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LA ORDENACIÓN MINERO-AMBIENTAL COMO INSTRUMENTO DE INTEGRACIÓN DE LA ACTIVIDAD MINERA EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE. MINING-ENVIRONMENTAL SPATIAL PLANNING AS THE TOOL TO INTEGRATE MINING ACTIVITIES WITHIN SUSTAINABLE DEVELOPMENT Esther Alberruche del Campo 1 , Bruno Martínez Plédel 1 , Julio Cesar Arranz González 1 y Daniel Barettino Fraile 1 . 1 Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Ríos Rosas, 23. 28003 Madrid. España. RESUMEN En esta ponencia se presentan las propuestas y actuaciones que está efectuando el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en el marco de una línea de trabajo denominada Ordenación Minero-Ambiental de los Recursos Minerales , que tiene como objetivo la integración de la actividad minera en la ordenación del territorio, como paso fundamental para la consideración de la explotación de los recursos minerales en las estrategias para el desarrollo sostenible. Estas actuaciones tienen como principal ámbito de aplicación el sector de las rocas y minerales industriales, ya que la abundancia relativa de estos recursos permite el análisis de diferentes localizaciones alternativas para el emplazamiento de las explotaciones mineras, y la selección, por lo tanto, de la más óptima desde el punto de vista ambiental y minero. ABSTRACT This paper presents proposals and actions endorsed by the Instituto Geológico y Minero de España 1 (IGME) following a work line known as Mining-Environmental Spatial Planning of Mineral Resources. Its objectives are the integration of the mining activity in the spatial planning process, as fundamental step to integrate the mining processes in the sustainable development strategies. The area of application of these actions is the industrial mineral and rock sector, since the relative abundance of these resources permits the analysis of 1 Spain Mining and Geology Institute

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rentabilidad económica sin tener en cuenta los costes ambientales que pudieran derivarse. En la Minero de España (IGME) en el marco de una línea de trabajo denominada Ordenación Minero-Ambiental minerales y la protección del medio ambiente son incompatibles, y ésto es así porque durante mucho Existe en la sociedad una creencia generalizada de que la extracción y aprovechamiento de los recursos Spain Mining and Geology Institute Fraile 1 . 1 1

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LA ORDENACIÓN MINERO-AMBIENTAL COMO INSTRUMENTO DE INTEGRACIÓN DE LA ACTIVIDAD MINERA EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE.

MINING-ENVIRONMENTAL SPATIAL PLANNING AS THE TOOL TO INTEGRATE MINING ACTIVITIES WITHIN SUSTAINABLE DEVELOPMENT

Esther Alberruche del Campo1, Bruno Martínez Plédel1, Julio Cesar Arranz González1 y Daniel Barettino Fraile1.

1Instituto Geológico y Minero de España (IGME). Ríos Rosas, 23. 28003 Madrid. España.

RESUMEN

En esta ponencia se presentan las propuestas y actuaciones que está efectuando el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en el marco de una línea de trabajo denominada Ordenación Minero-Ambiental de los Recursos Minerales, que tiene como objetivo la integración de la actividad minera en la ordenación del territorio, como paso fundamental para la consideración de la explotación de los recursos minerales en las estrategias para el desarrollo sostenible. Estas actuaciones tienen como principal ámbito de aplicación el sector de las rocas y minerales industriales, ya que la abundancia relativa de estos recursos permite el análisis de diferentes localizaciones alternativas para el emplazamiento de las explotaciones mineras, y la selección, por lo tanto, de la más óptima desde el punto de vista ambiental y minero.

ABSTRACTThis paper presents proposals and actions endorsed by the Instituto Geológico y Minero de España1 (IGME) following a work line known as Mining-Environmental Spatial Planning of Mineral Resources. Its objectives are the integration of the mining activity in the spatial planning process, as fundamental step to integrate the mining processes in the sustainable development strategies. The area of application of these actions is the industrial mineral and rock sector, since the relative abundance of these resources permits the analysis of different alternative locations for the setting up of mining exploitation facilities, and hence, the selection of the optimum locations in both mining and environmental terms.

1. INTRODUCCIÓN

1 Spain Mining and Geology Institute

Existe en la sociedad una creencia generalizada de que la extracción y aprovechamiento de los recursos minerales y la protección del medio ambiente son incompatibles, y ésto es así porque durante mucho tiempo la actividad extractiva se ha desarrollado de una forma desordenada, buscando la máxima rentabilidad económica sin tener en cuenta los costes ambientales que pudieran derivarse. En la actualidad, la inclusión de criterios ambientales, junto a los de carácter técnico-económico, en la selección del emplazamiento, diseño y método de explotación ha permitido minimizar en gran medida muchos de los impactos generados por la minería.

La actividad extractiva debe ser considerada, además, como un uso del suelo transitorio y no terminal. La extracción de los recursos minerales a cielo abierto implica generalmente unos períodos de ocupación de los terrenos que no superan los 20 ó 30 años, salvo casos especiales como los grandes yacimientos metálicos. El abandono de estas áreas se debe efectuar de una forma juiciosa y responsable, de manera que los terrenos afectados vuelvan a ser útiles para un determinado uso, sin perjudicar al medio ambiente. Es necesario, por lo tanto, la rehabilitación o restauración de la zona afectada para poder alcanzar un equilibrio entre desarrollo económico y conservación de la naturaleza.

En nuestros días es una idea universalmente aceptada que la garantía de que el desarrollo de las distintas actividades humanas se produzca en equilibrio con la protección y conservación del medio ambiente (en definitiva, el desarrollo sostenible), pasa por una adecuada planificación del territorio. El compromiso entre la extracción de los recursos geológicos y la protección ambiental es posible, y debe ser alcanzado en el marco de una adecuada ordenación territorial, teniendo en cuenta las peculiaridades de la actividad minera ligadas a la ocurrencia y descubrimiento de los yacimientos y depósitos minerales.

La ordenación del territorio es definida en la Carta Europea de Ordenación del Territorio como “la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de una sociedad”. El objetivo último de la planificación territorial es la distribución espacial de las actividades dentro de un marco estratégico de crecimiento definido, de forma que se garantice el desarrollo socioeconómico equilibrado, la mejora de la calidad de vida, la gestión responsable de los recursos naturales y la protección ambiental, y el uso racional del territorio.

Esta distribución de usos, entre ellos el minero, debe realizarse en el marco de una estrategia de desarrollo socioeconómico, cultural y ambiental determinada, y de acuerdo con los siguientes principios [7]:

- Adaptación de la actividad a la capacidad de acogida del territorio.- Optimización de las interacciones entre las actividades a localizar, en el espacio y el

tiempo.

- Uso múltiple del territorio: superposición de actividades compatibles en espacio y tiempo, aproximando las complementarias y alejando las incompatibles.

En definitiva, la ordenación del territorio persigue la localización óptima, dentro de un determinado ámbito geográfico, de las diferentes actividades humanas en función de la vulnerabilidad, potencialidad y capacidad de acogida del medio, y grado de compatibilidad entre los diferentes usos de los recursos naturales.

La planificación territorial ejerce un papel integrador de las diferentes políticas sectoriales con proyección espacial, y es desde esta perspectiva global e integradora como se debe abordar la problemática medioambiental derivada de la actividad extractiva. La importancia económica de la explotación de los recursos minerales y su creciente demanda, y la mayor sensibilidad social ante los problemas ambientales, hacen necesario armonizar ambos intereses a fin de garantizar el desarrollo sostenible, y es en este contexto donde la ordenación minero-ambiental constituye un importante instrumento de planificación que puede dar solución de forma satisfactoria a este dilema.

2. LA ORDENACIÓN MINERO-AMBIENTAL

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) es un organismo público de investigación adscrito al Ministerio de Ciencia y Tecnología que tiene como cometido, entre otras muchas funciones, el estudio, inventario y evaluación de los recursos geológicos y minerales considerados como un recurso y un patrimonio no renovable, para propiciar su uso ordenado y compatible con el entorno natural.

El desarrollo sostenible de la industria extractiva precisa de la consideración de dicha actividad en el marco de una adecuada ordenación del territorio, emplazando los centros de explotación en aquellos lugares donde sea compatible el beneficio óptimo de los recursos con la protección y conservación de nuestro medio ambiente. Con este objetivo, el IGME viene desarrollando desde hace una década una línea de trabajo denominada “Ordenación Minero-Ambiental de los Recursos Minerales”, cuyo fin primordial es sentar las bases para una explotación racional y ordenada de los recursos geológico-mineros que garantice la protección del medio natural y el bienestar o calidad de vida de los ciudadanos.

Es evidente que para poder llevar a cabo una planificación u ordenación de la actividad minera es necesario previamente:

- Un conocimiento profundo y minucioso de los recursos mineros del territorio, su delimitación geográfica, y la caracterización de la calidad y cantidad de los mismos.

- El análisis del consumo actual y la previsión de la demanda futura de estos recursos.

- El estudio de las características propias y los condicionantes técnico-económicos que presenta la explotación minera de los diferentes tipos de recursos geológicos.

La investigación geológico-minera del territorio nacional es una de las principales funciones que realiza el IGME, y constituye el conocimiento básico sobre el que se sustenta la ordenación minero-ambiental. La cartografía derivada de dicha investigación es en sí misma un instrumento fundamental para la integración del recurso minero en el proceso de planificación territorial, en tanto que, permite localizar un recurso natural no renovable de gran valor que debe ser considerado a la hora de asignar los diferentes usos en el territorio.

La planificación territorial debe contemplar los aspectos y peculiaridades propios de la actividad minera que garanticen su uso racional y compatible con otras actividades. Esta falta de conocimiento básico geológico-minero en los diseños de ordenación territorial ha supuesto, en muchas ocasiones, restricciones al acceso a recursos geológicos de gran importancia económica para su explotación, por lo que parte de éstos han quedado bloqueados o “estirilizados” por haber sido asignado al terreno otro uso [13]. La asignación del uso minero en el proceso de planificación sin considerar las exigencias y características propias de la industria extractiva puede favorecer la calificación de áreas mineras a zonas con recursos que no cumplan los estándares de calidad, o que no posean reservas suficientes que garanticen la demanda futura de un determinado material, mientras que los yacimientos mejores y más rentables son imposibilitados para su explotación al serles asignados usos incompatibles con la explotación de sus recursos.

El aprovechamiento minero de los recursos geológicos entra en fuerte competencia con otros usos del suelo (urbano, turístico, de esparcimiento y recreo, conservación de biotopos, agricultura, utilización de acuíferos para abastecimiento, etc.). Este enfrentamiento de intereses, en principio antagonistas, genera una intensa conflictividad a la que debe darse solución. La aplicación de buenas prácticas mineras y de restauración, y el análisis de alternativas de localización en función de la capacidad de acogida del territorio y del grado de compatibilidad con los restantes usos, constituyen la base sobre la que es posible alcanzar una situación de consenso entre la actividad extractiva y el aprovechamiento de los otros recursos naturales.

A diferencia de otros tipos de actividades humanas, en las que se puede estudiar y analizar la localización óptima para su implantación dentro de un ámbito territorial, en la minería la puesta en marcha de la actividad extractiva está condicionada por la localización y existencia de los recursos mineros. En la mayoría de los casos, la localización viene prefijada por la ubicación de los recursos, determinando el espacio físico donde implantar la explotación

minera. Cuando se presentan estos casos no cabe más análisis que el de la viabilidad económica y ambiental del proyecto minero en la única localización posible, que es aquella donde se ubica el yacimiento. Este es el caso de la minería metálica y energética. Sin embargo, dado que este tipo de recursos minerales tiene un alto valor económico unitario, el compromiso entre explotación y protección ambiental puede alcanzarse en estos yacimientos, cuyo carácter es de anomalías geológicas localizadas en ciertos lugares específicos y escasos de la litosfera, mediante el desarrollo de proyectos mineros que tengan en cuenta los aspectos ambientales desde sus etapas iniciales, aplicando diseños y medidas preventivas y correctoras de impacto, e incorporando proyectos de recuperación ambiental de los terrenos, siempre que el análisis y evaluación de la viabilidad ambiental del proyecto asegure que no se afecta severa e irreversiblemente a ningún elemento del medio.

Existen, sin embargo, algunos tipos de rocas y minerales industriales que se presentan en la naturaleza con relativa abundancia, y amplia distribución geográfica. Este es el caso de los recursos de áridos naturales y de machaqueo, calizas y algunas clases de arcillas. Aunque las rocas ornamentales (pizarras, granitos y mármoles fundamentalmente) se encuentran circunscritas a unas determinadas áreas muy localizadas geográficamente, su extensión superficial es suficientemente amplia como para poder plantearse la selección de los emplazamientos más adecuados para la apertura de canteras, en un contexto general de ordenación territorial.

Es en el sector de rocas y minerales industriales donde la ordenación minero-ambiental se configura como un instrumento eficaz de planificación e integración de la actividad minera en las estrategias para el desarrollo sostenible. La abundancia relativa de recursos permite analizar diferentes alternativas de localización de explotaciones, pudiéndose seleccionar la más óptima desde el punto de vista de la mayor rentabilidad con el mínimo impacto posible.

Los estudios y proyectos de ordenación minero-ambiental desarrollados por el IGME han tenido como objetivos:

- La elaboración de un Mapa de Ordenación Minero-Ambiental, que sirva como base para la integración de la actividad minera en los planes de ordenación territorial.

- El diseño de explotaciones que garanticen el aprovechamiento racional y seguro de los recursos mineros, con la menor afección al medio ambiente.

- La definición de criterios y diseño de modelos de restauración de los terrenos afectados por la minería.

El Mapa de Ordenación Minero-Ambiental es una herramienta cartográfica fundamental para la integración de los recursos minerales y la actividad minera en la planificación territorial. Este mapa representa una zonificación del territorio, soporte de los recursos mineros, en

función de la viabilidad de explotación según criterios mineros y ambientales. Con este instrumento de planificación se obtiene el diseño de una propuesta de ordenación de las áreas con recursos potencialmente explotables en la que se definen y delimitan: zonas de protección ambiental, donde no es recomendable la explotación, y zonas explotables con diferentes niveles de prioridad.

La metodología desarrollada para la realización de esta cartografía, soportada en Sistemas de Información Geográfica (SIG), se basa en el análisis de la capacidad de acogida del territorio ante la actividad extractiva, ésto es, el balance entre potencialidad o aptitud del territorio desde el punto de vista minero, y su fragilidad o vulnerabilidad ambiental ante la explotación minera.

El esquema metodológico aplicado se estructura en dos fases fundamentales denominadas Diagnóstico Territorial y Zonificación del Territorio (Figura 1). Ambas etapas se basan en:

- El conocimiento profundo y la cartografía temática, de elevada calidad y rigor científico, de los diferentes elementos que constituyen el medio y que integran la fase previa de Inventario Ambiental.

- La caracterización geológica y tecnológica de los diferentes tipos de recursos minerales potencialmente explotables y su correspondiente cartografía, resultado de la investigación geológico-minera.

- El análisis y caracterización técnica y ambiental de la explotación minera de los recursos, en el que se identifican los impactos y las exigencias técnicas de la actividad extractiva.

Figura 1.- Esquema metodológico para la realización de mapas de ordenación minero-ambiental.

A partir de esta información exhaustiva se realiza el Diagnóstico Territorial, que tiene como objetivo la determinación de la capacidad de acogida del territorio ante el uso minero, que se realiza a través de un modelo impacto/aptitud. En esta fase se lleva a cabo una evaluación de la fragilidad o vulnerabilidad del medio ante la actividad extractiva, que a su vez será función del valor natural o valor de conservación del territorio, y un análisis de la potencialidad o aptitud de éste para la explotación de los recursos minerales. El balance entre ambas variables determina la capacidad de acogida del medio ante la extracción minera. La evaluación del valor natural, impacto y aptitud se realiza por desagregación en componentes y asignación de coeficientes de ponderación a cada uno de ellos [7]. El uso de escalas de valoración y coeficientes de ponderación normalizados para todos los componentes evaluados permite que los resultados intermedios y finales de las valoraciones sean siempre homogéneos, comparables y fáciles de manejar.

La Zonificación del Territorio constituye la fase última de la propuesta de ordenación, en la que se zonifica el territorio, de cara a la explotación minera, en función de su capacidad de acogida y de la aplicación de criterios excluyentes o condicionantes para el desarrollo de la actividad extractiva (protección de núcleos urbanos, ecosistemas de alto valor, yacimientos arqueológicos, incidencia visual, etc.). El resultado final de este proceso es la definición y delimitación, en las áreas con recursos minerales potencialmente explotables, de:

- Zonas de Protección Ambiental en las que el impacto o afección de la actividad minera sobre otros recursos naturales y componentes ambientales, es muy elevado e incluso irreversible. En estas áreas se recomienda la exclusión del uso minero.

- Zonas Explotables con diferentes niveles de prioridad, en las que es posible la explotación minera y la conservación del medio. Se establece una jerarquización de las mismas en función del grado de afección que pueda ocasionar la actividad extractiva, determinándose zonas con diferentes niveles de prioridad.

Figura 2.- Mapa de ordenación minero-ambiental de la explotación de áridos en Alhaurín de la Torre (Málaga). Escala original 1:10.000. [9] [12]

El resultado final del proceso de ordenación descrito es el Mapa de Ordenación Minero-Ambiental, que representa una infraestructura básica de integración de la actividad minera en la ordenación territorial, garantizando un uso más racional de los recursos minerales.

El método de evaluación aplicado se caracteriza por ser sistemático, transparente y fácilmente reproducible. El uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG) en todo el proceso de ordenación permite el análisis y gestión de un gran volumen de información cartográfica, y un alto grado de automatización en las evaluaciones.

Los estudios y proyectos de ordenación minero-ambiental contemplan, además, el Diseño de Modelos de Explotación, con el fin de lograr la optimización de la rentabilidad de la explotación, la minimización de los impactos sobre el medio ambiente, y la mejora de las condiciones de seguridad en las explotaciones. En este apartado se incluye el diseño de las

geometrías de las explotaciones, la secuencia y programa de explotación, los métodos y tecnologías de arranque, carga y transporte, los diseños de pistas y accesos, de drenaje y tratamiento del agua, y de los depósitos de estériles.

En estos proyectos se aborda también la definición de Criterios y Modelos de Restauración de las Explotaciones. Su contenido técnico contempla la determinación del uso del suelo más recomendable, la remodelación y preparación de superficies, los drenajes, las enmiendas edáficas, la selección de especies vegetales, los métodos y técnicas de plantación y siembra, el programa y secuencia de operaciones, y de seguimiento y control.

En la ordenación minero-ambiental de áreas que ya sufren una intensa explotación de los recursos mineros, con la consiguiente problemática ambiental derivada, se incluye además un Plan Director Minero-Ambiental. Los objetivos de dicho plan son corregir y minimizar los problemas técnicos y ambientales existentes, consiguiendo una mayor racionalización y planificación de las explotaciones mediante la realización de proyectos globales de infraestructuras comunes para las áreas con concentración de explotaciones activas, y proyectos conjuntos de explotación y restauración. Los resultados obtenidos en las fases anteriores son incluidos en el plan, aplicándose los criterios y modelos de explotación y restauración diseñados sobre las zonas óptimas para la implantación de la actividad extractiva, según el Mapa de Ordenación Minero-Ambiental.

Los estudios y proyectos de ordenación minero-ambiental desarrollados por el IGME han sido el resultado de la colaboración con las Administraciones Locales y Autonómicas fundamentalmente, en el marco de una política orientada al desarrollo de espacios deprimidos que disponen de importantes recursos mineros, o bien la ordenación de áreas en las que existe una importante conflictividad de usos entre crecimiento urbano y explotación minera. Las escalas de trabajo pueden ser muy variadas, y pueden abarcar ámbitos regionales (escalas 1:200.000 a 1:50.000), comarcales o supramunicipales (1:50.000 a 1:10.000) y locales (1:10.000 o superiores). Los proyectos realizados, ámbito geográfico, escala y resultados son descritos en la Tabla 1.

ESTUDIO RECURSO RESULTADOS

MAPA ORDENACIÓN

MINERO- AMBIENTAL

PLAN DIRECTOR

Superficie (ha)

EscalaSuperficie (ha)

Escala

LA CABRERA(LEÓN)1995

Pizarrapara

techar

Mapa de Ordenación Minero-Ambiental

Modelos de ExplotaciónModelos de Restauración

84.450 1:25.000 - -

ALHAURÍNDE LATORRE

(MÁLAGA)2000

Áridos

Mapa de Ordenación Minero–Ambiental

Modelos de ExplotaciónModelos de RestauraciónPlan Director

3.200 1:10.000 1.368 1:5.00

0

CAMARGO(CANTABR

IA)2002

Áridos

Mapa de Ordenación Minero–Ambiental

Modelos de ExplotaciónModelos de RestauraciónPlan Director

3.946 1:10.000 1.120 1:5.00

0

MURCIA(en

ejecución)

MármolComerci

al

Mapa de Ordenación Minero–Ambiental

Modelos de ExplotaciónModelos de RestauraciónPlanes Directores

200.500 1:50.000

aprox. 2.000

1:5.000

Tabla 1.- Estudios del IGME de Ordenación Minero - Ambiental

4. CONCLUSIONES

La ordenación minero-ambiental constituye un instrumento básico y fundamental de planificación para la integración de la actividad minera en el desarrollo sostenible, ya que posibilita un uso racional y óptimo del recurso minero, compatible con la conservación y mantenimiento de la calidad del medio.

La inclusión de los recursos minerales y su explotación en el proceso general de ordenación territorial desde un conocimiento profundo de los recursos a ordenar y de la capacidad de acogida del territorio, permite el diseño de propuestas de ordenación compatibles con los modelos de desarrollo sostenible.

Los Mapas de Ordenación Minero-Ambiental se configuran, por lo tanto, como la infraestructura básica para la integración de la explotación minera en la planificación territorial y sectorial, siendo un instrumento especialmente útil para la toma de decisiones de Organismos competentes en materia de Medio Ambiente y Minería.

5. BIBLIOGRAFIA

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[3] Barettino, D., Arranz, J.C. y Martínez Plédel, B.: “Ordenación Minero-Ambiental de los Recursos en el Sector de la Piedra Natural”. CD.ROM de las Actas del II Congreso Internacional de la Piedra Natural. Madrid. España. 1998.

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[5] Barettino, D., Donaire, M., Martínez-Plédel, B., Alberruche, E., Aparicio, M. y Arran, J.C.: “Mining and environmental planning of aggregate exploitation in Alhaurín de la Torre (Málaga)”. Proceedings of the International Congress on Mine, Water and Environment. IMWA. Sevilla: 685-690. 1999.

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[9] IGME: Ordenación minero – ambiental de la explotación de áridos en Alhaurín de la Torre (Málaga). Informe inédito. Servicio de Documentación del IGME. Madrid. 6 tomos. 2000.

[10] IGME: Ordenación minero – ambiental de la explotación de áridos de Camargo (Cantabria). Informe inédito. Servicio de Documentación del IGME. Madrid. 4 tomos. 2002.

[11] Lüttig, G.W.: “Approach to the problems of mineral resources´ extraction, environmental protection and land-use planning in the industrial and developing countries”. En P. Arndt y G.W. Lüttig (Eds.): Mineral resources´ extraction, environmental protection and land-use planning in the industrial and developing countries. E. Schweizerbart´sche Verlagsbuchhandlung, Stuttgart, pp. 7-13. 1987.

[12] Martínez-Plédel, B., Arranz, J.C., Alberruche, E., Donaire, M. y Barettino, D.: “Ordenación Minero-Ambiental de la explotación de áridos en Alhaurín de la Torre (Málaga)”. CD ROM de las Actas del XI Congreso Internacional de Industria, Minería y Metalurgia. Asoc. Nacion. de Ingenieros de Minas. Zaragoza (España). 2002.

[13] Stenestad, E. Y Sustrac, G.: “The role of geoscience in planning and development”. En Lumsden, G.I. (ed.): Geology and the Environment in Western Europe. Oxford Academic Press, Londres, pp. 281-301. 1994.