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1 Alopecia y ovarios: un parentesco singular Aurora Guerra Cuando, cursando la asignatura de Ginecología de la licenciatura de medicina, me explicaron el síndrome de Stein y Leventhal (Stein, IF, Leventhal, NL. Amenorrhea associated with bilateral polycystic ovaries. Am J Obstet Gynecol 1935; 29:181), quedé convencida de que era un proceso que nunca me interesaría demasiado.

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Alopecia y ovarios: un parentesco singular

Aurora Guerra

Cuando, cursando la asignatura de Ginecología de la licenciatura de medicina, me

explicaron el síndrome de Stein y Leventhal (Stein, IF, Leventhal, NL. Amenorrhea

associated with bilateral polycystic ovaries. Am J Obstet Gynecol 1935; 29:181), quedé

convencida de que era un proceso que nunca me interesaría demasiado.

 

 

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Iba a ser dermatóloga, y el ovario y sucedáneos, quedaban realmente lejos de mis

objetivos.

Pero nada más lejos de la realidad.

En la actualidad, casi cada día, diagnostico o trato a pacientes con el síndrome del

ovario poliquístico, así llamado ahora, cuando casi hemos olvidado a quienes lo

describieron. Son un buen número de mujeres – alrededor del 10% de las que se

encuentran en edad fértil- que acuden preocupadas porque… ¡se les cae el pelo!

El síndrome de ovario poliquístico es un conjunto de síntomas y signos que configuran

un cuadro clínico de disfunción ovárica junto a alteraciones cutáneas, tales como la

alopecia, el hirsutismo, el acné o la seborrea.

Visto desde el otro lado, desde el de los dermatólogos, podríamos decir que son mujeres

con un síndrome SAHA (Seborrea, Acné, Hirsutismo, Alopecia, uno o varios de estos

signos), junto a una disfunción ovárica.

El síndrome de ovario poliquístico es la causa más común de infertilidad femenina y

posee importantes implicaciones, ya que las afectadas, tienen mayor riesgo a largo

plazo de desarrollar síndrome metabólico, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2,

enfermedad cardiovascular y carcinoma endometrial.

Por eso, cuando una adolescente acude a mi porque tiene alopecia, tengo muy en

cuenta aquella clase del síndrome de ovario poliquístico y las investigaciones sucesivas

sobre el tema, porque si puedo diagnosticar pronto su proceso, y corregirlo, mejorará su

alopecia y podré disminuir la incidencia y severidad de los riesgos acompañantes.

Es importante reseñar que se trata de un síndrome, no de una enfermedad, que refleja

múltiples etiologías, y tiene por tanto, muy variables presentaciones clínicas. Cuando el

síndrome se expresa de forma completa (ciclos menstruales irregulares e incremento de

andrógenos con sus correspondientes manifestaciones cutáneas), el diagnostico es

sencillo. Pero la mayoría de los casos no presentan todas las características definitorias.

Como ejemplo, las pacientes frecuentemente presentan androgenización clínica sin

síntomas de anovulación, o tienen irregularidades menstruales con escasa

androgenización clínica, y muchas no tienen ovarios poliquísticos.

 

 

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El dermatólogo – el médico en general- debe considerar la existencia de síndrome del

ovario poliquístico en todas las mujeres que presenten alguno de los signos de

androgenización, y buscar activamente los datos que puedan confirmar o descartar su

diagnóstico.