Aldo Ferrer - Estado Neoliberal

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    REVISTA DE TRABAJO ● AÑO 8 ● NÚMERO 10 ● JULIO / DICIEMBRE 2012

     ■ La densidad nacional, el contexto

    externo y el Estado neoliberal

    La construcción del Estado neoliberal tienecomo condición necesaria, eliminar la libertadde acción del Estado nacional. Es decir, crearrestricciones tales que, la libertad de maniobrade las políticas públicas quede severamenterecortada. Como el objetivo político del neoli-beralismo es permitir el libre despliegue delas fuerzas del mercado y consolidar los inte-reses hegemónicos establecidos, es impres-cindible maniatar al Estado. Para tales fines,es preciso realizar reformas internas y crearcompromisos externos que condicionen laspolíticas públicas. En este último aspecto, unejemplo clásico son las condicionalidades de losacuerdos para conseguir el apoyo del FMI.

    En un sentido más amplio, el fundamen-talismo globalizador cumple el mismo obje-tivo. Como supuestamente la globalización haborrado las fronteras nacionales y ha trans-ferido el poder a la esfera transnacional, elEstado nacional ha desaparecido. Por lo tanto,es impotente para administrar los mercados.

    Su acción queda reducida a transmitir “señalesamistosas” para estimular el crédito y lasinversiones privadas.

    La construcción del Estado neoliberal enla Argentina se ajustó a los mismos princi-pios, es decir, maniatar al Estado y reducir, al

    máximo, la libertad de maniobra de las polí-ticas públicas que no persiguen las “reformas

    estructurales” neoliberales.La experiencia fundamental del Estado

    neoliberal en la Argentina abarca el períodode la dictadura (1976-1983) y bajo un gobiernoconstitucional, los años comprendidos entrefines de 1989 y la crisis final del 2001. Porlo tanto, la formación del Estado neoliberaltuvo lugar en dos etapas dentro del cuarto desiglo comprendido entre 1976 y 2001; ambasabarcaron casi veinte años. Los restantescorresponden al gobierno de Alfonsín, quienheredó la crisis de la dictadura, y el efímerode la Alianza, que asumió en las vísperas delderrumbe. En el primer caso, la recuperaciónde la democracia y la inspiración nacional delgobierno no alcanzaron para resolver la crisisheredada de la primera etapa. En el segundo,el gobierno ratificó el rumbo. Sólo se propuso laprolijidad de un régimen cuya segunda etapase acercaba a su crisis terminal.

    La formación del Estado neoliberal en la Argentina, en sus dos etapas, tuvo lugar enun contexto internacional caracterizado por

    el predominio de la  financiarización en lospaíses centrales y una activa penetración dela especulación financiera y sus agentes en lasplazas periféricas. Desde fines de la décadadel año 1970, América Latina, incluyendo la Argentina, fue uno de los espacios prioritariosde la globalización financiera.

    * Ferrer, A. Doctor en Economía, Prof. Emérito de la Universidad de Buenos Aires. Embajador argentino en Francia(2012) y miembro del Grupo Fénix.

    La construcción del Estado neoliberalen la Argentina

     Aldo Ferrer*

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    En los países centrales, durante la crisis delos años treinta, prevaleció el paradigmakeynesiano y el protagonismo de los estadosnacionales, la guerra mundial y el período

    dorado de la posguerra. El rechazo de la orto-doxia en el mismo centro del sistema generóun vacío teórico, en cuyo contexto surgió elpensamiento desarrollista latinoamericanoliderado por Raúl Prebisch y sus colabora-dores de CEPAL.

    Desde fines de la década de 1970, el neoli-beralismo y el Estado neoliberal instalado enlos países centrales recuperaron su predominiosobre las ideas económicas prevalecientes en laperiferia. Los países de débil densidad nacional,como los de América Latina, volvieron a caerbajo la hegemonía del “pensamiento céntrico”.

    En tales circunstancias, los grupos domi-nantes internos arraigados en las estructurasdel subdesarrollo se fortalecieron al amparo delos intereses transnacionales. Fue el caso de América Latina y el tiempo del Consenso deWashington, la crisis de la deuda y la “décadaperdida” de los años ochenta. La Argentina fueun ejemplo notable de esta experiencia.

    En cambio, la ideología “céntrica” y el

    Estado neoliberal no contagiaron a las nacionesemergentes de Asia, las que consolidaron susestados nacionales y políticas de transforma-ción productiva, fundadas en la incorporacióndel conocimiento al tejido económico y social,al dinamismo de la industria y a la inclusiónsocial. Esta fractura entre la ideología neoli-beral del “centro” y la prevaleciente en laseconomías emergentes, dicho de otro modo,entre el Estado neoliberal y el Estado nacional,explica la aparición de un nuevo espacio diná-mico en la Cuenca Asia Pacífico y la pérdida depeso relativo de las antiguas economías indus-triales del Atlántico Norte.

     ■ Primera etapa

    El inicio de la primera etapa del Estado neoli-beral en la Argentina coincide con la consoli-dación de la  financiarización  en la economíamundial. La abundancia de crédito externo,desdefines de los años ’70 desalentó las políticas

    de equilibrio macroeconómico. Financió nivelescrecientes de déficit público y de pagos interna-cionales y culminó con montañas de deudas.En esa época, en América Latina se fue aban-

    donando el paradigma desarrollista inspiradoen los aportes fundacionales de Prebisch y de laCEPAL. Prevaleció, entonces, el “pensamientoúnico” fundado en el Consenso de Washingtony su énfasis en la apertura de los mercados,la desregulación financiera, la preferencia porla inversión extranjera sobre la nacional y lareducción del Estado para garantizar el ordenpúblico y la libertad económica. Reformasestructurales más crédito internacional ydeuda pasó a ser la orden del día de las polí-ticas públicas.

    En la Argentina, pero no sólo en nuestropaís, la instalación del Estado neoliberal tomóel atajo de la dictadura. Aquí, como siempresucedió en nuestra historia, los aconteci-mientos del contexto externo se entrelazaroncon la realidad interna. Dentro del país estallóel desorden económico y social, la violenciay, en definitiva, la renovada evidencia de ladebilidad de nuestra densidad nacional. Ladictadura asumió el relato neoliberal y sentó

    las bases del Estado neoliberal. En conse-cuencia, en la primera etapa, el régimen fueimpuesto por la fuerza, en el marco del terro-rismo de Estado. Los instrumentos fundamen-tales de la construcción del Estado neoliberalfueron la desregulación financiera y la apre-ciación del tipo de cambio. Los consecuentesdesequilibrios macroeconómicos y el aumentoincesante de la deuda fueron acompañadospor el deterioro del tejido económico y social.La desindustrialización fracturó cadenas devalor, afectó particularmente a las pequeñasy medianas empresas, aumentó el desempleoy agravó la desigualdad en la distribución delingreso.

    La herencia económica recibida porel gobierno democrático no pudo ser peor. Agravamiento de los problemas sociales, unadeuda impagable, el desorden de las finanzaspúblicas y el balance de pagos y el desbordeinflacionario. Para colmo, en un contextoexterno de deterioro de los términos de

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    La construcción del Estado neoliberal en la Argentina

    intercambio de las commodities exportadas porel país. La “burbuja” latinoamericana estalló, afines de 1982, con el anuncio de la insolvenciade México.

    Hacia la misma época, concluye la primeraetapa del Estado neoliberal en nuestro país.

     ■ Segunda etapa

    La segunda etapa se sostuvo dentro de unrégimen constitucional y fue ratificada porlas urnas en los comicios del año 1995. En lamisma se volvió a recurrir a la desregulaciónfinanciera y a la apreciación cambiaria, noya, como en la primera etapa, mediante unadevaluación programada del tipo de cambio(la “tablita”) por debajo de la tasa de inflaciónsino con un régimen más riguroso de converti-bilidad, con un tipo de cambio fi jo con el dólarestadounidense.

    En el momento de la adopción del nuevorégimen, a principios del año 1991, el contextofinanciero internacional había mejorado para América Latina con la puesta en marcha de losplanes de refinanciamiento de deuda promo-

    vidos por los acreedores y el FMI. La conver-tibilidad tuvo de partida un escenario externopositivo y la posibilidad de iniciar una nuevafase de toma de deuda. Partió también con elcrédito de haber controlado la hiperinflación yla apariencia del establecimiento de un régimeneconómico estable y en crecimiento. Se estaba,parecía, en presencia de una “milagro argen-tino”, festejado en los círculos neoliberales delpaís y del exterior.

    En esta segunda etapa, la estrategia nose redujo, como en la primera, a redistribuiringresos y aumentar la proporción corres-pondiente a la renta financiera mediante ladesregulación del régimen y la apreciacióncambiaria. En la primera etapa, la construc-ción del Estado neoliberal tropezaba con elobstáculo de un gobierno de facto en el cual,además, los titulares del poder administrabanel entonces extendido sector público. El mismoabarcaba, incluso, todas las grandes empresaspúblicas de la infraestructura de transportes,

    energía y comunicaciones. La dictadurasostenía la sobrevivencia de ese sector públicoy, además, carecía de las condiciones necesa-rias para modificar el régimen jurídico institu-

    cional, regulatorio, por ejemplo, de la gestiónde los recursos naturales.

    Esas restricciones, en la segunda etapa,desaparecieron. Un gobierno democrá-tico, representativo de una de las mayorescorrientes políticas del país contaba, en elmarco del estado de derecho, con toda la legi-timidad necesaria para avanzar en el terreno jurídico constitucional, de la construcción delEstado neoliberal. Con el apoyo de la opinióny los intereses neoliberales vernáculos y elaplauso entusiasta de los mercados internacio-nales, los voceros de las naciones avanzadasdel Atlántico Norte y del FMI, el gobierno pusoen marcha la experiencia más extrema de laconstrucción de un Estado neoliberal dentrodel orden mundial contemporáneo.

     Avanzar sobre las bases legales del régimeneconómico era indispensable porque, al fin y alcabo, los instrumentos que se concentran enla redistribución del ingreso, como la desregu-lación financiera y la apreciación cambiaria,

    podían ser revertidos por un cambio de polí-tica. Lo importante era, entonces, transformarel ordenamiento legal y transferir el comandode sectores fundamentales a manos privadas,principalmente extranjeras, para que, gobiernequien gobierne, el poder del Estado estuvieradisperso en sus diversas jurisdicciones y fueraincapaz de ejecutar políticas públicas amena-zantes para la  financiarización y la distribu-ción existente del poder.

    Los instrumentos

    En ambas etapas, respecto de la estrategiapuesta en práctica, se emplearon variosinstrumentos semejantes pero, también, exis-tieron importantes diferencias. Los seme- jantes incluyen la desregulación financieray la apreciación del tipo de cambio. Las dife-rencias radican en las reformas del régimen jurídico institucional, terreno en el cual lasegunda etapa avanzó con extraordinariaprofundidad.

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    y, por lo tanto, en el proceso de acumulación ycambio técnico. La significación de este instru-mento es observada, más adelante, en el marcode las restricciones externas impuestas por la

    estrategia neoliberal.

    Deuda externa impagable con recursos

    propios. Esto requiere el refinanciamientoexterno continuo y, por lo tanto, la subordina-ción a los criterios de los mercados y las condi-cionalidades del FMI, que son los mismo quelos del Estado neoliberal.

    Compromisos legales externos. Son losconvenios que fueron firmados con otros paísesu organismos internacionales, que subordi-naban la resolución de problemas litigiososentre el gobierno argentino e intereses extran- jeros, a tribunales u organismo de arbitraje delexterior. Es decir, actos expresos de renunciavoluntaria de soberanía. En esta categoría seincluyen la incorporación de la Argentina alrégimen del CIADI y la firma de acuerdos bila-terales de garantía de inversiones, de los cuales,en la década de 1990, se firmaron 57, probable-mente un récord mundial. Cabe observar queBrasil no adhirió al CIADI y que tampoco firmó

    acuerdos de garantía de inversiones.

    Privatización, en su mayor parte,

    extranjerización de empresas públicas.En un Estado nacional pueden verificarseoperaciones de privatización de empresaspúblicas, formación de empresas mixtas, jointventures con empresas extranjeras y otrosmedios, para incorporar a actividades inicial-mente solo desempeñadas por entes estatales,recursos privados de tecnología, gestión, accesoa terceros mercados y capital. Lo que caracte-riza a las privatizaciones que tuvieron lugaren la Argentina, en la década de 1990, comoun instrumento de la formación del Estadoneoliberal, es la amplitud indiscriminada delproceso, en el contexto de una estrategia derenuncia a un proyecto nacional de desarrollo,de demolición de la libertad de maniobra delEstado nacional y extranjerización de las

    Los principales campos de acción de laestrategia fueron los siguientes:

    Reformas referidas esencialmente a la

    redistribución del ingreso. Son la desregu-lación financiera y la apreciación del tipo decambio. Las desregulación financiera es nece-saria para permitir el despliegue del sectory de la especulación del mundo del dinero.La apreciación cambiaria cumple una doblefunción. Por una parte, contribuye a generarel diferencial de tasas de interés entre la plazalocal y el mercado internacional, necesariopara atraer los capitales especulativos. Por laotra, deteriora la competitividad de la produc-ción doméstica, genera un déficit creciente enel balance de pagos y acrecienta la demanda decrédito externo.

    Los efectos contractivos de esta política secompensan mientras subsiste el ingreso netode fondos externos. Cuando esto cesa, los servi-cios de la deuda aumentan el desequilibrio delas finanzas públicas. Surge, entonces, la nece-sidad del superávit gemelo, es decir, provocarun superávit en el balance de pagos y en lasfinanzas públicas para servir a la deuda. Ladificultad de este ajuste fue precisamente la

    causa del aumento de la inflación durante lacrisis latinoamericana de la deuda externa. Elimpuesto inflacionario fue entonces el meca-nismo de ajuste para reducir el gasto internoy servir a la deuda1. Este grupo de medidasincluía la convertibilidad, el tipo de cambiofi jo,la privatización del régimen de previsión socialy la formación de las AFJP para administrar,a través de grupos privados, esa importanteporción del ahorro interno argentino. La rati-ficación del régimen de entidades financierasy de administración del BCRA, heredado de laprimera etapa figuraba en la misma categoría.

    La privatización de empresas públicas,particularmente en los sectores intensivosen las TIC (tecnologías de la información y lacomunicación) y la energía, tuvieron tambiénun efecto profundo en la distribución delingreso y en la apropiación del ahorro nacional

    1 Ver Ferrer, A. Vivir con lo nuestro. El Cid Editor. Buenos Aires, 1983

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    La construcción del Estado neoliberal en la Argentina

    Existen, por lo tanto, normas multilate-rales como, otro ejemplo, las de propiedadintelectual, que forman parte de la normativadel mundo globalizado que vivimos y que intro-

    ducen restricciones a la libertad de maniobrade las políticas del Estado nacional. Pero enestos y en todos los casos, las restricciones real-mente severas no son las que vienen de afuera,sino las de adentro, que responden a los inte-rese y visiones alienadas, hostiles al interésnacional.

    Otro tema de la convivencia externa radicaen el acceso a la información sobre la economíaargentina y su evaluación por organismosinternacionales, como es el caso de la previstaen el Convenio Constitutivo del art. IV, de losestatutos del FMI o los estudios de países de laOECD. En estos casos, conviene observar que,independientemente de que el gobierno argen-tino acepte o no, en la realización de tales estu-dios lo fundamental es la solidez de la economíaargentina y no pretender que esos informesconstituyan una vía de acceso al crédito inter-nacional y al beneplácito de los mercados. Estaúltima es la situación que, en nuestro caso ymuchos otros, fue la vía regia para el desorden

    económico, la reproducción del subdesarrollo yel malestar social. En otros términos, si el paísestá sólido de fronteras para adentro no tienenada que temer de las opiniones ajenas.

    Por último, están las restricciones externasque surgen de los compromisos asumidos enlos esquemas de integración regional como elMERCOSUR. Allí, las normas comunes debenresultar de la decisión de las partes de cedersoberanía en el contexto de estrategias quepotencien los desarrollos nacionales, afiancenla solidaridad de nuestros países y construyanun futuro común. Conviene observar que laestrategia integracionista puede, o no, estarcontagiada de la impronta liberal. En losacuerdos fundacionales de la integración de la Argentina y Brasil, durante las presidenciasde Alfonsín y de Sarney, imperó una estra-tegia de pleno desarrollo e industrialización deambas economías y de comercio e inversionesadministrados. Los acuerdos incluían, como uninstrumento principal, los acuerdos sectoriales

    fuentes de acumulación de capital y tecnología.La Argentina fue, por ejemplo, el único país delmundo que extranjerizó su empresa petroleray desmanteló, de paso, el acervo tecnológico

    acumulado por YPF.

    Gestión del territorio y recursos natu-

    rales. La provincialización de la propiedadde los recursos naturales, establecida en laConstitución Nacional, reformada en 1994, fuela decisión más profunda de la estrategia neoli-beral. Provocó la dispersión de la gestión delos recursos naturales en los gobiernos provin-ciales y fracturó la unidad de las políticas deexplotación de los mismos, necesaria para inte-grar las cadenas de valor, defender el ambientey la sociedad, maximizar las rentas públicas ydistribuirlas con equidad en el espacio federal.Instaló en la gestión de recursos naturalesel conflicto entre los intereses locales de lasprovincias y el de la Nación y el de las provin-cias entre sí por los recursos compartidos. Laexplotación de la riqueza minera fue encua-drada en el nuevo régimen constitucional y enla Ley de Inversiones Mineras Nº 224196/93,inspirada en los mismos principios del Estadoneoliberal.

     Restricciones externas derivadas del

    orden global

    En materia de compromisos externos queimponen límites a la libertad de maniobra delEstado nacional, existen algunos, distintos delos que surgen de la instalación del Estadoneoliberal en la Argentina. Se refieren, prin-cipalmente, a la membresía en organismosinternacionales como la OMC y el FMI y,últimamente, a la participación en el G20.En estos casos, el país asumió compromisosy debe defender sus intereses con toda laprolijidad y sutileza debidas. Es decir, apro-vechar las múltiples vías de convivencia connormas multilaterales, protegiendo el interésnacional. En estos días, observamos la quejade un amplio número de miembros de la OMCpor medidas recientes del gobierno argentino,tema del que se ocupa mi nota en  Diario BAE  de fecha 5 de abril del 2012.

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    La construcción del Estado neoliberal en la Argentina

    lento crecimiento con altas tasas de desempleoy la tensión extrema en los países vulnerablescuyas dos máximas expresiones son, por ahora,Grecia y España.

    En consecuencia, es previsible que la repa-ración del Estado nacional en la Argentinasiga teniendo lugar en un escenario de turbu-lencias financieras internacionales, estallidoscríticos focalizados e inestabilidad de las pari-dades cambiarias de las principales monedasy, consecuentemente, de las condiciones decompetitividad. Es decir, un escenario enel cual es esencial descansar en los recursospropios, invertir el ahorro interno en el circuitoproductivo, mantener bajos niveles de deudaexterna y consolidar la autonomía frente a losmercados internacionales y las condicionali-dades neoliberales. La firmeza y prolijidad enla administración y control de los mercadoses esencial y requiere que la economía operecon sólidos superávits gemelos en las finanzaspúblicas y los pagos internacionales. Este esun primer mensaje de las actuales tendenciasdel escenario internacional.

    El segundo se refiere a la emergencia de

    las NEI de Asia. El desarrollo de China, Indiay otras economías de Oriente configuran unescenario positivo para la Argentina, y tambiénriesgos. La ampliación de los mercados debienes y servicios genera nuevos destinos paralas exportaciones del país y la valorización desu producción primaria. Al mismo tiempo, laaparición de nuevos oferentes de manufac-turas, incluso las intensivas en las tecnologíasde la información y la comunicación, respal-dados con fuentes de financiamiento, planteanuevos problemas a la política industrial ytecnológica del Estado nacional. Bajo la seduc-ción de la mejora de los términos de inter-cambio de la producción primaria se corre elriesgo de reproducir, con el nuevo centro diná-mico de Oriente, la relación centro-periferiaque la Argentina tuvo en el pasado con el viejocentro hegemónico del Atlántico Norte. Laadministración del comercio exterior resultaasí esencial, atendiendo a la normativa exis-tente en la esfera internacional y utilizandotodos los medios disponibles para fortalecer

    la competitividad de la producción argentinay la preferencia de la producción nacional enel mercado interno. El fortalecimiento de lacompetitividad externa se construye desde

    las bases de los recursos propios y el mercadointerno.

    En resumen, en un mundo multipolar en elcual los mercados se multiplican y ha colapsadola hegemonía del pensamiento y los intereses“céntricos” en la organización de las relacionesinternacionales, el desarrollo económico delpaís descansa esencialmente en la eficacia de lapolítica económica del Estado nacional argen-tino y su capacidad de generar las sinergias delas esferas privadas y pública. Sinergias en lagestión del conocimiento, la movilización de losrecursos disponibles, la transformación de laestructura productiva, la integración del terri-torio y la proyección al mercado internacional.

    La transición. La reparación del Estadonacional ha avanzado en los últimos años. Harecuperado varias de las funciones esencialesque lo constituyen, pero subsisten restriccionesheredadas de la segunda etapa del Estadoneoliberal.

    Conviene recordar al respecto que lasreformas introducidas para instalar el Estadoneoliberal en la Argentina pueden clasificarseen dos categoría.

    La primera contiene aquellas reformasque son reversibles por el cambio de orienta-ción de las políticas públicas. Son los casosdel sistema financiero, el régimen cambiario,la deuda externa y el sistema previsional. Enesas esferas, para recuperar las facultades delEstado nacional, alcanza con nuevas normasadministrativas (por ejemplo, de la polí-tica monetaria y de tipo de cambio) o leyesaprobadas por el Congreso (nacionalizacióndel régimen jubilatorio, Carta Orgánica delBCRA).

    Incluso el complejo problema de la deudaexterna y las condicionalidades del mercadoy el FMI puede incluirse en esta categoríaporque, en efecto, en la situación extrema deldefault, existe una respuesta unilateral posiblede reconversión de la deuda, sin someterse a

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    presiones externa. Así sucedió, en efecto, conla exitosa operación de reconversión de deudaexterna y la cancelación de la pendiente con elFMI. Los planteos legales de los fondos buitres

    que poseen títulos de la deuda externa argen-tina que no entraron al canje, no han logradolos objetivos que persiguen y constituyen,apenas, una incomodidad menor.

    Es claro que soluciones como las quetomó Argentina en su crisis de deuda gene-raron hostilidad y dificultades de acceso a losmercados financieros. En la medida en que elpaís descanse en sus propios recursos, es decir,viva con lo nuestro, consolide sus equilibriosmacroeconómicos y competitividad, mantienelos niveles de deuda en límites manejablespor sus finanzas publicas y pagos interna-cionales, podrá operar normalmente en susrelaciones económicas externas y responder,con eficacia, a la turbulencia de los mercadosinternacionales.

    Los acontecimientos posteriores a lasalida de la crisis del 2001 revelan que fueposible operar en todos los campos mencio-nados y restablecer la capacidad autónoma demaniobra del Estado nacional.

    La segunda categoría de reformas  pro Estado neoliberal plantea dificultades mayores.Este es el núcleo duro de las restricciones ala libertad de maniobra del Estado nacional.Sus consecuencias siguen siendo graves sobreel proceso de desarrollo y en las relacionesinternacionales. Corregir las consecuencias dela provincialización de los recursos naturalesrequeriría una contrarreforma constitucionalcon todas sus complejidades institucionalesy políticas. En todo caso, dentro del régimenexistente, es necesario profundizar la coordi-nación y convergencia de las decisiones de lasprovincias con las políticas de la Nación.

    En las empresas públicas privatizadas yen las actividades amparadas por la Ley deInversiones Mineras, la pretensión del Estadonacional de lograr un comportamiento distintoal de los naturales intereses a corto plazo de los

    operadores, plantea, entre otros, eventualesproblemas legales como por ejemplo los obser-vados actualmente en la relación con YPF. Lomismo sucede con los compromisos externos

    con el CIADI y los acuerdos bilaterales degarantía de inversiones. La recuperación defacultades del Estado nacional puede generardiferendos legales externos, fallos y arbitrajes,contrarios a las decisiones públicas adoptadas.Este es un terreno en que la construcción de“políticas de Estado” es indispensable parafortalecer la posición negociadora externa,reformar las normas jurídico institucionalesque constituyen la peor herencia del Estadoneoliberal y recuperar la soberanía.

    Por último, es necesario diferenciar entrelas restricciones a la libertad de maniobra delas políticas públicas impuestas por el Estadoneoliberal de las que surgen de la normativavigente en el orden político económico mundial.Las primeras se resuelven con la consolida-ción del Estado nacional. Las segundas, conlo mismo, la eficacia de la política nacional dedesarrollo y el manejo prudente y firme de lasrelaciones económicas internacionales. Cadapaís tiene la globalización que se merece en

    virtud e la fortaleza de su densidad nacional.

    La densidad nacional. En definitiva, elejercicio efectivo de la soberanía para poderdecidir nuestro propio destino dentro del ordenglobal requiere la vigencia del Estado nacionaly este la consolidación de la densidad nacional. Vale decir, la cohesión e inclusión social, laimpronta nacional de los liderazgos, la esta-bilidad de las instituciones de la democracia yla capacidad de ver el mundo desde nuestrasperspectivas, es decir, el pensamiento crítico.La progresiva transición desde el Estado neoli-beral al Estado nacional en los últimos añospuede explicarse por los avances que se hanlogrado en esos componentes de la densidadnacional. Con todo, la agenda pendiente siguesiendo importante.

     París, abril 2012