38. Obra Periodística XXXVIII

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    OBRAS COMPLETAS

    XXXVIIIOBRA PERIODSTICA

    JUANBOSCH

    2012

    COMISIN PERMANENTE

    DE EFEMRIDES PATRIAS

    ENTREVISTAS (1963-1991)

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    OBRAS COMPLETAS DE JUAN BOSCHEdicin dirigida por

    Guillermo PIA-CONTRERAS

    COLABORADORES

    Arq. Eduardo SELMANHASBNSecretario de Estado sin Cartera

    Lic. Juan Daniel BALCCER

    Presidente de la Comisin Permanente de Efemrides Patrias

    Herederos de Juan Bosch, 2012Edicin al cuidado de

    Jos Chez Checo

    Diseo de la cubierta y arte finalEric Sim

    Publicacin de la Comisin Permanente de Efemrides Patriasen ocasin del Centenario de Juan Bosch, 2009

    ImpresinSerigraf S.A.

    ISBN: 978-9945-462-55-5ISBN: 978-9945-462-00-5 (O. C.)

    Repblica Dominicana

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    CONTENIDO

    La vida de Juan Bosch dispersa en entrevistasGuillermo Pia-Contreras ................................................. VII

    Juan Bosch: 1963 y la torcedura del rumbo dominicanoJos Enrique Garca ......................................................... XV

    LA NOTICIA

    Bosch trata fracaso guerrillas ............................................3Bosch: No hay unidad sin lucha..................................29Bosch: literatura y poltica .............................................37Bosch ve inevitable triunfo revolucin............................45Bosch vaticina matadero electoral ...................................57

    Entrevista con Juan BoschEl escritor no debe ocultar la realidad .............................61Bosch responde interrogantes sobre poltica de concordia ..67Bosch analiza fin del bloqueo a Cuba .............................77Bosch culpa a demcratas del golpe................................81Entrevista con Juan Bosch .............................................85

    Juan Bosch en el centro del Caribe .................................91Entrevista con Juan Bosch ...........................................101Bosch ve sin base esperanza de mejora econmica;cree la deuda debe andar por cuatro mil millones ..........113A propsito del merengue ...........................................125Entrevista al profesor Bosch en encuentro con cronistas ...129Entrevista con Juan Bosch ...........................................131

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    JUANBOSCH

    Entrevista con Juan Bosch I .........................................139Entrevista con Juan Bosch II ........................................147Entrevista con Juan Bosch ...........................................151

    HOY

    Texto oficial de la entrevista Kennedy-Bosch ................159Texto oficial de la entrevista Bosch-Johnson .................171La importancia de un encuentro:Una entrevista al profesor Juan Bosch ..........................177Candidatos a la Presidencia describensu poltica deportiva: Juan Bosch .................................181Encuesta ......................................................................189Entrevista con Juan Bosch I .........................................191Entrevista con Juan Bosch II ........................................199

    Entrevista con Juan Bosch I .........................................207Entrevista con Juan Bosch II ........................................217Bosch: Cuando la gente piensa en un Trujillohabla de la necesidad de orden....................................227Entrevista con Juan Bosch I .........................................237Entrevista con Juan Bosch II ........................................243

    EL NUEVO DIARIO

    Conversacin con Juan Bosch ......................................251Entrevista con Juan Bosch I .........................................263Entrevista con Juan Bosch II ........................................269Entrevista con Juan Bosch ...........................................273En La Tertulia de El Nuevo DiarioI ..............................277En La Tertulia de El Nuevo DiarioII .............................287Entrevista con Juan Bosch I .........................................297Entrevista con Juan Bosch II ........................................305Entrevista con Juan Bosch III ......................................315Entrevista con Juan Bosch IV ......................................323Entrevista con Juan Bosch V .......................................331

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    OBRASCOMPLETAS

    Entrevista con Juan Bosch VI ......................................341Entrevista con Juan Bosch VII .....................................349Entrevista con Juan Bosch VIII....................................355La Tertulia en El Nuevo Diario ......................................365Entrevista con Juan Bosch ...........................................377Entrevista con Juan Bosch ...........................................381Una entrevista con Juan Bosch ....................................387Entrevista con Juan Bosch I .........................................395Entrevista con Juan Bosch II ........................................405Declaraciones ofrecidas por el profesor Juan Boschen rueda de prensa .......................................................415

    EL SIGLO

    Juan Bosch: El poder es una carga muy pesada

    cuando es para servir al Pueblo ...................................421Entrevista con Juan Bosch ...........................................429Entrevista con Juan Bosch ...........................................435Los cambios en el mundo socialista vistos por Juan Bosch .441

    ndice onomstico ........................................................447

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    LAVIDADEJUANBOSCHDISPERSAENENTREVISTAS*

    Guillermo PIA-CONTRERAS

    No sera descabellado calificar la entrevistacomo una conversacin absurda en la que unapersona (pblica o no) es interrogada por undesconocido que le hace muchas veces pre-guntas ntimas o comprometidas esperando quel responda con revelaciones que normalmenteles niega, incluso, a muchos de sus conocidos.Y, si se quiere, esta visin tambin encaja en lamultitud de variantes no periodsticas de laentrevista del interrogatorio policial y judi-cial; la entrevista laboral; la entrevista psi-coanaltica, etctera.**

    Jorge HALPERN

    Con excepcin de Crisis de la democracia de Amrica en la Repbli-ca Dominicana yElPLD, un partido nuevo en Amrica, no hay otraobra de Juan Bosch que contenga elementos autobiogrficos.Se podran agregar, a lo sumo, Cuba, la isla fascinante, Viaje a los

    antpodas, algunas de sus charlas radiales y crnicas de viaje. Almargen de estos textos, las memorias del reconocido poltico e

    * Algunos pasajes de este trabajo, publicado originalmente en PIA-CONTRERAS,Guillermo (editor), En primera persona, entrevistas con Juan Bosch, Santo Domin-go, Ediciones Ferilibro, 2000, pp.11-17, han sido modificados para estaedicin (N. del E.).

    ** HALPERN, Jorge,La Entrevista periodstica, intimidades de la conversacin pblica,

    Buenos Aires, Editorial Paids, 1995, p.9.

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    intelectual dominicano se encuentran dispersas en la enorme

    cantidad de entrevistas que concediera a lo largo de su carreraliteraria y poltica. Ambas actividades, a partir de 1960, sehacen inseparables, sobre todo a su regreso a la RepblicaDominicana el 20 de octubre de 1961, luego de un exilio de23 aos.

    En diferentes ocasiones, cuando se le preguntaba a Boschpor qu no publicaba sus memorias, sola responder que notena tiempo o que su biografa la constituan sus libros. Unarespuesta vlida; todo dirigente poltico en ejercicio conoce,consciente o inconscientemente, los riesgos de una autobio-grafa. De manera que la entrevista constitua el medio mseficaz para contarle al gran pblico cmo haba llegado a con-vertirse en un intelectual y poltico de renombre nacional e

    internacional. Sin embargo, a pesar de su retiro de la activi-dad poltica el 19 de junio de 1994, Bosch nunca anuncique se consagrara a escribir sus memorias...

    La entrevista, siendo la ms pblica de las conversacionesprivadas, tiene la ventaja de proporcionar al lector, al televi-dente o al oyente, las garantas de una informacin de prime-

    ra mano. Es a la par fuente primaria y garanta de veracidadcuando el entrevistado, como resulta ser en el caso especficode Bosch, mantiene la misma respuesta a preguntas semejan-tes formuladas por varios entrevistadores en diferentes mo-mentos y pocas. Por ejemplo, Bosch no se contradice al refe-rirse a su infancia. Una pregunta que data de 1975 y otra de

    veinte aos ms tarde tendrn, con algunas variantes natural-mente, idntica respuesta: el mismo relato diramos. La infan-cia no representa peligro alguno en su actividad poltica. Lamanera como expresa la admiracin que siente por el campesi-no dominicano, por los pobres, as como cuando cuenta susaos de exilio antitrujillista (1938-1961), slo pueden propor-

    cionarle adeptos. Es esa coherencia de Bosch que hace de sus

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    entrevistas relatos verosmiles. Lo mnimo que el pblico exi-

    ge. Ms an si se trata de un lder poltico en plena actividad.La gran mayora de las entrevistas a Bosch se caracterizapor su relacin con la actualidad nacional dominicana e inter-nacional. Bosch es actualidad en Repblica Dominicana des-de su regreso en 1961. Los acontecimientos que siguieron ala muerte de Trujillo siempre lo mantuvieron en la cima de laactualidad nacional: eleccin a la Presidencia de la Repblicaen 1962 y posterior golpe de Estado en septiembre de 1963;intervencin militar norteamericana para impedir su restitu-cin en 1965; su radicalizacin poltica a partir de 1966; susalida del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y la fun-dacin del Partido de la Liberacin Dominicana (PLD) en1973... En fin, esos acontecimientos y el rol protagnico que

    ha jugado en la historia reciente de la Repblica Dominicanahan hecho de Juan Bosch el blanco de periodistas dominica-nos y extranjeros. Por otra parte, hay que tomar en cuenta lasentrevistas literarias que le hicieran tanto crticos como escri-tores buscando su opinin sobre la literatura y el arte y/o suarte, a pesar de haber abandonado la literatura al finalizar el

    ao 1960, luego de haber escrito, en Caracas, La manchaindeleble.

    Por su carcter de actualidad, muchas de las entrevistaspolticas han envejecido. Las literarias, en cambio, mantienenhoy su vigencia. En las entrevistas literarias, paradjicamen-te, Bosch se siente ms cmodo para narrar, desde esta pers-

    pectiva, su historia poltica. Cuenta con fluidez sus 23 aosde exilio y relata cmo lleg a tener conciencia de que domi-naba la tcnica del cuento. Una teora que hizo explcita aldictar su conferencia sobre el arte de escribir cuentos en laUniversidad de Caracas en 1958.

    Si la carrera literaria de Juan Bosch termin, segn sus pro-

    pias palabras, en 1960, la poltica tom un giro radical en 1965.

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    JUANBOSCHX

    Por eso todo cuanto corresponde a su formacin intelectual, a

    sus inicios en la poltica, que, desde 1939 cuando se fund elPRDen La Habana, pas a ocupar un primer plano en Bosch.En lucha permanente por hacerse respetar como escritor y

    poltico, lleg al punto de escribir una biografa del rey Da-vid de Israel solamente para demostrarle a Rmulo Betancourtque se poda ser poltico y poeta. Por otra parte, cuando serefiere a sus inicios en la literatura no deja de hacer alusin alos campesinos de La Vega que despertaron su sensibilidaddurante su infancia. La intensa actividad poltica que desarrolldurante los 23 aos de exilio va de par con su madurez literaria.Entre 1940 y 1960 escribi sus mejores cuentos y hasta se leincluy en la antologa que Juan Liscano publicara en Pars,LesVingt meilleures nouvelles de lAmrique latine (Pierre Seghers,

    diteur, 1958). Al considerarlo entre los mejores cuentistas delContinente hispnico, Juan Liscano explica: A pesar de haberescrito novelas, biografas y ensayos, es sobre todo conocidocomo autor de cuentos. Es tambin conocido como adversarioinsaciable de la dictadura. Por esta razn est en el exilio desdehace veinte aos, pues su pas se encuentra, desde 1930, bajo la

    tirana de Rafael Leonidas Trujillo. Como se puede notar enesa poca haba que precisar que Bosch era tambin, adems deescritor, poltico militante.

    Juan Bosch entrevistado

    Toda entrevista periodstica busca revelaciones o confidencias

    capaces de convertirse en noticia. Mucho ms cuando se tratade personalidades pblicas de una sociedad determinada.Busca confesiones que el entrevistado no hara ni siquiera asus amigos ms ntimos. Ese resultado se obtiene por lo gene-ral, estableciendo una relacin estrecha entre el entrevistadory el entrevistado. En el caso de Juan Bosch, esa relacin de

    confianza tiene lmites.

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    Como hemos dicho antes, Bosch revela lo que no puede

    afectarle polticamente. Por ejemplo, cuando dice que escri-bi La mancha indeleble pensando en un lder poltico ve-nezolano, cuyo nombre no revelara mientras viviera. Aosdespus de la muerte de ese lder poltico, afirmara que setrataba de Rmulo Betancourt. En ese momento su respuestaya no poda afectarlo en su actividad poltica.

    Bosch entrevistado es discreto. A pesar de la cantidad depreguntas concernientes a su vida ntima nunca da detallessobre ella. Elude la pregunta o simplemente limita su res-puesta. En cambio, cuando se trata de su actividad poltica, sila pregunta corresponde a un perodo para l terminado, comopodran considerarse los aos que pas al frente del PRD, in-cluido el exilio, no tiene reparo en responder y hasta en agre-

    gar detalles aunque el entrevistador no pretenda saber msque lo preguntado. Pero, en lo que concierne a su laicismo,sabiendo que el tema religioso, en un pas tan cristiano comoRepblica Dominicana, poda afectarle, siempre dijo lo quepensaba al respecto. Sin embargo, cuando la poltica, ande una poca terminada, tiene una relacin estrecha con su

    vida personal, entonces muestra cierta incomodidad y eludela pregunta.

    Con respecto a las entrevistas literarias, Juan Bosch tieneotra actitud. Luego de su regreso a Santo Domingo en 1961,y ms an despus de 1965, sus respuestas son las de aquelque no puede dejar de dar su opinin sobre lo que se hace en

    arte y literatura en Repblica Dominicana, pero tratando deno herir susceptibilidades que puedan reflejarse luego en suactividad poltica. El nmero de prlogos y presentacionesliterarias durante los aos que siguieron a su decisin de aban-donar la literatura en provecho de la poltica pueden ilustrarlo que precede. Esta actitud, en cambio, no es la misma que

    tena en sus artculos literarios durante su exilio en Cuba.

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    la carrera literaria de Bosch: le permiti darse cuenta de que

    dominaba la tcnica del cuento.Con respuestas espontneas gracias a su fabulosa memoria,Bosch diriga la entrevista de manera natural. Cuando le in-teresaba hablar de un tema determinado, literario o poltico,sutilmente lograba dirigir la conversacin hasta introducir eltema que le interesaba abordar. Todo esto dando muestras deuna espontaneidad singular.

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    JUANBOSCH: 1963 YLATORCEDURADELRUMBODOMINICANO

    Jos Enrique GARCA

    Umbrales del contenido generalEntrevistas, cartas, prlogos, crnicas, conversaciones prem-bulo de una tragedia colectiva, reseas periodsticas nacio-nales e internacionales que atraparon sucesos de la guerra de

    abril y de la intervencin militar norteamericana de 1965,material que descansa en mohosas y desteidas revistas, quese olvidan en peridicos dominicanos e hispanoamericanos,testimonios de hechos y personajes, de voces y murmullos, deintrigas y enfrentamientos, de conductas ambiguas y rectitu-des humanas, un tejido de palabras articuladas desde el ardor

    de la voz, quedando en tinta ardiente, voces y grficos quedan estatura y volumen a un hombre que asume su poca. Ydesde estos materiales, distanciados por tiempos y circuns-tancias, tambin se recuperan las fuerzas de sus orgenes, y unsueo de nio que crece con la juventud y ahonda en la adultez:ver y sentir una Repblica Dominicana donde hombres ymujeres vivan con dignidad, condicin indispensable parasaberse verdaderamente humano. Sueo que pudo iniciar JuanBosch cuando fue elegido Presidente de la Repblica en di-ciembre de 1962, a pesar de acontecimientos que, en estaspginas, se cuentan, impidindolo.

    Y conjugase trazos de vida: texturas, olores, sabores, difi-cultades, satisfacciones, proyecciones infantiles y juveniles, afec-

    tos familiares: la madre a quien se recuerda cada da; el padre,

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    trabajador, justo, solidario; los hermanos, los amigos, los alre-

    dedores inmediatos, la atmosfera del pas conducida por fuer-zas primigenias. Y en conjuncin de recuerdos, la creacinliteraria creciendo en imaginacin y en tinta.

    As, en estos papeles recuperados, sentimos que palpitauna vida que entrelaza dos quehaceres: el poltico y el litera-rio. Dualidad, siendo una. Vida empujada por circunstan-cias, con un destino desde el vientre: ser para los dems.

    Asuntos generales de este volumen: Defensa de su vida poltica, caracterizada por la honra-

    dez en sus actuaciones en cada etapa de su vida1. Renuncia del Partido Revolucionario Dominicana en

    noviembre de 1973, sustentada en visiones de la polti-ca: [] esas diferencias venan ya de aos. Cuando yo

    expliqu que el Dr. Pea Gmez era partidario de loviejo y no de lo nuevo, me refera a la vieja organizacindel partido y a la nueva organizacin del partido (p.20).

    Fundacin del Partido de la Liberacin Dominicana:Lo que nosotros queremos organizar es un partido muydiferente al PRDen el orden de la calidad poltica y de-

    seamos que los que entren a luchar a nuestro lado sepancabalmente qu espera el partido de ellos y no piensenen ningn momento lo contrario, esto es, qu les va adar el Partido. El que llegue al PLDbuscando ventajastendr muchas desilusiones, el que venga dispuesto a

    1 Cfr. HERNNDEZ, Miguel, Bosch trata fracaso guerrilla, en BOSCH, Juan,Obras completas, T, XXXVIII, Santo Domingo, Ediciones de la Comisin Per-manente de Efemrides Patrias, 2012, pp.3-27. En lo adelante, todas lascitas a las que se hace referencia slo por el nmero de la pgina, correspon-den al presente volumen. Esta entrevista, conducida por Miguel Hernndezen su programa Cuarto Poder, es rememorada con frecuencia por un gesto deBosch con el que ratific su conducta de vida: abandon el escenario ante unapregunta del entrevistador que consider que socavaba su honra. Y esa

    actitud suya responda a esa coherencia de vida, palpable en estas pginas.

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    luchar por la liberacin nacional tendr muchas satis-

    facciones, pero a la vez deber sacrificar muchas cosaspara el provecho del pas (p.35). El largo y sistemtico trabajo realizado que condujo al

    PLDa convertirse en una real opcin de poder. La posicin de Bosch ante la guerrilla encabezada por

    Francisco Caamao De. Su enfrentamiento con la izquierda dominicana. Su posicin y la del PLDfrente a los gobiernos de Anto-

    nio Guzmn Fernndez y Salvador Jorge Blanco del PRD. Su oposicin a la Intervencin del Fondo Monetario In-

    ternacional en el gobierno de Salvador Jorge Blanco:Porque el Fondo Monetario Internacional es en esen-cia un rgano de las grandes firmas transnacionales fi-

    nancieras que a travs suyo ejercen el monopolio deldinero en el mundo capitalista, y el dinero es una mercan-ca muy solicitada porque ninguna otra deja tantos be-neficios como lo demuestra la rapidez con que los ban-cos acumulan fortunas de millones y millones (p.382).Su defensa de la industria azucarera dominicana: t

    sabes lo que significa la industria azucarera para noso-tros? Es la industria que emplea ms mano de obra, laindustria que da trabajo a ms gente en el pas. Sesentamil trabajadores dominicanos van a perder su trabajo alparalizarse la produccin de azcar, y no nos han hechocaso, no nos han hecho caso (p.120).

    Bosch dedic tiempo y esfuerzo a estudiar la crisis econ-mica mundial y su relacin con la Repblica Dominica-na, dado el grado de dependencia existente entre la eco-noma dominicana con relacin a la norteamericana. stasiempre fue una de sus reas a la que le dispens demora-das atenciones y pudo, a travs del estudio y la reflexin,

    adelantarse, en muchos casos, y arribar a conclusiones

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    que, posteriormente, se confirmaban, ejemplo: la crisis,

    an no superada, que estremeci al mundo en las tresltimas dcadas. Y lo que hoy se asume como novedad,ya l lo haba abordado con profusin. En una de lastantas oportunidades en que se refiri a esa temtica,dijo: En primer lugar, la crisis nuestra es hasta ciertopunto importada. Es un efecto de la crisis mundial y de

    sus resultados en los Estados Unidos. Pero aqu esa cri-sis se agrav en profundidad y extensin porque los l-timos gobiernos que ha tenido el pas a partir de la Re-volucin de Abril, en los ltimos 20 aos, no tomaronen cuenta el hecho de que ningn pas puede manteneruna estabilidad econmica y poltica, y por lo tanto so-cial, si consume ms de lo que produce. Lo digo entrminos de comercio internacional: un pas no puedemantener su estabilidad si compra ms de lo que ven-de (p.192).

    Su posicin frente a la corrupcin administrativa. El frag-mento que reproducimos nos ofrece, de manera concre-ta, la actitud asumida durante su vida ante la corrup-cin pblica y privada, personal y familiar.

    Su posicin frente al ltimo gobierno (1986-1990) deJoaqun Balaguer.

    Su participacin como candidato a la Presidencia de laRepblica en 1990 y el fraude electoral del que fue vc-tima en ese ao.

    El golpe de Estado de 1963, un hecho que diovuelta a la pginaAhora, detengmonos, y echemos anclas en unos textos queregistran eventos que estremecieron a la sociedad dominicanaen el momento en que acontecieron y, ms an, que trazaron

    rumbos, direcciones y conductas configurando un rostro de

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    Repblica Dominicana que, con los inevitables accidentes

    temporales que impone el suceder, prevalece hasta hoy. He-chos que adquirieron la forma de marca, de estigma y pervivensobre el cuerpo histrico dominicano. Y por l iremos, des-montando y fijando aconteceres, actitudes, posiciones quesacudieron las estructuras orgnicas de la Repblica.

    Dos entrevistas imprimen un inters altamente atractivo aesta obra. Ellas configuraron el umbral de una tragedia quemarc el discurrir histrico del pas hasta el momento en queescribimos estas cuartillas: el golpe de Estado contra el gobier-no de Juan Bosch, primer Presidente elegido despus de lacada del rgimen de Trujillo, el 25 de septiembre de 1963. Setrata de la conversacin entre los presidentes Kennedy y Bosch,el 10 de enero de 1963 en Washington, y la que tuvo lugar

    con el vicepresidente Johnson y el presidente Bosch el 28 defebrero de 1963 en Santo Domingo. El tiempo que media en-tre una y otra es de 49 das. En la primera Bosch era an presi-dente electo; la segunda fue al da siguiente de su juramentacin.

    La inesperada invitacin de Kennedy

    Aquel contexto posea un aroma que presagiaba historiade la gruesa: el presidente Kennedy posea una aureola quetraspasaba los linderos de su propio pas y se asentaba en otrosterritorios: era ya una leyenda. Juan Bosch asuma la repre-sentacin de un pequeo pas del Caribe, pobre, distante delos espacios donde se deciden su suerte o desgracia. Un pas

    que haca apenas dos aos haba dejado atrs una temibledictadura. De modo que se impona el contraste. Pero quininvit a quin? Bosch, de manera bien explcita, aclara y pre-cisa: Cuando iba para Inglaterra pas por Estados Unidosporque mi hijo Patricio viva en South Bend, Indiana, cercade Chicago, y all nos fuimos doa Carmen y yo a verlo, y al

    volver a Nueva York encontr una invitacin del presidente

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    Kennedy para que lo visitara en Washington. Quiero que eso

    quede bien claro. Yo no fui a Estados Unidos a ver a Kennedyni le ped una entrevista; l fue quien me pidi que fuera averlo en la Casa Blanca y habra sido una grosera de mi parteno hacerle honor a esa invitacin. Cuando me despeda mepregunt l si haba algo en que pudiera ayudarme y le dijeque slo en dos cosas; una, que antes de tomar alguna deci-sin que pudiera afectar a Cuba pidiera opinin a los gober-nantes de la regin, y mencion a Rmulo Betancourt, a LuisMuoz Marn y a m mismo, y la otra, que me diera apoyo enel propsito de rechazar el traspaso de la concesin que Pappasle haba vendido a la Standard Oil. Kennedy no respondi ala primera peticin pero s a la segunda dicindome que po-da contar con su ayuda (p.104).

    Sobre esa conversacin se tejieron muchas leyendas, unasaferradas a datos fieles, otras a retazos de informaciones y al-gunas a puras especulaciones interesadas y hasta fantaseo. Yello porque lo que se conversa entre presidentes nunca aflora ensu totalidad: hay una especie de pacto, no importa la latituddonde se escenifique, que se establece y se respecta, y no es

    hasta bien pasado el tiempo que se conoce, no en su totalidad,el silencio se queda siempre con una buena parte de lo tratado,y despus a las tumbas. En este caso, la excepcin no se cum-ple, sigue el rumbo de lo establecido. Sin embargo, Juan Bosch,dentro de lo que pudo decir, dej en claro algunos asuntos deesas conversaciones que consignan el texto transcripto.

    Y en ese texto hay una clave que entrevemos ahora leyndo-lo; una inocultable actitud de desconfianza. Un hombre queimpone investidura, que exige respecto, que no mendiga, quetrata al otro como su igual, sin importar la jerarqua de lospases en juego. El presidente Kennedy entendi, prontamen-te, que al presidente Bosch no se le poda someter, no importa-

    ra el mtodo a que se acudiera. Lo establece, con meridiana luz,

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    el silencio sobre el asunto cubano. Esa conversacin puso dis-

    tancia entre ambos. Y, sin caer en la especulacin, constituyeuna de las races primeras del golpe de Estado de 1963.Cabe, sin embargo, esta precisin que viene a matizar las

    reflexiones arriba sealadas: en una entrevista que concedieraJuan Bosch a Lloyd Cutler2 en 1964, dice, a propsito deKennedy: Bueno, yo haba credo antes que el presidenteKennedy, por su discurso y su libroLos perfiles del valor, desdemi punto de vista soy un demcrata apasionado, pero comodominicano pongo los intereses del pueblo dominicano porencima de todo en la vida, pens que el presidente Kennedytendra la misma actitud como jefe de Estado que yo comolder poltico. En vez de ello, encontr a un hombre conscientedel hecho de que la gran potencia que son los Estados Unidos

    no tena que ser defendida contra los pases pequeos que laactitud que yo haba tenido en la Repblica Dominicana, comodominicano, el presidente Kennedy la sostena con respecto alos gobernantes rusos o chinos, que son tambin grandes po-tencias; pero l no tena esa actitud, la misma actitud, con rela-cin a la Repblica Dominicana. En el curso de una hora y 15

    minutos de conversacin, no dijo nada que no fuera en defensadel pueblo dominicano, o de la Repblica Dominicana, ya seadesde el punto de vista de la poltica nacional dominicana, odesde el punto de vista dominicano internacional, frente a lapoltica norteamericana. Se pas todo el tiempo que habl con-migo defendiendo a la Repblica Dominicana. Lo que quieredecir que pareca que el que estaba hablando no era l sino yo,y eso me impresion grandemente3.

    2 Lloyd Cutler (New York, 1917-2005). Abogado. Consejero de la Administra-ciones de Carter y Clinton.

    3 CUTLER, Lloyd, Entrevista a Juan Bosch, en BOSCH, Juan, Obras completas,T. XXXIX, Santo Domingo, Ediciones de la Comisin Permanente de Efe-

    mrides Patrias, 2012, pp.25-26.

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    JUANBOSCHXXII

    Dada esta precisin, entremos al cuerpo de estas dos entre-

    vistas: Qu contienen estos dos textos, esas dos conversacio-nes? En primera instancia, vemos en ellas a favor de la im-presin de Bosch sobre Kennedy advertencia, premonicin,incertidumbre. Estas conclusiones que se extraen de sus lec-turas sern ratificadas por incisos que matizan la temtica.Con estas puntadas de introito, entremos, al centro del tema.

    Las dos peticiones que formulara Bosch, a solicitud delpresidente Kennedy, especificadas en el fragmento de la en-trevista arriba citado, toman materia, se ensanchan cuandoleemos la transcripcin de la entrevista. En ella encontramosun cuerpo de ideas y asuntos que configuran y delimitan lohablado, en extenso, muchos aos despus.

    Observamos que dentro del marco de esa conversacin, se

    habl con claridad, sin titubeo. El presidente Bosch delimitsu gobierno, sintetizado en estas palabras: defensa de patri-monio nacional y su puesta al servicio de los hombres y lasmujeres dominicanos, sus legtimos propietarios. Entre losasuntos que fundamentaban este principio administrativosubrayamos estos aspectos: 1) La industria azucarera y los bie-

    nes de la dictadura de Trujillo. La mayor actividad econmicadel pas se encontraba en la industria azucarera, de ella de-penda la produccin de divisas y la creacin de empleos. ElDr. Bosch indic que los ingenios azucareros seran puestosen manos de los trabajadores y seran administrados mediantecooperativas. l expres preocupacin por la situacin azuca-

    rera y el declive gradual en los precios preferenciales del mer-cado de los Estados Unidos. l coment que la pregunta apro-piada bsica estaba complicada por factores tales como el altocosto de la produccin azucarera dominicana, la competenciamundial, la corrupcin domstica y la firme conviccin delpueblo dominicano de que las propiedades no deban retornar

    a manos privadas. Aadi que cada empresa deba considerarse

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    con sus propios mritos. Indic que alguna tierra de Trujillo

    sera administrada por la Corporacin de Desarrollo, algunasera dedicada al programa de la reforma agraria y otra queda-ra en manos del Ministerio de Recuperacin de Bienes. lexplic que las medidas a ser tomadas seran eclcticas. Lafilosofa orientadora sera la de que si bien estas propiedadesno deben estar en manos del Gobierno, ellas tampoco puedenestar en manos privadas, en consecuencia, ellas seran maneja-das en una forma que es similar a la empresa privada sin sercompletamente de propiedad privada (pp.161-162).

    El siguiente tpico gir en torno a la administracin delEstado. El pas, por su escaso desarrollo, careca de una es-tructura administrativa mnimamente eficiente con la que sepudiese enfrentar los retos exigidos por la inaugurada demo-

    cracia. Saba, avalaba su experiencia cubana, que el Estado serige por protocolo, y ese protocolo haba que levantarlo sobrebases firmes. Todava el gobierno se desempeaba con reglasadministrativas que procedan, principalmente, del rgimentrujillista; agrguese la ausencia de un personal tcnico capazproducto de la naturaleza misma del rgimen dictatorial. Esa

    situacin se describe en esta conversacin, as como la necesi-dad de revertirla. En suma, el pas requera de un personaldominicano capacitado. La tarea general a emprender lo exi-ga de manera urgente.

    El mismo fragmento ofrece un dato determinante del gol-pe de Estado de 1963: la inestable situacin haitiana. La ines-

    tabilidad poltica y social resulta condicin inherente del pue-blo haitiano. Y ese comportamiento histrico lo asumaplenamente un hombre: Franois Duvalier, un dictador sinfrenos. El sealamiento de Bosch en la conversacin slo huboque esperar, y no mucho tiempo, para que pasara a ser hechopuro. Bosch indic que la tarea ms delicada y urgente para su

    administracin sera reducir y nombrar nuevos lderes para ella.

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    Ms adelante se lee: l seal que quiere reducir el nmero de

    hombres en las Fuerzas Armadas e incrementar su eficiencia.En este contexto, l se refiri brevemente a la muy mala situa-cin en Hait y a la disposicin del presidente Duvalier de des-truir todo en vez de actuar racionalmente (p.163).

    Luego, adviene un tramado de temas: Fidel Castro, la Re-volucin cubana, la zona del Caribe, asuntos que convergenen un punto: el enfrentamiento entre el comunismo y la de-mocracia representativa. Aqu se funda el presente y se pro-yecta el futuro. El presidente Bosch se muestra tal como piensa:cree en el sistema democrtico, de la regin y del mundo.Asume esa ideologa de manera directa y sincera. Es el aliado,y consejero a la vez. Conoce del pas aludido, all vivi, fuesecretario del presidente Pro Socarrs, escribi Cuba, la isla

    fascinante (1955). Cree y vive en el sistema democrtico, alque est dispuesto a defender, de modo que puso sus conoci-mientos y experiencias a favor de la defensa del mismo. Lanaturalidad y sinceridad saltan de estas lneas, subrayan elcompromiso. Es un presidente integralmente del sistema. Estaes la evidencia: El Dr. Bosch luego se refiri a la cuestin de

    Cuba. l indic que el problema no puede ser discutido condemasiada frecuencia, en vista de que el pueblo dominicanoestaba temeroso de verse envuelto en alguna crisis violenta.Precisamente si nosotros no podemos hablar mucho, noso-tros podemos y debemos actuar, l dijo. Aadi que el hechode que Castro haba estado gobernando por cuatro aos y

    podra mantenerse por otros dos, tres o cuatro aos puedesolamente servir como un estmulo para otros lderes castristasen pases como Chile, Ecuador o Brasil, quienes pensarn quesi Castro ha podido permanecer en el poder durante cuatroaos desde una posicin a slo 90 millas de los Estados Uni-dos, ellos deben poder mantenerse en el poder por 20 aos en

    vista de que estaran, miles de millas ms lejos. l continu

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    y dijo que, por supuesto, los Estados Unidos a solas no deben

    liberarse de Castro mediante la fuerza militar pero puedenparticipar junto a otros pases del Hemisferio y con lderescubanos democrticos dentro y fuera de Cuba en la formula-cin de un plan general. l expres la opinin de que un plangeneral puede ayudar a los grupos de oposicin en Cuba alograr sus objetivos. l dijo que el gobierno dominicano esta-ba preparado y dispuesto a trabajar con el nuevo designadocoordinador de Asuntos Cubanos, y con lderes tales como elpresidente Betancourt y el gobernador Muoz Marn en laelaboracin del plan (pp.167-168).

    El compromiso procede de su ms genuina conviccin deque la democracia representativa significa el mejor modelo parala vida de los pueblos, y traza la direccin que estima ms co-

    rrecta para enfrentar al nuevo rgimen de Cuba y, con l, a laideologa comunista, extraa al mbito caribeo, y al que po-da arropar, as como a otros espacios de la zona.El Presidentedijo, se lee en la transcripcin de la entrevista, que la impor-tancia de los grupos locales en Cuba debe considerarse bsica.El Dr. Bosch estuvo de acuerdo y coment de esta manera:

    Uno de los primeros objetivos del plan general puede ser labsqueda de un grupo de gente en Cuba cuya filosofa e ideo-loga merezca nuestro apoyo. Este grupo puede ser hallado dentrodel aparato gubernamental. Puede ser el grupo del 26 de Julioo alguna otra faccin anti-comunista. Una vez que la ideologacorrecta fuese encontrada, sera necesario conseguir los hom-

    bres y lderes para trabajar por su victoria. Ms tarde, debentrazarse soluciones polticas y militares de forma que todos esoselementos puedan trabajar juntos hacia un objetivo comn. Elmismo Castro ahora reconoce que la Cuba post-bloqueo es di-ferente de la Cuba de hace cuatro meses. l reconoci esto con-cretamente liberando los prisioneros. Los pases del Hemisferio

    deben tomar provecho de la nueva situacin (p.168).

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    mayor relieve es, precisamente, el hostigamiento constante

    de esas fuerzas a las que denomina extremistas de la clasemedia.Con el tiempo, Bosch disminuir, de forma vehe-mente, la participacin de esas fuerzas internas en el derroca-miento de su gobierno. Desde luego, a esta edad del tiempo,y con estas informaciones, aceptamos que actuaron solas.Explicitada encontramos esta creencia en el texto siguiente:El presidente Bosch inici la reunin urgiendo fuertementeal Vicepresidente para que los Estados Unidos se refrenen enel estmulo a elementos conservadores dominicanos en losEstados Unidos. Ellos estn opuestos a su gobierno y puedenbuscar apoyo de los Estados Unidos. Estos elementos estntanto en la Repblica Dominicana como en el exterior. ElPresidente indic que su mayor fuente de preocupacin polti-

    ca interna era un grupo que l describi como extremistas dela clase media. Estos fanticos estn dispuestos a volar indus-trias y a crear disturbios y desrdenes. Las masas que apoyan elnuevo gobierno son muy ingenuas, estn desarmadas y carecende confianza en s mismas (pp.171-172).

    Y en el siguiente fragmento se seala a alguien y se em-

    plea directamente la expresin: golpe de Estado. De modoque la participacin directa y efectiva de las fuerzas opositorasinternas era una realidad inexcusable, ms an, la misma cau-sa que Bosch defiende a capa y espada como determinante delderrocamiento de su administracin: derrocar el gobierno deDuvalier utilizando el territorio dominicano, pudo encontrar

    apoyo en esa oposicin interna a su gobierno. Esas informacio-nes contenidas en esa entrevista, de algn modo pudieron sertomadas para el diseo de la invasin a Hait. Esto es, sirvieronde apoyo, directa o indirectamente para viabilizar esa accinemprendida por la administracin Kennedy. Enfatizamos que,a pesar de la identificacin de esa causa mayor, hubo tambin

    fuerzas nacionales opositoras que tenazmente persiguieron ese

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    objetivo: poner fin a un gobierno legtimamente elegido. He

    aqu lo dicho: El Vicepresidente pregunt a Bosch si el ge-neral Imbert representaba algn peligro para su gobierno. Elpresidente Bosch respondi que l estaba preocupado acerca dela posibilidad de que extremistas iniciaran ciertos incidentesque podran ser usados como una excusa de parte del generalImbert para dar un golpe de Estado. Sin embargo, l manio-brara de tal forma que evitara o retardara un enfrentamientocon Imbert tanto como fuera posible (p.172).

    En la conversacin Bosch-Johnson, la reflexin conducen-te de este trabajo cobra mayor veracidad. La oposicin saltaraal escenario a la primera accin que fuera en la direccin desus planes y, en tal sentido, operara en dos vertientes: una,los opositores al gobierno de Bosch encontraran en la accin

    norteamericana un punto de apoyo y los norteamericanos, asu vez, se serviran de esos opositores para derrocar el gobier-no, como se observa en estas palabras:El presidente Boschindic que el nmero de extremistas de izquierda era en rea-lidad pequeo pero que ellos eran extremadamente agresivos.Con relacin a la derecha, l senta que estaba lista para apro-

    vechar la primera excusa posible para montar un golpe deEstado (p.175).

    La causa verdadera del golpe de Estado

    Bosch siempre estuvo convencido, hasta la intervencin mili-tar norteamericana el 28 de abril de 1965, de que los autores

    del golpe de Estado que puso fin a su gobierno el 25 de sep-tiembre de 1963 era obra de dominicanos. Su convencimien-to era tal que escoge a Puerto Rico, donde su viejo amigoLuis Muoz Marn era gobernador, como tierra de asilo. Elgolpe contra la joven democracia dominicana, escribe desdePuerto Rico a Sacha Volman el 24 de noviembre de 1964,

    fue un fracaso tan grande en todo sentido posible, que tanto

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    sus autores morales como sus organizadores fsicos hoy da

    niegan toda responsabilidad por ese golpe, al decir que fui yomismo quien provoc ese golpe, que yo quera ser un mrtirde la democracia y que estoy buscando gloria a travs delmartirio. Ese es un esfuerzo vano, porque todos los dominica-nos y muchos extranjeros tambin, saben que desde ViriatoFiallo a Donald Reid Cabral, desde el padre Robles Toledanoal coronel Elas Wessin y Wessin, estos organizadores del gol-pe comenzaron a conspirar inmediatamente despus de laselecciones de diciembre de 1962, y que el objetivo de la cons-piracin era derrocar al gobierno que fue elegido librementepor el pueblo dominicano. A estos esfuerzos por oscurecer laverdad, el Sr. Nehemkis agrega una salsa de tragedia griegamal cocinada, y parece ser que yo soy el protagonista de esta

    tragedia domnico-griega. Si el seor Nehemkis estudiara cien-cias polticas y sociales, aprendera que es un juicio infantilatribuir a una persona, y slo a esa persona, todo lo bueno y lomalo que suceda en un pas4.

    Sin embargo, si leemos entre lneas las entrevistas de Boschcon Kennedy y Johnson, presidente y vicepresidente de Esta-

    dos Unidos cuando el notable poltico y escritor dominicanofue electo Presidente de la Repblica, podemos colegir, comovimos antes, que el origen del golpe de Estado de septiembrede 1963 en Santo Domingo tiene sus orgenes en estos dosencuentros.

    As pues cuando el periodista Jos Labourt, en 1988, le

    pregunt sobre los golpistas dominicanos expres: Esa gen-te no tuvo que ver nada con el derrocamiento del Gobierno.Eso fue una decisin de la misin militar norteamericana, ylos jefes militares dominicanos que obedecan cualquier cosa

    4 BOSCH, Juan, Carta a Sacha Volman, en Obras completas, T. XXXIX, op. cit.,

    p.513.

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    que les planteara un militar norteamericano dieron el golpe

    por esa razn. No fueron, como se cree aqu, la Unin Cvicao aquella gente que Ellos, naturalmente, se pusieron muycontentos cuando el gobierno fue derrocado, pero ellos notuvieron nada que ver con el golpe (p.229).

    Y a Edmundo Contreras Jurez le explica: El gobiernode Kennedy organiz aqu, en mi pas, siendo yo presidentede la Repblica e ignorndolo yo, campamentos militareshaitianos para tumbar el gobierno de Duvalier, para enviarlosa atacar el territorio haitiano. Esos campamentos militareshaitianos fueron instalados trayendo a los hombres, las armasy el dinero por aire, desde la Base Romey de Puerto Rico.Cuando yo me di cuenta que eso estaba pasando, ped al mi-nistro de Relaciones Exteriores, el Dr. Hctor Garca-Godoy,

    quien despus en el ao 65, pas a ser presidente provisional,que solicitara de la OEAuna investigacin para saber de dn-de estaban saliendo esos haitianos para atacar el territorio desu pas. Y cuando la misin militar se vio descubierta, porquese enter, a travs de la OEA, que yo haba pedido la investi-gacin, inmediatamente determin dar el golpe que acab

    con el gobierno que yo presida, y eso se hizo con la aproba-cin del presidente Kennedy (p.50).

    Es aos despus del derrocamiento que Bosch comprende,por deduccin poltica, que las fuerzas internas operaron obe-deciendo rdenes de la Embajada americana. La razn, la de-nuncia ante la OEAde la existencia de guerrillas haitianas en

    territorio dominicano promovida por los Estados Unidos paraderrocar a Duvalier: Yo he dicho, creo que unas once milseiscientas quince veces, que el Gobierno que yo presid fuederrocado por la misin militar norteamericana!... Aqu si-guen diciendo que me tumb la Unin Cvica!... El Gobier-no fue derrocado por los norteamericanos El da 24 de sep-

    tiembre, leyendo El Caribe, yo vi que haba llegado desde

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    Dajabn al aeropuerto de la Capital, muy bien vestido y ele-

    gante, el general Len Cantave, que estaba entrando con fuer-zas guerrilleras en Hait, y que dos das antes haba atacadoJuana Mndez Y a m me estaba diciendo el embajadoramericano que estos guerrilleros venan de Venezuela!... Este,Cantave, no vena de Venezuela Por eso llam al ministrode las Fuerzas Armadas, Vias Romn, y al ministro de Rela-

    ciones Exteriores, Garca Godoy Le ped a este ltimo quepidiera a la OEAvenir a investigar de dnde venan los guerri-lleros que estaban atacando Hait (p.292).

    El golpe de Estado de 1963 y la transformacinideolgica de Juan Bosch

    El golpe me pareci a m algo natural, le explica a Jos

    Rafael Sosa, especialmente porque aunque tena mis sospe-chas de que en l hubo algo extrao, algo que no era slo loque se vea, tard aos en disponer de la informacin queme haca falta para saber que detrs de los sucesos del 25 deseptiembre estaba el poder de Estados Unidos. Lo que mellev a m a pensar que la democracia representativa no era

    el camino para resolver los problemas de un pas como laRepblica Dominicana fue la intervencin militar de 1965.Esa intervencin aplast el movimiento revolucionario del24 de abril de ese ao, que se haba hecho para reponer laConstitucin de 1963, y yo, que an despus del golpe se-gua creyendo en la tal democracia y en el liderazgo demo-

    crtico de Estados Unidos, no poda esperar que el gobiernode ese pas hiciera lo que hizo al invadirnos. Fue a partir deese momento cuando empec a estudiar a fondo la historianorteamericana y aos despus estudi a Marx y Engels. Loque soy ahora es un producto no del golpe de Estado de 1963,sino de la intervencin militar del 28 de abril de 1965

    (pp.111-112).

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    JUANBOSCHXXXII

    A Ramn Colombo le precisa que fue en 1969 cuando, al

    leer a Marx y Engels, su manera de ver al mundo cambiradicalmente: Cuando yo empec a conocer a Marx y a Engelsyo ya tena una tendencia a ver las cosas desde su ngulomaterialista, y a ver los problemas polticos y sociales desde elpunto de vista clasista... Pero yo de eso no saba una palabraEntonces, al leer a Marx y a Engels encontr que ellos clasifica-ban mi concepto de las cosas; conceptos que yo tena de maneraintuitiva Empec a leerlos en el 1969, en Pars... Desde en-tonces adopt el materialismo histrico como mtodo de anli-sis de cualquier problema No es un perodo corto, y no arrancaen el 69 A m en la escuela me ensearon la lgica aristotlica,que es el origen de la dialctica Tena una tendencia a pensarlgicamente, dialcticamente, pero me faltaba el mtodo

    Todos los fenmenos los analizo desde el punto de vista mate-rialista (pp.359-360).

    Entre dos mundos: la literatura y la poltica

    La mayora de las entrevistas que integran este tomo XXXVIIIde lasObras completasde Juan Bosch se centra en la poltica.

    Esa temtica cubre el tiempo comprendido desde el golpe deEstado de 1963 hasta el fraude del que fue objeto en las elec-ciones de 1990. Constituye, entre otros asuntos, una suertede historia contempornea diseminada en peridicos domini-canos. Ahora, en el discurrir de las conversaciones, como erade esperarse dada su estatura de escritor asentado ya en la

    tradicin viva, a quien las diversas promociones de hombres ymujeres lee con asiduidad, tena que dejar rastros de ese rostrosuyo. Y as, aqu y all, van apareciendo informaciones sobresus libros de ficcin y de cmo los escribi. Por ello, en estaparte de este trabajo, nos detenemos a comentar esas observa-ciones literarias que ayudan, no slo a comprender mejor su

    obra, sino al hombre que la cre. Y fue enftico a propsito de

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    Trujillo y, entonces, a partir de ese momento, tuve que dedi-

    carme a preparar todo lo necesario para que el Partido Revo-lucionario Dominicano viniera al pas y despus hacerlo yo(p.423). Y, en otra entrevista aLa Noticia deja clara la dife-rencia entre una y otra actividad: La de escritor es una satis-faccin parcial, la de poltico no. Porque el escritor crea a basede palabras, es decir, de literatura. Pero el poltico crea a basede actos, a base de hechos. El escritor crea l solo, y el polticotiene que crear en colaboracin con el Pueblo. De maneraque la satisfaccin ms grande la he experimentado comopoltico, no como escritor (p.37).

    En nuestro trabajo introductorio al tomo XXXVIIde susObrascompletas, subrayamos esta actitud5. Nos remitimos a l, y ahoraenfatizamos, puesto que Bosch nos proporciona el asentimien-

    to a nuestra conclusin. Y es que esa confusin, muy extendi-da, persiste an: en muchas preguntas de estas entrevistas laadvertimos: nuestro autor no dej de escribir literatura por lapoltica, l siempre fue poltico, senta ms la poltica que lamisma escritura, l mismo se ha encargado de reafirmarlo: fueel drama del hombre de campo que vio, sinti y padeci que lo

    impuls a escribir cuentos sobre situaciones humanas donde

    5 En el tomo XXXVII de estas Obras completasuna de nuestras conclusiones fuela siguiente: La literatura, vital tarea primaria de su vida, propia de lasoledad absoluta, cedi al hombre preocupado por los otros, y que en esosotros encontr el apropiado escenario para ejercer el sentido de solidaridad, elque le vino desde que tuvo conciencia del mundo, de las cosas y del hombre.

    Estos textos, a flor de lnea, nos conducen a una conclusin, que creemos, noest distante de la verdad ltima: nuestro escritor no volva con muchasfrecuencias a sus libros de ficcin; los consideraba como un trabajo querespondi a un imperativo de vida en un momento especfico; hacer lo que setena que hacer, aunque sus creaciones literarias contienen una genuinaarticulacin con el drama social que las contextualizan y le dieron impulsos,ejemplo, la montonera (GARCA, Jos Enrique, Juan Bosch: una vida deintegridad creativa, en BOSCH, Juan, Obras completas, T. XXXVII, SantoDomingo, Ediciones de la Comisin Permanente de Efemrides Patrias,

    2012, p.XLIV).

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    los personajes, los escenarios, los conflictos provenan de esos

    pobres campesinos. Desarroll su carrera poltica paralela a laliteraria. Por otra parte, esa tendencia didctica que permeamuchos de sus cuentos, es, igualmente, esencia de su ensaysticay de su forma de hacer poltica prctica, la del contacto con lagente. Desde luego, que esa opcin, sin duda alguna, mermalas posibilidades expresivas de algunas piezas, pues al ser lacreacin imaginaria y el cuento cae dentro del rango de laexpresividad, un acto de pura ambigedad, donde reina conmajestuosidad la polifona, si es obra verdadera. La literaturaexpresa variados sentidos dentro de su especificidad.

    En Bosch, aparece bien explicitado ese sentido de exponersituaciones sociales dramticas. Desde luego, como decimosesto, tambin debemos subrayar que el creador que haba en

    l se rebelaba y se colocaba por encima de esas intencionesque provenan de s mismo, y creaba piezas de un equilibroformal y de una majestuosidad compositiva que an operancomo modelos del gnero, ejemplos: Guaraguaos, una pie-za fundadora, en Hispanoamrica, de la corriente narrativams prestigiosa del sigloXX: lo fantstico, Dos pesos de agua,

    La bella alma de don Damin, y tantos otros.En la entrevista que concediera a Federico Jvine

    Bermdez y Mateo Morrison a propsito de la vigencia desusApuntes sobre el arte de escribir cuentos, expres: Desde lue-go que s, porque la transformacin de la narrativa en estosltimos aos ha sido una transformacin que ha tocado al

    aspecto estilo, a la manera de decir las cosas, no a la forma enque esas cosas se estructuran desde el punto de vista de latcnica del cuento; es decir, esos apuntes, que desdichada-mente desde el punto de vista del inters que hay por el cuen-to en este pas es lo ms amplio que hay (porque sobre elcuento se ha escrito muy poca cosa en cualquier lengua), si-

    guen siendo tiles, y yo le recomendara a cualquier aspirante

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    JUANBOSCHXXXVI

    a cuentista que no dejara de leerlos. Si yo los hubiera ledo

    cuando empezaba a escribir cuentos, si hubiera ledo esosapuntes escritos por otro que no por m, seguramente ha-bra ganado muchos aos en el conocimiento de la tcnicadel cuento (pp.61-62).

    Ha pasado por debajo del ro un buen puo de aos desdeque Bosch dict aquel curso en la Universidad Central deCaracas. Del material que sustent dicho curso, que luego loorganiza en sus conocidosApuntes sobre el arte de escribir cuentos,no obstante al paso del tiempo, la mayor parte de lo que plan-tea como norma o sugerencia an mantiene vigencia.

    El cuento, que tiene su origen en la ms pura oralidad, sefue asentando como gnero narrativo en el mundo y cada vezalcanz espacio dentro de la literatura general. En el mundo

    hispnico anduvo, en el siglo pasado, parejo a la novela. No-velistas, generalmente, son a la vez cuentistas. Pero tambinel cuento, como la poesa, se desentiende de estructuras pri-meras y procuran nuevas formas, nuevos procedimientos ynuevos recursos retricos. No obstante, losApuntescontinancon plena vigencia porque se centran en lo esencial del gne-

    ro: la estructura. La estructura que conduce a una composi-cin cerrada, cclica, en la que prevalecen los elementos cons-titutivos que se inician con el ttulo, pasan por el inicio, correnpor un nudo o conflicto y desemboca en un desenlace. Es-tructura, centrada en unos cuantos personajes, cercana a ladel poema lrico. Trazan los dos gneros una imagen dramti-

    ca que se inicia con la primera lnea y cierra con la ltima. Enla primera se insina el final y en la ltima se evoca el inicio.Eso es el cuento, delimitado, estrictamente.

    Hoy mismo, ahora que escribimos estas lneas, nos pre-guntamos en qu han envejecido losApuntes... En estos as-pectos, en lo que asienta la flexibilidad que ha experimentado

    el gnero en los ltimos tiempos, respondiendo a actitud de

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    libertad expresiva que abraza a todas las manifestaciones ar-

    tsticas, nos referimos al tiempo, al espacio y al desenlace.El tiempo del cuento deba corresponder a un tiempo l-gico, mientras que el tiempo narrado responde, exactamente,a una cronologa que fluyera paralela a la real. Y acontece queel argumento o trama que cubre un siglo puede ser desarro-llado en un minuto, y lo contrario, abarcar un suceso de unminuto en un siglo. Lo verosmil lo impone la forma de lonarrado, no el tiempo. Similar comportamiento tambin ope-ra con el espacio. Un cuento cabe en una habitacin, en elcerebro de un personaje o puede abarcar la inmensidad deldesierto o cubrir un continente como Europa, de modo queel espacio exterior no es lo determinarte, sino el espacio quecrea el cuentista, el ficcional. Otro de los elementos que ca-

    racteriz el cuento desde sus principios, y que a finales delsiglo XXsufri ciertas flexibilidades fue el desenlace. Lo im-perativo consista en la sorpresa, en lo inesperado, ya ese re-quisito, aunque aparezca, no es condicin indispensable. Eseelemento puede que est o no, o que se diluya en todo elcuerpo del cuento. Despus de estos tres elementos constitu-

    tivos, los otros se mantienen: ttulo, estructura cclica, econo-ma de personajes, concisin en cada palmo, y algo que no estan visible ni tan tocable: el cuento se estructura a partir definal, luego se escribe. Difcilmente se escriba un cuento si nose sabe hacia dnde va. As, pues, losApuntesde Boschtienen plena vigencia y ejercern influencia en las distintas

    promociones de escritores que vendrn, necesariamente, por-que predican lo esencial del gnero.Lo enseado en aquel legendario cursillo no provena de

    documentos, pues, precisamente, de lo que se careca era deteoras sobre la forma de escribir cuentos. En la lectura de cuen-tos encontr los gestos estructurales, sobre todo en los cuentis-

    tas rusos, vena de una prctica que se inici muy temprano en

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    la ciudad de La Vega. Con aquellos cuentecillos sobre anima-

    les que l organiza en un librito, empezaron esosApuntes...Son el resultado de una prctica. Y esa prctica le confiri unaautoridad en la materia y, ms que todo, una personalidadliteraria: Ese sentimiento mo, de carcter social, no perso-nal, se refleja en mi literatura. En cambio, en Horacio Quirogalos cuentos son de personas, no de situaciones sociales espec-ficas. Esa es la diferencia (p.224).

    Esta posicin, personal y rotunda, le viene de la concienciaque adquiri del gnero mediante su cultivo, igualmente deldrama social que lo marca desde la infancia. Observemos quenuestro narrador establece diferencia con su ms ilustre ante-cedente: Horacio Quiroga. Diferencia que avala la produc-cin de ambos. Cierto, Bosch busca con sus cuentos un sm-

    bolo, un acto creativo que envuelva una realidad amplia, porello ve en El Indio Manuel Sicuri concretizada esa concep-cin: dar la imagen de todo un pueblo a travs de una pieza.En cuanto a la obra preferida ma, como cuento, la que msme gusta es El indio Manuel Sicuri, a pesar de que s quehay otros cuentos tcnicamente mejor hechos, por ejemplo:

    La Nochebuena de Encarnacin Mendoza. Pero El indioManuel Sicuri tiene para m un valor especial, muy ntimo.Yo me haba propuesto escribir un cuento en el cual quedaraexpresado todo un pueblo a travs de un hombre, y resultaque en El indio Manuel Sicuri, me parece a m que logr darel carcter del indio del altiplano boliviano y adems el alti-

    plano mismo, es decir, esa alta pampa de los Andes, que es unpaisaje impresionante, su sencillez, la escasez de lneas de esepaisaje me permiti darlo en pocas palabras (p.62).

    Es la bsqueda del smbolo que tambin ocurre en Los Amos,la imagen de la explotacin campesina por el terrateniente, y enLa Nochebuena de Encarnacin Mendoza, que asume la ima-

    gen del hombre que se consume en los ingenios azucareros.

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    OBRASCOMPLETAS XXXIX

    En el siguiente texto, extrado de una de estas entrevistas,

    nuestro autor fija su posicin sobre la literatura, deslinda conharta propiedad la funcin de la literatura y de la poltica,cohabitando las dos actividades en la misma persona, como essu caso. La obra de ficcin, sea poesa, cuento, novela, drama,es un hecho en s mismo. Una realidad imaginaria que proce-de de la imaginacin y del lenguaje. Obra que no explicanada, y lo explica todo. No explica nada porque no es unaobra didctica en la que predomina lo discursivo, sino unaentidad que se fundamenta en la ambigedad, y en esa ambi-gedad descansa su expresividad, y por esa misma naturalezaes que lo explica todo partiendo de su especificicad. Y esto loasume muy bien Bosch en la prctica e, igualmente, en laconciencia y en el mismo mbito terico, por ello pudo escri-

    bir cuentos ejemplares. Al expresar este concepto: El autorde novela, de poesa, de cuentos, no tiene que decirle al Pue-blo lo que el Pueblo tiene que hacer, esa no es su tarea; esotienen que decrselo al Pueblo los polticos, los lderes, lospensadores sociales (p.65), asume la esencia de la literatura.La funcin del escritor como la del pintor, la del escultor, la

    del msico y de todos aquellos que trabajan en procura deobras de artes es, precisamente, crear esas nuevas realidadespartiendo de la realidad concreta, pues ella, la realidad con-creta que envuelve al hombre y a la mujer, sus integrantesms caros, requiere del arte, de la realidad imaginaria para sucompensacin. De modo, pues, que el arte es un hecho en s,

    y partiendo de esa naturaleza es todo lo que vemos y asumi-mos de l. Y el autor deLa Maosa,que viva dentro de larealidad ms cruda y radical en cuanto a ver y sentir las necesi-dades ms extrema de la persona, no confundi esa realidad, yello, en una persona de su talante, que educaba con cada actosuyo, constituy una garanta para el deslinde en todo el mbi-

    to hispanoamericano.

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    Conciencia de una actividad y de otra, la de creacin de

    obras imaginarias, y el obrar con las realidades concretas, lassociales, las polticas, las econmicas, y con las personas pro-curando alcanzar un poder desde el que ponga en funcin unproyecto de vida colectivo. Y ellas, las dos, convivieron cadauna en su justo lugar.

    Juan Bosch public Camino realen 1933. En ese libro apa-rece uno de sus cuentos ms ledo y estudiado: La mujer. Sehizo cuentista por s mismo, leyendo y escribiendo; terico,escribiendo y pensando; y maestro del gnero. Pero ese ma-gisterio lo ejerci, fundamentalmente, fuera del pas, princi-palmente en Cuba, Puerto Rico y Venezuela. l mismo reco-noce que en Santo Domingo influy de manera directa enRamn Marrero Aristy, autor de la coleccin de cuentos Balsi,

    la novela Over, y en Puerto Rico en Jos Luis Gonzlez. Laliteratura dominicana del siglo XXno tuvo la suerte de contarcon dos de sus ms preclaros, amplios y profundos hombresde letras: Pedro Henrquez Urea y Juan Bosch. La influen-cia directa de Bosch es bien escasa, apenas unos impulsos enel recuerdo de algunos. La censura trujillista impidi que ese

    poder expresivo se expandiera en Repblica Dominicana.Cuando regresa, y se comienza a leer sus obras, y a conocersesus Apuntessobre el arte de escribir cuentos, ya Bosch no ejerca laliteratura. Era poltico a tiempo completo. Las influencias lle-garon de otros: Borges, Onetti, Cortzar, Rulfo, Carpentier,reconocidos escritores latinoamericanos. Durante los aos de su

    apogeo como escritor de ficcin, como hemos dicho, Bosch estaprohibido en Repblica Dominicana. Sus aos de influenciatuvieron eco en otras latitudes. Sin embargo, su obra pudoburlar la vigilancia de la dictadura y un cuento suyo, El So-cio, fue premiado. En boca de Bosch esta historia se oye me-jor: A un puertorriqueo que iba a pasar por San Pedro de

    Macors le ped que depositara en un buzn una carta dirigida

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    a la Casa de Espaa. En el sobre iba mi cuento El Socio, para

    participar en el concurso de los Juegos Florales Hispanoameri-canos. El nombre del autor iba en un sobre lacrado, aparteCuando el locutor abri el sobre pequeo para dar a conocer elnombre del ganador el autor de El Socio, palideci. Fuedonde Emilio Rodrguez Demorizi, presidente del jurado yalto funcionario del Gobierno, y le cuchiche al odo. RodrguezDemorizi le dijo que dijera mi nombre por el micrfonoCuando el locutor dijo mi nombre, como ganador del concur-so, en la sala se produjo un largo aplauso (p.338).

    Ah encontramos una prueba de nuestras observaciones,aunque con aquellas restricciones, su cuento se impuso y seelev en la mente y los corazones de quienes estuvieron all,hasta de Ramn Emilio Jimnez, autor de El amor al boho y

    La patria en la cancin, representante de Trujillo que, cuenta laleyenda, no aplaudi, pero s sonri.

    Una mirada a un haz de entrevistas

    Como hemos reiterado en estas notas introductorias, este vo-lumen XXXVIIIdelasObras Completas de Bosch, lo conforma

    una serie de entrevistas. Y dentro de ellas, hay doce firma-das por el periodista Ramn E. Colombo. Dos que confor-man un todo, tituladas En la tertuliadeEl Nuevo Diario(22 y 23 de diciembre de 1981); dos en Hoy(8 y 9 de abril de1985), y, en ocho partes, Entrevista con Juan Bosch publi-cadas tambin en elNuevo Diariodel 19 al 26 en abril de

    1982 que ms tarde fueron reunidas en Bosch, la palabra y eleco (Santo Domingo, Ediciones de la Secretara de Estado deCultura, 2009).

    Estos textos forman un todo, un tejido resultado de la apli-cacin de diversos procedimientos estructurales: entrevistas,narracin, insercin de textos del autor, relatos de testigo de la

    infancia, ancdotas, que recuperan episodios de la vida primera

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    de nuestro autor, arrojando luces sobre momentos que confor-

    maron la morfologa del escritor y el carcter del poltico.En este trabajo, el lector encontrar pormenores de los pri-meros aos de vida. Se adentra el periodista en las intimida-des de la infancia y adolescencia, en lugares en que vivi yrecoge informaciones de mujeres y hombres, ya bien aventa-dos de aos, con su fontica y sintaxis particulares y llena sulibreta de datos no muy comunes que ayudan a afirmar laimagen del primer Presidente democrtico de Repblica deDominicana. Y para dar nuestra de la calidad de las informa-ciones que contienen estas entrevistas, reproducimos el si-guiente fragmento en el que encontramos un hombre de huesoy carne, que se fue de este mundo sin haber llegado a cumplirsu sueo: ser escultor. As ocurre con los hombres destinados

    por la naturaleza, lo que han tenido por lectura, sin prejuicio,a la Bibliadesde muy temprana edad, y ve en ella como senace y crece y se vuelve al mismo punto de partida y lo nicoque prevalece, tal vez, es aquello que se hace por los dems.Lejos de la vanidad, as los hombres mayores como es su caso.Profesor. Si a usted le hubiesen dado a escoger de cualquiera

    de estas cosas, con cul oficio se hubiese quedado?, preguntaColombo. Bosch, con toda simplicidad, responde: Con nin-guno, porque mi vocacin era la escultura; esa era mi vocacin,y no la pude realizar debido a que no haba dnde aprender esoen la Repblica Dominicana Me sent motivado hacia laescultura desde muy nio De nio haca caballitos, anima-

    les, casitas y muchas cosas. Pero yo saba que se era o deba sermi destino, porque eso era lo que yo quera ser. Yo lo sabaporque era mi vocacin ms autntica y espontnea; traje esavocacin definida hasta por razones genticas, como le pasa alpjaro carpintero, que viene a la vida dispuesto a hacer hoyosen las palmas, o el barrancol a hacer cuevas en las barran-

    cas Yo tena facilidad para escribir y facilidad para hablar,

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    desde nio. Pero no tena la vocacin de escritor, pues mi

    vocacin era la escultura. Lo que yo siento, cuando modelouna cabeza, por ejemplo, y empec a hacerlo en Benidorm,cuando tena 58 aos, es una plenitud absoluta de la vida,algo indescriptible; es como una sobrecarga de vida, de satis-faccin y de alegra; algo muy pagano, muy profundo y her-moso de manera que si yo hubiera tenido oportunidad deescoger, hubiera escogido la escultura, y sera el hombre msfeliz de la tierra (p.356-357).

    Lneas finales

    El hombre que en esas lneas se describe asume insatisfechodentro de una vida, la suya, caracterizada por realizaciones in-dividuales y colectivas, conduce a una nica palabra: integri-

    dad. En ella enmarcamos la trayectoria de este protagonista ycronista a la vez de su tiempo. As, cuando el lector termine deleer el material que contiene este libro, llegar, sin duda algu-na, a esta conclusin. Pero, adems, ese mismo lector arribar aotras conclusiones y, entre ellas, a sta: es la figura poltica do-minicana del siglo XXms honrada, condicin que fue someti-

    da a pruebas. Y tambin tiene que concluir que posea unaactitud permanente hacia hacer el bien que se mostraba en cadaaccin administrativa que tom durante su corta estada en elPalacio Nacional. Procur el poder con un nico propsito:contribuir al desarrollo del pas en el que le toc nacer y al quevio sufrir una frrea dictadura. Procur el poder para cumplir

    con una silente promesa que de seguro se hizo en su menteinfantil ante el drama desgarrador del campesino dominicano:la de trabajar para que algn da la vida fuese ms llevaderapara esos hombres y mujeres que no tenan defensores.

    Y el lector de estos textos concluir que el golpe de Estadode 1963 que derroc el gobierno que Juan Bosch presidi

    torci el rumbo de la historia dominicana. Y ahora, slo la

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    imaginacin puede configurar como sera hoy Repblica

    Dominicana, si ese gobierno hubiese cumplido el mandatopara el que fue elegido. El lector concluir con nosotros quesobre el cielo dominicano an palpita la madrugada del 25 deseptiembre de 1963.

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    BOSCHTRATAFRACASO GUERRILLAS*

    Miguel A. HERNNDEZ

    A CONTINUACINUNAVERSINMAGNETOFNICADELAPRE-SENTACINDELPROFESORJUANBOSCHENELPROGRAMACUARTOPODER, TELEVISADOAYERPORLOSCANALES2 Y9 DECOLORVISIN.EL PROGRAMA, DIRIGIDO POR EL PERIODISTAMIGUELA.HERNNDEZ, QUEDINTERRUMPIDOCUANDOBOSCHSEMOLES-TCONUNAPREGUNTAYSALIDELESTUDIODELATELEVISORA.ELTEXTOESELSIGUIENTE:

    Miguel A. Hernndez (MAH): Profesor Bosch, cuando Ud. dijorecientemente que el Partido Revolucionario Dominicano no apoyabala lucha guerrillera, pareci ms bien que adoptaba una posicin yavieja. En definitiva, elPRDno cree que puede llegarse al poder porla va de la guerrilla?

    Juan Bosch (JB): Bueno, en primer lugar, vamos a po-nernos claros en este tema. Yo no dije en ningn momentoque el partido no apoyaba la guerrilla del coronel Caamao;yo dije que el Partido no tena nada que ver con la guerrilladel coronel Caamao, que no saba una palabra de ella. Y,efectivamente, as qued claro al final cuando incluso las de-

    claraciones en que se nos pretendi involucrar, las del inge-niero Hamlet Hermann, quedaron invalidadas por declaracio-nes de l mismo diciendo que l haba hecho esas declaracionesbajo presin mientras se encontraba detenido en San Isidro.Pues nosotros no sabamos nada de la guerrilla del coronel

    *

    La Noticia, Santo Domingo, 18 de junio de 1973, pp.11-13 / p.15.

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    Caamao, pero si lo hubiramos sabido tampoco la hubira-

    mos apoyado; hubiramos discutido con el coronel Caamaoy tal vez no hubiramos podido convencerlo, pero hubira-mos mantenido nuestro punto de vista, como lo mantuvimosen el ao 1959, precisamente.

    Sobre eso de la guerrilla del coronel Caamao hay que ha-blar. No es la guerrilla del coronel Caamao la nica que hafracasado en Santo Domingo. Fracas tambin la del 14 de

    Junio, (que por cierto hoy haba una misa para los mrtiresdel 14 de Junio y lamento no haber podido ir porque meencontraba en una reunin del Partido de profesores). Fra-cas esa del ao 1963, del 14 de Junio, y fracas la que vinode Cuba en el ao 1959.

    Pero tambin han fracasado las guerrillas en Guatemala,

    han fracasado en Venezuela, fracasaron en Per, fracasaron lasdel Che Guevara, en Bolivia; solamente tuvieron xito lasguerrillas en Cuba. Pero en la Cuba de Fidel Castro, las gue-rrillas de Fidel Castro, para decirlo con ms propiedad por-que esa era la Cuba de Batista, haba condiciones histricasespeciales que, sin duda, le daban una proporcin alta de ga-

    ranta de triunfo a la guerrilla.Por lo pronto Cuba tena, cuando Fidel Castro subi a las

    montaas, tena noventa aos de lucha sin cesar. En Cubahaba comenzado la Guerra de Independencia en el ao 1868,y no haba terminado todava y no vino a terminar sino en elao 1959 cuando Fidel Castro entr con sus guerrilleros en

    La Habana. Es decir, que esa experiencia tan larga de vidapoltica guerrillera y de otro tipo, sobre todo de varios tipos,les permiti a los cubanos culminar en las guerrillas de FidelCastro, y la guerrilla de Fidel Castro, como ejemplo, se exten-di por toda Amrica, pero no ha tenido xito en Amrica.

    En la Repblica Dominicana, muy especialmente no pue-

    de tener xito, no por lo que preguntaba el Dr. Guarocuya

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    Batista del Villar hace poco en un artculo que le en no

    recuerdo cul peridico, si era de la tarde o de la maanapreguntaba si las leyes agrarias del Dr. Balaguer no habantenido que ver con el fracaso de las guerrillas del coronelCaamao. Pero resulta que en el ao 1963 no existan lasleyes agrarias del Dr. Balaguer. Y no existan las leyes agrarciasdel Dr. Balaguer en el 1959; no existan esas leyes agrariascuando se levant Desiderio Arias, en el gobierno de Trujillo,en el ao 1931 1932, ni existan en el ao 1930, cuando selevant Bencosme contra Trujillo tambin.

    Es decir, las guerrillas en Santo Domingo han comenzadoa fracasar a partir del ao 1916, a partir de la intervencinnorteamericana. Y se deben al hecho de que no hay un cam-pesinado polticamente capacitado en la Repblica Domini-

    cana para darle respaldo a las guerrillas. En Cuba, en la SierraMaestra, el lugar por donde Fidel inici sus actividades gue-rrilleras, haba una poblacin de cincuenta mil almas. Y enese lugar, precisamente en ese lugar, haca veinte aos que sevena manteniendo una lucha a vida o muerte entre los lati-fundistas y los campesinos; era la clebre lucha del Realengo

    18 contra los latifundistas de la Sierra Maestra. Y precisa-mente Fidel encontr ah gente entrenada en la lucha ya atiros, porque se peleaba a tiros entre las lomas de la SierraMaestra, entre los pinares de la Sierra Maestra, se peleaba atiros contra los latifundistas cuando Fidel Castro lleg all. Yall no encontr solamente batalladores entrenados, sino que

    encontr lderes hechos como Crescencio Prez, por ejemplo;adems de que Fidel Castro tena un movimiento urbano, unmovimiento urbano que ya haba dado demostraciones de sueficiencia cuando el 26 de julio de 1956 haba asaltado la forta-leza de la ciudad de Bayamo y la fortaleza de Santiago de Cuba.

    Y ese movimiento urbano, llamado 26 de Julio, pues se

    extendi por toda Cuba y estaba activo en toda Cuba, y a tal

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    grado luch ese movimiento en las ciudades que se calcula en

    unas veinte mil las vctimas entre asesinados, golpeados, heri-dos, presos, detenidos por la Polica durante los aos en quese mantuvo Fidel Castro en la Sierra Maestra.

    Nosotros fuimos siempre opuestos a la lucha guerrillera enla Repblica Dominicana. En el ao 1959 hubo en Caracasuna reunin en la cual participaron Jos Figueres, por partede Liberacin Nacional; Andrs Thauseint, por parte delAPRA, del Per; Rondn Lovera, por parte de Accin Demo-crtica; y nosotros por parte del Partido Revolucionario Do-minicano. Y ellos queran de todas maneras que nosotros par-ticipramos en la expedicin del 14 de Junio de 1959. Y yomantuve la tesis de que el PRDno apoyara esa expedicin,porque cualquier accin guerrillera en la Repblica Domini-

    cana estaba llamada al fracaso, al fracaso a corto plazo, desdeluego, porque nadie sabe a largo plazo cules son las conse-cuencias de un acto de esa naturaleza.

    Si en el ao 1963 el 14 de Junio me hubiera consultadopara irse a la montaa, me hubiera opuesto tambin. Y siCaamao me hubiera comunicado que iba a venir a una lucha

    guerrillera en la montaa, le hubiera dicho a Caamao tam-bin que me opona a eso.

    MAH: Entonces, profesor, qu condiciones necesitara elPRDpara poder apoyar un movimiento de guerrilla?

    JB: Es que nosotros no creemos en movimientos gue-rrilleros en la Repblica Dominicana. En la Repblica Do-

    minicana no hay ambiente social para una accin guerrilleraexitosa.MAH: de qu manera piensa elPRDllegar al poder, ya que

    descarta el golpe de Estado y dice que no concurrir a las elecciones?JB: Bien, la gente quisiera que uno le respondiera todas

    sus dudas. Hay alguna gente que tiene duda de buena fe y

    hay gente que tiene duda de mala fe. Yo no s cul es la

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    intencin del que pregunta eso, pero yo puedo decirle al que

    lo pregunte que nosotros hemos ido al poder por dos vasdiferentes, una de ellas fue las elecciones de 1962 y la otra fueel movimiento revolucionario del 24 de abril de 1965.

    MAH: El Partido Revolucionario Dominicano probablemen-te tendr una convencin el prximo ao, a principios, verdad?

    JB: S, en febrero.MAH: En esa convencin, si hay condiciones en el pas que

    ameriten que elPRDconcurra a un evento electoral, elPRD, o mejordicho esa convencin podra decidir tal cosa?

    JB: S, una convencin del PRDpuede decidir cualquiercosa, porque es una autoridad totalmente soberana, es un cuer-po soberano totalmente. Es decir, el nico momento en queen realidad en un partido como elPRDse expresa totalmente

    la soberana del pueblo inscrito o afiliado a ese partido, es enla convencin, no es ni siquiera cuando se rene el comitejecutivo, porque en la convencin estn representados todoslos miembros del Partido, a travs de sus delegados. De ma-nera que la convencin puede acordar ir a elecciones o puedeacordar no ir a elecciones; puede acordar que el partido se

    disuelva; puede acordar que salgamos todos volando hacia elcielo o navegando por el fondo de los mares. Es decir, lo queacuerde la convencin esa es la voluntad del Partido. La con-vencin puede hacerlo y no viola ninguna ley del Partido, noviola los estatutos del Partido; porque el Partido tiene un Actade Benidorm, que tiene ese nombre porque se levant como

    resultado de una conferencia que celebramos en Benidorm di-versos representantes del Partido, en la cual se estipula que elPartido no renuncia a las elecciones como va para llegar alpoder, que eso depende de las condiciones del momento.

    Ningn partido, ni siquiera el Partido Comunista de Lenin,que era un partido que se propona destruir completamente el

    orden social existente para establecer uno nuevo, ni siquiera ese

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    partido renunci a las elecciones, como no ha renunciado el

    Partido Comunista de Chile, y no ha renunciado el PartidoComunista en Uruguay, por ejemplo. Y no ha renunciado elPartido Comunista en Cuba, antes de Fidel Castro (el PartidoComunista particip en elecciones en Cuba antes de FidelCastro). As es que si una convencin acuerda que el partidovaya a elecciones, el partido tendr que ir a elecciones. Ahora,una cosa es que el partido decida ir a elecciones y otra cosa esque aqu sea posible ganar elecciones si hay elecciones. Yocreo que en las actuales circunstancias, en las de este momen-to, en la Repblica Dominicana, habr puede haber unafarsa electoral, pero no unas elecciones.

    MAH: Profesor, a propsito, qu opinin le merece a Ud. elhecho de que un partido como el Reformista pueda haber levantado

    fondos para comprar dos helicpteros para la campaa electoral quecuestan quinientos mil pesos? Ud. cree que esta es una de las razonesque pone a las dems organizaciones polticas en desventaja, o es mues-tra de la forma en que el gobierno est tratando de dirigir los asuntos

    para permanecer, el presidente Balaguer, en la Presidencia?JB: Desde luego, el plan del Dr. Balaguer es quedarse

    en el poder mientras tenga vida. Y ese plan no es de ahora:ese plan es viejo, ese plan comenz a ponerse en prctica desdeel ao 1966, cuando al elaborarse la nueva Constitucin seelimin el artculo que prohiba la reeleccin. Desde luego, yotambin pienso que es una tontera que el Dr. Balaguer creaque este es el pueblo de 1930, por una parte. Por otra parte,

    que l crea que l es Trujillo, que l tiene la capacidad deTrujillo para mantenerse en el poder. A base de corrupcin,el Dr. Balaguer puede conseguir mucho apoyo en muchagente que se vende como se puede vender cualquier cosaque se venda o que se compra, como cualquier mercanca. Ya base de corrupcin se pueden hacer tambin esos gastos

    cuantiosos de comprar helicpteros para fines electorales.

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    Ese es un acto de corrupcin, porque ese dinero es el dinero

    que se les saca de sus salarios, de sus pobres salarios, a lostrabajadores pblicos, a los empleados pblicos. Y no hayderecho a utilizar ese dinero que deber en alguna formarevertirse en beneficio de los trabajadores del Estado. No hayderecho a emplearlos en dos helicpteros para fines de campa-a electoral.

    Por ejemplo, con ese dinero debi haberse hecho algo realpara establecer la carrera administrativa en este pas, de ma-nera que el empleado pblico se sienta seguro, sepa que entraa trabajar en el Estado, o a trabajar al servicio del Estado, y alestar trabajando al servicio del Estado mientras cumpla co-rrectamente con su deber toda la vida, y luego ser retiradorecibiendo una pensin que le permita seguir viviendo en su

    vejez; pero pudo haberse hecho un estudio con ese dinero ypudieron haberse hecho muchas cosas, menos comprar doshelicpteros para fines exclusivamente electorales.

    MAH: Tambin se ha dicho que ese dinero ha sido en partecolectado entre empresarios que han recibido favores del actual gobierno,

    por lo menos yo conozco un par de personas que hicieron aportes conside-

    rables para la compra de los helicpteros que en principio se dijo que eranpara sustituir dos que se cayeron en la lucha antiguerrillera en Ocoa.

    JB: S, pero no se le dio la noticia al pas de la cada deesos dos helicpteros que de todos modos tambin es co-rrupcin solicitarles dinero a empresas favorecidas por el Es-tado para mantenerse en el poder.

    MAH: Qu opinin tiene Ud., profesor, de este escndalo quehay ahora en la Aduana de la capital, que despus del ascenso delSr. Carlos Sliman fueron sustituidos cuatro importantes funciona-rios; se ha restringido la prctica de importaciones generalizadas pero

    sin pagar impuestos, y ahora hay serias amenazas de muerte contra eldirector de ese departamento, que por cierto fue miembro de su gobierno

    en el 1963?

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    JB: Bien, tenemos que alegrarnos de que aparezca en

    las filas del gobierno alguien dispuesto a imponer la rectituden donde abunda la corrupcin. Porque lo cierto es que en elgobierno hay corrupcin de orilla a orilla, y la presencia de unhombre dispuesto a imponer la lnea correcta y la honestidadadministrativa hay que saludarla con entusiasmo. No porqueest al servicio del Dr. Balaguer puede a nosotros restarnossatisfaccin el hecho de que el nuevo director de Aduanasest procediendo como lo est haciendo. Yo lo felicito en nom-bre del pueblo dominicano.

    MAH: Profesor, se ha dicho que la elaboracin de un proyectode programa de gobierno delPRDha sentado las bases para que el

    pueblo piense que de verdad elPRDest interesado ya en concurrir alas elecciones.

    JB: El programa de gobierno del PRDno tiene nadaque ver con las elecciones. El programa de gobierno del PRDes un programa de gobierno que tericamente debe tenercualquier partido con la finalidad de ir al poder, porque lafinalidad de ir al poder de cualquier partido poltico serio es iral poder para desde el poder imponer una poltica acorde con

    sus principios. Ese programa de gobierno debi haber sidoelaborado antes, pero es que durante tres aos nos hemos de-dicado a darle al Partido un nuevo tipo de organizacin. ElPartido tena una organizacin fundamentada en la direccinde carcter personal, y nosotros hemos pasado esa direccinde carcter personal a carcter colectivo. Es decir, el Partido

    antes era dirigido en ltima instancia por un hombre, todo loque se haca en el Partido en ltima instancia se le consultaba aun hombre. O era yo, cuando lo presida yo, o era el Dr. PeaGmez cuando el Dr. Pea Gmez era secretario general. Peroun partido tan grande como el PRD, en las circunstanciasdifciles en que vive la Repblica Dominicana, no puede se-

    guir siendo gobernado por un hombre nada ms en ltima

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    extranjeros, cuntos perredestas se van a ir del PRD? Es de-

    cir, para nosotros es mucho ms importante mantener losperredestas dentro del PRDque evitar que se le sumen lasderechas extranjeras al Dr. Balaguer. Por mi parte yo conside-ro que esas derechas extranjeras obedecen a sus gobiernos res-pectivos. Yo creo que los bancos norteamericanos hacen lapoltica que les dicte la embajada norteamericana, que losbancos ingleses hacen la poltica que les dicte la embajadainglesa, que la Gulf and Western har lo que en ltima ins-tancia le diga el Departamento de Estado, y que ellos, o sesumarn al Dr. Balaguer como estn sumados o se sumarnms, o se separarn ms del Dr. Balaguer en la medida en quea sus gobiernos les convenga que ellos se separen o se sumenms al Dr. Balaguer. Pero no en la medida en que un progra-

    ma del PRDpueda afectarlos o no afectarlos.MAH: Sectores polticos han denunciado que elementos vincu-

    lados a la embajada norteamericana han estado interviniendo en lapoltica interna. Cree Ud. que los norteamericanos apoyaran unareeleccin del Dr. Balaguer?

    JB: A m no me preocupa, ni me importa ni me intere-

    sa si los norteamericanos apoyan o no apoyan una reeleccindel Dr. Balaguer.

    MAH: Hay sectores que opinan que en caso de que el PRDvaya al poder y ponga en marcha este anteproyecto de programa de

    gobierno, el pas podra caer fcilmente en la rbita socialista y de ahpasar, tambin con facilidad, al comunismo. Qu tiene Ud. que

    decir al respecto?JB: Bueno, se dicen muchas cosas. En los Estados Uni-dos durante muchos aos se dijo que si Viet Nam caa enmanos de los comunistas, entonces iban a caer todos los pasesdel Asia. Exactamente esa es la llamada teora del domin,como cuando se ponen las fichas del domin paradas y se em-

    puja la ltima, entonces todas caen. Se deca, segn la teora

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    del domin, en la poltica norteamericana, desde los tiempos

    de Eisenhower, que si Viet Nam caa en manos de los comu-nistas, todos los pases del Asia, incluyendo el Japn, iban acaer tambin en manos de los comunistas. Pero no era esoslo. Iban a caer tambin todos los pases del Asia, del Oeste,del Asia Menor y hasta de Europa. Es decir, que Viet Nam,de ese paisito llamado Viet Nam, dependa que el resto delmundo se convirtiera o no se convirtiera en comunista. Y esaera una teora que invent no se quin, que ha costado en losEstados Unidos miles y miles de millones de dlares, que hacostado miles de vidas, que ha costado el descrdito interna-cional de los Estados Unidos, porque al fin esa gran potenciafue derrotada en Viet Nam por ese pas mnimo, ese pas d-bil de Viet Nam del Norte. As es que esta teora del PRDy de

    su programa de gobierno puede ser una tontera tan grandecomo la teora del domin del gobierno norteamericano, delgobierno de Eisenhower, que fue seguido por el de Kennedyy fue seguido por el de Johnson y fue rectificado por el deNixon por la intervencin de Kissinger.

    Ahora, ya que hablamos del programa yo quiero aclarar

    una cosa: Eso que t dices que es un proyecto de programa, yefectivamente es un proyecto de programa, no es un progra-ma. Ni siquiera cuando lo apruebe el Comit Ejecutivo Na-cional ser un programa; todava ser un proyecto, porqueinmediatamente despus de aprobado, de discutido por elComit Ejecutivo Nacional, lo que resulte como consecuen-

    cia de esta discusin, ser enviado a las bases del Partido, atodos los comits de base, a todos los comits municipales, atodos los comits de zonas, y ser enviado tambin a todos losdems partidos y a personalidades polticas, a fin de que cadauno sugiera la enmienda que le parezca conveniente dentrode lo que dice el programa; no es que sugieran nuevas adicio-

    nes al programa, porque en ese caso podra lle