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    Las federaciones deportivas son por definicin los depositarios de la tcnica de dicho deporte. Son portanto colectivos obligados a intervenir en la conservacin de la esencia de cada uno de ellos.

    Al margen de cualquier sentido patrimonialista nadie entendera que las federaciones de tenis, de golfo de tiro con arco no intervinieran en los modos en que tales deportes deben realizarse.

    Son muy pocos los espelelogoscon espritu conservacionista y quecuidan sus entradas en las cavidadespara que causen el menor impactoposible.

    Tambin son pocos los que de unaforma salvaje destruyen todo lo quepillan a su paso, dejan basuras y res-tos de carburo e ignoran las mnimasnormas de urbanidad y conservacio-nismo con respecto a las cuevas.

    En cambio, son mayora los que noestn en uno u otro bando, pero quecuando se acumulan por docenas,incluso por centenas, en las cuevas,ponen en peligro el equilibrio de es-tos delicados ecosistemas aunque suintencin, a priori, no sea causar ta-les males. Esto ocurre, por ejemplo,con las cuevas utilizadas por las em-presas de turismo activo para llevara sus clientes. El turismo activo esun invento relativamente moderno

    para dar salida y respuesta a las ne-cesidades de aventura puntual de losms urbanitas.

    Ya sabemos sobradamente, por losnumerosos estudios realizados, quela presencia humana calienta el airede las cuevas y las causas que estoconlleva. Sabemos que nuestra pre-sencia aumenta la concentracin deanhdrido carbnico y de metano. Elreiterado paso de personas por zonasestrechas genera el deterioro de lasformaciones y la suciedad se depo-sita en ellas. Nuestro paso destruyelos depsitos calcreos, arenosos, delimo o de cantos de los lechos y sue-

    los hipgeos. Son las causas de norespetar o ignorar los itinerarios pro-puestos para causar el menor impac-to posible. Tras un paso embarradoseguimos por una zona de formacio-nes cristalinas. Nuestras manos, bo-tas y ropa trasfiere toda la suciedada estos cristales que en pocos mesesse ponen negros de la suciedad queacumulan. Miles de personas en-trando desordenadamente a las cue-vas suponen un grave peligro para

    tan frgiles ecosistemas.

    Cada uno de nosotros piensa que

    es nico y no origina mal alguno ala caverna. Sin embargo, las sucesi-vas entradas de espelelogos a unacavidad acumulan cientos, cuandono miles de visitas cada tempora-da. Pondr dos datos ciertos solos amodo de ejemplo: la Cueva de Ner-ja recibe una media de 500.000,si has ledo bien medio milln, devisitantes cada ao. En el cande Ro Verde se dan cada ao unos15.000 permisos, a lo que si aadi-mos los furtivos y las empresas poco

    respetuosas nos vamos a una cifraque algunos conocedores de la zonacifran en el doble. Sabemos que ca-vidades como la Cueva del Gato sonescenarios de las actividades furtivasde numerosos deportistas de la msvariada procedencia y las ms de lasveces con la complicidad de andalu-ces poco escrupulosos a la hora deconseguir beneficios econmicos.

    La visita recreativa de la esta cueva,

    como la de otras muchas, debera es-tar mucho ms controlada y requeri-ra el trazado de un itinerario de uso

    1.- Algunas de estas ideas ya han sido expuestas en:http://andaluciaexplora.blogspot.com.es/2012/03/hacia-una-espeleologia-de-bajo-impacto.html

    Jos A. Berrocal Prez

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    obligatorio para evitar que zonassensibles se vean alteradas por lanegligencia de visitantes ocasiona-les sin la mnima formacin con-servacionista. No olvidemos que lossensibles ecosistemas subterrneosse alteran por la simple presencia

    humana. La masiva presencia los al-tera de forma traumtica. Es impres-cindible proteger el subsuelo comoun bien ecolgico sensible e imbri-cado con el resto de los ecosistemasterrestres. El espeleoturismo en cue-vas naturales est reido con estasprcticas. Se han destruido cuevascomo la Nageles de Marbella, lasExcntricas de Igualeja, y otras mu-chas ms en toda Espaa. El caso delkarst del yesos de Sorbas es uno es-

    tos lugares sensibles que estn en elumbral del peligro dado el aumentode la presencia de personas y de lafalta de medidas de control, dos fac-tores esenciales para entrar la espi-ral de la degradacin.

    Quiero reflexionar con todos los es-pelelogos andaluces para que vaya-

    mos adoptando unas costumbres deexploracin y visita de bajo impacto,como norma general. La regenera-

    cin y limpieza permanente de lascavidades por parte de quienes lasfrecuentan o tienen en sus zonas detrabajo se imponen como una polti-ca necesaria y deseable. Si queremosseguir disfrutando de las bellezassubterrneas y queremos que lasfuturas generaciones no nos tildende brbaros e ignorantes, debemosabordar una nueva cultura espeleo-lgica basada en el conservacionis-mo y el control de quienes visitan las

    cavidades.

    Ser conservacionistas es enfren-tarse a quienes no piensan que suintervencin, por mnima que sea,es una alteracin de las condicionesbio-climticas y geolgicas de la cavi-dad. No son ideas populares ni com-partidas por la mayora, pero son

    a las que he llegado despus de verel desarrollo de los ltimos aos. Yeste posicionamiento nos hace blan-

    co permanente de sus iras y quejas,porque piensan que solo ellos comodueos del planeta tienen derecho asu disfrute.

    Pues bien, nosotros hemos llega-do a la misma conclusin que otrasmuchas personas en el mundo. He-mos recibido un legado y tenemosla obligacin de cuidarlo hasta quenuestros hijos sean capaces de se-guir cuidndolo para que a su vez se

    lo entreguen a sus hijos.

    Como primer paso, desde la fede-racin, vamos a disear una seriede cursos y talleres sobre normas deconservacin y regeneracin de cavi-dades para que los espelelogos engeneral estn ms informados y con-cienciados sobre estas necesidades.

    Formaciones rotas: lo que

    la naturaleza ha tardado

    miles de aos en formar, un

    salvaje lo destruy en unos

    minutos.

    Parte de la basura recupe-

    rad en la entrada a la cueva

    del Hundidero (Montejaque)

    durante una campaa de

    limpieza realizada por el

    Grupo Espeleolgico Plu-

    tn.

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    Es hora de abordar soluciones ms radicales y se impone la necesidad de establecer una estricta regulacin de lasentradas. Estamos igualmente a favor del cerramiento de las cavidades ms expuestas a la visita masiva. Por su-puesto, es necesario regular el nmero de personas por jornada. Se hace igualmente necesaria la marcacin de unitinerario inalterable sobre el que realizar la visita, del mismo modo que ya se ha hecho en algunas cavidades, comoel caso de la Higuera de Pliego (Murcia).

    Igualmente, respeto con la mxima atencin y seguridad de no daar el ecosistema. Las cavidades naturales tardanmiles de aos en formar esos importantes georecursos que, en apenas unas horas, EL vandalismo pueden destruirpara siempre.

    Insistimos una vez ms en la necesidad de guas res-

    ponsables y formados en conservacionismo del mediosubterrneo. Tal vez tengamos que promover la opinindifundida por la NSS (EEUU) y de la propia UIS de man-

    tener en secreto las coordenadas y otros datos, solo acce-

    sibles a quienes necesiten visitarlas para algn tipo deinvestigacin. Una forma de ayudar a mantener la natu-raleza en estado natural.

    Y para los visitantes en general:

    Algunasideas/consejosaseguir.

    No dejes nada dentro de la cueva. Saca a la calle todo tipo de restos, pilas, embalajes, material

    defectuoso. En la cueva todo es basura.

    Las zonas frgiles debern estar balizadas para indicar el paso recomendado y no

    estropear el resto. Respeta el balizado. Si un rea est restringida confrmate conver lo que se pueda antes de poner en peligro el resto.

    Instala de forma inteligente y elimina todo lo que ya no sea necesario.

    No utilices carburo en tus exploraciones. Los actuales equipos elctricos ya sonms que suficiente para largas permanencias en cavidades.

    Respeta los periodos de apareamiento de los quirpteros, para no ser molestados en estas fechas.

    No recolectes fauna sin estar previamente en contacto con el especialista que las estudiar.

    Si tras una zona de barro tienes que explorar cavidades con cristalizaciones

    que se mancharn, Cambia tu equipo por ropa limpia.

    En fin, deja la cueva tan limpia como la encontraste y si es posible, mejor. Los espelelogos delfuturo tienen derecho a este legado milenario.

    La belleza de las cuevas consiste en esas cristalizaciones y en la sensacin de que lasvemos por primera vez. Una vez destruidas son irrecuperables.

    No saques nada de la cueva.