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INCLUYE ÍNTEGRO EL AS COLOR NÚMERO 81 DEL 5 DE DICIEMBRE DE 1972 2ª ÉPOCA • NÚMERO 81 • 10 DE DICIEMBRE DE 2013 ALEX LA DIOSA DEL FÚTBOL FEMENINO MORGAN

52-55 44-51 36-43 26-35 18-25 6-15sdmedia.as.com/static/pdf/ascolor/81/preview_revista_81.pdfMorgan es ya una ‘celebrity’, a la que se la rifan empresas de referencia mundial

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INCLUYE ÍNTEGRO EL

AS COLOR NÚMERO

81 DEL 5 DE DICIEMBRE

DE 1972

2ª ÉPOCA • NÚMERO 81 • 10 DE DICIEMBRE DE 2013

ALEXLA DIOSA DEL FÚTBOL FEMENINO

MORGAN

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6-15

18-25

26-35

36-43

44-51

52-55

ALEX MORGAN La Beckham del fútbol femenino encarna el sueño

americano de millones de niñas en todo el mundo.

Por Isabel Roldán

JULIO SALINASEl futbolista incomprendido. Un gran delantero que

quedó marcado por su fallo en el Mundial de EE UU.

Por Alfonso Herrán

ROBERT PROSINECKIPuro talento truncado por las lesiones. Triunfó en el

Estrella Roja, pero nunca más cumplió expectativas.

Por Manu de la Torre

SERGEY BUBKAEl Zar inmortal de la pértiga ha cumplido 50 años. Ha

sido el primer humano en saltar más de seis metros.

Por Ángel Cruz

TRACY MCGRADYSu palmarés no registra anillos ni ningún MVP, pero ha

sido uno de los jugadores más admirados de la NBA.

Por Mario García

DEAN STONEMANEl piloto británico, de 23 años, esquivó al cáncer y a la

muerte para reencontrarse con su destino de campeón.

Por Rafa Payá

56-104 GITANO GONZÁLEZ, DEL ANDAMIO A LA FAMA. La última sensación del fútbol español, del Valencia.ADIÓS AL EQUIPO CICLISTA WERNER. Martínez Avial: “En las actuales circunstancias, las firmas no tienen por qué hacer de mecenas”.REPORTAJE: DINERO EN EL DEPORTE AMATEUR, ¿ESCÁNDALO? la situación española vista en el baloncesto, balonmano, voleibol y atletismo.QUINO: EL FÚTBOL EN SUS PIES SE HACE ELEGANCIA. “Soy pacífico y pacifista”.ESPAÑA, HACIA EL EVEREST. 13 montañeros vascos se están preparando para enfrentarse con el techo del mundo en 1974.GALIANA, MASAJISTA Y AUTOR MUSICAL. Ganó ocho millones mientras estuvo en el ring.

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Han realizado este número:Coordinación y edición:

Miguel Ángel VascoDiseño:

Mariano Tovar y Laura SánchezInfografía:

Fernando Robato, Miguel Ángel Fernández y Sonia Mochón

Fotografía: Archivo AS.

Para cualquier duda, sugerencia o propuesta puedes escribir a

[email protected]

Presidente: José Luis Sainz

Consejero delegado: Julio Alonso Peña

Director: Alfredo Relaño

Director adjunto: Alejandro ElorteguiDirector de AS.com: Luis Nieto

ÍNTEGRO, EL NÚMERO 81 DE AS COLOR DEL

5 DE DICIEMBRE DE 1972

Editado por Diario AS Sociedad Limitada

2 3

ALEXMORGAN

Alex Morgan (California, 1989) encarna el sueño americano de millones de niñas que juegan al fútbol no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Empezó a jugar en el colegio, destacó en su universidad y se consagró en la selección y en

la liga profesional de su país. Es una futbolista de película, una ‘celebrity’, y su popularidad parece no tener límites.

LA ‘BECKHAM’ DEL FÚTBOL FEMENINO

FUTBOLISTA

MEDIÁTICA.

La delantera

de Estados

Unidos y

Portland

Thorns es

imagen de

la marca

deportiva

Nike, así

como de otras

empresas de

referencia

mundial.

6 7

ISABEL ROLDÁN /

Lo tiene absolutamente todo. Es guapa, joven, simpática,

juega al fútbol de maravilla, marca goles decisivos con su selección y con su equipo, la gente la adora y en poco tiempo se ha converti-do en uno de los personajes más populares de Estados Unidos. Es, sin duda, la nueva ‘Beckham’ del fútbol femenino mundial, un ídolo de masas que despierta pasiones y llena campos tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Alex Morgan no es el nombre de un famoso futbolista hombre, pero esta carismática joven ya se ha

convertido en una amenaza para los futbolistas de este país, don-de sus homólogas les ganan con frecuencia en popularidad. Alex Morgan, 24 años, pelo castaño, ojos verdes, 1,73 metros de esta-tura y 60 kilos, se ha convertido en tan sólo tres años en la novia de Estados Unidos.

Porque Alexandra Patricia Mor-gan (Diamond Bar, California, Es-tados Unidos, 2 de julio de 1989) es una futbolista de película. En apenas tres temporadas se ha conver tido en una de las estre-llas de la selección femenina y del ‘soccer’ de Estados Unidos. Por si todo esto fuera poco, ha vuelto a ser nominada, por ter-cer año consecutivo, para el FIFA Balón de Oro, tras acabar tercera en 2012, por detrás de su compa-triota Abby Wambach y la brasile-ña Marta. Además, en 2012 fue elegida por la US Soccer mejor fut-bolista mujer de Estados Unidos. Su fichaje este año por el Portland

Thorns, uno de los ocho equipos de la Women’s National Soccer League (WNSL) y campeón de la misma en 2013, ha revoluciona-do la ciudad de Portland. Su esta-dio, el Jel-Wen Field, ha acumula-do récords de asistencia desde el primer día. En el debut del equipo esta temporada 2013, el estadio casi se llenó, con 16.479 espec-tadores, y esa gran afluencia de público ha sido la tónica dominan-te durante toda la temporada.

La española Adriana Mar tín, delantera del Western New York Flash, ha vivido este año el fenó-meno Alex Morgan en vivo y en di-recto. Adriana se enfrentó a Mor-gan en la final de la WNSL, que al final acabó ganando Portland: “Es un auténtico ídolo de masas y los estadios se llenan en parte porque muchos van a verla a ella. Alex Morgan es una grandísima ju-gadora, lo demuestra en cada par-tido y en su selección, pero tam-bién hay muchos que van a verla

Mia Hamm: “Alex tiene mi velocidad y aceleración y es

fuerte para aguantar a sus rivales. En eso me supera”

ESTRELLA DEL

‘SOCCER’. En

apenas tres

temporadas,

desde el oro

en el Mundial

Sub-20, se ha

convertido en

un personaje.

En 2012

fue elegida

por la US

Soccer mejor

futbolista

de Estados

Unidos.

PORTLAND,

RENDIDO.

Su fichaje

esta pasada

temporada

por Portland

Thorns ha

revolucionado

a la ciudad y

al equipo, que

ha registrado

récords de

afluencia

durante todo

el año.

FIEL AL ‘13’.

Para Alex

Morgan el 13

es su número

de la suerte,

el que lleva

siempre en su

equipación,

tanto de su

selección

como de su

equipo.

8 9

porque es muy guapa. En las gra-das se pueden leer muchas pan-cartas haciendo referencia a ella, pero todo con mucho respeto, por-que en Estados Unidos el público es muy respetuoso con las muje-res futbolistas”.

Su carrera está siendo meteó-rica. En 2008 ganó el Mundial de Chile Sub-20, donde marcó el gol del triunfo en la final ante Corea del Norte. En aquel torneo recibió el galardón al mejor gol, la Bota de Bronce y el Balón de Plata. Su belleza tampoco pasó desaperci-bida. Durante el Mundial fue aga-sajada con todo tipo de piropos y

acabó siendo nombrada Miss Be-lleza del Mundial. En el Mundial de Alemania de 2011 se convir-tió en la futbolista más joven de su selección. En 2012 se terminó de consagrar en los Juegos Olím-picos de Londres, donde Estados Unidos se colgó el oro ante Ja-pón, con una Alex Morgan decisi-va. En la semifinal ante Canadá marcó en el descuento de la pró-rroga (3-4) el gol que les clasifica-ba para la final, que ganaron ante Japón. A raíz del oro olímpico sus apariciones en televisión se multi-plicaron y su popularidad le llevó a escribir un libro dirigido al público más joven, bajo el título ‘The Kic-ks, saving the team’ (Chuts, sal-vando el equipo).

Como futbolista se puede decir que Morgan es muy completa. Lo dice Mia Hamm, junto a Kristine Lilly, la futbolista estadouniden-se más reconocida de todos los tiempos. “Alex tiene mi velocidad

y aceleración, pero es también lo suficientemente fuerte como para aguantar a las rivales, probable-mente mucho mejor que yo”, dijo Hamm en ‘Los Angeles Times’. Morgan ocupa el puesto 11º en el ránking de goleadoras de su selección absoluta, pero con un altísimo porcentaje de efectividad respecto a sus antecesoras. Lleva 44 goles en 70 partidos. La máxi-ma goleadora de todos los tiem-pos es Abby Wambach: 163 goles en 212 encuentros.

Pero la popularidad y el éxito de esta californiana va mucho más allá de lo depor tivo. Alex Morgan es ya una ‘celebrity’, a la que se la rifan empresas de referencia mundial. La delante-ra estadounidense es una de las mejores pagadas de su país. Su sueldo como futbolista ronda los 70.000 dólares (51.000 euros) por temporada, una cifra insignifi-cante comparada con los sueldos

En el Mundial Sub-20 fue Bota de Bronce, Balón de Plata,

recibió el galardón al mejor gol y fue elegida Miss Belleza

DECISIVA.

Alex Morgan

marcó, ante

Canadá, el

gol que le

dio a Estados

Unidos el

pase a la final

de los Juegos

Olímpicos

de Londres

2012. Firmó

el 3-4 en el

descuento de

la prórroga.

DOS FINALES

ANTE JAPÓN.

Alex Morgan

participó

en las dos

últimas

finales de

Estados

Unidos ante

Japón. En

2011, pese

a ser ella

quien abrió

el marcador,

su selección

perdió en los

penaltis. Sin

embargo, en

los JJ OO de

2012, Estados

Unidos ganó

por 2-1.

SOCIEDAD

PERFECTA.

La también

delantera

de Estados

Unidos, Abby

Wambach,

Balón de

Oro en 2012,

abraza a

Morgan tras

marcar un

gol con su

selección.

10 11

de los grandes futbolistas mas-culinos, pero que se compensa con lo que ingresa por contratos publicitarios. La estadounidense es imagen de Nike y ha trabaja-do para Coca-Cola, Panasonic o McDonald’s, entre otras grandes multinacionales.

La maravillosa realidad de Alex Morgan es el sueño de multitud de niñas que juegan al fútbol en Estados Unidos, un país donde el número de mujeres que practica este depor te supera el millón. Como tantas niñas estadouniden-ses, Alex empezó a jugar al fútbol en el colegio. Aunque desde pe-

queña destacó por sus cualida-des deportivas, no fue hasta los 14 cuando empezó a practicar el ‘soccer’. Se puede decir que fue una niña muy polideportiva. Antes de decidirse por el fútbol jugó al baloncesto, voley, softbol y prac-ticó atletismo.

Su gran salto al fútbol feme-nino profesional lo dio en 2011 cuando fue seleccionada por el Western New York Flash con el nú-mero 1 del draft, al que llegó tras ganar el campeonato nacional uni-versitario, NCAA, con su equipo, California Golden Bears. Fue preci-samente en esta Universidad don-de la jugadora se graduó, con un semestre de antelación, en Eco-nomía Política. En su primer año en la liga profesional estadouni-dense se proclamó campeona de la Women’s Professional Soccer en una final en la que su equipo, Western New York Flash, se impu-so en los penaltis al Philadelphia

Independence, donde jugaban entonces las españolas Laura del Río y Vero Boquete. Laura del Río reconoce el mérito de Morgan: “Creo que Alex ha sabido aprove-char sus oportunidades tanto fut-bolísticas como mediáticas. En el Mundial de Alemania lo hizo muy bien y salvó al equipo en un par de ocasiones. En Estados Unidos les encanta eso, los finales dra-máticos con un héroe a quien co-ronar. Eso vende mucho allí. Se puede decir que es una celebri-dad y suele ser invitada a todos los ‘saraos’ de Los Angeles. En su país su popularidad es similar a la de un jugador del Real Madrid o del Barcelona. Esto es buenísi-mo para el fútbol femenino porque se habla de nosotras. Me gustaría que eso pasase en España con al-guna jugadora. Sin duda, es una de las jugadoras más mediáticas de Estados Unidos. Y acaba de empezar...”.

Laura del Río: “En Estados Unidos su popularidad es

similar a la de un jugador del Real Madrid o del Barça”

UNA CULÉ

CONFESA. El

Barcelona y

Messi son sus

debilidades

futbolísticas.

En 2011

estuvo en

Barcelona,

conoció a los

jugadores

y lució la

camiseta

azulgrana

con el 13 y su

nombre a la

espalda.

FIFA WORLD

PLAYER. En

2012 fue

finalista para

el Balón de

Oro. Quedó en

tercer lugar.

Arriba, en la

foto, junto

a Abby

Wambach,

Balón de Oro,

a la izquierda,

y Marta,

segunda a la

derecha.

ÍDOLO DE

MASAS.

Morgan es

un ícono,

un modelo

a seguir por

millones

de niñas

y jóvenes

de Estados

Unidos, que

no paran

de pedirle

autógrafos

tras los

partidos.

12 13

En 2012, el año en que se suspendió la liga profesional es-tadounidense, Morgan jugó en el Seattle Sounders, de la USL W-League.

Seguidora confesa del Barce-lona, en el verano de 2011, en Washington, participó en el par-tido benéfico organizado por la embajadora del FC Barcelona en Estados Unidos, Mia Hamm, y en el que participaron Kobe Bryant y Pep Guardiola. Meses después estuvo en España y visitó las ins-talaciones del club azulgrana. En-tonces dijo: “Hace tiempo que soy culé. Empecé a ver los partidos

del Barça con los compañeros de la universidad y desde entonces sigo el equipo de cerca. El Barça juega el mejor fútbol del mundo. Su juego es mágico. Todos los jugadores son fantásticos, pero Messi es un jugador de otro mun-do. Hace cosas increíbles. Soy una gran admiradora suya”.

Morgan se pronunció en ‘Los Angeles Times’ ante la tesitura de elegir entre ser Messi o Madonna: “Se puede ser Messi y Madonna a la vez. Soy futbolista profesional, pero también puedo ser modelo por un día. La gente sabe que hay más de una faceta en mí. Se pue-de tener belleza, inteligencia y ca-pacidad atlética”. La afirmación de Alex Morgan no es mera pala-brería, lo ha demostrado en los te-rrenos de juegos y en las pasare-las. La futbolista estadounidense ha hecho sus pinitos en el mundo de la moda cuando en 2012 pro-tagonizó una sesión fotográfica de

‘Body Paint’ (cuerpo pintado) con la prestigiosa revista ‘Sport Illus-trated’. Entonces lució su escul-tural cuerpo con una pintura que simulaba un bikini.

Femenina y coqueta, en la pa-sada semana de la moda de Nue-va York no dudó en desvelar algu-no de sus secretos de belleza: “Puedo prescindir de cualquier tipo de maquillaje, pero no pue-do pasar sin la máscara de pes-tañas”. Su glamour ha traspasa-do fronteras y se ha convertido en una de las depor tistas más atractivas del planeta. Sus fans se suman por miles y su cuenta de twitter, su nombre unido a un número, el 13, el que le trae bue-na suerte (@alexmorgan13), tie-ne casi 1.300.000 followers. Por-que las niñas de todo el mundo ya no quieren ser como Beckham, como rezaba aquella famosa pelí-cula. Las niñas ahora quieren ser como Alex Morgan.

Morgan: “Se puede ser Messi y Madonna a la vez. Soy

futbolista profesional y también puedo ser modelo por un día”

FUTBOLISTA Y

MODELO. Su

sueldo como

futbolista,

que lo abona

la US Soccer,

ronda los

50.000

euros por

temporada,

pero la mayor

parte de sus

ingresos son

publicitarios.

MILLONES DE

FANS. Tiene

página web

propia y su

cuenta de

twitter suma

ya más de

un millón

de ‘followers’

(seguidores)

por todo el

mundo.

EN ‘SPORT

ILLUSTRATED’.

Alex Morgan

protagonizó

una sesión

fotográfica

para la

popular

revista de

deportes ‘Sport

Illustratred’.

En la imagen,

luciendo su

atlético cuerpo

pintado

simulando un

bikini.

14 15

EL FUTBOLISTA INCOMPRENDIDOSA

LIN

ASJULIO Difícilmente será olvidado el

fallo que tuvo en el Mundial de 1994, en los entonces malditos

cuartos de final, ante Italia. Aún así, su trayectoria como

goleador ha sido espectacular.

18 19

ALFONSO HERRÁN /

Hay jugadores marcados por una acción clamoro-

sa. Determinante. En un momen-to en el que el planeta clavaba la vista en sus botas. Y el destino las llevó a una jugada desafortu-nada que a la postre cobró más eco que si hubiese salido bien. Es como la cara oculta del gol de Iniesta. La cruz de la leyenda. Y ahí surgen potentes Cardeñosa, con su no gol a Brasil en el Mun-dial de Argentina’78, el error de Zubizarreta ante Nigeria, el de Ar-conada ante Francia...

Pero sobre casi todas ellas, el gol que falló Julio Salinas ante Ita-lia en el Mundial de Estados Uni-dos de 1994. España sólo había superado una vez los cuartos de final en toda su historia en los Mundiales. Era como una maldi-ción que se repetía cíclicamente. Así que se supone que el tormen-to rondaba la cabeza de todos aquel 9 de julio de 1994 en el Foxboro de Boston, cuando La Roja se medía con Italia. Los ‘az-zurri’ se adelantaron con gol de Dino Baggio, aunque Caminero igualó a los 14 minutos del se-gundo tiempo.

Aquel equipo que entrenaba Javier Clemente había superado tranquilamente la primera fase.

Acabó segundo de grupo detrás de Alemania, con un triunfo y dos empates. Luego, en octavos, la que entonces se conocía como la ‘Furia Roja’ barrió a Suiza (3-0) y se plantó en cuartos, donde le esperaba una selección de Italia muy irregular, que apenas había podido superar la primera fase por diferencia de goles y que sufrió en octavos para vencer a Nigeria, con remontada y en la prórroga (2-1).

Faltaban cinco minutos para acabar el partido. Fernando Hie-rro filtró un gran pase desde la cueva defensiva a Julio Salinas, que superó por piernas a los cen-trales y se plantó solo delante de Pagliuca. Las semifinales esta-ban en sus botas. Dudó, quedó mal perfilado y la dio mal y suave

con la derecha. El meta italiano la atrapó sin aparente dificultad y re-cuperó el crédito tras la sangrante derrota ante Irlanda con una ac-tuación deficiente. Para coronar el desmadre, Tassotti dio un co-dazo a Luis Enrique, que le dejó sangrando, y redobló la pincelada cómico-histórica. Roberto Baggio no hizo de Salinas y cer tificó el 2-1 a tres minutos del final.

Momento para la posteridad, al punto que ha inspirado un extraor-dinario cor tometraje de Manuel Martínez Soler llamado ‘¡Julio, pí-cala!’. En él, el protagonista de la historia muere de un paro cardía-co al ver por televisión cómo Sa-linas remataba al cuerpo de Pa-gliuca, aunque todos los días 9 de julio se reencarnaba provocan-

do que el aparato vuelva a encen-derse al grito de “¡Julio, pícala!”. Y así quedó para la posteridad Ju-lito Salinas, un tipo con sentido del humor y polivalencia cuando ha dejado el fútbol que jamás se-pultará el momento que dejó con la boca abierta a todo un país.

De momento, sus derroteros no van por el banquillo, como su hermano Patxi, un central bastan-te ducho con la pelota, actual téc-nico del Sant Andreu. Así de cruel es el fútbol. A Julio se le caricatu-rizó como el ‘piernas’ o ‘Julito’ en plan despreciativo. Da sensación de que a él todo le resbala y no ha tenido problema en cultivar y refu-giarse en su faceta más gamberra junto al micrófono en retransmi-siones deportivas, especialmente con el desaparecido Andrés Mon-tes. Nadie olvida cómo ‘El Negro’ Montes en medio de un torbellino de jugadas, motes y gimoteos gri-taba a los cuatro vientos: “Dime algo Salinas”. Otra frase para la posteridad del maestro.

Salinas fue indiscutible para Clemente en la Selección, y, ya se sabe, en los tiempos que co-rren, de pasión por el buen fútbol, un jugador con el cartel de ‘cle-mentista radical’ no está bien vis-to. ‘El Rubio de Barakaldo’ le cita-ba incluso cuando el delantero era suplente en el Dépor y el Barça.

ANTE PAGLIUCA. En sus botas, España tuvo la

oportunidad de liberarse de los entonces malditos cuartos

de final, pero falló delante del portero italiano.

MARCADO

A SU PESAR.

Aquel 9 de

julio de 1994,

Julio Salinas,

que colabora

en medios de

comunicación

tras colgar las

botas, dejó

a un país

boquiabierto.

Con el tiempo, su fallo parece la cara oculta del gol de Iniesta

ante Holanda, en la final del Mundial de Sudáfrica

Su fallo inspiró ‘¡Julio, pícala!’, un cortometraje en el que el protagonista moría de un paro cardíaco viendo aquella jugada

20 21

Pero no sólo de fallos se cons-truye su biografía. También tuvo aciertos para la posteridad, como el gol en el 3’ de la final de la Re-copa que el Barcelona ganó en Suiza (2-0), en 1989, ante la Sam-pdoria. Y participó en la final de la Copa de Europa de Wembley, en 1992, la del famoso tanto de Koe-man, también a la Sampdoria.

Su aire tosco, la forma de enre-darse muchas veces con el balón cuando viajaba por el área o cami-no de ella, le recordarán como un futbolista poco estético, pero tre-mendamente oportunista. ¿O es que se le pueden regalar a un fut-bolista indigno para la élite años en dos de los grandes del fútbol mundial, Barça y Atlético, y un sin-fín de internacionalidades en los principales escaparates? Jugó du-rante 17 temporadas en Primera División, defendiendo la camiseta de seis equipos distintos, aunque fue en el Athletic y, especialmen-te, en el Barça donde consiguió los mayores éxitos deportivos y reconocimiento profesional.

Nacido en Bilbao el 11 de sep-tiembre de 1962, empezó a dar patadas al balón en el Lezama Athletic, en 1974, y a los 11 años se integró en el equipo infantil del club rojiblanco. De ahí pasó

al cuadro juvenil en 1978, con el que jugó la final de la Copa del Rey de 1981. En 1984 fue incor-porado al primer equipo del Athle-tic. Logró engancharse a los últi-mos títulos en San Mamés, aún muy joven, con los míticos Zubiza-rreta, Goikoetxea, Dani, Argote… Se proclamó dos veces campeón de Liga y una vez de Copa. El pre-sidente del Athletic, Pedro Aurte-netxe, quería contar con él, pero le llamaba el dinero del Calderón y fue traspasado. Era un delantero centro puro, nada de meterle a zo-nas del extrarradio de la portería. Marcó un total de 152 goles en la Liga. Su mejor registró fueron los veinte tantos anotados en su pri-mera temporada en el Barcelona, en la campaña 88-89. Eso sí, nun-ca pudo alcanzar el pichichi.

Al Barcelona se fue por 50 mi-llones de traspaso, una operación bendecida por Jesús Gil. El Camp

UNOS NÚMEROS ENVIDIABLES. El Alavés fue su último equipo, al que llegó

en 1998 procedente del Yokohama Marinos japonés entrenado por Xabier

Azkargorta. Julio Salinas colgó las botas con el nuevo siglo, con 38 años.

Nou había paladeado a Cruyff y Maradona y torcía el gesto ante un jugador al que ya en la presen-tación le pidieron dar los clásicos toques al balón y era incapaz de estar un minuto con las filigranas. ¿Qué pintaba Cruyff con un juga-dor con tan poco talento? Pero acabó encajando y formando par-te del ‘Dream Team’. “Los culés estaban desanimados. Y llega-mos doce jóvenes ilusionados con experiencia y títulos, con los que fue fácil cambiar una dinámi-ca que no habíamos vivido”, re-marca Julio. “Lo más importante es que éramos buenas perso-nas”, apunta. “Había espíritu de equipo y compromiso con el club. Se sumaron canteranos ex-celentes, Amor, Milla, Guardiola, ‘Chapi’ Ferrer, Sergi… Y extran-jeros que se adaptaron rápido, o que adaptamos rápido, como cuando llegó Stoichkov y Bakero

JUGADOR DE

CLEMENTE.

‘El Rubio de

Barakaldo’

siempre contó

con Julio

Salinas en

su etapa de

seleccionador,

incluso

cuando el

delantero

no jugaba

asiduamente.

UN ESTUPENDO GOLEADOR. Julio Salinas ha militado, en Primera, en el Athletic (4 temporadas), Atlético de Madrid (2), Barcelona (6), Deportivo (1), Sporting de Gijón (2) y Alavés (2); en todos ellos disputó un total de 417 partidos de Liga y marcó 152 goles.

Era un jugador tosco, que parecía enredarse con el balón en sus pies, pero resultaba ser un delantero muy oportunista

22 23

se lo hizo suyo. No había egos, envidias.Todas las piezas encaja-ron”, rememora. El resultado fue la primera Champions (entonces Copa de Europa) del club. Tam-bién cuatro Ligas seguidas.

Salinas relata su curiosa pri-mera experiencia con el enton-ces presidente culé, Josep Lluís Núñez: “Entramos en su despa-cho, estaba Gaspar t. Me dijo fue: ‘Que sepas que aquí nadie te quiere, sólo Cruyff. Estás en con-tra de la voluntad de todos’. En el Atlético me colgaron el cartel de revolucionario y en el Barça aca-baban de vivir lo del Hesperia. ‘Se va el Che Guevara, Víctor Muñoz, y llegas tú’, me dijo Núñez”.

Después de jugar en el Bar-celona pasó al Deportivo, con el que consiguió un subcampeonato de Liga y una Copa del Rey. Y de ahí, al Sporting, por 75 millones de pesetas al año y una cláusula de rescisión de 1.000 kilos. El bil-baíno revolucionó recientemente ‘twitter’ con críticas severas a la entidad gijonesa: “Quiero mucho al Sporting [...], por eso espero que se gestione bien y se acabe con la corrupción y amiguismos”. El exfutbolista llegó al club gijo-nés en el verano de 1995, cuan-do José Fernández era su presi-dente. Causó baja en noviembre de 1996, para incorporarse al fút-bol japonés (Yokohama Marinos), ya que Benito Floro prefería otro tipo de futbolista. Salinas aban-donó el fútbol español como el jugador en activo que más goles había conseguido en Primera: 140 en cerca de 400 partidos de Liga.

Unos números que, con Cristiano y Messi ahora haciendo diabluras, pueden sonar a poca cosa, pero que en aquella época eran de ré-cord. Por motivos empresariales, Salinas suele acudir a Gijón con alguna frecuencia. Antes de reti-rarse prestó servicios al Alavés, durante dos años, antes de colgar las botas en 2000.

Ahora que los focos en lo alto del césped se han apagado para él, prenden los de los platós. Em-pezó haciendo pinitos cuando to-davía era futbolista del Barça, en 1993: debutó como presentador en Fantàstic, un espacio de ac-tualidad futbolística, que se emi-tía en el circuito catalán de La2, y en el que compartía la conduc-ción con otros tres excompañe-ros: Alexanko, Eusebio y Guardio-la. Esta incursión televisiva le fue recriminada por su entonces téc-nico, Johan Cruyff, que amenazó con apar tarlo del equipo si no abandonaba el programa.

Tras retirarse, se puso delante del micrófono como comentarista deportivo. Primero en TVE y lue-go en La Sexta. También colaboró como columnista en diversas pu-blicaciones. En 2009 participó en el concurso ‘¡Mira quién baila!’ e hizo un cameo en la serie televisi-va ‘Pelotas’. También aprovechó su cabellera para promocionar una firma de implantes capilares. Hasta presentó, en 2010, el reali-ty ‘Operación Momotombo’, en An-tena 3. Programas en los que se ríe de todo y con todos. Tal vez si le pasan su famoso fallo de Bos-ton acabe desternillándose.

GRAN TRAYECTORIA. Compartió vestuario con su hermano Patxi en el Athletic. Colaboró en la primera Copa de Europa del Barcelona en 1992, en Wembley, ante la Sampdoria. EN TRES MUNDIALES. Julio Salinas estuvo en México, Italia, y EE.UU. Fue 56 veces internacional y marcó 21 goles.

EN LOS

MEDIOS.

Con el

desaparecido

Andrés

Montes,

Julio Salinas

comentaba

los partidos

de Primera en

La Sexta con

Jorge Valdano

y Kiko, hoy en

La SER.

24 25

Al evocar el nombre de este exfutbolista croata, la primera idea que a uno le viene a la mente es la del prototipo de jugador fracasado. Su fichaje por el Real Madrid levantó una expectación de

magnitudes grandilocuentes, únicamente igualadas con la polvareda generada tras su fiasco. Exjugador

de, entre otros, Oviedo, Barcelona y Sevilla, pocos recuerdan sus brillantes inicios en el Estrella

Roja y con la selección yugoslava. Como tantos otros talentosos deportistas de los Balcanes, las

guerras yugoslavas de los 90 marcaron de manera inevitable su trayectoria deportiva.

PROSINECKIPURO TALENTO TRUNCADO

POR LAS LESIONES

MANUEL DE LA TORRE /

La dimisión de Robert Prosi-necki (nacido en 1969 en la

localidad alemana de Schwennin-gen –antigua RFA– e hijo de padre croata y madre serbia) a princi-pios del mes de noviembre como técnico del Kayserispor turco y la posterior renuncia del club turco a aceptarla, han vuelto a poner de actualidad la figura de este exfut-bolista croata, que fue jugador de, entre otros, Real Madrid y Barce-lona en la década de los 90. Su fichaje por el club blanco en el ve-rano de 1991 levantó una tremen-da expectación. Se trataba de un centrocampista de gran calidad técnica, con un buen manejo de la pelota, llamado a reinar en el panorama futbolístico de la épo-ca. Sin embargo, su propensión a acumular lesiones acabó marcan-do su carrera.

Desde entonces, y debido al re-vuelo originado tras su fiasco, su nombre se ha convertido en un re-ferente a la hora de ilustrar aque-llos traspasos mediáticos y falli-dos de jugadores acontecidos en los últimos años. Es por ello que, nada más conocerse los proble-mas de espalda de Gareth Bale al poco de aterrizar en Madrid, fue-ron muchas las voces que comen-zaron a vincular el futuro del extre-

26 27

mo galés con la fatal trayectoria de Prosinecki. No obstante, las actuaciones del atacante en los últimos encuentros han acallado estas poco halagadoras compa-raciones.

Pese a no tratarse de un fut-bolista muy lejano en el tiempo y haber gozado de una notable rele-vancia, la mayoría de los aficiona-dos más jóvenes no supieron de la existencia de Robert Prosinec-ki hasta que en 2006, ya retira-do, una marca automovilística uti-lizó su imagen para promocionar una de sus furgonetas. En dicho anuncio, el ya exfutbolista apare-cía junto a un muñeco -el célebre Prosikito- que hacía gala, a través del humor y la ironía, de su debi-lidad física y sus muy criticadas aficiones al tabaco o a las salidas nocturnas.

Sin embargo, esta percepción no hace justicia a la calidad que atesoraba este centrocampista diestro, quien parecía llevar el ba-lón cosido al pie y que dejó para el recuerdo una serie de quiebros de una técnica exquisita. En Croacia aún es considerado por muchos como el jugador de mayor talento que jamás haya vestido la camise-ta ajedrezada. Elástica que, entre otros, han portado Davor Suker, Robert Jarni, Zvonimir Boban, Ivi-ca Olic, Mario Mandzukic o Luka Modric.

Con ese car tel aterrizó en la antigua Ciudad Depor tiva del Real Madrid, donde no consiguió estar a la altura de las prestacio-nes que demostró durante los pri-meros años de su carrera. Como bien recordarán los espectado-res más veteranos del Santiago Bernabéu, las lesiones aparecen

como una constante a la hora de argumentar el fracaso cosechado durante sus tres temporadas de blanco entre los veranos de 1991 y 1994. Tras su paso por Chamar-tín, y pese a una ilusionante tem-porada cedido en el Real Oviedo antes de recalar en el Barcelona, nunca consiguió volver a ofrecer el nivel con el que maravilló, emo-cionó y encandiló al planeta fútbol con el Estrella Roja de Belgrado y

la selección de Yugoslavia a fina-les de la década de los 80 y pri-meros meses de los años 90.

Tras un último paso por el Se-villa concluyó su andadura por el fútbol español, poniendo rumbo a Croacia para enrolarse en las filas del Dinamo de Zagreb (club en el que se crió antes de firmar por el Estrella Roja). En el 2000 volvería a abandonar los Balcanes para ju-gar en el Standard de Lieja. Des-

de Bélgica marchó al Portsmouth inglés y posteriormente al Olim-pija Ljubljana esloveno, perma-neciendo en cada uno de estos tres últimos destinos un único curso. Finalmente, ya de regreso en su país y como jugador del NK Zagreb, el otro equipo de la capi-tal croata, colgó las botas al tér-mino de la temporada 2003-04.

Este breve repaso por su tra-yectoria viene a refutar las tesis

de quienes le definen y recuerdan como un paradigma de jugador cuyos problemas físicos y vida al margen del deporte, gustos por los cigarrillos y mundo de la no-che incluidos, impidieron que al-canzase la cúspide futbolística. No obstante, y pese a que su ca-rrera así lo certifica, existe un ele-mento que a la gran mayoría del público le ha pasado inadvertido: la cruenta guerra que asoló y aca-

bó con la antigua República de Yu-goslavia en la década de los 90.

En el caso de Prosinecki, fue la Guerra Croata de Independen-cia (1991-1995) el conflicto que le afectó de lleno. Había hecho las maletas con destino Madrid al poco de estallar la acción ar-mada. “La viví a distancia. Me ha-bía marchado al Real Madrid, era joven, no tenía más que 21 o 22 años, y estaba lejos de los míos. Era difícil hablar a las personas que tenía a mi alrededor sin saber español y en aquel vestuario esta-ba rodeado de gente que no tenía ni idea de lo que estaba ocurrien-do en mi tierra”, rememoraba el excentrocampista al ser pregunta-do en una entrevista concedida a la página web de la FIFA el año pa-sado. “Puede imaginarse en qué estado iba yo a entrenarme o dis-putar los partidos sabiendo que mi país estaba en guerra. Trataba de repetirme que era un profesio-nal, que Zagreb no se estaba vien-do demasiado afectada y que mi familia estaba menos amenazada. Pero era verdaderamente difícil”. Si bien es cier to que la presión de jugar en uno de los clubes más laureados le sobrepasó, el estar alejado de su país en momentos en los que éste era noticia a nivel mundial por el impacto que gene-raban las atrocidades que diaria-mente allí se producían, puede su-ponerse como una posible causa que ayude a esclarecer el origen de las continúas lesiones que pa-deció y que trajeron de cabeza al departamento médico merengue durante su etapa en el Bernabéu. No obstante, y pese a que se tra-ta de una mera hipótesis sin fun-damento científico alguno, dicha

Ya retirado, promocionó una marca de furgonetas junto

con un muñeco, diseñado a su imagen, llamado Prosikito

Argumenta que la Guerra de Independencia de Croacia le afectó sobremanera: quizá fuera causa de sus lesiones

CAMPEÓN

DE EUROPA.

Prosinecki

brilló con el

Estrella Roja

de Belgrado,

con el que

se proclamó

campeón de

Europa en

1991 al ganar

al OM.

GENERACIÓN

SOBERBIA.

Prosinecki

coincidió en

aquel Estrella

Roja con

talentos como

Belodedici,

Jugovic,

Mihajlovic,

Savicevic o

Pancev.

28 29

circunstancia sirve para ilustrar la barbarie de los conflictos bélicos, y cómo estos afectan por igual al conjunto de su población, tanto a los ciudadanos que viven el día a día de la guerra junto a la puerta de sus casas como a los que si-guen su evolución a miles de ki-lómetros.

Depor tivamente hablando, esta guerra supuso la fragmen-tación de un grupo de futbolis-tas de gran talento, llamados a hacer historia defendiendo los colores de la selección yugoslva. Igual que ocurrió en el balonces-to con la generación de los Petro-vic, Kukoc, Divac o Radja (el do-cumental ‘Hermanos y enemigos’ expone magníficamente esta si-tuación), en el caso del fútbol, la Yugoslavia unificada contaba con una potente y vistosa selección llamada a dominar el panorama en la década de los 90. “No nos queríamos meter en política ni ha-blábamos en el vestuario de los problemas entre serbios, croatas, eslovenos… Pero la situación es-taba enrarecida”, comentó años después en ‘El País’ sobre la si-tuación en el equipo nacional du-rante el Mundial de Italia 1990, última gran cita de la República Federal Socialista antes de su paulatina disgregación.

Tres años antes, en 1987, se celebró en Chile el Mundial de la categoría Sub-20, que supuso el aterrizaje en la élite futbolística de, entre otros, Davor Suker, Pe-drag Mijatovic, Zvonimir Boban, Igor Stimac, Robert Jarni y el pro-pio Robert Prosinecki. El torneo concluyó con la victoria de Yugos-lavia, lograda en la tanda de pe-naltis ante la Alemania Federal

(RFA). Aquella selección, dirigida por Mirko Josic, acabó invicta el campeonato y maravilló con la tecnicidad y vistosidad de su fút-bol. “El mundo se enteró de que había una gran generación en Yu-goslavia. Entonces nadie hablaba de nacionalismos”, relataba Mija-tovic en el reportaje de ‘El País’ anteriormente mencionado. El premio al mejor futbolista (Balón de Oro) recayó en Prosinecki, al

que se hacía alusión como a “un nuevo genio” llamado a abanderar el mundo del balompié en años venideros.

Aquel mismo grupo logró el subcampeonato en el Europeo Sub-21 de 1990 tras caer ante la URSS en la final a doble partido. Sin embargo, en el momento en que se encontraban destinados a hacer historia, a escasas dos semanas de que diese comien-

zo la Eurocopa del 92 en Suecia, Joseph Blatter, secretario general de la FIFA, comunicó la prohibición de competir a Yugoslavia. “Éra-mos uno de los favoritos, pero no nos dejaron jugar. Invitaron a Di-namarca y ganó”, recuerda Prosi-necki respecto a la controvertida decisión. A partir de ese momento ya no volvieron a competir bajo la misma bandera croatas, serbios o bosnios. La talentosa generación

que se descubrió en Chile cinco años antes se fragmentó.

Durante este período, Prosinec-ki demostró en el Estrella Roja el talento que atesoraba. Su conso-lidación se produjo a lo largo de la temporada 1990-91, en la que fue distinguido con el prestigioso Tro-feo Bravo, galardón que se conce-de anualmente al mejor futbolista europeo menor de 21 años. Aquel mismo curso, el club de la capital

yugoslava consiguió una de las mayores proezas que se recuer-dan en la Copa de Europa –actual Liga de Campeones– al conseguir la ‘Orejona’ con un plantel exclu-sivamente formado por jugadores procedentes de Europa del Este. La gran mayoría de las crónicas de la época no dudaron en seña-lar a Prosinecki, pese a sus 22 años, como el líder del centro del campo de aquel mítico conjunto. “Era una gran generación, había buen ambiente. Fue el mejor equi-po que nunca hubo allí. Ganar la Copa de Europa fue un sueño”, re-lató a este mismo diario en 2011. Lógicamente, las actuaciones de muchos de sus jugadores más destacados no pasaron desaper-cibidas entre los grandes clubes del fútbol europeo. “Aquello nos abrió las puertas del extranjero”, expuso el croata en FIFA.com. Finalmente, fue el Real Madrid quien logró hacerse con los servi-cios del prodigio croata, tras una dura negociación a tres bandas con la federación yugoslava y la UEFA para conseguir el tránsfer.

Ramón Mendoza volcó sus es-peranzas en el balcánico, con el objetivo de que se convirtiera en el líder de un equipo que ya co-menzaba a vislumbrar la decaden-cia de la Quinta del Buitre y que veía cómo el Barcelona de Cruyff iniciaba su camino hacia el estre-llato continental. Sin embargo, una serie de lesiones de carác-ter muscular, la mayoría de origen desconocido e inexplicable para los fisioterapeutas y doctores del club de Concha Espina, hicieron que pasase prácticamente en blanco su primera temporada en España. Aunque su participación

El Mundial Sub-20 ganado por Yugoslavia supuso el gran

escaparate para él, Boban, Suker, Mijatovic, Jarni...

El Estrella Roja campeón de Europa en 1991 estaba formado sólo por jugadores de Europa del Este

UN FICHAJE

MEDIÁTICO.

Mendoza

desembolsó

una

millonada

por Prosinecki

en el verano

de 1991, tras

proclamarse

campeón de

Europa.

UN LÍDER DE

22 AÑOS.

Galardonado

con el Trofeo

Bravo,

Prosinecki era

el líder que

pensaba el

Madrid, que

veía como el

Barcelona de

Cruyff crecía.

30 31

aumentó en los dos siguientes cursos, no consiguió adaptarse al club y ofrecer el rendimiento que los dirigentes, técnicos y aficiona-dos esperaban de él. Por si esto no fuera poco, Prosinecki no optó por seguir un modo de comporta-miento y disciplina ejemplares. Su afición al tabaco y su inexistente empeño por ocultarlo amplificaban aún más el hartazgo hacia un ju-gador que ya acumulaba un buen número de apodos que no le deja-ban muy bien parado. Entre ellos, destaca el de Lesionecki como uno de los más célebres.

Sobre este gusto por el taba-quismo, el cual generó una gran controversia en su día, hay que resaltar en su favor que meses antes de firmar por el Madrid ya había manifestado públicamente su predilección por los cigarrillos. “Sé que fumar no es bueno para un deportista, pero me relaja. Es el único vicio que tengo. Además, nadie vive cien años”, comentó durante la primavera de 1991. De hecho, ya retirado ha llegado manifestar que él, al contrario que otros compañeros hacían para no salir mal parados de cara a la opi-nión pública, nunca quiso escon-derse. “Había muchos jugadores que fumaban y se escondían, yo no. Aún sigo fumando”, manifestó a este diario.

Pitillos y lesiones al margen, en el verano de 1994 recaló en calidad de cedido en el Real Ovie-do. En el césped del Tartiere y con Radomir Antic come técnico, su gran valedor en España y quien ya le había dirigido en su primer cur-so en el Real Madrid, pareció re-cuperar las condiciones y el toque característico de aquel centrocam-

pista que había maravillado duran-te sus primeros pasos. Al concluir la temporada firmaba por el otro grande del fútbol nacional: el Bar-celona. No obstante, como le ocu-rrió al aterrizar en la capital de Es-paña, el club de la Ciudad Condal atravesaba momentos convulsos, multiplicados por los últimos co-letazos del ‘Cruyffismo’. La dura competencia entre los extranje-ros, en aquella época únicamente

podían coincidir simultáneamente tres foráneos en el once, no per-mitió al croata conseguir la regula-ridad necesaria para demostrar su nivel. Así, tras temporada y media en el Camp Nou, fichó por el Se-villa en el mercado invernal de la Liga 1996-97. Su paso, sin pena ni gloria, por el conjunto sevillista supuso su despedida del fútbol español en el estío de 1997 tras conseguir con el Madrid la Copa

del Rey y la Supercopa de España de 1993 y la Supercopa española de 1996 con el Barcelona.

Regresó a Croacia, al Dinamo de Zagreb, para dar comienzo a un periplo que le llevó por otras tres diferentes ligas europeas, antes de dar por concluida su carrera, en 2004, en el NK Zagreb. Si bien no consiguió encaminar su trayec-toria a nivel de clubes, durante el Mundial de Francia 98, el centro-

campista, en compañía de varios de sus antiguos compañeros en la selección de Yugoslavia (Suker, Jarni o Stimac), estuvo a punto de lograr una de las mayores haza-ñas en la historia del fútbol.

Aquella selección maravilló en la primera gran cita internacional de Croacia una vez lograda su in-dependencia. Tan sólo dos goles de Thuram, que significaron la re-montada al tanto inicial de Suker,

en la semifinal ante Francia, impi-dieron al conjunto dirigido por Mi-roslav Blazevic disputar la final de un torneo que concluyó en tercera posición al imponerse a Holanda en el partido por el tercer y cuar-to puesto. La gesta croata de al-guna manera significó una suerte de liberación para Prosinecki, que si bien es cierto no alcanzó un bri-llante rendimiento y perdió su con-dición de titular en las eliminato-rias, consiguió dos goles que le permitieron ingresar por la puerta grande en los libros de historia al ser el único jugador que ha marca-do con dos selecciones diferentes (disputó y celebró un tanto con Yu-goslavia en Italia’90) en la Copa del Mundo de la FIFA.

“Fue nuestra particular revan-cha con el fútbol, con la historia y con nuestras carreras. Fuimos el primer gran equipo de la exYu-goslavia. Competíamos por devol-ver la alegría y la ilusión a nues-tra gente. Éramos un país nuevo y queríamos que se nos conocie-ra y se nos valorara, competir con dignidad”. Así relató Robert Prosi-necki lo sucedido hace ya más de quince años.

Como entrenador.Al colgar las botas, ‘El genio ru-bio’ (apodo que se ganó durante sus primeros años como futbolis-ta) continuó ligado al deporte rey como entrenador. Primero como ayudante del seleccionador de su país, Slaven Bilic, entre 2007 y 2010, hasta que en diciembre de 2010 se convirtió en el primer téc-nico del Estrella Roja, el club con el que consiguió levantar la Copa de Europa en 1991. Su nombra-miento levantó una expectación

En 1994 recaló como cedido en el Oviedo, entrenado por su gran valedor Antic, y empezó a brillar: fue fichado por el Barça

Con sus dos goles con Croacia en Francia’98, es el único en marcar en mundiales con dos selecciones distintas

CANSÓ A

TODOS. Sus

continuas

lesiones

anularon

las enormes

expectativas

que se había

depositado

en él; se le

llegó a apodar

‘Lesionecki’.

LESIONES SIN

EXPLICACIÓN.

El cuerpo

médico del

Madrid no

encontraba

una causa

concreta a

las repetidas

lesiones

musculares

del jugador.

32 33

que trascendió los límites del de-porte, al convertirse en el primer entrenador croata en dirigir a un equipo serbio tras la guerra en la antigua Yugoslavia. “Las co-sas han mejorado. Croacia sigue siendo mi país, pero yo vivo y soy feliz en Serbia, lo cual era impo-sible imaginar hace diez años. El tiempo y el deporte pueden cam-biar muchas cosas. En Belgrado me siento como en mi casa”, ma-nifestó cuando aún se encontra-ba al frente del club de la capital serbia.

En agosto de 2012, y tras ha-ber disputado un único encuentro de liga, decidió presentar su dimi-sión. Transcurridos unos meses comenzó la, que hasta la fecha, es su última aventura: dirigir al Kayserispor, ubicado en la ciudad turca de Kaiseri, en el centro de la península de Anatolia. Pese a haber presentado su dimisión a comienzos de este mes de no-viembre por la mala racha de re-sultados que atraviesa, días más tarde la dirección del club reprobó su decisión y decidió darle un voto de confianza en pos de revertir la situación.

A falta de conocer qué puede ofrecer y aportar Robert Prosinec-ki sentado en un banquillo, sí se puede afirmar que su trayectoria en el terreno de juego será recor-dada por aquello que pudo ser y no fue. Un jugador sublime duran-te su juventud que permanecerá en el imaginario colectivo como un proyecto de futbolista llamado a moverse entre los focos de la glo-

ria, destinado a comerse el mun-do y a acaparar por tadas en la prensa; pero que las circunstan-cias históricas (en forma de una brutal guerra), su debilidad física, propensión a acumular lesiones y vivencias al margen de lo estric-tamente deportivo depararon una carrera terrenal, marcada por fe-roces críticas, continuos desde-nes y chascarrillos varios.

Sin embargo, aquellos que pre-

fieran quedarse con el recuerdo de aquel chaval del Estrella Roja y de la selección yugoslava, siem-pre podrán recurrir a la descrip-ción que de él realizó un tal Arrigo Sacchi: “En su juego se expresa con toda exactitud lo que es el talento natural, esa inexplicable sencillez para realizar las cosas más difíciles. Juega al fútbol con la misma facilidad con que Mozart componía”.

Al ponerse al frente del Estrella Roja, se convirtió en el primer entrenador croata en dirigir a

un equipo serbio tras la Guerra

REVANCHA

EN FRANCIA.

La selección

de Croacia se

estrenó en el

Mundial de

1998 y realizó

un papel

soberbio,

alcanzando

una meritoria

tercera plaza.

UNA TRAYECTORIA

DEMASIADO IRREGULAR.

Después de jugar en el

Real Madrid, Prosinecki

militó en el Oviedo,

Barcelona y Sevilla.

SIEMPRE EN

LOS FOCOS.

Ya sea fuera

(abajo, a la

izquierda,

el muñeco

Prosikito),

como dentro

del campo

siempre ha

dado qué

hablar. Ahora,

también como

entrenador.

34 35

BUBKA SERGEY

Hace unos días cumplió 50 años. Le contemplan 35 récords mundiales y el hecho de ser el primer ser humano que superó los seis metros en salto con pértiga. Una proeza histórica que ya le ha colocado no en la historia del atletismo, sino en la leyenda de cualquier deporte.

ÁNGEL CRUZ /

Con esta pér tiga saltarás seis metros… o te mata-

rás”, le dijo a Sergey Bubka un in-geniero de la fábrica de pértigas nor teamericana Pacer. El joven ucraniano, entonces soviético, había pedido una garrocha más dura, con mayor capacidad de im-pulso hacia arriba. Muy difícil de doblar… y difícil de controlar en su brusca respuesta hacia los cielos. Una catapulta. Pero una catapul-ta capaz de llevarle hacia las es-trellas. Utilizó esa marca de pérti-gas hasta 1987, cuando cambió

la Federación Internacional de At-letismo, miembro del Comité Olím-pico Internacional y fue candida-to derrotado a presidirlo. Y sigue siendo una leyenda del deporte.

Sergey se dio a conocer inter-nacionalmente cuando tenía 19 años al proclamarse campeón del mundo en Helsinki 1983, en la edición inaugural de los Mun-diales. Su nombre no fue impreso en grandes titulares, porque por allí estaban Carl Lewis, Edwin Mo-ses, Steve Cram, Robert de Cas-tella, Marlies Göhr, Grete Waitz, Marita Koch, Jarmila Kratochvilo-va, Mary Decker…

a Spirit, también estadounidense, y luego a Nordic, sueca.

Solía saltar con una pértiga de 5,20 metros de longitud. La dife-rencia con sus récords la salvaba a base de fuerza en los brazos, velocidad extrema y de técnica ex-quisita. “Mis pértigas son tan du-ras que cualquier otro atleta del mundo se mataría con ellas”, dijo en su momento El Zar.

Sergey saltó seis metros, mu-chas veces. Y no se mató, evi-dentemente. Es el mejor per ti-guista de todos los tiempos. El 4 de diciembre cumplió 50 años de edad. Ahora es vicepresidente de

EL ZAR INMORTAL DE

UNA ESTATUA. Sergey tiene

una estatua en Donetsk, en

cuya región nació el 4 de

diciembre de 1963.

PÉRTIG

A

36 37

Bubka era un chiquillo que ha-bía tenido un buen día, se pensó. Y era cierto, pero es que iba a te-ner muchos otros buenos días, hasta convertirse en una estrella. Es El Zar de la Pértiga. De hecho, ganó los siguientes cinco Cam-peonatos Mundiales, algo que nadie ha conseguido jamás, y que probablemente nunca conseguirá nadie en la misma especialidad. Y también tuvo algunas tardes o noches tristes, porque ni siquiera los mitos triunfan siempre…

Sergey nació para saltar con la pértiga y ya con once años se elevó por encima de 2,70 metros y con dieciséis rompió la barrera de los cinco. Pero nadie pensaba entonces lo que iba a ser capaz de hacer en el futuro, porque en los Europeos Júniors de 1981 ter-minó sólo sexto. Nada relevante. Pero las cosas comenzaron a ace-lerarse…

Igor Ter-Ovanessian, arme-nio y responsable de saltos en

CON LA EXTINTA URSS. Sergey Bubka compitió en primer lugar como

deportista de la Unión Soviética. Luego lo hizo como atleta independiente

en los Juegos de Barcelona y posteriormente como ucraniano.

el equipo soviético, hizo gala de buen ojo en 1983: “Sergey será campeón del mundo este año y el próximo batirá el récord mun-dial”. Lo declaró a la revista ‘So-vietsky Sport’. El periodista al que hizo esta contundente declaración ni siquiera conocía a Bubka. Ter-Ovanessian, conocido como El Príncipe Igor, por su extraordina-ria elegancia en el salto, era una voz autorizada, no sólo por su car-go en el organigrama de la URSS, sino porque había sido plusmar-quista mundial de salto de longi-tud: 8,35 en 1967, en la Sema-na Preolímpica de México. Una marca que iba a batir en la mis-ma pista, un año después, otro mito del atletismo llamado Bob Beamon (8,90 metros), el Salta-dor Cósmico.

Ter-Ovanessian supo ver que el diamante en bruto que era Ser-gey iba a brillar como ningún otro lo había hecho en la pértiga. En los Campeonatos de la URSS de

UN ATLETA

SUPERIOR.

Aunque a

lo largo de

su carrera

sufrió algunas

dolorosas

derrotas,

Sergey Bubka

se mostró

siempre como

un atleta muy

superior a sus

rivales.

EL HOMBRE

DE HIELO.

Sergey tenía

una frialdad

extrema a

la hora de

competir.

Con su sola

presencia

en la pista

intimidaba a

sus rivales.

38 39

aquel 1983 no fue relevante, pero Igor le seleccionó. Supo ver que tenía ante sí a una joya.

Pues bien, El Príncipe Igor acertó la quiniela: Sergei Bubka fue campeón mundial, como ha-bía pronosticado, y al año siguien-te batió el récord mundial, como había anunciado. Pero no una vez, sino siete: tres en pista cubierta y cuatro al aire libre.

Ese 1984, el año de sus plus-marcas iniciales, no pudo com-petir en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, porque la Unión So-

viética y sus países satélites de-cidieron no competir en la ciudad californiana. Era la respuesta del bloque comunista al boicot de los Estados Unidos, y de otros paí-ses de su esfera de influencia, a Moscú 1980 por la intervención militar de la URSS en Afganistán. Sergey perdió una medalla de oro prácticamente segura.

Para escalar a lo más alto de un podio olímpico el ucraniano tuvo que esperar a los Juegos de Seúl 1988. Pero su historia con los Juegos es la de un amor no correspondido. En Los Ángeles 1984, la política impidió su pre-sencia en la ciudad californiana; en Seúl venció, pero en Barcelona 1992 fracasó estrepitosamente y en Atlanta 1996 ni siquiera pudo competir, lesionado en la capital de Georgia en los tendones de Aquiles. Cuatro medallas de oro

que se quedaron en una. Pudo haber igualado en títulos conse-cutivos en una misma prueba a Alfred Oerter, campeón en disco entre Melbourne 1956 y México 1968, y a Carl Lewis, vencedor en longitud entre Los Ángeles 1984 y Atlanta 1996. Pudieron ser cua-tro, pero se quedó en una.

Y es que hasta los grandes at-letas fallan en ocasiones. A Ser-gey se le escaparon las medallas de oro por la política (Los Ángeles 1984 y el boicot soviético), sus propios errores (Barcelona 1992) y los problemas físicos (Atlanta 1996).

En el primer caso, ninguna res-ponsabilidad o culpa. En el segun-do, en el Estadio de Montjuïc de la Ciudad Condal, falló dos veces sobre 5,70 metros, en la altura inicial, absolutamente accesible para él, y luego derribó también

EL PRIMER

SEIS METROS.

Bubka fue el

primero en

superar la

barrera de los

seis metros

en pértiga,

una medida

colosal que

aún hoy es

inaccesible

para la

mayoría.

Ter-Ovanessian le seleccionó para los Mundiales cuando

tenía sólo 19 años: “Será campeón mundial”

SEIS TÍTULOS MUNDIALES. Cinco dedos extendidos en su mano izquierda y

uno más en su mano derecha. Seis títulos mundiales consecutivos. Nadie ha

conseguido jamás una secuencia de medallas de oro en la alta competición.

40 41

en 5,75. Le echó al viento la cul-pa de su fracaso… pero también soplaba para los demás atletas. Javier García Chico se llevó la me-dalla de bronce en unos Juegos inolvidables.

El año antes también le ha-bía superado García Chico en los Europeos de Split, ciudad ahora croata y entonces perteneciente a una Yugoslavia en la que ya so-naban tambores de guerra. Bubka sólo pudo alcanzar los 5,70 me-tros (tenía ese año 6,05 en pista cubierta y 5,95 al aire libre) y aca-bó sexto. Venció el también sovié-tico Rodion Gataulin y Chico fue

quinto. Regresó a los Juegos Olím-picos. Sergey tampoco tuvo culpa en lesionarse en Atlanta 1996: “Ni siquiera me explico cómo po-día caminar”. No llegó a competir en la capital de Georgia.

En los Mundiales, su domi-nio ha sido, sin embargo, total y absoluto. Ha competido en seis ediciones, de 1983 a 1997, y ha ganado en todas ellas. Nadie ha subido a los cielos en ningu-na otra prueba del atletismo con tanta insistencia y tanta brillan-tez. Venció por primera vez con 19 años y por última con 33. El campeón más joven de la historia, y también el más veterano. Esta última, en Atenas, le proporcionó una alegría especial y un recono-cimiento como pocos atletas han tenido en la historia: su vuelta de honor a la pista fue interminable y gloriosa.

Y además de triunfos compe-titivos, marcas espectaculares,

tiene el récord mundial al aire li-bre en 6,14 metros, pero además posee las trece mejores marcas de la historia y ha saltado más de seis metros en 28 ocasiones.

El que más se le aproxima en este aspecto es el ruso Maksin Tarasov, con seis marcas por enci-ma de ese horizonte vertical.

En pista cubierta, sus presta-ciones son también espectacula-res. Tiene la plusmarca en 6,15 (un centímetro más que al aire li-bre), ha saltado más de seis me-tros en dieciséis ocasiones y tie-ne las siete mejores prestaciones de la historia. No hay ningún atle-ta en la historia que exhiba esa superioridad en ninguna prueba del atletismo... salvo la rusa Ye-lena Isinbayeva, la Zarina, a la que asesoró durante un tiempo y con la que le une una gran amis-tad. Desde luego, los dos son los reyes de las alturas. Y de la pér-tiga.

EN LA PLAZA

ROJA. Sergey

posa en la

Plaza Roja,

ante la

catedral de

San Basilio.

El nombre de

Plaza Roja

no atañe al

comunismo

soviético:

quiere decir

Plaza Bonita.

Tuvo mala fortuna en los Juegos: no pudo competir en 1984, ganó en 1988, fracasó

en 1992 y se lesionó en 1996

SUS RÉCORDS MUNDIALES AL AIRE LIBRE…

Marca Lugar Fecha

5,85 Bratislava 26-05-1984

5,88 París 02-06-1984

5,90 Londres 13-07-1984

5,94 Roma 31-08-1984

6,00 París 13-07-1985

6,01 Moscú 08-07-1986

6,03 Praga 23-06-1987

6,05 Bratislava 09-06-1988

6,06 Niza 10-07-1988

6,07 Shizuoka 06-05-1991

6,08 Moscú 09-06-1991

6,09 Formia 08-07-1991

6,10 Malmoe 05-08-1991

6,11 Dijón 13-06-1992

6,12 Padua 30-08-1992

6,13 Tokio 19-09-1992

6,14 Sestriere 31-07-1994

…Y EN PISTA CUBIERTA 5,81 Vilna 15-01-1984

5,82 Milán 01-02-1984

5,83 Inglewood 10-02-1984

5,87 Osaka 15-01-1986

5,92 Moscú 08-02-1986

5,94 Inglewood 21-02-1986

5,95 Nueva York 28-02-1986

5,96 Osaka 15-01-1987

5,97 Turín 17-03-1987

6,03 Osaka 11-02-1989

6,05 Donetsk 17-03-1990

6,08 Volgogrado 09-02-1991

6,10 San Sebastián 15-03-1991

6,11 Donetsk 19-03-1991

6,12 Grenoble 23-03-1991

6,13 Berlín 21-02-1992

6,14 Lievin 13-02-1993

6,15 Donetsk 21-02-1993

SU PALMARÉS

CAMPEONATOS MUNDIALES Sede Puesto Marca

Helsinki 1983 Oro 5,70

Roma 1987 Oro 5,85

Tokio 1991 Oro 5,95

Stuttgart 1993 Oro 6,00

Gotemburgo 1995 Oro 5,92

Atenas 1997 Oro 6,01

JUEGOS OLÍMPICOS Seúl 1988 Oro

Barcelona 1992 Nulos

CAMPEONATOS EUROPEOS Stuttgart 1986 Oro

Split 1990 Sexto

MUNDIALES EN PISTA CUBIERTA París 1985 Oro

Indianápolis 1987 Oro

Sevilla 1991 Oro

Barcelona 1995 Oro

EUROPEOS EN PISTA CUBIERTA Atenas 1985 Oro

Año Edad Marca

1975 11 2,70

1976 12 3,50

1977 13 3,60

1978 14 4,40

1979 15 4,80

1980 16 5,10

1981 17 5,40

1982 18 5,55

1983 19 5,72

1984 20 5,94

1985 21 6,00

1986 22 6,01

Año Edad Marca

1987 23 6,03

1988 24 6,06

1989 25 6,03 pc

1990 26 6,05 pc

1991 27 6,12 pc

1992 28 6,13

1993 29 6,15 pc

1 994 30 6,14

1995 31 6,00

1996 32 6,02

1997 33 6,05

1998 34 5,91 pc

pc: Pista cubierta

PROGRESIÓN

ZAR Y ZARINA. Sergey posa con Yelena

Isinbayeva, la reina de pértiga.

42 43

T-MACSu palmarés no registra

anillos ni ningún MVP y sin embargo ha sido uno de los jugadores más admirados

que han pisado las canchas de la NBA en el siglo XXI.

Legiones de seguidores de todo el mundo se han repetido la pregunta que inmortalizó el añorado

periodista y dan fe de ello. Y es que pocos son los elegidos capaces de enloquecer a la

grada en cualquier momento. T-Mac está entre ellos.

¿POR QUÉ ERES TAN BUENO, MCGRADY? * * MONTES DIXIT

MARIO GARCÍA /

Era el 9 de diciembre de 2004. Los Spurs ya se

veían con el triunfo en el bolsillo en su visita a los Houston Roc-kets cuando en los últimos instan-tes del partido sucedió lo imposi-ble. A falta de 35 segundos para el final y con 68-76 en el marca-dor, un Tracy McGrady tocado por la varita mágica de los dioses ano-tó 13 puntos consecutivos ante la atónita mirada de Bruce Bowen, uno de los defensores más duros de la NBA, que se vio incapaz de frenar por lo civil o por lo crimi-nal a un auténtico torbellino que dejó los ojos como platos a Gre-gg Popovich, técnico del conjunto de San Antonio, y a todos los que presenciaron la exhibición del es-colta, quien finalmente ganó el en-cuentro gracias a un triple a 1,7 segundos del final (81-80). Las inolvidables imágenes de aque-

lla hazaña, curiosamente ante el equipo que recientemente ha puesto el broche final a su carre-ra, forman parte de la Historia de la competición norteamericana y reflejan a la perfección el talento de uno de los mejores jugadores de la pasada década. Un aspiran-te a rey que no obtuvo corona y al que no acompañó la for tuna, siempre en contra en forma de graves lesiones que frenaron a quien se llegó a señalar como el gran rival de Kobe Bryant por la hegemonía de la NBA en los pri-meros años del siglo XXI.

“Los números no mienten. Cuando me encontraba sano, es-taba en todas las discusiones so-bre quién era el mejor de la liga. Si era mejor que Kobe o él era me-jor que yo no importa, lo impor-tante era estar en esas discusio-nes”, aseguró McGrady (Bartow, Florida, 24-5-1979) poco tiempo después de anunciar su retira-

da de la NBA el pasado mes de agosto. Y las estadísticas, a pe-sar de verse reducidas conside-rablemente por sus últimas expe-riencias en la liga, ya veterano y muy lejos de su mejor forma físi-ca, le dan la razón: 19,6 puntos, 5,6 rebotes y 4,4 asistencias tras 16 temporadas y 938 partidos de temporada regular (22,2 puntos, 5,7 rebotes y 5 asistencias en 50 encuentros de playoffs). Unos nú-meros, no obstante, que no refle-jan del todo su dimensión como jugador, sobre todo cuando se echa la vista atrás, a los años de máximo esplendor del pick 9 del

Las lesiones frenaron al escolta, que llegó a ser señalado como el gran rival de Kobe Bryant por la hegemonía de la NBA

ICONO.

Tracy Lamar

McGrady

Jr. ha sido

uno de los

jugadores

más

mediáticos

de la NBA

en el siglo

XXI y uno de

los favoritos

de los

aficionados.

44 45

draft de 1997, cuando saltó a la competición profesional directa-mente desde el instituto con ape-nas 18 años.

Sin embargo, el impacto de T-Mac en la NBA no fue inmediato, aunque ya dio muestras de su ex-traordinaria calidad en el primer equipo en el que militó, los Toron-to Raptors, donde pasó tres cam-pañas, la última de ellas ya a un nivel más que llamativo: 15,4 pun-tos, 6,3 rebotes, 3,3 asistencias y 1,9 tapones. En Canadá comparti-ría vestuario con otro jugador que acabaría siendo también una es-trella y al que le unía parentesco, su primo Vince Carter, actualmen-te alero de los Dallas Mavericks, y empezó a mostrarse como uno de los jugadores más espectaculares de la liga. Su explosión definitiva no se haría esperar y llegaría con el traspaso a los Magic el 3 de agosto de 2000.

Así, en Orlando iniciaría una trayectoria que le llevaría a con-vertirse en uno de los únicos sie-te jugadores en la Historia de la NBA en enlazar ocho temporadas consecutivas con al menos 20 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias de media, algo que sólo han lo-grado Oscar Robertson, Michael Jordan, Larry Bird, Kobe Bryant, Kevin Garnett y LeBron James.

En su Florida natal, el polivalen-te McGrady, del que una leyenda de la NBA como Bill Walton llegó a asegurar “hace cosas que nun-ca he visto hacer a nadie, sea del planeta que sea”, alcanzó el Olim-po de la liga convir tiéndose dos veces máximo anotador (2002/03 y 2003/04) y comenzando su carrera como All-Star, condición que le acompañaría durante siete campañas consecutivas, de 2001 (año en el que recibió además el galardón a Jugador Más Mejora-do) a 2007. En el primero de sus títulos como mejor artillero de la NBA alcanzaría unos espectacula-res 32,1 puntos de media, cifra que sólo han superado en los últi-mos 20 años Kobe Bryant (35,4) y Allen Iverson (33), ambos en la temporada 2005/06. Además, ha sido el último jugador en añadir a ese promedio anotador al menos 6,5 rebotes y 5 asistencias en un curso, números que sólo han con-seguido Michael Jordan (en tres ocasiones), Wilt Chamberlain (dos veces) y Elgin Baylor.

Incluido en el mejor quinte-to de la liga en dos ocasiones (2002 y 2003), tres en el segun-do (2001, 2004 y 2007) y otras dos en el tercero (2005 y 2008), T-Mac no vio acompañado el éxi-to individual con el colectivo y sus

El jugador nacido en Florida fue siete veces consecutivas All-Star y máximo anotador de la liga dos veces seguidas

‘ROOKIE’ EN CANADÁ. T-Mac dio el salto

a la NBA directamente desde el instituto

en 1997. El mítico Isiah Thomas, general

manager de los Toronto Raptors entonces, le

eligió en la novena posición del draft.

Uno de los momentos más recordados de la pasada década son sus 13 puntos en 35 segundos ante los Spurs

46 47

equipos no fueron capaces de lle-gar más allá de la primera ronda de los playoffs hasta la pasada temporada, cuando ya ocupaba un papel testimonial en los San Antonio Spurs, que acabaron sub-campeones. Ese fue el principal argumento que utilizaron sus de-tractores durante su etapa en los Magic y posteriormente en el ter-cero de los siete equipos donde militó, los Houston Rockets, don-de recaló el 29 de junio de 2004 a cambio de Steve Francis, Cuttino Mobley y Kelvin Cato, en una ope-ración que también envió a Texas a Juwan Howard, Tyronn Lue y Reece Gaines. De cualquier forma, las es-tadísticas desmontan en gran me-dida la teoría de los críticos, que le acusaban de sucumbir a la presión en los momentos decisivos de la temporada. Y es que el elegante escolta, alero e incluso base de 2,03 metros, es uno de los ocho jugadores que han promediado 30 puntos o más durante al me-nos cuatro campañas distintas de playoffs, lista que completan nom-bres de la talla de Kareem Abdul-Jabbar, Elgin Baylor, Wilt Chamber-lain, Jerry West, Michael Jordan, Kobe Bryant y Allen Iverson.

El dorsal 1 de los Magic ate-rrizó en Houston para formar una pareja estelar con el pívot chi-no Yao Ming, aunque los graves percances físicos que sufrirían ambos acabarían alterando los ambiciosos planes de los dirigen-tes de los Rockets. Tracy Lamar McGrady Jr., que pocos meses an-

tes de abandonar Orlando había firmado 62 puntos ante los Was-hington Wizards (10-3-2004), el tope anotador de una carrera en la que logró 40 puntos o más en 49 ocasiones (cuatro de ellas en playoffs), rindió a gran nivel en su primera campaña en el equipo de la Southwest Division, finalizando entre los diez primeros en cator-ce categorías estadísticas dife-rentes y protagonizando escenas irrepetibles, como los célebres 13 puntos en 35 segundos. Lamen-tablemente, pronto empezarían a torcerse las cosas.

En el curso 2005/06 apenas disputaría 47 partidos de la fase regular, aunque tendría tiempo de maravillar al mundo en el All-Star Game anotando 36 puntos, algo que no le sirvió para ser procla-mado MVP del partido, galardón que fue a parar a LeBron James. Los problemas con las lesiones que siempre le habían acompaña-do y que no le permitirían dispu-tar nunca una temporada comple-ta se convertirían en un calvario durante su estancia en Houston, donde dejaría huella al liderar a los Rockets en una racha de 22 victorias consecutivas en la tem-porada 2007-08, el tercer mejor registro de la Historia. Pero ya nada volvería a ser igual para el que es uno de los tres únicos ju-gadores que han alcanzado los 15.000 puntos, 4.500 rebotes, 3.500 asistencias y 500 triples en sus primeras once campañas en la NBA, exclusivo club del que

No consiguió pasar de la primera ronda de los playoffs hasta la pasada campaña en San Antonio, ya sin protagonismo

McGrady es uno de los únicos siete jugadores que han enlazado ocho

campañas con al menos 20 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias de media

EXPLOSIÓN. El jugador de Bartow cuajó

sus mejores temporadas en la NBA en los

Magic. En Orlando se convirtió en una de

las principales estrellas de la competición y

fue dos veces máximo anotador.

CALVARIO. En los Houston Rockets comenzó

el ocaso de uno de los jugadores más

espectaculares de la liga norteamericana

por culpa de las lesiones, aunque tuvo

tiempo de dejar momentos inolvidables.

48 49

también forman parte Larry Bird y LeBron James.

“Las lesiones me han quita-do la pasión por el baloncesto”, llegó a afirmar en 2009 el hom-bre que dejó a todos con la boca abierta tras asistirse a sí mismo ayudándose del tablero para ma-chacar el aro en el All-Star Game de 2002. Mermado por los proble-mas en la rodilla que le impedían ya ser la gran estrella que había sido, McGrady finalmente abando-nó Houston el 18 de febrero de 2010 con destino Nueva York, en una operación a tres bandas en la que también par ticiparon los Sacramento Kings. El ocaso ya era inevitable para uno de los ju-gadores que más pasiones levan-taba entre los aficionados, como demuestra el hecho de que su ca-miseta fuera la sexta más vendi-da de la liga entre 1998 y 2008, pero aún dejaría muestras de su calidad, sobre todo en los Knicks, a donde había llegado acompaña-do del ahora madridista Sergio Ro-dríguez, y en sus dos siguientes equipos, Detroit Pistons (2010/11) y Atlanta Hawks (2011/12).

Después seguiría la podero-sa llamada de los yuanes chinos para militar durante unos meses en el Qingdao Eagles (25 puntos, 7,2 rebotes, 5,1 asistencias y 1,6 robos) y tendría su última ex-periencia en la NBA en las filas de los Spurs, equipo por el que firmó el pasado mes de abril y con el que alcanzó la final, aunque sin el protagonismo del jugador de la eterna cara de dormido y sonrisa de jugón.

T-Mac se ha retirado de las canchas dejando la sensación de haberse quedado a medio cami-no, de ser un príncipe que podría haber llegado a rey del baloncesto estadounidense, sin haber logra-do anillos ni ninguno de los princi-pales premios individuales, pero el talento que desplegó sobre la cancha en sus mejores años deja claro que se trataba de un jugador especial, de los que pocas veces aparecen y son capaces de hacer fácil lo difícil y posible lo imposi-ble. Algo que bien sabe Kobe Br-yant: “T-Mac fue el jugador que siempre me dio más problemas”. Palabra de un MVP.

Tentado por los yuanes chinos, pasó por el Qingdao Eagles

antes de su última experiencia en la liga norteamericana

T-Mac fue incluido en dos ocasiones en el mejor quinteto de la NBA, tres en el segundo y otras dos en el tercero

ASIA. El

escolta, alero

e incluso

base rindió

a buen nivel

en su única

experiencia

fuera de

la NBA,

logrando

unos

promedios de

25 puntos, 7,2

rebotes y 5,1

asistencias en

el Qingdao

Eagles chino.

FINALISTA.

McGrady fue

compañero

de Tim

Duncan en

los Spurs

durante los

playoffs de

la pasada

campaña.

El equipo

tejano acabó

subcampeón

de la NBA.

50 51

STONEMAN

El británico sufrió

un coriocarcinoma

que al expandirse le

produjo 250 tumores

deteniendo en seco

la proyección que

le llevaría casi co

n

seguridad a la F-1.

Tres años después ha

derrotado al cáncer

y aspira a retomar el

camino que le devuelva

a la élite.

EL PILOTO QUE ESQUIVÓ A LA MUERTE PARA

REENCONTRARSE CON SU DESTINO

DE REGRESO. Dean

Stoneman retornó

a la competición

en la Porsche Cup

Británica 2013, en la

que ha ganado cinco

carreras y ha hecho

diez podios.

52 53

RAFA PAYÁ /

Las historias de superación son un ejemplo para el res-

to y ayudan moralmente a muchas personas que están pasando por difíciles momentos. El mundo del deporte está plagado de casos, pero uno de los más impactantes de los últimos años es el del britá-nico Dean Stoneman. El piloto de Croydon (24 de julio de 1990) iba lanzado a la élite del automovilis-mo en 2010, tras arrasar en su debut en la F-2, hacer un test con Williams en el que deslumbró y fir-mar por el equipo ISR para dispu-tar las World Series de 2011 con Ricciardo de compañero. La alfom-bra roja hacia la F-1 estaba bajo los pies de un talento al volante, al que expertos de su país veían como el sucesor natural de Jenson Button y Lewis Hamilton, y los que le seguían desde el kárting iban mucho más allá al compararlo con Ayrton Senna.

Pero el color rosa se transformó en un profundo negro. Tras firmar en Praga el contrato para disputar la 3.5 visitó a un gastroenterólo-go, ya que llevaba meses con ma-las sensaciones y síntomas como acné, dificultad para respirar, dolor en los pezones y ardor de estóma-go que diferentes médicos achaca-ban a normales cambios hormona-les propios de su edad. Hasta que vomitó sangre. Le diagnosticaron coriocarcinoma, un raro cáncer testicular muy agresivo y casi in-mune a la medicación que se ex-tiende rápido por la sangre.

Los pacientes tienen un mal pronóstico, especialmente si se encuentran tumores secundarios. En el estómago, Stoneman tenía un tumor del tamaño de una pe-lota de golf... uno de los 250 que llegó a haber en su cuerpo afec-tándole a los pulmones, el hígado,

un riñón, el abdomen, las piernas y el cerebro. “Estuve a siete días de morir y a dos horas de perder las piernas y los riñones”, relata Dean, al que le dieron un 30% de esperanzas de vida. Ese mismo día fue operado y 48 horas más tarde ya estaba recibiendo trata-miento de quimioterapia.

Las sesiones médicas eran muy largas, perdió el pelo y lo peor es que el avance era casi nulo. La única opción era un tratamiento experimental: 18 horas al día, seis días a la semana, en ciclos de 21 días. Dean preguntó si tenía opcio-nes de sobrevivir. Si la respuesta médica era negativa, abandonaría el hospital para disfrutar del tiem-po que le quedara como él mis-mo relata: “Si había una posibili-dad, sólo quería seguir adelante con ella y no dejar que los pensa-mientos sobre la muerte entraran en mi cabeza”. Las opciones de recuperación eran mínimas, pero existían. Y Dean se agarró con una determinación ejemplar, ale-jando todo pensamiento negativo de su mente.

El primer ciclo del tratamiento experimental no afectó en exceso a su cuerpo debido a su excepcio-nal y portentoso físico. Sus nive-les de energía eran indestructibles y Stoneman decidió que podían au-mentar aún más las dosis. El britá-nico empezó una carrera contra su propio cuerpo que los médicos no podían creer, pero determinaron que si era capaz de soportarlo, no le perjudicaría. Llegó a aprender a programar la máquina de quimio-terapia él mismo para acortar al máximo los plazos. Así pasó el se-gundo ciclo y las fuerzas empeza-ron a fallar. Los médicos le dijeron que eso significaba que el medica-mento estaba funcionando y Dean no cejó en el esfuerzo.

Pero hubo más malas noticias. Una resonancia reveló cuatro gran-des coágulos en las piernas que viajarían a sus pulmones a menos que no consiguieran adelgazar la sangre de inmediato. Debía em-pezar otro tratamiento extra basa-do en inyecciones anticoagulantes diarias de 120mm (12 centíme-tros) directamente en el estóma-

go que al cabo de unos días el pro-pio Stoneman llegó a pincharse. Y había un riesgo secundario. Un simple golpe elevaba la posibilidad de sufrir hemorragias internas le-tales. “Saber que podía morirme si me golpeaba a mí mismo fue mucho peor que el cáncer”, reco-noce Stoneman.

Tras cuatro operaciones, la úl-tima de ocho horas para extirpar los tumores más grandes que la quimioterapia no había podido de-rrotar, venció al cáncer... pero le dijeron que difícilmente volvería a pilotar. En 2012 ganó la Powerboat P1 Superstock UK (motos acuáti-cas), y el pasado marzo corrió de nuevo en coches. Fue en Brands Hatch en la Porsche Carrera Cup británica. Ganó las dos mangas. En Abu Dhabi, en la última cita del año de GP3, regresó al máximo ni-vel. Fue quinto en la manga inicial y subió al podio en la carrera final tras ser segundo, sólo por detrás del chipriota Tio Ellinas. “Siempre supe que si sobrevivía, volvería a correr en coche”, afirma un joven que ahora es más delgado, pero más fuerte mentalmente. Su sue-ño de la F-1 ahora está lejos, pero la enorme cicatriz de 35 centíme-tros que le atraviesa el tórax siem-pre le recordará que los milagros son posibles.

Para 2014 varios equipos se han interesado por él y valora ofer-tas para correr las World Series, la GP3, el DTM o la Indy Lights en EE UU. Pasó de rozar la F-1 a verse casi desahuciado por los médicos; por eso este valiente piloto, ahora de 23 años, sabe como pocos que la segunda oportunidad que le ha otorgado su esfuerzo, tesón y con-fianza le debe dar también una se-gunda opción en el automovilismo. Talento y fe ciega en una preciosa historia de superación que merece tener un final feliz.

Expertos en su país le veían como el nuevo Button y los

que le seguían desde el kárting lo comparaban con Senna

“Estuve a sólo siete días de morir y a dos horas de perder las piernas y los riñones”, admite el piloto británico

EL REY DE LA F-2.

Stoneman arrasó en el

campeonato de 2010

y eso le valió para

probar con el Williams

de Fórmula 1.

VELOZ EN EL AGUA.

El pasado año

Dean Stoneman no

compitió en coches,

pero sí fue capaz de

ganar la Powerboat

P1 Superstock UK de

motos acuáticas.

54 55