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Alejandro Guevara Arroyo Las religiones a juicio y Bertrand Russell de fiscal" In all things I have made the vow tofollow reason BERTRAND RUSSELL I (1989, 47) Porque yo, no sólo ahora sino en todo tiempo, estoy dispuesto a obedecer, no a nadie de los nuestros, sino a la razón [...} que se me presente como la mejor SÓCRATES (1977, 46b) ¿Por qué la verdad habría de ser agradable? ¿Qué razón tenemos para creer que nuestros deseos son una clave de la realidad? la única respuesta racional es: ninguna en absoluto BERTRAND RUSSELL (1992,313) Quien en la {actividad intelectual} esté dispuesto a sacrificar las reglas de juego {del criticismo} porque sus convicciones preferidas se ven amenazadas de muerte, voluntariamente se separa de la empresa, aunque esté anclado institucionalmente en ella HANS ALBERT (1971, 167) Resumen: Se presentarán varias tesis con- temporáneas a favor de Laexistencia divina y de los dogmas cristianos, analizadas por Bertrand RusseLl. En adición, se revisará criticamente la idoneidad de ambas posiciones, mediante Los argumentos del propio RusseLl, de la filosofía analítica, de lafilosofía del racionalismo crítico y de la ciencia. Finalmente, se presentará la acti- tud de libre pensador defendida por Russell y su importancia en el pensamiento filosófico. Palabras claves: Bertrand Russell. Religión. Crítica a la religión. Ciencia y religión. Misticis- mo. Racionalismo crítico. Abstract: Exposi tionofseveral contemporary theses in favor of the divine existence and of the Christian dogmas. In addition, the suitability of both positions will be checked critically, by means of arguments of Russell himself, of the analytic philosophy, of the critical rationalism philosophy and of the science. Finally, one will present the attitude of the free thinker, defended by Russell and its importance in philosophical reflection. Key words: Bertrand Russell. Religion. Critique of the religion. Science and religion. Mysticism. Critical rationalism. A) ¿Por qué criticar el pensamiento religioso? ¿Por qué presentar las tesis de Russell sobre este tema? 1. La respuesta más sencilla y apurada es: por- que este es un coloquio sobre el pensamiento de Bertrand Russell y la crítica al pensa- miento religioso? forma parte de su obra. Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIX (126),75-87, Enero-Abril 2011 / ¡SS : 0034-8252

Alejandro Guevara Arroyo. Las religiones a juicio y Bertrand Russell

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Alejandro Guevara Arroyo

Las religiones a juicio y Bertrand Russell de fiscal"

In all things I have made the vow to follow reasonBERTRAND RUSSELL I (1989, 47)

Porque yo, no sólo ahora sino en todo tiempo, estoy dispuesto a obedecer,no a nadie de los nuestros, sino a la razón [...} que se me presente como la mejor

SÓCRATES (1977, 46b)

¿Por qué la verdad habría de ser agradable? ¿Qué razón tenemos para creerque nuestros deseos son una clave de la realidad? la única respuesta

racional es: ninguna en absolutoBERTRAND RUSSELL (1992,313)

Quien en la {actividad intelectual} esté dispuestoa sacrificar las reglas de juego {del criticismo} porque sus

convicciones preferidas se ven amenazadas de muerte,voluntariamente se separa de la empresa,

aunque esté anclado institucionalmente en ellaHANS ALBERT (1971, 167)

Resumen: Se presentarán varias tesis con-temporáneas a favor de La existencia divina y delos dogmas cristianos, analizadas por BertrandRusseLl. En adición, se revisará criticamente laidoneidad de ambas posiciones, mediante Losargumentos del propio RusseLl, de la filosofíaanalítica, de lafilosofía del racionalismo críticoy de la ciencia. Finalmente, se presentará la acti-tud de libre pensador defendida por Russell y suimportancia en el pensamiento filosófico.

Palabras claves: Bertrand Russell. Religión.Crítica a la religión. Ciencia y religión. Misticis-mo. Racionalismo crítico.

Abstract: Exposi tionofseveral contemporarytheses in favor of the divine existence and of theChristian dogmas. In addition, the suitabilityof both positions will be checked critically, bymeans of arguments of Russell himself, of the

analytic philosophy, of the critical rationalismphilosophy and of the science. Finally, one willpresent the attitude of the free thinker, defendedby Russell and its importance in philosophicalreflection.

Key words: Bertrand Russell. Religion.Critique of the religion. Science and religion.Mysticism. Critical rationalism.

A) ¿Por qué criticar el pensamientoreligioso? ¿Por qué presentar las tesis

de Russell sobre este tema?

1. La respuesta más sencilla y apurada es: por-que este es un coloquio sobre el pensamientode Bertrand Russell y la crítica al pensa-miento religioso? forma parte de su obra.

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No obstante, esta es una respuesta muy insa-tisfactoria. Un imaginario contradictor podríaresponder que todo el problema de la religióny su papel en la filosofía y en la ciencia es unacuestión de tiempos pasados. Ya la filosofía desa-rrollada y la ciencia no compiten -como en díaspretéritos- con la teología, con vistas en estable-cer cuál sistema de explicación de la realidad esel verdadero.

En efecto, desde hace más de cuatrocien-tos años, las explicaciones sobre el mundo queparten de sistemas religiosos -i.e. la cosmologíacongruente con la religión cristiana- han perdidobatalla tras batalla frente a las teorías científicasmodernas. Primero, los intelectuales religiososlucharon por mantener una explicación astronó-mica y física acordes con los dogmas cristianos.Empero, ante las poderosas teorías presentadaspor Copérnico, Kepler, Galileo, Descartes y

ewton, este ámbito pronto fue abandonado (nosin antes infligir todo el daño posible sobre laspersonas que defendían las opiniones crítica ).

Luego, se negaron ante los avances de lageología moderna, inicialmente desarrollada porHutton, Playfair y Lyell. La idea clave de estasteorías para explicar los problemas geológicos,fue que la Tierra cambiaba y se formaba median-te variaciones paulatinas'. Estas y otras teoríasque ubicaban el inicio de la Tierra más atrás de4004 antes de Cristo", fueron rechazadas por losreligiosos. No mucho después, este bastión tuvotambién que renunciarse ante sus evidentes debi-lidades explicativas.

Finalmente, los defensores de la religiónintentaron evitar la teoría de Darwin sobre la evo-lución biológica, pues esta tesis -evidentemente-no es acorde con las leyendas religiosas sobre lacreación humana y, asimismo, porque implicabauna situación extremadamente problemática parala creencia en el alma y en el libre albedrío. Comose sabe, aquí tampoco las cosas fueron bien paralas teorías que eran afines con la religión.

En conclusión, -diría nuestro imaginariocontradictor- toda esta problemática es historiapasada. Aún cuando algunos siguen manteniendopor fe tales creencias e ignorando sus palmariasdebilidades, lo cierto del caso es que tales teoríasconformes con la religión han sido mostradasfalsas hace ya tiempo.

11. Los hechos históricos mencionados cier-tamente son verdaderos. No obstante, aúncuando las tradicionales conjeturas descrip-tivas del mundo conformes con la religiónhan cedido ante la crítica, la epistemologíamístico-religiosa que las fundamentaba seha apostado en nuevas comarcas. Desde ahí,una cosmología místico-esencialista mantie-ne dominio, esquivando al pensamiento críti-co. En específico: esto sucede en las cienciassociales, el derecho y en la ética. La crítica atal emplazamiento se abordará más adelante.

111. Por otro lado, hay otra razón para abordarestos temas. En tiempos recientes, los pensa-dores religiosos han pretendido nuevamentedar papel a la divinidad en su sentido tradi-cional y justificar así, los dogmas religiososcristianos. Para lograr esto, se han validode dos maniobras: a. En vez de resistirsefrente al pensamiento científico, las teoríasreligiosas, actualmente, han intentado funda-mentarse y ponerse acordes con algunas delas doctrinas principales de la ciencia. Así,la religión cristiana ha ubicado -en parteal menos- a su divinidad como cimiento delas conjeturas explicativas científicas''. b. Lasegunda táctica ha sido imputar irrelevancia,trivialidad y llana falta de visión profundaa la ciencia y, pronto, a todo el pensamientoque pretenda racionalidad crítica. Vale lapena citar más ampliamente a RusseIl en estacuestión:

Hasta el siglo XIX la teología siguió siendodura, intelectual y definida. Pero en losúltimos cien años, a fin de hacer frente a losataques de la razón atea, ha intentado cadavez más apelar al sentimiento, ha procuradosorprender a los hombres en sus estados deánimo intelectualmente relajados, y así, loque fuera una camisa de fuerza se ha con-vertido en una bata. En nuestra época, sólolos fundamentalistas y algunos teólogoscatólicos más eruditos mantienen la antiguay respetable tradición intelectual. Todos losdemás apologistas religiosos están empeña-dos en embotar el filo de la lógica, apelandoal corazón en lugar de la cabeza y soste-niendo que nuestros sentimientos puedendemostrar la falsedad de una conclusión a la

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que nos ha conducido la razón. Como lordAlfred Tennyson dice notablemente: E igualque un hombre airado, el corazón se irguióy respondió «He sentido». En nuestrodías, el corazón tiene sentimientos acercade los átomos, el sistema respiratorio, el cre-cimiento de los erizos de mar y otro temassimilares, acerca de los cuales, si no fuese porla ciencia, permanecería indiferente (Russell,1992,200).

Ha sobrevenido así, una visión teológicairracionalista.

En la crítica de ambas posiciones, los argu-mentos russellianos tienen un papel cardinal. Aestome referiré de inmediato.

iv. De esta forma, a continuación mostraré dospretendidas pruebas sobre la existencia deDios que dicen partir de teorías cíentíficas"y las refutaré utilizando la batería críticadesarrollada por Bertrand Russell y comple-mentada por tesis de la filosofía analítica,de la ciencia y de la filosofía del raciona-lismo crítico. Luego, me ocuparé del virajeirracionalista.

B) Presentación y crítica de los nuevosargumentos racionales a favor de laexistencia de Dios y de su papel en el

mundo

Así, reconstruyamos racionalmente los argu-mentos que pueden dar razón de dos doctrinassobre la existencia de Dios", como las defendidasen un artículo de opinión publicado en uno delos diarios de mayor difusión en Costa Rica. Elartículo se intitula "Del Big Bang al Dios escon-dido", del profesor Luis Diego Cascante (2009, 3de mayor'.

i) El primer argumento a favor de la existenciade Dios apela en parte a la teoría astrofísicacontemporánea y rescata así las tesis querefieren a la conocida prueba cósmica de laexistencia de Dios. Por un lado, utiliza lateoría del big bang9 y pretende dar solucióna algunas dificultades que han presentado los

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físicos contemporáneos para dar cuenta cabaldel surgimiento del universo. Por el otro lado,refiere a la prueba leibniziana de la existenciade Dios mediante la vía cosmológica (en lapresentación utilizada por el padre Coples-ton 10). A continuación una reconstrucciónracional del argumento en cuestión:a. En el momento to del universo!', toda

la materia, el tiempo y el espacio estu-vieron originalmente condensados enun punto de infinita densidad (tam-bién denominada singularidad). En tiel punto ha explotado y liberado todossus constituyentes, comenzando así eluniverso en sus heteróc1itos cambios ycontinua expansión.

b. El universo en to' es un todo cuya exis-tencia es contingente y no puede deter-minar la razón de sí mismo. La totalidadde las singularidades debe tener unarazón -externa de ella misma- sobre lacual reposar. "La gran explosión indi-ca que el universo no reposa sobre símismo en el sentido de que no se bastaa sí mismo para ser como es" (Cascante,2009, 3 de mayo).

c. Aquello que da razón del universo no eshomogéneo a este. Esto es, no puede sercontingente. Por tanto, solo un ser cuyaexistencia es necesaria solo de sí mismo,puede ser razón de todo el universocontenido en to' La existencia de cuandomenos un ser contingente es condiciónsuficiente de la existencia de un sernecesario. Este ser lo llamamos Dios.

Esta es la vía cósmica!". Sobre ella, Russellseñaló que "es más fácil sentir la convicción deque [el argumento cosmológico] tiene que serfalso que hallar precisamente dónde estriba la fal-sedad" (Russell, 2004, vol. II, 204). Sin embargo,hay dos contra-argumentos que le resta gran partede su legitimidad. Estos son:

l. En primer lugar, si respetamos la forma deinferencia científica, entonces acontece queno existe razón atendible para establecer lacuestión de que el universo tenga una causao si se generó espontáneamente. Esto porque,

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"[i]nferir un creador [del universo] es inferiruna causa [del surgimiento del universo], ylas inferencias causales sólo son admisiblesen la ciencia cuando proceden de leyes cau-sales [probadas]" (Russell, 1992, 212). Noexiste tal ley causal, por lo que es tan ilegíti-mo decir que el universo simplemente surgiócomo decir que fue creado por Dios. Quizáresulte peculiar que sea así, pero la rareza noconstituye un argumento a favor del estable-cimiento de la ley causal requerida.

2. El segundo contra-argumento es devastador:a. La vía cósmica parte de la distinciónclásica entre seres necesarios y seres contin-gentes. b. Empero, el predicar "necesidad" o"contingencia" de un hecho u objeto físicoes una confusión importante. Este error secimienta en lógica tradicional, hoy día enbuena medida caduca. Lo cierto del caso,es que el término "necesario" solo es lógi-camente predicable de cierto tipo de pro-posiciones: las analíticas (i. e. aquellas cuyanegación se refuta a si misma)'>. c. Estable-cido lo anterior, el argumento de la vía cós-mica cae por su base y pierde por completolegitimidad".

ii) La segunda consideración contemporá-nea que pretende utilizar teorías cientí-ficas para probar la existencia de Dios,podemos lIamarla la vía del propósitocósmico-evolutivo. En palabras de Rus-sell, toma la siguiente forma:

La religión en nuestros días se ha acomo-dado a la teoría de la evolución y hasta haderivado nuevos argumentos de ella. Se nosdice que 'a través de las edades corre unafinalidad creciente' y que la evolución es eldespliegue de una idea que ha estado siem-pre en la mente de Dios (Russell, 1994,57).

La doctrina presenta varias formas, perotodas tienen en común la concepción de laevolución [cósmica] como dirigida haciaalgo éticamente valioso que, en algún senti-do, da razón de ser al largo proceso. l...]Ladoctrina presenta tres formas: teista, panteís-

ta y la que podría ser llamada 'emergente'(Russell, 1994, 131).

Aquí solo nos ocuparemos de la primera, quees la más simple y ortodoxa con el cristianismo.El argumento es el siguiente: (a) Las teorías bio-lógicas, geológicas y astronómicas muestran quetodo está en un constante, ordenado y progresivocambio. (b) A partir de tal posición científica yde la constatación de los hechos, podemos verque este cambio progresivo está dirigido al sur-gimiento de lo más elevado: el valor o ideal delBien. (e) Para que exista este progreso ordenado,tal debe ser establecido por alguna entidad -enalgún sentido- consciente y potentísima. (d) Aesta entidad le llamamos Dios. Su obra es creareste mundo y decretar las leyes de la naturalezaque rigen su progreso.

En palabras de un arzobispo de Birmingham,citado por Russell:

[H]a habido, evidentemente, en este vastopanorama, un progreso que ha culminado enla creación del hombre civilizado. ¿Es esteprogreso el resultado de fuerzas ciegas? Meparece fantá tico contestar con un 'sí' a estacuestión ... En efecto, la conclusión naturalque se saca del conocimiento moderno obte-nido por el método científico es que el uni-verso está sujeto a la acción del pensamiento,del pensamiento dirigido por la voluntadhacia fines definidos. Así, la creación delhombre no fue una consecuencia incom-prensible y enteramente improbable de laspropiedades de los protones y los electrones,o, si queréis, de las discontinuidades en elespacio tiempo: fue el resultado de algúnpropósito cósmico. Y los fines hacia los cua-les actuó este propósito deben encontrarseen las cualidades y poderes distintivos delhombre. En efecto las capacidades moralesy espirituales del hombre, en su más altonivel, muestran la naturaleza del propósitocósmico, que es la fuente de su ser (Russell,1994, 132).

En suma, "[l]a fontanalidad divina haría queel universo e té en evolución (en cambio), comoun de suyo dar de sí" (Cascante, 2009, 3 de mayo).

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Esta prueba es aún más débil que la anterior.Su refutación se divide en los siguientes contraargumentos:

1. En primer lugar, supongamos que las premi-sas de las que parte la prueba de la existenciade Dios mediante el propósito cósmico sonaceptables. Pregunta: ¿Qué es lo que hemosprobado? (i) Aparentemente, hemos probadola existencia de un ser especialmente incom-petente y bastante débil. a. Incompetente,pues "[s]i Dios realmente piensa bien de laespecie humana -una hipótesis poco plau-sible según parece- ¿por qué no proceder,como en el Génesis, a crear al hombre deuna vez? ¿Cuál fue la razón del ictiosaurio,el dinosaurio, el diplodoco, el mastodonte yasí sucesivamente?" (Russell, 1994, p. 133).b. Débil, pues -según la tesis analizada- Diosno pudo directamente construir el fin desea-do y, en cambio, tuvo que anteponer tan dila-tado e injustificado prólogo. (ii) En segundolugar, hemos probado una divinidad -en parteal menos- malvada. En efecto, caso contrario¿cómo explicar la maldad humana? y ¿cómoexplicar los fenómenos externos a la humani-dad, que se nos presentan como malos? (v.g.¿por qué el progreso cósmico planeado porDios debería incluir a la rabia o a los mos-quitos?15). Podríamos responder que un serespecialmente malevolente distinto a Dios,planeó y provocó estos fenómenos. Empero,por un lado, eso solo debilita la potencia deDios, que debe compartir la creación contal ser. Por otro lado, tal solución lleva a lapregunta ¿si Dios formó el plan cósmico enun inicio, por qué incluyó a tal ser? A estaúltima cuestión, aparecen -nuevamente- dosopciones: o -primera opción- no sabía lasconsecuencias de su creación, lo que dismi-nuye aún más la potencia y sensatez divinao -segunda opción- sí sabía, y entonces Dioses imputable por el mal generado'P.

2. Sin embargo, las propias premisas desde lasque parte el argumento del propósito cósmicoson bastante inadecuadas. Debe establecerseque, a pesar de pretender partir de argumen-tos científicos, lo cierto del caso es que no esasí. Exploremos esto analizando el término

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"progreso". Las teorías científicas contem-poráneas establecen una serie de cambioscontinuos atendiendo a regularidades o leyesnomotéticas. No obstante, la idea de progreso(tal y como lo utiliza la vía del propósito cós-mico) no está presente en tal explicación.Tampoco se encuentra en la teoría de laevolución biológica de raíz darwiniana. Estaestablece -en lo que nos interesa-, que exis-ten individuos de cada generación de unaespecie que poseen características innatasespecialmente beneficiosas relativas a sumedio externo. A su vez, este beneficio sig-nifica que estos individuos poseen mayoresposibilidades de sobrevivir y de transmitirtales características a las siguientes genera-ciones. Como es claro, el concepto de mejo-ría en tal sistema teorético, es totalmentecontextual y relativo a un medio ecológicodeterminado.En cambio, en la teoría teológica del propó-sito cósmico, el término "progreso" pretendeser absoluto. Por otro lado, y esto es un coro-lario principal, en tal uso del concepto "pro-greso", existe una valoración encriptada y nojustificada, sobre la dirección de los cambiostotales del universo. Por tanto, tal valoraciónha sido introducida falazrnente'". Atendiendoa estos puntos, el uso de "progreso" en latesis analizada, pierde cualquier conexióncon las teorías científicas.

3. Además, la vía del propósito cósmico-evolu-tivo tampoco puede explicar racionalmentepor qué la humanidad, la Tierra y el universomismo -según la ciencia- desaparecerán en elfuturo. Esta incapacidad de dar cuenta de talesproblemas explicativos trae abajo su legitimi-dad como conjetura explicativa del cosmos.

4. En último lugar, atiéndase a la valoraciónencriptada (que se señaló supra) y averi-guamos qué puede justificada. Para esto,ha de formularse la pregunta: ¿es lo que hasucedido hasta el momento una prueba deun progreso cósmico? Los defensores de estatesis ponen énfasis en que sí, pues nos ha pro-ducido a nosotros. Igualmente, en nosotrosse presenta lo más espléndido de todo: losvalores e ideales, en los que la humanidad sehermana.

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"Las afirmaciones de esta especie [nos diceRussell], debo confesarlo, me dejan boquiabier-to y apenas sé cómo empezar" (Russell, 1994,144). Sin duda, hay que tener los ojos cerradospara decir esto. (i) Claramente, los valores sonunas expresiones humanas bastante contingentesy pasajeras. En la enormidad del cosmos prontodesaparecerán en la noche y no habrá sucedidoabsolutamente nada. Como ya se dijo, si la cúspidedel progreso cósmico es probada por el alcance delos valores humanos, ¿por qué desaparecerán tanpronto? o hay respuesta satisfactoria. En cambio,"[q]uien sondee su ser y sus fuerzas por dentro ypor fuera sin ampararse en [un] privilegio divino,quien contemple al hombre sin adularse, no veráen él eficacia ni facultad que huela a cosa distintaque la tierra y la muerte" (Montaigne, 1994,7). (ii)Por otra parte, bajemos de las nubes y pregunte-mos: ¿somos realmente tan espléndidos?

¿No es una bagatela absurda el espectáculode los seres humanos que sostienen un espejoante ellos y piensan que lo que contemplanes tan excelente que prueba que un propósitocósmico debe haber estado tendiendo a ello?¿Por qué, en todo caso, esta glorificacióndel hombre? ¿Qué pensar de los leones ytigres? Ellos destruyen menos vidas animalesy humanas que nosotros y son mucho máshermosos que nosotros. ¿Qué pensar de lashormigas? Administran el estado corporati-vo mucho mejor que cualquier fascista. ¿Unmundo de ruiseñores, alondras y venadosno sería mejor que nuestro mundo humanode crueldad, injusticia y guerra? l...] Si seme concediera la omnipotencia y millonesde años para ejercitarla, no creo que tuvieramucho que jactarme si el Hombre fuera elresultado final de todos mis esfuerzos. [... ]La revolución copernicana no habrá termi-nado su obra hasta que los hombres sean másmodestos que quienes piensan que el Hombrees una prueba suficiente del propósito cósmi-co (Russell, 1994, 152).

C) Explicación y crítica de lamaniobra irracionalista en favor de lafe dentro del pensamiento esencia lista

(religioso o místico)

En la primera sección de este texto, señaléque la segunda maniobra contemporánea parajustificar la religión consiste en declarar el carác-ter inferior del pensamiento que crea y crítica lasteorías científicas, frente a la potencia del pensa-miento religioso. También, se comentó que en lasciencias sociales y en la axiología contemporá-nea, unos presupuestos metodológicos fundamen-tales y una actitud de pensamiento, comunes conla religión, se encuentran sanos y salvos.

Siendo esto así, corresponde señalar qué es loque tienen en común tal estrategia teológica, porun lado, y los presupuestos metódicos de talesámbitos de estudio, por el otro. La respuesta esla siguiente: en ambas se defienden -en distintosgrados y con variados matices- lo que Russellllamó misticismo y Karl R. Popper rotuló de pen-samiento esencialista.

Partiendo de tal epistemología y su metodolo-gía de validación de las teorías, existen varias tesisco mológicas y/u ontológicas que son caracterís-ticas del mi ticismo. Corresponde pre entarlasintéticamente, con vistas en que funjan cual faropara arribar, finalmente, a los principios meto-dológicos fundamentales místico-esencial istas.Igualmente, corresponde revisar si tales principiosdeben aceptarse. El misticismo sostiene:

A) Tesis ontológicas / cosmológicas":1. Que toda división o separación es -en

un sentido peculiar y poco claro- irrealy que el universo es una sola unidadindivisible;

2. Que el mal es aparente, y que esta ilu-sión surge al no contemplar la unidad delmundo;

3. Que el tiempo es ilusorio y que lo real-en sentido estricto- es eterno, no enel sentido de que dure por siempre,sino significando que está fuera de lotemporal.

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B) Por otro lado, los puntos anteriores -regula-res en el misticismo-, se apoyan y presuponenvarias tesis epistemológicas y metodológicascentrales. Estas son:1. Ante el sujeto, la realidad se presenta

separada en esencias y apariencias. Sololas esencias son dignas de ser tenidas encuenta en el conocimiento. Las tesis queparten del entendimiento de las esen-cias, generan episteme. Este es un tipode conocimiento verdadero y cierto!".En cambio, las teorías que parten delas apariencias cuanto mucho puedenaspirar a la doxa (i.e. a la opinión). Ladoxa está sometida a la duda y no poseela virtud epistemológica de la certeza.

Tal distinción depende del siguiente supuestoepistemológico:

2. La única forma de reconocer lo esencialfrente a lo aparente -en el oscuro sentidodel rnisticismo-, es mediante la apelación aexpedientes subjetivos de legitimación o -enotras palabras- a revelaciones. Llegamos así,a una cuestión de especial importancia parael análisis que nos ocupa. Precisamente, estoscriterios son característicos del misticismo ytienen una función principal en su -presunta-validación, por lo siguiente: una vez que se hanagotado cualesquiera pruebas que puedan sersometidas al control intersubjetivo, con vistasen cimentar la corrección de una teoría, el mis-ticismo solo puede apelar a estos expedientes.

Normalmente, la facultad subjetiva pormedio de la cual el místico accede a las revelacio-nes es llamada intuición. Esta es, supuestamen-te, una "suerte de sabiduría, súbita, penetrante,coercitiva, que se opone al estudio lento y falibledel mundo externo por una ciencia que descan-se totalmente en los sentidos. [... ] La intuiciónmística comienza con la sabiduría de un misteriodevelado, de una oculta sabiduría que de súbito setorna cierta más allá de toda posibilidad de duda"(Russell, 1980, 17.). Esta capacidad de suprimirla duda, lograda por medio de la intuición, esconsiderada algo deseable dentro de la forma depensamiento místico-esencialista/",

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En la actualidad, los teólogos dedicados -aldecir de Russell- a embotar el filo de la lógica,han encontrado múltiples formas argumenta-tivas y pseudo-métodos en la contemporáneafilosofía de inspiración alemana, en las cualesla apelación a la intuición es lugar común!'. "Elirracionalismo que anidó aquí [en estas corrientesfilosóficas] viene como del cielo en apoyo de lasexistencias de fe transmitidas y del estilo teológi-co del pensamiento" (Albert, 1971,169).

En el marco de las caracterizaciones anterio-res se comprende mejor la apelación de los moder-nos teólogos a la fe y al corazón: constituye unainclinación hacia el misticismo irracionalista=.Como se dijo, una vez abandonadas las instan-cias racionales, no queda otra escapatoria que laconsulta a tales expedientes. Así, en este marcometodológico, la fe es simplemente el recurso alque apelan los religiosos, con vistas en que los crí-ticos acepten lo que en cualquier otro ámbito seríaconsiderado injustificado y falto de argumentos.

Una vez determinado el modelo esencialistade pensamiento y constatado el papel metódicoque cumple la fe dentro de esta corriente, pro-cedamos a examinar críticamente -mediante lastesis russelianas- tal apelación. Existen dos víasde crítica:

1. En primer lugar, pueden revisarse los múltiplescontextos teorético-problemáticos en los quesurgen las tesis metodológicas intuicionistas(de las que forma parte característica la fe) yrevisar la idoneidad racional de las respuestasahí dadas. Con todo, tal empresa supera conmucho lo que corresponde a este trabajo y esmás adecuado un tratado sobre el terna+'.

Por otro lado, esta vía tiene el inconvenienteque la instancia intuicionista puede desvincularsefácilmente de tales contextos teórico-problemáticosy de la razón que la justificó inicialmente, estable-ciendo que -después de todo- mediante tal revisiónno se ha comprendido el contenido de lo determi-nado por medio de la intuición. Se arriba con estaúltima posición a una forma acentuada -pero his-tóricamente muy común- de irracionalismo.

11. La otra vía de enfrentamiento con el rmsti-cismo-esencialista y sus instancias subjetivasde legitimación teorética (i. e. la intuición

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y la fe como una de sus especies), es -porasí decirlo- revisar la raíz metodológica detoda la actividad intelectual. Para esto, deberesponderse a la cuestión axiológica: ¿cuáles el principio metodológico que debe ins-taurarse como inicial para toda la actividadintelectual?

La respuesta establecida por Russell puedepresentarse y sintetizarse en la forma enunciadapor Albert: su principio metodológico de criti-cismo falibilista'" y consecuente. Esta es, "[I]aidea del examen crítico, de la discusión crítica detodos los enunciados que están en cuestión, conayuda [siempre] de argumentos [y criterios] racio-nales [(i.e. necesariamente intersubjetivos-éjl,entonces se renuncia, ciertamente, a las certezasauto-producidas, pero se tiene la perspectiva deacercarse más a la verdad mediante el ensayo y elerror [... ] sin llegar, por cierto, jamás a la certeza"(Albert, 1971, 58).

Russell con ideró que el tipo de actividadintelectual en que los argumentos críticos e inter-subjetivos tienen mayor papel es en la ciencia/".Igualmente, en la ciencia no tienen lugar para lalegitimación epistemológica los argumentos pro-pios del misticisrno-esencialista.

Si a partir del principio metódico caracte-rizado del criticismo (que consideramos el másvalioso en la actividad intelectual), no encontra-mos ningún lugar a las instancias subjetivas delegitimación de cualesquiera de las teoría encuestión (como es el caso de la fe); por tanto, talapelación no debe recibir ningún crédito justifi-cador de las tesis religiosas en cuestión (cosmoló-gicas o de cualquier otro tipo). En otras palabras,el expediente de la fe es un tipo de lo que HansAlbert ha llamado estratagemas inmunizantescontra la crítica. Revisemos lo señalado por estepensador sobre tal estrategia, propia del pensa-miento religioso.

En los ámbitos dominados por la apela-ción a la fe -y en otros análogos- se habla,actualmente, "de una razón interpretativa,comprensiva o perceptiva o aún de deslindaren general el procedimiento adecuado de larazón [... ]. Se desarrolla pues una metafísicade dos esferas provistas de aspiraciones

metódicas, [... ] para proteger ciertas visionestransmitidas contra determinadas especiesde la crítica y para crear por ese medio unámbito insular de verdad intocable. [... ] Elmotivo para la selección de una estrate-gia tal está a la mano: se está ciertamenteseguro de la posesión de la verdad, pero setiene empero un cierto temor ante el examencrítico [... ]. En relación con tales intentosde inmunización [de la crítica], se encuentramuy frecuentemente la premiación moral,[... ] de la fe simple e ingenua que no conoceduda y por eso es inconmovible, como unaverdad, y se encuentra correspondientementela difamación del pensamiento crítico parael ámbito en cuestión como algo inmoral,destructor o al menos inadecuado según elcarácter de los problemas. [Sin embargo, nodebemos dejamos aturdir por tales apela-ciones.] Una manera especialmente sencillade establecer un privilegio de conocimientopara los creyentes, es la tesis de que sóloéstos pueden entender propiamente, de modoque la comprensión del contenido de la feimplica aceptación y el que rechaza la fe nopuede haberlo comprendido (Albert, 1971,153-157).

Como corolario, Russell señaló que la fe,como estratagema de inmunización contra lacrítica, es "la firme creencia en algo de lo que nose tiene ninguna evidencia. Cuando ésta existe,nadie habla de 'fe'; no lo hacemos al afirmar quedos y dos son cuatro o que la Tierra es redonda,sino sólo cuando queremos sustituir las pruebaspor emociones, su titución que suele desembo-car en conflicto, puesto que los distintos grupossustituyen las pruebas por distintas emociones"(Russell, 1992, l3).

De esta forma, cae por su base la legitimi-dad epistemológica que pueda reclamar parasus tesis la contemporánea teología religiosamístico-esencialista 27.

D) Lo que valora un libre pensadorcrítico: Bertrand Russell y su ejemplo

Las cuestiones presentadas en el parágrafoanterior nos dejan próximos a un último tema.Con este tema daremos por terminado nuestro

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análisis de la posición de Russell frente a las reli-gionesde todo tipo.

Bertrand Russell mantuvo durante su largavida, una actitud específica ante todos los pro-blemas: la del crítico, la del libre pensador y,en suma, la del racionalísta'". Todo su esfuerzointelectual consistió en negar las apelaciones a laconfianza, la intuición y la autoridad, como for-masde fundamentar las ideas y las teorías sobrecualquier tema. Todo debe pasar el tribunal de larazóncrítica, fuera de ella se encuentra el desbarredel dogmatismo, de las dictaduras y del estanca-miento intelectual. Es en la racionalidad críticaque se considera valioso "[e]l pensamiento [... ]subversivo y revolucionario, destructor y terri-ble, [que] no tiene piedad con los privilegios, lasinstituciones establecidas y los hábitos cómodos.(Ese)pensamiento [... ] indiferente a la autoridad y(que]no le importa la sabiduría acumulada por lossiglos. El pensamiento [que] mira al abismo delinfierno y no le tiene miedo" (Russell, 1992, 19).

Tal caracterización del librepensador y delpoderde la crítica es el correlativo actitudinal delprincipio metodológico que caracterizamos conanterioridad. En conjunto, tal forma de racionalis-mocrítico es la respuesta a un problema de Índoleaxiológica (como correctamente lo entendió Pop-per, en 1982).

Desde este talante, a cada tesis solo debeatribuírsele el nivel de credibilidad que justificanlosargumentos y las pruebas (Russell, 1992, 303).En contraposición, la actitud del místico y delesencialista antepone sus imaginaciones favoritascomo prueba de las tesis más variadas: sobre larealidad y, también, sobre cómo se debe vivir29.

Empero, para reiterar las palabras de Russell,"¿porqué la verdad habría de ser agradable? ¿Quérazón tenemos para creer que nuestros deseosson una clave de la realidad? la única respuestaracional es: ninguna en absoluto" (1992, 313).Nuestro librepensador consideró difícil mante-ner la paciencia frente a los oráculos: encontrósiempre algo pusilánime y cobarde en deformarlas teorías para satisfacer nuestras debilidades ysilenciar nuestros temores.

Finalmente -corno conclusión de tal tomade postura- Bertrand Russell (1989, 47), ante laapelación a autoridades políticas, místicas y reli-giosas de todo tipo, declaró insobornablemente:

In all things 1 have made the VOW to followreason-"

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Notas

* Este trabajo fue parcialmente expuesto en unamesa redonda conmemorativa del pensamiento deBertrand Russell, realizada el día l de setiembredel año 2010. En esta actividad participaron el Dr.Álvaro Carvajal Villaplana, el Dr. Max Freundy -como moderador- el Dr. Juan Diego Moya.Quizá no sea del todo irrelevante apuntar que eltexto de la cita fue redactado cuando Russell eraadolescente.Definiremos "religión" de una forma muy amplia:una serie de ritos y normas conductuales y mora-les, dirigidos y justificados mediante la apelacióna una instancia divina que brinda sentido al con-junto. No obstante, normalmente la razón por laque se realizan tales ritos no es tenida en cuentapor los practicantes religiosos. Esto no repre-senta ningún obstáculo para quien es miembrode la religión en cuestión, pues comúnmente eldogmatismo propio de cada corriente religiosa,protege contra investigaciones incómodas. Porotra parte, una definición muy laxa consideraque la religión es -mínimo- un sentimiento, elde piedad (Bultmann, 2001, 677). Esta defini-ción no será utilizada en este texto. Téngase encuenta que los ejemplos, problemas y críticaspresentados en este documento se referirán másque todo a la religión cristiana. Sin embargo,la mayor parte de las consideraciones dirigidascontra el cristianismo son aceptables para lasotras grandes religiones que nacieron en el mediooriente. Igualmente, por lo menos una parte de loseñalado tiene amplia pertinencia para cualquierforma de pensamiento con bases místicas. En loque refiere al término "cristiano", atendamos alas palabras de Russell: "Creo que debe tenerseuna cierta cantidad de creencia definida antes detener el derecho de llamarse cristiano. La palabrano tiene ahora un significado tan completo comoen los tiempos de san Agustín y santo Tomás deAquino. En aquellos días, si un hombre decíaque era cristiano, se sabía lo que quería dar aentender. Se aceptaba una colección completa decredos promulgados con gran precisión, y se creíacada sílaba de esos credos con todas las fuerzasde las convicciones de uno. [... ] En la actualidadno es así. Tenemos que ser un poco más vagos ennuestra idea del cristianismo. Creo, sin embargo,que hay dos cosas diferentes completamente esen-ciales a todo el que se llame cristiano. La primeraes de naturaleza dogmática; a saber, que hay quecreer en Dios y en la inmortalidad. Si no se cree

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en esas dos cosas, no creo que uno pueda llamarsepropiamente cristiano. Luego, más aún, como elnombre implica, hay que tener alguna clase decreencia acerca de Cristo", (1986, 17-18).

3. Algunos ejemplos de teorías geológicas que satis-ficieron a los teólogos y demás religiosos, fueron:(i) La de Woodward, quien -en 1695- explicabalas rocas sedimentarias, estableciendo "que todoel globo terrestre se había roto y disuelto en eldiluvio y que los estratos se habían ido decan-tando de esta masa mezclada, como cualquiersedimento terrestre fluido" (Russell, 1994, 44).(ii) Otra teoría, en su época muy respetada, fue lade William Whiston (discípulo de Isaac Newton),cuyo libro de 1696 se intitula: Una nueva teoríade la Tierra; donde se muestra que la creaci6ndel mundo en seis días, el diluvio universal y laconflagracián universal como se establecen en lasagrada escritura son perfectamente aceptablespor la razán y la filosofía (cit. Russell, 1994,45).

4. Según la conocida fecha establecida por el arzo-bispo anglicano irlandés James Ussher [1581-1656]. Al igual que Varrón utilizó las leyendasromanas para determinar el momento de la funda-ción de Roma, Ussher acudió a la Biblia con vistasen datar, no solo la edad de la civilización, sinotambién para establecer la fecha de la creacióndel mundo. Ubicó el acenso de Saúl al trono deIsrael en el 1095 a. de c. y continuó calculando laduración de las vidas de los personajes bíblicos,retrotrayéndose al 4004 a. de C. Según Ussher, eneste tiempo se da la creación del mundo. Esto es,exactamente cuatro mil años antes del nacimientode Jesús. Como señala Asimov, difícilmente estaes meramente una coincidencia. Lo más probablees que Ussher acomodara las fechas más difícilesde calcular para obtener el sorprendente resultado(1992,34-35).

5. La importancia racional de un esfuerzo inte-lectual de este tipo, que pretende relacionar laexistencia divina y las explicaciones sobre la rea-lidad, es indudable. En efecto, "l...] mientras secrea necesitar una teología tal como componenterelevante en la explicación cosmológica, se tienenmotivos para creer en la existencia de Dios, o seaque el concepto de Dios no carece de función enel marco de la imagen del mundo aceptada, [... ].Tan pronto como una teología natural se muestresuperflua, la conservación de la vieja noción deDios, aunque determinadas necesidades humanashablen en su favor, es vista objetivamente comocomponente de una dudosa estrategia ideológica"(Albert, 1971, 168).

6. Selecciono únicamente dos pruebas, por motivosde límite de tiempo y espacio. Por otro lado, frenote a otros problemas religiosos relevantes, escojoel de la prueba de la existencia de Dios pues desu respuesta depende el resto de los problemasteológicos (por lo menos en lo que se refiere a lasreligiones tradicionales principales en occidente:el cristianismo, el judaísmo y el Islam). Un dife-rente tipo de prueba sobre la existencia del entedivino es la presentada por Hans Küng, quienmantuvo sobre este tema una relevante discusióncon Hans Alberl. Una reconstrucción accesible dela problemática en Campos (2008).

7. Por "Dios" se entenderá, "[U]n ser personalsupremo, distinto del mundo y creador de éste"(Russell, 1992, 147). Esta es la definición presen-tada por el padre Frederik Copleston y aceptadapor el propio Russell en un debate transmitido enel tercer programa de la BBC en 1948. En caso deque se varíe el concepto de Dios en algún puntodel texto, será pertinentemente aclarado.

8. Luis Diego Cascante es docente e investigadorde la Escuela de Filosofía de la Universidad deCosta Rica. Acudo a este breve ensayo, sencilla-mente como un ejemplo de: (i) la presencia en laopinión pública de tales argumentos sobre Dios yla ciencia y (ii) la forma que -en grandes líneas-toman tales argumentos. Igualmente, aclaro quelos argumentos presentados no están explicitadosen el texto de Cascante. Sencillamente, presentoposibles ampliaciones de lo que apenas se esbozaen ese artículo. Ha aparecido un artículo del autorsobre el mismo tema recientemente en Cascante,2010. No obstante, en esta investigación no seabordará lo defendido en dicho artículo.

9. Así llamada por Georg Gamow [1904-1968] (Asi-mov, 1992,251).

10. Supra, nota al pie número 7. Utilizo la prueba deLeibniz, pues es la más poderosa presentaciónque conozco.

11. Según la discusión científica contemporánea, estemomento fue hace poco menos de 15000 millo-nes de años, aproximadamente.

12. Excluyendo las breves referencias a la teoría delBig Bang, y como ya se adelantó, este argumentoes original de Gottfried Leibniz [1646-1716].Leibniz estableció cuatro argumentos de la exis-tencia de Dios, que solo se nombrarán: i. Elargumento ontológico; ii. El argumento de lasverdades eternas; iii. Es argumento de la armoníapreestablecida (generalizable en el argumentofísico-teológico, según lo llamó 1. Kant) y iv.el argumento cosmológico. Este último es el

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argumento utilizado por el padre Copleston enla discusión con Russell, citada supra, nota alpie número 7. Estas pruebas se establecen -entreotras de la enorme bibliografía de Leibniz- ensus obras: La monadología, en Los principios dela Naturaleza y la gracia y en su Teodicea. Unacuidadosa reconstrucción de la prueba leibni-ziana de Dios y, también, sobre su conexión conmúltiples problemas teológicos y axiológicos, enMoya (2010). El propio Russell (2004, vol. Il) laspresenta adecuadamente en el capítulo dedicadoa Leibniz. En este texto, Russell señala que existeuna relación clara entre la vía cosmológica y elargumento de la causa primera de Aristóteles deEstagira. No obstante, como él mismo reconoce,la vía cósmica es mucho más difícil de refutar queel argumento del Estagirita.

13. Russell presentó este argumento en su discusióncon el padre Copleston (Russell, 1992, 149).

14. En efecto, este contraargumento es un ejemplode disolución de aparentes problemas filosóficos,por medio del análisis de los presupuestos encuestión. Russell es, precisamente, uno de losprincipales iniciadores de tal método. Exponga-mos más ampliamente el argumento presentadoen el texto principal. Supóngase la oración "Lamontaña dorada no existe" y alguien pregunta"¿qué no existe?". Se responde a su vez "puesbueno, la montaña dorada". Así, se provoca unestado de asombro extraño, ya que parece que sele atribuye algún tipo de peculiar existencia a lamencionada montaña. Esta peculiaridad provocaque tales enunciados posean -en la terminolo-gía de F. Waismann- un aura metafísica (1970,93-98). Mediante los avances lógicos logradosa partir de Russell, se aclaró esta confusión ymuchas otras. Según estos, la cuestión de la mon-taña dorada se descompone en "No hay ningúnente e tal que 'x dorado y montañoso' sea verda-dero cuando x es e, pero no de otra forma" (en losejemplos y el análisis he seguido casi al pie dela letra a Russell, 2004, vol. 2, 448-449). Quedaclaro que la existencia solo se afirma de enuncia-dos y, específicamente, de las descripciones. Aúnen otras palabras: la existencia es una propiedadde las funciones proposicionales, no de objetos.Un análisis similar se refiere a lo señalado en eltexto principal sobre los conceptos 'necesidad'y 'contingencia'. Se aclaran así miles de años deconfusión lingüística en la filosofía dedicada aestos temas metafísicos.

15. "San Agustín se confesaba ignorante respecto ala razón de Dios para crear las moscas. Lutero

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resolvió más atrevidamente que habían sido crea-das por el diablo, para distraerle a él cuandoescribía buenos libros. Esta última opinión esciertamente plausible" (Russell, 1994,48).

16. En acuerdo con lo dicho en este punto l., lasiguiente frase señala: "¿Qué mal habré hechoyo en la vida para tan cruel castigo? Si Dios esjusto, ¿cómo consiente tanto sufrimiento? Si estáen todas partes, ¿cómo no ve mi desgracia? O nohay tal Dios o no es tan bueno y tan justo como yocreía" (José A. Sánchez Pérez. "El rescate de JuanRodrigo", cit., Moya, 2010).

17. Sobre la estrategia argumentativa de encriptarvaloraciones en aparentes juicios de hecho (i.e.una forma de falacia naturalista), ver en la anto-logía: Haba, 2007, en especial, los capítulos 1 yII de la sección D y el capítulo II de la secciónE, ambos de la segunda parte. También, Hospers,1979, cap. XI.

18. En el mismo sentido, Russell, 1980, capítulo I.19. Las insalvables dificultades lógicas y metodo-

lógicas a las que lleva este modelo epistemoló-gico de la revelación, son analizadas en Albert,1971, capítulo 1, intitulado El problema de lafundamentación.

20. Precisamente, esta forma de pensamiento seenmarca dentro de lo que Popper llamó esencia-lismo y produce la epistemología o modelo de larevelación (1979, cap., 1, 3 Y 11, entre otros). Enoccidente, este modelo ha estado presente -endistintos grados- desde el inicio de la filosofíagriega. Evidentemente, se conecta a su vez conhábitos mentales aún más antiguos. Así, Russellrastrea el misticismo griego hasta identificarsus parecidos con los mitos órficos y eleusianos(2004, vol. l., cap. 1 y 2). Otra característica delpensamiento místico es su recurrencia en losfenómenos lingüísticos llamados naturalismolingüístico y magia verbal. Sobre esto -espe-cialmente enfocado en las ciencias sociales y elderecho- Salas, 2007. Sobre otra manifestacióncomún del esencialismo en las ciencias sociales:Salas, 2006-2007.

21. Ya sea en su corriente fenomenológica, hegelianao hermenéutica. En común, todas apelan precisa-mente a una instancia subjetiva de legitimacióncaracterística: la intuición (Bunge, 2005, cap. 1).

22. Tomemos como ejemplo una corriente teoló-gica contemporánea: la llamada teología des-mitologizadora. Este grupo de teólogos pretendecriticar y abandonar la mayor parte de los relatoslegendarios bíblicos, en una aplicación de pro-cedimientos metódicos críticos. Con todo, al

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abordar los núcleos teoréticos de la religión cris-tiana, presenta con toda claridad la estratagemade inmunización comentada: la fe como instan-cia legitimadora de conocimiento y sustituta dela crítica. Verbigracia, Bultmann (1958), quienseñala: "The thought of the action of God as anunworldly and transcendent action can be protec-ted from misunderstanding only if is not thoughtof as an action which happens between theworldly actions or events, but happening withinthem. The close connection between natural andhistorical events remains intact as it presents itselfto the observer. The action of God is hidden fromevery eye except the eye of faith" (61-62). "Faithinsists not on the direct identity of god's actionwith worldly events, but, if I may be permitted toput it so, on the paradoxical identity which canbe believed only here and now against the appea-rance of non-identity" (62). "It can be living faithonly when the believer is always asking what Godis telling him here and now" (64). Por otra parte,una reconstrucción de la historia y metodologíade la especulación teológica contemporánea delnuevo testamento, en Bultmann, 2001, 669-684.En este epílogo puede seguirse el papel que hatenido la fe en la teología contemporánea (enespecial, la protestante).

23. Un ejemplo de tal análisis crítico y devastador,lo presenta Bunge en Intuición y razón (2005).Entre otras formas de intuicionismo, en este textoBunge revisa las de cuño aristotélico y, también,las que surgen a partir de la filosofía de 1. Kant,hasta alcanzar el intuicionismo contemporáneo.Bunge muestra, de manera adecuada, que lamayor parte de intuicionismos contemporáneospretenden ser respuesta a contextos teorético-problemáticos inexistentes. De esta forma, talesdoctrinas pierden su justificación. Asimismo,analiza detalladamente las apelaciones a instan-cias psicológicas quiméricas. También, el propioRussell critica conspicuamente los argumentos afavor de la intuición y la fe, en: Russell (1994),cap. VII y VIII.

24. Con vistas en evitar confusiones, vale la penaprecisar el término "falibilismo". La posicióninfalibilista es aquella, "según la cual todo cono-cimiento que merezca ser considerado científicodebe ser seguro e incorregible, para lo cual debebasarse en premisas que sean indudablementeverdaderas y evidentes" (Bunge, 2005, 16). Encontra posición,jalibilistas son las doctrinas queconsideran que el conocimiento humano es, porprincipio, corregible.

25. La característica de intersubjetividad como requi-sito de los criterios de legitimación de las tesis esmuy importante para la argumentación crítica.Lo contrario a los criterios intersubjetivos es laconfianza subjetiva ya mencionada.

26. Esto en tanto, "[e]1 conocimiento científico es,en primer lugar, el contenido, y solo el conte-nido, que puede ser comunicable literalmente aotro mediante palabras entendidas literalmente,es decir, sin metáforas, analogías, etc., usadasen la transmisión del pensamiento. En segundolugar, solo puede pretender ser reconocidas comoconocimiento científico las afirmaciones acercade las que cualquier persona que se encuentre encondiciones externas apropiadas pueda decidirsobre su corrección o incorrección. En otraspalabras, el conocimiento científico es aquel quees intersubjetivamente comunicable y controlable.Es exactamente esta intersubjetividad lo que pare-ce ser la característica del conocimiento racional"(Ajdukiewicz, cit., Haba, 1990, 79).

27. Evidentemente, lo mismo vale para lo referido alas corrientes místico-esencialistas apostadas enlas ciencias sociales y en la axiología. Empero,este tema supera por mucho lo tratado en estetexto. Un análisis completo de tales tesis en:Popper, 1982; Popper, 1999; Albert, 1971 y 2007.También, Salas 2007 y 2006-2007.

28. No se utiliza el término "racionalista" en el sen-tido de la vieja distinción de historia de las ideas,entre empirismo y racionalismo (en este uso,quizá un término más adecuado sería 'intelectua-Iismo'). En cambio, se refiere más a lo señaladopor Popper en la introducción de (1979). Tal usose corresponde -en parte al menos- a lo caracte-rizado en el texto principal como criticismo.

29. En 1992,304-310, Russell expone sobre las razo-nes morales para asumir el racionalismo.

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