién, cóm o y cuando se realiza una

determ inada acción. Siguiendo a Minuchin (1986) y Minuchin y Fishm an (1984) ,

plantea que la función de los lím ites es la de proteger la diferenciación y

funcionamiento del sistem a.

Page 11: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Para que el funcionam iento fam iliar sea adecuado, los lím ites de los subsistem as deben

ser claros y discernibles para perm it ir les el desarrollo de sus funciones y tareas sin

interferencias indebidas, pero tam bién debe perm it ir el contacto ent re los m iem bros

del subsistem a y los ot ros (perm eabilidad) , haciendo que el subsistem a pueda recibir

la influencia de su entorno (ot ros subsistem as) . La claridad de los lím ites perm ite a los

m iem bros de la fam ilia saber a qué atenerse y cóm o conducirse, aportando seguridad

y predict ibilidad a la vida fam iliar (CREDHO, 2004) .

Los lím ites que son m ás o m enos perm eables, es decir, que perm iten algún grado de

influencia externa y que posibilitan que el subsistem a pueda responder a dem andas del

entorno sin perder su ident idad y autonomía relat iva, son los lím ites m ás funcionales y

deseables. Por el cont rario, si los lím ites son excesivam ente cerrados (UtJLGRV) el

subsistem a se aísla y no responde a las dem andas de su entorno, o si estos están

excesivam ente abiertos (GLIXVRV) el subsistem a pierde sus fronteras y se fusiona con

el contexto que lo rodea, perdiendo las funciones propias que desem peñaba antes de

ser absorbido (CREDHO, 2004) .

Un ejem plo de difusión de lím ites lo const ituye la “parentalización” de los hij os en la

que la frontera de las funciones parentales es débil y los hij os se sienten invitados a

part icipar en la “conducción” de la fam ilia al punto de com enzar a orientar a los

padres, produciéndose una inversión de los roles t radicionales y a una interacción

aglut inada. Por ot ro lado, una fam ilia con lím ites rígidos puede experim entar conflictos

en la línea de un entorpecim iento de la com unicación y de dificultad en el acceso al

apoyo m utuo, lo que puede llevar a una interacción desligada ent re los m iem bros de la

fam ilia.

Minuchin y Fishm an (1984) y Minuchin (1986) plantean tam bién que una de las

dim ensiones de la est ructura fam iliar es el poder al interior de la fam ilia, que definen

com o la influencia relat iva que cada m iem bro de la fam ilia t iene en el resultado de una

acción. Problem as en esta dim ensión pueden ser una función jerárquica débil, que se

presenta en fam ilias con lím ites difusos y am bientes poco est ructurados, exceso de

poder el algún m iem bro de la fam ilia que lim ita el potencial de desarrollo de los dem ás

m iem bros o una ausencia total de jerarquía que se presenta en fam ilias organizadas

caót icam ente en las que no se sabe con claridad quién tom a as decisiones fam iliares.

Ot ras precisiones respecto del cont rol en la organización de los sistem as fam iliares

serán profundizadas m ás adelante cuando exam inem os elem entos de la cibernét ica,

buscando explicaciones acerca de cóm o las fam ilias m ant ienen su organización y cóm o,

algunas veces, int roducen y m ant ienen síntom as en sus pat rones interaccionales.

���

Page 12: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&LFORV�9LWDOHV�)DPLOLDUHV��

Hasta ahora hem os revisado los elem entos que const ituyen la definición del concepto

de fam ilia, sus com ponentes y sus funciones. Sin em bargo, las fam ilias com parten con

el conjunto de los seres vivos el hecho de que se desarrollan, crecen y evolucionan.

La m ayoría de los autores que se refieren a este proceso fam iliar (p.e. Cibanal, 2004;

Vargas, 2004, CREDHO, 2004, Minuchin y Fishm an, 1984) adoptan la postura de

hom ologar los m om entos del desarrollo de la fam ilia con los m om entos del desarrollo

de los individuos siguiendo la idea de los estadios de desarrollo propuestos por

Erickson (1950) . De esta m anera se describe que la fam ilia pasa por diversos estadios

de desarrollo que están organizados, básicam ente en torno de las etapas y procesos

por los que at raviesan los hij os. La categorización m ás clásica de estos estadios

desarrollo fue aportada por Duvall (1957) quien dist ingue las siguientes etapas del

Ciclo Vital de la Familia:

�����)RUPDFLyQ�GH�SDUHMD�\�FRPLHQ]R�GH�OD�IDPLOLD��)DPLOLD�VLQ�KLMRV��Esta

etapa se refiere al establecim iento de un com prom iso perm anente ent re los

m iem bros de la pareja. Se definen est ilos de vida, rut inas e intereses. Se

const ruye una ident idad de pareja y fam iliar y se regulan las relaciones con las

respect ivas fam ilias de origen.

���� (WDSD� GH� FULDQ]D� LQLFLDO� GH� ORV� KLMRV�� Com ienza con el nacim iento del

prim er hij o. La tarea fundam ental de la fam ilia es darle espacio al niño en la

fam ilia. La pareja, redefine su m anera de com part ir responsabilidades, de

relacionarse sent im ental y sexualm ente. Cam bian las relaciones con las fam ilias

de origen de am bos m iem bros de la pareja parental al incorporar los cuidados e

intercam bio de afecto con el nuevo m iem bro de la fam ilia.

����)DPLOLD�FRQ�KLMRV�SUHHVFRODUHV��Esta etapa com ienza con la ent rada del

hij o m ayor al j ardín infant il. El niño desarrolla m ayor dom inio sobre su cuerpo y

com ienza a conocer y explorar su m edio am biente. Los padres deben perm it ir y

aceptar esta m ayor autonom ía y al m ism o t iem po proteger al niño de los

posibles peligros de ésta. Se pone énfasis en la enseñanza y aprendizaje de

norm as.

����)DPLOLD�FRQ�KLMRV�HVFRODUHV��Esta etapa com ienza con el ingreso del hij o

m ayor al colegio. Este se separa parcialm ente de la fam ilia para desarrollarse

en el ám bito escolar, lo que const ituye una “prueba” para la fam ilia porque el

m edio escolar y sus exigencias evalúa la eficiencia con la que los padres han

criado y socializado a su hij o. Aparecen ot ros significat ivos para el niño. Los

Page 13: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���padres com ienzan a tener m ás t iem po libre lo que les perm ite retom ar sus

act ividades y t rabajos alternat ivos y la concent ración en la pareja.

����)DPLOLD�FRQ�KLMRV�DGROHVFHQWHV��Los hij os com ienzan a em anciparse. Las

reglas fam iliares pasan por una im portante tensión al requerir adaptarse a hij os

m ás autónom os.

����(WDSD�PHGLD�\�7HUPLQDO�GH�OD�)DPLOLD��Crisis por la separación definit iva

de los hij os, los cam bios biológicos, el envejecim iento, la jubilación. Aparece el

fenóm eno de nido vacío. Aparecen tam bién sent im ientos de soledad y tem or

frente a la m uerte. Puede haber viudez por m uerte de uno de los cónyuges.

Un aspecto en que los autores coinciden es que el desarrollo o crecim iento de la

fam ilia, es decir el paso de uno a ot ro de estos estadios de desarrollo, se da en saltos.

Entonces, la form a de la curva de desarrollo de una fam ilia intercala períodos breves

de intensa act ividad y cam bio, salpicada de períodos m ás prolongados de

norm alización y estabilidad (Steinglass y cols, 1993) . Esto quiere decir que las fam ilias

at raviesan por períodos de cam bio que const ituyen situaciones est resantes que

im plican crisis fam iliares. Los cam bios previsibles que se producen en el pasaje de una

etapa a ot ra en el t ranscurso del ciclo vital, así com o los cam bios im previsibles que se

suceden en la historia de una fam ilia son períodos de crisis fam iliar que requieren el

ajuste de su est ructura y organización para hacer frente a las nuevas dem andas. Toda

fam ilia pasa entonces por FULVLV� QRUPDWLYDV y FULVLV� QR� QRUPDWLYDV y am bas

pueden ser igualm ente est resantes y requerir ajustes igualm ente com plicados

(CREDHO, 2004) . Desde este punto de vista, m uchos autores (p.e. Minuchin y

Fishm an, 1984) consideran que la aparición de síntom as o patología en un m iem bro de

la fam ilia está asociada a dificultades que se presentan en el t ránsito de una etapa de

desarrollo fam iliar a ot ra, en la falta de readecuación de la organización y est ructura

fam iliar a las dem andas de la nueva etapa que em erge, estancándose en los m odos

habituales y conocidos de relacionarse. De este m odo, los síntom as pueden

conceptualizarse com o un intento ext rem o y fallido de superar la crisis y adecuarse a

la dem anda de la nueva etapa (CREDHO, 2004) .

Vargas (2004) ofrece los siguientes ejem plos de eventos norm at ivos y no norm at ivos:

EVENTOS NORMATIVOS

0DWULPRQLR�1DFLPLHQWR�GH�ORV�KLMRV���QLHWRV�(VFRODULGDG�$GROHVFHQFLD�

Page 14: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���,QGHSHQGHQFLD�GH�ORV�KLMRV��$GXOWH]�MRYHQ�-XELODFLyQ�9HMH]�0XHUWH��

EVENTOS NO NORMATI VOS (ACCIDENTALES)

6HSDUDFLyQ���'LYRUFLR�(QIHUPHGDG���,QFDSDFLGDG�0XHUWH�SUHPDWXUD�0LJUDFLRQHV�&DPELRV�GH�HVWDWXV�VRFLR�HFRQyPLFR�&DWiVWURIHV�H[WHUQDV

Desde un punto de v ista un poco diferente y probablem ent e m ás propiam ente

sistém ico, Steinglass y colaboradores (1993) en su libro “La Fam ilia Alcohólica”

cuest ionan este t ipo de clasificaciones preguntándose si t iene sent ido clasificar todo el

proceso de desarrollo de una fam ilia basado en el desarrollo individual de algunos de

sus m iem bros ( lo que adem ás lleva a preguntarse en qué etapa del desarrollo se

encuent ra una fam ilia que t iene hij os de diferentes edades) o si sería razonable

esperar que las fam ilias, al igual que el resto de los seres vivos, evolucionaran desde el

nacim iento hasta la m uerte, t ratándose a un sistem a, com o la fam ilia, en el que si se

observa su línea histór ica de descendencia no se puede ident ificar con claridad un

m om ento en que esa fam ilia m uera.

Desde su punto de vista, Steinglass y colaboradores (1993) proponen un esquem a del

desarrollo por el que at raviesa la “Unidad” fam ilia com o un todo. En este sent ido,

explican que en una línea am plia de t iem po, el desarrollo de la fam ilia se da en form a

cont inua superponiendo el desarrollo de una nueva generación (período de expansión)

con el deterioro de la ant igua generación, en procesos breves, pero intensos, pasando

por períodos largos de consolidación.

Según estos autores todas las fam ilias, independientem ente de sus característ icas

idiosincrát icas part iculares, t ienen que hacer frente a t res problem as fundam entales en

el curso de su desarrollo:

1.- Todas las fam ilias deben definir sus lím ites exteriores e interiores. Cada fam ilia

t iene que delim itar dónde term inan sus lím ites naturales y cóm o se const ruirá su

est ructura interna, es decir, discrim inar aquellas personas que están en la fam ilia de

Page 15: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���aquellas que no están, así com o la m odificación de las relaciones ent re los subsistem as

a m edida que cam bia el elenco de personaj es (por adición, por ej em plo nacim iento de

los hij os o por sust racción, por ejem plo m uerte de un m iem bro) y la edad de los

m iem bros de la fam ilia.

2.- Todas las fam ilias t ienen que elegir una cant idad lim itada de grandes tem as de

desarrollo. Estos tem as son las zonas prioritarias con las que se com prom ete la fam ilia.

A su vez, estos tem as se convierten en organizadores de la conducta dent ro de la

fam ilia. La fam ilia elegirá cuales son los grandes tem as que la m ovilizarán, ¿se

m ovilizará, por ejem plo para alcanzar la fam a o la riqueza, o la felicidad o el t rabajo

duro, etc.?.

3.- Por últ im o, a la larga todas las fam ilias t ienen que desarrollar una serie de valores

y concepciones com part idas, no sólo respecto del m undo en el cual viven, sino tam bién

acerca del t ipo de fam ilia que son. Este sent im iento com part ido de la fam ilia es una

característ ica denom inada Ident idad Familiar.

Siguiendo esta línea de pensam iento, Steinglass y colaboradores (1993) proponen las

siguientes t res etapas por las que las fam ilias pasan en su desarrollo:

���� 3ULPHUD� IDVH� Establecim iento de lím ites y form ación de la ident idad

fam iliar.

La fam ilia que se funda debe establecer est ructura y una ident idad com o

sistem a independiente. La pregunta clave de esta etapa es ¿Qué hacer con las

fam ilias de origen?, cóm o resolver la presión que am bas fam ilias de origen

ejercen para definir cóm o se hacen las cosas o qué es m ás im portante para los

m iem bros de la fam ilia.

Resulta interesante destacar que para Steinglass y colaboradores (1993) el

concepto de fam ilia de origen se refiere literalm ente a aquellas fam ilias de las

que provienen los m iem bros de la pareja que form an una fam ilia. Así, si la

pareja proviene de ot ros m at rim onios previos, será en relación a esa fam ilia

anterior ( la form ada en el m at rim onio previo) y a la ident idad de aquella,

fam ilia que se deberán negociar los elem entos que com pondrán la ident idad de

la fam ilia en reciente form ación.

�����

Page 16: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas �������)DVH�LQWHUPHGLD� Com prom iso y estabilidad.

Esta es la etapa m ás larga de todas y abarca la m ayor parte de lo que se

ent iende por vida fam iliar propiam ente tal. Se caracteriza por el surgim iento de

t res característ icas:

• La prim era es el com prom iso con una cant idad lim itada de tem as

cent rales para la fam ilia ( los grandes tem as que m ovilizarán a la fam ilia

com o se vio m ás arriba) .

• La segunda es el com prom iso con un grupo de reglas estables y

coherentes respecto de la conducta al interior de la fam ilia, qué es lo

aceptado y qué no a su interior ( lím ites para la conducta) .

• La tercera característ ica es el surgim iento de una serie de pat rones

conductuales, repet it ivos y m uy est ructurados para la organización de

las rut inas cot idianas de la fam ilia, de los acontecim ientos especiales

( feriados, vacaciones, f iestas, etc.) y est rategias para la solución de

problem as de la vida diaria.

����/D�~OWLPD�IDVH� aclaración y legado.

En esta etapa surgen pérdidas (abuelos fallecen, hij os se van de la casa) y

surgen nuevas adquisiciones en las fam ilias (nuevos m iem bros y nuevas ideas,

por ejem plo esposos de los hij os) . Frente a las tensiones que provoca este

cam bio en el elenco fam iliar la principal tarea de la fam ilia es ent regar su

legado a la siguiente generación, “una especie de cápsula del t iem po en la cual

la fam ilia coloca los elem entos que, en la form a m ás condensada, com unica a

las generaciones futuras la esencia de la fam ilia actual”, por ejem plo r itos

respecto de las fiestas o respeto de ciertas t radiciones fam iliares.

Los elem entos expuestos hasta este punto perm iten com prender que las fam ilias se

const ituyen com o sistem as dinámicos expuestos a variados procesos de tensión y

cam bio, uno de los cuales surge desde su propia evolución com o sistem a y se organiza

en torno a ciclos de desarrollo.

Page 17: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���$OJXQDV�FDUDFWHUtVWLFDV�GH�ODV�IDPLOLDV�FRQWHPSRUiQHDV�FKLOHQDV��

Com o se ha visto hasta aquí, las fam ilias pueden presentar una am plia variabilidad

respecto de su conform ación com o tal o de la etapa evolut iva en la que se encuent ra.

Conviene en este punto dar una breve m irada a la realidad de las fam ilias en el chile

contem poráneo.

Al respecto, CREDHO (2004) hace una interesante revisión acerca de datos arrojados

por el CENSO del año 2002, los que con relación al tem a de las característ icas de las

fam ilias contem poráneas chilenas m uest ra que la m ayoría de la población vive en

fam ilia, siendo las de t ipo nuclear las m ás frecuentes, desplazando a las extendidas.

Las fam ilias nucleares son de preferencia biparentales, con una m adre y un padre a

cargo del hogar. Sin em bargo se observa un aum ento del núm ero de las fam ilias

m onoparentales, j unto con las fam ilias reconst ituidas.

El 17% de las parejas de fam ilias nucleares se declaran convivientes, siendo estas

uniones m ás frecuentes ent re jóvenes.

El m odelo de una fam ilia nuclear biparental, unida legalm ente, con la expectat iva de

am bos cónyuges de que su unión dure toda la vida y donde el hom bre es su principal

proveedor no supera el 35% de las uniones en Chile.

El índice de separación m at rim onial alcanzaba en 1994 al 20% anual, cifra que

aum enta levem ente cada año.

Estos escuetos datos m uest ran algunos elem entos de la realidad en relación a la

est ructura de las fam ilias en Chile y perm iten sustentar la idea de que las fam ilias

presentan organizaciones variadas y com plejas, por lo que todo profesional o técnico

que intervenga en un t rabajo terapéut ico con las m ism as debe tener en cuenta esta

variabilidad antes de em it ir un juicio respecto de la “norm alidad” de una determ inada

fam ilia. Debe tam bién tener en cuenta la propia definición que la fam ilia hace de sí

m ism a, así com o tam bién el período evolut ivo en el que la fam ilia se encuent ra al

planificar las intervenciones terapéut icas que propondrá.

Page 18: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

/DV�%DVHV�7HyULFDV�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��

La historia del desarrollo del Enfoque Sistém ico y la Terapia Fam iliar desde sus

orígenes, a m ediados del siglo XX, hasta nuest ros días representa una historia

apasionante respecto del rom pim iento de viejos paradigm as, y de las cont r ibuciones de

variadas disciplinas com o la biología, la psicología, la psiquiat ría, la ant ropología, la

física, la epistem ología, la m atem át ica, la lógica y la ingeniería al entendim iento del

com portam iento hum ano. Una revisión acabada de estos elem entos excede toda la

capacidad y el espacio disponible de este t rabajo, por lo que se presentará una síntesis

apretada y una selección part icular de los conceptos m ás relevantes que sustentarán el

t rabajo con fam ilias con un m iem bro adicto a sustancias.

Se espera que con el desarrollo de este capítulo los profesionales y técnicos obtengan

los conocim ientos conceptuales básicos que les perm itan entender cóm o las fam ilias

m ant ienen (y a veces originan) sus problem as, com o ellas cont r ibuyen a superarlos y

cuales son los aportes que el terapeuta puede hacer para ayudar a una fam ilia a salir

de los ent ram pes que la llevan a consultar. Los elem entos clínicos concretos que

const ituyen la I ntervención Fam iliar con fam ilias con un m iem bro con problem as de

drogas se presentarán en la segunda parte de este t rabajo.

A aquellos interesados en profundizar en la historia del enfoque sistém ico y sus

im plicancias en la terapia fam iliar se les recom ienda la revisión de los t rabajos de

Guerin (1978) , Barrientos y cols (1993) , Jutorán (1994) y Kunstmann y cols. (2003) . ��7HRUtD�*HQHUDO�GH�6LVWHPDV�\�&LEHUQpWLFD�GH�3ULPHU�2UGHQ��/RV�RUtJHQHV�GH�OD�7HUDSLD�)DPLOLDU��

A m ediados del siglo XX surge en Estados Unidos la preocupación por am pliar la

m irada de la patología m ental hacia elem entos contextuales, com o una respuesta a las

lim itaciones terapéut icas existentes en la época frente a graves patologías m entales

com o la esquizofrenia. Surgen en los años 1950 explicaciones que proponen una

et iología com unicacional y fam iliar de la esquizofrenia (Bateson, 1972) , así com o

explicaciones acerca de la generación y m antención de síntom as dependiendo de las

conductas ent re las personas, de su form a de com unicarse y de la form a en que

intentaban solucionar sus problem as (p.e. Watzlawick y cols., 1983, Watzlawick y

cols., 1986) . A la base de estas propuestas estaba toda una conceptualización surgida

originalm ente de los aportes hechos por la Teoría General de Sistem as y la Cibernét ica

que a la larga term inaría por conocerse com o Enfoque sistém ico en psiquiat ría,

psicología y psicoterapia.

Page 19: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

La Teoría General de Sistem as (TGS)surge a part ir de los desarrollos del biólogo Ludwig

von Bertalanffy, que había intentado desde 1930 descubrir leyes generales de los

sistemas, independiente de su encarnación.

La TGS surgió como tal en 1945 (von Bertalanffy, 1976) y los primeros planteamientos

fueron el intento de dar una aproximación integradora de los problemas biológicos y

promover un lenguaje común en las ciencias (Pakman, 1989) . Comienza con cuest ionar

la forma habitual de comprender los fenómenos, es decir buscar causas y encontrar

explicaciones dividiendo la realidad en partes.

La TGS se propone integrar las partes hasta alcanzar una construcción teórica única,

tomando en cuenta su contexto. A part ir de esto surge el planteamiento de que ningún

fenómeno puede ser entendido aisladamente, que los elementos forman una totalidad

que es mayor que la suma de sus partes. Esto se ha denominado noción de 7RWDOLGDG.

En este período se ut ilizan conceptos tales como sistema abierto, organización (en el cual

se incluye la noción de totalidad, lím ite y jerarquía) y control (que incluye la noción de

homeostasis, ret roalimentación posit iva y negat iva) .

Por 6LVWHPD la TGS ent iende que es "un conjunto de objetos o unidades, así como de

relaciones entre los objetos y sus at ributos" (von Bertalanffy, 1976) .

Por /tPLWH entendemos aquella región que separa a un sistema de ot ro. Los lím ites son

las reglas que definen quién y cómo part icipa dentro de un sistema, es decir definen las

reglas de pertenencia (von Bertalanffy, 1976) .

Otro concepto importante es el de -HUDUTXtD, el cual caracteriza a los sistemas. Los

elementos que forman parte de un sistema, siempre se organizan de manera jerárquica,

la cual depende de la situación a la que se enfrenta este sistema y la función que va a

cumplir (von Bertalanffy, 1976) .

Al entendimiento de que los sucesos están relacionados en circunstancias determ inadas

en forma circular se le denomina 5HWURDOLPHQWDFLyQ (von Bertalanffy, 1976) . Este

últ imo concepto se relacionó con los desarrollos de Wiener (1954, 1967) en el campo de

la Cibernét ica nombre que se le dio a la naciente “ciencia del control y la comunicación en

el anima y la máquina”.

Para Wiener (1954, 1967) el mecanismo de control “en el animal y la máquina” es,

precisamente la ret roalimentación o )HHGEDFN� que describió como� "un método para

controlar un sistema reint roduciéndole los resultados de su desempeño en el pasado".

Page 20: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Wiener (1954, 1967) dist inguió entre el IHHGEDFN�QHJDWLYR, que es aquel que controla

al sistema reint roduciendo la información que genera de modo de mantener la conducta

del sistema dentro de determ inados parámetros (como en un termostato que agrega frío

o calor para mantener luego de la lectura de la temperatura, para mantener una

temperatura constante dentro de un cierto rango) y el IHHGEDFN�SRVLWLYR que es aquel

que al reit roducir la información generada por el sistema genera una desviación

progresiva que termina por desbocar al sistema en una espiral de cambio que lleva

incluso a la destrucción del mismo (como ocurre, por ejemplo, en procesos sociales

complejos en los que los sucesivos eventos parecen ir agrandando la crisis hasta que

term inan por generar cambios drást icos en el estado) .

Una de las primeras consecuencias de asumir esta forma de pensar fue pasar desde una

noción de causalidad lineal a una de FDXVDOLGDG� FLUFXODU (Keeney, 1987) , donde un

evento A ya no se ve como causa de uno B sino como causa y efecto de B.

&RQVHFXHQFLDV�&OtQLFDV�GH�OD�7*6�\�OD�&LEHUQpWLFD���

El cam po de la Terapia Fam iliar desarrolló a part ir de estos elem entos una m uy rica y

variada gam a de conceptos acerca del origen y m antención de síntom as y problem as

dent ro de las fam ilias. En este período, el desarrollo de estos conceptos se concent ró

en la ideas acerca de las regulaciones generadas en las conductas HQWUH las personas

con un punto de vista de FDXVDOLGDG�FLUFXODU. De esta m anera, FRPLHQ]D�D�WUDWDUVH�D� OD� IDPLOLD� FRPR� XQ� VLVWHPD, advirt iéndose que el concepto de fam ilia sat isface

todos los aspectos form ales de la definición de sistem a ent regada por le TGS y la

cibernét ica, en la cual los “objetos” del sistem a se refieren a los m iem bros de la

fam ilia, sus interacciones a sus conductas e intercam bio com unicat ivo y sus at r ibutos a

las característ icas de cada uno de los part icipantes del sistem a fam iliar y las

regulaciones m utuas, donde la conducta de un m iem bro es causa y efecto de la del

resto y donde, por lo tanto, todos son interdependientes ent re sí ( I TF, 1991)

Tom ando las proposiciones acerca de la ret roalim entación o feedback provistas por la

Cibernét ica, Jackson (1957) , usando una m etáfora tom ada de la fisiología, int rodujo el

concepto +RPHRVWDVLV� )DPLOLDU para designar una serie de “m ecanism os”

conductuales que las fam ilias ponen en m archa cuando la vida fam iliar es tensionada

por presiones internas o externas y que cont r ibuyen a poner a la fam ilia nuevam ente

en su estado de equilibrio. Esto significa que cada vez que las fam ilias se encuent ran

en situaciones com plejas o am enazantes generan conductas concretas que reducen la

tensión y cont r ibuyen a m antener el equilibrio fam iliar. Se usa en este punto la idea de

feedback, tom ada de la cibernét ica, que plantea que la fam ilia reint roduce inform ación

originada en su com portam iento de m odo de regular el conjunto de su conducta dent ro

Page 21: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���de m árgenes aceptables, del m ism o m odo que un term ostato agrega aire caliente o

frío en un sistem a de calefacción con el objet ivo de m antener la tem peratura de una

sala dent ro de m árgenes establecidos.

Esta idea de la fam ilia com o un sistem a dinám ico que autorregula su equilibrio por

m edio de sus propias conductas resultó básica en la concepción acerca del rol que

cum plen los síntom as en el sistem a fam iliar. Para el enfoque sistém ico un síntom a es

considerado com o un mensaje comunicacional que se observa en un miembro (el

paciente índice) y que es función de toda la familia. El síntoma es la única posibilidad de

reacción de un sistema cuando por algún motivo su patrón interaccional se rigidiza y no

puede encontrar salidas o adaptaciones a la nueva situación que vive. Lo esencial,

entonces, es el SDUD� TXp del síntoma. El mismo cumple una función protectora del

sistema: la familia se organiza en torno al síntoma y no al rededor de la etapa que vive,

por lo tanto, la "protege" de una situación difícil, ayudando de esta manera a mantener la

homeostasis familiar (Bodin, 1982) . El ejem plo m ás clásico de esta dinámica es la

concent ración de la atención sobre los síntom as de un hij o en el contexto de una

fam ilia en que los ladres están pasando por un m om ento de dificultad, que se percibe

com o una am enaza para la estabilidad fam iliar. El síntom a del hij o en este caso parece

aliviar las tensiones y devolver a la fam ilia a una dinámica m enos tensionante.

Ot ro ejem plo de la funcionalidad del síntoma se puede observar en la descripción

sistém ica de los intentos de suicidio, lo que parecen estar relacionados con una falta de

claridad respecto de los roles e intercam bio com unicacional y afect ivo ent re los

m iem bros de la fam ilia. Una vez generado el intento suicida, la fam ilia en su conjunto

parece reordenarse y definir con claridad cuales son los roles de sus m iem bros y

cuales son los intercam bios com unicacionales y em ocionales correspondientes,

situación que se m ant iene por un t iem po hasta que la fam ilia com ienza a retom ar poco

a poco su funcionam iento t radicional de confusión de roles (a m enos que cam bie la

organización de la fam ilia) , lo que prepara el cam ino para un nuevo intento de suicidio

de uno de sus m iem bros, que a su vez generará un nuevo período de ordenam iento

fam iliar (Kunstm ann, 1995) .

Com o verem os m ás adelante, esta descripción de la funcionalidad del síntom a y la

hom eostasis fam iliar será de gran ut ilidad al exam inar la part icipación de la fam ilia en

la m antención del com portam iento adict ivo.

Consistentem ente con estas ideas, Sluzki (1983) describe que las fam ilias m ant ienen

los com portam ientos sintom át icos de uno sus m iem bros a t ravés de lo que denom ina

com o 3DWURQHV�,QWHUDFFLRQDOHV�0DQWHQHGRUHV�GH�6tQWRPDV, que son una serie de

com portam ientos repet it ivos que las fam ilias ejecutan y dent ro de los cuales están

sostenidos los com portam ientos sintom át icos. En la experiencia clínica resum ida en su

Page 22: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���t rabajo de 1983, Sluzki m uest ra cóm o, al bloquear estos pat rones interaccionales, el

com portam iento sintom át ico desaparece.

El ejem plo ent regado en su t rabajo alude a una fam ilia que consulta en un servicio de

psiquiat ría, derivados por el neurólogo, a raíz de las frecuentes cefaleas que

presentaba el hij o de 9 años. En la ent revista clínica se logró determ inar que cada vez

que el hij o presentaba cefalea solicitaba la ayuda de la m adre, una m ujer descrita

com o m uy invasiva en la vida de su hij o y quien tam bién sufría de frecuentes cefaleas.

Se logró determ inar tam bién la existencia de ot ro síntom a en el hij o hasta el m om ento

desconocido, tanto para el equipo terapéut ico com o para la m adre: sangrado de

narices, que si bien no era tan frecuente com o la cefalea se repet ía con cierta

periodicidad. Cada vez que aparecía este síntom a, el niño acudía en busca de ayuda

donde su padre, un hom bre de edad avanzada que tam bién sufría de esporádicos

episodios de sangrado de narices desde hacía algunos años com o secuela de un

accidente en m otocicleta. En la sesión, el terapeuta felicita la sabiduría del niño al

elegir a los “expertos” en sus síntom as para solicitar ayuda, pero propone hacer un

cam bio: en el t ranscurso de t iem po hasta la siguiente sesión cada vez que tuviera

cefalea debería pedir ayuda al padre y cada vez que tuviera sangrado de nariz debería

acudir a la m adre. La fam ilia aceptó esta sugerencia y a la siguiente sesión reportó que

no se habían presentado episodios de cefaleas ni sangrado de nariz. De esta m anera se

bloquearon los pat rones interaccionales que incluían al síntom a y el m ism o

desapareció.

Hasta este punto, la concepción sistém ica aludía a elem entos conductuales basados en

la interacción de los m iem bros de un sistem a. Si se observa bien, una consideración

básica de este abordaje radica en el hecho de que la conducta de los sistem as

fam iliares, y en general la conducta de las personas, parece tener una tendencia a la

repet ición (de hecho, el propio concepto de pat rones interaccionales se refiere a t ipos

de conductas que se m ant ienen repet idas en el t iem po) , pero ¿de qué clase de

repet ición de conductas se t rata?

Algunos años antes de la publicación de estas ideas de Sluzki, Watzlawick y su equipo

de colaboradores habían hecho un descubrim iento notable respecto de cóm o las

personas enfrentan sus problem as (Watzlawick y cols., 1986) . Lo que ellos hicieron fue

invest igar sobre cuales eran las característ icas de los intentos de solución que las

personas daban a sus problem as antes de consultar con un especialista y descubrieron

que aquellas personas que no lograban solucionar sus problem as establecían una

est rategia de solución inquietante: inadvert idam ente reiteraban una y ot ra vez la

ut ilización del m ism o t ipo de solución, es decir, hacían “m ás de lo m ism o”. La prem isa,

entonces, era bastante lógica, si una solución intentada no resuelve el problem a, la

reiteración de la m ism a solución no aportará nada nuevo y, aún m ás, si ya se

Page 23: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���dem ost ró que una un t ipo de solución no es exitoso los nuevos intentos sobre la m ism a

solución tam poco lo serán, dejando al problem a crónicam ente sin solución. El

descubrim iento de esta form a de aproxim arse a la solución de los problem as determ inó

que Watzlawick y sus colaboradores plantearan que el verdadero problem a de las

personas que venían a consultar no era el problem a original por el que consultaban,

sino la solución intentada, o m ej or dicho, la insistencia en el uso de una solución que

no resuelve el problem a.

Un ejem plo de este t ipo de abordaje para la solución de un problem a es el t ípico caso

de una m adre que consulta por problem as conductuales de su hij o y que describe al

terapeuta que no sabe qué hacer porque “ya lo ha intentado todo”. En el exam en

detallado de la conducta de la m adre por hacer que su hij o se com porte m ejor, se

descubre que la est rategia de la m adre es cast igar al hij o, cada vez que este se

com porta de una m anera que a la m adre le parece inapropiada, quitándole algo que

para el chico es valioso, sin em bargo, esto no logra hacer que el hij o m ejore su

conducta. La m adre entonces, intenta m odificar la conducta de su hij o quitándole el

televisor, la m esada, la pelota, etc. hasta que llega a un punto en que no sabe qué

m ás quitarle llegando a la percepción de que ha intentado todo y nada resuelva su

problem a. Si se observa con atención, lo que la m adre ha hecho es generar una

variada gam a de soluciones que pertenecen, todas ellas, a la m ism a clase de

soluciones, que en este caso es la clase de solución que no resuelve el problem a

(quitarle algo al hij o) .

A estas soluciones que parecen ser cam bios, pero que en realidad pertenecen a la

clase de soluciones no exitosas que no cam bian nada (o no resuelven el problem a) ,

Watzlawick y cols. (1986) las denom inaron &DPELR��, es decir t ipos de cam bio que no

generan un cam bio en el problem a, sino ot ro m iem bro de la clase de soluciones no

exitosas, com o, en nuest ro ejem plo, quitar la pelota, o quitar el televisor, o quitar la

m esada, donde aparentem ente se hacen cosas diferentes porque se quitan cosas

diferentes, pero no se resuelve el problem a porque la est rategia en sí m ism a de

“Quitar Cosas” ha probado ser ineficaz.

Watzlawick y cols. (1986) , se dieron cuenta adem ás que exist ía ot ra clase de

soluciones que sí resolvían los problem as de las personas, estas eran soluciones que

no reiteraban sobre la m ism a clase de soluciones no exitosas, sino que usaban

est rategias pertenecientes a una clase diferente de soluciones. Fue lo que ellos

denom inaron com o &DPELR��, es decir, un t ipo de cam bio que m odifica la regla con

que se viene actuando hasta el m om ento, proveyendo soluciones que ya no

pertenecen a la clase de soluciones no exitosas. Un cam bio 2 en nuest ro ej em plo, sería

m odificar el am biente del m uchacho para que se concent rara m ejor en sus tareas o

Page 24: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���consultar a un especialista, es decir, t ipos de soluciones que no reiteran en la regla de

“cast igarlo quitándole las cosas que le gustan”.

Una recom endación relat ivam ente obvia surgía a part ir de estas dist inciones.

Watzlawick y cols. (1986) sugieren preguntar a los pacientes acerca de cuales son las

soluciones que ellos han intentado con anterioridad a la consulta, ya que si alguna de

ellas hubiera sido exitosa, seguram ente el paciente o la fam ilia no habría consultado.

De esta m anera, el terapeuta se asegura de no proponer a la fam ilia soluciones que ya

han sido probadas com o no exitosas y aum enta la posibilidad de encont rar soluciones

que generen Cam bio 2.

Recapitulando sobre lo dicho hasta este punto respecto del enfoque sistém ico puede

plantearse que:

1. La fam ilia puede ser conceptualizada com o un sistem a y por lo tanto estudiada

en sí m ism a com o una unidad y no com o un agregado de individuos (en este

sent ido hay que recordar que “el todo es m ás que la sum a de sus partes”) .

2. El sistem a fam ilia establece pat rones de com portam iento repet it ivos y se regula

a sí m ism a reint roduciendo los resultados de su com portam iento previo

generando m odificaciones en su com portam iento para no sobrepasar los lím ites

aceptados de com portam iento en su inter ior (hom eostasis fam iliar) , la

causalidad es circular, la conducta de uno de los m iem bros es causa y efecto de

la de los ot ros y todos los m iem bros son interdependientes ent re sí. Esto

tam bién quiere decir que HO� FDPELR� LQLFLDGR� HQ� XQ�PLHPEUR�GHO� VLVWHPD�GHVHPERFD�HQ�FDPELRV�TXH�DIHFWDQ�D�OD�WRWDOLGDG�GHO�VLVWHPD.

3. Los síntom as en un sistem a fam iliar, pueden ser entendidos com o m ensajes

com unicacionales que buscan proteger a la fam ilia aportando, de esta m anera,

a la m antención de la hom eostasis fam iliar.

4. Los síntom as form an parte o están ínt im amente relacionados, con Pat rones

Interaccionales Mantenedores, los que al ser m odificados pueden hacer

desaparecer al propio síntom a.

5. Los sistem as fam iliares o las personas establecen una regularidad en la form a

en que intentan solucionar sus problem as insist iendo m uchas veces en

soluciones que pertenecen a una clase que no resuelve el problem a,

desatándose un juego sin fin o una reiteración del t ipo “m ás de lo m ism o”. Es

conveniente preguntar a las fam ilias respecto de las soluciones intentadas

Page 25: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���previam ente, para poder const ruir alternat ivas diferentes que propicien

Cam bio 2.

&LEHUQpWLFD�GH�6HJXQGR�2UGHQ��/D�LUUXSFLyQ�GHO�2EVHUYDGRU�HQ�ORV�VLVWHPDV��

Los teóricos del enfoque sistém ico dieron un salto de gran im portancia al exam inar con

detención los alcances de las ideas respecto de la ret roalim entación. En 1968 Margaret

Mead propuso el térm ino “Cibernét ica de la Cibernét ica” (Mead, 1968) que luego, en

1973, von Foerster rebaut izó com o “Cibernét ica de Segundo Orden” o “Cibernét ica de

los Sistem as Observantes” (von Foerster, 1973) . ¿A qué se refería este salto

conceptual?

La cibernét ica de primer orden exam inaba cóm o un sistem a era capaz de regularse

reint roduciendo inform ación respecto de su propia conducta. Ahora bien, si eso era

posible, tam bién lo era que el com portam iento total del sistem a afectara a ot ros

elem entos de su entorno y a su vez fuera afectado por ellos, de esta m anera, a un

prim er nivel el sistem a se regulaba (cibernét ica) y a un segundo nivel su propia

regulación era regulada por ot ros elem entos del entorno (cibernét ica de la cibernét ica) .

De esta m anera se int roducía la idea de niveles de recursividad (Keeney, 1987) en la

que los sistemas son regulados y en el contacto con el medio se genera una “regulación

de la regulación” y una “regulación de la regulación de la regulación” a medida que se

agregan más actores, y así hasta llegar a un punto tal en que se incluyen todas las

“regulaciones de las regulaciones” existentes y ya no es posible ident ificar un nivel

superior de variables que influyen en la regulación del sistem a. Cuando se llega a este

punto se plantea que los sistem as adquieren autonom ía, o son sistem as autónom os

(Keeney, 1987) , en el sent ido de que ya no es posible ident ificar una variable externa

al sistem a que influya sobre su proceso de regulación.

Lo relevante de este hallazgo fue que los teóricos que t rabajaban en este cam po

advirt ieron que el propio observador, era “regulado” por las regulaciones del sistem a,

incluyéndose dent ro de los niveles de recursividad que abarcan, entonces, tanto al

sistem a que se observa com o al observador. Esto quiere decir que el observador se ve

afectado por el com portam iento del sistem a, así com o el sistem a se afecta por el

com portam iento del observador. De esta m anera, el observador part icipa de la

observación con lo que ya no puede pretender ser un observador “objet ivo” de una

realidad “allá afuera”, sino que está ínt im am ente involucrado en lo que observa. Esto

lleva a Keeney (1987) a plantear que “lo que el observador dice observar en realidad

habla m ás del observador que de lo observado”. Es en este sent ido que von Foerster

(1973) plantea que con la cibernét ica de segundo orden (cibernét ica de la cibernét ica)

se pasó desde la noción de “sistem as observados” a la de “sistem as observantes”.

Page 26: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Estas dist inciones literalm ente voltearon de cabeza al enfoque sistém ico haciéndole

incluir lo que los teóricos denom inaron un “cam bio epistem ológico”, es decir una

m odificación en la concepción acerca de cóm o los seres vivos perciben la realidad: si el

observador part icipa de lo que observa, entonces no es un observador “obj et ivo”, no

puede tener un acceso “objet ivo” a la realidad, si no que part icipa en la const rucción

de la m ism a (von Glasersfeld, 1984) .

Esta nueva m anera de concebir la form a en que los seres vivos conocen o perciben

generó la necesidad de que el enfoque sistém ico incluyera teorías respecto de este

fenóm eno, es decir, teorías del conocim iento. Lo que a m ediados del siglo XX había

surgido com o una preocupación acerca de cóm o los com ponentes de los sistem as

interactúan ent re sí y cóm o se regulaban, ahora se t ransform aba en una preocupación

acerca de cóm o los seres vivos “conocen, piensan y deciden” (Bateson, 1972) .

En general se reconoce que son t res las teorías del conocim iento incluidas en el

enfoque sistém ico a raíz de este cam bio epistem ológico (Barrientos y cols, 1993) :

1. La Teoría del Const ruct ivism o Radical.

2. La Teoría del Const ruccionism o Social.

3. La Teoría Biológica del Conocim iento.

No es la intención de este t rabajo profundizar en el desarrollo de estas ideas, sin

em bargo, sí interesa saber cuales fueron las im plicancias de las m ism as en el operar

terapéut ico. Para los objet ivos del presente t rabajo se presentarán los principios

fundam entales respecto de la generación, m antención y solución de problem as desde

esta nueva “ópt ica epistem ológica” incluidos ( j unto con los elem entos de cibernét ica de

prim er orden revisados m ás arriba) en la fundam entación teórica de la I ntervención

Fam iliar que se describirá en la segunda parte de este t rabajo:

1.- Los sistem as que consultan lo hacen basados en una preocupación o una alarm a

específica respecto de uno o m ás de sus m iem bros. Ahora bien, si los seres

hum anos part icipam os de la const rucción de la realidad (von Glasersfeld, 1984,

Maturana y Varela, 1981, Maturana, 1991) , las alarmas que llevan a las personas

a consultar son también construidas por ellas en base a sus percepciones, y

específicamente, a las explicaciones que se dan para sus problemas.

2.- Las preocupaciones o síntomas forman parte de una red de conversaciones

repet idas que fijan posiciones rígidas entre los miembros del sistema. El sistema

es ahora concebido como un sistema de conversaciones en torno de un problema

(Kunstmann y cols. 2003) .

Page 27: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���3.- Las conversaciones pueden ser definidas como intercambio comunicacional, lo que

para el enfoque sistémico significa interacción de la conducta de los miembros de

un sistema (Kunstmann y cols. 2003; Maturana, 1991) . En ot ras palabras, un

sistema rigidizado en una conversación en torno de un problema es un sistema

que repite sus patrones interaccionales en forma cont inua, reduciendo su

flexibilidad para buscar soluciones alternat ivas a su problema.

4.- Las conversaciones generan y son generadas por emociones. A su vez, las

emociones presentes en un sistema rest ringen las posibilidades conductuales del

mismo, en el sent ido de hacer posible sólo la conducta que es coherente con la

emoción que está presente en el momento específico (Kunstmann y cols. 2003;

Maturana, 1991) . Así por ejemplo, si una familia está pasando por un período de

gran angust ia debido a la enfermedad grave de un hijo, es altamente improbable

que se comporten de un modo que no sea compatible con esa angust ia, por

ejemplo, será difícil que organicen una fiesta en la que todos estén en act itud

despreocupada. Desde este punto de vista, es la emoción la que rest ringe las

posibilidades de actuación de un sistema. Ahora bien, si el sistema logra generar

ot ra conversación, es decir, actuar de ot ra manera, eso posibilitaría generar un

cambio en la emoción. Visto desde el punto de vista contrario, si se logra generar

un cambio en la emoción también se generará un cambio en la conversación del

sistema, es decir, un cambio en sus patrones interaccionales.

5.- De este m odo, la WHUDSLD�VH�SURSRQH�HQWUHJDU�H[SOLFDFLRQHV�DOWHUQDWLYDV�D�ODV� TXH� WUDH� HO� VLVWHPD� FRQVXOWDQWH�� SDUD� JHQHUDU� FRQYHUVDFLRQHV�GLIHUHQWHV� TXH� D� VX� YH]� FDPELHQ� ODV� HPRFLRQHV� GHO� VLVWHPD� \� DVt�DXPHQWDU� OD� IOH[LELOLGDG� GHO� VLVWHPD� �HQ� WpUPLQRV� GH� GHV�ULJLGL]DU� VXV�SDWURQHV�LQWHUDFFLRQDOHV��SURSLFLDQGR�OD�VXSHUDFLyQ�GHO�SUREOHPD�TXH�OR�WUDH�D�FRQVXOWDU (Kunstmann y cols. 2003) .

Un ejem plo de esta form a de entender y operar en terapia con estas ideas sistém icas

surgidas de la cibernét ica de segundo orden se presenta en el siguiente caso:

/D�IDPLOLD�*RQ]iOH]��FRPSXHVWD�SRU�3HGUR�HO�SDGUH�GH����DxRV��/XFtD��OD�PDGUH�GH����DxRV�\�5RGULJR�HO�KLMR�GH����DxRV��FRQVXOWDQ�GHELGR�DO�FRQVXPR�GH�PDULKXDQD�GH�HVWH�~OWLPR�GHVFXELHUWR�KDFtD�GRV�PHVHV�SRU�OD�PDGUH��5RGULJR�FRQVXPtD�PDULKXDQD�GHVGH�GRV�DxRV�DQWHV�DO�GHVFXEULPLHQWR�GH� OD�PDGUH��TXLHQ� MXQWR� FRQ�HO�SDGUH� UHODWDQ�TXH�QXQFD� WXYLHURQ� VRVSHFKDV� TXH� RFXUUtD� DOJR� DVt� GHQWUR� GH� VX� SURSLD� FDVD�� 5RGULJR�SODQWHD�TXH�ORV�SDGUHV�H[DJHUDQ�ODV�FRVDV�SRUTXH��VL�ELHQ�FRQVXPH�DOJR�GH�PDULKXDQD��VX�FRQVXPR�QXQFD�KD�VLGR�WDQ�JUDQGH�FRPR�SDUD�SUHRFXSDUVH��OR�TXH�RFXUULy�GLFH��HV�TXH��QR�VDEH�SRUTXp��FRPHQ]y�D�FRQVXPLU�GHQWUR�GH�OD�FDVD�KDVWD�TXH�OD�PDGUH�VH�GLR�

Page 28: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���FXHQWD�SRUTXH�VH� OH�TXHGDURQ�UHVWRV�GH�FLJDUULOORV�GH�PDULKXDQD�HQ�HO�YHODGRU�GH�VX�SLH]D���([DPLQDQGR�OD�KLVWRULD�\�OD�GLQiPLFD�IDPLOLDU�VXUJH�HO�GDWR�DFHUFD�GH�OD�SUHRFXSDFLyQ�GH�OD�PDGUH�IUHQWH�DO�SURFHVR�GH�LQGLYLGXDFLyQ�GH�VX�KLMR��5RGULJR��TXH�DGHPiV�HV�KLMR�~QLFR�� VH� KDFtD� PiV� JUDQGH� \� SURJUHVLYDPHQWH� UHTXHUtD� PHQRV� GH� VX� PDGUH�� HVWH�SURFHVR� DQJXVWLDED� GH� VREUHPDQHUD� D� OD�PDGUH� TXLHQ� VH� VHQWtD� SRFR� ~WLO� \� D� OD� YH]�DVXVWDGD�GHELGR�D�TXH� FXDQGR� VH� WUDWDED�GH� DFHUFDU� DO� KLMR� HVWH� OD� UHKXtD� � GH�PDOD�PDQHUD�� 'HELGR� D� HVWR�� OD� PDGUH� GHMy� GH� DFHUFDUVH� D� VX� KLMR� D� TXLHQ� HQ� HO� ~OWLPR�WLHPSR� VyOR� YHtD� DO� OOHJDU� R� VDOLU� GH� OD� FDVD� \D�TXH�HO� UHVWR�GHO� WLHPSR� VH� OR� SDVDED�HQFHUUDGR�HQ�VX�SLH]D� \�HOOD�QR�VH�DWUHYtD�D� HQWUDU�D�YHUOR�R�D� FRQYHUVDU� FRQ�pO��6X�VHQWLPLHQWR� GH� LQXWLOLGDG� VH� DJUDYDED� FRQ� HO� GHVFXEULPLHQWR� GHO� FRQVXPR� TXH�DJUHJDED�D� OD�PDGUH� OD� LGHD�GH�TXH�KDEtD�VLGR�PDOD�PDGUH�\D�TXH�VX�KLMR�VH�HVWDED�FRQYLUWLHQGR� HQ� XQ� ³GURJDGLFWR´�� (O� SDGUH� DSDUHFtD� UHODWLYDPHQWH� GLVWDQWH�� XQ� SRFR�PROHVWR�FRQ�HO�KLMR�TXH�D�OD�IHFKD�QR�HVWXGLDED�\�QR�WHQtD�XQ�WUDEDMR�HVWDEOH��FRVD�TXH�OH� SUHRFXSDED� SHQVDQGR� HQ� FyPR� VHUtD� VX� IXWXUR�� $O� SDGUH� OH� SUHRFXSDED� GH�VREUHPDQHUD� OD� DQVLHGDG� \� HO� SURJUHVLYR� VHQWLPLHQWR� GH� LQXWLOLGDG� GH� OD� PDGUH��5RGULJR��SRU�VX�SDUWH��VHQWtD�TXH�DPERV�SDGUHV�HVWDEDQ�GHPDVLDGR�SHQGLHQWHV�GH�pO�\�TXH�QR�OH�GHMDEDQ�UHDOL]DU�FRQ�OLEHUWDG�ODV�FRVDV�TXH�pO�TXHUtD�KDFHU�FRQ�VX�YLGD����&RQ� HVWRV� DQWHFHGHQWHV�� HO� WHUDSHXWD� � REVHUYDED� TXH�� DFRUGH� D� ODV� HPRFLRQHV�SUHSRQGHUDQWHV�HQ�OD�IDPLOLD�GH�SUHRFXSDFLyQ�SRU�OD�YLGD�GH�5RGULJR�\�OD�SHUFHSFLyQ�GH�LQXWLOLGDG� GH� OD�PDGUH�� HO� VLVWHPD� HVWDED� ULJLGL]DGR� HQ� XQ� LQWHQWR� GH� ORV� SDGUHV� SRU�DFHUFDUVH�D�5RGULJR��PLHQWUDV�TXH� pO� OHV� UHKXtD� FRQ� OD� VHQVDFLyQ�GH� TXH� OR� WUDWDEDQ�FRPR�D�XQ�QLxR��/DV�HPRFLRQHV�SUHVHQWHV�HQ�OD�IDPLOLD�QR�SHUPLWtDQ�XQ�WUiQVLWR�IOXLGR�KDFLD� XQD�PD\RU� DXWRQRPtD� DGXOWD� GHO� KLMR�� /D�PDGUH�� SUHRFXSDGD� SRU� VX� HMHFXFLyQ�FRPR�WDO��SUHILHUH�QR�DFHUFDUVH�DO�KLMR��HVWDEOHFLHQGR�XQD�YLJLODQFLD�SUHRFXSDGD��SHUR�QR�HPRFLRQDOPHQWH�FHUFDQD��HO�SDGUH��VROLGDULR�FRQ� OD�PDGUH��VH�PROHVWD�FRQ�HO�KLMR�SRU� ODV� FRVDV� TXH� KDFH� \� ODV� TXH� QR� KDFH� \� HO� KLMR� VH� VLHQWH� SUHVLRQDGR� \� SUHILHUH�UHKXLU�D�ORV�SDGUHV��/D�FRQYHUVDFLyQ�GHO�VLVWHPD�HQ�WRUQR�GH�OD�DODUPD�UHVSHFWR�GHO�KLMR�HVWi�HVWDEOHFLGD�\�OD�HPRFLyQ�FRUUHVSRQGLHQWH�D\XGD�D�ULJLGL]DU�HVWD�SDXWD���8Q�GHWDOOH�HQ�HO�UHODWR�GH�OD�PDGUH�OODPD�OD�DWHQFLyQ�GHO�WHUDSHXWD��(OOD�FRPHQWD�TXH�FDGD�YH]�TXH�VDOH�GH�OD�FDVD��HO�KLMR�OD�OODPD�SRU�WHOpIRQR�\�OH�SLGH�TXH�OH�WUDLJD�FRPLGD�GH�0F'RQDOG�\�TXH�FDGD�YH]�TXH�KDFH�HVWR�OH�SLGH�SRU�WHOpIRQR�TXH�HOOD�OR�³UDJDORQHH´��(O� WHUDSHXWD�WRPD�HVWH�HOHPHQWR�\�SUHJXQWD�HQ�YR]�DOWD�FyPR�SXHGH�HO�KLMR� UHVROYHU�XQD�FRQWUDGLFFLyQ�HYLGHQWH��TXLHUH�VHU�DGXOWR�\�GHVDUUROODUVH�D�VX�PDQHUD�\�D� OD�YH]�TXLHUH�TXH�OR�UHJDORQHHQ��&RQ�HVWD�LGHD��GHVDUUROOD�XQD�H[SOLFDFLyQ�DOWHUQDWLYD�D�OD�TXH�WUDtD�HO�VLVWHPD��OD�PDGUH�QR�HV�LQ~WLO�\�QR�KD�KHFKR�XQ�PDO�WUDEDMR��DO�FRQWUDULR��ODV�PXHVWUDV�GH�HPDQFLSDFLyQ�GHO�KLMR� VRQ�XQD�HYLGHQFLD�GH�TXH�HO�KLMR� FXPSOH� FRQ�VXV�WDUHDV�GHO�GHVDUUROOR�HQ� IRUPD�DGHFXDGD�� OR�TXH�D� VX�YH]�HV�XQD�HYLGHQFLD�GHO�EXHQ�

Page 29: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���WUDEDMR� GH� ORV� SDGUHV�� SHUR�� ¢TXp� SDSHO� MXHJD� HO� FRQVXPR� GH� PDULKXDQD� HQ� HVWH�FRQWH[WR"��(O�FRQVXPR��SODQWHD��RIUHFH�OD�SRVLELOLGDG�DO�KLMR�GH�UHGXFLU�VX�FRQWUDGLFFLyQ�GDQGR�OD�SRVLELOLGDG�GH�TXH�VXV�SDGUHV�VH�SUHRFXSHQ�SRU�pO��VLQ�FRQYHUWLUOH�HQ�XQ�QLxR����(VWH�FDPELR�HQ� OD�H[SOLFDFLyQ��TXH� LQFOX\H�XQD�H[SOLFDFLyQ�DFHUFD�GHO�VHQWLGR�GHO�XVR�GH�GURJDV�SDUD�OD�IDPLOLD��PRGLILFy�OD�HPRFLyQ�GHO�VLVWHPD�\�HVSHFLDOPHQWH�GH�OD�PDGUH�TXLHQ�VLQWLy�TXH�³UHFXSHUDED´�D�VX�KLMR��(VWH�FDPELR�HQ�OD�H[SOLFDFLyQ�PRGLILFy�WDPELpQ�OD� � HPRFLyQ� GHO� VLVWHPD� TXH� SDVy� GH� FHQWUDUVH� HQ� ORV� HUURUHV� GH� ORV� SDGUHV� �\�HVSHFLDOPHQWH� GH� OD� PDGUH�� D� XQ� REVHUYDU� HO� SHUtRGR� HYROXWLYR� QRUPDO� GHO� KLMR��SUHGRPLQDQGR�� HQWRQFHV�� HPRFLRQHV� GH� WUDQTXLOLGDG�� (VWR� OOHYy� D� XQ� FDPELR� HQ� OD�FRQYHUVDFLyQ� GHO� VLVWHPD� \� SRU� OR� WDQWR� D� XQ� FDPELR� HQ� ORV� SDWURQHV� GH� LQWHUDFFLyQ�HQWUH�HOORV��FRQFUHWDPHQWH�� OD�PDGUH�SXGR�DFHUFDUVH�HQ�XQD�DFWLWXG�PiV�FDULxRVD��\�PHQRV� DSUHKHQVLYD�� DO� KLMR�� TXLHQ� D� VX� YH]� VH� VLQWLy� PiV� UHVSDOGDGR� \� FRQ� PD\RU�FRQILDQ]D�SDUD�LQLFLDU�SUR\HFWRV�SURSLRV�HQ�HO�iUHD�ODERUDO��OR�TXH�D�VX�YH]�WUDQTXLOL]y�DO�SDGUH�\�OH�SHUPLWLy�DFHUFDUVH�DO�KLMR�VLQ�HQRMR���$O�WpUPLQR�GH�OD�WHUDSLD�HO�FRQVXPR�GH�PDULKXDQD�KDEtD�FHVDGR��

Hasta este punto hem os avanzado en otorgar una m irada com prensiva respecto de las

nociones generales del enfoque sistém ico y su consiguiente operar terapéut ico,

pasando revista a los pr incipales conceptos provenientes de las dos grandes etapas de

desarrollo de este enfoque cent radas en aportes surgidos en el contexto de la

cibernét ica de prim er orden y la cibernét ica de segundo orden. Abordarem os a

cont inuación las descripciones, explicaciones y hallazgos acerca de la relación ent re

fam ilia, dinámica fam iliar y consum o de drogas.

Page 30: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

'HVFULSFLRQHV�\�([SOLFDFLRQHV�VREUH�)DPLOLDV�FRQ�XQ�PLHPEUR�GHSHQGLHQWH�GH�VXVWDQFLDV��

Existe abundante evidencia respecto de la relación ent re variables del funcionam iento

fam iliar y dependencia a sustancias. Así por ej em plo, I raurgi y cols. ( 2004) com entan

los hallazgos de los siguientes estudios:

Otero y cols. (1989) y Herm an y cols. (1993) confirm an la relación ent re uso de

drogas y un am biente fam iliar conflict ivo y host il.

Lyons (1996) , Spooner (1999) , Charvoz y cols. (2002) y McArdle y cols.

(2002) , destacan el hallazgo de dificultades en la com unicación fam iliar en

fam ilias con un m iem bro dependiente de sustancias.

Vielva y cols. (2001) encuent ran que existe una m enor sat isfacción con el

funcionamiento fam iliar tanto desde la percepción de los hij os com o de los

padres en aquellas fam ilias en las cuales los hij os consum en drogas.

Malkus, (1994) ofrece evidencias que apoyan la hipótesis de que los jóvenes

procedentes de fam ilias con m ás recursos (aquellos aspectos sociales,

em ocionales y físicos que hacen que la fam ilia sea m enos vulnerable y m ás

capaz de t ratar con factores est resantes) son m enos suscept ibles de tener

problem as de abuso de drogas.

Vecino (1990) , Carvalho y cols. (1995) , McQueen y cols. (2003) y Coviello y

cols. (2004) exponen una relación ent re uso de drogas ent re uno de los

integrantes de la fam ilia y presencia de un alto nivel de est rés en la m ism a.

Si bien estos estudios analizan y confirm an hipótesis referidas a variables y relaciones

específicas ent re el consum o de drogas y fam ilia, en este capítulo se revisarán

aproxim aciones que describen desde un punto de vista com prensivo e integrado la

relación existente ent re dependencia a sustancias y dinámicas fam iliares. Ello dará

cuenta de los elem entos cent rales con los que se abordará la I ntervención Familiar que

se describe en la segunda parte de este t rabajo. En la generalidad de los casos se

ejem plificará lo descrito usando ejem plos de casos clínicos.

Los abordaj es fam iliares enfat izan el hecho de que, en general, no ofrecen una

explicación para la causa del consum o de drogas de uno de sus m iem bros (causas que

reconocen una serie de com plej idades referidas a variables psicológicas, sociales,

Page 31: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���económ icas, a la disposición de drogas y el acceso a ellas, ent re ot ras) , sino m ás bien

explicaciones y descripciones acerca de FyPR� OD� IDPLOLD� FRQWULEX\H� D� OD�PDQWHQFLyQ�GH�HVH�FRPSRUWDPLHQWR�HQ�HO�WLHPSR.

�0RGHOR�+RPHRVWDWLFR�

En térm inos generales el Modelo Hom eostat ico de Stanton y cols (1997) es

probablem ente la aproxim ación m ás clara, de m ayor r iqueza y tal vez la m ás ut ilizada

en la literatura nacional y ext ranjera. Esta t rabajo no es la excepción, dado que tom ará

la idea general de la hom eostasis fam iliar com o punto de part ida para entender y

abordar las dinámicas fam iliares que se observan en fam ilias con un m iem bro

dependiente a sustancias.

En su t rabajo, Stanton y cols (1997) , ofrecen, basándose en una extensa revisión

sobre los hallazgos de las invest igaciones, un m odelo de entendim iento de la relación

ent re dinámica fam iliar y dependencia a sustancias que denom inaron Modelo

Hom eostat ico y que se caracteriza com o sigue:

����/D�DGLFFLyQ�GHQWUR�GH�XQ�FLFOR�IDPLOLDU��SURFHVR�KRPHRVWDWLFR����

La drogadicción puede considerarse com o un proceso cíclico que involucra a t res o m ás

individuos, com únm ente el adicto y sus dos padres. La dinámica es tal que se presenta

una fuerte t ensión ent re am bos padres que am enaza con desestabilizar el sistem a

fam iliar con una separación inm inente que se regula m ediante la aparición de una

acción dram át ica del adicto (por ejem plo se pone violento o llega intoxicado a la casa)

que hace que toda la atención se ponga en él, lo que desem boca en que la original

tensión ent re los padres dism inuya o desaparezca por un t iem po (Stanton y cols,

1997) .

En la m edida en que la situación se t ranquiliza, el adicto m uest ra crecientes

habilidades y capacidades que le perm iten funcionar independientem ente de la

fam ilia, sin em bargo, concom itantem ente con ello las tensiones ent re los padres,

producto de conflictos no resueltos, com ienzan a aum entar surgiendo la am enaza de la

separación. El adicto, entonces se com porta de un m odo llam at ivo o autodest ruct ivo

que inicia nuevam ente el ciclo hom eostat ico fam iliar (Stanton y cols, 1997) .

Aportando elem entos ext raídos de la revisión de evidencia cient ífica, Stanton y cols

(1997) exponen que t ípicam ente en las fam ilias de dependientes a sustancias hay una

m adre involucrada en una reacción indulgente, apegada, sobreprotectora y

abiertam ente perm isiva con el adicto, que ocupa la posición de un hij o favorecido

Page 32: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���(Harbin y Naziar, 1975; Klagsbrun y Davis, 1977; Salm on y Salm on, 1977; Selding,

1972; Stanton, 1979) . El padre, por su parte, es clásicam ente descrito com o distante,

desapegado, débil o ausente, siendo tam bién m ost rado com o autoritario y violento,

pero fácilm ente cont rolado por la m adre, y está claram ente en segundo lugar después

de la m adre en lo concerniente al poder dent ro de la fam ilia (Schwartzm an, 1975) .

Stanton y cols (1997) plantean que este m odelo t r iádico (es decir, que involucra a t res

actores, clásicam ente a la m adre el padre y el hij o) se aplica tam bién a fam ilias con un

solo progenitor en las cuales el t r iángulo se conform aría, de una m anera tal vez m enos

obvia, con ot ros m iem bros de la fam ilia. Así por ej em plo, pueden darse conflictos ent re

una m adre y una abuela, una m adre y su ex esposo o un padre y su am ante y en ellos

involucrarse al hij o de la form a ya descrita.

Los autores m uest ran que el ciclo adict ivo se inicia t ípicam ente en la adolescencia y se

intensifica cuando el adicto m anifiesta su intención de abandonar el hogar. Com o los

padres son incapaces de relacionarse ent re sí sat isfactoriam ente la fam ilia reacciona

con pánico cuando la integridad t r iádica sufre una am enaza. Así, encont ram os que la

m ayoría de las fam ilias de adictos se estabilizan o atascan en esta etapa evolut iva de

tal m odo que el adicto perm anece ínt im am ente ligado a ellos de una m anera crónica.

Adem ás de esta est recha vinculación al hogar su incapacidad para separarse y adquir ir

autonom ía puede adquirir ot ras form as: (1) incapacidad para desarrollar relaciones

ínt im as y estables (part icularm ente heterosexuales) fuera de la fam ilia de origen, (2)

incapacidad para una act ividad estudiant il o laboral estable y (3) obtención de un

em pleo por debajo de su nivel de apt itudes (Stanton y cols, 1997) .

����3VHXGRLQGLYLGXDFLyQ��

Este es probablem ente uno de los elem entos m ás claros e im portantes del m odelo de

Stanton y cols (1997) ya que en él vincula la función que cum ple el adicto en la fam ilia

con la funcionalidad del síntom a, en este caso la dependencia a sustancias.

De esta m anera, Stanton y cols (1997) plantean que el adicto está at rapado en un

dilem a. Por una parte sufre grandes presiones para perm anecer est recham ente ligado

a la fam ilia (que puede derrum barse sin él) , m ient ras que por ot ra parte fuerzas

socioculturales y biológicas lo incitan a establecer relaciones ínt imas externas. La

adicción es una solución paradój ica para el dilem a del adicto y su fam ilia de conservar

o disolver la interacción t r iádica. A un nivel, el adicto ayuda a regular la tensión ent re

los padres, pero a ot ro establece un pat rón de ida y vuelta ent re sus pares y su hogar.

Paradój icam ente, m ient ras m ayor en su vinculación con el grupo de pares (externo a

su fam ilia) m ayor es su indefensión porque se vincula m ás con la droga y de esa

m anera aum enta su adicción o su “enferm edad” que lo liga a la fam ilia.

Page 33: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

Desarrollando esta línea de pensam iento Stanton y cols (1997) aportan evidencia

respecto de la funcionalidad del consum o com o un elem ento que apoya la idea de la

pseudoindividuación:

(a) Los adictos, bajo el efecto de la droga, se plantean m ás agresivos y asert ivos

respecto de la fam ilia en especial con los progenitores (Gangher y Shugart ,

1966) . De esta m anera, se sienten autónom os individuados y libres, pero no lo

son, pues estas sensaciones y com portam ientos se dan sólo bajo el efecto de la

droga, sin ella “no son así”.

(b) Se plantea que, al parecer, la droga produce una suerte de experiencia sexual

(Chessick, 1960; Stanton y Todd, 1979) o bien dism inuye el im pulso sexual, lo

que actuaría com o una form a de resolución para no encont rar una pareja que

ponga en cuest ión la perm anencia del adicto al interior de la fam ilia.

( c) Existe evidencia que plantea que para el adicto prim a su fam ilia de origen por

sobre la fam ilia de procreación. Stanton y cols (1997) , plantean que m uchos

adictos que se separan de sus esposas vuelven a sus fam ilias de origen, que

t ienden a elegir a estos por sobre sus cónyuges cuando se t rata de invitar a

fam iliares a program as de t ratam iento. Por ot ra parte la fam ilia de origen

ent rega un sut il m ensaje acerca de que si el m at rim onio no funciona, siem pre

puede volver a la casa de donde salió, lo que a la vez de ser un cariñoso apoyo

es tam bién un poderoso m ensaj e para volver a su fam ilia de origen.

�����6HSDUDFLyQ�\�0XHUWH��

Un últ im o elem ento bastante sorprendente del m odelo de Stanton y cols (1997) se

refiere a la aparente paradoja de que si bien las fam ilias no toleran la idea de que el

adicto se separe de la fam ilia, no ocurre lo m ism o con la form a m ás radical de

separación que es la m uerte. Los autores plantean:

“El tem or de estas fam ilias a la part ida del adicto o a las relaciones externas que pueda

crear el adicto, es decir el tem or a la separación, t iene ot ra característ ica paradój ica. Al

t iem po que sufre obstáculos para conectarse con ot ros, el adicto realiza una act ividad

potencialm ente m ortal, por ejem plo m ediante una sobredosis de drogas. No obstante,

esta separación m áxim a, la m uerte, no despierta el m ism o terror que ot ros t ipos de

separación. La fam ilia parece entender que el deceso del adicto de algún m odo

preservará el sistem a o pat rón fam iliar. A corto plazo puede ocurrir así. Al m orir el

adicto, la interacción t r iádica aparentem ente se disuelve, pero en realidad los

progenitores están unidos por la pesadum bre y pueden, una vez m ás, concent rar su

Page 34: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���atención en el hij o. Al cont rario de la adicción, sin em bargo, esta solución es sólo

tem poral. Hem os observado que los padres eventualm ente descubren que los

conflictos conyugales conducen nuevam ente a (1) la form ación de una nueva t ríada

(por ej em plo ot ro hij o con tendencia a la adicción, al suicidio u ot ras conductas

problem át icas) o (2) la disolución de la relación conyugal. ”

Las siguientes descripciones de casos clínicos ilust ran las dinámicas fam iliares descritas

hasta aquí. Los casos están tom ados de Barrientos (2000) .

� (O�PDWULPRQLR�LQYLVLEOH����5DIDHO��XQ�REUHUR�GH�OD�FRQVWUXFFLyQ�GH����DxRV�GH�HGDG��LQJUHVy�D�XQ�3URJUDPD�GH�7UDWDPLHQWR�SRU�VX�FRQVXPR�GH�SDVWD�EDVH�GH�FRFDtQD��5HODWD�TXH�YLYH�HQ�OD�FDVD�GH�VXV�SDGUHV�MXQWR�FRQ�VXV�GRV�KHUPDQRV��(O�DVSHFWR�ItVLFR��OD�YHVWLPHQWD�\�HO�OHQJXDMH�GH�5DIDHO�OH�GDQ�XQ�DVSHFWR�JHQHUDO�GH�DGROHVFHQWH��WDQWR�DVt�TXH�DO�UHIHULUVH� D� pO� HQ� ODV� VHVLRQHV� GH� VXSHUYLVLyQ�� ORV� WHUDSHXWDV� VXHOHQ� XVDU� HO�DSHODWLYR�GH�³PXFKDFKR´��'XUDQWH�HO�GHVDUUROOR�GH�XQD�TXLQWD�VHVLyQ�GH�WHUDSLD�D�OD�TXH�OR�DFRPSDxD�VX�PDGUH��'RULV��XQD�PXMHU�GH����DxRV��GXHxD�GH�FDVD��VXUJH�XQ�DQWHFHGHQWH�TXH�VRUSUHQGH�DO�HTXLSR�WHUDSpXWLFR�GHELGR�D�TXH�HVH�VHJPHQWR�GH� LQIRUPDFLyQ� QR� KDEtD� DSDUHFLGR� HQ� DEVROXWR� HQ� ODV� VHVLRQHV� SUHFHGHQWHV�� OD�PDGUH� VH� TXHMD� GH� TXH� 0DUFHOD�� OD� HVSRVD� GH� 5DIDHO�� KDEtD� OOHJDGR� D� OD� FDVD�H[LJLHQGR� SRGHU� YHUOR�� VLWXDFLyQ� TXH� GHVHQFDGHQy� XQD� YLROHQWD� GLVFXVLyQ� YHUEDO�HQWUH� HOOD� \� OD� PDGUH� TXLHQ� VH� QHJDED� D� TXH� 0DUFHOD� WXYLHUD� DFFHVR� D� 5DIDHO�DUJXPHQWDQGR�TXH�HVWD�HUD�XQD�PDOD�LQIOXHQFLD�SDUD�VX�KLMR�\�TXH�HOOD�VH�KDEtD�QHJDGR� GHVGH� HO� SULQFLSLR� DO� PDWULPRQLR� HQWUH� DPERV�� /RV� WHUDSHXWDV� VH�VRUSUHQGHQ� H� LQGDJDQ�PiV� DFHUFD� GHO� PDWULPRQLR� GH� 5DIDHO� \D� TXH� KDVWD� HVH�PRPHQWR�QR�KDEtD�VXUJLGR�LQIRUPDFLyQ�DOJXQD�DFHUFD�GH�TXH�5DIDHO�IXHUD�FDVDGR��HVWH� GDWR� QR� KDEtD� DSDUHFLGR� HQ� ORV� FRQWHQLGRV� GH� ODV� HQWUHYLVWDV� SUHYLDV� \�WDPSRFR� VH� KDEtD� LQIHULGR� � SDUWLU� GH� OD� LQWHUDFFLyQ� GH� 5DIDHO� FRQ� HO� HTXLSR�WHUDSpXWLFR� R� OD� LQWHUDFFLyQ� GH� 5DIDHO� FRQ� OD� PDGUH� IUHQWH� DO� HTXLSR�� 6XUJH� OD�LQIRUPDFLyQ�GH�TXH�5DIDHO�HV�FDVDGR�KDFH�FLQFR�DxRV�\�TXH�WLHQH�GRV�KLMRV��XQR�GH�HOORV�HQJHQGUDGR�FRQ�DQWHULRULGDG�DO�PDWULPRQLR��pO�FRPHQWD�TXH�GHVGH�HO� LQLFLR�GH� VX� UHODFLyQ�H[LVWLy�XQD� WHQVLyQ�HQWUH� VX�PDGUH� \� VX� HVSRVD�� SDUWLFXODUPHQWH�FHQWUDGD�HQ�HO� KHFKR�GH�TXH� OD�PDGUH� FRQVLGHUDED� FRPR�XQD�PDOD� LQIOXHQFLD� D�0DUFHOD�� &RQ� DQWHULRULGDG� DO� DFWXDO�� KDEtDQ� H[LVWLGR� RWURV� GRV� HSLVRGLRV� GH�VHSDUDFLyQ�� WRGRV� OLJDGRV� D� GLVFXVLRQHV� YLROHQWDV� RULJLQDGDV� SRU� HO� FRQVXPR� GH�GURJDV�\�TXH�GHVHPERFDURQ�HQ�OD�VDOLGD�GH�pO�KDFLD�OD�FDVD�PDWHUQD���HO�HSLVRGLR�GH�VHSDUDFLyQ�DFWXDO�OOHYDED�GRV�PHVHV�GH�GXUDFLyQ��'XUDQWH�VX�UHODWR��5DIDHO�VH�TXHMD��HQ�WRQR�UHVLJQDGR��GH�TXH�VX�PDGUH�QR�OH�KD�SHUPLWLGR��HQ�HVWH�SHUtRGR���DFHUFDUVH� D� 0DUFHOD�� )UHQWH� D� HVWD� REVHUYDFLyQ�� OD� PDGUH� UHVSRQGH�DLUDGDPHQWH�TXH�ODV�RSFLRQHV�VRQ�FODUDV��VL�5DIDHO�TXLHUH�VHU�DFHSWDGR�HQ�OD�FDVD�

Page 35: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���PDWHUQD�\�D\XGDGR�HQ�VX�SURFHVR�GH�WUDWDPLHQWR�GHEH�VHSDUDUVH�GHILQLWLYDPHQWH�GH�0DUFHOD��VLQR��GHEH�VDOLU�GH� OD�FDVD�\�HQ� WDO�FDVR��GHEH�YpUVHODV�VROR�FRQ�VX�SURFHVR�GH�WUDWDPLHQWR�����

� 5H]DQGR�SRU�VX�PXHUWH�

� 6HUJLR��XQ�MRYHQ�GH����DxRV�GH�HGDG�UHLQJUHVy�D�WUDWDPLHQWR�DPEXODWRULR�SRU�VX�DGLFFLyQ�DO�FORUKLGUDWR�GH�FRFDtQD��GHVSXpV�GH���PHVHV�GH�KDEHU�GHVHUWDGR�GH� XQ� LQWHQWR� SUHYLR� TXH� LQFOX\y� XQ� SHUtRGR� GH� KRVSLWDOL]DFLyQ� SDUD�GHVLQWR[LFDFLyQ�� (Q� HVWH� QXHYR� LQWHQWR�� 6HUJLR� HV� DFRPSDxDGR� FHUFDQDPHQWH�SRU� VX�PDGUH��%UXQLOGD��XQD�GXHxD�GH� FDVD�GH����DxRV�GH�HGDG��TXLHQ�KDEtD�VLGR�PX\�LQVLVWHQWH�FRQ�HO�HTXLSR�WHUDSpXWLFR�SDUD�ORJUDU�HO�LQJUHVR�GH�VX�KLMR�D�WHUDSLD��'HVGH�HO�LQLFLR�GHO�WUDWDPLHQWR��%UXQLOGD�GHVWDFy�FRPR�DTXHOOD�SHUVRQD�GHO� VLVWHPD� IDPLOLDU�D�TXLpQ�PiV� OH�SUHRFXSDED�HO� FRPSRUWDPLHQWR�GH�6HUJLR��(OOD� UHODWDED� TXH� HO� UHVWR� GH� OD� IDPLOLD� WHQtD� XQD� DFWLWXG� GH� QR� TXHUHU�LQYROXFUDUVH� PiV� FRQ� ORV� SUREOHPDV� GH� 6HUJLR� GHVSXpV� GH� TXH�� VHJ~Q� HOORV��KDEtDQ�DJRWDGR�WRGDV�ORV�UHFXUVRV�SDUD�KDFHUOR�GHVLVWLU�GHO�XVR�GH�OD�GURJD��/DV�DFFLRQHV�GH�%UXQLOGD�LQFOXtDQ�HVSHUDUOR�KDVWD�DOWDV�KRUDV�GH�OD�PDGUXJDGD��VDOLU�D� EXVFDUOR� GH� QRFKH� D� ORV� OXJDUHV� HQ� TXH� VH� UHXQtD� FRQ� ORV� DPLJRV�� FDQFHODU�DOJXQDV�GH�ODV�GHXGDV�TXH�6HUJLR�FRQWUDtD�\�FXLGDU�TXH�HO�UHVWR�GH�OD�IDPLOLD�QR�IXHUD�PX\�VHYHUD�FRQ�pO��HQWUH�RWUDV�FRVDV��(Q�QR�SRFDV�RFDVLRQHV�HO�UHODWR�GH�%UXQLOGD� LQFOXtD� XQD� H[SOtFLWD� UHIHUHQFLD� DO� FDQVDQFLR� TXH� OH� SURGXFtD� HVWDU� D�FDUJR� GH� VX� KLMR�� 'XUDQWH� HO� WUDQVFXUVR� GHO� WUDWDPLHQWR� DPEXODWRULR� VH� IXH�REVHUYDQGR� TXH�� D� SHVDU� GH� ORV� HVIXHU]RV� GHVSOHJDGRV� SRU� HO� HTXLSR�WHUDSpXWLFR�� HO� FRPSRUWDPLHQWR� GH� 6HUJLR� SDVDED� SRU� DOWRV� \� EDMRV� TXH�GHVHPERFDEDQ�� LQHYLWDEOHPHQWH�� HQ� OD� SXHVWD� HQ� PDUFKD� GH� VX� SDWUyQ� GH�FRQVXPR�� HV� GHFLU�� VH� GHVDSDUHFtD� OD� QRFKH� GHO� YLHUQHV� \� QR� YROYtD� D� OD� FDVD�VLQR�KDVWD�HO�ViEDGR�SRU� OD�WDUGH�R� OD�QRFKH��DJRWDGR�\�FRQ�JDQDV�GH�GRUPLU���(VWH�SDWUyQ�LQFOXtD�HO�FRPSOHPHQWDULR�GH�OD�PDGUH�TXH�VH�FDUDFWHUL]DED�SRU�ORV�HOHPHQWRV� H[SXHVWRV�PiV� DUULED�� $QWH� HVWH� SDQRUDPD�� \� WUDV� YDULRV� LQWHQWRV�IDOOLGRV�SRU�PHMRUDU�OD�VLWXDFLyQ��FRPHQ]y�D�VXUJLU�HQ�HO�HTXLSR�WHUDSpXWLFR�XQD�VHQVDFLyQ� GH� GHVD]yQ�� 6LQ� HPEDUJR�� WUDV� HO� GHVDUUROOR� GH� DOJXQDV�LQWHUYHQFLRQHV�TXH�FRQVLGHUDURQ� OD� LQFOXVLyQ�HQ�WHUDSLD�GHO� UHVWR�GH� OD� IDPLOLD��6HUJLR�WXYR�XQ�FDPELR�QRWDEOH�HQ�VX�FRPSRUWDPLHQWR�TXH�LQFOX\y�XQ�SHUtRGR�GH�WUHV� VHPDQDV� GH� DEVWLQHQFLD� \� OD� E~VTXHGD� GH� WUDEDMR� MXQWR� D� VX� SDGUH�� (O�HTXLSR�WHUDSpXWLFR�UHIRU]y�SRVLWLYDPHQWH�D�6HUJLR�\�D�OD�IDPLOLD��HVSHFLDOPHQWH�D� OD� PDGUH� TXLHQ� FRPHQWy� TXH� GDED� JUDFLDV� SRUTXH� HO� FRPSRUWDPLHQWR� GH�6HUJLR�PRVWUDED�VLJQRV�GH�FDPELR��FRQIHVDQGR�TXH�HQ� ORV�~OWLPRV�GtDV�HVWDED�UH]DQGR� SDUD� TXH�� \D� TXH� WRGRV� VXV� HVIXHU]RV� UHVXOWDEDQ� LQIUXFWXRVRV�� 'LRV�

Page 36: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���SHUPLWLHUD� TXH� 6HUJLR� PXULHUD� DQWHV� TXH� VHJXLU� FRQ� VX� DFWXDO�FRPSRUWDPLHQWR������

�La importancia del comportamiento adict ivo en la mantención de la homeostasis familiar

se expresa muchas veces en un comportamiento familiar que suele perplej izar a los

equipos terapéut icos. Muchas veces las familias parecen boicotear los intentos del

consumidor por salir de sus problemas con las drogas, mientras que en ot ras

oportunidades, las familias parecen desarrollar toda una serie de comportamientos que

posibilitan, y en alguna medida favorecen, el consumo de drogas de uno de sus

miembros. La aparente insensatez de este comportamiento familiar suele dejar sin

respuesta a los terapeutas sin formación en intervenciones familiares, lo que muchas

veces lleva a apartar a la familia del t ratamiento en un intento ext remo, aunque torpe,

por controlar la situación.

Se espera que a esta altura de la exposición el profesional o técnico pueda comprender

estos comportam ientos familiares dentro del contexto de la mantención de la

homeostasis familiar (Barrientos, 2000) . Los esfuerzos que hace la familia ( la mayoría de

las veces no totalmente conscientes) por mantener su est ructura y organización le llevan

muchas veces a colocar una importante energía en la mantención de comportamientos

út iles a ese propósito. Desde este punto de vista, la invitación terapéut ica será siempre a

invest igar al servicio de qué está el comportamiento adict ivo al interior de la familia. La

aclaración de aquello será un importante punto de part ida de los esfuerzos terapéut icos

por modificar los patrones interaccionales que ayudan a la mantención de este

comportamiento.

Los siguientes dos ejemplos clínicos ilust ran la forma en que las familias pueden

entorpecer los intentos terapéut icos o cómo parecen promover la conducta de consumo

de uno de sus miembros, en un intento por mantener la homeostasis familiar.

�� (O�MRYHQ�TXH�TXHUtD�WUDWDPLHQWR�\�/D�FROHFWD�IDPLOLDU�

-RUJH��XQ�DGROHVFHQWH�GH����DxRV��FRQVXOWD�HQ�XQ�&RQVXOWRULR�GH�$WHQFLyQ�3ULPDULD�SRU� VX� FRQVXPR� GH� SDVWD� EDVH� GH� FRFDtQD�� /D� SULPHUD� VRUSUHVD� GHO� HTXLSR�WHUDSpXWLFR� UDGLFy� HQ� OD� LQVLVWHQFLD� GHPRVWUDGD� SRU� -RUJH� HQ� LQJUHVDU� D� XQ�SURJUDPD�WHUDSpXWLFR�� OR�TXH�VH�GHPRVWUDED�HQ�TXH�pO�VH�SUHVHQWDED�VROR�HQ�HO�&RQVXOWRULR� HVSHUDQGR� ODUJR� UDWR� SDUD� SRGHU� FRQYHUVDU� FRQ� DOJ~Q�PLHPEUR� GHO�HTXLSR� WHUDSpXWLFR�� VLWXDFLyQ� TXH� VH� UHSLWLy� HQ� YDULDV� RSRUWXQLGDGHV� \� TXH� QR�UHSUHVHQWD� HO� SDWUyQ� GH� FRQVXOWD� TXH� PiV� KDELWXDOPHQWH� FDUDFWHUL]D� D� ORV�DGROHVFHQWHV��HOORV�PiV�ELHQ�VRQ�OOHYDGRV�SRU�VXV�SDGUHV�R�SRU�DOJ~Q�RWUR�IDPLOLDU�D�FRQVXOWDU�\�HQ�JHQHUDO�GH�QR�PX\�EXHQD�JDQD���7UDV�XQD�SULPHUD�HQWUHYLVWD��VH�OH�VROLFLWy�D�-RUJH�TXH�LQYLWDUD�D�VX�PDGUH�SDUD�OD�VLJXLHQWH�VHVLyQ��$�OD�VHJXQGD�

Page 37: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���VHVLyQ� DVLVWLy� OD�PDGUH� TXLHQ� UHODWy� HVWDU�PX\� FDQVDGD� GHO� FRPSRUWDPLHQWR� GH�-RUJH��HQ�HO�VHQWLGR�GH�TXH�HVWH�QR�FXPSOtD�FRQ�ODV�UHJODV�GH�OD�FDVD�KDFLHQGR�TXH�HOOD� VH� FDQVDUD� HQ� XQ� MXHJR� LQFHVDQWH� SRU� ORJUDU�� LQIUXFWXRVDPHQWH�� TXH� -RUJH�FRUULJLHUD�VX�FRPSRUWDPLHQWR��/D�KLVWRULD�GHO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�-RUJH�LQFOXtD�HO�KHFKR�GH�TXH��PRWLYDGR�SRU�VXV�SUREOHPDV�DFDGpPLFRV�GHFLGLy�QR�DVLVWLU�PiV�D�FODVHV�HQ�VX�HVFXHOD��8QD�YH]�TXH�OD�PDGUH�VH�GLR�FXHQWD�TXH�VX�KLMR�QR�DVLVWtD�D�FODVHV��FHUFD�GH�XQ�PHV�GHVSXpV�GH�TXH�HVWH�DEDQGRQy�OD�HVFXHOD��LQLFLy�XQD�ODUJD�EDWDOOD� FRQ� ORV� GLUHFWLYRV� GHO� FROHJLR� LQWHQWDQGR� UHLQWHJUDU� D� -RUJH� D� ODV� FODVHV�UHJXODUHV�� VLWXDFLyQ� TXH� IXH� WHUPLQDQWHPHQWH� SURKLELGD� SRU� ODV� DXWRULGDGHV�HVFRODUHV�� (Q� HO� LQWHUWDQWR�� -RUJH� VHJXtD� FRQVXPLHQGR� GURJDV�� VLWXDFLyQ� TXH� OD�PDGUH�GHVFRQRFtD�KDVWD�GRV�PHVHV�DQWHV�GH�OD�IHFKD�GH�OD�HQWUHYLVWD��GXUDQWH�OD�FXDO� -RUJH� UHSURFKDED� D� VX�PDGUH� OD� IDOWD� GH� DSR\R� TXH� HVWD� OH� HQWUHJDED�� /D�KLVWRULD�GHO�FDVR�FRQWLQXDED�FRQ�ORV�LQWHQWRV�GH�-RUJH�SRU�GHMDU�GH�FRQVXPLU�\�SRU�LQJUHVDU�D�XQ�SURJUDPD�GH�FDSDFLWDFLyQ�ODERUDO�HQ�FDUSLQWHUtD��RSFLyQ�D�OD�TXH�pO�OH�GDED�XQD�FRQQRWDFLyQ�WHUDSpXWLFD�HQ�UHODFLyQ�D�VX�FRQVXPR��DO�TXH��VHJ~Q�pO��LQJUHVy� VLQ� HO� DSR\R� GH� OD� PDGUH� SDUD� WUDHU� ORV� SDSHOHV� QHFHVDULRV� SDUD� VX�LQVFULSFLyQ��8QD�YH]�TXH�OD�PDGUH�VXSR�TXH�VX�KLMR�SDUWLFLSDED�GH�HVWH�SURJUDPD��OR� UHWLUy� DUJXPHQWDQGR� TXH� HUD� SHOLJURVR� TXH� pO� PDQLSXODUD� KHUUDPLHQWDV�FRUWDQWHV�VL�FRQVXPtD�GURJDV��/D�VHVLyQ�FXOPLQy�FRQ�XQD�FRQQRWDFLyQ�SRVLWLYD�GHO�FDQVDQFLR�GH�OD�PDGUH�IUHQWH�D�HVWH�KLMR�TXH�OH�GDED�WUDEDMR�\�FRQ�XQD�IHOLFLWDFLyQ�UHVSHFWR�GH�VX�KLMR�TXH�KDFtD�HVIXHU]RV�SRU�VDOLU�GH�VX�FRQVXPR�GH�GURJDV����$OJXQDV�VHVLRQHV�PiV�WDUGH�-RUJH�UHFD\y�HQ�HO�FRQVXPR��GHVSXpV�GH�XQ�SHUtRGR�GH�GRV�PHVHV� VLQ� FRQVXPLU�� DQWH� OR� FXDO� OD�PDGUH� VH�SUHVHQWy�PX\�DLUDGD�D� OD�VHVLyQ�GLFLHQGR�TXH�QR�DSR\DUtD�PiV�D�VX�KLMR�HQ�OD�WHUDSLD�\�TXH�OR�UHWLUDUtD�GH�OD�PLVPD� \D� TXH� KDEtD� GHPRVWUDGR� QR� VHU� FDSD]� GH� PDQWHQHU� XQ� SHUtRGR� GH�DEVWLQHQFLD����

��'XUDQWH� XQD� VHVLyQ� IDPLOLDU� GLYHUVRV� PLHPEURV� GH� OD� IDPLOLD� GH� 6HUJLR�� XQ�SDFLHQWH�HQ�WUDWDPLHQWR�FRQ�XQD�GLItFLO�KLVWRULD�GH�PDQWHQFLyQ�GH�OD�DEVWLQHQFLD��UHODWDQ� XQD� VLWXDFLyQ� GH� ViEDGR� SRU� OD� QRFKH� HQ� TXH� 6HUJLR� FRPHQ]y� D�VROLFLWDUOHV� D� FDGD� XQR� SRU� VHSDUDGR� XQD� FDQWLGDG� GH� GLQHUR� TXH� QHFHVLWDED��VHJ~Q�GHFtD��SDUD�SDJDU�XQD�GHXGD�TXH� WHQtD�FRQ�XQD�DPLJR��$�SHVDU�GH�TXH�HVWD�HVFHQD�RFXUUtD�XQ�ViEDGR�SRU�OD�QRFKH��PXFKRV��PLHPEURV�GH�OD�IDPLOLD�OH�HQWUHJDURQ� SRU� VHSDUDGR� D� 6HUJLR� XQD� FDQWLGDG� GH� GLQHUR� TXH�� VXPDGD��DOFDQ]DED� ORV� �� �������� )UHQWH� D� OD� SUHJXQWD� GH� ORV� WHUDSHXWDV� DFHUFD� GH�SRUTXp�KDEtDQ�KHFKR�HVWR��OD�~QLFD�UHVSXHVWD�TXH�OD�IDPLOLD�GLR��IXH�TXH�6HUJLR�VH�YROYtD�PX\�PROHVWR�FXDQGR�UHTXHUtD�GLQHUR�\�TXH��SRU� OR�GHPiV��VL�pO�WHQtD�XQD�GHXGD�HUD�QHFHVDULR�TXH�OD�FDQFHODUD�OR�DQWHV�SRVLEOH��)UHQWH�D�OD�SUHJXQWD�

Page 38: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���GH� ORV� WHUDSHXWDV� GH� VL� D� DOJ~Q� PLHPEUR� GH� OD� IDPLOLD� VH� OH� KDEtD� RFXUULGR�SHQVDU��GDGR�HO�PRPHQWR�HQ�TXH�RFXUUtD�HO�HYHQWR��HQ�TXH�HVWH�GLQHUR�SRGtD�VHU�XWLOL]DGR�SDUD�OD�FRPSUD�GH�GURJD��FRPR�RFXUULy���WRGRV�FRLQFLGLHURQ�HQ�TXH�HQ�HO�PRPHQWR�GH�HQWUHJDU�HO�GLQHUR�QR�SHQVDURQ�HQ�HVD�SRVLELOLGDG��VLQR�PiV�ELHQ�HVWDEDQ� FRQFHQWUDGRV� HQ� TXH� 6HUJLR� QR� VLJXLHUD� PROHVWiQGRORV� FRQ� VX�LQVLVWHQFLD��

Si bien el t rabajo de Stanton y cols (1997) es claro al establecer pat rones

interaccionales que se expresan en fam ilias con un m iem bro dependiente a sustancias,

exam inarem os los aportes de ot ros autores que enriquecen la m irada respecto de la

interacción fam iliar en este tem a.

��'HVFULSFLyQ�7ULJHQHUDFLRQDO��

Cirillo y cols. (1999) plantean un punto de vista de la dinámica fam iliar en fam ilias con

un m iem bro dependiente a sustancias que incluye a t res generaciones fam iliares y que

insinúa la et iología del consum o, en alguna m edida, en la interacción fam iliar.

Cirillo y cols. (1999) com enzaron por preguntarse si acaso, en la m uest ra de casos de

fam ilias con m iem bros dependientes que ellos habían atendido en I talia se verificaban

las observaciones hechas en varios estudios previos respecto de la relación,

part icularm ente apegada y consent ida, entre la m adre del adicto y su hij o.

Específicam ente se preguntaban si, com o podría pensarse, el hij o adicto habría sido

siem pre un “niño de m am á” o si en la tem prana infancia del hij o que luego se

convert ir ía en dependiente a sustancias, exist ía ot ro pat rón interaccional con la m adre.

Los hallazgos que obtuvieron fueron inquietantes.

La revisión de las historias clínicas de sus pacientes, enriquecida con ent revistas a

ot ros m iem bros significat ivos de sus fam ilias (por ejem plo abuelos) , revelaron que en

general estas m adres habían estado poco presentes con sus hij os en la infancia, los

hij os habían sido criados en general por los abuelos y estos consideraban a las m adres

com o poco adecuadas para desarrollar las funciones de asistencia de sus hij os.

Este hallazgo llevó a los invest igadores a preguntarse cóm o había sido la pauta de

crianza de los propios padres del hij o dependiente a sustancias, llegando a la

conclusión de que tanto el padre com o la m adre sostenían conflictos con sus propias

fam ilias de origen, conflictos que no habían logrado ser resueltos antes del

m at rim onio.

Page 39: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

Específicam ente, las m adres no habían recibido de parte de sus propias m adres

sat isfacción respecto de sus necesidades afect ivas profundas, generando el ellas una

necesidad de dependencia, de com pensación afect iva y de reconocim iento. En m uchos

casos, estas m adres habían dejado de lado sus funciones de crianza, dejando sus hij os

al cuidado de sus m adres ( las abuelas) y establecían relaciones m at rim oniales

deficientes y débiles, lo que, en opinión de los autores, daba lugar a la generación de

una WUtDGD�SDWRJpQLFD�WUDQVJHQHUDFLRQDO (que involucra al hij o, la m adre y la abuela) .

De este m odo, la m adre en la prim era infancia de su hij o está em peñada en conflictos

em ocionales con su propia m adre y desarrollaba las funciones de atención de su hij o

en un clim a de escasa serenidad interior y de una m anera sólo DSDUHQWHPHQWH�DGHFXDGD ( socialm ente adecuada) , pero en realidad em ocionalm ente distante y

afect ivam ente deficiente.

Los padres, por su parte, parecían haber sido objeto de lo que Cirillo y cols. (1999)

denom inan “adult ización prem atura” es decir, los padres habían sido forzados a

desarrollar tem pranam ente roles adultos dado que sus propios padres estaban

ausentes o sus cuidados eran evidentem ente inadecuados. Esta situación desem bocaba

en una suerte de “incom petencia” para desarrollar su rol de padres debido a la falta de

em pat ía que les generaba sus experiencias tem pranas y específicam ente el no haber

pasado por le etapa de la adolescencia.

Con estos elem entos com o base y agregando observaciones respecto del curso de la

vida fam iliar en sus pacientes, Cir illo y cols. (1999) elaboraron un m odelo de

entendim iento de la relación ent re dinámica fam iliar y dependencia a sustancias,

caracterizado com o sigue:

(a) El padre se distancia de la propia fam ilia de origen dem asiado

prem aturam ente y sólo de m anera aparente.

(b) La m adre no se distancia nunca, perm aneciendo dependiente de la relación

con la propia m adre ya sea concreta o em ocionalm ente.

( c) Las dificultades de distanciam iento de los padres crean una unión

m at rim onial fundada en el intento de replicar y resolver los tem as

pendientes referentes a las respect ivas fam ilias de origen (el m andato

fam iliar entonces es “no voy a ser igual que m i m adre (padre) ”)

(d) El nacim iento de un hijo representa la posibilidad de redefinir el rol padre-

hij o en relación a la propia fam ilia de origen. La m adre, en posición de

Page 40: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���dependencia de la propia m adre at iende a su hij o de m anera incierta y sólo

aparentem ente adecuada, m ient ras que el padre está afect ivam ente fuera

de rol, el que es ocupado por los abuelos m aternos.

(e) La adolescencia del hij o es un período t raum at izador para los padres, por lo

que el adolescente no es sostenido en sus tensiones evolut ivas.

( f) El uso de drogas se convierte en una DXWRWHUDSLD, para afrontar las

desilusiones y los r igores de una infancia llena de privaciones y de un

m odelo de crecim iento no querido, y a la vez en un vehículo de protesta

respecto de las num erosas exigencias de afecto y cuidado “en deuda” por

parte de los padres.

Cirillo y cols. (1999) ordenan estos elem entos en una secuencia de etapas que

coinciden genéricam ente con las etapas de desarrollo del ciclo vital de la fam ilia. De

esta m anera, describen que el desarrollo m ás frecuente de un futuro dependiente a

sustancias y su fam ilia pasa por las siguientes etapas:

3ULPHUD�(WDSD��ODV�IDPLOLDV�GH�RULJHQ��

Lo que t ípicam ente le ocurre al padre es que es prem aturam ente “adult izado” debido a

la falta de una relación con el propio padre, que estaba ausente, o era incom petente o

excesivam ente rígido, sin que su m adre haya reconocido los esfuerzos hechos por él

para sust ituir las funciones de su padre en la fam ilia.

La m adre del dependiente a sustancias con frecuencia aparece paralizada en una

relación conflict iva con su propia m adre.

6HJXQGD�(WDSD��/D�SDUHMD�SDWHUQD��

La pareja se const ituye m ot ivada básicam ente por la “prom esa afect iva” que ofrece el

cónyuge que se ve com o un inst rum ento para sat isfacer las propias necesidades de

realización social o de em ancipación respecto de la fam ilia de origen. Dichos deseos

serán am pliam ente sat isfechos a t ravés de la pareja, pero sin m odificar la orientación

em ocional predom inante de los dos que sigue cent rada en la fam ilia de origen y no da

lugar a un verdadero intercam bio ínt im o ent re los cónyuges.

Page 41: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���7HUFHUD�(WDSD��UHODFLyQ�PDGUH�KLMR�HQ�OD�LQIDQFLD��

La calidad de la relación m adre-hij o en la infancia es tal que t iene efectos de privación

y carencia sobre el niño respecto de sus necesidades afect ivas prim arias. El cuidado

presenta característ icas de aparentem ente adecuado, es decir al estar concent rada en

una relación em ocional diferente a la que t iene con el hij o (habitualm ente con su

m adre) la m adre realiza las funciones de crianza de m anera aparentem ente

inobjetable, pero en realidad lo que busca es la adecuación social (que las personas la

vena com o una “buena m adre”) y la confirm ación de sus padres. Este m odo de

com portam iento hace im posible que el hij o tenga conciencia del daño sufr ido (dado

que la m adre lo hace aparentem ente im pecable) .

Por ot ro lado, ya que el padre tam poco está totalm ente atento a las necesidades del

hij o y es percibido com o “ausente”, concent rado habitualm ente en su t rabajo, no hay

un tercero que revele lo inadecuado de la crianza de la m adre.

&XDUWD�(WDSD��OD�DGROHVFHQFLD��

Habitualm ente la m adre reacciona ante los nuevos com portam ientos del hij o que

reclam a m ayor autonom ía con una dem onización de los cam bios inherentes a la

adolescencia. El hij o, por lo tanto, intuye, aunque parcialm ente, la cont radicción del

com portam iento de la m adre que se dem uest ra incapaz de t ransform ar su

com portam iento de crianza. Esta r igidez se vuelve reveladora de la real naturaleza de

la relación: la m adre no reconoce las exigencias evolut ivas del hij o, sino que sólo lo

acepta com o hij o-niño fácilm ente subyugable, t ransfir iendo al hij o los conflictos no

resueltos con su propia m adre.

En esta etapa la tom a parcial de conciencia del hij o no es suficiente com o para

desencadenar un com portam iento sintom át ico, cont rolado tam bién por ot ros actores

com o la escuela u ot ros parientes. El adolescente com enzará a desviar la ira que

genera la m adre y aparecerán com portam ientos de oposición y/ o negat ivos com o

fracasos escolares, experim entación con drogas y alcohol, conductas v iolentas, et c.

4XLQWD�(WDSD��HO�SDVR�DO�SDGUH��

El adolescente siente la falta del padre. Al sent ir que la m adre lo presiona en una

dim ensión infant ilizadora, el hij o se vuelve cada vez m ás react ivo y por lo tanto t rata

de desplazarse hacia el padre, m ovido por la necesidad de un reconocim iento de la

legit im idad de los propios sent im ientos relat ivos a la inadecuación materna y de sus

Page 42: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���propios derechos de individuación, pero este m ovim iento no t iene éxito: en general el

padre rechaza al hij o (a m enudo porque lo siente m ás hij o de la esposa y la suegra

que de él) o lo acoge de m odo inst rum ental para luego abandonarlo o bien lo acoge

ut ilizando est rategias no m uy diferentes a las usadas por la m adre.

Esta ausencia del padre son las últ im as condiciones para un encuent ro con las drogas.

6H[WD�(WDSD��HO�HQFXHQWUR�FRQ�ODV�GURJDV��

La experiencia con las drogas ayuda al adolescente a m it igar quím icam ente el

sufr im iento al que está expuesto producto del clim a fam iliar y del abandono en que se

encuent ra dent ro de la fam ilia.

6pSWLPD�(WDSD��/DV�HVWUDWHJLDV�EDVDGDV�HQ�HO�VtQWRPD��

Los com portam ientos posteriores al descubrim iento de la dependencia cont r ibuyen a

cronificarla. La m adre evita la depresión y las crisis enfat izando su cuidado

infant ilizador hacia el hij o, el padre sigue actuando débilm ente y el hijo expresa en el

síntom a de consum o de drogas la única posibilidad de autonom ía y de expresión de su

agresividad.

Las descripciones de Cir illo y cols. (1999) , part icularm ente las relat ivas a las dinámicas

fam iliares en la últ im a etapa guardan una cercanía notable con las descripciones

hechas por Stanton y cols (1997) que exam inam os m ás arriba, ya que finalm ente

parece describirse un conflicto t r iádico ent re la m adre el padre y el hij o, o ent re la

m adre, la abuela y el hij o y parece otorgársele al com portam iento adict ivo funciones

que enfat izan la característ ica de la pseudoindividuación.

Cirillo y cols. (1999) , a diferencia de Stanton y cols (1997) , no se quedan en una

descripción de los factores del presente que influyen en el m antenim iento de del

consum o de drogas, sino que van m ás at rás buscando los orígenes de aquello en la

relación con las generaciones anteriores.

Desde el punto de vista de este t rabajo las ideas de Cir illo y cols. (1999) perm iten

am pliar la m irada respecto de las dinámicas fam iliares y t raen a la m ano a un actor de

gran relevancia y que los terapeutas suelen dejar de lado debido a la form a en que se

presenta la dem anda en los cent ros de atención: el padre y su rol dent ro de la fam ilia.

Com o se verá m ás adelante, una sugerencia terapéut ica relevante es no olvidar al

padre dent ro del contexto de la terapia y t raerlo a la m ano de las form as m ás creat ivas

Page 43: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���posibles, ya que, com o m uchas veces en la fam ilia, él suele ser el gran ausente en la

terapia.

Ot ros autores que aluden a una suerte de intercam bio generacional relevante para el

entendim iento de la dinám ica fam iliar, en fam ilias con un m iem bro con problem as con

sustancias, son Steinglass y cols. (1993) en su m uy interesante t rabajo acerca de lo

que denom inaron la Fam ilia Alcohólica

(O�GHVDUUROOR�GH�XQD�LGHQWLGDG�GH�IDPLOLD�GHSHQGLHQWH�D�VXVWDQFLDV��

En su brillante t rabajo, Steinglass y cols. (1993) elaboran una elegante descripción

acerca de las etapas vitales por las que t ranscurre la vida fam iliar tom ando, com o se

vio en el Capítulo 1, a la fam ilia com o una unidad. En su t rabaj o, hacen extensible

aquellas descripciones a las etapas por las que pasa una fam ilia con un m iem bro

dependiente a sustancias, específicam ente, un m iem bro dependiente al alcohol.

Lo relevante para nuest ro t rabajo es la dist inción ofrecida por Steinglass y cols. (1993)

en orden a que, en el t ranscurso de su desarrollo evolut ivo, las fam ilias pueden

adquirir una ident idad de fam ilias dependientes a sustancias, es decir int roducir en sus

com portam ientos fam iliares de m anera definida, perm anente y crónica el

com portam iento adict ivo invadiendo al conjunto de los m iem bros de la fam ilia y sus

form as de relación.

Los hallazgos de estos autores están tam bién relacionados con un fenóm eno bastante

conocido: la herencia t ransgeneracional del alcoholism o, es decir una tendencia a que

los hij os de padres alcohólicos sean a su vez tam bién alcohólicos.

Salvando en este apartado la discusión acerca de si en esta herencia prim an m ás los

aspectos genét icos o am bientales, el aporte de Steinglass y cols. (1993) se basa en la

descripción de las tareas del desarrollo evolut ivo de las fam ilias, tal com o se vio en el

Capítulo 1. De esta m anera, com o se recordará, una de las funciones básicas de las

fam ilias en su prim era etapa de desarrollo es la de const ituir una ident idad fam iliar

tom ando com o “m aterial” para ello los elem entos que se t raen desde las propias

fam ilias de origen. El punto crucial en relación a nuest ro tem a es qué hacer cuando

aquel “m aterial” proviene de una fam ilia alcohólica (o dependiente a sustancias) , ¿se

incluye esos pat rones de com portam iento com o alternat ivas válidas en la interacción

de la nueva fam ilia?.

El dilem a no es fácil de resolver porque, adem ás de no ser claram ente consciente,

involucra resolver las com plejas relaciones con las fam ilias de origen y negociar

act itudes frente al tem a las que pueden resultar com plejas y difíciles de abordar, por

Page 44: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���ejem plo, ¿se tendrá acceso ilim itado a la fam ilia de origen definida com o alcohólica?, o

se lim itará el acceso a ocasiones en las que no existe r iesgo de com plicaciones. De la

m ism a m anera, al desarrollar sus valores, creencias y reglas de conducta com part ida,

¿lo harán según el m odelo de la fam ilia alcohólica o el de la fam ilia que no lo es?

Según Steinglass y cols. (1993) una de las opciones de la nueva fam ilia en este punto

es const ituir una ident idad de fam ilia alcohólica (ot ras serían no ser una fam ilia

alcohólica o quedar en un punto interm edio de poca claridad) en la que los r ituales

fam iliares, la act itud hacia el consum o y la form a de resolver los conflictos son

m odelados, de m anera im plícita según los antecedentes de la fam ilia de origen

alcohólica, incluyendo todos estos com portam ientos dent ro de las form as habituales de

com portam iento fam iliar.

Adquir ir una ident idad de fam ilia alcohólica (o dependiente a sustancias) significa para

Steinglass y cols. (1993) que todos los m iem bros de la fam ilia actúan los dist intos

roles que les corresponden en un pat rón que es predecible para todo el sistem a

fam iliar y que queda arraigado en su form a de com portam iento habitual.

Esta predict ibilidad del com portam iento fam iliar en su conjunto es una de las

característ icas de la segunda fase de desarrollo de la fam ilia que, com o vim os en el

Capítulo 1, corresponde a la fase que puede describirse com o vida fam iliar

propiam ente tal.

El ejem plo clínico que ent regan Steinglass y cols. (1993) corresponde a una m ujer,

que recordaba que cuando ent raba a su casa el fin de sem ana y veía una botella

sem ivacía, indicador de que el padre había bebido y que cont inuaría haciéndolo el resto

del fin de sem ana, ella ent raba en “piloto autom át ico”, lo que significaba que su

com portam iento y el de la fam ilia cam biaba: se refugiaba en su pieza concent rada en

sus cosas y rogando que nadie viniera a visitarla a la casa, m ient ras el resto de los

m iem bros de la fam ilia hacía lo m ism o, no se sentaban juntos a com er com o lo hacían

habitualm ente en situaciones de sobriedad, sino que todos tom aban sus platos y

com ían en sus habitaciones. Cuando habían discusiones ella t rataba de quedarse al

m argen, pero m uchas veces se involucraba en las m ism as a pesar de que sabía que

eran discusiones incoherentes.

Respecto de este caso, Steinglass y cols. (1993) destacan que la capacidad de la

paciente de actuar en “piloto autom át ico” y saber qué era lo que cada m iem bro de la

fam ilia haría en caso de que uno de sus m iem bros com ience a beber, es un indicador

de que la fam ilia com o un conjunto actúa alcohólicam ente, es decir, la fam ilia com o un

todo m odifica su com portam iento t ransform ando el consum o y los cam bios de

Page 45: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���com portam iento asociados en un pat rón estable y predecible. En este sent ido, la

fam ilia ha adquirido una ident idad de fam ilia alcohólica (o dependiente) .

A esta altura queda pendiente ot ra pregunta crucial: si bien la fam ilia ha int roducido

este pat rón de com portam iento y puede predecir lo ¿porqué lo m ant iene si

evidentem ente a un nivel, le genera dolor?. La respuesta de Steinglass y cols. (1993)

hace nuevam ente énfasis en el concepto de hom eostasis fam iliar. Ellos plantean que

este com portam iento se m ant iene porque ayuda a la fam ilia a resolver problem as de

im portancia para ellos, por ej em plo form as de intercam bio em ocional, problem as

sexuales, problem as con los vecinos, etc. los que no pueden resolverse en estado de

sobriedad. De esta m anera, la fam ilia cree, según los autores, que el consum o les

ayuda a desarrollar una serie de com portam ientos que en ot ro m om ento no son

posibles de im plem entar.

Los estudios Stanton y cols (1997) , Cir illo y cols. (1999) y Steinglass y cols. (1993)

presentados en este capítulo const ituyen abordajes altam ente fundam entados en

m aterial clínico y de invest igación y representan probablem ente los abordaj es m ás

com pletos, com presivos y coherentes respecto del rol que cum ple la fam ilia en el

origen y la m antención de la conducta adict iva.

/D� +RPHRVWDVLV� )DPLOLDU� FRPR� XQD� KLSyWHVLV� RULHQWDGRUD� GHO� WUDEDMR� FRQ�IDPLOLDV�FRQ�XQ�PLHPEUR�FRQ�SUREOHPDV�GH�GURJDV�����

Hasta este punto hem os abordado la relación ent re la dinámica fam iliar y la

dependencia a sustancias desde t res perspect ivas que ponen énfasis en diferentes

aspectos del fenóm eno y de las relaciones ent re los m iem bros de la fam ilia. Sin

em bargo, los t res abordajes confluyen en un m ism o punto: el com portam iento

adict ivo, es decir el consum o de sustancias m ás todos los com portam ientos

individuales y fam iliares asociados, cum ple una función en la m antención del equilibrio

de la fam ilia. Para Stanton y cols (1997) esa función está al servicio de la superación

de la tensión ent re los padres, para Cir illo y cols. (1999) el consum o es una suerte de

autom edicación que ayuda al adolescente y a su fam ilia a enfrentar de una m anera

paradój ica los dolores y dificultades surgidas a raíz de una crianza poco nut r icia, para

Steinglass y cols. (1993) la fam ilia m ant iene el consum o de alcohol en su interior

porque ident ifica problem as o situaciones que se pueden enfrentar sólo cuando uno de

sus m iem bros se ha consum ido.

Page 46: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���La perspect iva de este t rabajo coincide con tales posturas. En part icular, propone que

HO�FRPSRUWDPLHQWR�DGLFWLYR�FRQVWLWX\H�XQ�VtQWRPD�TXH�SURWHJH�HO�HTXLOLEULR�GH�OD�IDPLOLD�\�DSRUWD�D�OD�PDQWHQFLyQ�GH�OD�KRPHRVWDVLV�IDPLOLDU.

Creem os que sólo de esa m anera puede entenderse porqué las fam ilias gastan tanta

energía generando una serie de conductas aparentem ente cont radictorias con los

objet ivos que las llevan a consultar o que en ot ras oportunidades parezcan oponerse

francam ente al proceso terapéut ico en el que han confiado el cuidado de uno de sus

m iem bros.

Lo que el profesional o técnico que intervenga con fam ilias debe buscar HV�OD�IXQFLyQ�FRQFUHWD� TXH� HVH� FRPSRUWDPLHQWR� DGLFWLYR� RIUHFH� SDUD� FDGD� IDPLOLD� HQ�SDUWLFXODU.

Las funciones que este com portam iento cum plirá variarán tanto com o varían las

fam ilias que consultan, no siem pre se referirán a padres tensionados en sus relaciones

o a adolescentes dolidos con sus padres, sin em bargo, Vt� VH� UHIHULUi� HQ� WRGDV� ODV�RFDVLRQHV�D�DOJXQD�FLUFXQVWDQFLD��UHDO�R�SRWHQFLDO�TXH�GHVGH�HO�SXQWR�GH�YLVWD�GH� ORV�PLHPEURV�GH�OD�IDPLOLD��SRQH�HQ�ULHVJR�OD�³LQWHJULGDG´�IDPLOLDU.

El siguiente caso clínico dará un ej em plo respecto de este punto.

(O�*XDUGLiQ�GH�OD�)DPLOLD���

Se presenta una t ranscr ipción de la prim era sesión realizada con la fam ilia de Rodrigo,

un adolescente consum idor de PBC.

�&RQVXOWDQ�$QJpOLFD�������PDPi�GHO�3DFLHQWH�,QGLFH��5REHUWR�������SDSi�GHO�3,��GH� QDFLRQDOLGDG� DUJHQWLQD�� /XLV� ������ KHUPDQR� GHO� SDFLHQWH� tQGLFH� \� 5RGULJR�������SDFLHQWH�tQGLFH���(Q�HO�PRPHQWR�GH�OD�FRQVXOWD�ORV�FXDWUR�PLHPEURV�GH�OD�IDPLOLD�YLYHQ�MXQWRV���)tVLFDPHQWH�WRGRV�VRQ�SHUVRQDV�GH�DVSHFWR�ItVLFR�VDOXGDEOH��UHODWLYDPHQWH�DOWRV�\�GH�XQD�DSDULHQFLD�DJUDGDEOH��'HVWDFD�TXH� WRGRV� ORV�PLHPEURV�GH� OD� IDPLOLD��H[FHSWR�5RGULJR��VH�YLVWHQ�GH�PDQHUD�IRUPDO��PX\�RUGHQDGRV�HQ�VX�YHVWLPHQWD�\� DVHR�� /XLV� HV� SDUWLFXODUPHQWH� RUGHQDGR� \� IRUPDO�� 5RGULJR�� HQ� FDPELR��PXHVWUD�XQ�HVWLOR�FODUDPHQWH�GLIHUHQWH�FRQ�URSD�GH�HVWLOR�WUDVKHU��FRQ�FDGHQDV��ERWRWRV��SHOR�ODUJR��PXxHTXHUDV�\�UHODWLYDPHQWH�GHVDVHDGR��

Page 47: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���(O� WHUDSHXWD� LQLFLD� OD�VHVLyQ�SUHJXQWDQGR�D�FDGD�XQR�FyPR�VH� OODPD��D�TXp�VH�GHGLFDQ�\�VL�YLYHQ�MXQWRV�R�QR���&DGD�PLHPEUR�GH� OD� IDPLOLD� UHVSRQGH��$QJpOLFD�HV�GXHxD�GH�FDVD��SHUR�DKRUD�~OWLPR�VH�KD�GHGLFDGR�D�OD�YHQWD�GH�MR\DV��SRUTXH�OD�VLWXDFLyQ�HFRQyPLFD�GH�OD�IDPLOLD� KD� HVWDGR� UHODWLYDPHQWH� PDOD�� 5REHUWR� KD� WHQLGR� XQD� YDULHGDG� GH�SUR\HFWRV� GH� WUDEDMR� H� LQYHUVLyQ� TXH� QR� KDQ� UHVXOWDGR� GHO� WRGR� �SRU� HMHPSOR�XQD� IORWD�GH� WD[LV��R�XQ�SUR\HFWR�GH�GHVDUUROOR� LQPRELOLDULR���pO� HV�DUJHQWLQR�\�KDFH�SRFR�VH�YROYLy�D�$UJHQWLQD�SDUD�SUREDU� VXHUWH�HQ�RWURV� WUDEDMRV��SHUR�HO�DVXQWR�QR�SUHQGLy� \� HVWi�GH� YXHOWD� HQ�&KLOH�� /XLV� HV� HVWXGLDQWH�GH� HGXFDFLyQ�VHFXQGDULD��OH�YD�EDVWDQWH�ELHQ�HQ�HO�FROHJLR��HO�WLHPSR�OLEUH�TXH�WLHQH�OR�XWLOL]D�HQ� HO� WUDEDMR� GH� SDVWRUDO� GH� VX� LJOHVLD� HQ� HO� TXH� WUDEDMD� PX\�FRPSURPHWLGDPHQWH�� 5RGULJR� HVWi� HQ� WHUFHUR�PHGLR�� SHUR� HVWH� DxR� OH� KD� LGR�EDVWDQWH�PDO��DVt�TXH�GHVGH�KDFH�XQ� WLHPSR�QR�DVLVWH�DO� FROHJLR��HO� WLHPSR� OR�XWLOL]D�HQ�HVWDU�FRQ�ORV�DPLJRV��YHU�WHOHYLVLyQ��FKDWHDU�XQ�UDWR��HWF�«��(O�WHUDSHXWD�SUHJXQWD�¢SRUTXp�HVWiQ�DTXt"��PLUD�D�OD�PDGUH�\�DO�SDGUH�DO�KDFHU�HVWD�SUHJXQWD���/D�PDGUH�WRPD�OD�SDODEUD�\�GLFH�TXH�HVWi�DTXt�SRU�5RGULJR��eO�FRQVXPH�GURJDV��PDULKXDQD� \� 3%&�� \� GHVGH� KDFH� XQ� WLHPSR� D� HVWD� SDUWH� HO� FRQVXPR� KD�HPSHRUDGR��KDFLpQGRVH�FDGD�YH]�PiV�IUHFXHQWH��/H�SUHRFXSD�TXH�5RGULJR�KD\D�GHMDGR�HO�FROHJLR�\�TXH�IUHFXHQWH�D�ODV�DPLVWDGHV�TXH�IUHFXHQWD��TXH�VRQ��HQ�VX�PD\RUtD�� MyYHQHV� GH� OD� FDOOH� TXH� QR� VRQ� GH� VX� FRQGLFLyQ� VRFLDO� R� FXOWXUDO«� HO�WHUDSHXWD�OH�SUHJXQWD�VL�KD\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�OH�SUHRFXSH��/D�PDGUH�SLHQVD�XQ�SHTXHxR�UDWR��PLUD�KDFLD�DUULED�\�GLFH�TXH�QR�OH�SUHRFXSD�QDGD�GH�/XLV��TXH�HV�XQ� MRYHQ�TXH� VH� FRPSRUWD�PX\�ELHQ«�SHUR�TXH� Vt� OH� SUHRFXSD�XQ�SRFR� VX�PDULGR�� SDUWLFXODUPHQWH� HO� KHFKR� GH� TXH� QR� HQFXHQWUH� XQ� WUDEDMR� TXH� OH�JDUDQWLFH�D�OD�IDPLOLD�XQ�LQJUHVR�HVWDEOH��+DFH�SRFR�pO�VH�KDEtD�LGR�GH�UHJUHVR�D�$UJHQWLQD�D�YHU�VL� OH� UHVXOWDED�DOJR��SHUR�YROYLy�VLQ� UHVROYHU� FRQFUHWDPHQWH� OD�VLWXDFLyQ���(O�WHUDSHXWD�OH�SUHJXQWD�D�OD�PDGUH�VL�WLHQH�RWUD�SUHRFXSDFLyQ�\�HVWD�GLFH�TXH�QR���/H�SUHJXQWD��HQWRQFHV�DO�SDGUH��³<�XVWHG�5REHUWR��¢SRUTXp�HVWi�DTXt"´���5REHUWR�GLFH�TXH�OH�SUHRFXSD�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�5RGULJR�D�TXLHQ�HQ�JHQHUDO��QR�YH�WDQ�FRPSOLFDGR��SHUR�DKRUD�~OWLPR�OD�VLWXDFLyQ�VH�KD�YXHOWR�IUDQFDPHQWH�FRPSOLFDGD��6H�KD�GDGR�FXHQWD�GH�TXH�5RGULJR�KD�DXPHQWDGR�ODV�YHFHV�HQ�TXH�OOHJD�PDO�D�OD�FDVD��FRQ�HYLGHQWHV�PXHVWUDV�GH�TXH�KD�FRQVXPLGR��(O�SXQWR�TXH�

Page 48: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���UHEDOVy� HO� YDVR� IXH� TXH� 5RGULJR� OH� OHYDQWy� OD� PDQR� D� OD� PDGUH� � OH� JROSHy�EDVWDQWH�IXHUWH��(VWR�RFXUULy� OXHJR�GH�XQD�GLVFXVLyQ�HQ�TXH�OD�PDGUH�OR�DFXVy�GH�UREDUVH�XQD�PHUFDGHUtD�GH�OD�FDVD���7HUDSHXWD�� 'HVGH� VX� SXQWR� GH� YLVWD� 5REHUWR�� HVWD� PD\RU� FRPSOLFDFLyQ� HQ�5RGULJR�TXH�XVWHG�LGHQWLILFD�¢FRLQFLGH�FRQ�DOJ~Q�RWUR�HYHQWR�TXH�KD\D�RFXUULGR�HQ�OD�IDPLOLD"���(O�SDGUH�UHVSRQGH�TXH�FRLQFLGH�PiV�R�PHQRV�FRQ�HO�WLHPSR�HQ�TXH�pO�VH�IXH�D�$UJHQWLQD��DXQTXH�HQ�UHDOLGDG�FRPHQ]y�FRPR�XQ�PHV�R�GRV�DQWHV��/D�FRVD�OOHJy�D�VHU�WDQ�JUDYH�TXH�pO�GHFLGLy�YROYHUVH�D� OD�FDVD�D�SRQHU�RUGHQ�HQ�OD�IDPLOLD«�HVWR�OR�GHFLGLy�D�UDt]�GH�XQ�OODPDGR�WHOHIyQLFR�GH�$QJpOLFD�HQ�TXH�OH�FRPXQLFy�TXH�5RGULJR�OD�KDEtD�JROSHDGR���$QJpOLFD�FRPHQWD�FRPR�SDUD�HOOD��DXQTXH�HQ�XQ�WRQR�OR�VXILFLHQWHPHQWH�IXHUWH�FRPR�SDUD�TXH�WRGRV�HVFXFKHQ���³\D�HUD�KRUD´��(O�WHUDSHXWD�OD�PLUD�\�OH�SUHJXQWD�¢TXp�TXLHUH�GHFLU"��(OOD�UHVSRQGH�TXH�HQ�JHQHUDO��pO��HO�PDULGR��QXQFD�VH�KD�SXHVWR�ORV�SDQWDORQHV�HQ�OD�FDVD��4XH�HV�HOOD�D�OD�TXH�OH�KD�WRFDGR�VHU�OD�TXH�SRQH�ODV�UHJODV�\�SRU�OR�WDQWR�DFWXDU�FRPR�OD�PDOD�GH�OD�SHOtFXOD«��7HUDSHXWD��PLUDQGR�D�5REHUWR���¢&XiO�HV�VX�SXQWR�GH�YLVWD�DO�UHVSHFWR"���eO� UHVSRQGH� TXH� PXFKDV� YHFHV� KD� VHQWLGR� TXH� QR� WLHQH� PXFKD� FDELGD� HQ� OD�FDVD�� TXH� OR� TXH� DKRUD� RFXUUH� WLHQH� TXH� YHU� FRQ� TXH� $QJpOLFD� OH� KD�LPSRVLELOLWDGR�SDUWLFLSDU�HQ�OD�IDPLOLD��RFXOWiQGROH��SRU�HMHPSOR��SUREOHPDV�TXH�KDEtD�HQ�OD�FDVD��HVSHFLDOPHQWH�FRQ�5RGULJR�TXH��SRU�HMHPSOR��WHQtD�SUREOHPDV�LPSRUWDQWHV�HQ�HO�FROHJLR�\�$QJpOLFD�QR�ORV�FRPXQLFDED���(OOD�GLFH�TXH�pO�QR�VH�LQWHUHVDED�HQ�OD�IDPLOLD�\�TXH�SDVDED�OD�PD\RU�SDUWH�GHO�WLHPSR�HQIUDVFDGR�HQ�VXV�SUR\HFWRV�TXH�QXQFD�IXQFLRQDURQ«��(O� WHUDSHXWD� FRPHQWD� TXH� \D� WHQGUiQ� WLHPSR� GH� SURIXQGL]DU� HQ� HVWH� WHPD� \�SUHJXQWD�DO�SDGUH��¢KD\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�OH�SUHRFXSH�GH�OD�IDPLOLD"���eO� UHVSRQGH� TXH� QR�� WRGR� HO� UHVWR� HVWi� QRUPDO�� /XLV� HV� XQ� EXHQ� KLMR� TXH� HQ�JHQHUDO�QR�GD�SUREOHPDV���7HUDSHXWD��GLULJLpQGRVH�D�/XLV���¢<�W~�/XLV��SRUTXp�HVWiV�DTXt"�

Page 49: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����/XLV��3DUD�DFRPSDxDU�D�OD�IDPLOLD��7HUDSHXWD��¢+D\�DOJR�TXH�WH�SUHRFXSH"��/XLV��5RGULJR���7HUDSHXWD��¢&yPR�DVt"��/XLV�� 0H� SUHRFXSD� TXH� 5RGULJR� QR� HVWp� KDFLHQGR� QDGD� ~WLO� FRQ� VX� YLGD�� 6H�GHGLFD� D� HVFXFKDU� P~VLFD�� D� VDOLU� FRQ� ORV� DPLJRV�� D� HVWDU� HQ� OD� FDOOH� \� D�FRQVXPLU�GURJDV��<R� OR�KH�YLVWR�HQ�PXFKDV�FRVDV�� OR�KH�YLVWR� FRPR� OOHJD�D� OD�FDVD��OR�KH�YLVWR�HQ�VLWXDFLRQHV�TXH�QXQFD�OHV�KH�FRQWDGR�D�ORV�SDSiV��<R�FUHR�TXH�5RGULJR�FRQVXPH�EDVWDQWH�PiV�GH�OR�TXH�GLFH�\�GH�OR�TXH�ORV�SDSiV�VH�KDQ�GDGR�FXHQWD���$�YHFHV�OOHJD�GREODGR�D�OD�FDVD��WRWDOPHQWH�GURJDGR��QR�SXHGH�QL�KDEODU��R�GLFH�SXUDV� WRQWHUDV«�<R� OH�KH�GLFKR�D� OD�PDPi�TXH� OR�FDVWLJXHPRV��TXH�OR�GHMHPRV�VLQ�PHVDGD�SRU�HMHPSOR«DOJXQDV�YHFHV�OH�GLJR�OR�TXH�WLHQH�TXH�KDFHU��OH�GLJR�TXH�SLHQVH�OR�TXH�KDFH��OH�GR\�FRQVHMRV��SHUR�pO�QR�PH�SHVFD���7HUDSHXWD��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH�GH�OD�IDPLOLD"��/XLV��1R��(Q�XQD�GH�HVDV�SXHGH�VHU�TXH�PH�SUHRFXSH�XQ�SRFR�SRU� ORV�SDSiV��SRUTXH� D� YHFHV� SHOHDQ� PXFKR�� SHUR� HQ� JHQHUDO� QR� PH� SUHRFXSD� WDQWR�� <R�HQFXHQWUR� TXH� FXDQGR� HO� SDSi� HVWXYR� HQ� $UJHQWLQD� QR� HVWXYLPRV� PDO�� <R�D\XGDED�D�OD�PDPi��OH�GHFtD�TXp�FRVDV�IDOWDEDQ�HQ�OD�FDVD�SDUD�LU�D�FRPSUDUODV��OH�D\XGDED�D�VDFDU�FXHQWDV�\�D�YHU�FyPR�SDJDUtDPRV�ODV�GHXGDV��HWF��/DV�FRVDV�PDUFKDEDQ�ELHQ«��7HUDSHXWD��¢<�TXp�WH�SDUHFH�TXH�HO�SDSi�KD\D�YXHOWR�D�OD�FDVD"��/XLV��0H�SDUHFH�ELHQ��LJXDO�SUHILHUR�TXH�HVWp�HQ�OD�FDVD���7HUDSHXWD��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH"��/XLV��1R���7HUDSHXWD��PLUDQGR�D�5RGULJR���¢<�W~�5RGULJR��SRUTXp�HVWiV�DTXt"��5RGULJR��3RUTXH�PH�WUDMHURQ���7HUDSHXWD��¢&yPR�DVt"�

Page 50: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����5RGULJR��GHVDILDQWH�\�HQRMDGR���$Vt���7HUDSHXWD��1R�HQWLHQGR���5RGULJR��PiV�HQRMDGR�\�PLUDQGR�ILMR�DO�WHUDSHXWD���¢TXp�QR�HQWLHQGH"��7HUDSHXWD��1R� HQWLHQGR�TXH�KD\DV� YHQLGR�� SRUTXH� ILQDOPHQWH�SRGUtDV�KDEHUWH�QHJDGR�\�PDQGDUWH�D�FDPELDU«��5RGULJR�� 0H� DPHQD]DURQ� FRQ� PDQGDUPH� LQWHUQR� D� XQD� FRPXQLGDG� R� FRQ�HFKDUPH�D�ORV�SDFRV«QR�Vp«YLQH�REOLJDGR���7HUDSHXWD��¢4Xp�WH�SDUHFH�TXH�OR�TXH�VH�GLFH�GH�WL"��5RGULJR��1R�HVWR\�QL�DKt��0H�SDUHFH�TXH�VRQ�XQRV�H[DJHUDGRV��0H�FULWLFDQ�SRU�OD�URSD��PH�GLFHQ�TXH�SDUH]FR�URWR��TXH�WHQJR�DPLJRV�GH�OD�FDOOH�\�\R�OHV�GLJR�TXH�HOORV�VRQ�WRGRV�XQRV�IDOVRV�TXH�DQGDQ�SRQLHQGR�FDULWDV�D�OD�JHQWH��TXH�GDQ�XQD�LPSUHVLyQ�GH� FRVDV�TXH�QR� VRQ��TXH�GHODQWH�GH� ORV�DPLJRV�VH�SRQHQ�FRPR� OD�IDPLOLD� SHUIHFWD«� FRQ� ODV� FDJDGLWDV� TXH� TXHGDQ� HQ� OD� FDVD«� ¢SRUTXp� QR� OH�SUHJXQWD�D�PL�PDPi�FyPR� OH�YD�FRQ�HO� WUDJR�R�FRQ� ODV�SDVWLOODV�TXH�VH� WRPD�SDUD�GRUPLU"��D�YHFHV�QR�VH�GHVSLHUWD�HQ�WRGD�OD�PDxDQD��SDVD�GXUPLHQGR��¢3RU�TXp�QR� OH�SUHJXQWD�D�PL�SDSi�D�YHU�VL�DWLQD�FRQ� OD�FDVD�DOJXQD�YH]"��(O�~QLFR�TXH�VDOYD�XQ�SRFR�HV�HO�/XLV�TXH�VH�OH�YD�XQ�SRFR�PHMRU«�HQ�UHDOLGDG�EDVWDQWH�ELHQ�HQ� HO� FROHJLR«�SHUR� VH�SRQH�D�GDU� VHUPRQHV�� VH�SRQH� ODWHUR� \� DKt� QR� OR�SHVFR«�VH�FUHH�FRPR�JUDQGH�HO�KXHYyQ«��7HUDSHXWD��¢<�TXp�RSLQDV�DFHUFD�GH�OR�TXH�VH�FRPHQWD�UHVSHFWR�GH�WX�FRQVXPR�R�GH�TXH�OH�SHJDVWH�D�OD�PDPi"��5RGULJR�� ¢1R� OH� GLJR�TXH� VRQ�XQRV� H[DJHUDGRV"��1R� HV�SDUD� WDQWR�� \R�QR�PH�DQGR�GURJDQGR�HQ�ODV�FDOOHV�DVt�FRPR�VL�IXHUD�XQ�ERUUDFKR�TXH�VH�TXHGD�ERWDGR�HQ�OD�FDOOH��8QD�YH]� OOHJXp�FRQ�XQ�SRFR�GH�WUDJR�D� OD�FDVD�\�TXHGy�OD�FDJDGD��SRUTXH�HO�/XLV� OH�GLMR�D�PL�PDPi�\� OD�PDPi�PH�FRPHQ]y�D�JULWDU�\�PH�SHJy�XQD�FDFKHWDGD�\�PH�GLMR�TXH�PH�IXHUD�GH�OD�FDVD«��7HUDSHXWD��¢<�OR�GH�ORV�JROSHV�D�OD�PDPi"���5RGULJR��$Kt�IXH�SR«�OD�PDPi�PH�HPSH]y�D�GHFLU�TXH�\R�PH�KDEtD�UREDGR�QR�Vp�TXp�FRVD��TXH�HOOD�PH�KDEtD�UHYLVDGR�OD�SLH]D�\�KDEtD�HQFRQWUDGR�XQD�ODWD�GH�DW~Q� TXH� VHJ~Q� HOOD� \R� VH� OD� LED� D� UHJDODU� D�PLV� DPLJRV� GH� OD� HVTXLQD� \�PH�

Page 51: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���DUPy�XQ�FDJ�LQ���\�DKt�\R�OH�GLMH�TXH�QR�WHQtD�SRUTXp�PHWHUVH�HQ�PLV�FRVDV�\�OH�GL� XQ� HPSXMyQ� \� OD� PDPi� VH� FD\y� \� \R� PH� IXL� GH� OD� FDVD� \� YROYt� DO� GtD�VLJXLHQWH«��7HUDSHXWD��5RGULJR�¢KD\�DOJXQD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH�D�WL��SDUWLFXODUPHQWH�D�WL"��5RGULJR��/D�IDPLOLD���7HUDSHXWD��¢&yPR�DVt"��5RGULJR��/D�IDPLOLD��/R�IDOVRV�TXH�VRQ«PtUHORV�DVt�WDQ�DUUHJODGLWRV��FRPR�VL�ODV�FRVDV� HVWXYLHUDQ� WDQ�ELHQ�HQ� OD� FDVD«�SHUR� VDEH�TXp�� \R�QR� HVWR\� QL� DKt� FRQ�HVWD�IDPLOLD��GH�KHFKR�QR�PH�TXLHUR�QL�SDUHFHU�D�HOORV«�SRU�HVR�OHV�GLJR�D�HOORV�\� OH� GLJR� D� XVWHG�� \R� QR� YR\� D� FDPELDU�� QR� HVWR\� QL� DKt� FRQ� FDPELDU«� YR\� D�VHJXLU�LJXDO�FRPR�VR\«�

En este caso, la función del consum o y del com portam iento de consum o parece obvia

en relación a la m antención del equilibrio de la fam ilia. Rodrigo se ofrece com o el chivo

expiatorio de la fam ilia, todo en él es diferente y llam a la atención, la form a en que se

viste, el lenguaje que usa, los problem as que causa etc. Tiene un gran poder al interior

de la fam ilia, con su com portam iento logra recom ponerla t rayendo de vuelta al padre

desde Argent ina y obligándolo a posicionarse en su rol, cuidando de esta m anera que

la fam ilia retom e su cauce y no se quiebre con uno de los padres fuera del país. La

insistencia de Rodrigo en m antenerse sin cam bios parece insinuar que la tarea no está

com pleta y que debe cont inuar en su rol por un t iem po.

Este ejem plo clínico intenta resaltar lo que se ha com entado hasta el m om ento en el

sent ido de que aquello que los terapeutas deben buscar son las funciones del síntom a

asociadas a la m antención de la hom eostasis fam iliar.

Al finalizar este capítulo surge una pregunta que a nuest ro juicio es relevante

contestar.

�����

Page 52: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����¢6RQ�VLQyQLPRV�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��\�HO�WUDEDMR�VREUH�OD�&RGHSHQGHQFLD"�

Com o se deduce de los antecedentes presentados, las relaciones ent re dinám ica

fam iliar y dependencia a sustancias const ituyen relaciones r icas y com plejas (aunque

no por eso poco abordables) que involucran al conjunto de la fam ilia. Aludiendo a ello

es que este t rabaj o asum e una postura definida en relación a un concepto m uy

ut ilizado en la literatura especializada: la &RGHSHQGHQFLD.

Algunas definiciones o descripciones ut ilizadas en la literatura respecto de la

Codependencia son:

“Trastorno individual específico, configurador de la ident idad del individuo,

caracterizado por un intenso tem or al abandono (exclusión o descalificación) y un girar

en torno a ot ro. De génesis interaccional, surge frente a una respuesta fam iliar

disfuncional ( cent rífuga) , ante un determ inado t rastorno de ot ro de sus m iem bros”

(Coddou y Chadwick, 1994) .

“Los que sufren co-dependencia se adentran compulsiva y obsesivamente en los

problemas del adicto hasta el punto de que su conducta queda alterada y disminuye su

calidad de vida. El adicto primario es adicto a las drogas, m ientras que el coadicto o el

codependiente es adicto a los problemas del adicto” (Washton, 1995) .

Si bien sería insensato pretender que los sufrim ientos de los miembros del sistema

familiar no t ienen una concreción que se expresa individualmente en cada uno de ellos,

en nuestra opinión, poner este énfasis en el aspecto individual (y lineal) respecto de estos

problemas, como lo hacen estas definiciones-descripciones de codependencia, oscurece la

percepción respecto de los complejos equilibrios que el sistema familiar pone en juego

como conjunto frente al comportamiento adict ivo.

Es opinión de este t rabajo que no es lo mismo intervenir individualmente con los

familiares codependientes, que desde un enfoque familiar, que es el que se propone en

este t rabajo, ya que este primer abordaje t iende a sobre simplificar lo fenómenos

observados en las familias y muchas veces a hace incomprensibles algunos

comportamientos que abarcan más allá del miembro de la familia calificado como

codependiente.

Page 53: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

(ILFDFLD�GH�OD�7HUDSLD�)DPLOLDU�HQ�HO�7UDWDPLHQWR�GH�'HSHQGLHQWHV�D�6XVWDQFLDV��

En su interesante y bien documentado estudio, Girón y cols. (2002) hacen una revisión

de meta-análisis respecto de la ut ilidad de la terapia familiar en los t ratamientos de

personas con problemas de drogas.

Un estudio de meta-análisis significa una revisión sistemática y conjunta de las

publicaciones sobre eficacia de intervenciones clínicas aparecidas en diferentes medios

científicos en un determinado período de t iempo. Girón y cols. (2002) analizaron toda la

literatura disponible en el tema de eficacia de terapia familiar publicada en los últ imos 15

años. Muchas de las publicaciones analizadas se referían a su vez a análisis de ot ras

publicaciones, lo que asegura un adecuado muestreo de los estudios realizados.

En este capítulo se expondrán los hallazgos realizados por Girón y cols. (2002) en su

estudio de meta-análisis.

Estos autores plantean que el estudio del NIDA de 1995 (NIDA, 1995) hace una am plia

revisión sobre la eficacia de la terapia fam iliar en t ratam ientos de drogas destacando

los siguientes aspectos:

• Hay est ilos de intervención que reúnen suficientes evidencias de la eficacia del

t rabajo fam iliar con delincuentes juveniles y con drogodependientes (Kazdin,

1987) .

• Estas evidencias están basadas en algunos ensayos clínicos aleatorios (Friedm an,

1989; Szapocznik, 1988) . Aunque algunos de ellos t ienen im perfecciones

m etodológicas, hay ot ros con m ínim os problem as de esta índole y m uest ran

significat ivos avances sobre el t ratam iento fam iliar de los problem as de conducta

y drogodependencia en adolescentes y j óvenes.

• I gualm ente se ha dem ost rado que la Terapia Fam iliar ayuda a retener a los

pacientes en los program as de t ratam iento (Szapocznik, 1988) m ás que los t ipos

de intervenciones com unes.

• Los resultados terapéut icos de la intervención fam iliar son superiores cuando se

com paran con los t ratam ientos basados en terapia grupal, educación de padres o

intervención m ult ifam iliar ( Joanning y cols., 1992; Lewis y cols. 1990) .

Page 54: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Stanton y Shadish (1997) publicaron un m eta-análisis cuyo objet ivo era com probar los

resultados que se obt ienen en los t ratam ientos de drogodependientes cuando se

ut ilizan técnicas de intervención fam iliar ( tabla 1) . Dicho t rabajo analiza en

profundidad un total de 15 estudios seleccionados que cum plen los siguientes criterios:

a) el síntom a de prim er interés es la adicción, b) incluyen dos o m ás condiciones de

com paración de las que al m enos una de ellas es cualquier clase de intervención

fam iliar o de pareja, y c) los casos eran aleatoriam ente asignados a las diferentes

condiciones de t ratam iento. La m uest ra com pleta de este m eta-análisis asciende a

1.571 casos, habiendo sido som et idos a t ratam iento un total aproxim ado de 3.500

individuos. Por tanto se t rata de un t rabajo am plio y m etodológicam ente r iguroso

cuyos principales resultados fueron:

• Los pacientes que recibieron terapia fam iliar o de pareja m anifestaban de form a

significat iva, m enor uso de drogas después del t ratam iento que los que recibieron

ot ros t ipos de terapia no- fam iliar, tanto en adultos com o en adolescentes

drogodependientes.

• I gualm ente, en los casos en los que se em pleó terapia fam iliar aum entó la tasa de

retención en t ratam iento y hubo m enos abandonos.

• Específicam ente, recibir terapia fam iliar fue m ás eficaz que recibir consejo

individual, terapia grupal y ot ros t ratam ientos usuales. Ello no quiere decir que

ot ros abordaj es no sean eficaces, aunque estos podrían tener m ejores resultados si

se les añade terapia fam iliar.

• La terapia fam iliar, en com paración con la Psicoeducación Fam iliar logra m ejorar las

relaciones conyugales y la integración social t ras el t ratam iento. En com paración

con los grupos de padres ninguna de las dos intervenciones se m ost ró m ás eficaz

que la ot ra, aunque son escasos los estudios y las muest ras que realizan esta

com paración.

Page 55: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���7DEOD����Meta-análisis de Stanton y Shadish (1997) , sobre eficacia de las intervenciones basadas en la fam ilia en drogodependientes. Tom ada de Girón y cols. (2002). Nº Estudios N conjunta Condiciones de comparación por

estudio Resumen de resultados

15 1 Bernal et al (1997) 2 Fals-Stewart et al (1996) 3 Mclellan et al (1993) 4 Stanton et . Al (1982) 5 Stanton et . al (1984) 6 Ziegler-Driscoll (1977) 7 Friedm an (1989) 8 Henggeler et al (1991) 9 Henggeler et al (1992) 10 Joanning et al (1992) 11 Krinsley et al (1997) 12 Lewis et al (1990) 13 Liddle et al (1993) 14 Scopet ta et al (1979) 15 Szapocznik et al (1986)

1.571 30 80 102 99 160 49 196 200 96 134 29 152 178 30 36

1 * TF ��� psicoeducación familiar 2 TF ��� terapia cognit ivo-conductual 3 TF + m etadona, m etadona solo 4 TF ��� no TF 5 TF ��� no TF 6 TF ��� grupo de familiares TF ��� terapia de grupo de pares 7 TF ��� grupo de familiares 8 TF mult isistémica ��� aconsejamiento individual 9 TF mult isistémica ��� t ratamiento usual 10 TF ��� terapia de grupo TF ��� psicoeducación familiar psicoeducación familiar ��� terapia de grupo 11 TF ��� intervención en el ám bito escolar 12 TF ��� psicoeducación familiar TF ��� t ratamiento individual psicoeducación familiar ��� t ratamiento individual 13 * TFMD ��� terapia de grupo Psicoeducación familiar ��� terapia de grupo TFMD ��� psicoeducación familiar TFMD ��� terapia de grupo Psicoeducación familiar ��� terapia de grupo TFMD ��� psicoeducación familiar 14 TF ��� TF ecosistémica 15 TF conjunta ��� TF de una persona * TF Terapia Familiar; TFMD Terapia familiar Mult idim ensional

– La TF supera a la psicoeducación sólo en mejor apoyo social t ras el t ratamiento. – Los t ratamientos que incluyen terapia familiar se muest ran m ás eficaces que los que no la incluyen. – Los que hacían TF m ejoraban significat ivam ente m ás que los que recibían sólo m etadona y aconsejam iento individual o el grupo placebo. – Los pacientes del grupo TF tendieron a estar m ás días de abst inencia de drogas. – Tras el t ratamiento el grupo que recibió TF disminuyó significat ivam ente el uso de drogas (alcohol cannabis) . – La TF fue un poco m ás eficaz que la psicoeducación y m as eficaz que la terapia de grupo en el m antenim iento de la abst inencia post - t ratamiento. – La TF se m ost ró m ás eficiente al requerir m enos sesiones para conseguir el m ism o resultados que el aconsejamiento individual. – Abandonaron m as los pacientes de la terapia grupal; la TF m ost ró los m ejores resultados en la disminución del uso de sustancias post - t ratamiento. – Am bos t ratamientos m uest ran m ejorías significat ivas en la reducción del uso de sustancias.

Girón y cols. (2002) señalan que recientem ente se ha publicado una nueva revisión de

ensayos clínicos que evalúan la eficacia de las intervenciones fundam entadas en la

terapia fam iliar para el t ratam iento de adolescentes drogodependientes(Ozechowski y

cols. 2000) ( tabla 2) . Dicha revisión incluye 16 ensayos clínicos y cuat ro estudios en

desarrollo (sólo cinco de esos t rabajos form an parte del m eta-análisis publicado por

Stanton y Shadish en 1997) .

Las conclusiones de esta nueva revisión vienen a corroborar los anteriores hallazgos ya

m encionados:

• Las terapias basadas en la fam ilia con jóvenes drogodependientes logran m ás éxito

en conseguir com prom eter a las fam ilias en los procesos de t ratam iento que las

intervenciones estándar.

• Asim ism o, la adherencia y perm anencia al t ratam iento es m ayor en los program as

terapéut icos que incluyen la intervención desde la perspect iva fam iliar.

• Los abordaj es fam iliares consiguen reducir el nivel de consum o de drogas post -

t ratam iento y a este respecto se m uest ran m ás eficaces que la terapia individual, la

terapia de grupo de adolescentes, y la psicoeducación fam iliar. Adem ás las

intervenciones basadas en la fam ilia son igual de efect ivas que los grupos de padres

Page 56: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���o la terapia fam iliar con una persona. I gualm ente reducen las conductas

disfuncionales asociadas (por ej em plo, dism inuye el núm ero de detenciones post-

t ratam iento, la agresividad y las conductas ant isociales) .

• Cinco estudios revisados incluían la evaluación de com orbilidad psiquiát r ica pre y

post - t ratam iento y todos ellos encont raron reducciones de síntom as psiquiát r icos en

los adolescentes t ratados.

• Los adolescentes drogodependientes que fueron t ratados con intervenciones

fam iliares lograron un m ejor funcionam iento escolar que los que realizaron

t ratam ientos alternat ivos.

• La terapia fam iliar consigue m ejorar de form a significat iva el funcionam iento en la

fam ilia (com unicación, am biente, flexibilidad, dism inución de conflictos, et c.) de los

adolescentes drogodependientes.

7DEOD����Meta-análisis de Ozechowsky y Liddle (2000) , sobre eficacia de las intervenciones basadas en la fam ilia en drogodependientes. Tom ada de Girón y cols. (2002). N.º Estudios N

conjunta Resumen condiciones de comparación

Resumen de resultados

16 1 Azrin et al (1994) 2 Denis et al (2000) 3 Donohue et al (1998) 4 Friedm an (1989) 5 Henggeler et al (1991a) 6 Henggeler et al (1991b) 7 Henggeler et al (1996,1999) Brown et al (1999) y Schoenwald et al (1996) 8 Joanning et al (1992) 9 Lewis et al (1990) 10 Liddle et al (en prensa) 11 Liddle et al (2000) 12 Sant iesteban et al (1996) 13 Szapocznik et al (1983) 14 Szapocznik et al (1986) 15 Szapocznik et al (1988) 16 Waldron et al (2000)

1411 26 200 39 135 140 47 118 82 84 93 224 85 24 20 16 78

1 * TF ��� Aconsejamiento grupal 2 Soporte familiar ��� * TFMD 3 I ntervención de com prom iso familiar ���

idem sólo los padres 4 TF funcional ��� ent renamiento de padres en grupo 5 TF mult isistémica ���

aconsejam iento individual 6 TF mult isistémica ��� t ratamiento com ún en drogodependencias 7 TF mult isistémica ��� Tratamiento com ún en DD en el sistem a judicial 8 TF est ructural est ratégica ��� terapia grupal ��� psicoeducación familiar en grupo 9 TF breve ��� Psicoeducación familiar 10 TFMD ��� psicoeducación familiar en grupo y ��� terapia grupal 11 TFMD ��� Terapia Cognit ivo- conductual 12 TF + Intervención de com promiso ��� TF sólo y ��� Terapia Grupal 13 TF conjunta ��� TF de un solo individuo 14 TF conjunta ��� TF de un solo individuo 15 TF + intervención de com promiso ��� TF solo 16 TF Funcional ��� Terapia Cognit ivo conductual, ��� estas dos técnicas conjuntam ente y ��� psicoeducación familiar grupal

– La TF fue m as efect iva que la TG para el uso de drogas, problem as de conducta, depresión, funcionamiento familiar y asistencia a la escuela. – La TF consigue com prom eter a los pacientes y a sus familias en t ratamiento con m ás éxito que la atención a los padres solos. – La TFMult isistémica disminuye el num ero de detenciones, el consum o de drogas y aum enta la perm anencia en t ratamiento con m ayor éxito que el aconsejam iento individual, la Terapia Grupal y ot ros t ratamientos com unes. – Mejores resultados para reducir el uso de drogas post ratam iento que la psicoeducación familiar. – La TF resultó igual de eficaz que la T. Cognit ivoconductual para reducir el uso de drogas y las conductas asociadas, aunque al cabo de los 12 m eses los efectos son m as duraderos para la TF.

Page 57: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���En una línea m ás reflexiva sobre la práct ica clínica, De Vega (2005) argum enta que la

terapia fam iliar en el contexto de program as de t ratam iento con pacientes adictos a la

cocaína, es part icularm ente út il ya que proporciona la posibilidad de intervenir con el

sistem a fam iliar aún cuando el paciente índice no se presente a terapia. Com o se verá

en los siguientes capítulos, este es un principio que tom arem os en el contexto de las

intervenciones específicas a desarrollar.

La evidencia cient ífica aportada en este capítulo m uest ra, en resum en, que los

program as de t ratam iento que incluyen los abordajes fam iliares m ejoran sus

resultados en térm inos de aum entar la adherencia de los pacientes, así com o lograr

m ejores resultados terapéut icos tanto en relación con el consum o de drogas com o con

ot ras variables que com ponen las dificultades que llevan a las personas a consultar.

La evidencia, entonces, sugiere la conveniencia de incluir intervenciones fam iliares en

form a regular dent ro de los program as terapéut icos ofrecidos a personas con

problem as de drogas.

Page 58: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

6(*81'$�3$57(��,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU�HQ�IDPLOLDV�FRQ�XQ�

PLHPEUR�FRQ�SUREOHPDV�GH�GURJDV�������

Page 59: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����En esta parte del presente t rabajo exam inarem os cóm o im plem entar y desarrollar una

intervención terapéut ica que se denom inará Intervención Fam iliar y que representa un

abordaje concreto con fam ilias que presentan un m iem bro con problem as de drogas.

Abordarem os cuest iones relat ivas a las creencias habituales que profesionales y

técnicos t ienen sobre el t rabajo con fam ilias, exam inarem os la ut ilidad práct ica y

est ratégica de este t ipo de intervenciones en el contexto de un program a de

t ratam iento y definirem os elem entos concretos referidos a cóm o m anejar la dem anda

de servicios y com o organizar los am bientes terapéut icos de m odo de generar una

intervención con la m ayor probabilidad de éxito.

Definirem os cuales son los objet ivos de esta m odalidad de intervención y

desarrollarem os una guía práct ica para su im plem entación.

Exam inarem os adem ás el m anejo de algunas situaciones com plejas de posible

presentación con pacientes y fam ilias.

Finalm ente ilust rarem os estos elem entos con el análisis detallado de un caso clínico de

intervención fam iliar.

En el contexto de la atención a una fam ilia que consulta por una preocupación o un

problem a, suele denom inarse Paciente Indice a aquel que presenta la sintom atología o

el problem a específico que lleva a la fam ilia a consultar.

En esta parte del presente texto se hará, en general, sinónim o paciente índice con el

m iem bro consum idor de la fam ilia y se abreviará PI .

Page 60: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

(OHPHQWRV�SUHOLPLQDUHV��HO�DPELHQWH��ORV�WHUDSHXWDV��ODV�IRUPDV�GH�DSUR[LPDFLyQ�\�ORV�REMHWLYRV�

WHUDSpXWLFRV��

/D�DFWLWXG�SUHYLD�GH�SURIHVLRQDOHV�\�WpFQLFRV��

La repet ida experiencia respecto de la ret icencia que m uchos profesionales y técnicos

m uest ran a t rabajar con fam ilias, aunque en sus discursos sean claram ente proclives al

desarrollo de estas intervenciones y se m uest ren conscientes de la necesidad de incluir

m iradas m ás abarcadoras o incluso se inscr iban para part icipar en jornadas de

capacitación en el tem a, lleva a la conclusión de que la I ntervención Fam iliar parece

estar rodeada de una serie de creencias y j uicios previos que hacen part icularm ente

difícil su im plem entación.

Una de estas creencias es, por fortuna, que la intervención fam iliar es necesaria y

eficaz. Sin em bargo, existe una lista de creencias que enfat izan la dificultad de la

im plem entación de la m ism a. Esa lista puede resum irse, a grandes rasgos, com o

sigue:

(a) Se cree que es una intervención que requiere de m ucho t iem po para ser

aplicada.

(b) Se cree que no se cuenta con los espacios físicos adecuados.

( c) Se cree que conversar con una fam ilia resulta part icularm ente difícil debido

a la gran cant idad de personas que ingresan al box de atención.

(d) Se tem e a que se genere una situación em ocional de exabrupto fam iliar de

difícil m anejo.

(e) Se cree que la fam ilia no asiste a terapia. Y si es invitada no llegará.

( f) Se cree que las fam ilias com plican los t ratam ientos y sobredem andan a los

profesionales y técnicos.

(g) Se cree que se carece de la capacitación adecuada para el t rabajo

terapéut ico.

Page 61: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Es opinión de este t rabajo que ninguna de estas creencias t iene suficiente asidero y si

lo t iene, resultan fácilmente salvables.

Salvo el últ im o punto, que es probablem ente el m ás objet ivable y el que convoca a la

realización de este texto, la experiencia clínica no parece ent regar elem entos que

sustenten las creencias y tem ores expuestos m ás arriba. Exam inem os por parte.

La experiencia clínica acerca del desarrollo de sesiones con fam ilias o de revisiones de

videos de las m ism as, m uest ran que un terapeuta con experiencia es capaz de

desarrollar una ent revista que genere inform ación clínica relevante en un t iem po de 45

m inutos. I ncluso en 30 m inutos pueden lograrse resultados alentadores en sesiones

con fam iliares. Terapeutas con m enos exper iencia siem pre pueden fraccionar sus

ent revistas dependiendo del t iem po con el que cuenten. De este m odo, el t iem po

dest inado a la intervención no parece ser un obstáculo insalvable.

La experiencia clínica m uest ra tam bién que el resto de los elem entos planteados son

superables teniendo en cuenta una característ ica con la que siem pre se puede contar:

las fam ilias son altam ente respetuosas de los profesionales con los que ent ran en una

relación de ayuda y por lo tanto, en el com ún de los casos es infrecuente que se

produzcan exabruptos inm anejables y si se producen, la propia fam ilia ayudará a

cont rolar la situación. En este sent ido se cuenta con un grupo de aliados que no

perm it irán, en la gran generalidad de los casos, que las cosas salgan de cont rol.

Esta característ ica de respeto de las propias fam ilias perm ite que la conversación fluya

de m anera generalm ente ordenada. De hecho, la act itud de las fam ilias suele ser de

bastante silencio y concent ración en lo que se conversa, debido a que no es

infrecuente que en la sesión, y por el sólo hecho de hablar en form a diferente a cóm o

lo hacen en sus casas, surjan elem entos hasta ese m om ento desconocidos,

part icularm ente referidos a las em ociones que cada m iem bro de la fam ilia siente frente

a los eventos que le convocan.

Las fam ilias son tam bién ent idades flexibles que suelen am oldarse a diferentes

circunstancias, incluidas condiciones físicas no del todo propicias. En la generalidad de

los casos las fam ilias m ás agradecen ser part ícipes del t ratam iento que crit ican las

com odidades del establecim iento, por m uy inhóspito que este sea.

La experiencia clínica muest ra adem ás que cuando a una fam ilia se le llam a a terapia,

tem prano o tarde asiste a la m ism a. Esto requiere, por cierto, un grado de flexibilidad

del terapeuta para adaptarse a horarios a veces poco habituales o para ent regar

cert ificados que hagan posible la asistencia o para “jugársela” en intervenciones

Page 62: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���potentes si se t iene la convicción de que un determ inado m iem bro de la fam ilia asist irá

sólo una vez.

Por últ im o hay que recalcar que, com o se vio en el Capítulo 4, existe fundada evidencia

que perm ite asegurar que un proceso de t ratam iento se ve favorecido con la inclusión

de intervenciones fam iliares.

La gran conclusión de este apartado es que las intervenciones fam iliares no parecen

ofrecer m ayor obstáculo que la realización de cualquier ot ro com ponente del program a

terapéut ico.

/DV�YHQWDMDV�GHO�7UDEDMR�FRQ�)DPLOLDV��

En el Capítulo 4 se expusieron las ventajas que ofrece el t rabajo con fam ilias desde el

punto de vista de los resultados de los program as de t ratam iento que incluyen estas

prestaciones com o parte de su oferta terapéut ica.

Ot ras ventajas que este t rabajo ofrece son:

(a) La posibilidad de am pliar la m irada a elem entos contextuales de los pacientes,

posibilitando una m ejor com prensión de los problem as que lo llevan a consultar.

(b) La posibilidad de intervenir en factores propios de las fam ilias que

potencialm ente ayudan a m antener los logros terapéut icos o que,

eventualm ente, pueden entorpecerlos.

( c) La posibilidad de intervenir en áreas de la vida de los consultantes t ípicam ente

afectadas por el consum o de drogas (por ej em plo, relación con los padres,

relación de pareja, etc.)

(d) La posibilidad de LQLFLDU�HO�WUDWDPLHQWR�R�FRQWLQXDUOR�D~Q�HQ�DXVHQFLD�GHO�SDFLHQWH� tQGLFH� VL� HVWH� VH� UHKXVD� D� DVLVWLU� D� WUDWDPLHQWR. En efecto,

basados en las ideas expuestas m ás arriba puede entenderse que la atención

puede estar dir igida a los m iem bros del sistem a que presentan una

preocupación o una alarm a respecto del consum o de alguno de sus m iem bros.

En aquellas oportunidades en que los m iem bros consum idores se niegan a

asist ir al t ratam iento es posible iniciar una intervención, basada en los

elem entos teóricos exam inados aquí y dirigida a m odificar los pat rones

interaccionales fam iliares que part icipan en la m antención de los síntom as, lo

que la m ayoría de las veces desem boca en el ingreso del paciente índice a un

Page 63: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���program a de t ratam iento. En la literatura existen por lo m enos dos ej em plos de

esta práct ica con resultados alentadores (SSMN, 2003; De Vega, 2005) .

(O�PDQHMR�GH�OD�GHPDQGD�GH�VHUYLFLRV��

Existe una am plia variabilidad de form as en las que una fam ilia se sum a al t ratam iento

de uno sus m iem bros con problem as de drogas, por lo que la invitación concreta a

cada fam ilia específica variará en cada caso. Sin em bargo las siguientes sugerencias

orientarán este proceso. Se exam inarán los escenarios m ás com unes en los que la

fam ilia se involucra en el t ratam iento de uno de sus fam iliares.

Una prim era dist inción es determ inar si la intervención fam iliar se inicia a part ir de la

dem anda espontánea de la fam ilia por recibir t ratam iento o si la m ism a surge en el

contexto de un t ratam iento ya en curso dir igido al consum idor de sustancias.

'HPDQGD�HVSRQWiQHD�GH�OD�IDPLOLD���

En el escenario de dem anda espontánea, el terapeuta debe intentar t raer a terapia a

todos los m iem bros de la fam ilia. Este es un objet ivo prim ordial, ya que contar con el

conjunto de la fam ilia en la sesión perm ite observar la interacción del grupo fam iliar

com pleto e involucrarlos a todos, tal com o todos están involucrados ent re sí en su vida

norm al. Por ot ro lado, la experiencia clínica m uest ra que aquel m iem bro m enos

dispuesto a part icipar es, con repet ida frecuencia, aquel que resulta clave en la

m antención de conflictos al interior de la fam ilia, por lo que insist ir en su presencia es

de gran im portancia.

El objet ivo de t raer a todos los m iem bros de la fam ilia a terapia muchas veces parece

com plejo de alcanzar, sin em bargo, la insistencia reiterada, pero respetuosa, la

ent rega de cert ificados para pedir perm isos laborales y la flexibilidad horaria del equipo

terapéut ico, suelen ser m edidas que favorecen el logro de estas exigencias.

En algunas ocasiones (no infrecuentes) es el propio paciente índice (PI ) quien se

rehusa a asist ir a terapia. Una dist inción que puede ser de ut ilidad, tanto para padres

com o para terapeutas, es fij ar un lím ite arbit rario en la edad del PI . De esta m anera, si

el PI t iene m enos de 18 años se puede invitar a los padres, invocando la tutoría legal

que t ienen sobre el hijo, a t raerlo, incluso bajo “m edidas de coerción” a terapia, tal

com o se preocuparían de llevarlo a la consulta del m édico por ot ro m ot ivo de atención.

Page 64: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Esta invitación podría resultar un poco “violenta” en virtud de que los padres pueden

aparecer t rayendo a la fuerza al hij o a asist ir a terapia, sin em bargo, la m ism a puede

ofrecer las siguientes ventajas:

(a) Puede hacer que los padres retom en una percepción de eficiencia en su rol y

que aborden de una m anera concreta y út il la preocupación que les lleva a

consultar,

(b) Perm ite “liberar” al adolescente de la “responsabilidad” de tener que decidir

sobre si asist ir a terapia o no. Una vez allí, el adolescente siem pre puede

refugiarse en la idea de que asiste obligado por los padres, y

( c) Lo m ás im portante, se logra que el j oven llegue efect ivam ente a una prim era

sesión junto a su fam ilia, lo que cum ple con el propósito de tener presente al PI

de m odo de iniciar alguna intervención con él.

Clásicam ente, el adolescente que es t raído obligadam ente por la fam ilia se

presenta de m al humor y en una act itud hosca y desafiante que m uy

probablem ente em peore a m edida que escucha lo que se relata sobre su

persona. Una út il form a de intervenir con él, es em pat izar con su m olest ia ( lo

que tam bién significa entender lo incóm odo que puede ser para alguien

escuchar que se hablan cosas difíciles sobre él) y dejar que tom e la palabra

luego que todo el resto de los integrantes de la fam ilia han hablado. Esto le da

la oportunidad de exponer su punto de vista y de hacer sus “descargos” sobre

lo que se ha dicho de él.

Un giro em ocional m uy claro se logra al preguntarle al adolescente, luego de

ent regar su opinión sobre lo dicho acerca de él: ³2N��KDVWD�DKRUD�KDV�KDEODGR�UHVSHFWR�GH�OR�TXH�VH�GLFH�VREUH�WL��SHUR�TXLHUR�SUHJXQWDUWH��¢KD\�DOJR�TXH�WH�SUHRFXSH� R� WH�PROHVWH� D� WL�� UHVSHFWR� GH� OD� IDPLOLD�� DXQTXH� VHD� HQ� RWUR� WHPD�GLIHUHQWH�GHO�TXH�HVWDPRV�KDEODQGR"” . La int roducción de esta pregunta perm ite

que el adolescente sienta que t iene la oportunidad de hablar sobre lo que a él le

m olesta (cosa que en general no t iene que ver con el tem a de drogas) y cuales

son sus quejas y preocupaciones respecto de su fam ilia, lo que abre una

conversación y un espacio em ocional diferente. Si el adolescente logra sent irse

escuchado y entendido en su punto de vista, y no sólo en sus “”descargos”

acerca de lo que se dice de él, aum entará la probabilidad de que su ret icencia a

asist ir a terapia dism inuya y que se com prom eta en una act itud colaborat iva

con el t ratam iento.

Page 65: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Otro escenario se presenta cuando el PI t iene m ás de 18 años. Desde el punto de vista

abordado aquí, no es fácil afirm arse en la tutoría legal de los padres com o un m edio

para t raer al hij o a terapia, sin em bargo, si el hij o no es aún económ icam ente

autónom o (en caso de que el PI sea, efect ivam ente, el hij o) siem pre puede plantearse

que, m ient ras no lo sea, debe acatar las norm as del hogar en que vive, tal com o un

“pensionista” deba acatar las norm as de la pensión si no quiere ser despedido de ella,

y actuar tal com o se ha descrito m ás arriba.

Ahora bien, si el PI es en propiedad un adulto y se rehusa a asist ir a terapia, se puede

plantear a la fam ilia que ellos t ienen la posibilidad de iniciar una intervención fam iliar

en ausencia del paciente índice. Se les debe explicar que, en parte, los objet ivos de tal

intervención son aclarar la form a en que ellos part icipan de la m antención de

com portam iento adict ivo y que se intervendrá para, ent re ot ras cosas, buscar

aum entar el grado de cont rol que ellos t ienen para m odificar tales com portam ientos.

Se le indicará a la fam ilia que debe com unicarle form alm ente al PI lo siguiente:

(a) La fam ilia iniciará un proceso de Intervención Fam iliar dest inado a superar los

sufr im ientos que el consum o de drogas ha generado al conjunto de la fam ilia.

Esto se hará aunque el PI se niegue a asist ir a la intervención o a t ratam iento.

(b) El PI estará perm anentem ente invitado a incluirse en la I ntervención fam iliar y

la fam ilia estará esperando que esto suceda.

Com o puede deducirse, este m ensaje ent regado al PI , busca, por una parte, com unicar

que la fam ilia ha decidido hacer cam bios en la vida que hasta ese m om ento llevan y,

por ot ra, aum entar la probabilidad de que el PI asista a la I ntervención Fam iliar y que,

eventualm ente, inicie t ratam iento.

Más adelante exam inarem os qué alternat ivas de acción existen si estas est rategias

fallan, cuando abordem os las preguntas sobre ¿qué hacer en situaciones difíciles? y

¿qué hacer cuando no es posible contar con la presencia de la fam ilia?.

,QYLWDFLyQ�D�OD�IDPLOLD�HQ�HO�FRQWH[WR�GH�XQ�WUDWDPLHQWR�HQ�FXUVR��

Con algún grado de frecuencia, el t ratam iento de un PI se inicia antes de que se invite

form alm ente a la fam ilia a form ar parte de tal esfuerzo. En este contexto, debe

tom arse con el paciente la decisión de cóm o invitar a la fam ilia a sum arse al

t ratam iento.

Page 66: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Resulta út il proponer al paciente que se tom e conjuntam ente la decisión sobre quienes

invitar a la intervención fam iliar y cóm o cursar tal invitación. Sin em bargo, siem pre es

un objet ivo, tanto al inicio com o durante el desarrollo de la intervención, el contar con

la asistencia del conjunto de los m iem bros de la fam ilia, por lo que el terapeuta debe

fom entar el logro de tal objet ivo.

¢&yPR�GHFLGLU��D�TXLHQHV�FLWDU�D�XQD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU"�

En algunas oportunidades no es una tarea fácil aclarar donde se t raza el lím ite de

quienes invitar a una Intervención Fam iliar. Tal es el caso, por ejem plo, de hogares en

los que conviven m ás de una fam ilia en contextos aglut inados.

En este t ipo de casos es út il preguntarse quienes viven bajo un m ism o techo y si esto

no aclara las cosas se puede preguntar quienes cocinan y com en juntos. Estas

preguntas suelen aclarar los lím ites invisibles que m uchas veces las fam ilias t razan

ent re una y ot ra en contextos com plejos de espacio com part ido o hacinam iento.

En todo caso, un elem ento relevante es invitar a la I ntervención Fam iliar a todos

aquellos que resultan significat ivos para el paciente índice y para su fam ilia.

(O�DPELHQWH�WHUDSpXWLFR�\�OD�DFWLWXG�GHO�WHUDSHXWD��

Las condiciones físicas del lugar en el que se realiza la I ntervención Fam iliar no t ienen

diferencia con las requeridas para cualquier intervención de salud m ental en el sent ido

de la disposición de un lugar acogedor, de dim ensiones razonables y aislado

acúst icam ente. Debe disponerse de una cant idad de asientos equivalente al núm ero de

m iem bros de la fam ilia y siem pre debe perm it irse que ellos ocupen espontáneam ente

los lugares en los que se sientan cóm odos.

La form a en que se dist r ibuyan los pacientes en los asientos será una prim era e

im portante inform ación que el terapeuta tendrá del conjunto de la fam ilia. Quienes se

sientan al lado de ot ros, quienes se tocan o no, quien está al cent ro, con cuanta

distancia se sientan los padres ent re sí, quien queda frente a frente con ot ro, etc. son

elem entos clave para observar las interacciones fam iliares, ya que las personas suelen

reproducir en el espacio físico las distancias y cercanías que operan en el espacio

em ocional. Estas prem isas sólo se cum plen, eso sí, cuando los fam iliares pueden

escoger librem ente los lugares que ocuparán en la sesión.

Resulta recom endable, aunque depende tam bién del est ilo personal, que el terapeuta

no se sitúe t ras un escritorio en el m om ento de la atención.

Page 67: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

Por los m ism os m ot ivos que com entam os aquí, la posición en la que se ubique el

terapeuta y los m ovim ientos corporales que haga durante la sesión está llenos de

significado para la fam ilia y t ienen consecuencias directas sobre una variable crucial

para el desarrollo de la intervención: la QHXWUDOLGDG�WHUDSpXWLFD.

En una prim era instancia, la neut ralidad terapéut ica se refiere a la equidistancia que el

terapeuta establece respecto de los m iem bros de la fam ilia que acuden a la

I ntervención. De m anera inicial y concreta, la equidistancia se refiere a la distancia

física que el terapeuta establece con cada uno de los m iem bros de la fam ilia. De este

m odo, cada acercam iento físico del terapeuta a los fam iliares es entendido com o

cercanía y tam bién com o alianza. El cuidado de esta dim ensión se inicia eligiendo el

lugar en que el terapeuta se sentará, el que deberá ser el de m ayor equidistancia

posible en relación a cada uno de los m iem bros de la fam ilia.

La neut ralidad o equidistancia terapéut ica t iene tam bién ot ra dim ensión referida a la

cercanía em ocional que el terapeuta establece con los m iem bros de la fam ilia.

I ndicadores de esta cercanía serán el nivel de em pat ía que el terapeuta m uest ra con

cada m iem bro, la form a en que le m ira o acerca su cuerpo hacia él o ella y el t iem po

que le concede para exponer su punto de vista.

Mantener la neut ralidad terapéut ica no significa t ratar de ser neut ral. El terapeuta

perdería toda su espontaneidad si m antuviera su preocupación en no acercarse a los

m iem bros de la fam ilia, o no reaccionara interesadam ente frente a lo que alguno de

ellos com enta. La neut ralidad terapéut ica apunta, m ás bien, al hecho que al final de la

sesión la fam ilia concluya que el terapeuta no se ha aliado con ningún m iem bro en

part icular. Este es un punto crucial para el éxito de la intervención, ya que si los

m iem bros de la fam ilia llegan a la conclusión de que el terapeuta se alía con uno de

ellos en part icular, asum irán que la conversación no puede desarrollarse basada en la

certeza de que todos los puntos de vista serán igualm ente escuchados y respetados sin

que alguno prim e sobre ot ro.

La neut ralidad terapéut ica se consigue, entonces, m ediante la profunda alianza que el

terapeuta haga sucesivam ente con cada uno de los m iem bros de la fam ilia. El

terapeuta debe conversar profundam ente con cada m iem bro intentando entender su

punto de vista y las em ociones que le acom pañan, dándose el t iem po suficiente para

ello, pero cuidando sin em bargo, no excederse dem asiado con uno en part icular de

m odo que durante el t iem po total de la sesión logre conversar con cada uno de los

asistentes. La sum a total de las sucesivas alianzas con cada uno de los m iem bros de

la fam ilia es tal que si el terapeuta se ha aliado con cada uno de ellos, finalm ente no se

ha aliado con ninguno en part icular.

Page 68: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

Hay que recalcar que el logro de este obj et ivo no pasa exactam ente por la cant idad de

t iem po que se le dedica a cada m iem bro de la fam ilia, sino por el hecho que cada uno

se sienta claram ente com prendido en su punto de vista.

¢&yPR�FRQYHUVDU�FRQ�XQD�IDPLOLD"�

De aquí en adelante se verá en este texto una reiterada alusión al “punto de vista” de

las personas que asisten a una sesión de Intervención Fam iliar. Esta form a no es sólo

un form ulism o, ya que la intervención fam iliar es, en esencia, un intercam bio y

exam en de los puntos de vista de un grupo de personas respecto de una serie de

tem as que los llevan a consultar.

Sin em bargo hay razones m ás profundas para recalcar reiteradam ente este punto.

Com o vim os en el Capítulo 2, el desarrollo del pensam iento sistém ico llegó a un punto

tal que perm it ió com prender que no existe independencia ent re el observador y lo

observado, lo que significa que ningún ser hum ano t iene un acceso obj et ivo a la

realidad, y que todos, por lo tanto, const ruim os la realidad en que vivim os. La

consecuencia es darnos cuenta de que cada uno de nosot ros vive desde su propia

certeza, desde su propio grupo de convicciones acerca de lo que le rodea, pero

tam bién (y esto es lo realm ente crucial) el darnos cuenta que no existen certezas

superiores a ot ras. La form a de percibir la realidad de una persona no es m ás real o

m ás correcta que la de ot ra persona, porque cada uno actúa desde su propia certeza,

que es tan cierta y tan válida tanto para uno com o para ot ro.

De esta m anera, si cada uno de nosot ros part icipa en la const rucción de la realidad y

opera desde la propia certeza, que es igualmente válida para cada ser hum ano, la

presunción de objet ividad, de “ser objet ivo”, carece totalm ente de sent ido, ya que no

se puede ser objet ivo si el observador está ínt im am ente relacionado con lo que

observa.

Visto así, el intento de ser “objet ivo” no es m ás que un intento de im poner un punto de

vista por sobre los ot ros, rest r ingiendo la diversidad de certezas de las personas a sólo

una que se im pone arbit rariam ente com o la correcta por sobre las ot ras. La

objet ividad, de esta m anera, deja de ser un inst rum ento de la argum entación para

pasar a ser un inst rum ento del poder. En térm inos de Maturana (1997) , la objet ividad

se t ransform a en un argum ento para obligar.

La belleza de esta m anera de pensar radica en las consecuencias que la m ism a t iene

sobre la convivencia. En efecto, la com prensión de estos elem entos nos lleva desde un

intento de im poner un punto de vista al ot ro, buscando “tener la razón” ( lo que a su

Page 69: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���vez suele llevar a una escalada denom inada “guerra por la razón” ( I TF, 1991) donde

las personas argum entan t ratando de im poner su punto de vista com o el “m ás

razonable”) a responsabilizarse por las propias percepciones y buscar consensos y no

im posiciones com o form a de resolución de conflictos.

Todo esto cobra una im portancia capital al conversar con una fam ilia durante el

desarrollo de una Intervención Fam iliar, dadas las consecuencias que una form a u ot ra

de conversar t iene sobre el devenir de las acciones de los asistentes a la sesión. No es

lo m ism o que un m iem bro de la fam ilia diga �&DUORV� (6� XQ� GURJDGLFWR´ a que diga

³GHVGH�0,� 38172�'(�9,67$�&DUORV� HV�XQ�GURJDGLFWR´. La prim era afirm ación es una

im posición sobre la realidad total de Carlos que lo define arbit raria y prepotentem ente

com o un drogadicto, lo que la m ayoría de las veces llevará a una confrontación, en la

que Carlos ( j ust ificadam ente) se defenderá de tal definición de su persona y exigirá

argum entos que dem uest ren “objet ivam ente” aquello, cont raatacará con argum entos

que desestabilicen lo dicho y así asist irem os rápidam ente a una escalada

argum entat iva que t iene por objeto saber quién t iene la razón.

La segunda afirm ación, en cam bio, t iene m ás probabilidad de llevar a la curiosidad (y

no a la confrontación) respecto de lo que se dice. Cuando una persona dice “desde m i

punto de vista Carlos es un drogadicto”, la consecuencia es intentar saber porqué t iene

esa opinión, cóm o llega a esa conclusión, pero, m ás im portante, al decir lo así deja

abierta la puerta para que los ot ros integrantes de la fam ilia planteen sus propios

puntos de vista, que al ser propios son tan válidos com o los de los dem ás.

Este es un principio fundam ental en el desarrollo de una conversación con una fam ilia.

El terapeuta siem pre debe usar preguntas del t ipo: ³¢FyPR�OR�YH�XVWHG"´, ³¢FXiO�HV�VX�SXQWR�GH�YLVWD�IUHQWH�D�OR�TXH�DFDED�GH�HVFXFKDU"´, o bien hacer invitaciones

a describir situaciones del t ipo: ³FXpQWHQRV�� GHVGH� VX� SXQWR� GH� YLVWD� FyPR� YH�XVWHG�OD�VLWXDFLyQ´. Este será un esfuerzo perm anente durante toda la I ntervención

Fam iliar.

En algunas oportunidades los asistentes harán afirm aciones del t ipo �&DUORV� (6� XQ�GURJDGLFWR´�� En esas oportunidades el terapeuta debe devolver la afirm ación

poniéndola en un contexto m enos im posit ivo, por ej em plo, tendrá que plantear: “ lo

que usted está diciendo es que, desde su punto de vista, t iene la im presión de que

Carlos es un drogadicto, ¿qué le lleva a tener esta opinión?”.

El insist ir en preguntas y afirm aciones del t ipo ³GHVGH�VX�SXQWR�GH�YLVWD´, es crucial

para no im poner la realidad de unos por sobre la de ot ros en la sesión y para fom entar

un clim a de respeto y de apertura de m iradas, lo que posibilita, a su vez, buscar m ás

alternat ivas de solución a los problem as que t raen a la fam ilia a consultar. Debido a

Page 70: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���esto, es una práct ica que debe cuidarse en form a insistente durante todo el curso de la

intervención fam iliar.

Una situación sut il en la que inadvert idam ente el terapeuta puede aliarse

part icularm ente con el punto de vista de uno de los m iem bros de la fam ilia surge

cuando uno de ellos hace com entarios sobre ot ro que está presente en la sesión. Para

validar el punto de vista del que habla, sin im poner estas descripciones sobre el

aludido, el terapeuta debe m antener su m irada en todo m om ento sobre quien habla y

no desplazarla hacia el aludido, ya que hacerlo, m ient ras el ot ro m iem bro relata su

versión, com unica un surte de com plicidad ent re el terapeuta y quien habla.

Si el terapeuta m ira al aludido a raíz de que uno de los m iem bros declara algo

sorprendente com o “yo sé que Andrea es m ent irosa porque la he descubierto en un

m ontón de m ent iras que le ha dicho a los papás...” , inevitablem ente com unica en

form a no verbal un claro m ensaje en la línea de “vaya, que sorprendente, j am ás lo

hubiera pensado”. Lo com plejo de esto es que, inadvert idam ente, el terapeuta

colabora en la im posición del punto de vista del que com enta por sobre el aludido.

De form a cont raria, lo que el terapeuta debe hacer es m antener la m irada sobre quien

habla y profundizar en lo que este dice aludiendo a que se t rata de su punto de vista,

com o lo hem os visto m ás arriba. Una vez totalm ente aclarado esto, el terapeuta puede

preguntar al aludido: “Ud. qué opina respecto de lo que acaba de oír. ¿Cuál es su

punto de vista?”. De esta m anera, valida la percepción del que habla, pero no se la

im pone al aludido a quien adem ás le deja la oportunidad de rebat ir lo que se dice

respecto de su persona.

/D�HOHFFLyQ�HQWUH�HO�7~�\�HO�8VWHG��

Aunque puede t ratarse de un tópico que alude m ás bien al est ilo part icular de cada

terapeuta, la elección sobre si tutear o t ratar de Ud. a los m iem bros de una fam ilia

t iene relevancia práct ica en la I ntervención Fam iliar.

En general se recom ienda t ratar de Ud. al los padres y tutear a los hij os. Esta práct ica

es una form a no verbal de recalcar la diferenciación ent re el subsistem a parental y el

subsistem a filial, que t ienen diferente nivel j erárquico al interior de la fam ilia.

Esta práct ica es part icularm ente recom endada en fam ilias aglut inadas en las que las

diferencias ent re padres e hij os en térm inos de tom a de decisiones, por ejem plo, es

difusa. De esta m anera, el terapeuta int roduce una diferenciación que cont r ibuye al

ordenam iento o explicitación de la est ructura fam iliar.

Page 71: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���En la m ism a línea, en casos en que la diferenciación ent re padres e hij os sea

part icularm ente difusa o esté francam ente alterada, com o ocurre en hij os

parentalizados (aquellos que se com portan com o si fueran padres de sus padres, con

la anuencia de estos) algunos terapeutas recom iendan no t ratar a los padres por su

nom bre, sino por su función de tales, preguntándoles por ejem plo, “usted m am á, qué

opina de esto” o “papá, ¿puede darm e su punto de vista al respecto?”. Esta alusión a

su rol en la form a de referirse a ellos es una cont r ibución al reordenam iento de la

est ructura fam iliar en estos casos.

Alternat ivam ente, el t rato de Ud. puede ser una form a de m ovilización de la est ructura

de la fam ilia en casos en que hij os adultos asistan con sus padres a la I ntervención. De

esta m anera, t ratarlos a todos de Ud. es recordar a los presentes todos t ienen un

estátus sim ilar de adultez.

El siguiente ext racto de una prim era sesión realizada con una m adre y su hij o

ejem plificará lo planteado hasta aquí en relación a la form a de conversar con una

fam ilia.

Se t rata de la fam ilia Góm ez Alfaro, com puesta por la m adre, Ester, 35 años y por el

hij o, Cristóbal de 16 años.

7HUDSHXWD��&XpQWHQPH�¢SRUTXp�HVWiQ�DTXt"��PLUDQGR�D�OD�PDGUH����0DGUH��9LQLPRV�SRU�&ULVWyEDO��PH�SUHRFXSD�&ULVWyEDO���7��0X\�ELHQ��¢TXp�OH�SUHRFXSD�GH�&ULVWyEDO"��0�� /R�TXH�RFXUUH� HV�TXH� OR� HQFRQWUDURQ�HQ� HO� FROHJLR� HQFHUUDGR� HQ� XQ�EDxR� FRQ�XQ�FRPSDxHUR�� IXPDQGR� XQ� SLWR� GH� PDULKXDQD�� (O� FROHJLR� PH� OODPy� \� PH� GLMHURQ� TXH�TXHGDED�FRQGLFLRQDO�KDVWD�TXH�OR�OOHYDUD�D�WUDWDPLHQWR��<�SRU�HVR�HVWDPRV�DFi���7��(VWHU��\�XVWHG�TXp�SLHQVD��/H�SUHJXQWR�SRUTXH�DVt�FRPR�OR�FXHQWD�PH�TXHGD�FODUR�TXH�HO�FROHJLR� WLHQH�XQD�SUHRFXSDFLyQ� UHVSHWR�GHO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�&ULVWyEDO��SHUR�PH�JXVWDUtD�VDEHU�FXiO�HV�VX�SXQWR�GH�YLVWD�DO�UHVSHFWR���0��<R�HVWR\�PX\�SUHRFXSDGD��,PDJtQHVH�TXH�VH�TXHGH�VLQ�FROHJLR�SRU� OD�WRQWHUD�TXH�KL]R��&ULVWyEDO�KD�VLGR�XQ�QLxR�PX\�EXHQR��SHUR�DKRUD�~OWLPR�HVWi�FDPELDGR��DKRUD�HV�DJUHVLYR�� VH� HQFLHUUD� HQ� VX� SLH]D�� GD� SRUWD]RV�� QR� FRQYHUVD� FRQPLJR� \� SDUD� FROPR�HVWR��$QWHV�HUD�WDQ�DPRURVR��YHQtD�D�OD�FDPD�FRQPLJR�HQ�ODV�PDxDQDV��\R�OH�FRQWDED�FXHQWRV�R�YHtDPRV�WHOHYLVLyQ�FDOHQWLWRV�WRPDQGR�GHVD\XQR�ORV�ILQHV�GH�VHPDQD�\�DKRUD�HV�FRPR�TXH�PH�ODGUD�FDGD�YH]�TXH�PH�DFHUFR�D�pO��DQGD�VLHPSUH�HQRMDGR��

Page 72: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����7��¢+D\�DOJR�PiV�TXH�OH�SUHRFXSH"��0��0H�SUHRFXSD�PL�KLMR��HO�FDPELR�TXH�KD�WHQLGR�HVWH�~OWLPR�WLHPSR���7��¢<�QR�KD\�DOJR�PiV�TXH�OH�SUHRFXSH��SRU�HMHPSOR�GH�OD�FDVD"��0��1R��HQ�OD�FDVD�VRPRV�ORV�GRV�\�OR�TXH�PH�SUHRFXSD�DKRUD�HV�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�pO���7��0X\�ELHQ���PLUDQGR�D�&ULVWyEDO��¢<�W~�&ULVWyEDO�SRUTXp�HVWiV�DTXt"��&��3RUTXH�PL�PDPi�PH�WUDMR���7��<�TXp�RSLQDV�GH�OR�TXH�DFDEDV�GH�HVFXFKDU��¢&XiO�HV�WX�SXQWR�GH�YLVWD"��&��(QFXHQWUR�TXH�HQ�HO�FROHJLR�VRQ�H[DJHUDGRV��FODUR�TXH�HVWi�PDO�OR�TXH�KLFH��SHUR�\R�QR�HVWDED�IXPDQGR��HUD�PL�FRPSDxHUR�HO�TXH�OR�KDFtD��\R�VyOR�OR�HVWDED�DFRPSDxDQGR�\�QR�FUHR�TXH�VHD�WDQ�JUDYH�FRPR�SDUD�GHMDUQRV�FRQGLFLRQDOHV��0H�GD�UDELD���7��¢<�TXp�RSLQDV�GHO�UHVWR�GH�ODV�FRVDV�TXH�HVFXFKDVWH"��&��¢(VR�GH�TXH�DQGR�HQRMDGR"��7��6t���&��(V�YHUGDG��D�YHFHV�DQGR�HQRMDGR�\�QR�PH�JXVWD�TXH�QDGLH�PH�KDEOH�\�PH�PROHVWD�TXH�PL�PDPi�HQWUH�D�PL�SLH]D�VLQ�JROSHDU�OD�SXHUWD�\�TXH�PH�KDJD�EDMDU�OD�P~VLFD�\�TXH�PH�WUDWH�GH�FRQYHUVDU�FXDQGR�\R�VyOR�TXLHUR�HVWDU�WUDQTXLOR���7��¢<�TXp�HV�OR�TXp�WH�KDFH�HVWDU�HQRMDGR�D�YHFHV"���&��1R�Vp��1DGD��&RVDV��$�YHFHV�QR�FDFKR��+D\�GtDV�HQ�ORV�TXH�PH�OHYDQWR�FRQ�OD�SDWD�L]TXLHUGD���7��&ULVWyEDO�� �¢KD\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH"��¢DOJR�TXH�WH�PROHVWH�D�WL��SRU�HMHPSOR�GH�OD�FDVD�R�GH�WX�YLGD���"��&��0H�PROHVWD�OD�RQGD�GH�PL�PDPi��TXH�DQGH�WDQ�QHUYLRVD��TXH�PH�UHWH�SRU�WRGR�OR�TXH�KDJR��$�YHFHV�HQFXHQWUR�TXH�OH�SRQH�GHPDVLDGR�FRORU�\�PH�SHUVLJXH�\�HVR�PH�GD�ODWD�\�PH�GDQ�JDQDV�GH�VDOLU�GH�OD�FDVD��

Page 73: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����7��2N��HQWLHQGR��¢+D\�DOJR�PiV�TXH�WH�SUHRFXSH�R�TXH�WH�PROHVWH"��&��1R��

En este diálogo ent re el terapeuta y esta fam ilia, el terapeuta profundizó en las

preocupaciones y en el punto de vista de los dos asistentes a la sesión. Profundizó

hasta el punto de tener claridad que tanto la m adre com o el hij o plantearon todo

aquello que les preocupaba. Desde ese punto de vista, logró m antener la equidistancia

terapéut ica ya que am bos lograron m ost rar con claridad y profundidad los

planteam ientos desarrollados desde el punto de vista de cada uno. Hizo adem ás una

dist inción clara y cóm oda en la form a de dir igirse tanto a la m adre y com o al hij o.

2EMHWLYRV�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU�

La Intervención Fam iliar en fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas t iene

com o 2EMHWLYR�7HUDSpXWLFR fundam ental VXSHUDU�HO�VXIULPLHQWR��SUHRFXSDFLyQ�R�GRORU�TXH�WUDH�D�OD�IDPLOLD�D�FRQVXOWDU�

Este sufr im iento, preocupación o dolor fam iliar se expresa, en el contexto del

t ratam iento, com o sufr im iento o preocupación por quien consum e drogas, com o

sufr im ientos o preocupaciones relacionados con las consecuencias que el

com portam iento del consum idor ha generado en la interacción fam iliar o com o una

m ezcla de am bas.

Este Obj et ivo Terapéut ico debe dist inguirse de ot ros objet ivos igualmente relevantes:

los Objet ivos del Proceso Terapéut ico, en el sent ido que el Objet ivo Terapéut ico fij a

aquello que se quiere lograr con la I ntervención, m ient ras que los Objet ivos del

Proceso Terapéut ico const ituyen logros a t ravés de los cuales se posibilitará alcanzar el

Objet ivo Terapéut ico.

Page 74: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Los 2EMHWLYRV�GHO�3URFHVR�7HUDSpXWLFR en la I ntervención Fam iliar en fam ilias con

un m iem bro con problem as de drogas, son:

(a) Contener em ocionalm ente a la fam ilia.

(b) Const ruir, en conjunto con la fam ilia, un sent ido alternat ivo que explique su

conducta.

( c) I dent ificar y m odificar conductas repet it ivas que t iendan a m antener o fom entar las

conductas del PI .

Se pretende entonces invitar a la fam ilia a com prender la función que cum ple el

com portam iento adict ivo en su interior, a com prender cuales son las conductas del

conjunto de la fam ilia que cont r ibuyen a la m antención de ese com portam iento y

consiguientem ente, a establecer una conversación diferente y una conducta diferente

de m odo que aum ente la probabilidad de que la preocupación por la que consultan

desaparezca.

Un objet ivo que cruza t ransversalm ente a todos los planteados es la ent rega de

inform ación clara a la fam ilia respecto de las característ icas de los problem as que les

llevan a consultar, así com o respecto de las consecuencias de los m ism os. En algunas

intervenciones, o quizá en algunas sesiones en part icular, este puede ser un obj et ivo

planteado para ser desarrollado explícitam ente, sin em bargo, se sugiere considerarlo

com o un obj et ivo que cruza la intervención, de m odo de ent regar inform ación según lo

vaya requir iendo la fam ilia en su part icular r itm o y acorde a los tem as que se toquen

en cada ocasión.

Un objet ivo secundario a los planteados es, en aquellos casos en los que se ha

com enzado a t ratar a la fam ilia en ausencia del PI , lograr la incorporación del m ism o al

conjunto del program a terapéut ico.

En los capítulos siguientes abordarem os los aspectos técnicos específicos

const ituyentes de la I ntervención Fam iliar.

Page 75: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

0HFiQLFD�7HUDSpXWLFD�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU���/D�3ULPHUD�&RQVXOWD�

La Intervención Fam iliar com ienza con la presencia de la fam ilia frente al terapeuta y

por lo tanto con la im plem entación de los elem entos exam inados en el Capítulo 5. En

el presente capítulo exam inarem os cuales son los elem entos terapéut icos específicos

involucrados en el desarrollo de la I ntervención Fam iliar.

3ULPHUD�&RQVXOWD��

La prim era consulta en la I ntervención Fam iliar abarca una serie de áreas a exam inar

las que se enm arcan en el logro del objet ivo fundam ental de obtener un diagnóst ico

claro y orientador respecto de la fam ilia, su m ot ivo de consulta, los pat rones

interaccionales que cont r ibuyen a m antener los síntom as, las explicaciones que t iene la

fam ilia y la función del síntom a.

Se usa aquí el térm ino “prim era consulta” porque se presentarán los elem entos a

exam inar desde el prim er contacto de la fam ilia con el terapeuta, y porque los m ism os

son abordables para un terapeuta experim entado, en la m ayoría de los casos, en aquel

prim er contacto. Terapeutas con m enos experiencia en el t rabajo con fam ilias pueden

requerir m ás sesiones para el logro del objet ivo de diagnóst ico.

'HVFULSFLyQ�GH�OD�IDPLOLD��

Un prim er elem ento que el terapeuta debe aclarar se refiere a cóm o es la fam ilia que

t iene frente a sí.

Observar cóm o se dist r ibuyen espacialm ente, com o se vio en el capítulo anterior es

una prim era inform ación út il de tener en cuenta.

La conversación pude iniciarse pidiendo a los asistentes que se presenten, que digan

sucintam ente cuál es su nom bre, su edad, su ocupación y la relación de parentesco

que t ienen ent re sí.

Es út il averiguar si todos viven en la m ism a casa y si hay alguien más que com parta

con ellos el hogar

Page 76: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Habitualm ente estos elem entos son suficientes com o para hacerse una idea acerca de

quienes com ponen la fam ilia, sin em bargo, en algunas ocasiones puede ser necesario

profundizar en algunos breves aspectos de la historia fam iliar, especialm ente cuando la

est ructura de la fam ilia llam a la atención al terapeuta. El t iem po dedicado a la

aclaración de estos puntos debe ser, en todo caso, breve para pasar lo m ás pronto

posible a la aclaración del m ot ivo de consulta.

Se entenderá que la descripción de la fam ilia queda hecha una vez que el terapeuta

t iene clara noción de los aspectos señalados aquí.

$FODUDFLyQ�GHO�PRWLYR�GH�FRQVXOWD�IDPLOLDU��

El terapeuta siem pre debe part ir del supuesto de que cada m iem bro de la fam ilia t iene

su propia y genuina percepción de la realidad (y const rucción de ella) . Por lo m ism o,

debe aclarar con cada uno de ellos qué es lo que le m ot iva a consultar.

La pregunta clave para iniciar la conversación es ¢3RUTXp�HVWi�8G��DTXt". Esta pregunta

debe ser form ulada a cada uno de los m iem bros de la fam ilia.

Existen ocasiones en las que el terapeuta cree saber exactam ente porqué viene la

fam ilia a consultar, com o por ej em plo cuando ot ro colega la ha derivado y le ha

explicado al terapeuta claram ente porqué lo ha hecho o cuando el propio terapeuta ha

concordado con un paciente en invitar a su fam ilia a form ar parte del t ratam iento. Se

recom ienda que incluso en esas ocasiones el terapeuta inicie la prim era sesión

preguntando porqué la fam ilia ha decidido venir o aceptar la invitación de asist ir . La

inform ación que se persigue es determ inar, desde el punto de vista de cada uno de los

asistentes, qué es aquello que le lleva a presentarse frente a un profesional o técnico

de la salud m ental. En estas ocasiones será necesario adaptar esta pregunta a la

situación específica, para que no suene absurda. Puede plantearse por ejem plo:

³(O�'U��0DUWtQH]�ORV�HQYLy�D�XQD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��DTXt�WHQJR�VX�LQWHUFRQVXOWD��6LQ�HPEDUJR��PH�LQWHUHVDUtD�VDEHU�FyPR�FRPSUHQGLHURQ�XVWHGHV�ODV�SDODEUDV�GHO�GRFWRU��\�FyPR�HV�TXH�WRPDURQ�OD�GHFLVLyQ�GH�YHQLU´� En este ejem plo im porta saber porqué la

fam ilia asiste a la intervención, pero tam bién cóm o entendieron, desde ellos m ism os,

las palabras que ot ro profesional de la salud les ha dicho.

Ya que el lenguaje del personal de la salud suele ser com plejo y difícil de retener por

las personas, se recom ienda profundizar en el significado que t ienen para ellas esas

palabras, especialm ente cuando lo dicho por ot ro profesional incluye un diagnóst ico.

Así por ejem plo, cuando una persona dice “vengo porque m e diagnost icaron depresión”

Page 77: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���el terapeuta debería profundizar en esa inform ación desde el punto de vista de esa

persona preguntando�� ³2N�� SHUR� PH� LQWHUHVDUtD� VDEHU� TXp� HV� 3$5$� 867('� WHQHU�GHSUHVLyQ´�

Ot ra adaptación necesaria para la pregunta inicial sobre el m ot ivo de consulta se

genera en la situación en que el propio terapeuta ( j unto con el paciente) invita a la

fam ilia a sum arse al t ratam iento. Ya que resultaría un poco r idículo que luego de

invitar a la fam ilia el terapeuta preguntara ¿porqué están aquí?, una variación posible

es la siguiente:

³(QWLHQGR�TXH�D�XQ�QLYHO�XVWHGHV�HVWiQ�DTXt�GHELGR�D�TXH�VH�OHV�KL]R�XQD�LQYLWDFLyQ�D�YHQLU��6LQ�HPEDUJR��PH�LQWHUHVDUtD�VDEHU�SRUTXp�HIHFWLYDPHQWH�YLQLHURQ��TXp�OHV�KL]R�VXILFLHQWH�VHQWLGR�FRPR�SDUD�DFHSWDU�HVWD�LQYLWDFLyQ�\�DVLVWLU��(Q�VtQWHVLV�TXLVLHUD�VDEHU�¢SRUTXp�HVWiQ�DTXt"´��

Las respuestas a estas preguntas suelen ser un listado de preocupaciones que t raen

las fam ilias al consultar. En la m ayoría de los casos ese listado de preocupaciones es

coincidente para todos los m iem bros de la fam ilia, sin em bargo, en algunas ocasiones

los diferentes m iem bros de la fam ilia pueden plantear diferentes m ot ivos de consulta.

En tales casos se recom ienda iniciar la intervención tom ando los mot ivos planeados

por los padres y luego tom ar los m ot ivos planteados por ot ros m iem bros de la fam ilia.

En esta etapa de la intervención el terapeuta debe profundizar em pát icam ente con

cada uno de los asistentes de m odo de aum entar la probabilidad de que cada uno se

sienta am pliam ente entendido en sus preocupaciones y puntos de vista. Se debe dar

t iem po suficiente com o para que cada uno de los fam iliares pueda aclarar la totalidad

de sus preocupaciones.

Las preocupaciones que la fam ilia t rae se refieren, en práct icam ente todos los casos, a

un m iem bro en específico ( el PI ) , el que t ípicam ente no es quien tom a la palabra al

principio de la sesión. Es conveniente esperar a que todos los m iem bros de la fam ilia

tom en la palabra antes de dársela al PI , con el fin de que él escuche todas las

opiniones que se t ienen sobre él y tenga la posibilidad de opinar al respecto.

La aclaración del m ot ivo de consulta define cuál es el terreno en el que se desarrollará

la intervención fam iliar en el sent ido de ident ificar cuales son los elem entos con los que

se t rabajará, es decir, cuales son las preocupaciones em ergentes de la fam ilia.

El siguiente ejem plo clínico m uest ra esta parte del proceso:

Page 78: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&RQVXOWDQ�*HRUJLQD� ���� DxRV���PDGUH� GHO� 3,�� $OIRQVR� ���� DxRV�� SDGUH� GHO� 3,��$OHMDQGUD�����DxRV��KHUPDQD�GHO�3,�\�6HUJLR�����DxRV��SDFLHQWH�GHSHQGLHQWH��OD�FRFDtQD�� (Q� HO� PRPHQWR� GH� OD� FRQVXOWD� WRGRV� YLYHQ� MXQWRV�� 6HUJLR� KDEtD�LQJUHVDGR� D� WUDWDPLHQWR� GRV� VHPDQDV� DQWHV� FXPSOLHQGR�� HQ� OD� IHFKD� GH� OD�HQWUHYLVWD��XQ�SHUtRGR�GH����GtDV�GH�GHVLQWR[LFDFLyQ�DPEXODWRULD��&RPR�SDUWH�GHO�SURFHVR�GLDJQyVWLFR�HO� WHUDSHXWD�KDEtD� ORJUDGR�GHWHUPLQDU�TXH�HO�SDFLHQWH�WHQtD� XQD� UHODFLyQ� SDUWLFXODUPHQWH� GLItFLO� FRQ� VX� SDGUH�� TXLHQ� DSDUHFtD� HQ� VXV�GHVFULSFLRQHV� FRPR�XQ�KRPEUH�KRVFR�\� DJUHVLYR��PLHQWUDV�TXH�� DO� SDUHFHU�� OD�PDGUH�WUDWDED�GH�UHVROYHU�HVWDV�WHQVLRQHV�VLQ�GHPDVLDGR�p[LWR��6HUJLR�GHVFULEtD�D�VX�KHUPDQD�FRQ�EDVWDQWH�FHUFDQtD�D�pO��DXQTXH�VH�IUXVWUDED�\�VH�DOHMDED�FDGD�YH]� TXH� VH� HQWHUDED� TXH� FRQVXPtD�� &RQ� HVWRV� DQWHFHGHQWHV� 6HUJLR� \� HO�WHUDSHXWD� GHFLGLHURQ� HQYLDU� XQD� QRWD� D� OD� IDPLOLD� LQYLWiQGRORV� D� SDUWLFLSDU� GHO�WUDWDPLHQWR���7HUDSHXWD���%XHQDV�WDUGHV��$QWHV�GH�FRPHQ]DU�TXLVLHUD�VDEHU�XQ�SRFR�PiV�GH�XVWHGHV��VDEHU�FyPR�VH�OODPDQ��TXp�HGDG�WLHQHQ�\�D�TXp�VH�GHGLFD�FDGD�XQR���0DPi��0L�QRPEUH�HV�*HRUJLQD��WHQJR����DxRV�\�QR�PH�GHGLFR�D�QDGD���7��¢$�QDGD"��¢&yPR�D�QDGD"���0��%XHQR��PH�GHGLFR�D�PL�FDVD�����VR\�GXHxD�GH�FDVD���7��(V�GHFLU�8G��WUDEDMD�HQ�VX�FDVD��TXH�\D�HV�XQ�WUDEDMR�EDVWDQWH�DUGXR���0��6t��DVt�HV�����(O�WHUDSHXWD�KDFH�XQ�JHVWR�FRQ�OD�PDQR�LQYLWDQGR�DO�SDGUH�D�SUHVHQWDUVH�����3DSi�� 0H� OODPR� $OIRQVR�� WHQJR� ��� DxRV� \� VR\� HO� TXH� PDQGD� HQ� HVWH� JUXSR��VRQUtH���6R\� LQJHQLHUR�� WUDEDMR� HQ�XQD�HPSUHVD�GH� FRPSXWDFLyQ�� D� FDUJR�GHO�iUHD�GH�PDQWHQLPLHQWR���7��2N���JUDFLDV���RWUR�JHVWR�LQYLWDGR�D�OD�KHUPDQD�D�KDEODU����$OHMDQGUD��<R�VR\�$OHMDQGUD��WHQJR����DxRV��VR\��OD�KHUPDQD�PHQRU�GH�6HUJLR�\�HVWR\�HVWXGLDQGR�GHUHFKR��HQ�WHUFHU�DxR���7��2N��&UHR�TXH�D�6HUJLR�\D�OR�FRQRFHPRV�WRGRV���5LVDV��

Page 79: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����7��(QWLHQGR�TXH�XVWHGHV�FXDWUR�YLYHQ�HQ�OD�FDVD��¢QR�HV�DVt"��¢R�KD\�DOJXQD�RWUD�SHUVRQD�TXH�YLYD�FRQ�XVWHGHV"��3��1R��6RPRV�QRVRWURV�FXDWUR�ORV�TXH�YLYLPRV�HQ�OD�FDVD���7��0X\�ELHQ��3DUD�FRPHQ]DU�TXLVLHUD�KDFHUOHV�XQD�SUHJXQWD�TXH�SXHGH�VRQDU�XQ�SRFR�UDUD��\D�TXH�Vp�TXH�D�XQ�QLYHO�XVWHGHV�HVWiQ�DTXt�SRUTXH�OHV�PDQGp�XQD�QRWD� LQYLWiQGRORV� D� YHQLU�� SHUR�PH� LQWHUHVDUtD� VDEHU� FyPR� HV� TXH� ILQDOPHQWH�YLQLHURQ��HV�GHFLU��TXp�OHV�KL]R�VHQWLGR�FRPR�SDUD�OOHJDU�KDVWD�DFi��(QWRQFHV�PL�SUHJXQWD�HV��¢SRUTXp�HVWiQ�XVWHGHV�DTXt"��SUHJXQWD�PLUDQGR�D�ORV�SDGUHV����3��9LQLPRV�SRUTXH�QRV�SUHRFXSD�6HUJLR����7��¢&yPR�DVt"��¢TXp�OH�SUHRFXSD�D�XVWHG�GH�6HUJLR"��3��0H�SUHRFXSD�TXH�VH�KD\D�PHWLGR�HQ�HVWR�GH�OD�FRFD��<D�YHQtDPRV�WHQLHQGR�SUREOHPDV� FRQ� pO� GHVGH� KDFH� XQ� WLHPSR�� SHUR� QXQFD� VH� PH� KDEtD� RFXUULGR�SHQVDU�VLTXLHUD�TXH�pO�SXGLHUD�HVWDU�FRQVXPLHQGR�GURJDV��KDVWD�TXH�KDFH�GRV�PHVHV�HO�QRV�FRQIHVy�HQ�TXp�HVWDED���7�� � $OIRQVR�� 8G�� GLFH� TXH� YHQtDQ� WHQLHQGR� SUREOHPDV� FRQ� pO� GHVGH� KDFH� XQ�WLHPSR��¢D�TXp�VH�UHILHUH�FRQ�HVWR"���3��eO�VLHPSUH�KD�VLGR�XQ�QLxLWR�UHJDOyQ�GH�OD�PDPi��HO�WHUDSHXWD�QR�OH�DSDUWD�OD�PLUDGD� PLHQWUDV� GLFH� HVWR��� 'HVGH� FKLFR� TXH� WHQHPRV� SUREOHPDV� SRU� HVWR��FXDQGR�HUD�QLxR�FRVWDED�XQ�PXQGR�TXH�KLFLHUD� ODV� WDUHDV� HQ�HO� FROHJLR��\�DKt�HVWDED� OD�PDPi� TXH� OR� FRQVHQWtD� \� OH�PDQGDED� FRPXQLFDFLRQHV� \� WHUPLQDED�KDFLHQGR� WRGR� OR� TXH� pO� TXHUtD�� <� \R� VLHPSUH� KH� VLGR� HO�PDOR� GH� OD� SHOtFXOD��FXDQGR�HUD�QLxR��HUD�HO�~QLFR�TXH�OR�FDVWLJDED�SRU�ODV�OHVHUDV�TXH�KDFtD����KDVWD�TXH�FRQ�PXFKR�HVIXHU]R�ORJUy�HQWUDU�D�OD�8QLYHUVLGDG�D�HVWXGLDU�LQJHQLHUtD��SHUR�DKt� HVWXYR� HO� SHUOD�� GHGLFDGR� DO� FDUUHWH� FRPR� GLFHQ� ORV� ORORV�� \� \D� HVWDED�EDVWDQWH�JUDQGH�FRPR�SDUD�TXH�\R�HVWXYLHUD�YLJLOiQGROR�D�YHU�VL�HVWXGLDED�R�QR��DVt� TXH� WHUPLQy� SUiFWLFDPHQWH� SHUGLHQGR� HO� DxR�� \� SDUD� TXH� QR� SHUGLHUD� OD�FDUUHUD�GHFLGLPRV�TXH�OD�FRQJHODUD�\�DKRUD�HVWi�HQ�OD�FDVD�VLQ�KDFHU�QDGD�����7�� (QWLHQGR�� $OIRQVR�� FXDQGR� XVWHG� GLFH� TXH� OH� SUHRFXSD� TXH� 6HUJLR� VH� KD\D�PHWLGR�HQ�OD�FRFD��D�TXp�VH�UHILHUH�H[DFWDPHQWH��¢TXp�HV�OR�TXH�OH�SUHRFXSD�FRQ�H[DFWLWXG"���

Page 80: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���3��0H� SUHRFXSD� SRUTXH� QXQFD� FUHt� TXH� IXHUD� D� FDHU� WDQ� EDMR��1R� Vp� D� GRQGH�SRGHPRV�OOHJDU�FRQ�pO��0H�SUHRFXSD�TXH�VH�FRQYLHUWD�HQ�XQ�GURJDGLFWR�\�SLHUGD�OD�8QLYHUVLGDG�\�WHUPLQH�VLQ�KDFHU�QDGD�SRU�VX�YLGD���7��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH� OH�SUHRFXSH�$OIRQVR"�� WDO� YH]�HQ� UHODFLyQ�FRQ� OD�IDPLOLD����3��(Q�JHQHUDO�QR��&UHR�TXH�QR�KD\�QDGD�WDQ�JUDYH�FRPR�OD�VLWXDFLyQ�GH�6HUJLR��$�YHFHV�PH�SUHRFXSD�TXH�QR�QRV�DYHQLPRV�FRQ�*HRUJLQD���GLVFXWLPRV�VREUHWRGR�SRU�FRVDV� UHODFLRQDGDV�FRQ�6HUJLR��SHUR�FUHR�TXH� OR�TXH�RFXUUH�FRQ�pO�HV�PiV�JUDYH�TXH�HVWR���7��¢+D\�DOJR�PiV�TXH�OH�SUHRFXSH"��3��1R���7��2N���PLUDQGR�D�OD�PDGUH��*HRUJLQD��¢SRUTXp�HVWi�DTXt"��0��3RU�6HUJLR��PH�SUHRFXSD�6HUJLR��<R�KDFH�XQ�WLHPSR�TXH�OR�HQFRQWUDED�UDUR��SHUR�QXQFD�PH�LPDJLQp�TXH�HVWXYLHUD�HQ�ODV�GURJDV��&DVL�PH�PXHUR�FXDQGR�QRV�FXHQWD���7��¢&yPR�DVt"��0��(V�TXH�HVWR�PH�SDUHFH�WHUULEOH��FUHR�TXH�VL�VLJXH�SRU�HVWH�FDPLQR�QR�YD�D�OOHJDU�D�QDGD��LQFOXVR�KH�SHQVDGR�TXH�SXHGH�OOHJDU�D�PRULUVH��<R�QR�VH�QDGD�GH�GURJDV��HQ�PL�IDPLOLD�QXQFD�KDEtD�SDVDGR�DOJR�DVt��VL�QL�VLTXLHUD�WUDJR�VH�WRPD�HQ� OD�FDVD��SHUR�XQD�YH� ODV�FRVDV�TXH�PXHVWUDQ�HQ� OD�WHOH�\�HV�WHUULEOH��TXLHQ�VDEH�TXp�OH�SXHGH�RFXUULU�VL�VLJXH�SRU�HVH�FDPLQR����7��¢4Xp�WHPH�TXH�OH�SXHGD�SDVDU"��0��4XH�VH�PXHUD����QR�Vp����TXH�TXHGH�ERWDGR�FRPR�ORV�YLHMRV�FXUDGRV�TXH�XQD�YH�HQ�OD�FDOOH����QR�Vp�����7��*HRUJLQD��¢KD\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�OH�SUHRFXSH"��0��0L�UHODFLyQ�FRQ�HO�SDSi���7��¢$�TXp�VH�UHILHUH"��

Page 81: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���0��&RQ�HO�SDSi�GHO�QLxR��$�YHFHV�QRV� OOHYDPRV�EDVWDQWH�PDO��'LVFXWLPRV��QRV�SHOHDPRV� \� KD\� PRPHQWRV� HQ� TXH� SDVDPRV� YDULRV� GtDV� VLQ� KDEODUQRV�� <R�HQFXHQWUR�TXH�pO�HV�PX\�FHUUDGR��QR�OH�JXVWD�UHFLELU�FUtWLFDV��FUHH�TXH�OR�TXH�pO�GLFH�HV�OH\��<�SRU�HVR�QRV�SHOHDPRV��0XFKDV�YHFHV�QRV�SHOHDPRV�SRU�FXOSD�GH�6HUJLR���7��¢3RU�FXOSD�GH�6HUJLR"��0��(V�GHFLU��QR�SRU�FXOSD�GH�pO��VLQR�TXH�SRU�pO�¢PH�HQWLHQGH"��WHQHPRV�KDUWDV�GLIHUHQFLDV�HQ�FyPR�WUDWDUOR����SHUR�FUHR�TXH�HVH�QR�HV�HO� WHPD�TXH�QRV� WLHQH�DTXt��PDO�TXH�PDO�\R�HOHJt�FDVDUPH�FRQ�HVWH�KRPEUH�\�HVD�HV�XQD�GHFLVLyQ�PtD��SHUR�OR�LPSRUWDQWH�HV�TXH�6HUJLR�VH�FXUH�\�VDOJD�GH�HVWRV�SUREOHPDV����7��2N��HQWLHQGR��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�OH�SUHRFXSH"��0��1R��$OHMDQGUD�VH�SRUWD�PX\�ELHQ�\� OH�YD�PX\�ELHQ����QR�KD\�QDGD�PiV�TXH�PH�SUHRFXSH���7��*UDFLDV��$OHMDQGUD��¢SRUTXp�HVWiV�DTXt"��$��3DUD�D\XGDU�D�6HUJLR���7��¢$\XGDUOR�HQ�TXp"��$��(Q�HVWR��D�TXH�VDOJD�GH�ODV�GURJDV���7��¢7H�SUHRFXSD"��$��6t�PH�SUHRFXSD��SHUR�QR�OR�YHR�WDQ�WHUULEOH�FRPR�OR�YHQ�ORV�SDSiV��<R�FUHR�TXH�pO�VH�PHWLy�HQ�HVWR�SRU�SXUR�WRQWR�\�TXH�VL�VH�PHWLy�LJXDO�SXHGH�VDOLU�VL�VH�OR�SURSRQH���� HVR�HV� OR�TXH�PH�SUHRFXSD��YHR�TXH�pO�QR�VH�SURSRQH�FRVDV��HV�FRPR�VL�OH�GLHUD�OR�PLVPR��QR�VH�SRQH�PHWDV��HV�FRPR�VL�YLYLHUD�HO�GtD�QR�PiV��$SDUWH�TXH�PL�PDPi�OR�UHJDORQHD�WRGR�HO�UDWR�\�PL�SDSi�OR�UHWD����WDO�YH]�SRU�HVR�OD�PDPi�OR�UHJDORQHD�WDQWR�����7��'H�PRGR�TXH�W~�UHSUHVHQWDV�FRPR�OD�³OX]�GH�HVSHUDQ]D´�GH�OD�IDPLOLD��QR�WH�SDUHFH�WDQ�JUDYH�OD�VLWXDFLyQ�\�WLHQHV�OD�LPSUHVLyQ�GH�TXH�6HUJLR�SXHGH�VDOLU�GHO�SUREOHPD�GH�OD�GURJD���$��1XQFD�WDQWR�FRPR�OD�³OX]�GH�HVSHUDQ]D´��SHUR�QR�PH�SUHRFXSD�WDQWR���

Page 82: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���7��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH"��$��<R�HQ�JHQHUDO�QR�SHVFR�PXFKR�D� OD� IDPLOLD��PH� OD�SDVR�HVWXGLDQGR�R�HQ� OD�FDVD�GH�PL�SROROR��DVt� TXH�QR� FDFKR�PXFKR� OR�TXH�SDVD�HQ� OD� FDVD�� 3HUR� Vt� D�YHFHV�HQFXHQWUR�FXiWLFR�TXH�ORV�SDSiV�VH�OOHYHQ�PDO��HQFXHQWUR�TXH�H[DJHUDQ��SHUR�FRPR�TXH�\D�HVWR\�DFRVWXPEUDGD�����7��¢&XiQGR�GLFHV�TXH�OR�HQFXHQWUDV�FXiWLFR��TXLHUH�GHFLU�TXH�WH�SUHRFXSD"��$��6t�PH�SUHRFXSD��SHUR�FUHR�TXH�QR�SXHGR�KDFHU�QDGD��(V�VX�RSFLyQ��VL�HOORV�TXLHUHQ� OOHYDUVH� DVt���� SDUHFHQ� FDEURV� FKLFRV���� HQ� WRGR� FDVR� \D� HVWR\�DFRVWXPEUDGD��KDQ�VLGR�VLHPSUH�DVt����DVt�TXH�QR�SHVFR���7��2N��¢+D\�DOJXQD�RWUD�FRVD�TXH�WH�SUHRFXSH"��$��1R���7��*UDFLDV��6HUJLR��¢TXp�RSLQDV�DFHUFD�GH�OR�TXH�KDV�HVFXFKDGR"��6��(VWR\�GH�DFXHUGR��<R�PH�PHWt�HQ�OD�GURJD�\�VR\�\R�HO�TXH�WLHQH�TXH�SRQHU�WRGD� VX� IXHU]D� GH� YROXQWDG� SDUD� SRGHU� VDOLU� GH� HVWR�� &UHR� TXH� VR\� TXLHQ�SULQFLSDOPHQWH�WLHQH�TXH�DWLQDU�FRQ�HVWR���7��¢+D\�DOJR�TXH�WH�SUHRFXSH"��6��0L�UHODFLyQ�FRQ�HO�SDSi����7��¢&yPR�DVt"��6��6H�SRQH�SHVDGR�FRQPLJR��PH�WUDWD�PDO��PH�SDVD�UHWDQGR��QXQFD� OH�SDUHFH�ELHQ�OR�TXH�KDJR����QXQFD�KH�SRGLGR�GHFLUOH�TXH�OR�TXLHUR������VLOHQFLR�JHQHUDO��

En el ejem plo, el terapeuta ha invest igado profundam ente las m ot ivaciones de cada

uno para asist ir a I ntervención Fam iliar. El terapeuta buscó la form a de situar la

pregunta acerca de porqué están aquí de la m anera m ás coherente posible con la

invitación que él m ism o había form ulado y a cont inuación hizo una exploración

acuciosa respecto de las preocupaciones de cada uno de los asistentes. Se preocupó de

aclarar de m anera concreta qué era exactam ente lo que cada uno quería decir desde

Page 83: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���su punto de vista. Las conclusiones de la ent revista arrojan t res m ot ivos de consulta:

el problem a de drogas de Sergio, la m ala relación ent re los padres y la m ala relación

ent re Sergio y el padre. Ya que el problem a de drogas es un problem a com part ido por

todos los m iem bros de la fam ilia, será la puerta de ent rada para la intervención y el

que dará pie para t ratar el testo de los problem as ident ificados por la fam ilia.

Una vez aclarado el m ot ivo de consulta el terapeuta debe concent rarse en la

descripción de los pat rones interaccionales que ayudan a m antener la conducta de

consum o.

3DWURQHV�,QWHUDFFLRQDOHV�0DQWHQHGRUHV��

Com o exam inam os en el Capítulo 2, los sistem as fam iliares establecen regularidades

en su com portam iento que ayudan a m antener los com portam ientos sintom át icos.

Sluzki (1983) denom ina a estos com portam ientos regulares “Pat rones Interaccionales

Mantenedores de Síntom as”.

La m isión del terapeuta en este punto es la de averiguar en conjunto con la fam ilia,

cuales son los pat rones interaccionales que cada fam ilia pone en juego en relación al

com portam iento de consum o.

En síntesis, lo que el terapeuta debe lograr es una descripción de FXDOHV� VRQ� ORV�FRPSRUWDPLHQWRV�GH�FDGD�XQR�GH�ORV�PLHPEURV�GH�OD�IDPLOLD�DQWHV��GXUDQWH�\�GHVSXpV�GH�TXH�RFXUUD�HO�FRQVXPR�GHO�SDFLHQWH�tQGLFH.

Com o se ha exam inado en los apartados y ejem plos anteriores, m uchas veces las

fam ilias desarrollan com portam ientos que francam ente favorecen el consum o de sus

m iem bros (ver caso “La colecta fam iliar” en el Capítulo 3) . Si bien el descubrim iento

de estos pat rones de interacción es una tarea que puede extenderse durante todo el

curso de la I ntervención Fam iliar, el análisis de lo que ocurre antes, durante y después

del consum o de drogas de uno de sus m iem bros, puede ser de ayuda para ident ificar

aquellos com portam ientos que la fam ilia debe m odificar para no cont r ibuir a la

m antención de tal consum o.

El análisis de estos com portam ientos incluye el análisis de los intentos de solución del

problem a que, com o vim os en el Capítulo 2, son aquellas conductas que no deben ser

sugeridas a las fam ilias ya que han probado ser ineficaces.

Un ejem plo de esta exploración del terapeuta surge a part ir del caso que hem os

exam inado m ás arriba:

Page 84: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

7��*HRUJLQD��¢VL�\R�OH�SUHJXQWDUD�TXp�RFXUUtD�DQWHV��GXUDQWH�\�GHVSXpV�GH�TXH�6HUJLR��FRQVXPLHUD�FRFDtQD��TXp�PH�GLUtD�XVWHG"��0��/R�TXH�RFXUUH�HV�TXH�\R�QR�VXSH�TXH�pO�FRQVXPtD�GURJDV��VLQR�KDVWD�KDFH�GRV�PHVHV��1R�PH�KDEtD�GDGR�FXHQWD�GH�OR�TXH�SDVDED���7��0X\�ELHQ��HQWLHQGR��(QWRQFHV��VL�\R�OH�GLMHUD�TXH���EDVDGD�HQ�OR�TXH�\D�VDEH��UHYLVH� OR� TXH� UHFXHUGD� SDUD� DWUiV�� HQ� HVRV� PRPHQWRV� HQ� TXH�� TXL]i�� XVWHG�SHQVDED�TXH�³SDVDED�DOJR´�FRQ�6HUJLR��SHUR�QR�OR�WHQtD�GHO�WRGR�FODUR�\�HVWDED�HQ�OD�GXGD����VL�UHYLVD�HVH�SHUtRGR�KDFLD�DWUiV��D�OD�OX]�GH�OR�TXH�\D�VDEH��¢FUHH�TXH�SXHGH�GHVFULELU�OR�TXH�SDVDED�DQWHV��GXUDQWH�\�GHVSXpV�GH�FDGD�FRQVXPR�GH�6HUJLR"��0��6t��HQWLHQGR�OR�TXH�GLFH��<R�KDFtD�WLHPSR�TXH�WHQtD�OD�GXGD�GH�TXH�DOJR�SRGtD�HVWDU�SDVDQGR�FRQ�6HUJLR��SHUR�GHFtD��QR�SXHGH�VHU��QR�FUHR����FRPR�XQD�YH�ODV�FRVDV� TXH� GDQ� HQ� OD� WHOH� HQ� TXH� PXHVWUDQ� HVRV� FKLTXLOORV� GH� ODV� FDVDV� GH�DFRJLGD�TXH�FXHQWDQ�TXH�UREDQ�ODV�FRVDV�GH�OD�FDVD�SDUD�FRPSUDU�GURJD�\�HQ�OD�FDVD� QXHVWUD� HVR� QXQFD� SDVy���� SHUR� VL� OR� SLHQVR� DKRUD���� QR� Vp���� PH� GD� OD�LPSUHVLyQ�TXH�6HUJLR�VH�SRQtD�FRPR�QHUYLRVR�\�VDOtD�GH�OD�FDVD����QR�Vp������$OHMDQGUD�LQWHUUXPSH���$�� ���VH�SRQtD� FRPR� OHyQ�HQMDXODGR��GDED�YXHOWDV�SRU� OD�FDVD�� VH�SRQtD� LGLRWD��HPSH]DED�D�PROHVWDU�D�WRGR�HO�PXQGR�\�GHVSXpV�HUD�FRPR�VL�QR�DJXDQWDUD�PiV�\�VDOtD����D�FRQVXPLU�\R�FUHR����SRUTXH�PXFKDV�YHFHV�OOHJDED�DO�RWUR�GtD�����7�� (VR� HUD� OR� TXH� SDVDED� DQWHV���� DVt� FRPR� OR� FXHQWDQ� PH� SDUHFH� TXH� HVWH�FRPSRUWDPLHQWR�QR�OHV�SUHRFXSDED�PXFKR����¢SRUTXp"���0��%XHQR��QR�HV�TXH�QR�PH�SUHRFXSDUD��D�Pt�PH�SUHRFXSDED�� OR�TXH�SDVD�HV�TXH�QXQFD�SHQVp�TXH�VH� WUDWDUD�GH�GURJDV��6HUJLR�VH�SRQtD�DVt�PXFKDV�YHFHV�FXDQGR�GLVFXWtDPRV�FRQ�$OIRQVR��\R�SHQVDED�TXH�VH�SRQtD�QHUYLRVR�FRQ�OD�SHOHD�\�SRU�HVR�VDOtD��7DPSRFR�PH�SDUHFtD�PX\�UDUR�TXH�VH�TXHGDUD�DIXHUD��PDO�TXH�PDO�HV�XQ�QLxR�JUDQGH��WHQGUi�SROROD�SHQVDED�\R�����7�� (QWRQFHV�� SDUHFH� TXH� FRLQFLGtD� HVWH� FRPSRUWDPLHQWR� GH� HVWDU� FRPR� OHyQ�HQMDXODGR�FRQ�ODV�SHOHDV�HQWUH�XVWHG�\�VX�HVSRVR�����0��3RGUtD�GHFLUVH�TXH�PXFKDV�YHFHV�Vt�����

Page 85: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����$OHMDQGUD�LQWHUUXPSH���$��(UD�EDVWDQWH�WtSLFR��QR�WRGDV�ODV�YHFHV��SHUR�YDULDV�YHFHV�FRLQFLGtD���7���0LUDQGR�D�$OHMDQGUD��¢\�TXp�SDVDED�GXUDQWH�HO�FRQVXPR"��$��<R�FUHR�TXH� WRGRV�TXHGiEDPRV�XQ�SRFR�QHUYLRVRV�DO� FDFKDU�TXH�6HUJLR�QR�YROYtD�D�OD�FDVD���7�� ¢<�TXp�SDVDED� FRQ� WRGRV�XVWHGHV�TXp�KDFtDV� W~�� TXp�KDFtDQ� OD�PDPi�\� HO�SDSi"���$��4XHGiEDPRV�WRGRV�QHUYLRVRV����ORV�SDSiV�VH�HFKDEDQ�OD�FXOSD�XQR�DO�RWUR�GH�TXH�D�6HUJLR�OH�IXHUD�D�SDVDU�DOJR��SHUR�GHMDEDQ�GH�SHOHDU�UDSLGLWR��\R�FUHR�TXH�OHV�GDED�VXVWR����\�\R�QR�SHVFDED��PH�LED�D�PL�SLH]D�D�HVWXGLDU�R�VDOtD�FRQ�PL�SROROR���7��¢<�XVWHG�*HRUJLQD�FyPR�OR�YH"��0��<R�PH�SRQtD�QHUYLRVD��PH�GDED�PLHGR�TXH�D�6HUJLR� OH� IXHUD�D�SDVDU�DOJR��SRUTXH�VLHPSUH�TXH�VDOtD�\�QR�OOHJDED�HUD�SRUTXH�HVWiEDPRV�GLVFXWLHQGR�FRQ�HO�SDSi�SRU�DOJR�UHODFLRQDGR�FRQ�pO����PH�VHQWtD�FXOSDEOH�\�OH�GHFtD�D�$OIRQVR�TXH�HUD�QDGD�TXH�YHU�TXH�GLVFXWLpUDPRV�IUHQWH�D�ORV�QLxRV�����7��¢<�GHMDEDQ�GH�SHOHDU"��0��<R�FUHR�TXH�Vt��$�Pt�QR�PH�TXHGDEDQ�JDQDV�GH�SHOHDU�FRQ�OR�QHUYLRVD�TXH�HVWDED���7��¢<�XVWHG�$OIRQVR��FyPR�OR�YH"��3��$�Pt�PH�GDED�UDELD��VLHPSUH�HUD�OR�PLVPR��FRPHQ]iEDPRV�D�SHOHDU�SRU�DOJR�TXH�pO�KDFtD�\�VH�PDQGDED�D�FDPELDU�\�QXQFD�GDED�OD�FDUD�����7��'HVGH�VX�SXQWR�GH�YLVWD�$OIRQVR��¢OD�SHOHD�FRQ�*HRUJLQD�FRQWLQXDED"���3��$�Pt�PH�GDED�WDQWD�UDELD�TXH�OD�VLWXDFLyQ�QR�SXGLHUD�UHVROYHUVH��TXH�KDFtD�XQ�SRFR�FRPR�OD�$OHMDQGUD��PH�PDQGDED�D�FDPELDU�D�OD�SLH]D�R�PH�SRQtD�D�YHU�ODV�QRWLFLDV����

Page 86: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���7���PLUDQGR�D�6HUJLR��¢(VWDPRV�KDEODQGR�GH�TXH�HQ�HVRV�PRPHQWRV�WH� LEDV�D�FRQVXPLU��QR�HV�DVt"��6��6t��(UDQ�H[FXVDV�TXH�\R�EXVFDED��<R�EXVFDED�FXDOTXLHU�H[FXVD�SDUD�VDOLU�GH�OD�FDVD�H�LUPH�D�FRQVXPLU���7��2N��¢<�TXp�SDVDED�GHVSXpV�GHO�FRQVXPR"���$�� %XXX�� �$OHMDQGUD� \� HO� SDSi� PLUDQ� KDFLD� DUULED� FRPR� FRQ� H[SUHVLyQ� GH�³SDFLHQFLD´��� FXDQGR� OOHJDED� GH� YXHOWD� HUD� FRPR� HO� UHJDOyQ�� OOHJDED� FRQ� XQD�FDUD� GH� FDUUHWH���� \� WRGRV� WHQtDPRV� TXH� DQGDU� FDOODGLWRV� OD�PDxDQD� VLJXLHQWH�SRUTXH�HO�SHUOD�HVWDED�GXUPLHQGR���7��¢<�TXLHQ�REOLJDED�D�TXH�VH�TXHGDUDQ�WDQ�FDOODGRV"����$OHMDQGUD�\�HO�SDSi�PLUDQ�D�OD�PDGUH���7�� 2N��0H� TXHGD� FODUR� �ULVDV��� &XpQWHQPH�� XQD� YH]� TXH� VXSLHURQ� TXH� 6HUJLR�HVWDED�XVDQGR�GURJDV��¢KLFLHURQ�DOJR�SDUD�UHVROYHU�HO�SUREOHPD"��0�� OR�PDQGDPRV�DO�VXU�FRQ�PL�KHUPDQD��$Kt�DQGXYR�ELHQ�FRPR�GRV�VHPDQDV��SHUR� OXHJR�VXSLPRV�SRU�PL�FXxDGR�TXH� OH�KDEtDQ�HQFRQWUDGR� OD�FRFKLQDGD�HVD�HQ�XQD�FKDTXHWD����DVt�TXH�OR�WUDMLPRV��1R�KLFLPRV�QDGD�PiV����

En el ejem plo el terapeuta averigua lo que pasaba antes, durante y después. Aunque

con algo de dificultad, la fam ilia logra reconocer una regularidad en su com portam iento

al m odo que describían Steinglass y cols (1993) (ver capítulo 3) , es decir, la fam ilia

logra reconocer y predecir un pat rón de conducta en relación con el consum o.

Específicam ente en este caso, el pat rón de consum o parece superponerse al pat rón de

discusiones ent re los padres, lo que da pistas tam bién respecto de la funcionalidad del

síntom a com o verem os m ás adelante.

La inform ación ent regada por la fam ilia en este ej em plo com ienza a ser de ut ilidad

para el terapeuta en el sent ido de que ya ha descrito algunos pat rones que la fam ilia

podría m odificar: la conducta irr itable al interior de la casa bien podría ser producto de

las preocupaciones producidas por las peleas ent re los pares, pero tam bién podría ser

at r ibuida a la presencia de un síndrom e de abst inencia en curso, lo que podría alertar a

la fam ilia acerca de algunas m edidas que tom ar para evitar que la próxim a vez que

aparezcan estos com portam ientos el PI salga de la casa a consum ir. De la m isma

m anera velar el sueño luego del consum o podría ser un com portam iento a m odificar.

Page 87: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���

Se exam inaron durante la sesión los intentos de solución y a raíz de lo inform ado por

la fam ilia, no parece una idea de ut ilidad enviar al PI a la casa de la t ía en el sur.

��/DV�H[SOLFDFLRQHV�GH�OD�IDPLOLD��

Com o exam inam os en el Capítulo 3, las personas y las fam ilias nos dam os

explicaciones para lo que nos ocurre y en base a estas explicaciones es que

concebim os nuest ra realidad.

Con los problem as que t raen a las fam ilias a consultar pasa lo m ism o. Las fam ilias

t raen explicaciones para sus problem as. Lo crucial de ellas es que, al definir cóm o

percibim os la realidad, definen tam bién la m anera en que nos com portam os. De esta

form a, por ejem plo, no es lo m ism o explicarse el com portam iento de consum o de un

fam iliar com o si se t ratara de un vicio que si se t ratara de una enferm edad. El prim er

significado lleva a la consecuencia de satanizar al consum idor com o un inescrupuloso y

falto de fuerza de voluntad o com o un irresponsable, lo que generará una serie de

em ociones negat ivas que invitarán a abandonarlo. El segundo significado, la

enferm edad, a su vez, puede tener com o consecuencia em ociones de preocupación y

cuidado que llevarán a la fam ilia a proveerle alternat ivas terapéut icas al PI .

Ot ro factor de im portancia es que, para intentar co-const ruir con la fam ilia nuevos

significados que generen nuevas conversaciones (ver Capítulo 3) y por lo tanto, nuevos

com portam ientos, se requiere conocer cuales son los significados (o las explicaciones)

que las fam ilias t ienen respecto de aquello que les lleva a consultar.

Dada la im portancia, entonces, de estos elem entos, se hace conveniente preguntar a

la fam ilia acerca de las explicaciones que t ienen para el problem a que los lleva a

consultar. La pregunta que perm it irá abordar este tem a resulta tan sim ple com o obvia,

se debe preguntar a la fam ilia: ¢&XiO�HV�OD�H[SOLFDFLyQ�TXH�WLHQHQ�SDUD�HO�SUREOHPD�TXH�OHV�WUDH�D�FRQVXOWDU".

A veces no es fácil para la fam ilia responder, dado que no es una pregunta habitual de

realizar y los m iem bros de la fam ilia no parecen “venir preparados” para ella. Sin

em bargo, en la gran m ayoría de los casos las personas han elaborado alguna hipótesis

que les ayuda a explicar “porqué les pasa lo que les pasa”.

Si fuera el caso de que a una fam ilia o a un m iem bro de ella le resulta difícil plantearse

la respuesta a esta pregunta, se le puede plantear algo así com o: ³2N��8VWHG�GLFH�TXH�

Page 88: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���OH�HV�GLItFLO�UHVSRQGHU�HVWD�SUHJXQWD��/R�HQWLHQGR�SRUTXH�QR�HV�XQD�SUHJXQWD�KDELWXDO��3HUR�VHUtD�LQWHUHVDQWH�VDEHU�TXp�KD�SHQVDGR�HQ�VXV�QRFKHV�GH�LQVRPQLR�FXDQGR�VH�KD�SUHJXQWDGR� SRUTXp� PH� SDVD� HVWR���� FXDOTXLHU� UHVSXHVWD� HV� EXHQD�� LQFOXVR� HVDV�KLSyWHVLV�TXH�KD�GHVHFKDGR�SRUTXH�VRQ�XQ�SRFR�ORFDV��OR�TXH�PH�LQWHUHVD�VDEHU�HV�SRU�GyQGH�YDQ�VXV�SHQVDPLHQWRV�DO�UHVSHFWR´��

Sobre este punto el terapeuta debe ser especialm ente cauto y cuidadoso, intentando

generar el m ayor clim a de confianza posible, ya que algunas veces las personas t ienen

convicciones que suponen que no serán bienvenidas por terceras personas. Ejem plo de

esto son explicaciones sobre “m al de ojo”, brujería u ot ras por el est ilo. El terapeuta

debe ser lo suficientem ente flexible com o para dialogar con la fam ilia desde el m arco

de la propia certeza de aquella, entendiendo que estas son las creencias de la fam ilia y

que com o tales son respetables y necesarias de conocer, aunque para algunos resulten

sólo ideas superst iciosas.

Es im portante destacar que estas explicaciones que tenem os para nuest ro

com portam iento no son privat ivas de personas con m ayor nivel intelectual o social.

Sería un error m ayúsculo que el terapeuta se aproxim ara con este prejuicio a

conversar con una fam ilia. Todos los seres hum anos tenem os explicaciones para lo que

nos pasa. Probablem ente un profesional tendrá explicaciones con contenidos m ás

“cient íficos”, m ient ras que personas con m enor form ación m ost rarán contenidos de

m ayor “sent ido com ún”, pero tanto las unas com o las ot ras sost ienen claras

explicaciones para lo que les ocurre.

Cont inuando con nuest ro ejem plo, el abordaje del terapeuta podría ser:

7��$KRUD�TXLVLHUD�KDFHUOHV�XQD�SUHJXQWD�XQ�SRFR�GLIHUHQWH� �D� � ORV�TXH�KHPRV�HVWDGR�FRQYHUVDQGR��¢&XiO�HV�OD�H[SOLFDFLyQ�TXH�WLHQHQ�SDUD�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�FRQVXPR�GH�6HUJLR"���6LOHQFLR�GH�WRGRV�ORV�DVLVWHQWHV������7��4XLHUR�GHFLU�� HQ�JHQHUDO� FXDQGR�XQR� WLHQH�XQ�SUREOHPD�VH�VLHQWD�D�SHQVDU�PXFKR�HQ�pO��9D�HQ�HO�PHWUR�SHQVDQGR��OOHJD�D�OD�RILFLQD��R�VH�TXHGD�HQ�OD�FDVD�\�QR�SXHGH�WUDEDMDU�SRUTXH�VLJXH�SHQVDQGR�HQ�HO�SUREOHPD����\�XQD�GH�ODV�FRVDV�TXH� SLHQVD� HV� 3RUTXp� SDVD� OR� TXH� SDVD� \� XQR� SLHQVD� HQ� UHVSXHVWDV� SDUD� HVD�SUHJXQWD�\� OOHJD�D�DOJXQDV�FRQFOXVLRQHV��DOJXQDV�PiV� ORFDV�TXH�RWUDV��HQ� ILQ��(QWRQFHV�� 4XLHUR� SUHJXQWDUOHV���� *HRUJLQD�� FXiO� HV� OD� H[SOLFDFLyQ� TXH� XVWHG�WLHQH�SDUD�OR�TXH�OH�SDVD�D�6HUJLR���

Page 89: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���0��<R�OR�KH�SHQVDGR�PXFKR�HQ�HVWRV�GRV�PHVHV��9D\D�VL�OR�KH�SHQVDGR����\�QR�OOHJR�D�XQD�UHVSXHVWD���7��2N��3HUR�SRU�GRQGH��PiV�R�PHQRV��KDQ�LGR�VXV�UHIOH[LRQHV���0�� <R� FUHR� TXH� 6HUJLR� WLHQH� XQ� SUREOHPD� GH� SHUVRQDOLGDG�� WLHQH� XQD�SHUVRQDOLGDG�PX\� UDUD�� FDPELDQWH�� 3LHQVR�TXH�HVR� HV� OR� TXH� OR� � KD� OOHYDGR�D�FRQVXPLU�� 7DPELpQ� D� YHFHV� KH� SHQVDGR� TXH� QRVRWURV� ORV� SDSiV� QR� OR� KHPRV�VDELGR�JXLDU�� FRPR�VLHPSUH�SDVDPRV�SHOHDQGR�\�QR�QRV�SRQHPRV�GH�DFXHUGR�HQ�VXV�FRVDV�����7��0X\�ELHQ��<�XVWHG�$OIRQVR��¢TXp�H[SOLFDFLyQ�WLHQH�SDUD�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�6HUJLR"��3��(VWR\�GH�DFXHUGR�FRQ�*HRUJLQD�� FUHR�TXH�pO� WLHQH�DOJR�HQ�VX�SHUVRQDOLGDG��SHUR�WDPELpQ�QXHVWUDV�SHOHDV�SXHGHQ�KDEHU�LQIOXLGR���7��¢+D\�DOJXQD�GH�HVWDV�GRV�DOWHUQDWLYDV�TXH�OH�SDUH]FD�PiV�SODXVLEOH"��3��<R�FUHR�TXH�OD�SHUVRQDOLGDG���7��$OHMDQGUD��¢FXiO�HV�WX�H[SOLFDFLyQ�SDUD�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�6HUJLR"���$��/RV�DPLJRV��7RGR�FRPHQ]y�FXDQGR�pO�HPSH]y�D�MXQWDUVH�FRQ�XQ�JUXSR�QXHYR�GH�DPLJRV���7��¢+DV�SHQVDGR�HQ�RWUDV�DOWHUQDWLYDV"��$��1R���7��2N��<�W~�6HUJLR�¢TXp�H[SOLFDFLyQ�WLHQHV�SDUD�WX�FRPSRUWDPLHQWR"��6��<R�FUHR�TXH�HV�OD�GURJD��(O�YLFLR�TXH�WH�DJDUUD��XQD�YH]�TXH�\D�HPSLH]DV�QR�WHUPLQDV� \� TXLHUHV� PiV� \� PiV� \� OXHJR� HO� FXHUSR� WH� OD� SLGH�� <R� FRPHQFp�FRQVXPLHQGR�FRQ�DOJXQRV�DPLJRV��SHUR�DKRUD�FRQVXPR�OD�PD\RUtD�GH�ODV�YHFHV�VROR��DVt�TXH�\R�FUHR�TXH�HVWD�FXHVWLyQ�PH�DJDUUy����

Visto com o lo ponen los m iem bros de la fam ilia existe un grupo de explicaciones que

cada uno t iene para el com portam iento adict ivo de Sergio. El terapeuta logró explicar

la idea de lo que cada uno piensa respecto del origen de los problem as que le aquejan

y cada m iem bro de la fam ilia com entó si propia explicación. Es interesante en el

Page 90: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���ejem plo que am bos padres coincidan en sus explicaciones (cosa curiosa dado su nivel

de descoordinación respecto de Sergio) y que am bos se abran a la posibilidad de que

sus discusiones estén de alguna m anera relacionadas con el com portam iento de

Sergio.

+LSyWHVLV�IDPLOLDU��

Un últ im o elem ento que el terapeuta debe tener presente dent ro de su abordaje de la

prim era consulta es m ás una conclusión que una exploración con la fam ilia.

Tal com o se exam inó en los Capítulos 2 y 3, los síntom as pueden ser concebidos com o

com unicaciones cuya finalidad es m antener el equilibrio de la fam ilia o la hom eostasis

fam iliar.

De este m odo, durante la exploración que se haga con la fam ilia el terapeuta debe

tener presente en todo m om ento la siguiente pregunta: : ¢SDUD� TXp� OH� VLUYH� HO�FRQVXPR�GH�GURJDV�R�DOFRKRO�D�HVWD�IDPLOLD�HQ�SDUWLFXODU". Se t rata de buscar la

función que el síntom a puede cum plir en una determ inada fam ilia.

Esta conclusión se ofrecerá a la fam ilia com o una form a alternat iva de entender sus

problem as y su part icipación en la m antención de la conducta sintom át ica al interior de

la fam ilia.

En nuest ro ejem plo podría concluirse que la función del consum o de drogas de Sergio

apunta a m antener el equilibrio de la relación de los padres expuesta a frecuentes

tensiones en las que él y su com portam iento parecen ser el tem a de discordia.

Concom itantem ente con aquello, el com portam iento de salir de la casa a consum ir

m oviliza las em ociones de la fam ilia de m odo que con la rabia de Alfonso y con el

nerviosism o y la culpabilidad de Georgina las discusiones se detenían, reinstalándose

un equilibrio frágil, que luego de un t iem po se verá nuevam ente tensionado ya que los

part icipantes del sistem a no han variado sus posiciones. En el sent ido expuesto, la

conducta de consum o de Sergio actúa com o un regulador de la tensión fam iliar y de

esa m anera cum ple con su rol de m antener la hom eostasis fam iliar.

La recolección de datos acerca del com portam iento de la fam ilia expuesta hasta aquí

brinda al terapeuta los elem entos que le perm it irán com prender las relaciones

fam iliares y llegar a conclusiones respecto de los equilibrios que los síntom as intentan

m antener. A m edida que la experiencia clínica del terapeuta aum ente, m ás fácil y

posible será obtener estas conclusiones.

Page 91: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Sin em bargo, existen casos en los que no resulta del todo fácil generar este t ipo de

conclusiones. En esos casos la siguiente pregunta ha probado clínicam ente ser de

ut ilidad:

�/R�TXH�YR\�D�SODQWHDUOH�SXHGH�UHVXOWDU�XQ�SRFR�FXULRVR��/H�VXJLHUR�TXH�SLHQVH�VX�UHVSXHVWD�SRUTXH� OD�SUHJXQWD�TXH�YR\�D�KDFHUOH�QR�HV�PX\�WUDGLFLRQDO�SRU� OR�TXH�VXSRQJR�TXH�QR�KD�SHQVDGR�DQWHV�HQ�OD�UHVSXHVWD��1R�WLHQH�SRUTXp�UHVSRQGHUPH�DKRUD��VL�TXLHUH�SXHGH�SHQVDUOR�KDVWD�OD�VLJXLHQWH�YH]�HQ�TXH�QRV�HQFRQWUHPRV���/D�SUHJXQWD�HV�OD�VLJXLHQWH��¢4Xp�EHQHILFLR�REWLHQH�OD�IDPLOLD��TXp�JDQD�OD�IDPLOLD��FRQ�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GHO�SDFLHQWH�tQGLFH��FRQ�VX�FRQVXPR�\�WRGR�OR�TXH�KDFH�"��/D�~QLFD�UHVSXHVWD��SURKLELGD�HV�TXH�OD�IDPLOLD�QR�JDQD�QDGD��/H�UXHJR�TXH�SLHQVH�FXDOTXLHU� UHVSXHVWD� D� HVWD� SUHJXQWD�� DXQTXH� OH� SDUH]FD� D� VLPSOH� YLVWD� XQ� SRFR�H[WUDxD��SLHQVH�TXH�OD�SUHJXQWD�HV�WDPELpQ�XQ�SRFR�UDUD���SHUR�UHFXHUGH�TXH�WLHQH�SURKLELGR�UHVSRQGHU�TXH�OD�IDPLOLD�QR�JDQD�QDGD´���

Habitualm ente esta pregunta es ent regada para pensarse ent re sesiones y en térm inos

generales es respondida siguiendo las inst rucciones ent regadas. La m ayoría de las

veces, las fam ilias aportan, con sus respuestas a esta pregunta, inform ación relevante

para proponer a la fam ilia un punto de vista respecto de las funciones que cum ple el

síntom a para ellas.

Hay que tener presente, sin em bargo, que las conclusiones a las que llegue el

terapeuta serán siem pre hipótesis que deben ser probadas con la fam ilia en el sent ido

de exam inar si lo que se le plantea les resulta razonable o no.

(O�)LQDO�GH�OD�3ULPHUD�&RQVXOWD��'LDJQyVWLFR�)DPLOLDU��

Recapitulando lo dicho hasta este m om ento, el terapeuta debe explorar en una prim era

consulta los siguientes elem entos:

(a) Descripción de la fam ilia

(b) Aclaración del m ot ivo de consulta fam iliar

( c) Pat rones Interaccionales Mantenedores del Síntom a y

(d) Explicaciones de la fam ilia para el com portam iento sintom át ico

Page 92: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���Una vez abordados estos puntos, el terapeuta estará en condiciones de elaborar un

diagnóst ico fam iliar respecto del problem a que t rae a la fam ilia a consultar, que debe

contener por lo m enos los siguientes puntos:

(a) Descripción de los pat rones interaccionales m antenedores del consum o de

drogas.

(b) Descripción de las soluciones intentadas por la fam ilia para solucionar el

problem a de consum o de drogas de uno de sus m iem bros.

( c) Form ulación de una Hipótesis Fam iliar

Este diagnóst ico fam iliar puede verse enriquecido con la descripción de:

(d) El clim a em ocional general de la fam ilia, y

(e) La descripción de ot ras áreas problem a afectadas com o consecuencia del

consum o de drogas de uno de sus integrantes.

Page 93: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

0HFiQLFD�7HUDSpXWLFD�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��&RQWLQXLGDG�GH�OD�$WHQFLyQ��

Hasta este m om ento hem os hecho un recorrido que nos ha llevado desde el saludo

inicial a la fam ilia hasta la const rucción de un diagnóst ico fam iliar en relación a sus

problem as. En este capítulo exam inarem os algunas direct r ices acerca de cóm o se

cont inuará la atención de la fam ilia en las sucesivas sesiones que se desarrollarán con

ella.

La cont inuidad de la I ntervención Fam iliar se cent rará en las siguientes t res líneas de

acción:

(a) La generación de un sent ido alternat ivo que explique la conducta de la fam ilia,

(b) La m odificación y cont rol de pat rones interaccionales que m ant ienen el

com portam iento de consum o, y

( c) La contención em ocional de la fam ilia.

8Q�VHQWLGR�DOWHUQDWLYR�SDUD�OD�IDPLOLD��OD�FRQVWUXFFLyQ�GH�VROXFLRQHV��

Com o se dij o en el Capítulo 5, la I ntervención Fam iliar está orientada, ent re ot ras

cosas, a ofrecer a la fam ilia un sent ido alternat ivo que explique su conducta y que le

perm ita iniciar un nuevo t ipo de conversaciones y por lo tanto de conductas a su

interior ( ver Capítulo 2) .

Los contenidos con los que se const ruirá esta explicación o sent ido alternat ivo surgen

directam ente del proceso diagnóst ico exam inado m ás arriba y específicam ente de la

hipótesis fam iliar que se const ruyó en ese proceso.

En esencia la idea es concluir, en conjunto con la fam ilia, cuál es el panoram a general

de la interacción ent re sus m iem bros y llegar a una conclusión respecto de la función

que cum ple el síntom a para esa fam ilia en part icular.

Com o se ha exam inado repet idam ente en este t rabajo, los síntom as m antenidos al

interior de la fam ilia se orientan a “encubrir” conflictos fam iliares que desde el punto

de vista, m ás o m enos consciente de los m iem bros de la fam ilia, representan una

am enaza a la m antención de la m ism a.

Page 94: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���El cam ino que se sigue con la fam ilia en esta etapa de la I ntervención Fam iliar intenta

un recorrido diferente, en el sent ido de m ost rarle a la fam ilia que han elegido una

form a de adaptación que ha resultado eficiente (ya que la fam ilia sigue en pie) , pero

costosa, ya que involucra la ent rega o “sacrificio” de uno de sus m iem bros, el PI ,

m ient ras que por ot ro lado, oculta el conflicto de base dejando a la fam ilia at rapada en

una situación que se vuelve crónica.

Most rar este “m ecanism o” a la fam ilia t iene un efecto im pactante que le dificulta seguir

adelante con “m ás de lo m ism o”, m ient ras que, al m ism o t iem po, abre la posibilidad al

terapeuta para hacer una invitación tan sugerente com o obvia: “si hem os descubierto

que el consum o de drogas de uno de sus m iem bros cont r ibuye a que ustedes regulen

un conflicto o una preocupación im portante, pero por algún m ot ivo difícil de enfrentar,

m irem os ese conflicto o preocupación de frente y t rabaj em os directam ente sobre él,

dejando de lado el com portam iento adict ivo que hasta el m om ento ha operado com o

si fuera una pantalla de hum o”.

Esta invitación, de ser aceptada por la fam ilia, abre el cam ino para iniciar una

conversación diferente a su interior, para abordar los conflictos que la tensionan y para

descubrir cuales han sido los m ecanism os reguladores que han puesto en m archa, pero

que no les han ayudado a resolver sus problem as de m anera de recobrar la fluidez en

la vida fam iliar.

Las siguientes sesiones con la fam ilia estarán orientadas al enfrentam iento de estos

conflictos y a la búsqueda de soluciones para ellos. Así, el consum o de drogas queda

desart iculado en su función protectora del sistem a y puede com enzar a ser superado,

ya que com ienza a dism inuir la probabilidad de que la fam ilia genere com portam ientos

que cont r ibuyan a su m antención puesto que el conflicto “de base” está siendo

enfrentado terapéut icam ente.

En el ejem plo que hem os venido analizando, la invitación a la fam ilia de Sergio puede

ser a enfrentar directam ente el conflicto ent re los padres que aparece regulado por el

com portam iento de consum o.

Hay que recalcar aquí, com o ya se expuso en el Capítulo 3, que lo que se plantea a la

fam ilia no es un punto de vista cándido de t ipo causal lineal en la dirección de que el

consum idor desarrolla este com portam iento SRUTXH la fam ilia t iene un conflicto. Lo

que se le está m ost rando a la fam ilia, e invitando a m odificar, es la form a en que ellos

cont r ibuyen a la PDQWHQFLyQ de ese com portam iento. Una buena form a de m ost rar

con claridad esta idea es recalcar el hecho de que ellos han desarrollado una serie de

com portam ientos (m uchos de los cuales han requerido gran energía física, pero

Page 95: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���sobretodo em ocional) que han cont r ibuido de una m anera concreta y decisiva a la

m antención o incluso al fom ento de la conducta adict iva (ver Capítulo 3) .

��0RGLILFDFLyQ� \� FRQWURO� GH� SDWURQHV� LQWHUDFFLRQDOHV� TXH� PDQWLHQHQ� HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�FRQVXPR��

Durante el desarrollo de las sesiones de Intervención Familiar m uchas veces la fam ilia

pondrá en m archa pat rones interaccionales que cont r ibuirán a la recaída del PI . Esto

puede ser interpretado en térm inos de que la fam ilia aún está en t ránsito hacia una

nueva organización que le perm ita superar los conflictos en los que se ha ent ram pado

hasta ese m om ento, por lo que m uchas veces “recaerá”, tal com o el PI , en viejas

práct icas de com portam iento que hasta ese m om ento le han sido de ut ilidad.

La función del terapeuta apunta aquí a ident ificar estos pat rones de interacción y a

m ost rarlos a la fam ilia para hacerlos conscientes y para intentar m odificar aquellas

práct icas.

Ejem plos de estos pat rones interaccionales son la invitación de la esposa al m arido

para preparar el pisco sour del aperit ivo, la aceptación de la pareja para que el

paciente cite a los am igos a la casa para venderles la últ im a m arihuana que le queda o

la ent rega de dinero al adolescente un sábado por la noche.

Al igual que el terapeuta está preparado para las recaídas de sus pacientes, debe

estarlo tam bién para la aparición de estas conductas y no debe desalentarse por las

m ism as. Un enfoque de ut ilidad puede ser preguntarse, j unto con la fam ilia, cuál es el

sent ido de este com portam iento, en la m ism a línea que se ha analizado anteriorm ente.

Se puede preguntar a la esposa, por ejem plo, ³OD� YHR� PX\� HPSHxDGD� HQ� JDVWDU�HQHUJtD� HQ� FRQWULEXLU� D� TXH� VX�PDULGR� UHFDLJD���� SRU� HMHPSOR� DO� SHGLUOH� TXH� KDJD� HO�SLVFR�VRXU�SDUD�ORV�LQYLWDGRV��DXQTXH�VX�SUREOHPD�QR�VHD�HO�SLVFR���¢&yPR�HV�TXH�HVWR�RFXUUH"�� ¢D� TXp� DWULEX\H� XVWHG� TXH� HVWp� GLVSXHVWD� �GH� IRUPD� LQFRQVFLHQWH�� D� KDFHU�HVWR"��¢VLJXH�HO�FRPSRUWDPLHQWR�GH�FRQVXPR�FXPSOLHQGR�XQ� IXQFLyQ�GH�XWLOLGDG�SDUD�XVWHGHV"´

Muchas veces al plantear la part icipación de la fam ilia en la recaída de un paciente se

corre el r iesgo de ent rar en una discusión acerca de la “culpabilidad” que ellos t ienen

en tal evento. Una form a de salir de esta discusión es proponer una dist inción ent re

culpabilidad y responsabilidad (Coddou y Méndez, 2002) . Lo que el terapeuta propone

es exam inar el grado de responsabilidad que se t iene en los actos y no el de

culpabilidad.

Page 96: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���En nuest ro país solem os confundir la culpa con la responsabilidad, habitualm ente,

cuando querem os referirnos a la form a en que alguien part icipa de un evento

preguntam os “¿quién t iene la culpa?” o decim os “la culpa fue de tal”. Lo que

inadvert idam ente se nos cuela en esta confusión son las consecuencias, bastante

diferentes, a las que lleva el pensar en culpa o responsabilidad. La culpa im plica

necesidad de reparación y por lo tanto la aplicación de un cast igo o una m ulta. La

responsabilidad en cambio, im plica entender cual es el grado de part icipación de uno

en los eventos, es decir el grado de cont rol que una persona t iene sobre una porción

de los eventos en los que se desenvuelve (Coddou y Méndez, 2002) .

De esta m anera y pensando en las consecuencias, las personas que ent ienden que se

les está “culpando” por el com portam iento de su fam iliar consum idor de drogas

tenderán a defenderse y a encont rar injustas las apreciaciones del terapeuta. En tal

escenario, el terapeuta debe esforzarse por hacer estas dist inciones y proponer a la

fam ilia que se está hablando de responsabilidad y por lo tanto, del grado de cont rol

que ellos t ienen respecto del com portam iento de su fam iliar. Cuando los m iem bros de

la fam ilia ent ienden esta diferencia, la em oción preponderante es de t ranquilidad ya

que aum enta su percepción de cont rol de la situación.

&RQWHQFLyQ�(PRFLRQDO��

Una últ im a línea de acción en el desarrollo de la I ntervención Fam iliar se refiere al

apoyo y contención em ocional que el terapeuta puede ofrecerle a la fam ilia.

Exam inar y conversar sobre las em ociones que la fam ilia t iene en el desarrollo del

t ratam iento, t ranquilizar a la fam ilia frente a las situaciones de recaída, ent regar

inform ación respecto del curso y el desarrollo del problem a de adicciones u ot ra

inform ación que la fam ilia requiera, son acciones que cont r ibuyen a la m antención y

fom ento del bienestar de la fam ilia en el curso del t ratam iento.

La Intervención Fam iliar debe const ituirse en un espacio en el cual la fam ilia sienta que

t iene sostén para enfrentar los m om entos difíciles de la recuperación de su fam iliar con

problem as de drogas.

�����

Page 97: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���(O�FLHUUH�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU�

La intervención fam iliar acaba cuando se alcanzan los objet ivos terapéut icos.

En térm inos generales, indicadores de que la fam ilia ha superado su sufr im iento o su

preocupación son que la em oción de la fam ilia en las sesiones de Intervención

com ienza a ser de t ranquilidad y la conversación va virando hacia tem as que ya no

t ienen que ver con preocupaciones y problem as.

La conversación deja de ser t rascendente, grave o seria y com ienza aparecer el hum or

y el buen hum or y en el contenido, los asistentes reconocen una m ejoría de la

situación.

Frente a las preguntas del terapeuta, la fam ilia reconoce cam bios en su interacción y

en la form a de abordar sus problem as, se siente sat isfecha con esos cam bios y plantea

de form a abierta, clara y consistente que sus problem as se han superado o están en

franca vía de superarse. Concuerdan, adem ás con el terapeuta en que resulta oportuno

com enzar a term inar la I ntervención.

En ese m om ento debe com enzar a cerrarse la I ntervención.

Ot ros indicadores pueden ser el logro de obj et ivos concretos que, eventualm ente, se

hayan pactado con la fam ilia, com o por ejem plo, el cum plim iento de un período de

t iem po sin episodios de violencia o la prom oción de curso del hij o.

El cierre de la intervención fam iliar varía dependiendo del contexto en el que se de, ya

sea que se t rate de una intervención única o que form e parte de un program a

terapéut ico. De t ratarse del segundo escenario el cierre probablem ente se dará junto

con el cierre del conjunto del t ratam iento.

En todo caso, al cierre de la I ntervención Fam iliar se deben reforzar los logros

alcanzados y se dejará abierta la posibilidad para eventuales nuevas consultas.

Dependiendo de la com plej idad del caso y/ o del deseo de la fam ilia, se pueden

program ar sesiones de “cont rol” con una periodicidad de una vez por m es los prim eros

t res m eses y cada dos m eses los siguientes cuat ro.

Page 98: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���&DStWXOR����

0HFiQLFD�7HUDSpXWLFD�GH�OD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��(O�PDQHMR�GH�$VSHFWRV�(VSHFtILFRV��

En este capítulo exam inarem os el m anejo de elem entos o situaciones específicas a

tener en cuenta durante el desarrollo de la I ntervención Fam iliar.

$OJXQRV�HOHPHQWRV�FOtQLFRV�SDUD�QR�SHUGHU�GH�YLVWD��

La experiencia clínica m uest ra regularidades en la form a en el abordaje del t rabajo

fam iliar con fam ilias con un m iem bro con problem as de drogas. En este apartado se

harán sugerencias sobre algunos elem entos que pueden ser de ut ilidad para los

terapeutas que im plem enten estas intervenciones. Se t rata de un pequeño listado de

elem entos para tener en cuenta durante la intervención.

(a) . Nunca olvidar al padre.

Este es tal vez el elem ento de m ayor im portancia. Con repet ida frecuencia, y tal

com o ocurre en la dinám ica fam iliar norm al, los padres resultan ser los

m iem bros de la fam ilia que m enos asisten a la I ntervención Fam iliar. Esta

ausencia puede llevar a que dent ro de la propia intervención se le deje afuera

com o un tem a de relevancia o sim plem ente se olvide preguntar por su punto de

vista, lo que es una form a de cont inuar en la I ntervención con la regla ut ilizada

por la fam ilia y que ha probado no ser út il.

Por ot ro lado, resulta tam bién bastante frecuente que los propios PI , en caso de

t ratarse de hij os de la fam ilia, tengan a su vez la percepción de problem as

severos con esos padres, los que m uchas veces com ienzan con la percepción de

abandono por parte de ellos.

La sugerencia es a m antener la figura del padre siem pre presente durante el

desarrollo de la I ntervención Familiar. Una form a de hacerlo es preguntarle

insistentem ente a la m adre (de quien se presupone un conocim iento

desarrollado del padre y sus reacciones) qué opinaría el padre frente a lo que se

está conversando en la sesión. Ot ra form a de tenerlo presente es colocando una

silla vacía y preguntando a la fam ilia en qué posiciones se sentaría cada uno si

esa silla representa al padre.

Page 99: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���(b) . Enfat izar las consecuencias.

En varias oportunidades las fam ilias se desalientan debido a que en el

t ranscurso de la intervención surgen inform aciones que la fam ilia desconocía

respecto de acciones del PI . Ejem plos de ello son la aparición de deudas del PI

con los t raficantes o el robo de obj etos a un fam iliar que nunca lo descubrió o

no quiso decir lo a la fam ilia.

Estas situaciones son vividas por la fam ilia com o si se t ratara de un ret roceso

en el t ratam iento, y con una sensación com o si se t ratara de acciones que están

ocurriendo en la actualidad. En este escenario es siem pre conveniente recordar

a la fam ilia que no se está asist iendo a eventos que ocurren en la actualidad,

sino que se están cosechando consecuencias de acciones pasadas y que la

"confesión" de las m ism as tam bién resulta un avance del proceso.

( c) . El m anejo de la duda sobre el consum o.

Principalm ente al inicio de la I ntervención o del Tratam iento del PI es bastante

frecuente que la fam ilia se m uest re atorm entada por la duda respecto del

consum o del PI o acerca de cóm o saber si consum ió o no. Muchas veces esta

duda absorbe buena parte del t iem po dest inado a la I ntervención.

Pare enfrentar esta situación el terapeuta debe proponer una dist inción ent re

certeza y confianza.

La confianza alude al hecho de decidirse a pensar que una determ inada cosa

ocurrirá, en ausencia de la total certeza de que así es. Una persona confía por

ejem plo, en que su m arido está en el t rabajo a pesar que no t iene indicadores

concretos y de certeza acerca de que así es, de esta m anera, tom a una decisión

(que la m ayoría de las veces no es consciente) y piensa que las cosas ocurren

de una determ inada form a. La confianza, entonces es una opción de

pensam iento y em oción que t ranscurre cuando no hay certeza de algo. Si existe

certeza no hay cabida para la confianza, ya que esta es innecesaria e inút il en

ese contexto. En nuest ro ej em plo, si la persona llam a al m arido al t rabajo y

este le responde, entonces ya no t iene confianza de que el m arido está ahí, sino

que t iene un dato acerca de su presencia en ese lugar, de esta m anera no

confía en que esté ahí, sino que sabe ( t iene certeza) que está ahí.

Ahora bien, al ser la confianza una opción, tam bién puede ser una opción en

térm inos de salir arbit rariam ente de una situación de desconfianza. Dados

ciertos elem entos, la persona puede optar por confiar, por "depositar" la

Page 100: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����confianza en ot ro. Esto tam bién com o una form a de salir del dolor de la

desconfianza, es decir "opto por confiar para no seguir ent ram pada en el dolor

de la desconfianza", es una opción "m ezquina" por la t ranquilidad personal.

Para hacer posible esta opción se le indica a los fam iliares que hagan un listado

de los com portam ientos y signos que indudablem ente les ent regan certeza

absoluta de que el PI ha consum ido (ej em plos t ípicos de esto son oj os roj os,

esquivar la m irada, ent rar a la casa y no saludar, irr itabilidad, discurso

acelerado, etc.) . Este listado se afina con la ayuda del PI hasta llegar a aquellos

indicadores que de una m anera clara y precisa se presentan exclusivam ente y

sin lugar a dudas sólo cuando el PI ha consum ido. A este listado se le llam ará

" Indicadores de Certeza" (se puede pensar en incluir pruebas de drogas en

orina com o elem entos para "salir de dudas" , siem pre y cuando se negocie esto

con el PI y se establezca la regla de que las discrepancias que puedan surgir a

raíz del resultado de la prueba son t ratadas en sesión de Intervención Fam iliar) .

La invitación siguiente a la fam ilia es que, de no presentarse los indicadores de

certeza que hem os desarrollado, pueden optar por confiar en que el PI no ha

vuelto a consum ir.

(O�PDQHMR�GH�6LWXDFLRQHV�'LItFLOHV��

Com o se planteó m ás arriba no es com ún que las fam ilias generen situaciones

com plejas en el contexto de la intervención fam iliar, sin em bargo existen dos

situaciones que pueden resultar com plejas de m anejar, especialm ente para terapeutas

inexpertos: el llanto de uno de los m iem bros de la fam ilia y una discusión durante el

desarrollo de la sesión. Exam inarem os am bas situaciones.

(a) El m anejo del llanto de uno de los fam iliares.

En algunas ocasiones los m iem bros de un sistem a fam iliar exteriorizan sus

em ociones llorando durante la sesión. Lo part icularm ente perplej izante es que el

llanto aparece m uchas veces com o una irrupción de lágrim as frente a est ím ulos,

com o por ejem plo una pregunta o un com entario, que aparentem ente no deberían

tener com o consecuencia tal reacción em ocional. Desde este punto de vista, la

aparición del llanto surge com o una sorpresa que deja detenida la conversación y

genera un brusco cam bio de la em oción, produciéndose generalm ente silencio

ent re todos los asistentes.

Page 101: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Frente a esta situación el terapeuta debe dejar el espacio para que la persona llore

y no debe intervenir en aquello, a la espera de que alguno de los fam iliares

reaccione. Tam poco debe consolar a la persona que llora, ya que si esa em oción

está ahí es por un m ot ivo que el terapeuta debe averiguar. Por supuesto, no se

t rata de que el terapeuta quede im pertérr ito, com o una piedra, sino de echarse

para at rás en una señal de respeto con el dolor de esa persona, esperando que ella

se desahogue, pero siem pre en una act itud de entender lo que ocurre. Una buena

form a de retom ar la conversación es preguntar a la persona que lloraba: ¢4Xp�IXH�OR�TXH�OH�GLR�SHQD".

(b) El m anejo de las discusiones.

El algunas oportunidades, los m iem bros de la fam ilia pueden enfrascarse en una

discusión que puede llegar a t ransform arse en una escalada corriendo el r iesgo de

llegar a convert irse en una pelea.

El terapeuta debe confiar en todo m om ento en su autoridad dent ro del box de

atención. La fam ilia invariablem ente respetará lo que él diga y lo que indique.

En estas condiciones, el terapeuta t iene dos opciones: observar cóm o se da la

situación por un m om ento y luego intervenir o hacerlo inm ediatam ente. La

sugerencia aquí siem pre va a ser observar la interacción de la fam ilia porque ello

ent rega elem entos para com prender m ejor el am biente fam iliar, sin em bargo esto

debe quedar a criterio del terapeuta y de la t ranquilidad que sienta sobre intervenir

en estas situaciones.

Detener una escalada de este t ipo en realidad no es difícil. Muchas veces basta con

hacer un gesto con la m ano señalando lo inadecuado de aquella discusión. Ot ras

veces conviene decir les: �OHV� VXJLHUR� TXH� QR� VLJDQ� SRU� HVH� FDPLQR� SRUTXH� \D�VDEHPRV�D�GRQGH�YDQ�D� OOHJDU�\�SRU� OR�PLVPR�QR�WLHQH�VHQWLGR�HQ�HO�FRQWH[WR�GH�XQD� LQWHUYHQFLyQ�HQ�TXH�HVWDPRV�EXVFDQGR�VROXFLRQHV�\� FDPLQRV�GLIHUHQWHV�D� ORV�TXH�\D�UHDOL]DQ�HQ�VX�FDVD����FRPR�SRQHUVH�D�SHOHDU��

Ot ra alternat iva es hacer algo un poco m ás osado: ejecutar alguna conducta no tan

"propia" de un terapeuta (com o aplaudir o parase del asiento o m ost rarse

sorprendido por una hoja del m acetero) de m odo de dejar a los asistentes

perplejos, propiciando así un cam bio de em oción para luego explicar que se hizo

eso para sacarlos de la escalada de una discusión.

Page 102: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Siem pre puede usarse el sent ido com ún y detener la sesión si la escalada de

discusión no se puede cont rolar explicando que tanto ellos com o el terapeuta

pierden su t iem po si nadie se com prom ete a com portarse de una m anera diferente

a cóm o lo hacen habitualm ente.

Por fortuna estos eventos son los m enos frecuentes.

/D�FXULRVLGDG�FRPR�PRWRU�GH�OD�H[SORUDFLyQ�WHUDSpXWLFD��

Keeney (1992) com para la psicoterapia con una visita guiada a un m useo, en la que el

guía es el paciente y el visitante es el terapeuta quien t iene la posibilidad de preguntar,

a m edida que el paciente m uest ra los cuadros de su vida. En general es el paciente

quien elige qué m ost rar y qué no, pero esta visita por los cuadros de la vida del

paciente o de la fam ilia es una em presa conjunta en la que el terapeuta puede dejarse

im presionar por los detalles y solicitar que le abran puertas o le m uest ren r incones que

el paciente sólo había m ost rado superficialm ente.

Esta m etáfora sirve para proponer una idea fundam ental: la curiosidad debe ser el

m otor de la exploración cuando se ent revista a una fam ilia. Resulta adecuado dejarse

sorprender y usar este im pulso, la curiosidad, com o un elem ento básico que oriente la

conversación.

La curiosidad t iene el lím ite de lo ét icam ente aceptable para una conversación en el

contexto de un t ratam iento por drogas. Aquí la curiosidad no se refiere a conocer

aspectos m orbosos sólo por el poder que otorga el sillón de terapeuta. Se refiere m ás

bien a la curiosidad en el contexto de la responsabilidad terapéut ica.

Seguir el im pulso de la curiosidad genera cam ino exploratorios interesantes que

ent regan datos que de ot ra m anera no aparecerán en la conversación terapéut ica. En

este sent ido, cualquier elem ento que llam e la atención del terapeuta (aquellas

pequeñas incoherencias, los detalles de una descripción, el significado que le at ribuyen

las personas a conceptos o situaciones, etc.) debe ser explorado a fondo com o una

posible fuente de datos de im portancia para la terapia.

Mantener la curiosidad terapéut ica será siem pre una form a de m antener la r iqueza de

la conversación y la intervención.

Page 103: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����¢<�TXp�KDFHU�VL�QR�KD\�IDPLOLD"�

Una situación bastante infrecuente, pero con alguna probabilidad de ocurrencia se

refiere a pacientes que no t ienen fam ilia.

Desde el punto de vista de este t rabajo en tales ocasiones no resulta im posible el

desarrollo de un t rabajo fam iliar, sin em bargo, lo que debe aclararse prim ero es qué

se quiere decir cuando se plantea que un paciente no t iene fam ilia: ¿Se está

planteando que el paciente t iene fam iliares que no están dispuestos a asist ir a terapia,

o se está diciendo que efect ivam ente el paciente “no t iene a nadie en el m undo”?.

Dada la definición de fam ilia con la que t rabajam os en este texto “no tener a nadie en

el m undo” es una realidad m uy im probable en nuest ro país, sin em bargo,

explorarem os tam bién esa posibilidad para ver cóm o intervenir.

(a) Fam iliares reacios asist ir a terapia.

Tal vez una de las experiencias m ás frecuentes experim entadas por profesionales o

técnicos que desarrollan Intervenciones Fam iliares es que a la hora de planificar la

invitación a la fam ilia del paciente, este plantee que sus fam iliares no asist irán a la

terapia.

Debido a esto, siem pre es conveniente tom ar estas palabras con algún grado de

escept icism o e insist ir en la invitación a los fam iliares ut ilizando las est rategias que

revisam os en el Capítulo 5. En una am plia cant idad de casos estas est rategias son

suficientes para que los fam iliares asistan a terapia, por lo que debe insist irse

reiteradam ente sobre ellas antes de que el terapeuta se de por vencido.

En el caso de que uno o m ás fam iliares se rehusen a presentarse a la I ntervención

Fam iliar, puede recurrirse a la técnica de sust ituir el espacio que el fam iliar

ocuparía por una silla vacía. Se puede pedir adem ás a alguno de los presentes que

le tom e una foto al fam iliar ausente para colocarla en la silla. Esta var iante cum ple

por una parte con representar la posición del pariente en un espacio del box

terapéut ico, pero tam bién está diseñada para generar cierto grado de inst igación a

ese paciente para presentarse a la sesión, después de todo, lo que se com unica en

este acto es algo así com o “bien, si tú no quieres ir, por lo m enos voy a llevar una

foto tuya”.

Al inicio de la sesión debe preguntársele a los asistentes dónde se colocará la silla-

pariente y se debe preguntar si cada uno está suficientem ente cóm odo en relación

a la posición respecto de esa silla-pariente, pidiendo que se acom oden hasta

Page 104: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����sent irse realm ente cóm odos. La observación de la distancia y la posición que

fam iliares colocan respecto de la tal silla-pariente ent rega inform ación de

relevancia al terapeuta.

Durante la sesión se le preguntará a los asistentes cuál sería la opinión de ese

pariente ausente frente a lo conversado y se tom ará esa opinión com o su fuera la

correcta. Se debe designar a uno de los asistentes com o el portavoz de la terapia

frente al ausente y a la vez el encargado de chequear su opinión en aquellos casos

en los cuales esta sea poco conocida. Tam bién este portavoz se llevará tareas para

realizar con el pariente ausente ent re sesiones.

La experiencia clínica m uest ra que con estas soluciones, unidas a la paradoja que

involucran, se generan m ovim ientos en la fam ilia que en una am plia cant idad de

casos hace que el par iente ausente se presente (a veces sólo de visita) a la

I ntervención Fam iliar. Por ot ro lado, adem ás, estas soluciones perm iten el

desarrollo de la I ntervención aún en ausencia de algunos de los m iem bros de la

fam ilia.

(b) Pacientes sin nadie en el m undo.

Com o se dij o m ás arriba, la definición de fam ilia con la que hem os t rabajado aquí

hace que este escenario sea altam ente im probable de exist ir , por lo que se

recom ienda al terapeuta insist ir en la búsqueda de ot ro significat ivo.

Muchos pacientes en esta situación m uest ran m ás bien las consecuencias de sus

propias elecciones (cuyos orígenes es necesario explorar) por desvincularse

totalm ente de sus fam iliares o incluso sus am igos, por lo que en estos casos, los

objet ivos del t rabajo fam iliar varía enorm em ente de lo planteado aquí.

En efecto, com o aquel paciente no ha establecido pat rones regulares de interacción

con sus parientes y/ o am igos y no com parte ínt im am ente con ellos, la búsqueda de

los elem entos que planteam os aquí, basados en las regularidades del

com portam iento de un grupo de personas, en realidad carece de sent ido. El

objet ivo de la intervención entonces se redefine en el sent ido de buscarse la re-

vinculación del paciente con personas significat ivas para él.

Page 105: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����&DStWXOR����

5HQGLPLHQWRV��1LYHOHV�GH�5HVROXWLYLGDG�\�$OWHUQDWLYDV�7HUDSpXWLFDV��

&RQFHQWUDFLyQ�\�5HQGLPLHQWR��

La Intervención Fam iliar propuesta aquí está diseñada para ser aplicada en sesiones de

45 m inutos con una periodicidad de 1 vez a la sem ana y con una fam ilia a la vez.

Dependiendo de la com plej idad del caso, las sesiones podrían espaciarse hasta a dos

veces al m es.

Debido a que el m aterial con el que se t rabaja durante la sesión proviene de la propia

vivencia de la fam ilia y a que m uchas veces la fam ilia se lleva tareas para realizar

ent re sesiones, son escasas las oportunidades en que las fam ilias se beneficiarán de

una asistencia m ás frecuente que una vez por sem ana.

La Intervención Fam iliar es una intervención potente que parece m ult iplicar el impacto

de sus m ovim ientos en relación a intervenciones individuales. Por lo m ism o t iende a

ser una intervención relat ivam ente breve. La experiencia clínica m uest ra que

terapeutas experim entados logran resultados terapéut icos com pletos ent re en un

espacio de ent re 10 y 16 sesiones. Es bastante poco frecuente que la I ntervención se

ext ienda m ás allá de 20 a 25 sesiones.

1LYHOHV�GH�UHVROXWLYLGDG��

La Intervención Fam iliar expuesta en este t rabajo puede ser adaptada a diversos

niveles de resolut ividad para la atención de personas con problem as de drogas.

De esta m anera, sobre la base de un esquem a diagnóst ico com ún, terapeutas m enos

experim entados pueden acom pañar a la fam ilia ent regando contención em ocional, y

ayudando a ident ificar pat rones interaccionales que m ant ienen el com portam iento

adict ivo de uno de sus m iem bros. Terapeutas m ás experim entados, en cam bio, pueden

t rabajar con elem entos m ás com plejos de la interacción y de la epistem ología fam iliar.

Así, el alcance de la intervención está directam ente relacionado con la capacidad de los

equipos.

La Intervención Fam iliar com o est rategia terapéut ica, sin em bargo, reconoce lím ites

para su aplicación que están referidos a la com plej idad de los casos. En este contexto

Page 106: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����se ent iende que casos fam iliares m ás severos deben ser derivados a instancias de

m ayor especialización que puedan proveer Terapia Familiar.

Es obvio pensar que estos criterios para la der ivación a Terapia Fam iliar deben ser, a

su vez, adaptados al nivel de resolut ividad que tenga el program a terapéut ico dent ro

del cual se integre la prestación de Intervención Familiar y tam bién a la disponibilidad

de recursos m ás especializados que provean Terapia Fam iliar en las redes locales. Sin

em bargo, en térm inos generales debe pensarse en una derivación a Terapia Familiar

en los siguientes eventos:

� Cuando la com plej idad de las interacciones m ost radas por la fam ilia im posibilite

la generación de una hipótesis fam iliar.

� Cuando la com plej idad de las interacciones fam iliares entorpece el desarrollo de

las sesiones y se hace m uy difícil conversar o no se puede realizar o cont rolar la

ent revista.

� Cuando se ident ifican pat rones de interacción que m uest ran con claridad la

presencia de ot ros problem as severos al interior de la fam ilia (anorexia o

bulim ia, VIF, repet idos intentos de suicidio, problem as conyugales severos,

etc.) paralelos a los pat rones referidos al consum o de sustancias.

� Cuando ot ros m iem bros de la fam ilia presentan ot ras patologías psiquiát r icas o

problem as de salud m ental que pueden ser calificados com o severos.

� Cuando, a pesar de la realización de esfuerzos reiterados, la fam ilia no

int roduce cam bios en su form a de interactuar.

2WUDV�$OWHUQDWLYDV�7HUDSpXWLFDV��

Siguiendo la m ism a línea conceptual de este t rabajo, se ha desarrollado una form a de

intervención que involucra la realización de intervenciones con m ás de una fam ilia a la

vez, denom inada Intervención Mult ifam iliar (Troncoso, 2000) . En esencia este t ipo de

intervenciones m ezclan elem entos propios de los entendim ientos sistém icos con

elem entos surgidos de grupos de autoayuda en un esquem a en que, con o sin

dirección profesional, las propias fam ilias ident ifican e intentan m odificar aquellos

pat rones de interacción que m ant ienen sus problem as, ut ilizando com o elem ento

terapéut ico su propia experiencia exitosa para la resolución de sus problem as.

Page 107: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Este enfoque m ult ifam iliar incluye objet ivos que van m ás allá de lo propiam ente

terapéut ico para adent rarse en variables cercanas a las est rategias de desarrollo local.

Una expresión concreta de esta est rategia es la im plem entación de las llam adas

Escuelas Mult ifam iliares en las que se preparan líderes de la com unidad en el

entendim iento sistém ico y ecológico de las dependencias, para luego conform ar grupos

locales que reúnen a varias fam ilias en torno de obj et ivos de superación de problem as

y m ejoras de la calidad de vida. Estos grupos están presentes en var ias regiones del

país.

Para un m ejor entendim iento de estas ideas se sugiere la revisión del t rabajo de

Troncoso (2000) .

Ot ro abordaj e relat ivam ente clásico para desarrollar el t rabajo con fam ilias es el

llam ado Psicoeducación en el que clásicam ente un profesional de la salud m ental

inform a a fam iliares acerca de las característ icas, gravedad, curso, pronóst ico y

posibilidades de ayuda de la enferm edad m ental de un m iem bro de la fam ilia en la

esperanza que esta inform ación ayude a com prender m ej or al paciente y a desarrollar

m odificaciones en la conducta de la fam ilia.

La evidencia m ost rada en el Capítulo 4 m uest ra que, para el caso de problem as de

drogas, este abordaje no resulta del todo eficiente.

Page 108: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����&DStWXOR�����&DVR�&OtQLFR��

/D�%HOOD�'XUPLHQWH�

En el presente capítulo se ejem plificarán los conceptos y elem entos práct icos propuestos en este t rabajo, exam inando un caso clínico desde el ingreso de la fam ilia a I ntervención fam iliar hasta el alta.

Se presentarán los contenidos de las sesiones intercalando, en cursivas, las reflexiones

clínicas que orientaron al terapeuta a tom ar sus decisiones.

La Paciente Indice se llam a Alejandra, una m ujer de 42 años, de clase m edia aunque

recientem ente em pobrecida, soltera y sin hij os. En el m om ento del inicio de la

I ntervención Alejandra estaba ingresada, desde hacía dos sem anas, en una Com unidad

Terapéut ica debido a su adicción a las Benzodiazepinas. Hasta ese m om ento vivía en la

casa fam iliar con sus padres, Rosa de 70 años y Sergio de 75, y con su herm ano

Fernando de 40.

Dadas las característ icas del caso se le ha baut izado com o: La Bella Durm iente.

Page 109: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����6HVLyQ����

Asisten a la sesión Rosa (70) , m adre de la paciente índice (PI ) ; Sergio (75) , padre la

PI , Fernando (40) herm ano de la PI y Alejandra (42) , paciente índice.

Físicam ente im presionan com o personas de clase m edia, adecuadam ente vest idos y

aseados. Alejandra parece de un poco m ás edad de la que t iene.

Al m om ento de la ent revista los m iem bros de la fam ilia ocupan las siguientes

posiciones:

En general, todos m ant ienen la vista al frente, observando al terapeuta y se m ant ienen

en relat ivo silencio.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV����/DV�SRVLFLRQHV�GH�ORV�PLHPEURV�GH�OD�IDPLOLD�SDUHFHQ�LQGLFDU�HOHPHQWRV�VXJHUHQWHV��OD�PDGUH� \� $OHMDQGUD� VH� VLHQWDQ� HQ� XQD� FHUFDQtD�Pi[LPD� HQWUH� HOODV� \� SDUHFHQ� IRUPDU�XQD�VROD�XQLGDG�UHVSHFWR�GH�ORV�KRPEUHV�GH�OD�IDPLOLD��)HUQDQGR�DSDUHFH�UHODWLYDPHQWH�

Papá

Fernando

Mam á

Alejandra Terapeuta

Page 110: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����DO� PHGLR� VLQ� PD\RU� FRQWDFWR� FRQ� HO� UHVWR�� DO� ODGR� GHO� SDGUH�� SHUR� VLQ� WRFDUOR�� /D�GLVWDQFLD�GH� ORV�SDGUHV� HV�Pi[LPD�HQWUH� DPERV�� ¢4Xp� UHODFLRQHV�SDUHFHQ� FRPXQLFDU�HVWDV�SRVLFLRQHV"��/RV�SDGUHV�SDUHFHQ�GLVWDQFLDGRV�HO�XQR�GHO�RWUR�SRQLHQGR�D�ORV�KLMRV�HQ� PHGLR� GH� DPERV�� OD� PDGUH� SDUHFH� WHQHU� XQD� KLMD� HVSHFLDOPHQWH� FHUFDQD� �¢XQD�DOLDGD"���PLHQWUDV�TXH�HO�SDGUH�QR�SDUHFH�WHQHU�XQ�FHUFDQR�R�XQ�DOLDGR�SDUWLFXODUPHQWH�GHILQLGR��/D�FRPSRVLFLyQ�GH�OD�IDPLOLD�JHQHUD�XQD�FXULRVLGDG�FDVL�LQPHGLDWD��¢FyPR�HV�TXH�HVWD�IDPLOLD�KD�PDQWHQLGR�HVWD�IRUPD�GXUDQWH�WDQWR�WLHPSR��HV�GHFLU��FyPR�HV�TXH�GRV�KLMRV�HYLGHQWHPHQWH�DGXOWRV�VH�PDQWLHQHQ�WRGDYtD�HQ� OD�FDVD�GH� ORV�SDGUHV"��¢OD�PDQWHQFLyQ� GH� HOORV� GHQWUR� GH� OD� FDVD� VHUi� LPSRUWDQWH� SDUD� HVWD� IDPLOLD� SRU� DOJ~Q�PRWLYR"��

El terapeuta inicia la sesión pidiendo a los m iem bros de la fam ilia que se presenten.

Com ienza hablando Sergio. Se presenta com o el padre de esta fam ilia. Dice que es

jubilado, que t rabajó 30 años en una fábrica de m uebles, donde llegó a ser el

encargado general de todo el proceso product ivo. Actualm ente se decida a la j ardinería

en su casa y al dom inó con un grupo de am igos. Dice que está separado de la señora…

Terapeuta: ¿cóm o así?

Él responde que viven en la m ism a casa porque la situación económ ica no les perm ite

m antener dos casas. Duerm en en piezas separadas.

Rosa dice que ella es dueña de casa, se dedica esporádicam ente a un grupo de señoras

voluntarias que t rabajan con enferm os. Rat ifica la inform ación ent regada por Sergio.

Fernando dice que vive en la casa y que no hace nada. Ha t ratado de irse de la casa a un departam ento con am igos un par de veces, pero no le ha resultado y term ina regresando. No t iene pareja. Dice que t iene una enferm edad cardíaca crónica, que requiere cuidados, pero que no es incapacitante.

Alejandra dice que tam poco hace nada y se dedica a ser dueña de casa y a ayudar a la

m am á. Tiene una pareja, pero no es del agrado de la fam ilia, por lo que le cuesta

m ucho llevar adelante esa relación.

La fam ilia vive de las pensiones de los padres, que es bastante baja, y de ayudas

esporádicas de la herm ana de la m adre que t iene una buena situación económ ica.

Hechas las presentaciones el terapeuta les pregunta: ¿Porqué están aquí?

Page 111: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����La m adre tom a la palabra y dice que están ahí por el problem a de consum o de

m edicam entos de Alejandra. Ella com enzó a consum ir rem edios para los nervios, hace

com o 12 años, porque era m uy nerviosa, andaba siem pre com o asustada, con

sobresaltos. En esa época Alejandra t rabajaba com o secretaria en una em presa y

estaba tan est resada que debió dejar ese t rabajo. Fue la m adre, quien le recom endó

los m ism os rem edios que tom aba porque tam bién era bastante nerviosa. Con el

t iem po Alejandra llegó a consum ir hasta m edia caja de diazepam diaria y en general

pasaba dorm ida todo el día. Un doctor les daba recetas para que pudieran com prar los

m edicam entos, pero hace poco t iem po el doctor dej ó de t rabajar en el consultorio y al

consultar, ot ro le diagnost icó adicción a las BDZ. Probaron con rem edios naturales,

pero no le hicieron nada y Alejandra se sent ía cada vez peor. En el Servicio de

Urgencia, al que fueron buscando atención, la derivaron a un COSAM y desde ahí

llegaron a esta Com unidad Terapéut ica.

Terapeuta: ¿Hay ot ra cosa que le preocupe?.

La m adre dice que le preocupa que Alejandra esté saliendo con una persona que es

m ala com pañía. Pololea con el cuidador de autos de la esquina de la casa, que duerm e

en la calle y queda botado borracho los fines de sem ana...

Alejandra la m ira con cara enojada. El resto de la fam ilia m ira silenciosa al frente.

El terapeuta pregunta a Rosa si hay ot ra cosa que le preocupe. Ella dice que la

situación con el m arido.

¿Cóm o así?, pregunta el terapeuta.

Dice que le preocupa que el m arido puede ser violento con ella. Están separados hace

com o 10 años, pero viven juntos y la convivencia se hace im posible de soportar. Él la

vigila y le grita.

Sergio tom a la palabra y hablando en voz bastante alta dice al terapeuta: ¿porqué no

le pregunta cóm o m e t rata?, ¿le parece a usted razonable que ella com pre la com ida

para ella, se cocine en un anafre en su pieza y no m e cocine nada a m í?, ¿le parece

razonable que se gaste la plata de las cont r ibuciones de la casa en ot ras cosas y

estem os a punto de perder la casa?

El terapeuta le pide que espere su turno para hablar. Sergio lo m ira fij am ente y hace

un adem án com o para seguir hablando… el terapeuta le hace un gesto con la m ano

para que no cont inúe hablando. Sergio se calla murm urando “así no llegarem os a

ninguna parte, nada va a cam biar”

Page 112: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����

Rosa dice: ¿ve? Es así com o se pone. Se pone com o un energúm eno, no hay quien lo

pueda detener, se pone violento…

El terapeuta la det iene y le pregunta si hay alguna ot ra cosa que le preocupe.

Ella dice que le preocupa un poco Fernando, que no sabe cuando se va a instalar en la

vida, lo ve tan dejado, com o que no t iene iniciat iva, esto debe ser por su enferm edad.

El terapeuta le pregunta si hay alguna ot ra cosa que le preocupe. Dice que no.

Alejandra tom a la palabra para decir que la m adre t iene razón, que m uchas veces el

padre ha llegado a ser peligroso y que le da m iedo... el terapeuta le pide que espere

un poco a que llegue su turno para hablar.

Fernando se m ant iene callado m irando fij am ente hacia adelante.

El terapeuta pregunta a Sergio: ¿porqué está usted aquí?.

Sergio: Porque esta puede ser la oportunidad de enfrentar los problem as que tenem os

com o fam ilia. Si hablamos frente a una persona externa, a un experto, quizá podam os

ponernos en algo de acuerdo.

Terapeuta: Desde su punto de vista Sergio ¿cuales son los problem as de la fam ilia?.

Sergio: Hay un am biente terr iblem ente tenso en la casa. Las cosas no se pueden

hablar. Cada vez que intento poner orden en la casa se arm a una pelea m onum ental y

todos term inam os peleando.

Terapeuta: ¿A quienes se refiere?

Sergio: A toda la fam ilia.

Alejandra tom a la palabra y plantea que las cosas no son así, que es el papá el que se

pone violento y que la m ayoría de las veces es él quien inicia las discusiones en form a

violenta, así que no es correcto que se ponga com o una especie de m árt ir de la

fam ilia...

El terapeuta le pide a Alejandra que espere su turno para hablar, y vuelve a la

conversación con Sergio: ¿Quiere explicar m ás la situación que relata?

Page 113: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Sergio: Las peleas se dan especialm ente ent re Rosa y yo. Ella m e ha perdido

totalm ente el respeto, se pelea conm igo casi todos los días y no m e agradece nada de

lo que hago por ella. Por ejem plo, hace una sem ana le t raje un kilo de filete para que

cocinara para la todos y m e lo t iró por la cabeza, literalm ente. Yo lo guardé en el

refr igerador y ella lo cocinó por la noche y lo guardó en su pieza que m ant iene con

llave... ¿cree usted que yo com í algo de esa carne?, nada, ella lo guardó y yo no vi

nada de esa carne.. .

Aquí se pone com o usted la ve, com o m osquita m uerta, pero en la casa es bien

diferente. Yo no soy el m alo de la casa.

Terapeuta: OK. ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

Sergio: Me parece que lo que le conté es el origen de todo lo que ocurre en la casa.

Terapeuta: ¿Le preocupa el consum o de m edicam entos de Alejandra?

Sergio: Sí, aunque no exageradam ente. Alejandra es m uy parecida a la m adre. Am bas

tom an m edicam entos para los nervios, se los com parten e incluso conversan ent re

ellas acerca de cuál es m ás efect ivo que el ot ro. Yo decía que si seguían así, las cosas

iban a salir m al, que los rem edios no son para j ugar... y ya ve usted... llegam os a esta

situación en la que Alejandra pasaba durm iendo casi todo el día com o si fuera una

guagua... dorm ía casi 24 horas seguidas todos los días... yo creo que si se dejan de

tonterías con los rem edios las cosas se van a arreglar solitas...

Terapeuta: Muy bien. ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

Sergio: No.

Terapeuta, dir igiéndose a Fernando: ¿Y usted Fernando, porqué está aquí?

Fernando: Vine porque Alejandra m e llam ó para la casa y m e pidió que viniera.

Alejandra dice que ella cree que le va a ser de ayuda venir a terapia porque... el

terapeuta nuevam ente le pide que espere su turno para hablar y ella hace un gesto

com o de pedir perdón por interrum pir y se queda callada.

Terapeuta a Fernando: ¿Hay alguna cosa que le preocupe?

Fernando: Me preocupa especialm ente la situación dent ro de la casa. Hay m uchos

problem as, m uchas peleas, especialm ente ent re el papá y la m am á, pero tam bién con

Page 114: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����la Alejandra. El am biente se vuelve m uy pesado, pelean los papás, Alejandra t rata de

cont rolar la situación y al final los dos term inan peleando cont ra ella y tam bién ent re

ellos...

Terapeuta: ¿Y usted qué hace cuando ocurren estas peleas?

Fernando: Yo t rato de no estar en la casa o estar lo m enos posible. Salgo casi todo el

día, m e voy a conversar con m is am igos... y si llego alguna vez a la casa y m e doy

cuenta de que la cosa está m uy tensa m e voy a dar ot ra vuelta y llego com o a las

cuat ro de la m añana cuando ya todos están dorm idos. Me he t ratado de ir de la casa

un par de veces, pero no m e resulta y tengo que term inar volviendo nuevam ente.

Terapeuta: ¿Porqué no le resulta irse de la casa?, ¿qué le ocurre?.

Fernando: Lo que pasa es que tengo una enferm edad cardíaca que en realidad no es

tan grave, pero a veces m e juega una m ala pasada. Me ha ocurrido ya dos veces que

m e he ido de la casa y cuando he llevado un t iem po viviendo afuera, com part iendo con

un par de am igos, m e he enferm ado… no sé… parece que m e baja la presión y m e he

sent ido m uy m al, se m e daba vuelta todo, com o que perdía el equilibrio, al final no m e

podía ni m over, m e dolía el pecho y m e tuvieron que llevar a Urgencias. Am bas veces

ha ocurrido que m is am igos m e han dicho que tal vez lo m ío es m ás grave de lo que

parece y m e han “invitado” al irm e, porque m e dicen que es m ucha la responsabilidad

y eso… así que he term inado de vuelta en la casa…

Terapeuta: ¿Alguna ot ra cosa que le preocupe?

Fernando: Encont rar luego un t rabajo para poder irm e de la casa.

Terapeuta: ¿Le preocupa el consum o de m edicam entos de Alejandra?

Fernando: En realidad pienso parecido al papá, creo que se les pasó la m ano a la

m am á y a ella en el uso de los rem edios... y ahora yo estaba un poco preocupado

porque veía que Alejandra pasaba en la casa y pasaba casi todo el t iem po durm iendo.

Yo sé que es difícil dejar de tom ar m edicam entos, así que m e parece genial que

Alejandra esté aquí donde la pueden ayudar.

Terapeuta: OK. ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

Fernando: No.

Page 115: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Terapeuta: (a Alejandra) Alejandra, yo la he interrum pido en varias ocasiones en las

que usted quería hablar... pero ya le tocó su turno. Dígam e ¿Porqué está usted aquí?

Alejandra: Por m i adicción al diazepam y a ot ro m ontón de m edicam entos para los

nervios y para dorm ir.

Terapeuta: ¿Cóm o así?

Alejandra: Efect ivam ente com encé a consum ir rem edios que m e daba la m am á para

los nervios... com enzó cuando yo t rabajaba com o secretaria en una em presa... una

vez, llevaba poco t iem po t rabajando y era m i prim er t rabaj o, tuve un problem a con

una com pañera de t rabajo y m e ponía m uy nerviosa cuando m e iba al t rabajo, tanto

que dejé de ir, perdí el t rabajo y ahí com encé a tom ar m edicam entos. Pasé com o cinco

años dent ro de la casa, parecía una m onja de claust ro...

Terapeuta: ¿Cuando dice "dent ro de la casa" está diciendo que no salía para nada?

Alejandra: Para nada

Terapeuta: ¿ni a la plaza?

Alejandra: Ni a la plaza.

Terapeuta: ¿Y qué hacía?

A: Nada.. . no sé.. . le ayudaba a la m am á en la casa, conversaba con ella... le ayudaba

a hacer el almuerzo... y el resto del t iem po es cierto, m e dedicaba a dorm ir.. . parecía

una guagua.

T: ¿Y ahora sale un poco?

A: Un poco, yo no diría que salgo tanto, pero salgo a ver a m i pololo, com o no puedo

llevarlo a la casa.. . pero no es tanto... será una o dos horas al día.

T: ¿Y qué hace el resto del t iem po?

A: Lo m ism o que antes... ayudarle a la m am á... dorm ir. ..

T: ¿Hay ot ra cosa que le preocupe?

A: La relación con m i pololo.

Page 116: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����

T: ¿Cóm o así?

A: Cuando m e interné en esta Com unidad Terapéut ica no le avisé que m e iba a

internar y hace dos sem anas que no hablo con él, así que no sé bien si la relación

sigue...

T: ¿Le gustaría contar un poco m ás de eso?

A: He tenido graves problem as con la m am á por este tem a. A m i fam ilia, y

especialm ente a m i m am á, no le gusta m i pololo. Yo estaba pololeando hace años con

una persona de m uy buena condición económ ica que m e pidió m at rimonio, pero ent re

toda la fam ilia, y especialm ente m i m am á, m e convencieron que no m e convenía

porque era un m ujeriego que m e haría sufr ir , así que term iné la relación y no m e casé

con él. Ahora la cosa es justo lo cont rario, no les gusta Manuel porque, a pesar de ser

un hom bre bueno, dicen que no es de m i condición social, porque t rabaja cuidando

autos y no t iene casa.

T: Ya veo, es com o un desacuerdo... ¿Hay alguna ot ra cosa que le preocupe?

A: Me preocupan las peleas ent re los papás, especialm ente, m e preocupa que m i papá

es un hom bre que se pone m uy violento y creo que puede llegar a hacer daño a m i

m am á... o ella causar un problem a grave... a veces tem o por sus vidas... Lo com plejo

es que m e doy cuenta de que soy la única que pone un poco de cordura en la casa,

porque Fernando se va cuando em piezan las peleas y es a m í a quien le toca

t ranquilizar la situación ent re am bos.. .

T: ¿Es decir que Ud. es la que pone la paz en la casa?

A: Quien sabe... parece que sí. En general m e preocupo de que am bos no se pongan

violentos... m e da m iedo que el papá le pegue a la m am á...

T: OK. Quisiera hacerles una pregunta dirigida a todos: ¿qué pasa antes durante y

después de que Alejandra ha consum ido?

(Silencio)

S: No es fácil decir lo, porque es com o que no hay un m om ento m uy claro en que

Alejandra consum a y ot ro en que deje de consum ir. Ella tom a rem edios todos los días,

es un consum o perm anente...

Page 117: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����T: OK, ¿y si yo le preguntara cóm o se da cuenta Ud. que ella ha tom ado rem edios, qué

m e diría?

S: Que es cuando ella duerm e por m ucho t iem po. Ahí m e doy cuenta de que ha

tom ado m ás rem edios que de costum bre, porque los tom a todos los días.

T: ¿Y qué pasa entonces?

S: Me preocupo, la voy a m irar a su pieza. A veces m e da m iedo que se m uera, que se

la pase la m ano con los rem edios, que tenga una sobredosis, así que ent ro a ver si

está respirando...

T: ¿Y Ud. Rosa, cóm o se da cuenta que Alejandra ha tom ado m ás rem edios que de

costum bre?

R: I gual, duerm e m ás.

T: ¿Y Ud. qué hace en esas oportunidades?

R: Me preocupa, pero no tanto. Tam bién la voy a m irar, pero no m e da tanto m iedo,

no pienso que se vaya a m orir o algo. Más bien m e preocupa dejarla dorm ir t ranquila,

así que t rato de que las cosas estén en calm a, no hago el aseo, t rato de que este

hom bre no se ponga com o energúm eno para que no ande gritando por la casa com o

un feriante...

T: ¿Y no le da m iedo que le pueda pasar algo, com o que haya tom ado una sobredosis

y le pueda causar un daño a la salud?

R: Fíjese que no, porque ella sabe m uy bien cóm o funcionan los m edicam entos. Y en

general m e he fij ado que ella duerm e m ás luego de que se ha quedado despierta hasta

tarde en la noche cuando el padre y yo hem os estado discut iendo.

T: ¿Y hasta qué hora discuten?

R: A veces hasta las cinco de la m añana.

A: Y yo m e quedo despierta hasta esa hora, atenta a que no se vayan a hacer daño,

especialm ente cuidando que el papá no le vaya a pegar o hacerle ot ra cosa a la m am á,

y a veces t rato de intervenir para que las cosas se t ranquilicen, pero no siem pre m e

resulta, porque la pelea sigue y se ponen a pelear conm igo...

Page 118: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����T: Ent iendo. Pero entonces, desde su punto de vista Alejandra, ¿el que usted duerm a

hasta tarde es un indicador de que ha tom ado m ás rem edios que de costum bre o es

que se duerm e porque se ha quedado despierta hasta tarde?

A: Yo creo que sí es un indicador de que he tom ado m ás rem edios, porque luego de

esas peleas, que m e parecen agotadoras, lo único que quiero es dorm ir y olvidarm e del

m undo... así que tom o past illas que m e hagan dorm ir hasta tarde, al final m e

despierto com o a las 6 de la tarde.

T: Mm m m , ya veo. ¿Y usted Fernando, cóm o ve esto, cuál es su punto de vista al

respecto?

F: Estoy de acuerdo, así es la cosa. Cuando m e despierto a veces y veo a todos

andando com o calladitos, m e doy cuenta de que la noche anterior han estado peleando

y que la Alejandra está durm iendo. Yo en general t rato de llegar tarde a la casa por lo

m ism o, para no encont rarm e con peleas, pero a veces llego com o a las cinco de la

m añana y la pelea sigue.

T: ¿Y qué hace?

F: No, a esa hora ya no puedo hacer nada, no puedo salir , así que m e voy a acostar

rapidito.

T: ¿Y cóm o term inan las peleas?

F: Yo creo que por cansancio, m e da la im presión que los vence el cansancio y se van

a acostar... sino seguirían peleando.

T: (m irando a los padres) ¿Ustedes cóm o lo ven?

S: Sí, yo creo que la peleas no se term inan, al final nos vam os a acostar de puro

cansados no m ás.

T: ¿Y cuál es su punto de vista Rosa?

R: Tam bién creo que dejam os de pelear cuando ya no dam os m ás...

T: OK. Déjenm e preguntarles algo diferente: ¿han hecho algo para superar el

problem a de consum o de Alejandra?.

Page 119: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����R: Lo que pasa es que no sabíam os que ella tenía este problem a de adicción, yo creía

que ella tom aba past illas porque era nerviosa... cuando el doctor nos dij o que podía

ser eso, t ratam os de m ejorarla con rem edios naturales, hom eopát icos, ¿m e ent iende?,

pero ella se sent ía cada vez m ás m al, y luego fuim os al COSAM y después nos

m andaron para acá.

T: Y Ud. Sergio ¿cóm o lo ve, qué intentos han hecho por superar el problem a?

S: Yo vengo diciendo hace varios años que jugar con los rem edios es peligroso, lo digo

y lo digo, pero no m e hacen caso.. .

T: Así que su est rategia ha sido t ratar de convencerlas de que está m al lo que hacen...

S: Así es.

T: Fernando, ¿Cuál es su punto de vista?

F: Yo he visto m uchas veces al papá decir le a la Alejandra que no siga con esto de los

rem edios para los nervios. Yo tam bién le he dicho algunas veces...

T: ¿Ha intentado alguna ot ra cosa?

F: No.

T: Y usted Alejandra ¿ha hecho algo por solucionar este problem a?

A: Yo creo que para m í este es un problem a hace poco, lo que yo quería era estar

t ranquila, no estar tan tensa, pero parece que se m e pasó la m ano... recién ahora m e

siento haciendo algo por m í...

Hacia el final de la sesión el terapeuta pregunta sobre las explicaciones que t iene la

fam ilia para lo que le ocurre a Alejandra. El padre y Fernando coinciden en que

Alejandra y la m adre han jugado irresponsablem ente con los rem edios. La m adre y

Alejandra plantean que Alejandra es m uy nerviosa y por lo tanto ha necesitado los

m edicam entos.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV���/D�SULPHUD�VHVLyQ�HQWUHJD�LQIRUPDFLyQ�UHOHYDQWH�IUHQWH�DO�FDVR����

Page 120: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����/D� IDPLOLD� LGHQWLILFD� GRV� PRWLYRV� GH� FRQVXOWD� SUHSRQGHUDQWHV�� HO� FRQVXPR� GH�PHGLFDPHQWRV� �GH�$OHMDQGUD�\� ODV�SHOHDV�HQWUH� ORV�SDGUHV��HVWDV�SUHRFXSDFLRQHV�VRQ�FRPXQHV� SDUD� WRGRV� ORV� PLHPEURV� GH� OD� IDPLOLD�� 2WUDV� SUHRFXSDFLRQHV� VHFXQGDULDV�WLHQHQ�TXH�YHU�FRQ�GLVFUHSDQFLDV�DFHUFD�GH�VL�HO��SROROR�GH�$OHMDQGUD�HV�DGHFXDGR�SDUD�HOOD�R�QR�\�FRQ�)HUQDQGR�\�VX�GLILFXOWDG�SDUD�VDOLU�GH�OD�FDVD�SDWHUQD���/D�HQWUHYLVWD�WDPELpQ�ORJUD�LGHQWLILFDU�XQ�SDWUyQ�LQWHUDFFLRQDO�UHVSHFWR�GHO�FRQVXPR��6L�ELHQ�HO�FRQVXPR�GH�PHGLFDPHQWRV�GH�$OHMDQGUD�VH�GHVFULEH�FRPR�FRQWLQXR��HO�PLVPR�DXPHQWD� FXDQGR� VH� SUHVHQWDQ� GLVFXVLRQHV� HQWUH� ORV� SDGUHV�� (O� SDWUyQ� LQWHUDFFLRQDO�LQFOX\H� OD� SUHVHQFLD� GH� XQD� GLVFXVLyQ� HQWUH� ORV� SDGUHV� KDVWD� DOWDV� KRUDV� GH� OD�PDGUXJDGD�HQ�OD�TXH�$OHMDQGUD�WUDWD�GH�LQWHUYHQLU�VLQ�GHPDVLDGR�p[LWR��/DV�SHOHDV�VH�H[WLQJXHQ�SRU�FDQVDQFLR�GH�ORV�SDGUHV��$OHMDQGUD�FRQVXPH�PiV�PHGLFDPHQWRV�TXH�GH�FRVWXPEUH� SDUD� ³GHVFDQVDU´� \� DO� GtD� VLJXLHQWH� GXHUPH� KDVWD� WDUGH�� (O� VXHxR� GH�$OHMDQGUD�SUHRFXSD�DO�SDGUH��PLHQWUDV�TXH�OD�PDGUH�LQWHQWD�YHODUOR�GH�PDQHUD�TXH�QR�VH�SHUWXUEH�VX�VXHxR��)HUQDQGR�HVWi�IXHUD�GH�OD�VLWXDFLyQ��SHUR�DFW~D�HQ�FRQVRQDQFLD�DO�GtD�VLJXLHQWH�FXDQGR�GHVSLHUWD�����1R�KDQ�H[LVWLGR�LQWHQWRV�GH�VROXFLyQ�H[LWRVRV��0iV�ELHQ�ORV�PLVPRV�SXHGHQ�GHVFULELUVH�FRPR�UHFLHQWHV�D�UDt]�GH�OD�GHILQLFLyQ�GH�GHSHQGHQFLD�D�%'=�SRU�SDUWH�GH�XQ�PpGLFR��LQFOX\HQGR� XVR� GH�PHGLFDPHQWRV� KRPHRSiWLFRV� \� FRQVXOWDV� HQ� HO� &26$0�� (O� LQWHQWR�PiV� UHLWHUDGR�� DXQTXH� QDGD� GH� H[LWRVR�� KD� VLGR� HO� GHO� SDGUH�� TXLHQ� � KD� WUDWDGR� GH�FRQYHQFHU��FRQ�UHSURFKHV��D�$OHMDQGUD�\�D� OD�PDGUH�DFHUFD�GH�OR�SHOLJURVR�GH�XWLOL]DU�LQGLVFULPLQDGDPHQWH�PHGLFDPHQWRV�� )HUQDQGR� KD� XVDGR� OD�PLVPD� OtQHD� GH� VROXFLyQ��SHUR�GH�XQD�PDQHUD�PHQRV�VLVWHPiWLFD���/DV� H[SOLFDFLRQHV� GH� OD� IDPLOLD� DSXQWDQ� D� OD�PDOD� VDOXG�PHQWDO� GH� $OHMDQGUD� \� D� OD�LUUHVSRQVDELOLGDG�HQ�HO�XVR�GH�PHGLFDPHQWRV����/D� GHVFULSFLyQ� GH� HVWRV� HOHPHQWRV� SHUPLWHQ� DO� WHUDSHXWD� IRUPXODU� XQD� KLSyWHVLV�UHVSHFWR�GH�OD�IXQFLyQ�GHO�VtQWRPD��HO�FRQVXPR�GH�PHGLFDPHQWRV��SDUD�HVWD�IDPLOLD���

• /D�IDPLOLD�SUHVHQWD�FRQIOLFWRV�JUDYHV�HQ�VX�FRQYLYHQFLD��SDUWLFXODUPHQWH�OLJDGRV�D�OD�LQWHUDFFLyQ�HQWUH�ORV�SDGUHV��(VWRV�FRQIOLFWRV�VRQ�GH�LPSRUWDQWH�PDJQLWXG���

�• /D�SUHVHQFLD�GH�ORV�KLMRV�HQ�PHGLR�GH�HVWH�³FDPSR�GH�EDWDOOD´�D\XGD�D�OD�IDPLOLD�

D�UHJXODU�HVWH�FRQIOLFWR��OR�TXH�HVSHFLDOPHQWH�HV�DVt�SDUD�$OHMDQGUD�TXH�HV�TXLHQ�PiV�LQWHUYLHQH�HQWUH�DPERV��DOLiQGRVH�PXFKDV�YHFHV�FRQ�OD�PDGUH��

�• (Q�HVWH�DPELHQWH��HO�FRQVXPR�RIUHFH�SRU�OR�PHQRV�ODV�VLJXLHQWHV�SRVLELOLGDGHV���

Page 121: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����• $GRUPHFH� D� $OHMDQGUD� GH� PRGR� GH� HYLWDU� TXH� VDOJD� GH� OD� FDVD�� EXVFDQGR�

WUDEDMR�R�XQD�SDUHMD���• 5HJXOD� OD� WHQVLyQ� TXH� VH� JHQHUD� HQWUH� ORV� SDGUHV� GH� PRGR� WDO� TXH� OD� GtD�

VLJXLHQWH�GH� VXV�GLVFXVLRQHV�DPERV�GHVSOD]DQ� VX�DWHQFLyQ�KDFLD�$OHMDQGUD� \�UHJXODQ� VX� FRPSRUWDPLHQWR� GHMDQGR� GH� GLVFXWLU�� \D� VHD� SRU� OD� SUHRFXSDFLyQ�SRU�VX�YLGD�R�SRU�YHODU�VX�VXHxR��

�• (V�SRVLEOH�SHQVDU�TXH�RWURV�HOHPHQWRV�FRQIOX\HQ�SDUD�PDQWHQHU� � ORV�KLMRV�DO�

LQWHULRU�GH�OD�IDPLOLD��7DO�HV�HO�FDVR�GH�OD�HQIHUPHGDG�GH�)HUQDQGR�\�HO�WLSR�GH�HOHFFLyQ�GH�SDUHMD�GH�$OHMDQGUD��

�• 8Q�HOHPHQWR�TXH�D\XGD�D�OD�PDQWHQFLyQ�GH�HVWH�SDWUyQ�GH�LQWHUDFFLRQHV�VRQ�ODV�

VROXFLRQHV� LQWHQWDGDV� ODV�TXH� VH� FDUDFWHUL]DQ�SRU� LQWHQWRV�GH�PX\� FRUWD�GDWD�R�LQVLVWHQFLD�HQ�VROXFLRQHV�HYLGHQWHPHQWH�LQ~WLOHV�FRPR�ODV�UHSULPHQGDV�GHO�SDGUH��

�%DVDGR�HQ�HVWD�KLSyWHVLV�HO� WHUDSHXWD� OH�RIUHFH�D� OD� IDPLOLD�XQD� IRUPD�DOWHUQDWLYD�GH�SODQWHDU� VX�SUREOHPD�� ³8VWHGHV� HVWiQ� YLYLHQGR�HQ�XQD� ³]RQD�GH�JXHUUD´�TXH� LQFOX\H�DWDTXHV�\�HVWUDWHJLDV�³EpOLFDV´�EDVWDQWH�HYLGHQWHV��(Q�HVWH�FRQWH[WR�WLHQHQ�XQ�SDU�GH�KLMRV�TXH�VH�RIUHFHQ�SDUD�WUDWDU�GH�LPSRQHU�OD�SD]�HQWUH�XVWHGHV��WDO�FRPR�OR�KDFHQ�ORV�FDVFRV� D]XOHV� GH� OD� 218�� 9LVWR� DVt�� HO� FRQVXPR� GH� PHGLFDPHQWRV� GH� $OHMDQGUD� OHV�RIUHFH�XQD�YHQWDMD�SDUD�HVWD�WDUHD��\D�TXH�SRU�XQ�ODGR�KD�DVHJXUDGR�TXH�HOOD�VH�TXHGH�HQ� OD�FDVD��SRUTXH�� OLWHUDOPHQWH�QR�KD�VDOLGR�GH�HOOD�HQ�PXFKR�WLHPSR�\�SRU�RWUR� OHV�D\XGD�D�XVWHGHV�D�UHGXFLU�OD�WHQVLyQ�GHO�FRQIOLFWR�\D�TXH�HO�KHFKR�GH�TXH�HOOD�GXHUPD�PiV� GH� OD� FXHQWD� �TXH� HV� XQ� LQGLFDGRU� GH� TXH� KD� FRQVXPLGR� GHPDVLDGRV�PHGLFDPHQWRV�� OHV�KDFH�FDPELDU�VX�FRPSRUWDPLHQWR�\D�VHD�SRUTXH�VH�SUHRFXSDQ�GH�VX� VDOXG� R� SRUTXH� OH� FXLGDQ� HO� VXHxR�� 3RU� RWUR� ODGR�� OD� HQIHUPHGDG� GH� )HUQDQGR�WDPELpQ�KD�VLGR�XQD�D\XGD�SDUD�TXH�pO��HQ�VX�HVWLOR��HMHFXWH�VX�ODERU�GH�FDVFR�D]XO��DO�QR�SHUPLWLUOH�VDOLU�GH�OD�FDVD��2WUD�FRVD�SXHGH�VHU�OD�SDUHMD�GH�$OHMDQGUD��TXLHQ�D�MXLFLR�SDUWLFXODUPHQWH� GH� XVWHG��PDPi�� QR� HVWi� D� VX� DOWXUD� OR� TXH� VLJQLILFD� TXH� XVWHG� VH�RSRQJD� D� HVD� UHODFLyQ� \� OD� PLVPD� QR� VHD� XQD� PDQHUD� UHDO� GH� VDOLU� GH� OD� FDVD��FDViQGRVH��SRU�HMHPSOR����Com o ven, el consum o de m edicam entos t iene algunas razones y “beneficios” (aunque suene raro decir lo así) ocultos para la fam ilia que sería bueno t rabajar. Pero probablem ente lo que hay que t rabajar son estos conflictos que les están causando tanto dolor a la fam ilia y la form a en que los han abordado hasta ahora” �&RQ�HVWD� LQYLWDFLyQ�HO�WHUDSHXWD�LQYLWD�D� OD�IDPLOLD�D� LQLFLDU�XQD�,QWHUYHQFLyQ�)DPLOLDU��FRVD�TXH�OD�IDPLOLD�DFHSWD��

Page 122: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����6HVLyQ�1����

A la segunda sesión asisten los cuat ro integrantes de la fam ilia.

El terapeuta propone com o un objet ivo de la I ntervención exam inar la form a en que la

fam ilia ha abordado sus conflictos hasta ahora y buscar una form a de resolverlos de

m anera tal que no incluya el consum o indebido de m edicam entos.

I nicia la sesión recordando las ideas propuestas en la anterior y decide buscar m ás

inform ación respecto del conflicto de los padres.

Los datos recabados indican que ellos han tenido un conflicto severo desde hace

práct icam ente 40 años, ya que visualizan la fecha de inicio del m ism o próxim o al

nacim iento de Fernando. En estos años el conflicto ha tenido algunas escenas

“escabrosas” com o que el padre ha sido verbalm ente violento con la m adre o que la

m adre le ha escondido la com ida al padre.

El terapeuta intenta explorar si sería viable que los padres redujeran su nivel de

conflictos. Frente esta exploración surge, en la sesión, una discusión de im portante

m agnitud que convence al terapeuta que ninguno de los padres está dispuesto a

m overse de su posición. Las vías de conciliación de am bos parecen bastante cerradas.

El terapeuta det iene la discusión diciendo que ya había visto suficiente com o para

hacerse una idea de la interacción ent re am bos y que los invitaba a detenerse, porque

no tenía sent ido seguir en esa dinám ica conocida por todos si lo que querían era

buscar nuevas form as de com portam iento en la sesión.

Surge la idea de que los padres han estado m ás preocupados por Fernando en este

t iem po en que Alejandra está internada, parece haber tenido recaídas en su estado de

salud, cosa que él reconoce sólo a m edias: se ha sent ido un poco, sólo un poco peor,

pero no es para tanto.

El terapeuta les pregunta a los hij os qué es lo que m ás tem en en este am biente

fam iliar:

A: Que el papá sea violento con la m am á o que ella haga algo grave cont ra él.

T: OK. Pero, ¿hasta donde llega su m iedo?, ¿cuál cree que es el r iesgo que, en su

opinión, corren los papás en este m om ento?

A: Que pase algo grave.

Page 123: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����T: ¿Cuan grave?

A: No sé, grave. Algo grave.

T: OK. Pero ¿cuan grave?, ¿qué puede ser tan grave com o para que Ud. decida

m antenerse por tanto t iem po en la casa cuidándolos?

A: Que uno term ine m atando al ot ro.

T: ¿Tem e que uno efect ivam ente term ine m atando al ot ro?.

A: Ud. no ha visto lo que pasa en la casa. A veces las cosas que se dicen, las caras que

ponen, la rabia que les da... com o que se t ransform an.. . y en esos m om entos m e da

m iedo, creo que, tal vez sin querer se les pueda pasar la m ano y que uno m ate al

ot ro.. .

( los padres en silencio y con cara de sorpresa)

T: Vaya que dilem a, ahora ent iendo su preocupación... y usted Fernando, ¿cuál es su

punto de vista?

F: Yo en general no creo que se vayan a m atar, pero a veces tam bién m e da m iedo de

que se vayan a causar daño.

T: ¿Tanto m iedo com o para quedarse en la casa a cuidarlos?

F: ( con cara de sorpresa) Chuta... nunca lo había pensado así. Quien sabe, tal vez por

eso no m e he ido de la casa...

El terapeuta cierra la sesión diciendo que le ha quedado claro algo: la m agnitud de la

preocupación de los hij os. La m ism a que es tal que los “pet r ifica” de terror haciendo

que no se vayan de la casa.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV���(O�WHUDSHXWD�KD�HQPDUFDGR�OD�,QWHUYHQFLyQ�HQ�HO�REMHWLYR�GH�H[SORUDU�FyPR�OD� IDPLOLD�PHMRUDUi� OD� IRUPD� GH� HQIUHQWDU� VXV� FRQIOLFWRV�� VDFDQGR� HO� FRQVXPR� LQGHELGR� GH�PHGLFDPHQWRV�GH�ODV�DOWHUQDWLYDV�SDUD�HOOR���

Page 124: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����'XUDQWH� OD� VHVLyQ� KD� KHFKR� GRV� GHVFXEULPLHQWRV� LPSRUWDQWHV�� (O� SULPHUR� HV� TXH� QR�SDUHFH�YLDEOH�� HQ�HO� FRUWR�SOD]R�� UHVROYHU� HO� ³SUREOHPD�GH�SDUHMD´�GH� ORV�SDGUHV�\�HO�VHJXQGR�HV�TXH�HO�WHPRU�GH�ORV�KLMRV�D�TXH�ORV�SDGUHV�VH�FDXVHQ�XQ�GDxR�HV�WDO�TXH�SUHILHUHQ�³HQWUHJDUVH´�SDUD�FXLGDUORV��D~Q�D�FRVWD�GH�VX�LQGHSHQGHQFLD�SHUVRQDO���/D�UHJXODFLyQ�GHO�VLVWHPD�SDUHFH�PRYHUVH�DKRUD�KDFLD�)HUQDQGR��ORV�SDGUHV�FRPLHQ]DQ�D� SUHRFXSDUVH� SRU� XQD� GHVPHMRUD� HQ� VX� VDOXG�� PLHQWUDV� TXH� pO� SDUHFH� WDPELpQ�UHFRQRFHU�WDO�GHVPHMRUD��

6HVLyQ�1����

La tercera sesión se realiza dos sem anas después de la segunda. Los padres no llegan

a la sesión sin dar explicaciones, tal parece que se descoordinaron y no llegaron.

El terapeuta, retom ando lo conversado en la sesión anterior , exam ina si es tan

“razonable” el tem or de los hij os. I ntenta generar algo así com o una “duda razonable”

para sus tem ores planteando que en 40 años de discordia los padres no se han

separado y tam poco se han m atado uno a ot ro... ¿no será este el est ilo de relacionarse

de ellos luego de tanto t iem po de relación, que aunque m uy inquietante, no es

realm ente tan peligroso com o parece?.

Fernando com enta en este punto que la presión hacia él, en térm inos de la

preocupación de los padres por su salud y las cosas que le pasan, se ha vuelto m uy

difícil de tolerar y que está planeando seriam ente buscar un departam ento con un

am igo e irse a vivir con él.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV���(O�WHUDSHXWD�WUDWD�GH�PRVWUDU�XQ�SXQWR�GH�YLVWD�GLIHUHQWH�DFHUFD�GH�ORV�WHPRUHV�GH�ORV�KLMRV��FRQ�OD�HVSHUDQ]D�GH�TXH�ORV�PLVPRV�GLVPLQX\DQ���3RU� RWUR� ODGR�� \� TXL]i� EDVDGR� HQ� ODV� FRQYHUVDFLRQHV� WHUDSpXWLFDV� )HUQDQGR� SDUHFH�SHQVDU� HQ� XQD� HVWUDWHJLD� GLIHUHQWH�� EXVFDU� XQ� OXJDU� D� GRQGH� LUVH�� 3DUHFH� QR� HVWDU�FyPRGR�FRQ�HO�URO�TXH�HO�VLVWHPD�OH�LQWHQWD�HQWUHJDU�FRPR�UHJXODGRU�GH�ORV�FRQIOLFWRV��HV� FLHUWR� TXH� KD� KHFKR� LQWHQWRV� SUHYLRV� HQ� HWD� GLUHFFLyQ�� SHUR� HVWH� WLHQH� XQD�GLIHUHQFLD��HV�SULPHUD�YH]�TXH�$OHMDQGUD�QR�HVWi�HQ�OD�FDVD�PLHQWUDV�pO�LQWHQWD�EXVFDU�RWUR� OXJDU� SDUD� YLYLU�� 7DO� YH]� HVWR� SXHGH� D\XGDU� D� TXH� VXV� LQWHQWRV� VHDQ� DKRUD�GLIHUHQWHV��

Page 125: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����6HVLyQ�1����

La cuarta sesión se realiza 15 día después de la tercera y se cuenta sólo con la presencia de Alejandra.

Ella com enta que recibió una llam ada telefónica de la m adre en que le com unicaba que

Fernando se había ido de el casa y que el padre estaba enferm o. Si bien en la llam ada

no había una pet ición explícita de la m adre, Alejandra sent ía que esta la había llam ado

para pedir le ayuda.

La presión era m áxim a en ese m om ento, porque luego de esa llam ada Alejandra no se

había podido com unicar con su casa, ya que el teléfono estaba cortado y el celular

tam poco respondía.

Para aum entar la dificultad, Fernando no había llegado a la sesión y ella no tenía idea

de dónde podía encont rarse.

La solicitud de Alejandra era la de abandonar el t ratam iento, y salir de la Com unidad

Terapéut ica para volver a ayudar a su casa.

El terapeuta se m uest ra fuertem ente en desacuerdo con esta idea y propone un t rato

que Alejandra acepta a regañadientes: si en los próxim os 15 días no t iene not icias de

la fam ilia, dejará el t ratam iento y se irá a casa. La alternat iva es contactarse con un t ío

quien seguram ente puede obtener inform ación respecto de los padres.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV���(O� VLVWHPD� SDUHFH� UHRUJDQL]DUVH� \� HQ� HO� SURFHVR� HFKD�PDQR� GH�PXFKD� HQHUJtD� SDUD�LQWHQWDU�PDQWHQHU� OD� RUJDQL]DFLyQ� SUHYLD�� $OHMDQGUD� VH� VLHQWH� WHQVLRQDGD� D� YROYHU� DO�KRJDU�IDPLOLDU�PLHQWUDV�TXH�HO�VLVWHPD�IDPLOLDU�HQ�VX�FRQMXQWR�VH�HQFDUJD�GH�HPSXMDU�HQ� HVWD� GLUHFFLyQ�� (O� WHUDSHXWD� LQWHQWD� IUHQDU� HVWH�PRYLPLHQWR�� SRU� OR�PHQRV� KDVWD�WHQHU� QRWLFLDV� PiV� FODUDV� UHVSHFWR� GH� FyPR� HVWi� UHDFFLRQDQGR� HO� VLVWHPD� D� ORV�FDPELRV��

6HVLyQ�1����

Transcurridos 15 días desde la últ im a sesión, se realiza la quinta sesión a la que asisten Fernando y Alej andra.

El tono em ocional de la sesión es increíblem ente diferente a la de los últ im os

encuent ros. Las novedades de am bos eran m ayúsculas: Fernando encont ró un

departam ento con un am igo y se m udó a vivir allá, no se había presentado a la sesión

Page 126: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����anterior porque perdió la m icro y no tenía el teléfono de la Com unidad Terapéut ica (no

quería hablar con los papás para pedírselo) . El t iem po que llevaba viviendo afuera de

la casa no había sido del todo fácil, part icularm ente porque sent ía la presión de los

padres para que volviera ( lo llam aban y se lo pedían, literalm ente) , sin em bargo

com enzaba a adaptarse a su nueva vida y tenía la prom esa de un t rabajo que

com enzaría en dos sem anas m ás.

Por ot ro lado, las inform aciones que el t ío había dado respecto de los padres y lo que el

propio Fernando había podido com probar, m ost raban que la m adre se había hecho

cargo de cuidar al padre en su enferm edad, en un clim a de bastante t ranquilidad y

respeto m utuo.

El terapeuta tom ó esta inform ación y reforzó estas ideas, part icularm ente el hecho que

los padres parecían encont rar un equilibrio que era im pensado t iem po at rás por los

hij os, basados en los tem ores que los m ism os tenían respecto de las consecuencias de

las discusiones de am bos.

En la sesión la em oción de am bos hij os era de t ranquilidad frente a esta nueva

organización de la fam ilia.

5HIOH[LRQHV�7HUDSpXWLFDV���/DV� FRQYHUVDFLRQHV� \� SRVLFLRQHV� RULJLQDOHV� GH� OD� IDPLOLD� SDUHFtDQ� PRGLILFDUVH� HQ� OD�GLUHFFLyQ�GH�XQD�PD\RU�WUDQTXLOLGDG��OR�TXH�D�VX�YH]�JHQHUDED�OD�SHUFHSFLyQ�GH�TXH�HO�VLVWHPD� VH�GHVWUDEDED� \�SRGtD� UHFXSHUDU�XQD� IOXLGH]�TXH� OD� IDPLOLD� QR� FRQRFtD�KDFtD�GpFDGDV���'XUDQWH�ORV�VLJXLHQWHV���PHVHV�OD�IDPLOLD�FRQWLQXy�DILDQ]DQGR�HVWRV�FDPELRV�HQ�TXH�ORV�SDGUHV�OOHJDURQ�D�HVWDEOHFHU�XQD�IRUPD�GH�FRQYLYHQFLD�SRU�OR�PHQRV�QR�DPHQD]DQWH�QL�YLROHQWD� �DXQTXH� WDPSRFR� SDUWLFXODUPHQWH� FDULxRVD��� PLHQWUDV� TXH� $OHMDQGUD�� DO�HJUHVR� GH� OD� &RPXQLGDG� 7HUDSpXWLFD�� VH� LQVWDOy� HQ� IRUPD� LQGHSHQGLHQWH� OR� TXH� OH�SHUPLWLy�D�HOOD�\�D�)HUQDQGR�HVWDEOHFHU�FRQWDFWRV�FHUFDQRV��SHUR�QR�³DWUDSDQWHV´�FRQ�OD�IDPLOLD��

La Intervención descrita intenta ser un ej em plo acerca de cóm o se establece un

diagnóst ico en una Intervención Fam iliar y cóm o es posible invitar al sistem a a m irar

las cosas de una form a diferente, posibilitando de esta m anera la aparición de

conversaciones y em ociones diferentes que dest raben las relaciones ent re los

m iem bros de la fam ilia haciendo, que la presencia del síntom a “consum o de drogas”

deje de ser necesaria.

Page 127: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����5HFXUVRV�GH�)RUPDFLyQ�H�,QIRUPDFLyQ�

I nternet representa una form a part icularm ente r ica en interesante para desarrollar un

m ejor y m ás profundo acercam iento a una m ult iplicidad de ideas. En esta apartado se

ent rega una selección de recursos disponibles en Internet sobre tem as sistém icos. La

selección es de Chenail (2001) .

,GHDV�)XQGDFLRQDOHV�

Cibernét ica.

$PHULFDQ�6RFLHW\�IRU�&\EHUQHWLFV��(ht tp: / / www.asc-cybernet ics.org)

La Am erican Society for Cybernet ics (ASC) es tanto un recurso inform at ivo com o una

organización act iva dedicada a las ideas sistém icas. Organizan una conferencia anual y

alberga inform ación sobre diversas páginas.

3ULQFLSLD�&\EHUQHWLFD�(ht tp: / / pespm c1.vub.ac.be/ default .htm l)

Este proyecto internacional ha liderado la creación de uno de los m ejores sit ios sobre

cibernét ica y pensam iento sistém ico. Principia Cybernet ica dist ingue una interesante

com binación de valiosos recursos internacionales e innovaciones tecnológicas.

I deas Batesonianas.

7RZDUGV�DQ�(FRORJ\�RI�0LQG��(ht tp: / / www.oikos.org/ psicen.htm )

7KH�3DWWHUQ�:KLFK�&RQQHFWV��$ERXW�*UHJRU\�%DWHVRQ�(ht tp: / / www.lawrence.edu/ dept / environm ental_studies/ bateson.htm l)

Estos dos sit ios representan lo m ejor de la web en páginas dedicadas a la vida y

pensam iento de Gregory Bateson. I ncluyen enlaces a textos com pletos de y acerca de

Bateson.

Page 128: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Maturana y autopoiesis.

&KLOHDQ�6FKRRO�RI�%LRORJ\�RI�&RJQLWLRQ��7KH�:HE�3DJH�RI�+XPEHUWR�0DWXUDQD��(ht tp: / / www.inteco.cl/ biology/ index.htm )

$XWRSRLHVLV�SOXV����(ht tp: / / www.pnc.com .au/ ~ lfell/ index.htm l)

Am bos sit ios son excelentes int roducciones a las ideas de Maturana e incluyen accesos

a art ículos y num erosos sit ios en la web.

Const ruccionism o y Const ruct ivism o.

.HQQHWK�-��*HUJHQ�V�+RPH�3DJH��(ht tp: / / www.swarthm ore.edu/ SocSci/ kgergen1/ web/ page.phtm l?st= hom e&id= hom e)

La página de Gergen presenta varios de sus art ículos y program as analít icos de sus

cursos. Es tam bién un excelente recurso para conectarse con personas e inst ituciones

de orientación const ruccionista en todo el m undo.

5DGLFDO�&RQVWUXFWLYLVP�3DJH��(ht tp: / / www.univie.ac.at / const ruct ivism )

Este recurso es una m ina de oro para los interesados en explorar una variedad de

ideas const ruct ivistas. Posee enlaces con art ículos online, software y revistas.

6RFLHW\�IRU�&RQVWUXFWLYLVP�LQ�WKH�+XPDQ�6FLHQFHV��(ht tp: / / orgs.unt .edu/ const ruct ivism / society.htm )

La Sociedad publica la revista &RQVWUXFWLYLVP�LQ�WKH�+XPDQ�6FLHQFHV� Tam bién alberga

el &RQVWUXFWLYLVP�)RUXP� un grupo de discusión online.

Narrat iva.

1DUUDWLYH�3V\FKRORJ\��$Q�,QWHUQHW�DQG�5HVRXUFH�*XLGH��(ht tp: / / m aple.lem oyne.edu/ ~ hevern/ narpsych.htm l)

Definit ivam ente este es el recurso para ideas narrat ivas. El sit io alberga num erosos

ensayos, art ículos online, syllabi y ot ros m aravillosos recursos narrat ivos.

Page 129: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����Com unidades Sistém icas.

$FNHUPDQ�,QVWLWXWH��(ht tp: / / www.ackerm an.org)

Uno de los inst itutos m ás ant iguos de terapia fam iliar, el Ackerm an cont inúa siendo

sede de innovat ivas soluciones sistém icas. El sit io cont iene art ículos online,

descripciones detalladas de program as y videos que pueden ser encargados.

7KH�'XOZLFK�&HQWUH�:HEVLWH��(ht tp: / / www.dulwichcent re.com .au)

El sit io presenta una valiosa clasificación de abordajes narrat ivos para el cam bio.

I ncuye el “Com m only Asked Quest ions About Narrat ive Therapy”, un excelente

recurso, y hospeda la nueva revista 7KH�,QWHUQDWLRQDO�-RXUQDO�RI�1DUUDWLYH�7KHUDS\�DQG�&RPPXQLW\�:RUN�

+RXVWRQ�*DOYHVWRQ�,QVWLWXWH��(ht tp: / / www.neosoft .com / ~ hgi)

El I nst ituto es un excelente recurso para los interesados en terapias postm odernas y

colaborat ivas. Ofrece su bolet ín m ensual y una extensa lista de referencias sobre su

t rabajo e invest igación clínicos.

7KH�,QVWLWXWH�IRU�WKH�6WXG\�RI�7KHUDSHXWLF�&KDQJH��(ht tp: / / www.talkingcure.com )

Este sit io presenta un interesante proyecto de invest igación focalizado en una nueva

m anera de m edir el cam bio en terapia. Perm ite bajar docum entos con sus m anuales y

art ículos

7KH�.&&�)RXQGDWLRQ��(ht tp: / / www.kcc- internat ional.com / index.htm )

El sit io presenta abundante inform ación sobre abordaj es sistém icos en terapia,

resolución de conflictos y gerenciam iento sistém ico tam bién presenta la revista Hum an

System s: The Journal of System ic Consultat ion and Managem ent .

Page 130: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����7KH�/HHGV�)DPLO\�7KHUDS\�DQG�5HVHDUFK�&HQWUH��/)75&���(ht tp: / / www.psyc.leeds.ac.uk/ lft rc)

El sit io ofrece inform ación sobre una am plia variedad de proyectos, incluyendo sus

m anuales de terapia sistém ica.

7KH�0HQWDO�5HVHDUFK�,QVWLWXWH��05,��(ht tp: / / www.m ri.org)

Uno de los prim eros inst itutos de orientación sistém ica, el MRI cont inúa siendo uno de

los recursos m ás im portantes en pensam iento y práct ica sistém icos. El sit io posee

enlaces a sus m ás recientes invest igaciones y program as clínicos.

3XEOLF�&RQYHUVDWLRQ�3URMHFW�(ht tp: / / www.publicconversat ions.org)

El Public Conversat ion Proj ect es una iniciat iva enraizada en la com unidad dedicada a

la prom oción de conversaciones colaborat ivas com o m edio para resolver los conflictos

sociales. El sit io provee lecturas y ot ros recursos para ayudar a aprender este

interesante abordaj e sistém ico.

7KH�9LUWXDO�)DFXOW\�(ht tp: / / www.m assey.ac.nz/ ~ alock/ / virtual/ welcom e.htm )

Esta es la página de un grupo de psicólogos reconocidos internacionalm ente, quienes

com parten el interés en las ideas y práct icas postm odernas, discursivas y narrat ivas.

&HQWURV�GH�)RUPDFLyQ�HQ�7HUDSLD�6LVWpPLFD��

,QVWLWXWR�GH�7HUDSLD�)DPLOLDU�GH�6DQWLDJR��(ht tp: / / www.it fsant iago.cl)

Felix de Am est i 350, Las Condes, Sant iago. F: 228 7830

,QVWLWXWR�&KLOHQR�GH�7HUDSLD�)DPLOLDU��

Av. Larraín 6925. F: 277 3518

Page 131: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����

5HIHUHQFLDV�� AVILÉS, A., CÁRCAMO, E., & ARAYA, C. (1991) Hablem os de la fam ilia – Desarrollo

perdonal. Cide. Sant iago de Chile. BARRI ENTOS, M. (2000) Terapia fam iliar en el t ratam iento de personas con problem as

de drogas. IV Jornadas Chilenas de Terapia Fam iliar: I nt im idad y Diversidad hacia el Tercer Milenio. LOM Ediciones, Sant iago de Chile.

BARRIENTOS, M.; CHACÓN, M. & VALDEBENITO M. (1993) Evolución Histórico

Conceptual de la Terapia Familiar Sistémica. Apuntes del Inst ituto de Terapia Familiar de Sant iago.

BATESON, G. (1972) Steps to an ecology of mind, Ballant ine, Nueva York.

BERTALANFFY, L. VON (1976) Teoría General de los Sistemas. Fondo de Cultura

Económica, México. BODIN, A. (1982) The Interact ional View: Family Therapy Approaches of the Mental

Research Inst itute. En Gurman, S. y Papp, P. (eds.) Handbook of Family Therapy., 1982.

CARVALHO, V., PI NSKY, I . , DE SOUZA E SILVA, R. & CARLINI -COTRIM, B. (1995) .

Drug and alcohol use and fam ily characterist ics: A study am ong Brazilian

high-school students. Addict ion; 90: 65-72

CIBANAL, L. (2004) INTRODUCCI ÓN A LA SISTÉMICA Y TERAPIA FAMI LIAR

en ht tp: / / perso.wanadoo.es/ aniorte_nic/ apunt_terap_fam il_5.htm CIRI LLO, S., BERRINI , R., CAMBIASO, G. & MAZZA, R. (1999) La fam ilia del

Toxicodependiente. Ed. Paidós. Buenos Aires. CODDOU, A. & CHADWI CK, M. (1994) Evolución del concepto de Codependencia. Tesis

para optar a t ítulo de psicólogas. Universidad de Chile.

CODDOU, F. & MÉNDEZ, C.L. (2002) La aventura de ser pareja. Ed. Gr ij albo, Sant iago

de Chile.

COVI ELLO, D.M., ALTERMAN, A.I ., CACCI OLA, J.S., RUTHERFORD, M.J. & ZANIS, D.A.

(2004) . The role of fam ily history in addict ion severity and t reatm ent

response. J. Subst Abuse Treat ; 26(1) : 303 – 13.

CREDHO (2004) Trabajando con fam ilias en dependencia a drogas y vulnerabilidad

social desde el m odelo de com unidad terapéut ica. Publicación CONACE. Sant iago de Chile.

Page 132: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����CHARVOZ, L., BODENMANN, G. & HERMANN, E. (2002) . The im portance of fam ily

variables for the drug consum pt ion of adolescents. Kindheit und

Entwicklung, 11: 14-20

CHESSICK, R.D. (1960) The pharm acogenic orgasm in the drug addict . $UFKLYHV� RI�

*HQHUDO�3V\FKLDWU\, 3 CHENAIL, R. (2001) Sit ios sistém icos en la web. 6LVWHPDV�)DPLOLDUHV, 17(3) DE VEGA, J. (2005) . Terapia fam iliar de la adicción a la cocaína. I nterpsiquis 2005.

Disponible en www.psiquiat ria.com DUVALL, E. (1957) Fam ily developm ent . Chicago. Ed. J.B. Lippincot t ERICKSON, E. H. (1950) Childhood and society, Nueva York, W.W. Norton. FRI ED, D (2000) Diversidad sistém ica y sistém ica de la diversidad. IV Jornadas

Chilenas de Terapia Fam iliar: I nt im idad y Diversidad hacia el Tercer Milenio. LOM Ediciones, Sant iago de Chile.

FRI EDMAN, A.S. (1989) . Fam ily Therapy vs. Parent groups: Effects on Adolescents

Drugs Abusers. Am J Fam Ther; 17: 335-47. FUHRMANN, I . Y CHADWI CK, M. (1998) . Fortalecer la fam ilia: Manual para t rabajar con

padres. Ed. Andres Bello, t ercera edición. GANGHER, R. & SHUGART, G. (1966) The heroin addict ´ s pseudoasert ive behavior and

fam ily dinamics. Social Casework, 47 GIRÓN, S., MARTÍNEZ, J & GONZALEZ, F (2002) Drogodependencias juveniles: revisión

sobre la ut ilidad de los abordajes terapéut icos basados en la fam ilia Trastornos Adict ivos; 4(3) : 161-170

GLASERSFELD, E. von (1984) Int roduct ion to Radical Construct ivism. En Watzlawick, P.

(ed) The Invented Reality. W.W. Norton & Co. New York.

GUERI N, P. (1978) Fam ily Therapy: The first twenty- five years. En Fam ily Therapy: Theory and Pract ice, New York, Gardner Press.

HARBIN, H.T. & NAZIAR, H.M. (1975) The fam ilies of drug abusers: A literature review.

Fam ily Process, 14

HERMAN, M.A. & MCHALE, S.M. (1993) Coping with parental negat ivit y: Links with

parental warm th and child adjustm ent . J. Appl Develop Psychol, 14:

121-36

HIDALGO, C. Y CARRASCO, E. (1999) Salud Fam iliar: Un m odelo de atención integral

en la atención prim aria. Ediciones Universidad Católica de Chile. Sant iago de Chile.

Page 133: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���� IRAURGI I . , SANZ M. & MARTÍNEZ-PAMPILI EGA, A. (2004) Funcionam iento fam iliar y

severidad de los problem as asociados a la adicción a drogas en personas que solicitan t ratam iento. Adicciones, vol 16, num 3, p 185 – 195.

ITF (1991) . Material Bibliográfico. I nst ituto de Terapia Fam iliar Sant iago.

Ent renam iento en Terapia fam iliar 1991. JACKSON, D. (1957)The quest ion of fam ily hom eostasis. Psiquiat ric Quarterly

Supplem ent , 31, 79 – 90. JOANNI NG H, QUI NN TF, THOMAS F, MULLEN R. (1992) . Treat ing Adolescent drug

abuse: a com parison of fam ily system s therapy, group therapy and fam ily drug educat ion. J Marital Fam Ther; 18: 345-56.

JUTORÁN, S. (1994) El proceso de las ideas sistém ico-cibernét icas. Sistem as

Fam iliares, abril 1994. KAZDIN AE (1987) . Treatm ent of ant isocial behavior in children: current status and

future direct ions. Psychol Bull; 102: 187-203. KEENEY, B. (1987) La Estét ica del cambio. Paidós. Bs Aires. KEENEY, B. (1992) La im provisación en psicoterapia. Paidós. Bs Aires. KLAGSBRUN, N. & DAVI S, D.I . (1977) Substance Abuse and fam ily interact ion. Fam ily

Process, 16

KUNSTMANN, G. (1995) . Violencia y Suicidio. En Violencia en sus Dist intos Am bitos de Expresión. Ed. Dolm en, Sant iago de Chile.

KUNSTMANN, G.; MEDI NA, A.M.; BARRI ENTOS, M.; RAMOS M.J.; GUERRERO, A. &

CANCINO, G. (2003) . El Operar Terapéut ico del I nst ituto de Terapia Fam iliar de Sant iago. Disponible en: www.it fsant iago.cl

LEWI S RA, PEIRCY F, SPRENKLE D, TREPPER T. (1990) Fam ily-based intervent ions and

Com m unity networking for helping drug abusing adolescents: the im pact of near and far environm ents. J Adolesc Res; 5: 82-95.

LYONS, E.M. (1996) . A com parision of fam ily pat terns am ong Hispanic adolescent

drug-using and non-drug-using clinical populat ions. Dissertat ion

Abst racs Internat ional Sect ion A: Hum anit ies and Social Sciences, 56:

4663.

MALKUS, B.M. (1994) Fam ily dynam ic and st ructural correlates of adolescent

substance abuse: A com parison of fam ilies of non-substance abusers

and substance abusers. J. Child Adolesc Subst Abuse; 3: 39 - 52.

Page 134: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����MATURANA, H. & VARELA, F. (1981) El Arbol del Conocim iento, Ed. Universitaria. MATURANA, H. (1991) La Biología del Am or. En Educación sexual experiencias y

desafíos. Ediciones PAESMI .

MATURANA, H. (1997) La objet ividad un argumento para obligar. Ed. Dolmen, Sant iago de Chile.

MCARDLE P., WI EGERSMA A., GILVARRY, E., KOLTE, B., MCCARTHY, S., FI TZGERALD,

M. BRINKLEY, A., BLOM, M., STOECKEL, I ., PI EROLINI , A., MICHELS, I .,

JOHNSON, R. & QUENSEL, S. (2002) . European adolescent substance

use: the roles of fam ily st ructure, funct ion and gender. Addict ion, 97(3) :

329-36.

MCQUEEN A., GETZ, J.G. & BRAY J.H. (2003) . Acculturat ion, substance use and deviant

behavior: exam ining separat ion and fam ily conflict as m ediators. Child

Dev; 74(6) : 1737 – 50.

MEAD, M. (1968) Cybernet ics of Cybernet ics, von H. Foerster, H. Peterson, J. White y

J. Rusell ( com p.) Purposive system s, New York, Spartan Books MI NUCHI N, S. (1986) Fam ilias y Terapia Fam iliar, Buenos Aires, Gedisa, 5 ed. NEIRA, H. (1998) . La Mat riz Familiar en la era de la m indialización. Conferencia

internacional "Las fam ilias y la m undializacion" organizada por Fam ilis Organización m undial para las fam ilias. Mont real, 1998

NI DA, LIDDLE HA, DAKOF GA. (1995) Fam ily-Based Treatm ent for Adolescent Drug

Use: state of the Science. En: Adolescent Drug Abuse: Clinical Assesm ent and Therapeut ic I ntervent ions. NIDA Res Monogr 1995; 156: 218-54.

OTERO, J.M., MIRÓN, L. & LUENGO, A. (1989) I nfluence of fam ily and peer group on

the use dugs by adolescents. I nt J. Addict ; 24: 1065 - 1082

OZECHOWSKI TJ, LIDDLE HA. (2000) . Fam ily-Based Therapy for Adolescent Drug

Abuse: knowns and unknowns. Clin Child Fam Psychol Rev; 3(4) : 269-98. PAKMAN, M. (1989) Cibernét ica: de las raíces a los retoños. Una conversación con Heinz

Von Foerster. Perspect ivas Sistémicas. Bs. Aires. 2(5) . SALMON, R. & SALMON, S. (1977) The causes of heroin addict ion. A review of the

literature. Part I I . I nternat ional Journal of the Addict ions, 12 SCHWARTZMAN, J. (1975) The adict , abst inence and the fam ily. Am erican Journal of

Psychiat ry, 132.

Page 135: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ����SELDI NG, N.E. (1972) The fam ily of the addict : A review of the literature. I nternat ional

Journal of the Addict ions, 7 SLUZKI , C. (1983) Proceso de producción y pautas de mantenimiento de síntomas.

Terapia Familiar, 4(12): 139 - 156.

SPOONER, C. (1999) . Causes and correlates of adolescent drug abuse and im plicat ions

for t reatm ent . Drug Alc Review, 18: 453 – 475.

�SSMN (2003) Protocolo Clínico para la atención de personas con problemas por consumo

de Drogas y/ o Alcohol en el SSMN. Servicio de Salud Metropolitano Norte. Unidad de Salud Mental.

�STANTON MD, SHADISH WR. (1997) Outcom e, At t r it ion, and Fam ily-Couples

Treatm ent for Drug Abuse: a Meta-analysis and Review of the Cont rolled, Com parat ive Studies. Psychol Bull; 122(2) : 170-91.

STANTON, M.D. & TODD, T. (1979) Structural family therapy with drug addicts, En E.

Kaufman y P. Kaufman (comp.) . Family therapy of drug and alcohol abuse, Nueva York, Gardner Press, 1979

STANTON, M.D. (1979) Drugs and the family: A review of the recent literature. Marriage

and Family Review, 2 STANTON, M.D.; TODD, T. & Cols (1997) Terapia Familiar del Abuso y Adicción a las

Drogas. Editorial Gedisa, Tercera Edición. Barcelona. SZAPOCZNIK J, PÉREZ-VIDAL A, BRICKMAN AL, FOOTE FH, SANTI ESTEBAN D, HERVIS

O, et al (1988) . Engaging adolescent drug abusers and their fam ilies int reatm ent : a st rategic st ructural system s approach. J Consult Clin Psychol; 156: 552-7.

TRONCOSO, M. (2000) Abordaj e Mult ifam iliar en las dependencias. Hospital Barros

Luco. Sin editorial. VARGAS, P. (2004) Ciclo vital fam iliar disponible en:

ht tp: / / 24.232.114.45/ CBMF2002% 20Clase% 204_3.PDF

VECINO, C. (1990) . Característ icas est ructurales y dinámicas de fam ilias con un hij o

heroinóm ano: Estudio caso cont rol de una población de un sector de

Barcelona desde un enfoque sistém ico relacional. (Tesis doctoral no

publicada) . Barcelona: Universitat Autónom a de Barcelona.

VI ELVA, I . , PANTOJA, L. & ABEIJÓN, J.A. (2001) . El funcionam iento de la fam ilia con

hij os (consum idores y no consum idores) de com portam ientos no

problem át icos. Bilbao: Universidad de Deusto.

VON FOERSTER, H. (1973) “Cybernet ic of Cybernet ics (physiology of revolut ion) ” The

Cybernet ician, 3, 30-32

Page 136: Barrientos [CONACE] - Intervención Familiar en familias con un miembro con problemas de drogas

I ntervención Fam iliar en fam ilias con un m iembro con problemas de drogas ���� WASHTON, A.M. (1995) La Adicción a la Cocaína. Tratamiento, recuperación y

prevención. Ed. Paidos. Bs. Aires, WATZLAWICK, P., BEAVIN, J. & JACKSON, D. (1983) Teoría de la Com unicación

Hum ana. Ed. Herder, Barcelona. WATZLAWICK, P., WEAKLAND, J.H. & FISCH, R. (1986) Cam bio. Ed. Herder, barcelona. WIENER, N. (1954) The human use of human beings: Cybernet ics and society. Second

Edit ion, N.Y. WIENER, N. (1967) The human use of human beings: Cybernet ics and society, Seg. Ed.,

Aron, Nueva York.