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    Mesa 9:Materilaismo, filosofia, poltica

    EL MATERIALISMO COMO RUPTURA EPISTEMOLGICA O ELMOVIMIENTO DE LA FILOSOFA DE SPINOZA1

    Cecilia Abdo Ferez

    En 1969, en el texto Lenin y la filosofa, Althusser dice que para Lenin y obviamente paral, loesencialde la prctica filosfica consiste en unaintervencinen el dominio terico,una intervencin que produce un desplazamiento respecto de las categoras filosficasexistentes, modificndolas y separndose de ellas, y dejando, al desmarcarse, la huella delvaco de una distancia tomada. Producir una intervencin filosfica en la historia de lafilosofa, en la que parece que slo la inercia ocurriera, dice Althusser, es justamenteproducir esas huellas de la nada, producir vacos en la forma de distancias entre losconceptos y sus encadenamientos, y hacer que esas distancias tomadas dividan planosantagnicos entre los mismos, quebrando lo que hasta entonces pretenda ser un hilo de

    continuidad, una calma progresin de los saberes. Althusser escribe all:

    Que la filosofa tenga una historia y que sin embargo no pase nada en ella se convierteentonces en inteligible. Pues que la intervencin de cada filosofa, que desplaza o modificalas categoras filosficas existentes, y produce entonces esos cambios en los discursosfilosficos en los que la historia de la filosofa ofrece su existencia, esa intervencin es lisay llanamente la nada filosfica cuya reiteracin hemos constatado, ya que efectivamente unalnea de demarcacin no es nada, no es siquiera una lnea, siquiera un trazado, sino el simplehecho de distinguirse, por consiguiente el vaco de una distancia tomada. Esa distancia dejasu trazo en las distinciones del discurso filosfico, en sus categoras y su dispositivomodificados, perotodas estas modificaciones no son nada en s mismas, ya que no actansino fuera de su propia presencia, en la distancia o en la no-distancia que separa lastendencias antagnicas de las prcticas cientficas, objetivo de la lucha. Lo que puedehaber de verdaderamente filosfico en esta operacin de trazado nulo, essu desplazamiento,pero stees relativo a la historia de las prcticas cientficas y de las ciencias. [] Se trataentonces ciertamente de una historiaen la filosofa, ms que de una historiade la filosofa:una historia del desplazamiento de la repeticin indefinida de un trazo nulo, cuyos efectosson reales2.

    1 Este trabajo fue presentado como ponencia en el VII Coloquio Internacional sobre Spinoza, realizado yorganizado por la Universidad Nacional de Crdoba en 2010 y publicado por la editorial Brujas en las Actasde dicho encuentro.2 Cf. Althusser, L., Lenin y la filosofa, Ediciones Cepe, Buenos Aires, 1972, p. 62. Mis cursivas.

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    Me gustara pensar bajo esta imagen de laintervencinalthusseriana, del producir historia

    en la filosofaa travs de los efectos filosficos que abren las distancias conceptualestomadas, al paradjico no-lugar de una teora de la materia en la filosofa de Spinoza.Como bien dir Emilia Giancotti, Spinoza no formula una acabada teora de la materiaacorde a los parmetros establecidos al lugar comn y esperable- de los filsofosmodernos de su tiempo3. En la pequea fsica de latica de la proposicin 13 de la parte IIno se encontrar ni una teora acabada del movimiento ni una del espacio, y tampocodefiniciones de la magnitud de los cuerpos, o de la figura. Tampoco se encontrarn

    sistemticas y abarcativas formulaciones sobre estos puntos en otros textos de Spinoza4

    . Esms: al final de su vida, cuando Tschirnhaus en la carta 82 insiste en preguntarle si delconcepto de extensin se pueden deducira priori la variedad de las cosas, Spinoza lecontesta que no es posible deducir las cosas singulares actualmente existentes de unconcepto, pero tambin le dice que no ha tenido tiempo hasta entonces -1676- paraexplayarse bien en orden- sobre la relacin entre el atributo extensin y la pluralidad delas cosas materiales existentes5.Giancotti da cuenta de esta falta de una teora de la materia como si fuese una carencia delsistema de Spinoza, o en sus palabras, una laguna6. Prefiero pensar, por el contrario,siguiendo a Althusser, que es esa falta de una teora de la materia, en un tiempo en que losmodernos se distinguen de los antiguos justamente por su presencia y por su aplicacin alos cuerpos fsicos, o lo que es igual, por el rechazo de las formas sustanciales aristotlicaspara explicar la individualizacin de los cuerpos, la que hace de la filosofa de Spinoza unafilosofa que produce una intervencin, no slo en la historia de la filosofa, haciendo quese vuelvahistoria y no continuidad , sino en el materialismo moderno. Es precisamente la

    falta de una teora acabada de la materia lo que pone a las teoras materialistas que piensanen la estela deSpinoza en un estado de permanente y necesaria incompletitud y por lo

    3 Dice Giancotti que an cuando dignifica a la materia como atributo divino, Spinoza did not finish acomplete elaboration of a scientific theory of matter. The little treatise on physics situated between EIIP13 yP14 offers few aspects that can be related to a mechanical conception of the relation between bodies and anorganicist conception of corporeal nature in its totality.Cf . Giancotti, E., The Birth of Modern Materialismin Hobbes and Spinoza, en Montag, W. y Stolze, T., The New Spinoza, University of Minnesota Press,Minneapolis, 1007, pp. 49-65.4 Las referencias ms sistemticas son quiz las contenidas en los Principios de la filosofa de Descartes.5 Cf . carta 836 Giancotti,op.cit ., p. 56.

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    tanto, de dependencia material de los cuerpos existentes. Si la teora dependematerialmente de cuerpos existentes en la historia, en la duracin, entonces los marcos

    generales para entenderlos asumirn reformulaciones variables y tomarn la forma deconceptos inestables y no-autosuficientes, o -como los llama Althusser enfatizando sucontradiccin interna- de conceptos prcticos. Esa incompletitud del sistema, esa no-cerrazn sobre s, hace depender a los conceptos (sobre todo a los que se ofrecen comomarco general, como eran para la fsica de la temprana modernidad el espacio, la figura, lamagnitud y el movimiento de los cuerpos), de la existencia sin garantas de esos cuerpos,definidos por su vulnerable esfuerzo por seguir existiendo.

    Por lo tanto, sostendremos aqu, es justamente la incompletitud del sistema, la falta de unateora de la materia en el registro que se esperaba de un moderno -que se lee por muchoscomo un materialista dscolo-, la que hace de la filosofa de Spinoza un conocimiento -enpalabras de Althusser- objetivo, es decir, un conocimiento concretode y ensituacionesconcretas, que debe renovarse, por su dependencia material de las cosas existentes, con loscambios de y en esas mismas cosas y en sus relaciones. Es porque es un conocimientoobjetivo, es decir, dependiente materialmente de la existencia de cuerpos reales que son almismo tiempo objetos de pensamiento, cuerpos que redefinen sus marcos de actuacin encada situacin y que pueden ser destruidos al actuar, que lo que poda aparecer, a primeravista, como unadeficienciaen el sistema abre la posibilidad de pensar una teora spinocistade la contingencia y de la coyuntura que ponga en riesgo tambin necesariamente- laestabilidad de los saberes.

    El cuerpo como concepto prctico

    Spinoza produce dislocamientos, mixturas, y reapropiaciones de varias ideas omnipresentesen su poca una poca que acoge, como todas, a las anteriores y posteriores, enconstelaciones yuxtapuestas7. En cuanto a los desplazamientos conceptuales, el ejemploms resonante quiz sea la reformulacin del concepto de sustancia, que apareca en

    7 Una visin empobrecedora del perodo enfrenta demasiado pronto a los racionalistas con los msticos, o alos antiguos y medievales con los modernos, o hace de los modernos unos copistas, con otros lenguajes, delmismo aparato conceptual previo al proceso de la secularizacin (que podra resumirse en el clsico lema deCarl Schmitt acerca de que todos los conceptos modernos son teolgicos, secularizados). No hay, en nuestrainterpretacin, ni pura continuidad ni resonante ruptura, sino mezclas, reformulaciones, mensajes cifrados,dislocaciones.

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    Descartes de modo paradjico, asegurando tres jerarquas de rdenes: Dios, o sustancia ensentido estricto; la mente o sustancia en sentido anlogo o derivado, y el cuerpo, tambin

    sustancia en sentido anlogo o derivado, pero sometido a corrupcin. Hacer del alma y delcuerpo modificaciones o modos de la sustancia Dios produjo una des-sustancializacin delalma en la filosofa de Spinoza, respecto de la de Descartes, y ancl al alma a ser idea de uncuerpo realmente existente, su primer y constitutivo objeto del pensar, del que no se sabelo que puede.Este privilegio del cuerpo no condujo, sin embargo, a Spinoza a plegarse al inters casidistintivo que mostraban los modernos en discutir en base a y a escribir sobre los puntos

    centrales que constituan la manera nueva, no-aristotlica, de entender la fsica8

    . Antes queatender a los conceptos nodales de la nueva fsica en su concepcin sobre la materia,Spinoza pareciera relegarlos a un segundo plano y hace del cuerpo lo que Althusser llamabaun concepto prctico, es decir, no una invariancia del sistema, sino un indicador de lapresencia,en la teora, de aquello que impide que esa teora se convierta en tautolgica. Elcuerpo, tomado como concepto prctico, implica que no es un elemento sobre el cualaplicar categoras ni siquiera las de la fsica- ni es en s mismo una categora, sinoactividad conjunta de las partes de ese cuerpo en la duracin, una actividadque est siendo,que es proceso sin teleologas y que por eso, no podra ser una invariancia terica.Pensar al cuerpo en la modalidad althusseriana del concepto prctico implica entoncesuna intervencin de Spinoza para diferenciarse del consenso sobre la fsica moderna de sutiempo. Es producir una diferenciacin en lo que ya era una diferenciacin. Porque si paraAristteles los principios explicatorios bsicos de la fsica eran materia y forma sustancialo accidental-, para los modernos que lo recepcionaban, disputndolo, desde el siglo XVI (yentre ellos, para los mecanicistas), los principios bsicos explicatorios de la fsica eran el

    movimiento, la magnitud, la figura y sus variantes, como la resistencia o la elasticidad9.

    8 Cf . Garber, D. y Rauzy, J.B., Leibniz on body, matter and extension, en Aristotelian Society, vol. 78,2004, pp. 23-40.9 Los cuerpos y sus propiedades no se explicaban para los modernos en trminos de las tendencias innatas quelos cuerpos tendran para comportarse de una u otra manera por ejemplo, por la tendencia de la piedra acaerse-, o por los accidentes que originaban los cambios por ejemplo, que el fuego cambie de color al arder-,sino en trminos de las propiedades geomtricas de las partculas mnimas que constituan los cuerposmayores, por los movimientos de esas partculas y sus diversas figuras y magnitudes, que cambiaban slo porcolisin.

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    La metfora que mejor ilustr la concepcin fsica de estos reformadores de la filosofa, delos modernos como Galileo, Boyle, Hobbes, Descartes, Gassendi y otros, fue la de un

    mundo imaginado como una mesa de billar (ms all de que no se pueda homogenizar susposiciones ni tildarlos a todos rpidamente de mecanicistas, porque algunos fuerondeudores del atomismo antiguo, otros ms proclives a explicar el mundo por leyesmatemticas, otros experimentales y otros racionalistas y aprioristas). A pesar de todasestas lneas divisorias de la filosofa moderna temprana, la hegemona cientfica de la nuevafsica y sus conceptos fue tan pregnante que incluso el joven Leibniz, que de ningn modoquera contentarse con explicar slo en este marco la existencia de los cuerpos, sino que,

    por el contrario, buscaba demostrar que los fenmenos corporales no pueden serexplicados sin un principio incorpreo, esto es, [sin] Dios, se dispuso a justificar sushiptesis dentro de los mismos parmetros de la magnitud, la figura y el movimiento, estoes,dentrode una filosofa mecnica que se mostrara limitada y por lo tanto, que demandarauna fundamentacintrascendente. El joven Leibniz, tanto como Hobbes y Descartes,convinieron en definir cuerpo, mnimamente, como lo que existe en el espacio.Cmo aparecen estos trminos de la nueva fsica en la obra de Spinoza? Por qu decimosque estn relegados? No se reduce todo este problema a decir que Spinoza no era unmecanicista puro? Sabemos que Dios es cosa pensante y cosa extensa (E II P1 y 2) y quela extensin no puede pensarse como divisible en partes o finita, a no ser en la imaginacin,y que si la extensin o la materia, como dice en el escolio de la proposicin 15 de la parte 1,es infinita, indivisible y la misma, no es indigna de la naturaleza de Dios (y es, por tanto,un atributo). Al definir a la extensin o a la materia concebida de este modo (lo que resultamuy difcil para el intelecto humano, como advierte Spinoza all) como un atributo de lanaturaleza divina, el filsofo produce dos movimientos de desplazamiento: por un lado,

    elimina desde el vamos la hiptesis del creacionismo de la materia desde la nada. Lamateria esdesde siempre yaun atributo de Dios, desde siempre ya eterna, desde siempre yaactividad productora, por lo que no cabe en su obra ninguna imagen creacionista, nisiquiera en trminos de una hiptesis heurstica (como es la hiptesis de la aniquilacin delmundo propuesta por Hobbes en el cap. VII del De Corpore). Por el otro lado, al hacer dela materia un atributo, vuelve divino lo que en general aparece en la filosofa como causadel mal y del error. Por cuerpo, entonces, Spinoza entiende una modificacin determinada

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    de esa esencia extensa, una modificacin cuya causa es Dios, en el mismo sentido en que escausa de s, como cosa extensa (E1 P25 S). Hasta aqu, los trminos de la fsica moderna

    aparecen, pero en otra constelacin, que los trastoca completamente: aparecen comooperadores de la imaginacin, cuando imaginamos los cuerpos segn tiempo, medida,nmero; y aparecen en el marco de uno de los modos infinitos de Dios: el del movimiento,el reposo y sus leyes10.A esta significativa recontextualizacin (si se quiere, desligada del cientificismo) de lostrminos clsicos de la fsica moderna en la definicin de cuerpo, Spinoza agrega dosinversiones que connotan an ms su operacin deintervencin en la teora: por la

    proposicin 11 de la parte I sabemos que hay que dar causas de que algono exista, antesque dar causas de que lo haga, porque la sustancia es una fuerza infinita de produccin ypor tanto todos los cuerpos existen, a menos que algo les impida existir; y en la proposicin36 leemos que invierte el principio de razn suficiente, segn el cual nada es sin razn, paradecir que nada ningn cuerpo, en este caso- es sin efectos.Estos infinitos cuerpos finitos existentes, producidos y productores, se relacionan, comodijimos, en el marco de lo que podramos llamar una estructura extensa regida por elmovimiento, el reposo y sus leyes, puestos as, como tres trminos distinguibles en la carta44 a Schuller. Pero el movimiento, el reposo y sus leyes no constituyen la esencia divina,como el atributo extensin, sino que son unamodificacinde ese atributo, aunque infinita.Son un modo, tanto como son modos las cosas materiales existentes, los cuerpos. Creo queestamos aqu ante el paso clave del desplazamiento spinocista en la teora. Hacer delmovimiento, el reposo y sus leyes un modo implicara, en nuestra interpretacin, que ellospueden interpretarse, no como una especie de reguladores inclumes de las relaciones entrelos cuerpos, a los que ellos se ajustaran, ni como un patrn establecido de antemano para

    sus comunicaciones11. Hay leyes del movimiento y del reposo porque son los cuerpos losque las encarnan, y al hacerlo, las hacen existir, las determinan, las reformulan, en elentretanto de la prctica efectiva de sus relaciones. Allan Gabbey ha reformulado la difcilcuestin de cmo entender al movimiento, al reposo y a sus leyes, proponiendo que, enlugar de traducir infinito por sin fin, en la alusin a su ser modo infinito, se lo haga

    10 Carta 12, E II P44, E I P16 al 28. Gracias a Mariana de Gainza por las referencias.11 Ellos pueden cambiar, aunque no cambie la faz total del universo.

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    siguiendo lo que figuraba en los libros de gramtica y de lgica de los siglos XVI y XVII12.All se deca modo infinito a aquello cuya persona y nmero eraindeterminado. En

    analoga con esa indeterminacin podra interpretarse al movimiento, el reposo y sus leyes,como si fuesen formas indeterminadas de relacin entre los cuerpos, formas determinablesy modificables histricamente de acuerdo a los patrones de actividad que esos cuerposexistentes establezcan. Si esto fuera as, para saber cmo se relacionan esos cuerpos (ocmo constituyen persona y nmero, podramos decir siguiendo con la analoga), la teoradebiera abocarse primero a conocer los modos de relacin efectivamente existentes de loscuerpos efectivamente existentes, para recin entonces reconstruir, a partir de ellos, a qu se

    llama leyes de movimiento y reposo y cmo se construyen sus variaciones. Esos cuerpos,adems, portaran esta indeterminacin en s, por ser ellos mismos una proporcindeterminada de movimiento y reposo, esto es, una proporcin determinada de unaindeterminacin variable.Si la sugestiva hiptesis propuesta por Gabbey fuera factible, las leyes del movimiento ydel reposo no seran patrones fijos de las relaciones de los cuerpos, sino sus efectos, y loverdadero que pueda decirse de esas modalidades de relacin de los cuerpos existentes, o loque es igual, lo verdadero de la teora, estara atado tambin a los cambios en la duracin deesos cuerpos y de sus formas de relacin, sin que esos cambios excluyan la posibilidad dela destruccin13. De los modos infinitos y sus relaciones, del movimiento y el reposo, no sesigue la variedad de las cosas, como contesta Spinoza a Tschirnhaus, porque son ellos losque se reconstruyen a partir de esta variedad de las cosas y sus cambios.

    Objetividad y contingencia. Conclusiones.

    12 Cf . Gabbey, Allan, Spinozas natural science and methodology, en The Cambridge Companion toSpinoza, Cambridge, 2006, pp.142-191.13 La mayor inversin spinocista, entonces, podra ser que hay que partir de los singulares existentes, en lugarde deducirlos de un marco terico dado. Esto hace del cuerpo un concepto prctico. Me parece que as debeleerse tambin el paso entre las proposiciones 16 a 28 de la parte I, donde se trata de los modos infinitos, (ocmo se imbrican la sustancia y la multiplicidad de las cosas finitas): son las cosas finitas las que aparecenposteriores en el libro, y sin embargo, deben verse simultneas a la afirmacin de la sustancia, en la lgica dela argumentacin. La sustancia es lo sustancial de su esencia y su existencia determinada como cosas, y elmodo infinito del movimiento y el reposo es lo indeterminado en abstracto de las prcticas de esas cosas, en laextensin (las leyes que concretamente van conformando). Para una lectura en sentido anlogo,cf . Schnepf,R., Die eine Substanz und die endlichen Dinge, en Hampe, M. y Schnepf, R, Ethik, Akademie Verlag,Berln, 2006, pp. 37-57.

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    tienne Balibar dice en Vuelve a callarte, Althusser que la idea althusseriana de laintervencin en la prctica terica cobij tambin el desdecirse del filsofo, el tachar lo que

    se haba dicho en perodos claves de su trayectoria (cuando los dems pensaban que ltena la clave del marxismo) e incluso, ciertas formas de falso silencio14. Pero que hay dosposiciones de las que Althusser nunca se desdijo: la primera es una tesis ontolgica, quedicta que existencia y lucha son la misma cosa y que esa tesis incluira la imagen de unSpinoza ideal (y obviamente, implicara a la lucha de clases); y la segunda es una tesisepistemolgica, que afirma que el conocimiento debe ser objetivo, en el sentido deincompleto, por dependiente materialmente de cuerpos vulnerables, que pugnan por existir.

    Bajo esas dos tesis pretend leer la sugerente falta de una teora acabada de la materia (y lareubicacin de los trminos modernos de la fsica, por un lado, en las operaciones de laimaginacin y, por el otro, en el modo infinito del movimiento, el reposo y sus leyes), en laobra de Spinoza. Ambas tesis perennes en Althusser me parecen inseparables entre s, y a lavez, la ms fiel lectura de uno de los problemas ms intrincados de la filosofa de Spinoza,el de su materialismo. Es porque una se sostiene, que la otra debe darse, y viceversa.Implican los lmites y las potencialidades de la teora, entendida de esta manera, comoradicalmente incompleta: no es que falta una teora de la materia en Spinoza, es que esamateria, como la teora, estarn siempre pendientes entre s, y tambin de las prcticasefectivas en que se van constituyendo, en eterno gerundio (y que tambin (se) imponenleyes). O como dice Balibar:

    La teora cientfica no consiste en el sistema de sus propios conceptos, y menos an en elorden de exposicin (ya sea analtico o sinttico, axiomtico o dialctico), segn elcual es preciso encadenar los conceptos para hacer un sistema con ellos. Ms bien, consistesimultneamente en ese orden de exposicin y en aquello que lo resiste y lo pone en falta15

    14 Balibar, ., Vuelve a callarte, Althusser!, en Escritos por Althusser, Nueva Visin, Buenos Aires, 2004,pp. 49-75.15 La falta entonces no es lo incognoscible o lo que est ms all de lo pensable o de lo decible, sino que debellamarse as al estado de pendiente que tiene el pensamiento materialista respecto de lo que existe y de suvulnerabilidad constitutiva. Esto encierra la posibilidad de que tanto esos cuerpos que existen ahora, con susformas de relacin y de lucha, como lo verdadero que se predica de ellos en la teora, caduquen, y con ello,vuelvan anacrnicas en el sentido de la tachadura althusseriana- las formas de intervencin en la prcticaterica: hay en ella un anacronismo constitutivo, que impone la necesidad de encontrar siempre nuevasformas de intervencin que atiendan a la coyuntura, la mayora de las veces, en pasado.

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    Pensar al cuerpo como concepto prctico, como modalidad siempre pendiente, como formacolectiva y mutable, alojada en la duracin (y no como invariante terica, ni como

    deduccin de conceptos situados ms arriba en la escala de abstraccin, ni como algopasible de ser diseccionado en sus elementos componentes), sigue siendo unaintervencin en la teora y sienta las bases para pensar cmo pensar, desde Spinoza, lacoyuntura y la contingencia.

    Bibliografa consignada

    Althusser, Louis (1972), Lenin y la filosofa, Buenos Aires, Ediciones Cepe.

    Balibar, tienne (2004), Vuelve a callarte, Althusser!, enEscritos por Althusser , BuenosAires, Nueva Visin.Gabbey, Allan (2006), Spinozas natural science and methodology, enThe CambridgeCompanion to Spinoza, Cambridge.Garber, D. y Rauzy, J.B. (2004), Leibniz on body, matter and extension, en AristotelianSociety, vol. 78.Giancotti, Emilia (2007), The Birth of Modern Materialism in Hobbes and Spinoza, enMontag, W. y Stolze, T.,The New Spinoza, University of Minnesota Press, Minneapolis.Schnepf, Rudolf (2006), Die eine Substanz und die endlichen Dinge, en Hampe, M. ySchnepf, R,Ethik , Akademie Verlag, Berln.Spinoza, Baruj de:tica demostrada segn el more geomtrico

    Correspondencia. Varias ediciones.