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Flamingos (Phoenicopterus minor) en el lago Bogoria, Kenia. Las bandadas de estas aves pueden ser de más de un millon de individuos.
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IntroducciónLa biología es una ciencia dedicada al estudio de la vida, la cual, dada la complejidad que
esto representa, ha derivado en varias subdisciplinas que estudian a la vida desde diferen-
tes enfoques. La ecología es una de ellas y su objetivo es comprender las interacciones que
determinan la distribución, abundancia y organización de organismos en los ecosistemas.
En este bloque conocerás que la ecología es una ciencia relativamente nueva y en continuo
desarrollo, que en las últimas décadas ha tenido notable relevancia debido a que, por un
lado, responde a la necesidad innata del ser humano de entender la compleja relación
entre los componentes bióticos y abióticos del ambiente. Por otro lado, con base en ese
conocimiento, ofrece propuestas para enfrentar los problemas ambientales hoy en día.
Asimismo, estudiarás algunos antecedentes y conceptos clave de la ecología, conocerás
algunos de los principales exponentes en el desarrollo de esta ciencia y la manera en que
los ecólogos han dividido y organizado los componentes del ambiente para su estudio. De
la misma forma, reconocerás las características generales que se estudian en el nivel de
los organismos, las poblaciones, las comunidades, los ecosistemas y la biósfera. Además,
apreciarás la relación de la ecología con otras ciencias y valorarás la importancia de la
educación ambiental para generar conciencia acerca del cuidado de la naturaleza.
Revisa el mapa conceptual (fi gura 1.1) y comienza por ejercitar una de las cualidades que
caracterizan a un ecólogo: el pensamiento sistémico, el cual permite identifi car las rela-
ciones que existen entre varios componentes.
Figura 1.1 Conceptos principales del bloque 1.
Evaluación diagnóstica,
p. 3
Ecología
es una
que estudia la
interacción
entre
Seres vivos Ambiente
Natural Cultural
puede ser
Antecedentes
que tiene como
la
Historia natural
Observación de
naturalistas
Divisiones
• Autoecología• Ecología de poblaciones
• Ecología de comunidades
• Ecología de ecosistemas
como
que tiene
• Bioquímica • Evolución • Fisiología • Genética • Geografía
• Bacteriología • Botánica • Micología• Zoología
• Álgebra• Estadística• Probabilidad• Cálculo
• Antropología• Economía• Sociología
General Matemáticas Taxonómico Social
como como comocomo
Disciplinas
del tipo
interacciona conciencia
que comunica sus conocimientos a
través de la
Educación ambiental
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Antecedentes y definición de la ecologíaLa ecología es una ciencia muy reciente. A continuación, se incluye una selección de los prin-
cipales personajes que contribuyeron a su desarrollo.
Al igual que otras ciencias, la ecología ha desarrollado principios, hipótesis,
métodos, modelos e ideas que tuvieron como base el pensamiento de filóso-
fos de la Grecia antigua, quienes, durante cientos de años estuvieron intere-
sados en describir, analizar y explicar el origen de las cosas que observaban
en su entorno. Dichos descubrimientos los compilaban en varios volúmenes
para tratar de generar leyes, dentro de lo que se conoce como historia natu-
ral, la cual agrupa a un conjunto de disciplinas como botánica, zoología, minerología y geología.
Algunos ejemplos de tratados sobre historia natural son las obras de Aris-
tóteles (384 a.n.e.-322 a.n.e.) Historia animalium (o Historia de los animales) y Meteorología. La primera establece una escala jerárquica natural de los
seres vivos (Scala nature; también conocida como Cadena de los seres), según
la cual todos los organismos pueden ser ordenados de manera lineal del
más simple al más complejo. Este último es el ser humano. La segunda
obra trata sobre el aire, el agua y otros componentes de la Tierra. En ella,
el autor incluye las primeras explicaciones de la evaporación del agua
y otros fenómenos, sentando las bases del conocimiento antiguo de los
fenómenos atmosféricos.
Teofrasto (371 a.n.e.-287 a.n.e.) escribió la obra llamada De historia plantarum
(Historia de los animales, minerales y plantas), la cual es el primer trabajo en
el que se analiza la relación entre los seres vivos y el ambiente en el que
viven. Por ejemplo, en esa obra se describe la distribución de las plantas,
sus partes, cómo es su reproducción y la manera más adecuada para sem-
brarlas de acuerdo con la temporada del año y la altitud a la que crecen. El
trabajo de Teofrasto es uno de los primeros que perfilaron la disciplina de
la ecología (figura 1.2). El médico griego Dioscórides (40-90 d.n.e.) publicó el
códice De materia medica con ilustraciones de cientos de plantas y animales que eran útiles como
medicamentos, lo que eriqueció el conocimiento en botánica. Su obra fue el principal manual
botánico y médico en la Edad Media y el Renacimiento.
Los conocimientos de los griegos permitieron a otras culturas ofrecer respuestas causales a
sus observaciones. Por ejemplo, las civilizaciones bizantinas y arábigas del Imperio Romano
de la Edad Media, que estaban más interesadas en la religión o las prácticas militares, se li-
mitaban a utilizar el conocimiento de historia natural de los griegos para mejorar sus técni-
cas en la agricultura. Al derrumbarse la civilización grecorromana, los logros de las ciencias
naturales se interrumpieron hasta el siglo xvii. A partir del Renacimiento, la civilización
italiana prosperó por el comercio más que otros países de Europa occidental, lo cual favo-
reció que las organizaciones científicas fueran apoyadas y se produjera una Revolución
Científica, que conllevó el auge en las ciencias naturales a mediados del siglo xvi. Durante
esta etapa, los practicantes de la herbolaria, interesados en aliviar las enfermedades, prepa-
raban medicamentos elaborados a partir de plantas, lo que implicaba tener conocimiento de
la fisiología de las mismas y de las características del ambiente en el que crecían.
Figura 1.2 Teofrasto analizó, en su obra, la relación entre las plantas y su ambiente.
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La ecología tiene su origen en la historia natural.
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A partir de los conocimientos en herbolaria, los expertos en medicina comenzaron a publicar
libros y enciclopedias sobre vertebrados, que los europeos usaban de varios modos. Lo anterior
contribuyó a continuar con los estudios de las especies de plantas y animales que iniciaron los
griegos, y se añadieron observaciones que resultaron importantes para la ecología.
En el siglo xix, países como Gran Bretaña, España y
Portugal comenzaron a establecer nuevas rutas para
expandir su comercio marítimo e identifi car nuevas
especies de interés. Para ello, solían invitar a largas ex-
pediciones a los botánicos, zoólogos y geógrafos más
famosos de la época. Uno de ellos fue el geógrafo y na-
turalista Alexander von Humboldt (1769-1859), quien,
como resultado de sus expediciones, en el año 1809
expuso su ensayo titulado Ideas para una geografía de las plantas, en el que explicaba las relaciones existentes
entre la morfología de algunas especies de plantas y
su localización en regiones con determinadas carac-
terísticas (climáticas, geológicas o de incidencia de
luz solar) en el entorno natural que había descubier-
to en las nuevas tierras visitadas (fi gura 1.3). Con esto
contribuyó al desarrollo de un método comparativo
que constituiría la base de la teoría de la evolución
por selección natural, que Charles Darwin (1809-1882)
expuso en su publicación de 1859 llamada El origen de las especies. Esta obra le dio un giro a la visión que
se tenía de las interacciones entre los organismos y su ambiente, pues en ella Darwin
proporcionó múltiples y sólidos ejemplos de cómo el ambiente se encuentra en constan-
te cambio y las especies que se adaptan a dichos cambios (las más aptas) son las que so-
breviven. Es decir, el enfoque evolutivo de la vida en la Tierra fue clave para perfi lar a
la ecología como ciencia independiente con un objetivo de estudio propio, diferente al de la
historia natural, la botánica, la zoología y la fi siología.
Cabe resaltar que la teoría de Darwin estuvo infl uída por demógrafos y economistas de los
siglos xviii y xix. Entre ellos destaca el economista inglés Thomas Robert Malthus (1766-1834),
quien a partir de datos demográfi cos de Estados Unidos (como el número de nacimientos
y muertes), publicó en 1798 el Ensayo sobre el principio de población, en el cual sostenía que
las poblaciones no controladas se reproducen en progresión geométrica (1, 2, 4, 8, 16…),
mientras que la producción de alimentos aumenta aritméticamente (1, 2, 3, 4, 5…). Es decir,
su teoría establecía que la población humana crece más rápidamente que los recursos, lo que
conduce a una progresiva pobreza y provoca una situación insostenible, lo que plantearía
serios retos para garantizar la supervivencia humana. La población pasó a ser el objeto de
estudio y se constituyó la ecología de poblaciones o demoecología.
Con base en estas teorías, la ecología iba robusteciéndose cada vez más, hasta que un discí-
pulo de Darwin, el zoólogo alemán Ernst Haeckel (1834-1919), en 1869, acuña la palabra
“ecología”, de los términos griegos: oikos, que signifi ca “hogar” o “lugar para vivir”, y logos, que signifi ca “estudio”. Con ello, Haeckel da nombre a una ciencia que se dedica al estudio
de las relaciones que establecen los organismos con su ambiente al que defi ne:
Figura 1.3 Dibujo de Humboldt en el que muestra la variación de la vegetación y el clima con la altitud en el volcán Chimborazo, Ecuador.
Ejercicio 1, p. 4
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Aunque la defi nición de Haeckel representó el nacimiento de la ecología en el siglo xix, ésta
empezó a fl orecer propiamente en el siglo xx, cuando se crearon las sociedades ecológicas y
aparecieron las revistas especializadas en el tema. Desde 1900, la defi nición de Haeckel ha sido
objeto de constantes interpretaciones y complementada por diversos autores. Por ejemplo, el ecó-
logo inglés Charles Sutherland Elton (1900–1991) defi nió la ecología como “la disciplina científi ca
que se ocupa de la economía de los animales”, infl uído por el estudio que realizaba con éstos.
En la tercera década del siglo xx, comenzaron las primeras concepciones de la sinecología o
ecología de comunidades, cuando, en el concepto de comunidad como nivel jerárquico superior
de organización se incluyen distintas poblaciones interactuantes con su entorno. Así, el ecó-
logo vegetal Frederic Edward Clements (1874-1945) consideraba a la ecología como “el estudio
de la comunidad”. Por su parte, el ecólogo norteamericano Eugene Pleasants Odum (1913-2002)
la defi nió de manera general como “el estudio de la estructura y función de la naturaleza”.
Finalmente, uno de los ecólogos contemporáneos, Charles Joseph Krebs (1936), complementó
la defi nición de Haekel en 1972 defi niendo a la ecología como “el estudio científi co de las
interacciones que determinan la distribución y abundancia de los organismos”.
A fi nales de los años treinta y principios de los cuarenta del siglo xx, se tenía
la necesidad de contar con conceptos que vincularan a los organismos con
sus ambientes físicos. Arthur George Tansley (1871-1955), en 1935, propuso el
concepto de "ecosistema", que concibió teniendo en cuenta los intercambios
de energía. El análisis de los ecosistemas fue desarrollado por Raymond
Laurel Lindeman (1915-1942), el cual contribuyó a que durante la década de
los años cincuenta y hasta nuestros días, conozcamos al ecosistema como
la suma de las distintas comunidades (o biocenosis) y el biotopo (ambiente
físico) que ocupan. Con el concepto de ecosistema, la ecología se transformó
en una ciencia de integración que comienza a vincularse, además, con otras
ciencias, para explicar las relaciones entre los organismos y su ambiente.
En la década de 1970, debido a la preocupación por la degradación del ambiente que ya se
venía observando (fi gura 1.4), la ecología deja de ser solamente una ciencia encargada de estu-
diar a los distintos organismos (incluido el ser humano) y su ambiente, y comienza a adquirir
mayor visibilidad en la sociedad. Dado el aumento de las preocupaciones públicas sobre la
calidad del medio ambiente, la historia reciente de la ecología ha estado estrechamente vin-
culada a la del conservacionismo. De ahí que, como verás a continuación, esta ciencia ha sido
ampliamente confundida, aún en nuestros días, con modas y utilizada en posturas políticas
que no están relacionadas con el quehacer científi co que la defi ne.
“El medio ambiente, o simplemente ambiente de un organismo consiste en todos los factores
y fenómenos que le son externos y que infl uyen en él, ya sean físicos y químicos (abióticos) u
otros organismos (bióticos)”.
Haeckel, E. (1866). Morfología general del organismo.
Ernest Haeckel, además de ser un divulgador de la teoría de la evolución de Darwin, era un dibujante excepcional. Revisa algunas de sus ilustraciones, que ejercieron gran influencia en Europa. Disponibles en: http://edutics.mx/53k y http://edutics.mx/53Z.
AVERIGUA MÁS
Actividad 1,p. 4
Figura 1.4 La gran niebla de 1952, compuesta de contaminantes ricos en azufre, provocó la muerte de más de 10 mil personas en Londres.
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Actividad 2, pp. 4 y 5
Diferencias entre ecólogos y ecologistasAl tratarse de una ciencia, la ecología se basa en conceptos formales desarrollados, por una
comunidad científi ca internacional, la cual aplica diversos métodos que pueden ser reprodu-
cidos por otros estudiosos. Durantela década de los cincuenta del siglo pasado, el concepto
de ecología era usado básicamente por dicha comunidad científi ca y mucha gente no cono-
cía la palabra o su signifi cado académico, por lo que en esa misma década, fuera del campo
académico, se gestaron movimientos ambientalistas que distorsionaron y popularizaron la
palabra “ecología”.
Por ejemplo, los fabricantes utilizan la palabra “ecológico” sólo para hacer más atractivos sus
productos, al ser supuestamente “amigables con el ambiente”. Así, el concepto de ecología se
utiliza con fi nes enteramente comerciales o políticos, sin que exista ninguna relación con
los conceptos académicos originales o con los derivados de una práctica ambientalista seria.
Por esta razón, es muy importante que apliques correctamente los térmi-
nos de "ecología", "ecólogo" y "ecologista" (o ambientalista). Un ecólogo es
un científi co que se dedica al estudio de las relaciones de los organismos
con su medio, a partir de métodos científi cos, mientras que un ecologista
(también llamado ambientalista o conservacionista) es aquella persona no
profesional (aunque no siempre, pues hay reconocidos ecólogos ecologis-
tas) que es partidaria de la protección del ambiente (fi gura 1.5). Asimismo
es pertinente que sepas diferenciar las actividades que realiza cada uno,
debido a que la falta de defi niciones formales marcó el surgimiento de
una “Ecología pop”, en la que la palabra ecología no se entiende como un
concepto emergido de una disciplina científi ca, sino que tiene connota-
ciones emocionales ante los problemas ambientales, e incluso involucra
una posición política.
Los adeptos a este tipo de pseudoecología pueden ser miembros de agrupaciones ecologistas.
No obstante, cabe señalar que hay organizaciones ambientalistas serias y comprometidas con
el ambiente, por ejemplo, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus
Recursos Naturales (iuCn, por sus siglas en inglés), la cual tiene como objetivo conservar el
ambiente, así como desarrollar proyectos en el plano mundial para el entendimiento de las
relaciones entre los organismos, incluido el hombre y su entorno. Otra organización impor-
tante es el Fondo Mundial para la Naturaleza (wwf, por sus siglas en inglés), la cual fue creada
en 1961. Su fi n es organizar y fi nanciar proyectos de protección de ecosistemas importantes en
todo el planeta. Ambas trabajan estrechamente con ecólogos.
Es muy importante evitar que defi niciones de ecología poco claras infl uyan en la opinión
pública, principalmente debido a que en México los problemas ambientales complejos re-
quieren tomar decisiones basadas en el conocimiento científi co. De este modo, impulsar una
comprensión adecuada de los conceptos involucrados con el ambiente es un papel crucial de
la educación ambiental.
Figura 1.5 En México hay 1000 organizaciones ambientalistas.
En 1962 ocurrió la primera ola del ecologismo cuyo inicio se gestó a partir del libro Primavera silenciosa, de la botánica y ambientalista norteamericana Rachel Carson (1907-1964). Ella describió los efectos del dicloro difenil tricloroetano (DDT) y otros pesticidas en la vida silvestre.
INFORMACIÓN IMPORTANTE
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Ejercicio 2,
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División de la ecologíaEn tus cursos de Biología aprendiste que esta ciencia se ocupa de estudiar la vida y que para
ello la separa en distintos niveles de organización, que van desde los átomos, las células, los
tejidos y órganos hasta organismos, comunidades y la biósfera. La ecología se encarga de
estudiar los niveles de organización que incluyen a los individuos, la población (compuesta
por individuos de la misma especie), la comunidad (formada por grupos de poblaciones dife-
rentes), los ecosistemas (integrados por conjuntos de comunidades) y, por último, la biósfera
(formada por todos los ecosistemas que existen en la Tierra). Podemos decir, de manera ge-
neral, que los diferentes niveles jerárquicos que estudia la ecología son:
• Autoecología. Estudia cómo los individuos de una población se ven
afectados por su medio ambiente (fi gura 1.6) y, a su vez, cómo éstos
modifi can el medio en el que habitan. Por ejemplo, evalúa la amplitud
del nicho ambiental en donde un organismo es capaz de sobrevivir y de
reproducirse.
• Ecología de poblaciones. Estudia la presencia o ausencia de determina-
das especies, su abundancia y los factores que promueven fl uctuaciones
en su número de individuos, entre los que están los procesos de migra-
ción, nacimientos y muertes. Por ejemplo, un estudio proveniente de este
nivel de estudio se encargaría de determinar la estructura de edades y la
abundancia de individuos de la población de la vaquita marina (Phocoena sinus) en el Mar de Cortés.
• Ecología de comunidades. Estudia la diversidad de especies que están
presentes en una comunidad y de qué manera están organizadas, por lo
que en este nivel se analizan la composición y organización del conjunto
de poblaciones que forman comunidades ecológicas.
• Ecología de ecosistemas. En este nivel se estudia la relación de las comunidades con el
medio abiótico (temperatura, precipitación, cantidad de luz, etcétera) y se analizan los
fl ujos de materia y energía entre los elementos vivos y no vivos del ecosistema. Además, se
estudia la producción de biomasa y su relación con los aspectos abióticos y bióticos del
ambiente. En este nivel de estudio, los ecólogos se interesan, por ejemplo, en determinar
los efectos que tienen los factores abióticos, como la temperatura y los fl ujos de materia y
energía, en el ecosistema marino que está favoreciendo el crecimiento del sargazo en
algunas costas del Caribe.
Interdisciplinariedad de la ecologíaPara responder a todas las preguntas que pueden surgir de la complejidad inherente a cada
uno de sus niveles de estudio, la ecología se apoya en el conocimiento de otras disciplinas,
por lo que se dice que es una ciencia interdisciplinaria, o que trabaja en conjunto con otras
disciplinas. Por ejemplo, para estudiar cada uno de sus niveles, los ecólogos suelen indagar
también las propiedades del nivel inferior. Por lo que, digamos, dentro de la autoecología
pueden estudiar aspectos de la fi siología del organismo para analizar las reacciones químicas
(metabolismo) que sufren algunos compuestos dentro del mismo y que, en conjunto, le permi-
ten obtener energía (catabolismo) y producir moléculas (anabolismo) bajo ciertas condiciones
ambientales, que a su vez pueden determinar el rango de dichas condiciones en las que es
capaz de sobrevivir. Por tanto, con ayuda de conocimientos emergidos de la bioquímica y la
fi siología, la ecología puede dar una explicación más robusta a las respuestas relacionadas
con los seres vivos.
Figura 1.6 Las marmotas alpinas, al igual que los osos, hibernan durante el invierno debido a las condiciones climáticas y de alimento.
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Asimismo, la interacción con otras disciplinas le han
permitido al ecólogo conocer una gran parte de la co-
municación que se da entre los animales, entre ani-
males y plantas o, incluso, entre las mismas plantas.
Por ejemplo, las plantas liberan compuestos químicos
llamados alomonas, los cuales están constituidos por
proteínas. Éstas son liberadas al medio y dispersadas
por el viento. Las alomonas tienen efectos sobre el
comportamiento de los insectos, ya sea atrayéndolos o
repeliéndolos, al unirse a receptores específi cos de las
alomonas ubicados en las células del insecto (fi gura 1.7).
Al establecer sistemas agroproductivos, el hombre aca-
ba con las fl ores de un área y ya no se genera el fenómeno de dispersión de alomonas, por lo
que los insectos que eran atraídos (generalmente, polinizadores) ya no tendrán alimento ni
podrán realizar la polinización.
Si bien el estudio de moléculas como éstas y su efecto en el nivel celular no forman parte
del trabajo de un ecólogo, a partir del conocimiento obtenido en diversos campos del conoci-
miento, le ayuda a entender cómo es el fenómeno de comunicación entre plantas e insectos.
Por lo que en este ejemplo están involucrados tanto bioquímicos y agrónomos como ecólogos
conductuales, de poblaciones y de comunidades, entre otros.
Antes de hablar de otras disciplinas del conocimiento que han aportado
teorías o metodologías al cúmulo de conocimientos en ecología, pense-
mos en qué tipos de respuestas se pueden obtener de los estudios de esta
compleja ciencia.
Si te preguntaran por qué habitas donde lo haces, podrías hablar del cli-
ma, del precio de la vivienda o de la cercanía a tu escuela o al trabajo, o
bien, del acceso a servicios. Otra posible razón es que allí ha habitado tu
familia a la largo de varias generaciones. ¿Puedes detectar la diferencia
entre las dos posibles respuestas en este ejemplo? La primera ofrece ca-
racterísticas actuales del sitio en el que habitas, mientras que la segunda
aborda aspectos históricos.
Tanto en biología como en ecología se dan dos clases de explicación: las próximas y las últimas.
Las explicaciones próximas nos dicen cómo ocurre algo; por ejemplo, la distribución actual de
una especie y su abundancia pueden ser explicadas en términos del entorno físico que tolera,
su comida y los parásitos o los depredadores que la atacan. Ésta es una explicación proximal.
Por su parte, las explicaciones últimas nos dicen por qué ocurre algo. Por ejemplo, si pregun-
tamos cómo una especie llega a tener determinadas propiedades que parecen gobernar su
vida, se nos responderá en términos evolutivos, es decir, se nos hablará de la distribución y
abundancia actuales de esa especie, lo que se encuentra en las experiencias ecológicas de sus
ancestros. Para ello, la ecología utiliza teorías emergidas dentro de la evolución.
Son muchos los problemas en la ecología que exigen una explicación a la luz de la evolución.
Por ejemplo, ¿cómo algunos organismos han llegado a poseer cierto tamaño, morfología
Figura 1.7 Las alomonas son sustancias químicas que pueden ser tóxicas o repugnantes para ciertos insectos que se
alimentan de hojas. Son atrayentes para otros, como las abejas.
Ecología y sustentabilidad
La ecología mantiene un pensamiento holista,
es decir, asume que los fenómenos deben verse como el resultado de un
todo y no solamente como la suma de las partes
que lo componen.
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y tasa de desarrollo, además de complejas conductas de reproducción,
entre otras características?, ¿qué hace que los depredadores adopten de-
terminados patrones de comportamiento al buscar comida? o ¿cómo las
especies coexistentes son a menudo similares pero con un código genético
distinto? Además de la evolución, gracias a la genética de poblaciones (gp),
que estudia de la dinámica de los genes contenidos en las células de las
especies que conforman las poblaciones, se investigan las adaptaciones de
las especies en ambientes continuamente cambiantes, por lo que con la gp
indagan cuáles son los mecanismos de la evolución biológica (fi gura 1.8).
La gp cuenta con diversas ecuaciones matemáticas que ayudan a predecir
cómo van a variar las frecuencias genéticas en el tiempo (en generaciones)
en diversas poblaciones, dadas unas condiciones iniciales. Así como la gp,
la ecología en general, hace uso de la estadística para comprobar que sus
resultados no se deben a procesos azarosos.
Este tipo de preguntas, si bien pertenecen a la búsqueda de conocimiento
acerca de cómo funciona la naturaleza, y, por tanto, son parte de la ciencia
básica, también han ayudado a poner solución a problemas ambientales
con repercusiones en las sociedades y economías humanas, como el con-
trol o prevención de plagas, la protección de los cultivos y la conservación
de especies.
La ecología también estudia al ser humano, debido a que somos una es-
pecie más que interacciona con su ambiente y lo modifi ca (fi gura 1.9). Sin
embargo, para alimentarnos y satisfacer nuestras necesidades hemos trans-
formado los bosques y las selvas a tal grado que actualmente en el mun-
do existen áreas que enfrentan serias amenazas a la diversidad biológica y
cultural que contienen, principalmente debido a procesos de deforestación
y de contaminación, por la sobreexplotación de recursos y la introducción de
especies exóticas, lo cual se ve agravado por los rápidos cambios climáticos
en el plano global.
Ante estos problemas ambientales y, no es difícil comprender la razón
por la cual, la ecología ha derivado en nuevas disciplinas como la ecolo-
gía de la restauración, mediante la cual los ecólogos, basados en el cono-
cimiento básico emergido de la ecología de comunidades y ecosistemas,
pretenden restablecer un ecosistema que se ha degradado o destruido, por ejemplo, el suelo.
Los detalles de los procesos de deterioro, así como las metodologías que han implementado los
científi cos, junto con otros profesionistas y las personas que habitan las áreas transformadas,
serán abordados en el tercer bloque de este libro, en donde corroborarás que para analizar las
complejas relaciones entre el hombre y el ambiente, la ecología se apoya en conocimientos
de ciencias sociales como la socióloga, la economía y la antropología, en la política y en el
personal técnico.
Figura 1.8 La ecología de poblaciones se vale de la genética de poblaciones cuando quiere saber cómo se comportan algunas poblaciones de insectos, como las langostas, a través del tiempo.
Figura 1.9 México es un país ambientalmente deteriorado, pues 90.7 % de su superficie presenta un grado de degradación.
Te invitamos a conocer el ritual de apareamiento del ave del paraíso de la especie Lophorina superba, de Nueva Guinea, el cual también es objeto de estudio de la ecología de poblaciones, en: http://edutics.mx/5ip.
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Como se mencionó la palabra “ecología” deriva del
griego oikos, que signifi ca “casa”, y logos, que signifi ca
“estudio”. ¿Sabías que existe otra disciplina del conoci-
miento cuyo nombre también se deriva de la palabra
griega oikos? Se trata de la Economía, que además de-
riva de nomos, que signifi ca “gobierno”, “regulación”
o “administración”. Así, la palabra “economía” podría
traducirse como “la administración o gobierno de la
casa”, que, a su vez, es estudiada por la ecología. In-
dependientemente de que siempre resulta interesante
conocer el origen de las palabras que utilizamos a dia-
rio, las raíces similares de los conceptos nos hacen re-
fl exionar acerca de lo estrechamente relacionadas que
pueden estar las disciplinas que el hombre ha creado.
La economía ecológica y la ecología política son recientes vertientes de la ecología. La prime-
ra estudia las relaciones entre el sistema natural y el sistema económico actual capitalista
(fi gura 1.10), y la segunda estudia la naturaleza de los confl ictos que surgen de la destrucción
de los ecosistemas promovida por una visión no sostenible del uso de los recursos. Por ejem-
plo, la ecología política estudia los confl ictos sociales que surgen por las concesiones mineras
del país, que explotan y contaminan los recursos de los sitios en donde se implementan.
Finalmente, es necesario que valoremos el papel fundamental que la tecno-
logía ha desempeñado en el fortalecimiento de muchas ciencias, entre ellas,
la ecología. En las últimas décadas, los avances tecnológicos han provisto
a los ecólogos de metodologías, como los marcadores moleculares, la quími-
ca de masas (espectrometría, colorimetría y cromatografía) y la tecnología
computarizada. Además, han puesto a su disposición sensores remotos y
sistemas de información geográfi ca (sig), los cuales permiten hacer análisis
espaciales que hace tres décadas eran impensables, entre otras cosas.
En la actualidad, sin la química de masas no podríamos saber cómo los
animales pueden identifi car las fl ores o caracterizar, por ejemplo, los com-
puestos químicos asociados a diversas especies de plantas. Por su parte,
sin la tecnología computarizada sería difícil desarrollar los modelos predictivos. Los sig han
permitido a los ecólogos establecer que la presencia, diversidad y concentración de algunos
metabolitos secundarios parecen ser mayores en los trópicos que en los bosques templados.
Además, mediante estas herramientas ahora se puede ubicar con éxito la distribución en el
mundo de las especies, las cuales no sólo tienen una importancia biológica, sino también
económica y, en algunos casos, hasta de salud pública.
Ahora sabes que para estudiar los niveles de organización de la vida, la ecología se apoya en
otras disciplinas científi cas, algunas de ellas básicas, que forman parte de la biología. Sin
embargo, hay disciplinas que aparentemente no se relacionan con la ecología, como la bio-
química, la física, la genética, la estadística e, incluso, la evolución, pero han contribuido al
entendimiento y la caracterización de las interacciones de los organismos con sus ambientes.
Todas estas disciplinas que hemos revisado han ayudado a que la ecología se convierta en una
disciplina científi ca integradora u holista.
Ecología y sustentabilidad
Figura 1.10 Con ayuda de la ecología económica se puede determinar el valor económico de los servicios ambientales que ofrecen las
áreas naturales protegidas.
La tecnología es el conjunto de instrumentos,
procedimientos o técnicas que permiten el
aprovechamiento práctico del conocimiento en
un determinado sector o producto.
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Como se aprecia en la figura 1.11 se da una división de las disciplinas. Esto se debe a la nece-
sidad de ubicar por áreas el vasto conocimiento actual, aunque en realidad las ciencias se re-
lacionan en algún momento. El surgimiento de ciencias con una visión holista ofrece nuevas
aproximaciones que permiten comprender diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza,
así como los factores que los pueden influir. Esta nueva aproximación al conocimiento ofrece
mayor comprensión y soluciones a problemas que requieren de atención urgente.
Una vez revisada la relación que tiene la ecología con otras ciencias, quizá puedas responder
a la pregunta que seguramente te has hecho alguna vez en tu vida: ¿de qué me sirve tomar
clases o cursos de Matemáticas, Ecología o Historia si nunca más las voy a ocupar? ¡Nada más
alejado de la realidad! Actualmente, debido a la complejidad de los fenómenos a los que nos
enfrentamos, como el deterioro ambiental, los trabajos de investigación se están volviendo
cada vez más interdisciplinarios y requieren del conocimiento de teorías y conceptos básicos
emergidos independientente de las disciplinas del conocimiento. Incluso, las universidades
tanto del país como del mundo están creando licenciaturas con una visión multidisciplinaria,
con el objetivo de tener egresados que puedan ofrecer soluciones de acuerdo a los contextos
locales y globales actuales.
En un inicio, la mayoría de los ecólogos se habrían clasificado como científicos puros en
búsqueda del conocimiento básico en ciencia, y no tanto del aplicado. La situación ha cam-
biado drásticamente durante al menos las últimas dos décadas, fundamentalmente porque
los ecólogos son expertos que pueden dirigir muchas de sus investigaciones a la solución de
los complejos problemas ambientales que se han vuelto cada vez más apremiantes, sin que,
por ello, dejen de basarse en la ciencia básica.
Medio ambiente natural y culturalEl papel preponderante que ha tenido el ser humano en el entendimiento y uso de la natu-
raleza ha hecho que el concepto de ecología se extienda todavía más de lo que acabamos de
revisar. Como hemos visto hasta ahora, el medio ambiente natural (o entorno) abarca todos
los seres vivos y no vivos que interactúan, es decir, es un ambiente no creado de manera ar-
tificial. Dentro de lo que recientemente se ha nombrado como “ecología cultural”, se estudia
la relación que existe entre hábitat y cultura para entender el efecto que ésta ejerce sobre
un ambiente artificial, y viceversa: de qué manera el ambiente ha influido en el desarrollo
de deteriminada cultura.
Ecología
Disciplinas
Generales Taxonómicas Sociales Matemáticas
• Fisiología• Bioquímica• Morfología• Genética• Evolución• Geografía
• Zoología• Botánica• Bacteriología• Micología
• Economía• Antropología• Sociología
• Álgebra• Cálculo• Estadística
Figura 1.11 Disciplinas que apoyan a la ecología.
Ejercicio 3, p. 6
Actividad 3, p. 7
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Ejercicio 4, p. 8
En otras palabras, el entorno natural comprende todos los seres vivientes y no vivientes que
existen en la Tierra, por lo que se trata de un ambiente que no es el resultado de la interven-
ción humana. El ambiente natural puede ser contrapuesto con un tipo de “ambiente cons-
truido”, es decir, con el ambiente cultural. Por cultura se entiende al conjunto de todas las
formas y expresiones de una sociedad determinada, por lo que incluye costumbres y normas,
que pueden expresarse en la manera de comportarse, en la vestimenta, la religión, el tipo de
rituales y, en general, en el sistema de creencias.
El concepto de ecología cultural fue acuñado por el antropólogo Julian Steward (1902-1972)
en 1955, refi riéndolo a un método de análisis social cuyo propósito es determinar cuáles son
las maneras en que el ser humano se apropia de los componentes de los ecosistemas que
sustentan sus estilos de vida, por lo que su propósito y su método son distintos a los de la
ecología desarrollada dentro del ámbito de las ciencias biológicas.
Actualmente, es casi imposible encontrar un ambiente que no se haya visto afectado en
absoluto por la actividad humana, por lo que la nueva generación de estos ecólogos no sólo
se preocupa por los organismos, las poblaciones y las comunidades y su relación con la
naturaleza, sino también por las relaciones que ocurren entre una sociedad y su ambiente
circundante. En otras palabras, en la ecología cultural se ve al ser humano como una especie
que merece analizarse por separado, dado que además de evolucionar biológicamente, también
lo hace en el aspecto cultural, que hace que se relacione de manera diferencial con su entorno.
Así podría verse a la ecología cultural como una postura antropocéntrica, o bien como una
disciplina que podría ser abordada desde la antropología, pero la razón por la cual a los ecólo-
gos culturales les interesa separar al hombre del resto de las especies son los distintos modos
de apropiación de los recursos, que han defi nido la ubicación de los centros de domesticación
(fi gura 1.12).
Los conocimientos que diversos grupos humanos tenían de las plantas y los animales dispo-
nibles a su alrededor, así como el cambio hacia el sedentarismo, provocaron la domesticación
de muchos grupos de plantas en regiones muy particulares del mundo. Por ejemplo, nuestro
Ecología y sustentabilidad
China India y región
Indo-Malaya Asia Central Cercano Oriente Mediterráneo Etiopía Mesoamérica Sudamérica
Figura 1.12 Centros de origen de las plantas cultivadas propuestas por Nicolai Vavilov (1887-1943).
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país es mundialmente reconocido como uno de los ocho principales centros vavilovianos de
origen, domesticación y diversidad genética por sus más de 130 especies de plantas impor-
tantes económica y culturalmente en el mundo, entre las cuales destacan el maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus spp.), chile (Capsicum annuum), amaranto (Amaranthus spp.), jitomate (Solanum lycopersicum) y calabaza (Cucurbita spp.).
Las plantas que hoy conocemos como domesticadas, y que forman parte fundamental de la
alimentación mundial, provienen de especies silvestres que fueron manejadas selectivamente
por el ser humano en ciertas regiones. Cabe señalar que, aunque en el proceso de domesti-
cación interviene el ser humano, éste no sería posible sin la interacción entre la especie que
está siendo modifi cada y el ambiente en el cual crece, mediante los procesos evolutivos de
selección natural y deriva génica, mejor conocida como evolución al azar, y la cual es estu-
diada por la genética de poblaciones.
Incluso después de miles de años de ocurrido el proceso de domesticación, muchos grupos
humanos siguen eligiendo las semillas de las mejores plantas de sus cultivos de acuerdo con
características que les son útiles, como el tamaño, el color, la forma o la resistencia a las in-
clemencias climáticas, diversifi cando los cultivos. Estas semillas son guardadas y trasladadas,
en varias ocasiones, a lugares distantes de los que se producen para ser intercambiadas con
grupos humanos de otras culturas (fi gura 1.13).
Como puedes ver en este ejemplo, la domesticación es un proceso que
implica la generación de variantes que dependen de las necesidades y
los gustos de grupos humanos asociados a estos recursos, pero también
de las condiciones ambientales bajo las cuales se requiere que crezcan.
Algunos productos son más preferidos por unas culturas que otras. Sin
embargo, hay productos como el cacao (Theobroma cacao) que tienen una
gran aceptación y demanda en los mercados a lo largo del mundo, no sólo
por su sabor y sus benefi cios nutritivos, sino también porque se produce
en diferentes presentaciones. Estas características lo han convertido en
un producto considerado de lujo en la cultura actual.
Desde el punto de vista de la ecología cultural, la historia del cacao tam-
bién es interesante, porque su expansión a nivel global no fue resultado
de una mera casualidad, sino el efecto del nacimiento de un nuevo mer-
cado entre los pueblos mayas, aztecas y europeos gracias a una especie.
La demanda mundial de cacao se fue incrementando a tal grado que su cultivo se expandió
a través de toda América, África y Asia.
El tema del cacao también es relevante para la ecología económica, pues tuvo un uso impor-
tante como moneda de cambio en varios pueblos mesoamericanos de América central. Incluso
llegó hasta Brasil, en donde el cacaco les servía para la compra de sus víveres o en la práctica
tan común en esa época de compra y venta de esclavos.
Actividad 4,p. 9
Figura 1.13 En el Valle del Tehuacán, estado de Puebla, México, existe evidencia de cambios morfológicos en el chile (Capsicum annuum) y el aguacate (Persea americana), que datan de hace ocho mil anos.
Te invitamos a que conozcas más acerca de la domesticación de plantas y el origen de la agricultura en Mesoamérica, en: http://edutics.mx/55U, en donde podrás identificar las regiones con los restos de plantas cultivadas de esta región y probables centros de origen de la agricultura.
AVERIGUA MÁS
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Desde entonces, y hasta nuestros días, el cacao permanece como parte de la vida y las cultu-
ras de la humanidad. Sin embargo, por diferentes factores, como las variaciones abruptas en
las condiciones climáticas, el envejecimiento de los árboles y su vulnerabilidad a algunas
enfermedades que están atacando las plantas de cacao, esto podría cambiar.
Por ejemplo, en 2016 el principal productor de cacao en el mundo, Costa de Marfi l en África,
bajó abrutamente su producción por problemas políticos en los que el gobierno se vio obligado
a bajar el precio. Tan sólo en mayo de 2017 anunciaron una pérdida de 1.1 mil millones de
dólares en ganancias por la exportación del cacao.
Lo anterior se ve agravado por el cambio climático, pues,
ante el aumento de las temperaturas que podrían secar
el suelo y reducir su fertilidad, los agricultores tendrán
que extender los cultivos a zonas más altas, donde las
temperaturas son más propicias para el cacao, expan-
diendo aún más los procesos de deforestación en el país
que ocurren desde hace varias décadas, principalmente
por el cultivo de este producto.
Las repercusiones de una disminución en la pro-
ducción mundial del cacao serían diferentes en
cada cultura, pues mientras un europeo consume
2 kilos de chocolate al año, un chino consume 100 gra-
mos y un hindú, 500 gramos. Si el gusto por el cho-
colate aumentara a un kilo por habitante asiático, la
industria no podría satisfacer la demanda (fi gura 1.14).
Tan sólo la industria del cacao de Costa de Marfi l ex-
porta 8.5 % de su producción a Estados Unidos, 6.2 % a los Países Bajos y más de 5 % a Francia,
Alemania, Nigeria y Burkina Faso.
De nuevo, la dinámica que tome la producción de cacao y su valor en el mercado se pueden
abordar en conjunto con los ecólogos de la escuela económica, pues en parte, ésta pone
en cuestión el consumo ostentoso que realizan los países ricos y apela a la distribución
igualitaria de los recursos en el plano mundial, por lo que se interesa por los problemas que
enfrenta el sector más pobre de la humanidad.
La ecología económica señala que en las sociedades desarrolladas occiden-
tales, el consumo de las personas está agotando las reservas de recursos
que no son renovables, como el carbón, el gas y el petróleo (fi gura 1.15), los
cuales son acumulados durante grandes periodos de tiempo, y se olvidan
de que el consumo de los recursos no debería sobrepasar su producción.
Asimismo, la ecología económica señala que la energía requerida para la
agricultura moderna es poco efi ciente si se tiene en cuenta la cantidad
de energía (en forma de fertilizantes, maquinaria y los combustibles que
requieren, entre otras cosas) que se necesita para producir alimentos y la
cantidad de contaminantes emitidos durante el proceso; éstos son mayores
a la producción total de energía.
Actividad 5, pp. 10 y 11
Ecología y sustentabilidad
Figura 1.14 Pueblos prehispánicos, como los aztecas, olmecas y mayas, cultivaban el cacao. Actualmente, México se encuentra entre
los 10 países productores de cacao.
Figura 1.15 Al día se extraen 80 millones de barriles en el mundo.
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Ante esto, algunos ecólogos humanos (culturales y económicos) sugieren retomar la agricul-
tura tradicional o “agroecología”, la cual se practica sobre todo, en países de Lationoamé-
rica, África y Asia, debido a que consume menos combustibles no renovables y genera menos
contaminación ambiental.
Como podrás notar, el evaluar la interrelación del ser humano con el ambiente que lo rodea
y los modos en que se apropia de éste resulta también un problema complejo y multifactorial.
Sin embargo, algunos de los temas que analizan y estudian los ecólogos culturales son:
1) La interrelación entre la tecnología con la que cuentan las sociedades humanas para explo-
tar el medio ambiente. Esta tecnología incluye una parte considerable de lo que común-
mente se designa como “cultura material”. Una de sus premisas se basa en que las culturas
más simples están directamente condicionadas por el entorno ambiental y no así las más
avanzadas.
La ecología cultural diferencia los efectos en el ambiente entre las sociedades en desarrollo
y de las más desarrolladas. Por ejemplo, los instrumentos que permiten la subsistencia en
algunas tribus son muy básicos: armas, útiles de caza y pesca; recipientes para recoger y
almacenar la comida; medios para transportarse en la tierra y el agua; fuentes de agua
y combustibles y, en ciertos ambientes, los medios para soportar el frío extremo (vestido y
vivienda) o el calor. Mientras que en sociedades del mundo con más desarrollo industrial
las necesidades no son sólo las de sobreviencia, sino que son socialmente definidas; en
especial los gustos alimenticios, usualmente la preferencia por viviendas más amplias y el
vestido, que significan mejorías en las condiciones de vida para esas sociedades, por lo que
sus procesos para obtener satisfactores son más tecnificados y costosos.
2) Analiza las conductas humanas asociadas a la explo-
tación de un recurso y un área particular por medio
de una tecnología dada. Por ejemplo, comúnmente
las mujeres suelen recolectar los frutos en grupos
pequeños, mientras que la caza puede ser un asunto
individual o colectivo. La naturaleza de las socieda-
des cazadoras se determina por aquellas estrategias
definidas culturalmente y también por las especies
(figura 1.16). Cuando se emplean métodos cooperati-
vos, tales como rodear a la presa, acorralarla y que-
mar el pasto, entre otros, las piezas o presas cazadas
deben ser más que las que obtendría un cazador
solitario. De igual manera, si las circunstancias lo
permiten, la pesca será emprendida por grupos uti-
lizando represas, trampas y redes; o bien, en forma
individual.
3) Estudia la relación entre la cultura del ser humano y el ambiente mediante un acercamien-
to holístico. Es decir, comprende que factores como la demografía, los patrones de asenta-
miento, las estructuras de parentesco, la tenencia de la tierra, el uso del suelo y otros
aspectos fundamentales deben ser analizados en conjunto para conocer y entender las
interrelaciones entre unos y otros.
Figura 1.16 Los huaorani son un pueblo que habita en la Amazonia ecuatoriana. En los ultimos 40 anos, sus comunidades han dejado de ser cazadoras y recolectoras para volverse sedentarias.
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La tragedia de los bienes comunesAlgunos ecólogos, economistas e investigadores en ciencias sociales, entre los cuales desta-
can dos estadounidenses: el ecólogo James Garrett Hardin (1915-2003) y la politóloga Elinor
Ostrom (1933-2012), han expresado que siempre que muchos individuos utilizan al mismo
tiempo un recurso escaso, ocurrirá el fenómeno de “La tragedia de los comunes”. Dicha frase
la utilizó Hardin, en 1968, como simbolismo que denota el agotamiento o la degradación del
ambiente, que puede esperarse cuando los recursos se explotan de manera irracional. La idea
inmersa en dicha tragedia está basada en un modelo que el matemático William Foster Lloyd
(1794-1852) publicó en 1833, pero que no permeó en la sociedad debido, en parte, a que no
estuvo vinculado a temas socioambientales.
Para explicar la lógica de lo que actualmente es un modelo ampliamente utilizado, Hardin
pide que nos imaginemos un pastizal “abierto y disponible a todos”. Nos invita también a que
imaginemos que somos pastores; que recibimos benefi cios por los animales que tenemos,
pero que enfrentamos problemas y gastos cuando nuestro ganado –o el de otras personas–
pasta en exceso.
El problema o “la tragedia” surge cuando cada uno de nosotros se siente impulsado a intro-
ducir más animales para obtener más benefi cios individuales, en un sistema de pastizal que
es limitado y se degradará pronto si todos adoptan la misma conducta. Para Hardin, está en
la naturaleza del humano tender a la ruina, como resultado de perseguir cada uno su propio
interés en sociedades que consideran tener la libertad de apropiarse de bienes que son comu-
nes a muchas personas (fi gura 1.17).
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Ecología y sustentabilidad
Figura 1.17 Representación del Dilema de los bienes comunes.
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Dado que los recursos naturales como las costas, el
océano y las pesquerías, el aire limpio, como servicio
que producen los bosques, y el agua almacenada en los
mantos freáticos, entre muchos otros, son accesibles a
todas las personas, se trata de recursos finitos proclives
a la tragedia de los bienes comunes (figura 1.18).
Al ser accesibles a todos, las personas hacen un uso
desenfrenado de los mismos, por lo que, en general, se
rebasa su capacidad de regeneración natural y, a largo
plazo, se provoca su agotamiento.
El planteamiento de “La tragedia de los comunes” presu-
pone que el individuo procura sacar ganancias o mayor
ventaja a corto plazo, aunque esto sea en detrimento de los vecinos o de otras personas que
se benefician de dichos recursos en la actualidad, o más aún, de quienes los necesitarán en el
futuro. Por lo que se originan comportamientos individualistas que atentan contra la preser-
vación de los recursos naturales, comunes en todos los seres vivos. Hace más de cinco décadas
Hardin habló de esta tragedia, pero Aristóteles ya lo había señalado de la siguiente forma:
Estas observaciones de la conducta humana, que Aristóteles y estudiosos más contemporáneos
han hecho, evidencian que el egoísmo es recurrente en la histora de la humanidad, por lo
que se requiere de un cambio de paradigma en torno a la concepción y el uso que tenemos
los seres humanos en los recursos naturales.
La tragedia de los comunes se puede extrapolar a nivel planetario. Todos los seres humanos
compartimos una atmósfera, mares y océanos, y disfrutamos de hermosos paisajes. El
bien común en estos ejemplos son el aire que respiramos, la vida marina que nos alimenta,
el clima y el disfrute y relajación en la naturaleza.
En 2006, Andrew Simms (1965), del grupo de expertos de la Fundación Económica del Reino
Unido, concibió el concepto del "Día del sobregiro de la Tierra". Esto se refiere a la fecha en que
la demanda de los recursos naturales excede lo que los ecosistemas del planeta pueden renovar
a lo largo de un año. Esta fecha puede ser un indicador de la presión que ejerce el ser humano
sobre los recursos naturales y cada año ocurre más temprano; por ejemplo, en 2019 ocurrió el
29 de julio, que es la fecha más temprana en la historia de la humanidad.
Imagina la tragedia que se puede ocasionar a muchos de los recursos naturales que son
compartidos por nuestra especie, que asciende a más de siete mil millones de personas en el
mundo. Cambios radicales en nuestros patrones de consumo sólo serán posibles gracias a la
disponibilidad de las personas de esta y nuevas generaciones, ¡como la tuya!, para dejar un
futuro con las mismas oportunidades a las generaciones venideras. Lo anterior es el principio
de lo que se conoce como desarrollo sostenible, el cual veremos al final de este bloque.
“Lo que es común para la mayoría es, de hecho, objeto de menor cuidado. Todo mundo piensa
principalmente en sí mismo y raras veces en el interés común”.
Aristóteles. (siglo xiv a.n.e). La política.
Figura 1.18 La pesca es una de las actividades económicas más valiosas y es vital por aportar alimento de gran valor proteico. Sin embargo, al ser un bien comun, puede convertirse en un caso más de la tragedia de los comunes.
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Educación ambientalDesde niños a todos se nos enseñó que una persona educada es aquella que nos saluda o se
despide amablemente o que tiene buenos modales. Por otro lado, solemos decir que alguien
es muy culto porque sabe mucho de literatura, cine, teatro, etcétera, pero pocos consideramos
a la ciencia como parte importante de la cultura y, por lo general, no vemos la adquisición de
conocimientos sobre el ambiente como un elemento que deba ser parte de nuestra educación.
Ante este vacío en la cultura y debido, en gran medida, a los acelerados procesos de deforesta-
ción, a la contaminación, al mal uso de recursos naturales y a la pérdida de biodiversidad, la
ecología, por su análisis holístico e interdisciplinario, es una de las ciencias modernas que más
pueden informarnos acerca de los procesos, las causas históricas, políticas y económicas de los
problemas más complejos que tienen que ver con la degradación ambiental. Sin embargo,
usualmente las labores de investigación de los ecólogos no incluyen un
proceso de comunicación de sus resultados a la sociedad en general, en su
lugar, los resultados de sus investigaciones son publicados en revistas es-
pecializadas que sólo sus colegas pueden comprender en su totalidad. De
este modo, la ecología es la ciencia que nos ofrece conocimientos acerca
de las interacciones entre los organismos y su ambiente, y la educación
ambiental (ea) es una estrategia mediante la cual se pretende concientizar
a la población acerca de la importancia de mejorar las condiciones ambien-
tales modifi cando nuestros patrones de consumo de los recursos naturales.
La implementación de la ea se propuso como necesaria en la Conferencia de Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, de la cual te
mostramos un fragmento del Principio 19:
A su vez, La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(uiCn), en 1970, defi nió a la ea como “el proceso de reconocer valores y aclarar
conceptos para crear habilidades y actitudes necesarias, tendientes a com-
prender y apreciar la relación mutua entre el hombre, su cultura y el medio
biofísico circundante”. En 1975, en el Seminario Internacional de Educación
Ambiental, que se celebró en Belgrado, se establecieron los principios de la
educación ambiental en el marco de los programas de las Naciones Unidas y
se instauró el Día Mundial de la Educación Ambiental (fi gura 1.19).
Así, la meta de la ea es mejorar las relaciones del hombre con la naturaleza
y las de los hombres entre sí. Se espera que, a través de ésta, la población
mundial tenga conocimientos del medio ambiente y que cuente con las
aptitudes, las actitudes, la participación y las capacidades necesarias para
trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los
problemas ambientales.
"Es indispensable una educación en labores ambientales, dirigida tanto a las generaciones jó-
venes como a los adultos… para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada
y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el
sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda
su dimensión humana".
Organización de las Naciones Unidas (1972). Declaración de Estocolmo sobre el medio ambiente.
Ecología y sustentabilidad
La educación ambiental surge como una
respuesta a la crisis ambiental mundial.
Figura 1.19 Para generar conciencia sobre los problemas medioambientales se celebra
el Día Mundial de la Educación Ambiental.
E D U C A C I Ó N A M B I E N TA LD Í A M U N D I A L D E L A26
ENERO
“EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE ES UN COMPROMISO MUNDIAL”
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Nuestro país también ha sido parte de la consolidación de la ea, debido a que en 1992 en
la ciudad de Guadalajara, en las conclusiones del Congreso Iberoamericano de Educación
Ambiental, se estableció que se debe fomentar la participación social y la organización co-
munitaria para hacer transformaciones globales que garanticen una óptima calidad de vida.
Como toda nueva vertiente, la ea ha sido objeto de profundos debates respecto de si se trata
de un proceso de concientización social, como lo establece su definición, o de una estrategia
pedagógica. También se ha discutido mucho acerca de la manera en que se pueden aplicar
sus enfoques y metodologías en cada uno de los países.
En el entendido de que, en el plano mundial, existen múltiples contextos en
diferentes escalas (global, regional, local o municipal) con diversos intereses
y prioridades, en la ea están implicados aspectos de complejidad e interdis-
ciplinariedad. Actualmente, podemos leer en muchos lugares sobre algunas
acciones que, en el nivel personal, podemos realizar diariamente en hogares
y oficinas y tienen que ver con modificar nuestros hábitos de consumo y el
uso de los recursos. Por ejemplo, prescindir de comprar artículos innece-
sarios, desconectar los aparatos eléctricos cuando no los estemos usando o
cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes, entre otras.
Éstas, si bien son acciones pertinentes, en sí mismas no constituyen la base
única para resolver la complejidad de los retos actuales. Es importante re-
flexionar acerca de que la ea debe ser pensada en términos de su contribu-
ción a un manejo sustentable de los ecosistemas. Así, la ea debe fomentar el
entendimiento, manejo adecuado y restauración de los mismos (figura 1.20).
La ea como estrategia pedagógica debe vincular la generación del conocimiento científico,
como el emergido de la ecología, con el uso social adecuado del mismo. Hoy en día, en nuestro
país hay personas con un alto compromiso, capacidades técnicas y con un marcado interés
en contribuir a la consolidación de la educación para la sustentabilidad. Sin duda, el reto de
hacer que la ea se consolide como un instrumento viable en la búsqueda de una sociedad
sustentable en lo ambiental y justa en lo social recaerá, sobre todo, en jóvenes como tú.
La huella humanaMedir el impacto que nuestras sociedades, los países y los individuos generan en el ambiente
no es tarea fácil. Sin embargo, se han propuesto maneras de evaluarlo mediante diversos indi-
cadores ambientales que son parámetros, o valores derivados de estos, que ofrecen información
acerca de las presiones, del estado y las tendencias de distintos componentes del ambiente. Por
ejemplo, el indicador de huella hídrica es una medida del volumen de agua que se utiliza para
satisfacer las necesidades de los habitantes de determinada área, país, empresa, o bien para pro-
ducir un producto en particular, como los ladrillos que requieren de agua y así modelar la arcilla.
Para ello, estima la cantidad de agua azul, verde y gris. La “huella azul” se refiere al consumo de
los recursos de agua superficial (ríos, lagos, lagunas, mares) y subterránea que se evapora como
parte del ciclo hidrológico o que se utiliza para producir algún producto. La “huella verde” es-
tima la cantidad de agua de lluvia que se consume, sobre todo en la agricultura de temporal, la
cual, al no tener una tecnificación de riego, es dependiente de las estaciones del año con lluvia.
Por su parte, la “huella gris” es la cantidad de agua en la que se descargan los contaminantes de
los hogares (aguas residuales domésticas), de las industrias (aguas residuales industriales) y del
sector agropecuario.
Figura 1.20 En México, una empresa que se preocupa por la educación ambiental es Johnson Controls Inc., a través de su marca LTH, que, además de organizar jornadas de educación ambiental, recicla 96 % de sus acumuladores.
Actividad 7, p. 14
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Principios básicos del desarrollo sustentableA lo largo de este primer bloque hemos revisado que las actividades del ser humano han
provocado serios impactos ambientales, los cuales cada vez más se están abordando inter-
disciplinariamente desde la ecología, sus vertientes de estudio y otras ciencias de la esfera
social. Como veremos a detalle en el siguiente bloque, se aplican diferentes clasifi caciones
de los ecosistemas que toman en cuenta ciertas características de ellos, dependiendo de si se
trata de ecosistemas terrestres o acuáticos.
Por mencionar sólo un ejemplo y, de acuerdo con la estructura de la vegetación que poseen,
los principales ecosistemas terrestres en el mundo son: las selvas, los desiertos, las sabanas, las
estepas, los ecosistemas agrícolas y los bosques, los cuales a su vez se clasifi can según el tipo
de especies u hojas que presenten. Así, se tiene un bosque de coníferas o bosque mixto (de
pino-encino), o un bosque caducifolio (con hojas sólo en una época del año) o uno perenifolio
(con hojas todo el año).
De los ecosistemas terrestres y acuáticos, la gente obtiene distintos benefi cios que son
llamados servicios ecosistémicos, los cuales son indispensables pues hacen posible la vida
humana. Por ejemplo, nos proporcionan alimentos y agua limpia, regulan las plagas y el
clima, realizan la polinización de los cultivos y la formación de suelos, además ofrecen be-
nefi cios recreativos, culturales y espirituales, entre otros. De acuerdo con la Evaluación de
los Ecosistemas del Milenio, se consideran cuatro tipos de servicios ecosistémicos:
• Servicios de soporte: son necesarios para la produc-
ción de otros servicios de los ecosistemas. Entre ellos
destacan la formación de suelos, el reciclaje de
nutrientes y la producción primaria y de biomasa
(fi gura 1.21).
• Servicios de aprovisionamiento: se refi ere a los pro-
ductos que se obtienen de los ecosistemas. Entre
ellos se encuentran suministro de fi bras, leña, agua
dulce, alimentos y, en general, recursos bioquímicos
y genéticos.
• Servicios de regulación: se refi eren a los benefi cios
que se obtienen directamente de los ecosistemas sin
pasar por procesos de transformación. Entre ellos
están la polinización que realizan diversas especies,
como las aves y los murciélagos; la regulación de pla-
gas y enfermedades; la regulación del clima y la puri-
fi cación del agua.
• Servicios cuturales: se refi eren a los benefi cios inmateriales obtenidos de los ecosistemas,
relacionados con las poblaciones humanas. Por ejemplo, los servicios que tienen un valor
espiritual y religioso; recreativo y turístico; estético o inspiracional, educativo y de heren-
cia cultural.
Te invitamos a conocer el simbolismo de algunos animales para las culturas prehispánicas en México, en: http://edutics.mx/5pu.
AVERIGUA MÁS
Ecología y sustentabilidad
Figura 1.21 Los manglares ofrecen diversos servicios ecosistémicos, entre ellos el control de la erosión
y la estabilización costera, que son servicios ecosistémicos de soporte.
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Cuando las poblaciones humanas eran relativamente
pequeñas y los ecosistemas extensos, se mantenían
modos de apropiación de los recursos naturales, por lo
que los ecosistemas no se enfrentaron a fuertes presio-
nes por parte de las sociedades humanas. Pero, al menos
en los últimos 50 años, las cosas cambiaron drástica-
mente. Las poblaciones humanas se duplicaron y las ac-
tividades económicas también, con lo que se incrementó
la presión sobre el planeta Tierra (fi gura 1.22), generando
cambios muy profundos y en ocasiones irreparables en
los ecosistemas de todo el mundo.
En sólo treinta años, al fi nal del siglo pasado, se convir-
tieron más ecosistemas naturales en áreas de cultivo
que en los cien años de agricultura durante la Revolu-
ción Industrial, de 1700 a 1800. Actualmente, las fuentes
hídricas que abastecen al ser humano se mantienen cin-
co veces más en reservorios artifi ciales que en cuerpos
de agua naturales, como los ríos, y desde 1985 introdu-
jimos más nitrógeno a la atmósfera en forma de fertilizantes que en el resto de la historia
de la humanidad, además de que el nivel de explotación de las pesquerías ha llegado a un
grado en que las poblaciones no están logrando recuperarse. De este modo, podrás inferir
que, si bien el uso exhaustivo de los recursos tiene relación con el incremento en la población
humana, nuestros hábitos irracionales de consumo atentan contra los ecosistemas.
Todos estos problemas ambientales, además de alertar a la comunidad
mundial, hicieron evidente la necesidad de promover un nuevo estilo de
vida en el que se utilicen adecuadamente los recursos naturales para que
se preserven. Al mismo tiempo, se promueve el desarrollo económico
de todas las naciones, lo que representa un nuevo paradigma al que se
enfrentan las sociedades. Así, en 1987, en el informe socioeconómico que
elaboraron distintos países para la Organización de las Naciones Unidas
(onu), conocido como “Informe Brundtland”, se estableció el concepto de
desarrollo sustentable o sostenible (ds).
Antes de continuar, es necesario saber que tanto “sustentable” como “sostenible” signifi can
lo mismo. La aparente diferencia que hay entre estos términos se originó por la traducción al
español del término inglés sustainable development, y aun cuando actualmente se debate acerca
de su uso adecuado, ambos términos hacen referencia al uso racional de los recursos naturales
que deberíamos tener, de manera que no se comprometa su disponibilidad para las siguientes
generaciones. Particularmente, en este libro se usa el concepto “desarrollo sostenible”, que
utiliza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el pnud.
1
1800 1850 1900 1950 2000 2050 2100
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1
Crecimiento de la población mundial
Pobl
ació
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n m
iles
de
mil
lon
es
Año* Cifras poblacionales futuras basadas en las predicciones
de la ONU con una variante media.
10 / 2100*
9 / 2042*
8 / 2024*
7 / 2011*
6 / 1999*
5 / 1987*
4 / 1974*
3 / 1960*
2 / 1927*1 / 1804*
Un paradigma hace referencia a las diferentes concepciones, costumbres y tradiciones que constituyen reglas o principios que orientan la acción de las personas.
El Informe Brundtland se llama así porque fue elaborado por la ex primera ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland (1939). Este informe contrastó la postura del desarrollo económico con el de sustentabilidad ambiental. En él se establece el alto costo ambiental que tiene el desarrollo y se utilizó por primera vez el término “Desarrollo sostenible”, el cual se definió como aquel que satisface las necesidades presentes sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Figura 1.22 La ONU estima que a finales del siglo XXI la población mundial alcanzará los 10 mil millones de personas.
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Del ds seguramente has escuchado hablar en algún momento de tu vida, pues, al igual que
la palabra “ecología”, este término ha sido adoptado (y adaptado) por una gran variedad de
autores, intérpretes y promotores. Te presentamos la defi nición:
En el año 2002 se identifi caron las prioridades ambientales en el mundo. Entre ellas se in-
cluyeron la urgencia de disminuir la pobreza extrema y el hambre, así como prevenir las
enfermedades mortales y ampliar la enseñanza primaria a todos los niños. Para tener una
guía para lograr esos propósitos se crearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio (odm), los
cuales pueden apreciarse a continuación:
1. Erradicar la pobreza y el hambre.
2. Lograr la enseñanza primaria universal.
3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
4. Reducir la mortalidad infantil.
5. Mejorar la salud materna.
6. Combatir el viH/sida, el paludismo y otras enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Durante más de 10 años, los odm lograron enormes avances en la lucha contra enfermedades
graves, como el viH/sida, la malaria y la tuberculosis, y mejoraron el acceso al agua y a su
tratamiento; además, disminuyeron la mortalidad infantil y la salud materna. También se
avanzó considerablemente en el fomento de la educación primaria universal (fi gura 1.23),
como estrategia para fortalecer y preparar a las generaciones futuras.
En septiembre de 2015, ciento noventa y tres Estados
miembros de las Naciones Unidas aprobaron la agenda
2030 para el desarrollo sostenible, la cual está enfocada
en la construcción de un mundo sostenible en el que
se valoren la inclusión social y el desarrollo económico
de igual manera que los anteriores odm, pero incorpo-
rando como importante la sostenibilidad ambiental.
En la Conferencia Sobre Medio Ambiente y Desarrollo
Sostenible en Río de Janeiro 2012, se estableció de ma-
nera formal la defi nición de 17 Objetivos del Desarrollo
Sostenible (ods). El propósito fue contar con un conjun-
to de objetivos relacionados con los desafíos ambienta-
les, políticos y económicos a los que nos enfrentamos
en el plano mundial.
“El desarrollo sostenible es el proceso evaluable mediante criterios e indicadores del carácter
ambiental, económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de
las personas, que se funda en medidas apropiadas de preservación del equilibrio ecológico,
protección del ambiente y aprovechamiento de los recursos naturales, de manera que no se
comprometa la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras.”
Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (1988)
Ecología y sustentabilidad
Figura 1.23 La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) respalda proyectos para ayudar
a ninos huérfanos como consecuencia del VIH/SIDA, para que asistan a la escuela.
Actividad 10,p. 16
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Atendiendo los ODS 1 y 2 entre 1989 y 2014, México logró la meta de reducir en más de la mitad el porcentaje de personas que padecían hambre y que sobrevivían con menos de 1.25 dólares diaros.
INFORMACIÓN IMPORTANTE
Los Objetivos son:
1
Figura 1.24 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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A continuación describiremos dos de los ods que se relaciona con temas ambientales.
Objetivo 14. Vida submarina. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares
y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.
Este objetivo contiene 10 metas que, en conjunto, bus-
can proteger los ecosistemas marinos y costeros de la
contaminación terrestre, así como abordar los impac-
tos de la acidifi cación de los océanos (fi gura 1.25). Entre
sus metas se encuentran, para 2020, adoptar medidas
que permitan restablecer la salud y la productividad
de los océanos, mejorar su conservación y reglamentar
efi cazmente la explotación pesquera para poner fi n a
la pesca ilegal, así como fomentar el uso sostenible de
los recursos marinos, con base en el marco jurídico y
aplicando el derecho internacional vigente.
Objetivo 15. Vida en la tierra. Gestionar sosteniblemen-
te los bosques, luchar contra la desertifi cación, detener
e invertir la degradación de las tierras y frenar la pér-
dida de biodiversidad.
Dentro del Objetivo 15 se establecieron 12 metas para el corto y mediano plazo, que pretenden
promover la conservación y el uso sostenible de todos los tipos de bosques, los humedales,
las zonas áridas y los servicios ambientales que proporcionan, así como integrar el valor
de los ecosistemas y de la diversidad biológica en la planifi cación nacional y local, los procesos
de desarrollo y las estrategias de reducción de la pobreza.
Las metas planteadas para alcanzarse entre 2020 y 2030
son: poner fi n a la deforestación para recuperar los bos-
ques a través de la reforestación en el plano mundial;
luchar contra la desertifi cación (fi gura 1.26) y rehabi-
litar los suelos degradados; prevenir la introducción
de especies exóticas invasoras y proteger a las espe-
cies amenazadas para evitar su extinción; aumentar
el apoyo mundial en la lucha contra la caza furtiva
y el tráfi co de especies protegidas, desarrollando la
capacidad de las comunidades locales para promover
oportunidades de subsistencia sostenibles; impulsar la
participación justa y equitativa en los benefi cios que
se deriven de la utilización de los recursos genéticos y
promover el acceso adecuado a ellos.
Los ods coincidieron con otros convenios históricos celebrados en 2015: el Acuerdo de París apro-
bado en la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21) y el Marco de Sendai para la Reduc-
ción del Riesgo de Desastres, fi rmado en Japón en marzo de ese año. Estos acuerdos proveen un
conjunto de normas comunes y metas viables para reducir las emisiones de carbono, gestionar
los riesgos del cambio climático y los desastres naturales, y reconstruir después de una crisis.
Ejercicio 5, p. 16
Applicación 1, p. 17
Ecología y sustentabilidad
Figura 1.25 El emblanquecimiento de los corales se debe a la acidificación del mar y al aumento de la temperatura del agua, lo
cual impide que estos organismos retengan al protozoario simbionte zooxanthellae, que realiza la fotosíntesis. Ello ocasiona la muerte del
coral y el deterioro su ecosistema.
Figura 1.26 Un tercio de la población vive en tierras secas. La desertificación amenaza la salud y el medio de vida
de 1 200 millones de personas.
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Los ods reafirman el compromiso internacional de poner fin a la pobreza de forma perma-
nente en todas partes. Son ambiciosos, pues su meta es que nadie quede atrás. Lo que es más
importante, nos invitan a todos a crear un planeta más sostenible, seguro y próspero para
la humanidad.
Los ods resultan un tema complejo de aplicar en las sociedades en que vivimos, pues la ma-
yoría de éstas actualmente están integradas al mercado con un sistema capitalista. Si este
sistema no apoya las prácticas y los objetivos de la sustentabilidad, algún país (o comunidad)
que los aplique en sus mercados podría ser penalizado, ya que, en términos simples, los
objetivos de carácter socioeconómico anteriores implican modificar los niveles de consumo
a los que no todos los individuos pueden aspirar y promover un crecimiento económico en
los países pobres.
Estas relaciones resultan polémicas y, pensaríamos, poco aplicables en el
mundo. No obstante, se ha mostrado, con un número considerable de casos,
que el ds puede ser posible en México, país que ha experimentado una seria
disminución de su patrimonio natural. Por ejemplo, en la Sierra Norte de
Oaxaca algunas comunidades zapotecas y chinantecas desarrollaron instru-
mentos (o estrategias) comunitarios para el manejo de sus bosques. Éstos
estaban fuertemente deteriorados por las actividades de una fábrica, fun-
dada en 1954 y que durante 20 años surtió de papel a la Comisión Nacional
de Libros de Texto Gratuitos.
A esta fábrica se le habían concesionado los bosques de diversas comunidades de la Sierra Norte,
pero en 1980 varias comunidades se opusieron a continuar concesionándolos y, como resultado,
se originaron las primeras empresas forestales sociales en el país. Por su alto grado de organi-
zación social y el manejo de sus recursos, que benefician además a gran parte de la Cuenca
del Papaloapan, han recibido de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) el Pago por Servicios
Ambientales (psa). El principio central de éstos consiste en que los proveedores de servicios am-
bientales se verán compensados por los mismos, mientras que los beneficiarios de los servicios
han de pagar por ellos.
Este enfoque tiene la ventaja de generar fuentes de in-
gresos adicionales para los usuarios de tierras con bajos
ingresos. Las iniciativas que tienen estas comunidades
han sido impulsadas y apoyadas por sus gobiernos lo-
cales, regionales y estatales, así como por organizacio-
nes internacionales, como wwf, que brindan financia-
miento o apoyo técnico a estas comunidades. Gracias a
los apoyos económicos y técnicos, durante los últimos
30 años, en la Sierra Norte de Oaxaca se han realizado
diversas actividades productivas en los bosques, como
el ecoturismo (figura 1.27), el cual, mediante prácti-
cas no extractivas y cuidado de los recursos naturales,
permite el mantenimiento de los ecosistemas de esta
sierra y fortalece la economía de sus comunidades,
creando uno de los corredores biológicos de mayor im-
portancia en México.
1
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible abarcan cuestiones que afectan a todos los seres humanos que habitamos el planeta.
Figura 1.27 Entre las estrategias que han impulsado las comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca se encuentra el desarrollo del ecoturismo, que incluye ciclismo, caminata de montana, tirolesa, rapel y observación de flora y fauna.
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El corredor mantiene una extensión importante de bosque mesófi lo (o de niebla) de alrededor
de 125 mil hectáreas y protege los servicios ambientales de una de las principales cuencas
del país. De este modo, el corredor de la Sierra Norte representa un ejemplo de manejo y
conservación que protege la biodiversidad y asegura la producción de servicios ambientales.
¿Qué factores favorecieron el ds en esta región? Investigaciones de la ecología cultural indican
que el principal ingrediente ha sido el alto nivel de cohesión social (también llamado capital
social), representado por las comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca que, por sus usos y
costumbres, mantienen una sólida organización social y una actitud que les ha permitido
adecuarse a nuevas iniciativas de manejo y conservación de su patrimonio natural.
Un caso de ds por ecoturismo involucra a pobladores de algunos ejidos in-
cluidos en la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas, en Veracruz. Los proyectos
(personales o grupales) se fueron agregando poco a poco hasta contar en
2003 con 15 iniciativas, que fueron apoyadas con recursos económicos de
la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cdi). El
éxito de este caso radicó en que, entre otras cosas, los pobladores solicitaron
asesoría, se capacitó a los involucrados constantemente y se estudiaron otras
experiencias. Además, se obtuvieron recursos económicos para construir
cabañas con los servicios adecuados e infraestructura asociada. Se estable-
cieron plantas de tratamiento de agua para su reutilización, torres de obser-
vación de aves, senderos, etcétera, y se pagó asesoría especializada para la
publicidad y la capacitación permanente. Este proyecto ha recibido premios
y reconocimientos nacionales e internacionales. En 2004 fue reconocido
como el mejor proyecto de ecoturismo por Expo Aventura y Ecoturismo, y
recibió mención honorífi ca en 2008 como Reconocimiento a la Conserva-
ción de la Naturaleza por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En los últimos años, el ecoturismo ha demostrado ser una alternativa viable para contribuir
al desarrollo sustentable. En algunos países, como Costa Rica, los ingresos económicos y de
divisas provenientes del ecoturismo han sido muy importantes y se han convertido incluso
en actividades estratégicas para la economía nacional. El ecoturismo se practica principal-
mente en Áreas Naturales Protegidas (anp), las cuales contienen recursos en buen estado
de conservación. Para llevarlo a cabo, generalmente se asocian comunidades, poblaciones o
localidades rurales e indígenas.
Resulta evidente, pues, que en la actualidad se debe repensar el papel de los ecosistemas en
el desarrollo. Por mucho tiempo se vio a los ecosistemas como proveedores inagotables de
recursos para nuestro uso; asimismo, durante varias generaciones se asumió que muchos
servicios ambientales, como la polinización, la purifi cación del agua y la regulación del clima
también eran inagotables y se consideró la conservación como una barrera para el desarro-
llo. Pero es hora de plantear estrategias adecuadas que nos permitan manejar los recursos
para satisfacer nuestras necesidades actuales sin causar severos daños ambientales, pues esto
implicaría que las siguientes generaciones no pudieran satisfacer las suyas. Debemos actuar
responsablemente, como lo establece el principio de desarrollo sostenible.
Para que conozcas más acerca del ecoturismo, te recomendamos que revises el documento Turismo sustentable en México, que se encuentra en: http://edutics.mx/5fB.
TIC
Ecología y sustentabilidad
El ecoturismo será una estrategia viable para la conservación de los
recursos naturales sólo si se apoya
institucionalmente, se capacita constantemente
y se establece una red de empresas
ecoturísticas.
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Economía circular¿Cuántos empaques, envoltorios para regalo, bolsas o platos y vasos de cartón o unicel utilizas
sólo una vez? ¿Cuánto tiempo te dura tu ropa antes de que sientas la necesidad de ir a com-
prar la de la nueva temporada? ¿En tu casa se ha descompuesto algún electrodoméstico poco
tiempo después de haberlo adquirido?, ¿lo mandas reparar o lo desechas? ¿Te has preguntado
a dónde van a parar los residuos una vez que los entregamos al camión recolector de basura,
o luego de que los depositamos en los contenedores de nuestro hogar? ¿Qué efecto tiene en
el ambiente la cantidad de residuos que uno produce diariamente?
Si, en general, tus respuestas denotan que en muy poco tiempo tienes
que tirar a la basura muchos productos de uso diario es debido a que casi
todos tienen un ciclo de vida corto, por ejemplo, nuestra ropa, los autos,
los teléfonos celulares, las tabletas, los aparatos reproductores de música
y cientos más que en pocos meses se vuelven obsoletos por deteriorarse o
descomponerse fácilmente.
La lógica de producción en la economía capitalista, adoptada por la mayoría de los países
en la actualidad, implica una corta linealidad, que empieza con la extracción de materiales que
funcionan como materias primas, las cuales sufren una transformación (demandan energía en
forma de combustibles, muchos de ellos fósiles, que contaminan el agua, el suelo y la atmós-
fera) para terminar algún día como desechos. Este aumento de artículos en los mercados fue
promovido durante la llamada “Tercera Revolución Industrial”, basada en un esquema lineal
que acelera el deterioro del medio ambiente y genera residuos, los cuales, en su mayoría, no son
reciclados. Dado que los recursos naturales no son infi nitos y la población mundial continúa
creciendo, esta situación será insostenible a mediano plazo.
Ante ello, surgen varios esfuerzos a lo largo de todo
el mundo, sobre todo en aquellos países con un alto
nivel de desarrollo, como Reino Unido, Alemania,
Suecia y Finlandia para explorar alternativas al actual
paradigma económico que promueve la obsolencia pro-
gramada a costa del deterioro del medio ambiente. La
economía circular (también llamada economía verde)
busca reemplazar el proceso lineal de producción para
minimizar la utilización de materiales extraídos de la
naturaleza y reducir los desechos (fi gura 1.28). Se le
llama circular, pues en lugar de promover una produc-
ción lineal, se basa en los ciclos vitales de la naturaleza
y propone la maximización de los productos involucra-
dos utilizando energías renovables y reciclando todo
cuanto se pueda dentro de la cadena de producción,
incluso, ofreciendo la posibilidad de alquilar productos
de poco uso, en lugar de promover su compra.
Un ejemplo de cadena de producción que puede optimizarse mediante el enfoque de la eco-
nomía circular es la de los alimentos. Por ejemplo, cada año en el mundo se desperdician
1 300 millones de toneladas de alimentos y que, para su producción, se requirieron 1 400
millones de hectáreas. ¡Esto representa una superfi cie mayor a la de Canadá e India juntos!
Actividad 11,p. 16
1
La obsolescencia programada es la vida útil que le da una fábrica o empresa a un producto.
EconomíaCircular
Materias primas
Diseño
Producción yreelaboración
Reciclado
Recogida
Consumo,utilización, reutilización,y reparación
Distribución
Figura 1.28 Economía circular.
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Además, en 2007, representó una huella de carbono (un indicador ambiental que mide los
gases de efecto invernadero que se emitieron por realizar cierta actividad) de 3 300 millones
de toneladas de dióxido de carbono (CO2).
Particularmente, en América Latina se pierden hasta 127 millones de toneladas de alimentos
al año. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (onuaa),
mejor conocida como fao (siglas del inglés Food and Agriculture Organization), estima que con
esto se podría alimentar a 300 millones de personas. Además, indicó que la mayor huella
de carbono dentro de los alimentos desaprovechados se presenta en la fase de consumo. De
modo que urge disminuir la pérdida de alimentos, con lo cual no sólo se podría atender a los
objetivos de desarrollo sostenible de “Hambre Cero” y “Producción y Consumo Responsable”,
sino que también se aprovecharían todos los recursos naturales que se utilizan para la pro-
ducción de alimentos en el plano mundial.
En principio, la aplicación del modelo de economía circular parecería poco aplicable en
nuestra realidad y hábitos de consumo. Sin embargo, naciones líderes cada día van haciendo
propuestas que podrían adaptarse a las posibilidades de países en vías de desarrollo. Por ejem-
plo, la empresa canadiense Enterra Feed Corporation decidió usar moscas de la especie Hermetia illucens para transformar residuos biológicos de fruta, verduras o pan en una fuente renovable
de fertilizantes y nutrientes para el ganado. En las instalaciones de la empresa se acondiciona-
ron los espacios para mantener seis millones de estas moscas poniendo huevos, los cuales son
cuidados para que continúen su desarrollo y puedan devorar hasta 100 toneladas de desechos
al día. Eso equivale a comer diariamente a una ballena azul, que actualmente es el animal
de mayor tamaño.
Aun cuando las empresas produzcan enormes toneladas de desperdicios, es posible un uso
circular de los recursos. Por ejemplo, la compañía de autos Rolls Royce, del Reino Unido, pro-
cesa anualmente 20 mil toneladas de aleaciones con metales como renio, hafnio y níquel, y
ha implementado un programa con el cual recicla la mayor cantidad de materiales que utiliza
en 100 de sus plantas manufactureras. Con esta estrategia ha dejado de emitir 80 mil toneladas
de CO2 a la atmósfera y ha disminuido el consumo de energía en más de 300 mil megawatts
por hora anualmente, por lo que también ha empezado a disminuir sus gastos en ese rubro.
Esperamos que al término de este libro y de la asignatura de Ecología y Medio Ambiente
tengas una visión diferente sobre la importancia del ambiente y la forma en que todos los
seres vivos interactuamos con él. Es importante que refl exiones sobre el impacto que los seres
humanos estamos produciendo en el medio, con nuestras actividades y hábitos de consumo.
Te invitamos a borrar de tu mente la idea de que no se pueden modifi car nuestros compor-
tamientos como especie y que, por tanto, no es posible evitar el daño al ambiente, ya que
existen alternativas (como el desarrollo sustentable) para cuidar el medio y preservar a todos
los organismos que viven en él. Así que te convocamos a participar activamente en accione,
individuales y colectivas, para disminuir los problemas ambientales y a promover medidas
sustentables para evitarlos.
Práctica de campo 1,
p. 18
Práctica de campo 2,
p. 19
Actividad de integración,
p. 21
Evaluación final, p. 22
Ecología y sustentabilidad
En 2017, Finlandia organizó el Primer Foro Mundial de Economía Circular. La estrategia planteada incluye el rediseno de oficinas publicas para hacerlas amigables con el ambiente (las mal llamadas “oficinas ecológicas”, como vimos al principio de este bloque), que utilizan poca agua o la reciclan, aprovechan el calor y la luz solar y emplean biogás como combustible para autos, entre otras medidas.
INFORMACIÓN IMPORTANTE