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PRÁCTICAS DEL LENGUAJE1
ANEXO
Proyecto: El impacto de los cambios tecnológicos en la vida de las personas.
Un debate posible en la escuela (Propuesta para sexto año)
Material para el docente Versión Diciembre de 2011
Situación didáctica: Lectura de un texto difícil en el marco de
una secuencia para que los niños debatan sobre un tema
Las situaciones de lectura que preceden al debate son muy importantes: la
confrontación de textos de los que se desprenden posiciones diferentes
sobre el eje del debate permite armar con más solidez la opinión de los
niños, quienes hallarán argumentos y contraargumentos escritos por otros
que no habían pensado, o encontrarán modos de decir más convincentes y
fundamentados. Los momentos de lectura e intercambio de la secuencia
procuran contemplar más aristas acerca del tema, para evitar
simplificaciones que distorsionen la seriedad del debate e internalizar
progresivamente el discurso argumentativo.
La lectura de textos argumentativos con la intencionalidad de
observar formas de producción escrita de otros favorece la argumentación
de los niños en el debate oral y, en “un ida y vuelta”, permite a los alumnos
1 Equipo Prácticas del Lenguaje de la Dirección de Gestión Curricular, Dirección Provincial de Educación Primaria, año 2011. Alejandra Paione, Marcela Errandonea, Leticia Peret, María del Carmen Pérez de Veltri, Celeste Carli, María de la Gloria Carli, Pablo Ortiz.
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tomar conciencia de ciertas dimensiones lingüísticas y discursivas de los
textos leídos2.
Es decir…
Realizar el esfuerzo de sostener con buenas argumentaciones sus posturas
en el debate oral, discutir con sus compañeros de grupo contenido y formas
de las mismas, estar atentos a las argumentaciones “de los oponentes” para
contraargumentar, permite a los niños “estar alertas” e identificar de qué
modo en el discurso escrito de otro autor se está tratando de “llevar agua
para su molino”.
El propósito de este anexo es ofrecer una situación de lectura de
un texto difícil cuyo contenido problematiza la tecnología. Se trata de
un texto que no ha sido escrito especialmente para un destinatario infantil.
Se pretende mostrar cómo –resguardada la situación de lectura por ciertas
condiciones didácticas- y con intervenciones adecuadas y oportunas del
docente, ese “texto difícil” puede abrirse a la comprensión de los niños,
tanto en el plano del contenido referencial como en el de su conformación
como texto argumentativo.
2 Las situaciones de lectura orientadas hacia la preparación de los alumnos como estudiantes y como ciudadanos muestran claramente la intervención de la lengua oral y de la escritura como herramienta de construcción del conocimiento. (GCBA, EGB. Lengua. Documentos de Actualización Curricular Nº 4. Práctica de lectura, práctica de escritura un itinerario a partir de 4° grado. Subsecretaría de Educación. Dirección de Planeamiento. Dirección de Currículum, 1997. GCBA, EGB. Lengua. Documentos de Actualización Curricular Nº 5. Tomar la palabra, escuchar y hacerse escuchar. Subsecretaría de Educación. Dirección de Planeamiento. Dirección de Currículum, 1999).
Interpretar “desarmando” las argumentaciones leídas fortalecerá el debate oral, pero también el pasaje por el debate
oral generará estrategias de lectura.
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���� 1° Momento: Introducción al tema; lectura del docente y
apertura de un espacio de intercambio
El docente puede comenzar preguntando a los niños si alguna vez
escucharon el refrán popular “No hables a boca de jarro” y cómo les parece
que se puede entender. Quizás pueda surgir en este diálogo que “los
refranes populares se aplican a distintas situaciones de la vida y que si
‘beber a boca de jarro’ sería beber directamente, sin servirse una medida,
su extensión, ‘hablar a boca de jarro’ puede ser entendido como
hablar/opinar directamente, improvisadamente y sin fundamento”.
La conversación podría llevar a pensar con los niños en que, si un
tema genera debate, es un tema que convoca a las personas en sus
ideas, en sus sensibilidades y en sus maneras de entender la
realidad; por lo que es más adecuado “no hablar a boca de jarro” sino de
un modo más fundamentado.
El docente retoma un tema sobre el que ha conversado reiteradas
veces con los niños en otras ocasiones: los “pro y contras” del uso de las
tecnologías de la comunicación…
“¿Se acuerdan de lo que hablamos tantas veces…? Que no se trata de copiar y
pegar sin ton ni son fragmentos de páginas de Internet en los trabajos que
hacemos…O hemos hablado de los chicos que están muchas horas frente a la
computadora…; pero también hablamos de los múltiples beneficios de Internet en
la agilización de la búsqueda de información y en la simultaneidad de la
comunicación: estos efectos positivos y negativos de su uso, pareciera llevarnos a
la pregunta sobre si Internet es una tecnología ‘buena’ o ‘mala’. Es un tema que
interesa a muchos y además, es muy controvertido. Como ya hemos acordado
evitar opinar ‘a boca de jarro’, a las opiniones que ya tenemos cada uno de
nosotros, vamos a tratar de alimentarlas con la lectura y los intercambios de
algunos textos…”.
Les propone leer un texto de José Saramago; para eso les
comenta a los niños alguna información relevante acerca del autor, que
es un escritor portugués nacido en 1922, que ha escrito la mayor parte de
su obra en su lengua nativa; que ha recibido el Premio Nobel de Literatura
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en 1998; que ha escrito literatura pero también ensayos filosóficos; que ha
sido un intelectual muy comprometido con los problemas y con los debates
políticos y sociales de su tiempo; que ha fallecido recientemente, y otros
comentarios informativos que considera pertinentes para despertar el
interés de los niños y pueda disponer favorablemente su lectura.3.
Para completar la contextualización de la lectura, les comparte
también de dónde extrajo el texto y su fuente: comenta que lo tomó de
una página de Internet4 y que el autor lo escribió para el diario francés Le
monde diplomatique en el año 2000.
Luego anticipa a los niños el tema central del artículo y motivos
de su selección: informa que Saramago se refiere en su texto a las
tecnologías de la comunicación, específicamente sobre Internet y que lo
seleccionó porque pensó que podía ser importante para ellos saber algo de
este autor, conocer su postura acerca de estas tecnologías y leer algún
texto del escritor cuya vida abarcó parte de los siglos XX y XXI:
“Es un artículo de opinión, lleva su nombre, lo escribió a pedido de esta publicación
francesa. Que el texto sea un artículo de opinión, que ése sea su género, ¿nos dice
algo acerca de lo que va a decir en él sobre las tecnologías de la información y
sobre cómo lo va a decir?”
La explicitación del género es importante. En la nota de opinión,
como en un ensayo, predomina la secuencia argumentativa y esto
demandará ciertas prácticas de lectura, escritura y oralidad, que son objeto
de enseñanza del docente. Estos textos se estructuran a partir de la postura
3 Quizás interese también al docente leer a sus alumnos fragmentos del discurso de Saramago al recibir el Premio Nobel, en el que se refirió a sus abuelos, a la pobreza y dignidad con la que vivían y como un homenaje a ellos recibió la distinción. El discurso está disponible e Internet: Saramago, José. De cómo los personajes se convirtieron en maestros y el autor en su aprendiz [Discurso de aceptación del Premio Nobel 1998.]. http://www.ciudadseva.com/textos/otros/saranobe.htm (sitio consultado en diciembre de 2011) 4 Saramago, José “¿Para qué sirve la comunicación?” en, Le monde diplomatique. Trad. Carol Abousleiman. Francia, Marzo de 2000. (Ver el texto al final del Anexo). http://www.insumisos.com/diplo/NODE/2188.HTM (sitio consultado en diciembre de 2011)
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que el autor adopta con respecto a un tema controvertido. Para acercar al
interlocutor la idea de que su postura o tesis es la más adecuada, se
despliegan una serie de argumentos o razones que funcionan como “pilares”
que la sostienen. Además se busca demostrar que la postura de los otros
enunciadores –cuyas voces se hacen entrar al texto de modo más o menos
explícito- no es válida para resolver el problema (contraargumento).
El docente lee en voz alta el texto completo y sin interrupciones. Los
niños pueden seguir la lectura con una copia del texto en sus manos.
Al finalizar la lectura, el docente escucha algunas primeras
apreciaciones y comentarios y luego abre un espacio de intercambio.
“Algunos dicen que Saramago piensa que la tecnología no es buena ni mala, que
depende del uso que se haga de ella y ustedes están diciendo que el autor está en
contra de la tecnología. ¿Por qué piensan eso?, ¿cómo está dicho eso en el texto?,
¿de dónde se desprende que el autor está en contra de la tecnología?...
Con sus intervenciones el docente busca también que los niños se
acerquen a la idea de controversia, de problema a discutir, objeto
propio de la secuencia argumentativa y sobre el cual el autor fijará una
postura:
“Fíjense, algo sobre lo que tantos piensan que es una tecnología de la que sólo se
desprenden beneficios, a partir de lo que nos hace pensar este artículo, se nos
muestra ahora con otros interrogantes, un asunto “problematizado”; comprobamos
que no todas las personas que usan o consumen tecnología observan sólo aspectos
buenos, que todos son beneficios para las personas… Leamos la frase final del
texto: ‘como si de repente la comunicación hubiese devenido un asunto de
ángeles’. ¿Para Saramago la comunicación con las nuevas tecnologías es ‘un asunto
de ángeles’?...”
Puede ocurrir que los niños hayan identificado en el texto la siguiente
afirmación, puesto que es explícita. Entonces, el docente la escribirá en el
pizarrón: “Internet es una tecnología que no es en sí buena ni mala. Sólo el
uso que de ella se haga nos guiará para juzgarla”.
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“Esta afirmación del autor nos hace pensar en que otros sí se han inclinado a
pensar en que es buena o que es mala y que como respuesta a eso, Saramago
escribe estas palabras, es decir, fíjense cómo el autor pareciera que está
discutiendo con otros, que está aludiendo a lo que otros han dicho en otros textos.”
Esta intervención tiene el propósito de introducir a los niños en la
polifonía propia de este tipo de textos, en los que de forma más o
menos explícita el autor alude a otras voces a las que hace entrar en
su texto.
���� 2°Momento: Relectura en parejas planteando algunos
problemas que profundicen el intercambio
El maestro propone a los niños que relean el texto en parejas, tratando de
buscar qué usos y riesgos advierte o comenta Saramago acerca de
la tecnología; les sugiere que utilicen la escritura como apoyo para
entender un poco más el texto, tomando apuntes y otras notas. Será
importante que les diga que no tienen por qué entender todo sino la
idea más general del autor sobre las tecnologías de la comunicación; que
posteriormente lo conversarán en el espacio de intercambio y profundizarán
la lectura del texto para tratar de entenderlo lo mejor posible.
Posteriormente, el docente invita a los chicos a relevar
colectivamente con apoyos de sus apuntes, los usos de la tecnología de la
comunicación y los efectos o riesgos mencionados por el autor; a medida
que surjan los aportes de los niños, los irá registrando en el pizarrón,
ofreciendo a su vez, un posible modelo de organización de notas. Los puede
orientar con intervenciones como “Vieron donde se refiere al abonado de los
quinientos canales de televisión? Releamos ese fragmento… ¿qué piensan ustedes,
qué dice Saramago sobre ese uso de la tecnología?...”. O “¿Vieron el párrafo en el
que se refiere a cómo la televisión mostró un accidente en el Tour de Francia?, ¿por
qué les parece que Saramago incorpora este caso a su texto, qué sumaría a lo que
está queriendo decir sobre los usos de la tecnología?”
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Como se trata de un texto argumentativo, no será absolutamente
necesario seguir un determinado orden en el comentario de las ideas, ya
que la postura del autor y los argumentos se construirán en un ir y
venir sobre el texto.
El maestro interviene con el propósito de que los niños puedan
identificar la idea central de la argumentación, la postura o tesis acerca
del tema. Interviene también para ayudarlos a distinguir con qué
argumentos el autor sostiene la idea que busca instalar en su texto acerca
de la tecnología. Se trata de hacer más observable las razones que se
despliegan para convencer al lector que esa es la postura más acertada.
Esas ideas, en ocasiones, son escritas como “razonamientos”, como
argumentos lógico-racionales; pero también los argumentos pueden
leerse a través de ejemplos, de narraciones y de citas de autoridad.
Será interesante reflexionar con los niños los usos de estas distintas clases
de argumentos para sostener una posición, es decir, el docente focalizará
la atención en los distintos modos de organizar con el lenguaje las
argumentaciones de la postura a defender:
“¿Qué les parece que aportan al texto esos ejemplos, para qué le están sirviendo al
autor, qué finalidad tienen?... ¿Vieron cuando cita lo que dijo/lo que escribió…. Con
qué finalidad estará incluyendo el pensamiento de Goya…?”
De este modo, el docente procura que los niños se vayan acercando a
las distintas formas de argumentar. Es importante que el maestro
acompañe con sus intervenciones en estas situaciones en las que se
involucran prácticas del lenguaje centradas en la lectura que son necesarias
en la formación de los alumnos como lectores, que contribuirán en las
posibilidades de los niños de desempeñarse en el debate oral y,
fundamentalmente, en la formación de los alumnos como ciudadanos.
La “deconstrucción” de los textos– en las situaciones de lectura-,
la producción de argumentaciones escritas y la participación en
debates orales, sin duda colaborarán en la formación de un ciudadano
que ejerza su derecho a opinar, reclamar, disentir, defender o procurar
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cambiar determinada situación con la palabra, sostener su punto de vista
ante otros, convencerlos de que su posición es la legítima. Se aspira a que
estas prácticas del lenguaje ejercidas y pensadas en la escuela formen a los
niños como ciudadanos habilitados para ejercer esos derechos.
Si bien el debate será oral -producto final de este proyecto-, para los
niños construir las ideas de "postura", "argumento", "contraargumento" y
los recursos del lenguaje que pueden ser utilizados para expresarlos, no es
sencillo; por lo que la secuencia deberá detenerse más en esta aspecto:
trabajar con los niños en variadas situaciones de lectura, con textos
concretos y de circulación social, fuentes reales de la cultura escrita que
contribuyan a "armar" progresiva y recursivamente las posibilidades de los
alumnos de formular oralmente en el discurso propio e identificar en el de
los otros, posicionamientos ante un tema controvertido y su
argumentación.
���� 3° Momento: Reflexión sobre algunos recursos
argumentativos
En esta instancia el docente planifica situaciones que contribuyen en el
proceso de interpretación de los textos5 con el fin de volver visibles y
reflexionar sobre algunos contenidos discursivos, gramaticales o
lingüísticos puestos en uso, y los propone para la reflexión de
manera descontextualizada, es decir, destina un tiempo especialmente
dedicado a retomar esos contenidos.
Por ejemplo:
El docente puede orientar sus intervenciones para hacer observable a los
chicos cómo se introduce la palabra del otro para dar mayor sustento a
las afirmaciones o especulaciones. En efecto todo texto evoca otros
textos. La inclusión de otro locutor en el propio discurso del autor
reproduciendo sus palabras, da mayor objetividad a lo dicho:
5 También puede retomarlo durante la preparación de argumentos en el debate.
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“¿Notaron que en un párrafo se cita a Goya? ¿Quién es Goya? Yo les traje un libro
con reproducciones de sus pinturas para que vean las más famosas.
El docente releerá la cita y tratará de reflexionar con los chicos qué función
cumple en el texto:
“Releo el fragmento de la cita: ‘Un gran filósofo español del
siglo XIX, Francisco de Goya más conocido como pintor,
escribió un día <El sueño de la razón engendra
monstruos>’. ¿Qué está haciendo aquí Saramago? Trae a
su propio texto algo que dijo otra persona, muy
importante, el famoso pintor Goya. ¿Por qué les parece que
lo hizo?, ¿para qué introdujo Saramago la cita de Goya?
Seguramente un escritor tan talentoso como Saramago
podría haber escrito una idea semejante a esa, ¿por qué
piensan que eligió iniciar su texto citando a Francisco de
Goya?, ¿cómo podemos relacionar esa frase de Goya con lo
que plantea el texto?”
Intervenciones como éstas tienen el propósito didáctico de
proporcionar progresivamente a los niños claves de lectura que les
permitan, en distintas situaciones didácticas, desandar textos que
sostengan posturas personales sobre temas controvertidos y se argumenten
a través de estrategias discursivas variadas, como pueden ser las citas.
Seguramente las prácticas de lectura comprometidas en estas
situaciones didácticas contribuirán a fortalecer el debate oral: los niños
Una cita estratégicamente ubicada en el texto
puede ser en sí misma un argumento.
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podrán decidir la introducción de la palabra del otro para fortalecer la
defensa de sus posturas, ya sea como:
• cita de autoridad, aquella en la que se menciona lo dicho por
alguien importante en determinado campo y que respalda la posición
que se defiende en el artículo;
• cita refutativa, aquella que presenta una idea contraria a la que se
sostiene, para luego rebatirla o
• cita de alguien que no es una autoridad pero que también ayuda
a reforzar los conceptos que se despliegan en el texto, por ejemplo,
el testimonio de un testigo.
El docente puede también intervenir para notar que hay otras formas
de incluir la palabra de otro haciendo referencias encubiertas a otros
textos que “no parecen citas”. Si bien el texto de Saramago está escrito en
gran parte en primera persona del plural donde se incluye la voz del autor y
por lo tanto se implica en él mismo (por ejemplo; “Poco a poco, nos
sentimos atrapados por la realidad virtual”), el docente puede también
hacer reconocible para los niños la presencia de otras voces en el texto
usando expresiones impersonales, de las que dan cuenta los pronombres
y desinencias verbales:
“Releamos el siguiente fragmento: ‘Se nos dice que gracias a las nuevas
tecnologías, en lo sucesivo alcanzamos las orillas de la comunicación total. La
expresión es engañosa, permite creer que la totalidad de los seres humanos del
planeta puede ahora comunicarse. Lamentablemente, no es cierto’. ¿A quiénes se
refiere con ‘se nos dice’? ¿Por qué Saramago adopta esta forma impersonal?
Las citas presentes en un texto retoman el carácter polifónico de
muchos textos argumentativos. El docente explica a los niños que es
muy importante leer cómo se introducen esas voces y qué dice el autor
después de las mismas:
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“Saramago está de acuerdo con esta idea?... si no está de acuerdo, ¿con qué
finalidad les parece a ustedes que la introdujo en su texto…?
Hemos dicho también que los argumentos se defienden con
ejemplos, es decir, con expresiones que se utilizan para introducir una
prueba o aclaración, o para ilustrar o autorizar lo antes dicho. El docente
puede reflexionar con los niños sobre este recurso argumentativo:
“En el texto Saramago mencionan un ejemplo: ‘A fines del siglo XIX, cuando el
ferrocarril se impuso como un beneficio en materia de comunicación, algunos
espíritus apesadumbrados no dudaron en afirmar que esta máquina era terrorífica y
que en los túneles la gente moriría asfixiada. Sostenían que a una velocidad
superior a 50 kilómetros por hora la sangre saltaría por la nariz y las orejas y que
los viajeros morirían en medio de horribles convulsiones. Son los apocalípticos, los
pesimistas profesionales. Dudan siempre de los progresos de la razón, que según
estos oscurantistas, no puede producir nada bueno. A pesar de que se equivocan
en lo esencial, debemos admitir que los progresos suelen ser buenos y malos. Al
mismo tiempo’. ¿Por qué el autor recurre a este ejemplo?, ¿Cuál es su finalidad?”.
Los alumnos del Segundo Ciclo pueden apropiarse sin dificultad de
estas formas de utilizar el lenguaje para argumentar el discurso (citas,
ejemplos, narraciones…) como estrategia para defender una postura.
Iniciada la secuencia concreta del debate oral, el docente podrá
intervenir en los distintos grupos ayudando a los niños a pensar qué citas,
qué ejemplos, qué razonamientos –entre los materiales de lectura que se
han utilizado para preparar el debate- se podrían utilizar. También puede
intervenir ayudándolos a anticiparse de los argumentos disponibles que
esgrimirán posiblemente los otros grupos (puesto que ha habido lecturas
compartidas) y en ese caso los invita a pensar contraargumentos para
desbaratar sus razonamientos.
El docente podrá decidir, en esta o en otra situación de lectura,
avanzar con los niños en el análisis de algunos recursos argumentativos
que permitirán reforzar los argumentos:
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• comparaciones (“¿En qué sentido esta tecnología puede compararse
con una pesadilla y con un monstruo?”),
• analogías (“Cuando Saramago nos da el ejemplo del ferrocarril, lo
escribe como una manera de comparar, más compleja que la
comparación anterior: es como si dijera que así como aquellas
personas de fines del siglo XIX se alarmaron ante la irrupción del
ferrocarril, en la actualidad también hay personas alarmadas y
pesimistas ante el avance de las tecnologías de la comunicación”);
• imágenes (“…la pesadilla anunciada por la ciencia ficción: cada uno
encerrado en su departamento, aislado de todos y de todo, en la
soledad más terrible, pero conectado a Internet…”);
• ironías (“como si de repente la comunicación hubiese devenido un
asunto de ángeles”);
• preguntas retóricas (“¿Cuál es la ética de los raiders y de los
golden boys que especulan en la Bolsa sirviéndose de las tecnologías
de la comunicación para arruinar a los Estados o quebrar cientos de
empresas en el mundo?”), entre otros, cuya apropiación reforzarán
las posibilidades de los niños de sostener sus posturas para
convencer.
���� 4° Momento: construcción colectiva de la tesis del autor
El propósito de este momento consiste en discutir con los niños cuál es la
tesis o postura del autor, escribir versiones de la misma hasta arribar a la
escritura definitiva.
Para ello, luego de las situaciones de reflexión sobre aspectos
discursivos y lingüísticos, el docente puede volver a retomar la idea del
refrán popular para pensar con los chicos que Saramago no opina “a boca
de jarro”:
“Ustedes piensan que el autor opina ‘a boca de jarro’?, ¿por qué no?, ¿cómo
sostiene lo que dice?, ¿cuáles son las razones o fundamentos que sostienen su
postura?...”.
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Para profundizar sobre esta idea, la escritura puede resultar una
ayuda de gran importancia. Para ello, el docente propone un trabajo en
pequeños grupos y plantea a los niños tomar apuntes de las razones que
esgrime Saramago en su texto para defender su postura. En una puesta en
común, se comentan colectivamente los apuntes de todos los grupos y a la
luz de lo comprendido por los niños, el docente releerá fragmentos,
explicará, repondrá lo que haga falta para comprender aún más el texto,
solicitándoles que vuelvan a sus escritos y los revisen para aclarar alguna
idea o para completar el listado de razones.
“Cuando los alumnos están profundizando en los temas y van
obteniendo información en las diferentes fuentes orales o escritas
(diarios, enciclopedias, entrevistas, observaciones, videos, visitas, etc.),
la escritura se convierte en un apoyo insustituible. Los niños realizan
constantemente escritos de trabajo que los acompañan en el desarrollo
de las prácticas de estudio: anotan para conservar la información y
poder recuperarla en el momento necesario; para organizar los datos y
reflexionar acerca de ellos; para dejar constancia de lo que saben o
entienden del tema hasta ese momento, etcétera”. (Diseño Curricular
para la Educación Primaria. Primer Ciclo. Prácticas del lenguaje. Página
119).
En el devenir de esta construcción colectiva de la comprensión
del texto, seguramente los alumnos avanzarán más en la identificación de
la tesis o postura del autor: el docente recogerá que los niños dicen que
Saramago piensa que hay mucha información, mucho acceso a la
comunicación, pero que esto trae de la mano los riesgos de la
deshumanización, el aislamiento, la manipulación de los otros, el aumento
de las desigualdades. Estas ideas son factibles de ser comprendidas por los
niños en una situación de lectura acompañada por el maestro porque son
suficientemente explícitas hacia el final del texto. Seguramente los chicos
descubrirán que una síntesis de las mismas se encuentra en el copete y en
letra negrita:
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“Las nuevas tecnologías de la comunicación multiplican de manera
exponencial la masa de información disponibles. (…) todo esto dibuja
un mundo sobre el que sobrevuelan subestimadas amenazas de
deshumanización y manipulación.”
El docente podrá detenerse en el intercambio en cada uno de estos
sustantivos: “deshumanización”, “manipulación” e invitar a los niños a
releer en el texto cómo Saramago desarrolla estos conceptos en relación
con las tecnologías de la comunicación y de la información; puede incluso
solicitarles ejemplos de situaciones en las que se manifiesten estos riesgos,
efectos no deseados de la tecnología. Seguramente los alumnos se habrán
percatado de la siguiente imagen y serán sensibles ante ella:
“Vemos concretarse el escenario de la pesadilla anunciada por la ciencia
ficción: cada uno encerrado en su departamento, aislado de todos y de
todo, en la soledad más horrible, pero conectado a Internet y en
comunicación con todo el planeta”.
En el intercambio, puede ocurrir que los niños comenten situaciones
cercanas a ellos en relación con esta imagen. Sería muy interesante que el
docente retomara la idea de la “pesadilla anunciada por la ciencia ficción” y
lo relacione con algunos cuentos de ciencia ficción que planteen lo mismo y
que hayan leído en otra oportunidad.
El docente puede avanzar entonces en la construcción colectiva de
la tesis o la postura del autor:
“Ahora podemos completar o ‘redondear’ un poco más sobre cuál es la postura del
autor acerca de las tecnologías de la comunicación. Vemos cómo en estos textos no
tenemos que esperar que esté escrita en uno o dos renglones fáciles de localizar, el
pensamiento del autor se va desarrollando en la totalidad del texto, de modo que
somos los lectores quienes tenemos que pensar qué es lo que piensa, en este caso
Saramago, yendo una y otra vez sobre el texto”.
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El maestro interviene coordinando los aportes de los niños y
simultáneamente escribe en el pizarrón el enunciado de la tesis o
postura del autor resultante:
Por supuesto, el enunciado de esta postura puede tener variantes,
matices en el modo de expresarse. Será importante que la formulación de
esa postura se reescriba en dos o tres versiones, a medida que el grupo de
alumnos pueda ir dándole más coherencia al enunciado.
Para retomar la reflexión y sistematizar la relación entre postura y
argumentos, el docente propone completar el siguiente esquema:
Tema de la controversia
El autor sostiene que……………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………………………………………………
porque…………………………………………………………………………………………………..(argumento 1)
porque……………………………………………………………………………………………………(argumento 2)
porque…………………………………………………………………………………………………..(argumento 3)
Polémica con otros enunciadores
Otros autores sostienen que………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………………………………………
Sin embargo,………………………………………………………………………(contraargumento 1, 2...)
Para ello, primero solicita un trabajo individual o en parejas en sus
respectivas carpetas y luego en una puesta en común el docente arma un
cuadro colectivo en el pizarrón con los aportes de todos.
Saramago piensa que Internet es una tecnología que no es buena ni mala, que
depende del uso que se haga de ella. El acceso a la información y las
posibilidades de comunicación que permite es lo bueno, pero existen también
los riesgos de deshumanización, manipulación y aumento de las desigualdades.
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� � � �¿Para qué sirve la comunicación? � � �¿Para qué sirve la comunicación? � �¿Para qué sirve la comunicación?
¿Para qué sirve la comunicación? Las nuevas tecnologías de la comunicación multiplican de manera exponencial la masa de informaciones disponibles. Esto es fascinante e inquietante a la vez. Fascinante porque de ahora en más existen, al alcance de la mano, transformaciones muy positivas en materia de educación y de formación. Inquietante, porque todo esto dibuja un mundo sobre el que sobrevuelan subestimadas amenazas de deshumanización y manipulación.
Un gran filósofo español del siglo XIX, Francisco de Goya, más conocido como pintor, escribió un día: "El sueño de la razón engendra monstruos". En el momento en que explotan las tecnologías de la comunicación, podemos preguntarnos si no están engendrando ante nuestros ojos monstruos de un nuevo tipo. Por cierto, estas nuevas tecnologías son ellas mismas fruto de la reflexión, de la razón. Pero ¿se trata de una razón despierta? ¿En el verdadero sentido de la palabra "despierta", es decir atenta, vigilante, crítica, obstinadamente crítica? ¿O de una razón somnolienta, adormecida, que en el momento de inventar, de crear, de imaginar, se descarrila y crea, imagina efectivamente monstruos?
A fines del siglo XIX, cuando el ferrocarril se impuso como un beneficio en materia de comunicación, algunos espíritus apesadumbrados no dudaron en afirmar que esta máquina era terrorífica y que en los túneles la gente moriría asfixiada. Sostenían que a una velocidad superior a 50 kilómetros por hora la sangre saltaría por la nariz y las orejas y que los viajeros morirían en medio de horribles convulsiones. Son los apocalípticos, los pesimistas profesionales. Dudan siempre de los progresos de la razón, que según estos oscurantistas, no puede producir nada bueno. A pesar de que se equivocan en lo esencial, debemos admitir que los progresos suelen ser buenos y malos. Al mismo tiempo.
Internet es una tecnología que en sí no es ni buena ni mala. Sólo el uso que de ella se haga nos guiará para juzgarla. Y por esto es que la razón, hoy más que nunca, no puede dormirse. Si una persona recibiera en su casa, cada día, quinientos periódicos del mundo entero y si esto se supiera, probablemente diríamos que está loca. Y sería cierto. Porque, ¿quién, sino un loco, puede proponerse leer quinientos periódicos por día? Algunos olvidan esta evidencia cuando bullen de satisfacción al anunciarnos que de ahora en más gracias a la revolución digital, podemos recibir quinientos canales de televisión. El feliz abonado a los quinientos canales será inevitablemente presa de una impaciencia febril, que ninguna imagen podrá saciar. Se perderá sin límite de tiempo en el
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laberinto vertiginoso de un zapping permanente. Consumirá imágenes, pero no se informará.
Se dice a veces que una imagen vale más que mil palabras. Es falso. Las imágenes necesitan muy a menudo de un texto explicativo. Aunque más no sea para hacernos reflexionar sobre el sentido mismo de algunas imágenes, de las cuales la televisión se nutre hasta el paroxismo. Esto pudo constatarse hace unos años, por ejemplo, durante la última etapa del Tour de Francia, cuando en el sprint final de los Campos Eliseos asistimos en directo a la espectacular caída de Abdujaparov. Vimos esta escena como hubiéramos visto, en una calle, una persona embestida por un auto. Con la diferencia de que el auto hubiera embestido a la persona solo una vez. En la televisión, pudimos ver y volver a ver treinta veces la caída accidental de Abdujaparov. Gracias a las miles de nuevas posibilidades de la técnica: con zoom, sin zoom, en picada, en contrapicada, bajo un ángulo, bajo el ángulo opuesto, en travelling, de frente, de perfil… Y también, interminablemente, en cámara lenta.
Con cada repetición, aprendíamos más sobre las circunstancias de la caída. Pero, cada vez, nuestra sensibilidad se mitigaba un poco más. Poco a poco, volvíamos a ver esta caída con la distancia de un cinéfilo que diseca una secuencia de una película de acción. Las repeticiones habían terminado matando nuestra emoción.
Se nos dice que gracias a las nuevas tecnologías, en lo sucesivo alcanzamos las orillas de la comunicación total. La expresión es engañosa, permite creer que la totalidad de los seres humanos del planeta puede ahora comunicarse. Lamentablemente, no es cierto. Apenas el 3% de la población del globo tiene acceso a una computadora; y los que utilizan Internet son aún menos numerosos. La inmensa mayoría de nuestros hermanos humanos ignora incluso la existencia de estas nuevas tecnologías. Hasta ahora no disponen todavía de las conquistas elementales de la vieja revolución industrial: agua potable, electricidad, escuela, hospital, rutas, ferrocarril, heladera, auto, etc. Si no se hace nada, la actual revolución de la información los ignorará de la misma manera.
La información nos vuelve más eruditos o sabios solo si nos acerca a los hombres. Pero con la posibilidad de acceder de lejos a todos los documentos que necesitamos, el riesgo de deshumanización aumenta. Y de ignorancia.
De ahora en más, la llave de la cultura no reside en la experiencia y el saber, sino en la aptitud para buscar información a través de los múltiples canales y depósitos que ofrece Internet. Se puede ignorar al mundo, no saber en qué universo social, económico y político se vive, y disponer de toda la información posible. La comunicación deja así de ser una forma de comunión. ¿Cómo no lamentar el fin de la comunicación real, directa, de persona a persona?
Con obsesión, vemos concretarse el escenario de pesadilla anunciado por la ciencia ficción: cada uno encerrado en su departamento, aislado
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de todos y de todo, en la soledad más horrible, pero conectado a Internet y en comunicación con todo el planeta. El fin del mundo material, de la experiencia, del contacto concreto, carnal… La disolución de los cuerpos.
Poco a poco, nos sentimos atrapados por la realidad virtual. A pesar de lo que se pretende, es vieja como el mundo, como nuestros sueños. Y nuestros sueños nos han conducido a universos virtuales extraordinarios, fascinantes, a continentes nuevos, desconocidos, donde hemos vivido experiencias excepcionales, aventuras, amores, peligros. Y a veces también pesadillas. Contra los cuales nos previno Goya. Sin que esto signifique que haya que contener la imaginación, la creación y la invención. Porque esto se paga siempre muy caro.
Es más bien una cuestión de ética. ¿Cuál es la ética de los que como Bill Gates y Microsoft, quieren ganar la batalla de las nuevas tecnologías a toda costa, para sacar el máximo provecho personal? ¿Cuál es la ética de los raiders y de los golden boys que especulan en la Bolsa sirviéndose de los avances de las tecnologías de la comunicación para arruinar a los Estados o quebrar cientos de empresas en el mundo? ¿Cuál es la ética de los generales del Pentágono, que aprovechando los progresos de las imágenes programan con más eficacia sus misiles Tomahawk para sembrar la muerte?
Impresionados, intimidados por el discurso modernista y tecnicista, la mayoría de los ciudadanos capitulan. Aceptan adaptarse al nuevo mundo que se nos anuncia como inevitable. Ya no hacen nada para oponerse. Son pasivos, inertes, hasta cómplices. Dan la impresión de haber renunciado. Renunciado a sus derechos y a sus deberes. En particular, su deber de protestar, de sublevarse, de rebelarse. Como si la explotación hubiera desaparecido y la manipulación de los espíritus hubiera sido desterrada. Como si el mundo fuera gobernado por necios y como si de repente la comunicación hubiese devenido un asunto de ángeles.
Ficha documental
Autor/es José Saramago
Publicado en Edic ión Cono Sur
Número de edición Número 9 - Marzo 2000
Páginas: 37
Traducción Carol Abous le iman
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