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Revista Latinoamericana de Psicología ISSN: 0120-0534 [email protected] Fundación Universitaria Konrad Lorenz Colombia Sánchez, Luis Jaime Psicólogos y psiquiatras Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 6, núm. 1, 1974, pp. 83-103 Fundación Universitaria Konrad Lorenz Bogotá, Colombia Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80560108 How to cite Complete issue More information about this article Journal's homepage in redalyc.org Scientific Information System Network of Scientific Journals from Latin America, the Caribbean, Spain and Portugal Non-profit academic project, developed under the open access initiative

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Revista Latinoamericana de Psicología

ISSN: 0120-0534

[email protected]

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Colombia

Sánchez, Luis Jaime

Psicólogos y psiquiatras

Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 6, núm. 1, 1974, pp. 83-103

Fundación Universitaria Konrad Lorenz

Bogotá, Colombia

Available in: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80560108

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REVISTA LATINOAMERICANA DE PSICOLOGIA

1974 VOLUMEN 6 - N(J 1 83-10J

PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS

LUIS JAIME SÁNCHEZ •

Facultad de Medicina, Universidad del Rosario

Bogotá, Colombia

Tbe current scientific status of psychology and psychiatry are como

pared. from the point of view of a psychiatrist. The work of Jean Piaget

il analyzed in detail. The contribution of Claude Bemard to experimen-

tal scíence il studíed, including its philosophical implications. It is con-

duded that psychology is a much more advanced scienee that psychiatry.

A reapproachement and collaboration between both disciplines is urged.

Toda la dignidad del Hombre consiste en mirar <kfrente y una verdad indigna de él, ..

JEAND ROSTAND

Cuando una Ciencia joven se constituye. y cada YeS

más está obligada. no sin conflictos, a desligarse de la

Filosofía. se requiere mucho tiempo para descubrir su.

tendencias principales porque estas están muy lejos de

ser conscientes al comienzo y no se alcanzan sino después

de muchos tanteos sucesivos, y a menudo después de

errores o exageraciones iniciales ...

JIEAN PIAGET

El pensamiento científico es aún demasiado joven

entre los hombres y no ha podido dominar todavía mu-

chos problemas. Una concepci6n del Universo fundada

en la Ciencia, tiene, fuera de la acentuación del mundo

exterior, rasgos esencialmente negativos como la limita-

ción de la Verdad y el rechazo de las Ilusiones ...SIGNUND Fu~

• Dirección: Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Universidad

dd Rosario, Bogotá, Colombia.

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84 SANCHEZ

Creo que el solo título de este modesto ensayo -que no es más

que eso, por fortuna- ya estará causando alguna rasquiña entre mis

colegas los psiquiatras y también entre los psicólogos y los psicoana-

listas. Es explicable. Pero me creo obligado a intervenir en esta "Co-

media de las equivocaciones", que es la presunta o real pugna entre

psicólogos y psiquiatras, a raíz de un hecho singular que me llamó

poderosamente la atención. Y fue el de leer en uno de los temas del

último "Congreso Colombiano de Psiquiatría", un inciso, en el que

esa asamblea, a la que por fortuna no asistí, se proponía legislarles

a los psicólogos colombianos el cómo, el cuándo y el por qué o el para

qué de su oficio, como si hubiese en el seno de aquella floripondia

Sociedad, algún sabelotodo, sabio o sabihondo, en cuyas manos estu-

viese concentrado el misterioso Poder de decir la Verdad, solo la Ver-

dad y nada más que la Verdad a sus semejantes. Esta intrusión de una

Sociedad que se dice científica en el quehacer de otra que, por dere-

cho propio lo es, me pareció grotesca y me recordó una anécdota del

gran escritor inglés Rudyard Kipling. El autor de Kim, fue anunciadocomo muerto varias veces. En 1920, un diario de Londres daba la no-

ticia de su fallecimiento con un elogio de él y de sus obras. Kipling

escribió al periódico: ..... Estimados señores: el diario de ustedes ha

publicado mi muerte y yo me permito darles las gracias por los con-

ceptos elogiosos que les he merecido, en vida. Sabiendo como sé que

su diario es muy serio y está muy bien informado, no puedo dudar

de la noticia. Y puesto que ya no estoy entre los vivos, tengan la bon-

dad de borrarme de la lista de suscriptores y devolverme la parte de

la suscnpción que aún me queda por servir ... "

EL PROBLEMA

Una pregunta básica se nos impone desde ahora. ¿Existe real-

mente una lucha, una pugna, una inquina, una rivalidad, un antago-

nismo, un desafío, una hostilidad irremediables entre psicólogos ypsiquiatras? Si existe ¿Cuál es la causa? ¿Cuál su finalidad? ¿Qué

se persigue? ¿Quiénes la hacen y propalan? ¿Quienes se benefician?

La psicología es una ciencia nueva. La medicina, de la que se

deriva la psiquiatría, es milenaria. Esto significa varias cosas, una

primordial: que la psicología no tiene las malas costumbres de los

ancianos, y la medicina psíquica ha pasado ya los arrebatos de la

pubescencia. Pero, si en realidad están tan distanciadas por la distan-

cia que media entre Aristóteles y Freud oPiaget, ¿dónde, cuándo y

cómo, por qué y para qué han aparecido tantos puntos, tantos temas,

tantas zonas a la vez de convergencia y divergencia, que simultánea-

mente las separan y aproximan? ¿Cuál es la raíz de este juego de lentes,

unas veces cóncavos, otras convexos, a través de los que la luz de la

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 85

Ciencia y del Saber se pierde en sesgos subitáneos, inexplicables, pero,paradójicamente, necesarios? Si más de veinticuatro siglos separan aAristóteles de Piaget -indiscutiblemente uno de los más grandes psi-

cólogos del siglo XX-, como otros tantos siglos separan a Aristótelesde Carnap, el mago de la Lógica moderna, y otros tantos van de

Galeno a Claudio Bernard, el padre de la Medicina experimental ymaestro indudable de Pavlov, por qué razón oculta estamos los psi-cólogos y los psiquiatras de pronto tan lejanos, y de súbito tan cer-canos?

Un problema jamás se complica solo. Alguien tiene que hacerlo,y ese "alguien", es, "somos" nosotros, unísonamente, psicólogos y psi-

quiatras que, trabajando con problemas de una misma naturaleza, nosseparamos cuando estamos frente a ella, como si hubiésemos visto a

un fantasma. La palabra "Ciencia" se ha vuelto peligrosa y soberbia ynos hemos situado muy lejos del gran "Legos" de Grecia, La palabra"Técnica", que no siempre es la misma "Ciencia", sino ..a veces sudeformación más espectacular y vistosa, tiene muchísimos recursos

de refugio o solvencia, para acudir, con demasiada facilidad a lasmetodologías, a los sistemas, a los predicados, a las normas reguladas.por ciertas epistemologías cuyos refinamientos apodícticos, están muy

lejos a la postre, de acercarse a la verdad de los hechos. " ... A pesarde la abundancia y el valor de los trabajos de los investigadores y delos nuestros propios", dice Piaget (1947) "la teoría psicológica de losmecanismos intelectuales apenas está en sus comienzos y solo vislum-bramos la precisión a que podríamos llegar algún día ... "

Si esta es la ejemplar modestia de Piaget, cuya obra asombra por suvolumen y por su hondura en los problemas que atañen a la vida inte-lectual del hombre, qué podrían afirmar los demás? Y cuál es el

psicólogo, psieopatólogo o psicoanalista o psiquiatra que se atreva a

refutar al gran maestro ginebrino? ¿Skinner acaso? ¿O Carl Rogers?Nada se ha oído por esos lados: ni se oirá. Yo no discuto el alto valorde los trabajos de Skinner --discípulo inconfeso del gran Pavlov- yadmiro mucho la labor, amarga en -sus comienzos de Carl Rogers.Estos dos psicólogos, acaso los más grandes de Norteaméríca, nos han

enseñado a los psiquiatras muchas cosas, que nosotros por nuestrospropios medios, jamás hubiéramos podido saber. Entre otras, que losrigorismos experimentales de Skinner- de quien es demasiado fácilhacer mofa, pero muy difícil hacerle la menor mella-, son absoluta-

mente necesarios e indispensables dentro de la metodología empírica

en que se sustentan y que no es posible prescindir de ellos cuando setrata de indagar, concreta y objetivamente la veracidad de una intui-ción, de una idea, de una presunción, de una hipótesis de trabajo,de la elaboración continua y sistemática de un sistema de relaciones

recíprocas en que los fenómenos biológicos y psicológicos se enhebrany compenetran, en la urdimbre de las reacciones vitales. ¿Que los

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86 SANCHEZ

determinismos están en quiebra, después de los trabajos de WemerHeísemberg, Nobel de Física, de Ame Tiselius y de Hideki Yukawa?Es posible. Pero lo que no puede estar en bancarrota, es el principiode causalidad, ni el de identidad, sin los que la razón humana sederrumbaría con el estrépito de una hecatombe aterradora. Si el prin-cipio de contradicción no existiese, la mente del hombre no hubiesenegado a ser lo que es, es decir, una "Armonía", en el sentido helénicode la palabra, es decir, una "síntesis melódica" (Piéron) en la quecada uno de sus elementos se inscribe, naturalmente, dentro de- unritmo cada vez más regular y más libre, cada vez más sujeto a lanaturaleza de su destino, en una órbita de resonancias mutuamente

comprometidas y dentro de un contexto espiritual que las mantiene

en el más alto nivel de compromiso con la Vida y el Mundo.

Los psiquiatras hemos de tener muy en cuenta, so pena de hacerel ridículo, cosa que a muchos les gusta por vanidad, que la psicologíaes también, histórica y no metódicamente, milenaria, y no tan reciénparida al mundo de la ciencia. De hecho, si. la llamamos .."ciencianueva", al lado de otras, sus hermanas de nacimiento, la sociología,

la· antropología, es por hacer énfasísén que ha logrado su "1iberaci~D"de la filosofía, que desde Aristóteles y a través del Aquínate, la man-

tuvo severamente sujeta. Pero... con perdón de los psicólogos, ¿la"liberación", si esta es la palabra, se ha logrado plenamente? Yo nOlo creo y esto va en bien de ella misma. Cuando vemos que la Gestalt,al suscribir que la Forma es una "Estructura", que se percibe de un

golpe, como una unidad compacta; cuando vemos que cada vez másy con mayor ahinco se acentúan las Incursiones de la psicologíadentro de la filosofía existencial, como, por ejemplo, el casó de

Carl Rogers, con su "psicoterapia centrada en el cliente" (neto' plan.

teamiento existencial); o a la inversa las incursiones de la filosofía-acaso más frecuentes- en cl dominio de la psicología, como elcaso de Merleau Ponty, en su Fenomenologla de la Percepción, de

Jean Paul Sartre, con sus obras sobre Lo Imaginario o sus Ensa,ossobre las Emociones, yo dudo mucho de mencionar esa palabra de"liberación", como una "conquista", ya que en algunos aspectos de lapsicología, especialmente de la europea, parece haber una especie de"Eterno retorno" a los primeros hontanares filosóficos, donde aún reí-

nan, imbatibles, Platón y Aristóteles. Naturalmente a los psiquiatras

nos está ocurriendo lo mismo. El "Eterno retorno" a la filosofía, seha cumplido en manos de un Biswanger, de un Rollo May, de unKarl Jaspers, de un Honorio Delgado, de un Viktor von Weisaecker.

El propio Jean Piaget, tan cauto y prudente en lo que dice y escribe,no pudo zafarse del hechizo filosófico, como lo demuestra su pequéñaobra maestra L' Estructuralisme (1968), en su libro sobre L' epistémo-

logie et les Sciences de l'homme (1970), su hermosa obra, Sagesse et

lllusions de la Philosophie (1968)especie de autobiografía, iluminada

por el relámpago ("coup de foudre") que sobre Piaget produjo la lec-

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 87

tura de L'Evolution Créatice, de Henri Bergson, y más tarde su amis-

tad estrechísima con Jean Paul Sartre y Maurice Merleau Ponty, aquien Piaget, emocionadamente, sucediera en la cátedra de Filosofía.de la Sorbona y su tardía, pero constante amistad con una de las

mentes más lúcidas de Europa: Gaston Bachelard.

El lector dirá que con semejantes amigos, [quién no iba a intere-

sarse por la filosofía¡ Sin embargo, Piaget, luchó denodadamente

contra esa poderosa fascinación que le rodeaba. "No me gustó jamásel papel de psicólogo-filósofo", escribe. (1968, pág. 87). Su más densaobra quizás, al alcance de muy pocos, la Epistémologie Génétique,

en tres volúmenes, le abrió las puertas, de par en par, para todos loshorizontes de la logistica moderna. Y la cofección más importante deFrancia, "La Pléiade", le encargó la redacción del densísimo volumen,

Logique et Connainss4nce Scientifique (1967), en el que Píaget darienda suelta a la vez a su inmenso caudal de conocimientos "filoséfi-

eos", y a su innata vocación de hombre de Ciencia, ejemplar.

Yo he tratado de vislumbrar -no sé si equivocadamente- en lainmensa obra de Jean Piaget, cierta lucha intima entre los dos polosigualmente valiosos para él, de la psicología rigurosamente cientifica,

y la filosofía. No otra cosa es su "Epistemología Genética". No fueotra la razón de que el psicólogo suizo, a petición de muchos de !lUI

lectores que no entendieron ni jota de los tres volúmenes de su inicial"Epistemología" en tres volúmenes (1950), resolviese 20 años má~tarde, en 1970, publicar un sabio resumen de aquella obra, en la colee-

ción "Que-sais-je". Los tres enormes volúmenes de su primera episte-mología, solo eran accesibles a un pequeño cenáculo altísimamente

versado en lógica matemática, al que no todos los psicólogos tenían

acceso, ni muchísimo menos nosotros, humildes psiquiatras que anda-mos cojitrancos, por entre las mallas, espantosamente sabias y exactasde un Carnap o de un Heyting, de un GOdel, de un ,Nagel, de un

Newman, soberbios teóricos y especuladores potentes de los "Estatuamatemáticos de las Relaciones Irracionales" y cosas por el estilo,jeringonza elevadísíma para mi cacumen, por lo menos. Por estas yotras razones, la lectura de Piaget, es de las más difíciles que puedahaber, y Piaget mismo lo advierte. Hay obras como la de Droz y

Rahmy (1972) que enseñan precisamente "Cómo leer a Piaget".

Muchos psiquiatras, colegas míos, con quienes he comentado lec-turas de Piaget, me han dicho unánimemente: "¡Por Diosl Ese señor

es inabordable e ilegible-". No es preciso negar que Piaget se harodeado de un halo de esoterismo casi impenetrable para el lectorcomún, perfectamente impenetrable para' el profano. Curiosamente

lo mismo le pasó a otro gran psicólogo y psiquiatra suizo, Carl GustavJung. (Qué cosa tendrá Suiza para producir pensadores tan semejan.tes en su estilo?). Pero este modo de ser de Píaget, no es postizo, ni

exhibicionista, ni gustoso de los paladeos esotéricos, prescindiendo del

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88 SANCI,JEZ

resto del mundo de la Ciencia y solo atento a sus elucubraciones. No.Piaget, si algo tiene, es autenticidad pura, vocación ínsita de hombre

de ciencia y a la vez de filósofo. Esta es una de sus mayores dificultadapersonales, creo yo, que se. trasluce un poco, entre líneas, en su cortapero muy sugerente autobiografía hecha en Sagesse et Illusions de laPhilosophie, obra ya citada. No creo equivocarme al afirmar que Pia-get, muy consciente de esa dificultad personal que proyecta, involun-

tariamente en el inmenso mundo de sus lectores, ha hecho todo lo.posible por hacerse "legible", más inteligible, más accesible. Sus últi-mas publicaciones, por ejemplo, Ou va l'Education (1972a) y Problemas

de Psychologie Génétique (1972b), patrocinadas por la UNESCO, asílo demuestran muy. a las claras. Entre estos libros, y lo de atrás, in-abordable, por lo menos para mí, hay' una enorme diferencia deesfuerzo del gran' maestro suizo, por hacerse más asible por el lector.y de hecho lo consigue. Piaget es de esos hombres de ciencia que no,tienen la culpa de pensar distinto. Tampoco la tuvieron Kant, Hei-

degger, Husserl y en algunos de sus textos, el propio Freud, para no-hablar de Lacan, dómine máximo y Summum Pontifex de los esote-rismos, que rayan' J;Jluycercanamerite en la Gnosis, aquellas plenas deconfusión y virtuosismos con que los gnósticos' del siglo U de la eracristiana, cuando el tránsito del "Mythos" al "Logos", se convirtió en

..... Lo invisiblemente visible en un eterno Misterio ... J, Y cuando-

los cristianos, hechizados por la fresca herencia de Grecia, no sabían

cómo hacer coincidir a Cristo, con Platón, Pitágoras, Zenónde Elea

o las sectas de los Ofitas y de los Barbelognósticos. De allí nació Her-mes Trimegisto y el Zodíaco cobró todo su virulento encanto astro-

lógico que se ha prolongado hasta nuestros días, para uso y abuso de

las señoras desencantadas, de las chicas frustradas, de los matrimo-

nios a la deriva y de los Políticos soñadores. Precisamente los "idiotas

útiles", tan conocidos en Colombia. Para no hablar de ciertos curítas, .

que en esto de la psicología, andan más desorientados que el gnóstico

Basilidio, entre las hipostasisdel Padre, el Nous, el Legos, la Phrone-sis, la Sophia y la Dynamis, confunden el "Humanismo" con el "Ho-minismo", y andan por ahí, turulatos, buscando palíndromos, aquí

y allá y cómo hacer coincidir las enseñanzas de Cristo, con el complejo-de Edipo. ¡Vaya! ¡Que un poco de todo hade haber en la viña del

Señor!

Si me he detenido un poco en la obra de Jean Piaget, es porqueel gran psicólogo suizo -a quien el psicoanalista René A. Spitz con-sidera superior a Freud- tipifica y encarna, en la Ciencia y en laFilosofía, esa asombrosa, angustiosa, tenaz, acaso dolorífera búsqueda

de la Verdad que no es precisamente el distintivo de la modernidad.Si en algunas de sus obras puede molestarnos el rigorismo. ejemplarde Piaget, sus incursiones impecables en el mundo de las matemáticas

y de la Lógica pura y no podemos seguirlo en esa dimensión, no es.

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 89"

culpa de Piaget, sino la nuestra propia por ignorancia, mentecatez,.desidia o lo que sea. El propósito central de Piaget en su obra capitalla Epistemología Genética. no es tan abstruso ni tan imposible. Elsiguiente enunciado es perfectamente comprensible: " ... Todo cono-'cimiento, dice Piaget, comporta un aspecto de elaboración nueva y elgran problema de la Epistemología es el de conciliar esta creación.de novedades con el doble hecho que, sobre el terreno formal, ellasse acompañan de necesidades prontamente elaboradas y, que, en elplano de lo real, ellas permiten la conquista de la Objetividad .....(Piaget, 1950).

Tenemos acaso los psiquiatras una figura que, en nuestros pro-blemas, que no son pocos ni pequeños, podamos comparar a la de JeanPiaget? Seamos honestos y digamos que no. ¿Henri Ey? ¿Jacques.Lacan? ¿A dónde mirar? A España, ¿quién? En Inglaterra, ¿quién?¿Quién en Austria?, ¿acaso Caroso? En Norteamérica, en Rusia, en

Latinoamérica, ¿quién? ¿Quiénes? Aceptemos resignada o humilde·-mente aunque nos cause escozor de re-sentimiento u orfandad que'hoy, por hoy, la psiquiatría carece pOf' completo de una gran figuro:que la oriente 'Y guíe en medio de sus ingentes problemas. Algunos

me argüirán que la "Medicina antropológica" alemana en manos de

Viktor von Weisaecker y sus discípulos, ya muy numerosos en Europa,

pueden o son ya los señuelos' de una nueva perspectiva. Lo dudo-

mucho. Es cierto que se trata de una Medicina muy importante, fun-

damentada en postulados muy sólidos. Pero no está al alcance de

todos. La Medicina antropológica, es una "Medicina humanística",es decir, "Integrada" o "Integral", con basamentos muy fuertemente-

filosóficos que en Europa es cosa corriente por la formación de 8US··

Universidades, aun imbatibles en sus dominios tradicionales, mayor-

mente los de Alemania, donde Kant, Hegel, Heidegger, Husserl, aún'reinan, sin rival a la vista. Se trata de una Medicina que nació, creció",se nutrió y se amamantó de senos plenos y turgentes de una saviacultural que solo se da en Europa y específicamente en Alemania.

Esa Medicina es densa, tupida, enhebrada de un tejido tradicional ycultural poderosamente rico en frutos, asimismo densos, y tupidos,

para consumo interno y, muy poco para la exportación. Por acá es--

muy dificil que entendamos a Von Weisaecker o a Von Gestabel. No

se conocen, además. Desaparecida para siempre la señera y señorialfigura del irremplazable maestro de Lima, Honorio Delgado, gloriade la raza iberoamericana, nos hemos quedado sin brújula, en medio- ,

de la selva o en medio del desierto. Delgado encarnaba lo mejor de-nuestras raíces a la vez telúricas y espiritules y yo no veo por parte-alguna quién pueda sucederle dentro del mundo de habla hjspana~.incluyendo, desde luego, a España, que jamás ha sido cuna de psi-

quiatras ni de psicólogos, exceptuando a Juan Luis Vives, precursor-de muchas cosas que ni en su patria misma se han cumplido. La

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SANCHEl

Ciencia latina no' tiene psiquiatras que vean por ella con dignidad,decoro y sabiduría. Triste o no es la pura, escueta, tremenda verdad.Francia, estancada en la sabiduría clínica de un Henry Ey, a quien por

desgracia Jacques Lacan despedazó en 1936, en unas tristes jornadas.de Bonneval, con golpes que Ey no pudo o no supo contestar, Francia.dígo no respira ahora sino por los pulmones esotéricos de Jacques Lacan'y por los de sus últimas figuras en antropología, Claude Lévy-Strauss,

que ha inundado la lingüística con un estructuralismo cada vez más

axiomático, más esquemático, más pretencioso, más petulante, y encuyas redes hechizan tes, cayó nada menos que Lacan, postulando "el

Inconsciente como lengua je ... " y estableciendo una compleja y abs-trusa legislación hermenéutica y exegética de resonancias múltiples, ,

,música demasiado monocorde, ya de tanto repetir 10 mismo y que en:manos de la lingüística francesa nos tiene zambilocos con las charadasde un Barth.ez, un Derrida, un Foucault, un Greimas, un Bremond,

.altoparlantes no siempre fieles de Ferdinand de Saussure, a quienes

no descalzan, a pesar de que Saussure -otro suizo genial- jamú es-

cribió una línea en' toda su vida. Y de la raza que no es del Lado,

Inglaterra, solo ha engendrado como embarazo ectópico de la ciencia,

una "Anti-psiquiatría" que le pide limosna aJean Paul Sartre para.sustentar su rabioso ataque a la familia, que, ese locuelo de David

Cooper y su hermanastro de' ectopía, Robert Laing, resolvió asesinar,

a la inglesa, en su último y lamentable libro sobre la muerte de lafamilia.

A riesgo de que muchos de mis lectores se incomoden con estas.afirmaciones mías, que, ademú, a nadie mú que a mí comprometen

y 'Para las que no pido respaldo alguno, el panorama de la psiquiatría:mundial es desolador, por 10 estéril y la ninguna fuente de investiga-

ción que se advierte, que nos de pautas de trabajo, o simplemente'temas de meditación. Yo estimo que esta situación se asemeja muchó.a lo acaecido en otros campos de la Ciencia, por ejemplo en Física,

después de la llamada "Revolución de Copérnico", cuando pasó:mucho tiempo antes de que acaeciera algo importante, pues Copér-níco, para emplear el vulgar lenguaje boxeril, "le sacó el aire" a ,losfísicos, y los dejó sin resuello hasta la llegada de Newton. Y en el

campo de la Biología sucedió 10 propio con Darwin cuyo eco aúnresuena después de más de un siglo y seguirá retumbando con la mis-.ma sonoridad hasta que aparezca en el campo de las ciencias bioló-gicas algo que 10 supere o iguale, cosa que aún no se ve. A nuestrapsiquiatría, le ha pasado 10 mismo con el genio indudable de Freud.Freud, más psicopatólogo que psicólogo y mucho más filósofo de lo

que él mismo se creyó -jamás se creyó que lo era- dejó tanta in--quíetud de problemas, tanto caudal de sugerencias, tanta penumbra,

tanto desconcierto y tanta sabiduría, que yo creo que pasará mucho,

pero mucho más tiempo del que pueda calcularse, antes de que la

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PSICOLOGOS y PSIQUI~TRAS 91

;psicopatologia, raíz de la clinica psiquiátrica, pueda hallar nuera-mente su equilibrio. Que ya no será el de antes de Freud, sino el que

él fijó, dentro de unas pautas sumamente sólidas e irrebatibles yque, por la densidad misma de sus principios, ha de moldear unanueva concepción del enfermo mental. Es posible ser freudiano, anti-

freudiano o "revisionista", pero no se puede desconocer sin pecar grave-mente contra la simple historia, que Freud ha sido y será la figura

más desconcertante y revolucionaria de la psicopatologia y que dejóuna huella sustantiva en la evolución de nuestros conocimientos psi-copatológícos, y de soslayo en aquella parte de la psicologia que atien-

<le las distorsiones de la personalidad humana.

Resulta importante en este ensayo, el ver cómo es que jean Pía-;get enjuicia el psicoanálisis freudiano y cuál es su actitud frente a la"Revolución freudiana", Se trata de un asunto que me parece indiJ;.

pensable aclarar. Y de mucha importancia para lograr una compren-.sión cabal -si ello es posible- entre las afinidades o colisiones entr'e

Freud y Piaget en algunos puntos de grande importancia práctica. En-eíecto, quien lea la extensa obra que sobre Psicología Experimental,

-en 10 volúmenes, dirigida por Fraisse y Piaget,publicara el psicólogo

gínebríno entre los años de 1968 y 1967, no dejará de extrañarse queen ninguno de sus capítulos, haya nada sobre el psicoanálisis de

Freud, El lector' se desconcierta. ¿Desprecia de Piaget por Freud?

No lo creo. ¿Desconocimiento de sus obras primeras? Tampoco. Cuan-

do Piaget comenzó a publicar sus primeros trabajos, en la décadacomprendida entre los años de 1921-1982, ya Freud habia publicado

copiosamente sus trabajos primordiales, hasta el afio de 1921 en que

publica un trascendental ensayo sobre Psicologia colectiva y análisisdel Yo. Es del todo imposible en un hombre de ciencia tan ávido de

información como Piaget, que ignorase a Freud, cuando este trabajaba

en los mismos terrenos del psicólogo ginebrino y cuando Freud yahabia desarrollado por completo su tesis sobre la sexualidad infantil.con todo el aparataje del Super-Yo censor, que rozaba muy de cercalos trabajos de Piaget sobre la "Moral infantil". ¿Qué aconteció en-

tonces? Tampoco creo que Freud, tan ávido de información como

Piaget, ignorase a este último, especialmente en la época de susrevisionismos, después de 1925. ¿Qué pasaba entre estos dos grandes

psicólogos? ¿Recelo? ¿Desconfianza? ¿Respeto mutuo? Creo que jamáslo sabremos. Como tampoco sabremos nunca la mutua ignorancia de

Freud y Pavlov, prácticamente contemporáneos, ya que Freud nacióen 1856 y murió en 1939 y el gran fisiólogo ruso nació en 1849 y murió

tres años antes que Freud es decir, en 1936. Yo no puedo creer en la"mutua ignorancia" de los genios. Mayormente quizás en el casoFreud-Pavlov,especialmente en los últimos años de Pavlov dedicados

al estudio de las "Neurosis experimentales", hacia 1934, año en queHitler ordena quemar las obras de Freud en Berlin. Probablemente

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92 SANCHEZ

el genio de Pavlov -comparable al de Freud y aun superior en algu--

nos aspectos metodológicos- le daba a Freud la respuesta biológicay experimental al gran problema "biológico" de la neurosis que Freudapenas rozara, pero que jamás descartó por completo. Y probable-mente también, los dos sabios, se guardaron para sí sus descubrimien-tos, sin compararlos con otros del mismo género, para evitar mezclas,

y acaso confusiones de principios, tan delicados de juzgar por ellos.mismos y tan difíciles de juzgar por la posteridad.

En todo caso, me interesa, por lo pronto, aclarar la relaciónFreud-Piaget, si tenemos en cuenta que Freud trabajó con el Inconscien-te neurótico durante toda su vida, en tanto que Píaget, en el polo,

opuesto del psiquismo humano, trabajó y lo sigue haciendo con laplena Razón e Inteligencia del ser del hombre, especíñcamente en las-

etapas del desenvolvimiento infantil. No parece haber coyuntura algu-na, ni teórica ni práctica que permita unir los métodos ni las teorías de

Freud y de Piaget en una articulación sintética, para aunar los pro-

blemas muy complejos del desarrollo del ser del hombre en su niñez.

Ello es calamitoso, ya que no hay, como lo he dicho, ninguna figura

actual en la ciencia moderna que permita abrir nuevos horizontes o-cerrar los viejos con puntos de vista colaterales siquiera, a los de los

dos grandes maestros que he citado. Así las cosas, o se es freudiano-o se es piagetiano. Infortunadamente para la psicología de nuestros.días y asimismo para la psiquiatría y la psicopatología, no serviría, ni

seba intentado además, algún acercamiento dialéctico entre lo dicho-

por Freud y por Piaget, con lo que las dos teorías de estos dos sabios,lejos de complementarse se oponen en muchas cosas, con detrimento,

grave para el progreso del conocimiento del alma infantil, base de la

adultez.

" ... Por múltiples conceptos", comenta Gardner Murphy (1971),en su Introducción Histórica ala Psicología Contemporánea, "la pin-

celada genial en la obra de Piaget es su importante incursión en los,

terrenos de la psicología social, El Juicio Moral del Niño (1932). Estainvestigación, influída por los estudios de sociólogos franceses sobre-

ética, constituye un esfuerzo sistemático por definir las etapas por lascuales atraviesa el niño en sus juicios sobre el Bien y el Mal, en niños,

de dos a catorce años. Piaget comienza estudiando las reglas de juego.Por lo pronto se convierte en un experto' en los juegos preferidos porlos niños, aprendiendo a efectuar con bolitas, tiros lícitos o ilícitos.y sobre todo procura descubrir qué es lo que el niño considera JUSTO~

o INJUSTO ... "

He aquí, amable lector, una pésima muestra de lo que un psi-

cólogo, como Murphy, que a la vez fuera filósofo, puede hacer conun desconocimiento radical de la obra de Piaget. Cualquier estudiante-

se desorienta por completo, con esas líneas de Murphy. Porque nohay tal de que Piaget se haya apoyado en la sociología francesa, para

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 9s

emprender sus investigaciones. Esto es desconocer sustantiva y lamen-tablemente la obra básica de Piaget, Le ]ungement MOTalchez I'Eniant,

1932. En esta obra, Piaget no solo no se sustenta en la sociología france-

sa representada por los trabajos de Durkheim, sino que critica ruda-mente las tesis del glorioso maestro de la sociología gala, en las pági-

nas 280 a 312 de la citada obra. Murphy yerra, como otros tantosque desconocen, por completo a Piaget, por no haberlo oído jamás

en sus textos originales y haberse contentado con comentarios detercera mano, como pasa con algunos clásicos de la modernidad y así-

.mismo de la antigüedad. Murphy y quienes se les asemejan, no lehacen ningún favor, sino todo lo contrario, a sus lectores o discípulos,

que se forman una idea epidérmica de Piaget, mientras se la formandemasiado hipodérmica de Freud y sus epígonos (a quien Murphy enla obra citada, dedica un frondoso capítulo).

El suceso antedicho, me parece grave para la psicología y sinto-mático de cierto aislacionismo e insularidad a que se sujetan en espe-

cial algunos importantes psicólogos norteamericanos. Ciertamente

Skinner, investigador honesto si los hay, lo mismo que su eminentísi-

mo colega Carl Rogers, han desarrollado, cada cual a su manera, aun-

que sin coincidir poco ni mucho ni en metodología ni principios,

toda una teoría del hombre: Rogers con perspectivas de terapia ySkinner con horizontes, acaso más dilatados en lo que hace al como

portamiento humano, si que también con miras de terapia que le

han sido rudamente criticadas por sus propios compatriotas. De hecho,tanto Rogers, como Skinner, desconocen por completo la obra dePíaget, con lo que sus trabajos, sustraídos de esa información y retraí-

dos sobre un ensimismamiento que no debería existir en hombres deciencia, pecan, por lo menos, de un importantísimo y fundamentalfilón informativo que desmerece, por sustracción de materia, sus con-

clusiones, aun las más rigurosas. Ningún psicólogo, psiquiatra, psico-patólogo o psicoterapeuta, si merece alguno de esos títulos, tiene.derecho ni deber de desconocer a Piaget.

Mucho más cauta, prudente y sabia es la actitud de John H.Flavell, eminente psicólogo estadinense, quien, muy honestamente al

estar elaborando algún trabajo sobre psicología de la infancia, se topócon Piaget y resolvió estudiarlo a fondo. Tarea nada fácil por cierto,según el propio aserto de Flavell (1968): " ... Al igual que los sujetos

considerados en la teoría de Piaget, este libro comenzó su vida como

algo muy distinto de aquella que con el tiempo llegó a ser. En 1955,me dediqué a escribir un texto para graduados sobre las teorías del

desarrollo infantil. Al principio todo iba sobre rieles, y pensaba enton-ces que el proyecto se completaría en el tiempo de un año. Lasteorías sobre las que proyectaba escribir, en su mayor parte aparecían

·en el estado apropiado para que mi tarea fuese rápida y fácil ... Pero

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94 SANCHEZ

una teoría muy importante del desarrollo infantil, la de jean Piaget,.

se encontraba en un estado tal, que se resistió a mis planes hasta el'punto de que, por último debí alterarlo. Mientras comenzaba a cono-cer mejor los trabajos de Piaget, determinadas conclusiones -inicial-mente resistidas---, con el tiempo aparecieron como ineludibles. En

primer lugar, si mi texto proyectado iba a tratar de las teorías del'desarrollo, era más que evidente que las teorías de jean Piaget debían

ocupar una parte muy importante del mismo. En segundo lugar, me-resultaba por demás claro que para elaborar una síntesis precisa yadecuadamente equilibrada de la teoría de Piaget, necesitlJba tlédica,..varios años a la lectura de sus obras. Más que eso, comencé a dudar-

. de la utilidad que podía tener inclusive la mejor síntesis de uno o de-dos capítulos en el caso particular del sistema de lean Piaget. ~Nosería semejante síntesis tan condensada y elíptica como para fastidiar-

y frustrar a cualquier lector que tuviese realmente empeño serio en

conocer la obra de Piaget? Podría, al leer mi síntesis, querer infor-

marse con más detalle sobre la mayoría de los temas de que trata

Piaget o sobre todos ellos, y luego no tener más recurso que el de

internarse en la desalentadora extensión de las desperdigadas obras.a partir de las cuales se habría intentado la síntesis en un principio.

De este modo, el primer plan fue remplazado por un segundo cuyo.

resultado es el presente libro: escribir una exposición de la obra de

lean Piaget que llenase todo un volumen (seis años de trabajo muy

intenso), algo que pudiera servir al mismo tiempo como guía para

los múltiples volúmenes de la literatura original de Piaget (cuarenta

y dos hasta el presente, 1968) y como valla para cualquier resumen

futuro de un género más breve. Es decir, un resumen semejante alque nunca llegué a escribir ... "

A esto llamo yo ser honesto.La tarea de FlavelI fue ingente, ruda y ardua, pero llegó a feliz'

término con la confección de un libro que yo considero ejemplarpara conocer la obra del gran psicólogo suizo. De hecho, Flavel, contó,con la irrestricta colaboración de varias universidades norteamericanas,

que siempre ayudan de la mejor buena fe en empresas de esta índole:la Universidad de Harvard, la de Kentucky, la de Saarland, la de

Pensilvania; amén de una ilustre nómina. de psicólogos, de lo mejorde Norteamérica (H. Wemer, joachim F. Wohlwill, Peter H. Wolff,David Elkin, Edith M. Taylor, Crane Briton), además de la colabora-ción de la Sociedad Británica de Psicología de Londres, las PressesUniversitaires de France, el Instituto de Ciencias de la Educación de

la Universidad de Ginebra; y específicamente lean Píaget, con sU'

propia persona, con su Instituto de Epistemología Genética, quePiaget fundó y dirigió.

Semejante tarea, no podía menos de despertar la gratitud de:

Piaget, ya que por intermedio de Flavell, su nombre por primera uez;

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 95"

era conocido de la psicología norteamericana I En el prólogo al granesfuerzo, insomne de Flavell de seis años de ininterrumpido trabajo ..,Piaget le dice: " ... Es para mí un gran placer y un grande honor el

que se me haya solicitado escribir un prólogo para este hermoso libro.Un gran placer, porque es, ciertamente, un hermoso libro y no tengo-

inconveniente alguno en elogiar sus virtudes y expresar mi más pro-fundo aprecio por su autor. Pero es también un gran honor, pues.este libro trata de presentar una exposición integrada de mi pensa-miento y de mi trabajo y su aparición es para mí una muy elogiosamuestra de estima y de confianza ... "

"No soy un autor fácil ... " dice Piaget. De hecho, ya hemos vistosel porqué no lo es. Piaget, que se confiesa, de prima mano "natu-

lista y biólogo por formación, interesado por los problemas de la epis-·temología, sin haber realizado un estudio formal de la psicología ... ",

recibe en plena juventud el "Coup de foudre" (el relámpago) deMatiére et Mémoire del gran filósofo de Francia, Premio Nobel, Henrí,

Bergson, quien seguramente le abre las más graves inquietudes sobre-todo ese asombroso mundo de la psicología bergsoniana, en donde el.tiempo, el espacio, la conciencia, el instinto, el "élan vital", la vida;en suma, se reúnen en un haz compacto de sugerencias cada vez más-.

múltiples y armónicas. Aunque Piaget no lo confiese, la lectura desus obras, especialmente las que tratan de los problemas del espacio--

y el tiempo en el alma infantil, tienen una inequívoca resonanciabergsoniana. No podía ser de otra manera. Bergson encarnó, a co-mienzos del siglo XX, como lo afirma su crítico G. Markov-Totévy(1967) " ... en sus obras la afirmación total de la Libertad y de la-Acción. Por sus doctrinas, Bergson dominó toda una época y su in-fluencia fue poderosa en la literatura y el pensamiento de Europa, ..

hasta 1930. Crítico agudísimo de las filosofías de la época, Bergsonrestaura la psicología, reafirma los derechos del ser íntimo y trata de'penetrar los misterios que esconde la realidad. Se convierte en el ada-lid de una nueva moral y de una nueva libertad; le ofrece nuevasesperanzas al hombre. Y abre, coincidiendo con Freud, a la cienciadel espíritu, las vastas regiones inexploradas del Inconsciente ... .Bergson, ha roto nuestras cadenas ... y, ciertamente no es el menor:

de sus méritos, el haber logrado sustraer la reflexión filosófica de la.sequedad y el frío dogmatismo, gracias a un estilo transparente, ador-nado con imágenes sorprendentes, propias de un verdadero poeta .... ,

La gran figura de Jean Piaget, llena toda una época de la moderonidad psicológica. Con Freud, y por caminos muy divergentes, formanuna pareja singularmente poderosa y genial. La psiquiatría y la psi- 00

colegía, probablemente habrán de esperar muchos años -¿o siglos?-

antes de que otro genio, consiga suplantar, o igualar siquiera esa granherencia polimorfa, en que se debate, hoy por hoy, mucho más la ..psiquatría que la psicología.

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"96 SANCHEZ

EL METOnO EXPERIMENTAL - LA METOnOLOGIA

PSICOLOGICA y LA METONIMIA PSIQUIATRICA

Existe una enorme confusión entre los médicos, sobre el sentidoreal de la palabra "experimentación", y yo veo en ello mucha igno-

rancia, para hablar claro. Los médicos, haciéndole un triste coro aprofanos como Arthur Koestler, quien de novelista pasó a psicólogo

por artes de birlibirloque y de la noche a la mañana en libros gra-

tuita e ignaramente difamatorios contra importantes figuras de la, Ciencia, creen que la "experimentación", es cosa vulgar y "materia-

lista", "superada" ya, propia de científicos que trasplantan con dema-siada facilidad lo que observan en animales de laboratorio, al ser hu-

mano. Esta postura, además de revelar una radical ignorancia, nos poneen ridículo ante el resto del mundo de la Ciencia.' No nos hemospuesto a preguntarnos los médicos, qué hubiera sido de la Fisiología

y sus más resonantes descubrimientos del siglo XX (Cannon, Seyle),sin la tenacísima labor de uno de los más grandes genios de la Fisiolo-

gía experimental que solo trabajó con perros, Iván Pavlov? ¿Qué hu-biera sido de las nociones de "inhibición" y de "excitación" y de todolo que se deriva de la reflexología condicionada, en temas de tanta

entidad como el sueño, el apetito, la regulación o regulaciones córtico-diencefálicas, los problemas del aprendizaje, los de los "hábitos ad-quiridos", los del condicionamiento de determinadas conductas, nor-males o anómalas? ¿Qué hubiese hecho la Fisíologta, si los humildes

canes de Pavlov, en su naturaleza animal, no hubiesen respondido

con la prontitud ínsita de su condición biológica, a los estímulos del

medio ambiente, regulados en tiempo y en espacio, en problemas tanimportantes como la hipnosis, el sueño, la vigilia, las neurosis experi-mentales, algunos aspectos del lenguaje, el parto indoloro, la impor-tancia del psiquismo en los fenómenos secretorios, y muchas cosasmás? ¿Fue acaso por "materialista", por 10 que el gran sabio ruso fuemerecedor del primer premio Nobel que otorgara la Academia de Es-tocolmo, a un fisiólogo? ¿Y cuál es el "idealista", el "teólogo", el

"metafísico", el "filósofo" -fuera de Bergson que no recibió el Nobel

de Filosofía sino el de Literatura- que haya aportado tanta luz yverdad a la Ciencia de la conducta humana y a otros aspectos delhombre? Es' lastimoso, por decir lo menos, que aún haya tanta igno-

rancia tendenciosa, tanto oscurantismo de mala fe, tanta desidia cul-pable y culposa en quienes, so capa hipócrita de defender un 'idea-lismo" que no han digerido o que se les ha atragantado, vetan a la"experimentación" y la arrojan a las tinieblas exteriores, o a las nuevas

hogueras de una nueva Inquisición, con Torquemadas de chancuco,

mal embadurnados de una "Teología" que huele y sabe a fotofobia,

a hombres de buena fe. La Cultura es lo único que no se puede eli-

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PSICOLOGOS y PSIQuiATRAS 97

minar con fusiles o ametralladoras porque las ideas no mueren conbalas. Pero la persecución sórdida de los oscurantismos que creímos'Imperada, al parecer continúa; su tarea de hipocresía al darle a la ju-

ventud universitaria que merece respeto, una idea torpe y torcida delo que es la ciencia, que esa misma juventud se encargará de revaluarmás tarde, por fuera de ciertas aulas que confunden la Libertad Hu-mana con el libertinaje de ciertas férulas equívocas que amordazanla conciencia y la lanzan; muda, al abismo de los errores y de lasmentiras fáciles de inculcar y más fáciles de cobrar. Con sobradarazón, don Miguel de Unamuno en alguna ocasión universitaria símí-

lar, pudo escribir, sin poder ser contradicho: " ... Si al morir los orga-nismos que sustentan las entrañas insondables del Espíritu, vuelven

las conciencias individuales a la absoluta inconsciencia de que salie-

ron, no es el género humano otra cosa que una fatídica procesión defantasmas que va de la nada a la nada y el Humanismo, lo más inhu-mano que cabe... "

El método experimental en Ciencia, no es una ocurrencia del"materialismo", sino exactamente Id contrario. Experimentar, signi-fica, ante todo comprobar objetivamente la validez. de u.na hipótesis

de trabajo por medio de la razón natural 'Y los procesos de deducción-e inducción que ella contiene, como distintivo del ser racional, que

es el hombre. No es el "experimento" el que le exije a la razón hu-mana que se pliegue a susmandatos- que es lo que cierta mentalidad

pretende torpemente- sino precisamente lo contrario. Es la razónhumana la que elabora las legislaciones objetivas de verificación,

frente a una "materia-sujeto" de experimentación que responde adeterminadas exigencias de trabajo. Justamente es la prueba máximay fehaciente del poder del Espíritu, ínsito en la mente del hombre deciencia, sobre los problemas que se suponen inscritos en la "materia"con que ese mismo espíritu trabaja y llega a determinadas conclu-·siones. La "Materia", muda, carece por completo de un "lenguaje"

propio que le permite expresarse por medio de una inteligibilidad que

.no posee. El hombre de ciencia, ha de desentrañar en su "Sujeto mate-

ria" de la experimentación, ese "lenguaje", precisamente contenido

en las verificaciones y que no es otro que el de la interpretación ohermenéutica de los datos objetivos. Lo que hace la experimentación,es básica y sustantioamente, interpretar los datos contenidos dentro

de los objetivos concretos de la verificación causal, para darles elsentido propio y concreto de una relación intrinsecamente válida, por

el enjuiciamiento de los resultados, 'Y extrlmecamtnte viable por loscaminos de la comprobación objetiva. Esto no es "materialismo", sinoprecisamente lo contrario. Un "materialismo", en la experimentación,sería contradictorio, si tenemos en cuenta que jamái un verdaderohombre de ciencia, se contenta con los simples resultados de una co-nexión causal, sino que siempre espera un "más allá", de esa conexión,

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98 SANCHEZ

que le permita otro género de comprobaciones, no siempre correlativascon el primer hallazgo. Y ese más allá, no está inscrito jamás en el"dato", que se muere en la mesa de laboratorio, sino en lo que ese"dato", significa, como sígnífícante y como significado, en una me-tanoia, mutación o metamorfosis del dato primero, que sustenta todauna elaboración futura, de perspectivas que el propio investigadordesconoce muchas veces; en toda la vastedad de las sorpresas y sobre-saltos que contiene la materia viva conque trabaja, y aun, como en

el caso de la Física, con esa misteriosa "materia muerta" -si es que

la hay- y que llevó a Werner Heisemberg, a toparse con un inde-terminismo que, probablemente no buscaba.

Nos llevaría demasiado lejos en los propósitos de este modesto

ensayo, el tratar de demostrar, por la historia misma de los sucesos,cómo la PSicología, llamada experimental, no nació por generaciónespontánea de algún positivismo utópico, sino que obedeció, más quetodo, al enhebramiento de datos cada vez más complejos y cada vezmás exigentes, que llevaron a los psicólogos, precisamente a la veri-

ficación de las hipótesis de trabajo, para no errar' ingenuamente en

las conclusiones. El eslabonamiento de estos hechos, en su hilaciónhistórica, ya ha sido, hecho brillantemente, entre otros, por uno delos más eminentes colaboradores de Piaget,Paul Fraisse (Fraisse yPiaget, 1963). '

Pero lo que los.médicos ignoramos, y, por desgracia e inexplica-blemente mucho más si somos psiquiatras -poNue los psicólogos sílo saben, por derecho propio y por formación-, es que al lado de

la "Psicología experimental", existe toda una "Medicina experimen-tal", cuyos .íundamentos Jueron elaborados con mayúscula sabiduría,imbatible, hace más de un. siglo por el gran precursor de la sabiduría

experimental en .su aspe~tomédico, Claudio Bernard (1813-1879).Laobra de Claudio Bernardv se inscribe dentro de una filosofía delsaber experimental, y sin ella no hubiesen sido posibles los más gran-des descubrimientos de la ciencia experimental del siglo XX, la "Ho-meostasís" de Walter B. Cannon, y la noción de "Stress" de Hans

Seyle, ambos discípulos confesos del gran sabio francés. Todo médico

sabe cuánto le debe la Fisiología humana a Claudio Bernard que

experimentó en animales,. como Pavlov. Pero su visión de lo que es

la experimentación animal, trasladada al ser humano por virtud de

la naturaleza misma de los fenómenos vivos, está enmarcada, como

10 he dicho, en una filosofía del método experimental, inspirada por lametódica propia de sus trabajos. Algunos estudiosos modernos de la

obra gigante de Bernard, no vacilan en postular un "Neo-tomismo",

en la forma como el gran fisiólogo interpreta la evolución de los fe-

nómenos de la materia víva.. como lo anota, entre otros, Dhurout

(1949).

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 99

Los postulados básicos de los cuales parte Claudio Bernard parala elaboración de su teoría, son los siguientes: " ... El razonamientoexperimental", escribe, "se ejerce siempre y necesariamente sobredos hechos: el primero que le sirve de punto de partida, es la obser-vación. El segundo, que le sirve de conclusión, es la experiencia"(Bernard, 1865). De este texto, emergen las tres fases del métodoexperimental: " ... l)Los hechos establecidos por la observación, de-ben de servir de punto de partida al pensamiento. 2) El pensamiento;debe ensayar una base de explicación: es la hipótesis. 3) Esta explica-

ción debe estar controlada y confirmada por otros hechos que no ha-bían sido considerados en un principio: es la experiencia". Todo el

pensamiento de Bernard gira en torno a estos tres postulados y deahí dimanan los siguientes apartes de sus tesis en los que cabe resal-tar, a la vez la fundamentación filosófica de su pensamiento, su gran

ductilidad para transmutado, de 10 meramente "experimental", al

ámbito de lo "profesional", en Medicina.

" ... Es preciso", dice Bernard (1865), "considerar dos cosas enla Ciencia experimental: el método y la idea. El método tiene por

objeto, dirigir la idea, que se lanza hacia adelante en la interpretaciónde los fenómenos naturales yen la indagación de la verdad. La idea,debe permanecer siempre independiente y no debe ser encadenada

jamds ni por las mismas creencias cientüicas, filosóficas o religiosas.Es preciso ser osado y libre en la manifestación de las ideas, seguir los

sentimientos y no detenerse nunca en los temores pueriles de la con-tradicción de las teorías. Esta Libertad que debe conservar el experi-mentador, se funda y debe hacerlo sobre la duda filosófica. En efecto,debemos tener plena conciencia de la incertidumbre de nuestros ra-zonamientos a causa de la oscuridad de su punto de partida. Estepunto, reposa siempre, en el fondo, sobre hipótesis o teorías más o me"

nos imperfectas según los adelantos de la Ciencia. En Biología y sin-gularmente en Medicina, estas teorías, son demasiado precarias hasta

el punto de que el investigador puede conservar la totalidad de su

libertad de criterio y de juicio. El gran principio experimental, es,pues, la duda, la duda filosófica que deja al espíritu toda su libertade iniciativa, y de donde se derivan las más preciadas cualidades paraun investigador de la Fisiología y de la Medicina. No hay que creerni en nuestras observaciones ni en nuestras teorías sino bajo beneficiode "inventario experimental. Si se cree demasiado, el espíritu se halla

maniatado y restringido por las consecuencias de sus propios razo-namientos; no tendría ya más libertad de acción, y faltaría, por consi-

guiente la iniciativa que posee quien sabe deshacerse de esa fe ciegaen las teorías que, en el fondo no es otra cosa que una superstición

científica ... " (págs. 318-320).

Por lo que hace a la medicina profesional que en ocasiones no

se siente muy aludida, específicamente en el campo de la psiquatría,

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100 SANCHEZ

por la falta de las etiologías, en los planteamientos de Bernard, esbueno hacer resaltar sus profundas reflexiones al respecto: " ... Unavez la observación médica bien conducida", dice Bemard (1865), "ella

misma se .convierte, como en Fisiología, en el punto de partida deideas o de hipótesis que el médico debe verificar por medio de nueva¡

observaciones, sobre pacientes ... No podríamos establecer ningunadiferencia entre los métodos de observación que se deben aplicar enFisiología experimental o en la Patología Médica y en la Terapéutica.

Es siempre elmismo sistema de observación y de experimentación,inmutable en sus principios, con solo algunas peculiaridades en suaplicación, según la relativa complejidad de los fenómenos. No podría-

mos encontrar, en efecto, ninguna diferencia radical entre la naturale-

za de los fenómenos fisiológicos y los patológicos o terapéuticos. Todosestos fenómenos se derivan de leyes que, siendo propias a la naturalezaviviente, son idénticos en su esencia, y no varían sino por las condicio-nes diversas en las cuales se manifiestan. .. El. carácter de la críticaen Patología Médica y en la Terapéutica, es exigir ante todo la obser-vación o la experiencia comparativa. En efecto, de qué modo un mé-dico podría juzgar la influencia de una causa morbígena, si no eliminapor medio de la experiencia comparativa, todas las circunstanciasaccesorias que pueden volverse causas de error y hacerle tomar las sim-ples coincidencias, como relaciones de Causa a Efecto. De todo estose concluye que la observación 'Y la experiencia comparativa, son laúnica base sólida de una verdadera Medicina experimental y que laFisiología, la Patología Médica y la Terapéutica, deben ser sometidasa las leyes de esta crítica común ... "

De hecho, como el lector se habrá percatado, Bernard habla de lametódica experimental, como de un suceso empírico que ha de sus-tentarse sobre la "duda filosófica", No faltará quien diga que ese"eclecticismo" de Bemard, resulta peligroso, tratándose de temas deobservación y de comprobación en los que no cabe la duda, sino por elcontrario, la certeza de lo que se hace; Bernard, no la niega, sino, por

el contrario, la pregona y defiende, pero siempre y cuando el investi-gador conserve su "libertad" y su autonomía de juicio para no encap-sularse dentro de apresuramientos o entusiasmos prematuramentedogmáticos. Para mejor entender el alcance de lo que se ha dado enllamar, con razón, la "Filosofía del saber experimental", de C. Ber-

nard, debo citar algún texto, abreviado, del gran filósofo de Francia,Henri Bergson, en su Discurso en el centenario del nacimiento pe

Claude Bernard en el Colegio de Francia, el ~O de diciembre de191~. Al disertar sobre "La Filosofía de Claude Bernard", Bergsondijo: ",., El pensamiento constante de Claude Bernard en su magis-tral Introducción al método experimental, fue el de mostramos cómoel hecho y la idea, colaboran en la investigación experimental. Elheoho, más o menos claramente percibido, sugiere la idea de una

explicación. Esta idea, el sabio le pide a la experiencia, que la con-

firme; pero mientras la experiencia dure, debe estar presto a abando-

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 101

nar la hipótesis inicial oa remodelarla sobre nuevos hallazgos. La:

investigación científica es un didlogo entre el espíritu y la naturaleza ..La Naturaleza, despierta nuestra curiosidad; le hacemos preguntas;

sus respuestas le dan al diálogo un sesgo imprevisto que suscita nue-vas preguntas a las que la Naturaleza responde con las sugerencias denuevas ideas, y así, indefinidamente. Cuando Claude Bernard describeeste método y nos da ejemplos; cuando nos recuerda las aplicacionesque ha hecho de él, todo, lo que nos expone nos parece tan sencillo

y natural que, nos da la impresión de que apenas había que enunciar-

lo: creemos haberlo conocido siempre. Como el retrato de un gran

pintor, nos sugiere la ilusión de haber visto el modelo. Después de laobra de Bernard, ya no diremos más: la Naturaleza es UNA Ynosotros

vamos a buscar, entre las ideas que ya poseemos de ella, aquella enque podamos inscribirla. .. Diremos mejor; la Naturaleza, es lo que

ella es, y como nuestra inteligencia que hace parte de la naturaleza, esmenos vasta que ella, es muy dudoso que ninguna de nuestras ideas

actuales sea 10 suficientemente vasta para abarcarla. Trabajemos, en-

tonces, por dilatar nuestro pensamiento; forcemos nuestro entendí-

miento; rompamos, si es menester, los moldes; pero no pretendamosestrechar la realidad a la medida de nuestras ideas, sino amoldar nues-

tras ideas, engrandecidas, sobre la realidad. He aquí laque nos será

preciso hacer después de leer a C. Bernard. Es por esto por lo quedebemos saludar en él, al lado del gran fisiólogo de genio, que fuera.

uno de los más grandes experimentadores de todos los tiempos, al

filósofo que será uno de los maestros del pensamiento contempo-ráneo ...••

Como corolario de esta confrontación entre la rigurosa metodo-logía de la Psicología experimental y la asimismo rigurosa. metodolo-gía de las tres grandes figuras de la Medicina experimental del sigloX:x., Iván Pavlov,Walter B. Cannon y Hans Seyle, discípulos confesosde la filosofía bernardiana, hemos de concluir que no estamos tanalejados, los unos de los otros, en punto a rivalidades presuntas, que

nos permitan exclusiones demasiado fáciles u oportunistas, algunas;de ellas, para defender fueros Científicos que nos son comunes.

Surge ahora la pregunta más peligrosa de todas, que es la que seesgrime con bastante frecuencia, en contra de la Metódica experimen-tal, en el campo de la patología mental. ¿Son válidas, se indaga, lastraslaciones de la metodología psicológica o experimental al terrenode las anomalías de la personalidad, habida cuenta de que en estasúltimas, no cabe siempre. un nexo de causalidad y solo se ven nexos

multicausales de efectos a menudo contradictorios?

Desde luego, no es dable por razones obvias y nadie lo ha hecho

ni probablemente lo hará, cierta experimentación sobre el ser humano.Pero, precisamente esta es la razón por la que se ha de recordar la

frase de Bergson: " ... La Investigación científica es un diálogo entre

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el Espíritu y la Naturaleza ... " Este diálogo es ininterrumpido, comoes ininterrumpido el flujo de la Naturaleza, en su incesante vaivénde vida sorpresiva, imposible el preveer, Por esta razón, como lo dice

la 2ª' parte de esteensayo, frente a los rigorismos de la experimen-tación psicológica y de la metodología que se deriva de los postuladosbernardianos, que se incoan en los terrenos de la Patología. Médica,incluyendo la Mental, es por esta razón, por lo que digo que me

parece que hay que hablar un lenguaje distinto. Nosotros los psi-quiatras no podríamos emplear un lenguaje demasiado exacto. Y poresto me parece que frente a la Metodología experimental, la Psiqüia-tría, habla un lenguaje de metonimia, sinécdoque o metáfora. Me re-

fiero, específicamente a que en la metonimia existe un nombre común

a todos los tropos (Tropo: " ... Empleo de las palabras en sentido

distinto del que propiamente les corresponde pero que tiene con estealguna conexión, correspondencia o semejanza.,. "), pero se lo res-tringe a los usos siguientes: 1) La causa por el efecto. 2) El efecto por

la causa. 3) El continente por el contenido. 4) El nombre de la cosa,

por la cosa misma. 5) El signo por la cosa significada. 6) Lo abstractopor lo concreto. 7) Las partes del cuerpo consideradas como el lugarde los sentimientos 9 de las pasiones, como las pasiones mismas y lossentimientos. 8) El antecedente por el consecuente.

Quiere ello decir que en este "Lenguaje metonímico" que es elque a mi ver caracteriza a la psiquiatría y a gran parte de la psicopa-tología, no cabe la metodología experimental ni aun la que se deriva

de los postulados de Claudio Bernard? Exactamente es lo que quierodecir. En otras palabras, que la Patología mental carece hoy por hoy

de una metodología que le permita estar en equilibrio con su, hermanade investigación, la ,psicología. No tenemos un Piaget, ni un Pavlov,ni un Skinner, ni un Rogers. Solo un Freud que no trajinó, ni remo-

tamente con ninguna metodología experimental, sino, antes bien, pa·rece haber preferido los atajos del "a priori" Kantiano. ¿Estamos,pues, en desventaja? Desde luego que sí, si llamamos desventaja el no

poder comprobar por la observación los resultados de nuestras con-jeturas, ideas o hipótesis de trabajo, con la exactitud de un Piaget,

un Skinner, un Pavlov. No, si hacemos énfasis en que nuestro lenguaje"metonímico", es decir, plurivalente y multidimensional, encaja me-

jor dentro de los lineamientos misteriosos del ser del hombre, cuya

enigmaticidad e insolitez de recursos y reacciones vitales, descalificalos intentos de una cuantificación. Es la gran pregunta a la que esta-

mos abocados y a la que no podemos contestar adecuadamente, sicada vez más nos alejamos de quienes, como los psicólogos de buenafe nos podrían ayudar, y muy afortunadamente, con sus luces expe-rimentales en aquello que, dentro de una Metódica racional, que seajuste a las dimensiones humanas, nos lleve, paulatinamente a, comonos lo enseña Bergson, " ... No amoldar la realidad a nuestras ideas,

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PSICOLOGOS y PSIQUIATRAS 103

sino amoldar nuestras ideas a la realidad", habida cuenta de que,

según el propio Bergson, "nuestra Inteligencia no puede abarcar lavastedad de la Naturaleza ... "

Es probable que ese día del diálogo común del Espíritu con laNaturaleza, no esté muy cercano y que se necesiten de muchos años-¿o siglos?- para que la Psicología y la Psiquiatría, se sienten en lamisma mesa, para el diálogo de la cordialidad y no para apurar el

tentador manjar de la mutua desconfianza.Que es lo que hasta ahorahemos hecho, sin provecho de nadie.

REFERENCIAS

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nueva. París: Garnier-F1ammarion, 1966).

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