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Q U E E N L A A B E R T U R A
DE L A R E A L A S O C I A C I O N
D E C A R I D A D
D B L O S P O B R E S P R E S O S ,
PRONUNCIÓ
D. J U A N G U A L B E R T O M U R I E L ,
D IA t6, DE ENERO l^o6.
C O N l i c e n c i a :V A Z E N C J A Y O F IC IN A J )£ L VIARJO^
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Omnia quae a noMs geruntur , non ad nostram utilitatem €t commodutn , sed ad Patriae sa* luicm conjerre debemus, C ic -
S E Ñ O R E S .
S i en algún tiempo se m iró con Indifcren* cía la necesidad y la miseria de las C á rcele s , llegó la feliz época en que reposan seguras baxo la deliciosa sombra de una A so ciación Real , para su alivio . Bien veo que los senrimientos de un Filósofo Gencil ( c u yas palabras acabais de oir ) debieran ser-i- vir de estímulo a todo buen Patricio para fomentar en la Sociedad la utilidad de sus In d iv id u o s ; pero también co n o zco al m ismo tie m p o , que estos por sí solos no son capaces de instruirnos en nuestros deberes com o c o n v ie n e , si no nos asimos de la R elig ión S a n ta , que por especial don de la D iv in a Providencia profesamos.
N a c ió el hom bre para v iv ir en Sociedad así lo decreto el Ser S u p re m o , p ri
vándole de lo que absolacamcncc neccsica«
cQ- c l áesamparo de la v id a saivagc. Para ^lìo;., t;auaque dexó sellado! en nuèstrojs coraz.pn^s el am or propio ., :nos inspiro al m ism o tiem po cierto sentimisrico de >büena voluntad hacia nuestros progim os. Estas dos particulares miras j ¿ íb ie r i se repara , lejos de contener c o n tr a r ie ^ d algUna en su5 o b jetos , nos conducen insensiblemente à p ra r C-urar: nvies.trp bien e s ta r , fundando u^a- ú ú l y^/bien arreglada Soci,edad ; esj: , debiendó. ^pscar la Justicia ,, quq.4-éfren%,.^:astiga las inn^oderadas , acciones de sus ií»divid uos, debe igualmente, perder de vista la M iseric o r d ia , que es la. que sirve de refrigerio y a liv io à sus miserias. T o d o buen .C iu d ad ano debe sacrificarse siempre p o r la Patria, aspirando a. facilitarla el bier? en quanto
pueda^j.jEa, efecto : ¿ qué es lo. q u e siempre sostuvaj Ja,..S;oeiedad ? Registrad reeorrcd; los fastos de la a n tig ü e d a d , y encontrareis sin,-duda que, este fue el sólido principio;! sobre que se fundaron las mas lialagiienaS: esperanzas, lográndose con ellas recoger el sazonado fruto que prom etían la aíSividad y celo patriótico. ^
P ero no , no dediquéis el t ie m p o à tra-
$bajo tan arduo > quando se dcxan ver c á nuestro Pàtrio Suelo prodigiosos dechados^ que atraen, dulcemente nuestra voluntad, desterrando en un todo el eeoism o.
V alen cia : feliz V alen cia : ni abrigas en tu materno seno esclarecidos H i jo s , que pc^ Dctrados de un fino .patriotism o, y persuadidos de sus utilidades , hacen sobresalir los fecundos in g e n io s , y añaden nuevo b r il lo a la i hermosas Arces con sus incesantes y la boriosas tarcas. T u cuidadosa siempre de la perfccpiort y adelantamiento de tus N atu rale s , corres ansiosa a im plorar la clem encia y protección b enigna de tus generosos M o narcas. N os dexas ver, en testim onio de es- ta verdad auténtica magníficos C ongresos, que m ezclando lo líril con lo dulce , atraen la em ulación de la Ju ven tu d mas fogosa, hasta elevar sus'álinas à ser líales al Estado. i Mas ah ' qué si experimenta V alen cia la sublimidad de sus Socios por la beneficencia de los Augustos Borbones , no es menor la que se le proporciona • para c o n suelo de sus Desvalidos con la anuencia benigna de estos Reyes.
. A q u í sí que. estimulando la C o rte alB
V ü le n m a o / ho sufre su co raro n tnágnáni- mo ver ábatiáa la miseria dei infeliz y desg ra c ia d o '^ s m rérnediar l ige ro ncccsidad ran conocida , hdsEa' hacerla pácente' al m ism a
T r o n o . I lústre 'Asociación. ^ . Am ados S o c io s , co n o z c o que salo lös imeceses del bien pu-blico son los que os animan , y csfuer- zah à adoptar un intento can úñl Y grandioso para el bien de vuescrá Patria y de vuestra R elig ión . O s v e o , d ig o , reunidos por primera vez compietamence para m a n ifestar los sentimientos de hum anidad que no podéis ocultar de m odo a lgun o en vuestro n oble pecho.
N o se puede dudar que el h o m b r e , si se guiase solo por los estímulos de la razón n a tu r a l , apenas podría separarse s in 'm u c h a dificultad de lo justó y equitativo : pero co m o encuentra rantos contrarios en sí m ism o quancas son sus pasion es, y estas c o n tinuam ente arman cruelísimas guerras intes- t in as, de las que es m uy difícil el e fu g io ; sucede con espanto asombroso verse el hom« bre ven cid o por sus mismos domésticos.
C o n m ucho horror m iraron ¡os anti-¡ guos Filósofos los estragos causados por la
‘7.numerosa n i A i c u d l s. p a c io n es: ello es cierto qug al,miserable, vencido en esta guerr- ra',l& Veín0S condenado á mil 'cormcncos, por satisfacer á una pasión grosera é irrar c io n a l, q u izá conocida cpmo: tal en el instante mismo ds aceptarla^; por dar pávulo a una ven gan za vacía ,de verdadero fruro, , y llena en sí de amargura-tasoportrable , en el «punco m ismo de - su cpnsecucioíi j , entregarse a U ambiciori. y codicia h um a- . na>, que es tanco lo que devora co m o lo que lisongca 5 esclavo de sí m is m o , dom i- , nado de crueles pasiones, g im e , l lo ra ,.su spira , mas con su encendim iento , cerrando, los oidos á las voces de una rc¿la razón y con su voluntad abrazando las co-. sas mas conirarias , se declara en un p u n - ; co^fincmigo de la Sociedad perjudicial á la Patria , c insensible á la R e lig ió n . .
Considerad ahora el deplorable estado a q ue está-expuesta nuestra naturaleza: m irad sofocados los impulsos y prim itivos m o vimientos d e l 'a n im a l so c ia b le , y reparad que si el. P u blico bien se interesa en sus aumentos., jamáí; debe desentenderse de sus reparaciones*,' .
' A b o rrccc , s í , dctcsfa !sobrc m aacfa . í l "sagrado de las Leyes la generación n u m c- Tosa de los Crím enes , mas no p o t cs5 desc^ icha, de sí á los Grim inalcs 5 si los asegü-
ta en las Cárceles p u b licas , no es tanto para su castigo c o m a para su defensa, scgíih sátiam en te güia-dó por las leyes de^la^hü^ mailidad 5 'el glotiósd- Moháí-Ga AU ’fonso el D écim o , á cfuiéd distinguió su siglo^ cori '¿i títu lo de Sabio , prórhülgandq ch su ley 1 1 . tírül'b ^ ? . partida 7 . * , qúe: L a Cárcel dihe ser 'para guardat los Cresos^ h non para facerles enepíiga mn otro mal , fiin darles en ella pena. ÉLlo e s , que el rencor, la ira , la v e n g a n z a , son otras tantas fieras q o t indubitablem ente les persiguen , si la Justicia benigna y cuidadosa n o - fa c il itará £l am paro y protección al de¿aido.
c Dexan acaso de set lo s ’ Éncárcelados M iem bros de la Sociedad ? £ Pondrem os eh
duda su d erech o 'p ara que funden ellos sus esperanzas en las leyes de hum anidad? ¿Se
rá justo q a e se abandonen estos: M iem bros sin qué la Sociedad aplique los medios mas saludables y oportunos para su total curación y rQmecÜQ ? C reo no puedo dar oidos
à otras, voces que à las que vosotros respondéis (m is amados Socios) que penetcav dos de-escás consideráciones , miráis co;i compaslon lastimosa Jo que otros enem igos del Público detestan con horror y con es panto. Despreciaré sus máximas,,, que cinénr dose so la à an. aparente ,)3Íen s ia consisten^ eia , pretenden sofocar h^^a.^loi-derccbos de U; humanidad misma. ¡
■ EJfrpróspeáto . de-Vuestra A sociación Ies hará vèr bien claramente quán conformes son vuestras operaciones al bien publico^ quáns^dapcables à lo que es justicia , y quán arregladas à la R e lig ió n . N o lo dudéis. El hom bre, quando entra en el conocimiento^ de sí. niismo , advierte xiertam ente las m or yim ientos disonantes a la razón , refrena los efcólos que producen unas pasiones , que si no se-sofoí:aron en s]i náciniiencb , les priva al menos su acrecentamiento y medro, y en f i n desvia su voluntad del apego ad^ quirido C o n la costumbre de sus repetidos aótos, los que va,xii¡nando com o v i le s , des- preciables , y digiTCiS de un con tin uo llanto , com o se lo a c r e d ita ia amarga experiencia en sus mismos hechos. < Y quién ig -
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tvñora que para tal efeéto se cscablcce está respetable Junta ? e-Ncgara a lgu n o que tos princjpips, de conociaiicnro: si .no son a yu d a d o s , quandp no enteramente > al mc-- nos de una laudable em ulación prod ucen sucesos m aravillosos? En e f c í t o : s¡ reflexionamos sopre los fupdamca,tales principios de la pe.rdicioa de estos, m iserables, hallaremos que una educación nada buena , los cxempibs sin exccn plo , las compañías desg ra c ia d a s , fueron la principal causa que arrastrándoles al precip icio-, jamás pudieron dar el lustre correspondiente á sus entendimientos. U n a falsa f i lo so fía , los ab u sos que han m anchado la cristiana Reli^ g i o n , las débiles ¡deas de lo que es verdadera Sociedad /. el desprecio d e su propio bien , juzgan d o hallarlo en sus,mismos d e l i to s , son fdsos cimientos sobre que se sostiene su miseria. ; Desgjracia por cierto d ig n a de am argo llanto i N o hay duda que si reflexionamos Jos desórdenes que se o r ig in ad de estas crueles máximas im buidas en los. corazones de estos in fe lic e s , lejos de causarnos la m enor indiferencia , debem os
corregir b boírarlas im p rim ien d o en sus
inrè ñores las verdaderas ideas del hotiibrc s o e ia b lc y religioso i sia que nos'déscuidc- mos eii borrar de sus cntcndìniiéatòs ]kú densas nieblas con que íes cubte la ia l ia - manidad y barbarie.
Este fue el incenco en diversas ocasiones , pero jamás pudo verificarse : SabcÍs m uy bien- que siempre hubo' Sagctos Incc- rcsados en obra taa plausible. Llamardn a' las puercas , pero el son id o de !a vo z me- ancóliea de la miseria encorpeció los oídos le los ’ quc eraa llamados j se presentó i sú vista esta lastimosa caíáscrofc , mas ccrra- ron los ojos por no ser espectadores de tragedia can funesta.
<Pero à qué fin recordaros tan crue+ les memorias? i A qué obligaros à rcflcxío-- uar el a n tig u o 'e s ta d o de vuescro ago viad o celo y d iligen cia , quando Hegó ya el' tiem po deseadoicn que la R eal m ano de vuestro benignísim o M onarca selló vuestra felicidad y buena dicha? A q u í sí que debia ' yo parar mis débiles discursos, quando solo esto es d e por sí bascante para anim aros a emprender vuestras fatigas con ias
que veo -a liv iarse 'en '.u n todo el iíjsoporta-
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ble p eso de la miseria ; pero lejos de desviarm e del punco principal de mis ideas, me veo precisado á deciros q ae estos sentimientos deben ser en codo tiem po el blanco de vuestros cristianos y nobles pcnsa* i>3Íencos : con su fuerza dcbcis proporcionar la reunión de unos M ie m b ro s , de quienes por inútiles se separa el com ún de los Socios.
Y á la v e rd a d , c no os estimula a emprender acción tan heroyca ciertos sentimien^ tos n aturales, que excita al mismo tiem po una ardiente caridad en vuestros corazones? En cfe íto : Solo estos atendieron a las v o ces con que se lamentaba el pobre Preso, sin tener quien le oyese en su quebranto. Su único consuelo era la triste y . miserable situación a que le habían reducido sus excesos. L a pena era lo que menos cemia, q u an d o se consideraba desamparado hasta de sus mismos d e u d o s , siendo estos solo medio nada conducente para su alivio. Pero vu estro celo anhelando sacar á estos infelices y desgraciados del horroroso lago de sus mt- s e i ia s , .s e presenta desde luego á desterrar de sus melancólicas im aginaciones las funes
tas ideas q u e,les oprim en aun m a sq u e las
tristes penas, cri qtré se ven süm crgláos. ■Y sí el gravé peso de la tribulácidn in
funde tedio i l a v id a , vuestras sabias C o n s tituciones puestas en rígurósa bbservánciá, derribarán este, horroroso m o n stru o , arran
cando de raíz su principal causa que es él' ocio , ■'
El hom bre ocupado en sus ricgoclòìì'à m aniifáíluras , aprovecha su talento empleándolo en ucilidad nò solo suya j sí que tam bién de i o s d e m á s , y este es el principal pu n to que exige vuestro niayor c u idado , según se dispone en el capiculo 1 7 . de dichas C onsricuciorics, para de este m o do estimular a éstos infelices al trabajó , y
a vosotros al lo g ro de tan precioso objetó . i No será pues c o r o n a 'd e tfiun fo ver por thedios cari sen'clHos. anlmadoV 'al trabajo à unos h om bres, de" quienes se hici'eróii dÜer' ños el ocio y la inaplicación ?
Por, c ierto que si bien se mira , el tra- bajo, que se va a ínrrociacir en las C árceles no tiene el ún ico objrco dé ericrecener al Preso,.si que tam bién ínscrúir al que nada sabe. Esta operación nó és tan sencilla que no se haya de ocupár en ella algún lar-
14 ^g o tiem po , para que puedan producir los favorables éxitos que facilita una fogosa actividad. E l P u b l ic o , co m o tan interesado en estas miras , os sacará de qualquier ago» v io en que os sumergiereis , si viere puestos en práótica proyeótos can ventajosos. M iro irremisiblemente cooperar por su parte al vigilante Artesano , emplear rodas sus fuerzas al N o b le , y ayudar co n sus ricos caudales al poderoso.
Y o no d u d o , que las mordaces lenguas de algunos espíritus tanto mas m alignantes que c r u e le s , dirigirán contra vosotros ios tiros de su irrisión y de sus calumnias j pero no d esm ayéis , porque sus palabras ja más podrán herir el m érito de vuestro celo. El t ie m p o , y la exp erien cia , maestra segura de la verd ad , les darán à conocer quan incautos anduvieron en sus procederes , y quán torcidos salieron sus pérfidos y dcpra- vados intentos. Las utilidades que os pro-* meccis para esta nueva A sociación , la m iseria remediada , la indigencia socorrida, y en una palabra la C árcel misma con vertida en la m ejor escuela de Cristiandad y R e lig ió n , serán otros cancos Pregoneros de
15que vuestro celo se to n v ir t ió rio ert utilidad vu e stra , sino en la de la Patria y del Estado.
Si la Sociedad mira com o propio el bicü y felicidad de sus miem bros , que aspirando á la unidad y buen orden , lejos de separarse , aumentan y cooperan á su brillo , es posit ivo que jamás debe desamparar c o m o madre á aquellos que rom piendo este dorado vínculo con sus inmoderadas accio-* n e s , se separaron de su dulce y amoroso seno. Y á no ser esto ¿ qué recurso les po- dia quedar á estos in fe lices , sino llorar per- petuamence en una obscura Cárcel sus des* gracias?
Y si la. P a t r ia , y la Sociedad Ies niegan un cariñoso y halagüeño albergue , <qué
refugio se les prepara para su enmienda si*- no el triste abandono , capaz de hacerles caer en las manos de la desesperación m isma ? N o es de creer que encontrando sus corazones sensibles un atradlivo dulce , y una afabilidad circunspefta en cada uno de voso tro s , dexe esto de servirles del exemplo mas v ivp aun mas para la com posicion de sus desarregladas costum bres, que para
una espedacion pasagera y transeúnte. Así
es que si todo esto debe ser el ob jeto de vuescro caritativo cclo ; ¿co n que Interes debéis n:iirar el manejo de tan ardua em presa ? E l a m o r , la benevolencia , la amistad, e l amor propio que regutarmence rige y gobiern a el inccrior d é lo s mórcales » suelen ser causa las mas veces de intrigas y dlsenciones ágenas de codo buen gob iern o y feliz régimen *, si escás llegaran a ocupar vuestros encendimiencos , no dudo que esta misma felicidad que nos prometemos, redundarla desde luego en la catástrofe m'as desgraciada y derlsoria. Sujetad , pero mejor diré descerrad de yuescros corazones ese espíritu , que lejos de animar confunde, y sin mirar al bien com ún coma su par cido con intereses particulares , lo que de- beis despreciar siempre com o un gravoso y
nocable perjuicio , que irá. royend o qual carcom a el interior de vuestra Asociación. Confieso que no debiera sumergirm e en pen- samiencos can lúgubres , si la amarga ex- periencla de semejantes acontecimientos no me hiciera preveer esce lamentable éxico que lo 'm iro m uy lejano de can iluscre Cuerpo--;
peto las-mismas ansias que me impelen á
17qne prospere en I,o. posible este p ro y cfto , me causan un a g o v io in s o p o ru b lc si no os ananciára lo qué tanto temo. '
El celo , la a d iv id a d , y sobre codo ¡a continua v ig i la n c ia , deben serlo s preparativos con los que habéis de emprender vuestro negocio . El am or con el Encarcelado vuestra mira : la benignidad y la dulzura vuestra divisa. Revestidos así de estas s o bresalientes qualidades , dad p r in c ip io , y abrid vuestra Asociación , que debe ser él m óvil principal de donde penda en cierto m odo la hermosura con que se ha de p r o porcionar la coadunación en la Sociedad de unos M ie m b ro s , quando n o o d iosos, despreciables al menos de los demás Iiombres. T o m a d , sostened , cargad sobre vuestros hom bros las armas de la paciencia Ínvi¿ta. Infundid eñ el interior de las prisiones las principales obligaciones á que está tenido el hom bre aun en lo natural. Dispertad los corazones soporados con los crueles exem - píos de una educación mal dispuesta. Desterrad de sus pensamientos las máximas perniciosas a la Sociedad. A lum brad , en fin, aquellas lóbregas estancias con las penetran-
i8Ces lüces de una C iiscu n a R d i g ia n , tsnien- do presente que aun etitirc las sombras de la gentilidad dt*scubrió ;el grande C ice ró n , que: Omnibus qui ^atriam adjuberint- cerîum esse
in Coelo dtfinitum locum ubi beati aevo sem-
fitern o /ruantur.
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Imprímase:Lasa.
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