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1/40
,
lo
lit
REINO DE CRISTO POR LOS CORAZONES DE JESOS
y
MARtA
OXXXVI
NUMERO 590 - 591
RC E L ON
M YO -
JUNIO
1
9
SUM R IO
AMOR DEL CORAZON DE JESUS
EL
MUNDO ENTERO
El Papa en Montmartre)
CORAZON
DE
CRISTO
DE DIOS
LOS CORAZONES DE
LOS
Juan Pablo 11 22-VI79)
TERESA
DE
L1SIEUX
REDESCUBIERTO
REALIDAD DEL EVANGELIO
El
Papll
en Lis ieux)
EL CUARTO CENTENARIO
APOSTOL
DE
LOS NEGROS
PEDRO CLAVER
Narciso Torres Riera
DE SANT
PERE
CLAVER
de Mosn Jacinto Verdaguer
PASION
DE PEDRO
CLAVER
Fracisco Salv Miquel
VINO A LOS SUYOS
Fray Antonio de Lugo
DE
SANTA MEMORIA
EN
TALUI\IA
EL
CARDENAL VIVES
TUTO
11
Luis Creus Vidal
EL AI\IO BIMILENARIO
CRISTO Y MARIA
Juan Manuel
de
Igartua. S.
1.
SUMA TEOLOGICA
SUS CONTRASTES
N LA CIENCIA
M
M. Domnech
l
CASO GALILEO
EL
ATEISMO MODERNO
Eisa Hoerler
de Carbonell
SANTO
PROPOSITO
Nota bibliogrfica) M.A.L.S.
COMUNISMO DENTRO
LA IGLESIA
Pedro Mrquez Garca
CORAZON
DE JESUS
TERIO VIVIFICANTE
NUESTRA FE
De la Pastoral
de
11 de junio
de 1965
de
Monseor Karol
Wojtyla, Arzobispo de Cracovia)
Lauria 15, 3.
10
Telfono 317 47 33
Director: Fernando Serrano
Misas
El Papa n Montmartre
1
Junio
198
EL
AMOR
DEL
CORAZON
DE
JESUS
ENVUELVE
AL
MUNDO ENTERO
Qudate con
nosotros Seor pues
el
da
ya decl ina
cf.
Lc 24,
29 . A los d iscpu los de Emas les arda
el
corazn dentro de s despus
de haber
odo
explicar
en
el
camino las maravil las
del plan
de salvacin
revelado
en
las
Escrituras Con
la
fraccin
del
pan
termina
el
Seor de
revelrselas, resucitado,
en
la pleni tud
de
su
amor
Estamos en Montmartre en la
baslica
del
Sagrado
Corazn,
con-
sagrada
a
la
contemplacin
del
amor de
Cristo
presente
en
el
Santsimo
Sacramento
Estamos
en
la tarde del uno de
junio
primer da del
mes
especial
mente
dedicado a
la
meditacin
a la
contemplacin
del amor
de
Cristo
manifestado
a
travs
de su Sagrado Corazn.
Aqu
se renen da
y
noche
los
cristianos
y
se
turnan constantemente
para
escrutar las
insondables riquezas de
Cristo cf.
Ef
3, 8-19 .
Aqu venimos
al encuentro
del
Corazn
traspasado por nosotros
de l que
brotaron
el agua
y
la sangre Es el
amor
redentor
el
origen de
la
salvacin,
de nuestra
salvacin, el
origen de
la
Iglesia.
Aqu venimos a
contemplar
el
amor del Seor
Jess: su bondad
com-
pasiva
para
con todos
durante su
vida terrena;
su amor
de predileccin
por
los
pequeos, los
enfermos
los afligidos. Contemplemos
su
Corazn
que arde
de
amor
hacia su Padre
en la
plenitud
del
Espritu
Santo
Con
templemos su amor
infinito,
el
del
Hijo eterno que nos conduce
hasta
el
misterio
mismo de
Dios.
Cristo vivo nos sigue amando
todava ahora
hoy, y
nos
presenta
su corazn
como
la
fuente de
nuestra
redencin:
Semper
vivens
ad in
terpellandum
pro nobis Heb 7, 25 . En
todo momento nos
envuelve,
h
nosotros
y
al mundo
entero
el
amor de
este
corazn
que
tanto
ha
amado a
los hombres
y
que
es
tan poco correspondido por
ellos.
Vivo, dice
San
Pablo,
en la
fe del
Hijo de
Dios,
que
me am
y
se
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114
Nuestros
pecados
nos
implican
en los
sufrimientos del Seor
Nuestra consagraclon
como
respuesta
al amor.
El
amor
misericordioso
de Cristo se manifiesta
en su Sagrado
Corazn
Sentido de
la
adoracin
perpetua
La revelacin
del
Amor,
del Evangelio de
S. Juan a Paray-Ie-Monial
entreg por m Gl 2, 20 . La meditacin del amor del Seor
pasa
ne
cesariamente por la meditacin de su
pasin:
se
entreg por
m. Esto
implica que cada uno
tome
conciencia no slo del pecado del mundo
en
general, sino de este
pecado
por
el que cada
uno
est realmente
impli
cado, de forma negativa, en los
sufrimientos
del Seor.
Esta
meditacin del
amor manifestado en la
pasin
debe
conducir
nos
tambin
a vivir de acuerdo con las exigencias
del
bautismo
con
esta
purificacin de nuestro se r median te el agua brotada del corazn de
Cris to; a vivir de acuerdo con la
llamada
que, por su gracia, nos dirige
cada
da. Que
ahora E l nos conceda
vigilar y
orar para no caer
en
la
tentacin. Que
nos
conceda entrar espiritualmente en su misterio; tener
nosotros como dice San Pablo, los sentimientos de Cristo Jess... que
se hizo
obediente
hasta
la
muerte Flp 2, 5-S .
As somos l lamados a
responder
plenamente a su
amor
a
consa
grarle nuestras
actividades,
nuestro apostolado
toda
nuestra
vida.
No
estamos
llamados slo a meditar y a
contemplar
este misterio
del
amor de
Cristo;
estamos l lamados
a
participar
en l. Es
el
mis
terio
de
la Sagrada
Eucarista
centro
de nuestra
fe,
centro
del
culto
que rendimos al
amor
misericordioso de Cristo manestado en su Sa
grado
Corazn, misterio
adorado da
y noche
aqu en este baslica que
de
esta manera se
convierte
en uno de
esos
centros de
donde el
amor
y
la
gracia
del Seor
irradian
misteriosa
pero
realmente sobre
vuestra
ciudad sobre vuestro pas y sobre todo el
mundo
redimido.
En
la
Sagrada Eucarista
celebramos la presencia siempre nueva y
activa del nico sacrificio de la cruz, en el que la redencin se
hace
acon
tecimiento eternamente presente indisolublemente ligado
a
la interce
sin
misma
del Salvador.
En la
Sagrada Eucarista
comulgamos con
el mismo
Cristo, nico
sacerdote y
nica
hostia que nos
arrastra
en el movimiento de su
ofrenda
y de
su adoracin
El que
es la
fuente
de toda
gracia.
En la Sagrada
Eucarista
s es tambin el sen tido de
la
adora
cin
perpetua- ent ramos en este movimiento
del amor de
donde
fluye
todo
progreso interior y toda eficacia apostl ica: Cuando fuere levan
tado de la
tierra
atraer todos
a m
Jn
12, 32 .
Queridos
hermanos
y
hermanas:
Siento una gran alegra
al
poder
terminar esta
jornada
en es te santuario de
la
oracin
eucarstica, en me
dio de vosotros, reunidos por el amor
hacia
el divino Corazn. Rezadle.
Vivid de
este mensaje
que, del Evangelio
de San
Juan a Paray-Ie-Monial,
nos
llama
a entrar en su misterio. Que saquemos
todos con
gozo
el
agua
de las fuentes de la
salvacin
I s 2
3 ,
las que manan del amor del
Se
or muerto
y resucitado por nosotros.
A
El encomiendo tambin
esta tarde
vuestro pas
y todas vuestras
intenciones apostlicas. Os bendigo
de todo
corazn.
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L FIEST DEL
OR ZON
DE l SUS
TU LID D
S I E M P R ~
VIV
ngelus
del
Papa
tras
la fiesta
del
Sagrado
orazn
Te
he
amado
con
amor eterno Jer. 31,3 . Estas
palabras mara
vil losas de
la
Sagrada Escritura vienen a
la mente cuando la
Iglesia
se recoge
cerca
del Corazn de Jess, meditando sus mister ios . Tal devo-
to
recogimiento abraza
todo
el
mes
de
junio pero
tiene su
culminacin
en
la
solemnidad del Sagrado
Corazn,
celebrada
el viernes pasado.
Hoy
en nuestra comn
oracin
del Angelus,
resuena
todava fervoroso el eco
de
aquella
solemnidad
que, en
la
vida de
la
Iglesia,
tiene
una secular
tradicin
y una
actualidad siempre
viva. Cada uno
de nosotros
reflexiona
sobre
lo que le
aproxima
a
aquel
Corazn
que
tanto ha
amado
a los
hombres
l
escuchar la bblica
afirmacin
cierta
del
amor eterno
del
Seor
revelado en el Corazn de Dios
Hombre llamando a cada uno a s,
aparecen principalmente
ante
mis ojos
los
sonrientes
nios, muchachos
y muchachas,
venidos
el domingo
pasado tan
numerosos
al encuentro
de
Jesucristo aqu
en
esta
plaza. Pocos das
ha
se acercaron por primera
vez a
la Santa
Comunin
y
continan gustando
la
solemne
atmsfera de
aquel
da,
la cual se
manifiesta h ast a en su vestido.
El
Seor Jess los
ha acercado fuertemente
a s y los ha
atrado
a su Corazn. Que
no
se
alejen jams de El.
Guarden siempre
el vivo
recuerdo de la
primera
comunin
y
la
amistad cordial
con
su amigo divino. Conserven
durante
todo
su
caminar
vlido y
amoroso sostn en aque l
Corazn que no en-
gaa jams
Y
hoy nuevamente las palabras de amor eterno con que Dios ha
amado al hombre a trayndolo al
Corazn de
su Hijo
Unignito,
encon-
trarn expresin altamente significativa en otro
acontecimiento
impor-
tante para
el
cual se prepara la venerada bas l ica
de San Pedro: cua-
renta y cinco
diconos recibirn
por mi
ministerio
la
ordenacin
sacer-
dotal.
Pensando
en
cada
uno de ellos y reflexionando
acerca
del
sacra-
mento del sacerdocio, que va a series conferido, elevo mi plegaria al
Eterno Sacerdote de nuestras
almas,
para
que
cada uno de
estos
jvenes
presbteros halle y
profundice de
un
modo
perfecto
el vnculo
con
el
cual hace t iempo est unido
al Corazn de Cristo.
Efectivamente, la vocacin sacerdotal no
es
otra
cosa que
el descu-
brimiento
del
amor eterno
que
atrae
y llama; que
puede llenar
de gozo
exhaustivo el
corazn
del elegido,
abrindolo
a
su
tiempo
a
todos lo s her
manos
y
hermanas que la
Providencia pondr
en
el
camino
de
su
mi-
nisterio
pastoral Descubra
cada ordenado
an
ms plenamente
un ta l
dulcs imo lazo y
reafrmese
vigorosamente
en
l. Crezcan
cada
vez ms
en
nmero aquellos a quienes el Amor Eterno se revela en su propio
corazn
como
el ms grande; aquellos que
sienten
la
llamada
al
servicio
sacerdotal
y
la s iguen
sin volverse
atrs
Recitando el Angelus, invoquemos
hoya
la
Madre
del
Eterno Sacer-
dote
por esta gran
intencin
eclesial, y
encomendemos
a
la
vez a
la
Vir-
gen
Mara
a
todos
los nuevos sacerdotes del
mundo entero que
reciban
la
ordenacin este
ao.
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orazn de risto
revelacin de ios
los corazones
de
los hombres
JUAN PABLO
II
22-VI-79
Pasado
maana
el
viernes prximo,
la liturgia
de la Iglesia se concentra en
una adoracin
y
un
amor particular
entorno al misterio del Corazn
de Cristo Deseamos
ya
hoy, anticipando este da,
dirigir con vosotros la mirada de
nuestro
corazn
sobre
el
misterio de aquel
Corazn.
El me ha
hablado al fin de mi edad juvenil . Todos los aos
uelvo de nuevo a este misterio en el rito litr
gico del tiempo de la Iglesia.
noto que el mes de junio est particular
ente dedicado
al
Corazn Divino, al Sagrado
orazn de Jess. A El manifestamos nuestro
y
nuestra adoracin
mediante las letanas
e
hablan
con
una
particular profundidad de su
teolgico
en cada una
de
las
invoca
IGLESIA COMUNIDAD
E CORAZONES HUMANOS
Deseo por eso, al menos brevemente,
cerrarme
con vosotros
ante este
Corazn, al que se
la Iglesia como comunidad de corazones
Deseo por lo menos brevemente
hablar
este misterio
t n
humano
en
el cual con tanta
y
al m smo tiempo profundidad
y
fuerza
e ha revelado Dios
Hoy
dejamos
hablar
los textos de
la
liturgia
l viernes empezando por la
lectura
del Evan
lio segn San Juan. El Evangelista refiere
un
con la precisin del testigo ocular.
Era el da de la Paresceve y los Judos,
para
e los cuerpos no permanecieran en la cruz du
el sbado e ra adems aquel sbado
un
da
dijeron
a
Pilatos que
les
fueran
que
las piernas y as se dispuso. Fueron, pues,
s soldados y quebraron las piernas del primero
y despus del otro que
fueron
crucificados junto
con Jess. Vinieron despus a Jess, pero al ver
que
ya
estaba
muerto
no
le
quebraron
las pier
nas sino
que
uno de los soldados le atraves el
costado con la lanza y en seguida brot sangre
agua
n 9
31-34 .
LA IGLESIA Y LA HUMANIDAD
MIRAN AL
QUE
TRASPASARON
Ni siquiera una palabra sobre el corazn.
El Evangelista
habla solamente
del lanzazo
al
costado, del que sali sangre yagua. El lenguaje
de
la
descripcin es casi mdico, anatmico. La
lanza
del soldado
ha
golpeado ciertamente
el co
razn,
para
verificar si el Condenado
estaba
ya
muerto. Este corazn s t corazn humano ha
dejado de trabajar de lat ir . Jess ha dejado de
vivir.
Al
mismo tiempo, pero esta
anatmica
aper
tura del Corazn de Cristo despus de muerto
n o obstante
toda la
aspereza histrica del
texto
nos
empuja a
pensar tambin
a nivel de
metfora. El corazn no es solamente
un
rgano
que
condiciona
la
vitalidad biolgica del hombre.
El
corazn es
un
smbolo.
Habla de todo el hom-
bre interior
Habla
de lo
ntimo
espiritual del
hombre. Y la tradicin
en
seguida ha dado este
sent ido a
la
descripcin de San Juan. Por lo de
ms
en
cierto sentido, el Evangelista
ha
dado
este mismo impulso
cuando
refir indose a la ates
tacin de test igo ocular
que
era l mismo se re
fiere
tambin
a la
frase
de la
Sagrada Escritura:
Volvieron la mirada a Aquel a quien traspa
saron Jn. 9 37; Zac., 12, 10 .
As,
en
realidad,
mira
la Iglesia, as
mira la
humanidad.
He
aqu
el
Traspasado po r
la lanza
del soldado, todas las generaciones de los cristia-
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118
nos
han aprendido
y
aprenden
a
leer el
misterio
del
Corazn
del
Hombre
Crucificado
que
era
el
Hijo de
Dios.
SAN PABLO DISCIPULO DEL CORAZON
DE CRISTO
Diversa
es la
medida
del conocimiento
de este
misterio durante
el
transcurso
de los siglos.
El
Corazn de Cristo ha
tenido muchos
discpulos y
discpulas . Uno de los protagonistas en
este cam
po fue ciertamente Pablo
de Tarso,
convertido
de
perseguidor en
Apstol.
Tambin
l
nos habla en
la l itrgica
del viernes
prximo con las palabras
de
la
carta a los Efesios Habla
como
el
hombre
que ha recibido una
gran
gracia, porque a l se
le
ha concedido anunciar
a los gentiles las inex
crutables
r iquezas de Cris to, y
hacer resplandecer
a los ojos de
todos
cual es su
mandato
de dar a
conocer
el
misterio
escondido desde siglos en
la
mente de Dios, Creador del universo Ef. 3, 8-9 .
Cual
es
la
riqueza de Cristo y al
mismo
t iempo cual
es el eterno designio de salvacin
de Dios, dirigido
por
el Espritu Santo al hom
bre
interior
a fin de que
as
el Cristo habita por
la
fe
en nuestro
corazn Ef.
3
16-17 . Y
cuando
Cristo,
por
la fuerza del Espritu
Santo
habitar
por la
fe
en nuestros
corazones
humanos
enton
ces tendremos aptitud para comprender
con
nuestro espritu humano
o
sea con nuestro
co
razn cules
son
la amplitud la largueza,
la
alteza y
la profundidad
y conocer
el
amor de
Cristo que
sobrepasa
todo conocimiento... Ef. 3,
18-19 .
EL CORAZON DIVINO
ABIERTO PARA TODO CORAZON HUMANO
Para tal conocimiento
hecho
con
el
corazn,
con
t
corazn humano ha sido abierto, al fin
de
la
vida terrenal, el Corazn Divino del Conde
nado
y Crucificado
en el
Calvario.
Diversa
es la medida de este conocimiento por
parte de los corazones
humanos.
Ante
la fuerza
de
la
palabra
de Pablo, cada uno de nosotros in
terrguese
a s
mismo sobre la medida
del propio
corazn, . ..Ante l
aseguremos
nuestro corazn,
y
cua lquiera cosa que
en l
nos reprochemos.
Dios es ms grande que nuest ro
corazn
y cono
ce todas las cosas 1
Jn. 3
19-20 .
El
Corazn
del Hombre-Dios no
juzga
los corazones
humanos.
El
Corazn
de Jess los llama. El Corazn de Je-
ss
los invita. A
este
fin ha
sido
abie rto con
la lanza
del soldado.
El
misterio
del corazn
se abre
a travs
de
la
herida
del cuerpo; se abre el gran misterio
de la
piedad, se abre la vscera de misericordia de nues
tro
Dios.
San Bernardo Sermn
LXI, 4; PL, 183,
1072 .
Cristo
habla
en
la liturgia
del viernes: Apren
ded de M que soy yo manso y humilde del cora
zn Mt. 11, 29 .
REY DE
LOS CORAZONES
POR
LA
MANSEDUMBRE Y HUMILDAD
Tal vez una sola vez con palabras suyas, el
Seor Jess se
ha
referido
a
su propio
corazn.
ha
puesto
en evidencia
este
nico rasgo: man-
sedumbre
y
humildad
como
si quisiese
indicar
que por este solo
camino
quiere conquistar al
hombre que mediante la mansedumbre
la
hu
mildad
quiere
se r
el Rey
de
los corazones. Todo
el
misterio de
Su
reinado se expresa en estas
palabras.
La mansedumbre y la humildad com
prenden
en
cierto sentido
toda
la
riqueza del
Corazn del Redentor, del que ha
escrito
San Pa
blo
a los efesios.
Pero tambin aquel la
manse
dumbre y humildad lo revela plenamente; me
jor
nos
permite
conocerlo y aceptarlo; lo hacen
objeto de
admiracin
suprema.
La
hermosa letana
del
Sagrado Corazn
de
Jess
compuesta de muy parecidas palabras de
las exclamaciones de
admiracin por
la
riqueza
del Corazn de Cristo.
Meditmosla con
atencin
en este
da.
DEL
CORAZON QUE IRRADIA LA VIDA DE
LA
IGLESIA
As,
al
fin de este
fundamental
ciclo
litrgico
de la Iglesia que se inicia con la primera domi
nica
de Adviento, y
pasando por
el tiempo
de
Navidad,
por
la
Cuaresma,
de la Resurreccin
has
ta
Pentecosts, a
la
Dominica de la
Santsima
Tri
nidad y
al
Cuerpo del
Seor se
presenta discre
tamente
la fiesta del Corazn Divino,
del Sagrado
Corazn de Jess .
Todo
este ciclo se cierra defi
nitivamente
en El:
en
el Corazn
del
Dios-Hombre.
De
El
tambin durante
todo e l
ao irradia la
vida
de la Iglesia.
Este Corazn es fuente de vida
de santidad
22
de
junio
de
1979
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7/40
L N L S UX
nt eres
de
isieux
h
redescubierto
l re lid d del
v n ~ e l j o
EL CAMINITO INSPIRADO POR EL ESPIRITU DE DIOS
Me siento gozoso de
que me haya
sido posi
le venir
a Lisieux
con
ocasin
de mi
viaje a
Esto
y
aqu
como peregrino
con
todos
sotros, queridos Hermanos y
Hermanas que
venido
tambin
de
distintas
regiones de
junto
a
aquella
que
tanto amamos
Te
si ta cuyo
camino hacia
l a san tidad est
es
chamente vinculado
al Carmelo de Lisieux.
las
personas versadas en la
ascesis y
la
ms
ica, y aquellos
que aman
a los
Santos
han
con-
trado
la
costumbre
de
llamar
a
este camino de
Sor Teresa
del
Nio
Jess, el caminito , que,
fuera de
toda duda
es
el
Espritu
de
Dios
quien
lo ha
inspirado
y lo ha hecho
con
la
misma
ge
nerosidad de aquella por la que
gui en otro
tiempo
a
su Patrona la
gran
Teresa de
Avila y
por la que
ha
guiado
contina
guiando- a
tantos
otros
santos
en
su
Iglesia . Gloria le
sea
dada eternamente
LOS SANTOS TESTIGOS DEL MUNDO FUTURO
La Iglesia se goza
en esta
maravillosa riqueza
dones
espirituales tan
esplndidos
y
variados
lo son
todas las
obras
de
Dios
en el
uni
erso visible e invisible.
Cada uno
de ellos re
el
misterio interior
del
hombre que
corres
a las
necesidades
de
los
tiempos en la
de
la
Iglesia y de la
humanidad. Es
pre
so decirlo
de Santa Teresa de
Lisieux que, has
una poca
reciente, fue
en
efecto
nuestra san
contempornea. Es as
como
yo
la
veo per
nalmente en
el cuadro
de mi
vida.
Pero
es
iempre la
santa
contempornea?
No ha de
de serlo para la
generacin
que
llega actual
a la
madurez en
la Iglesia? Es preciso
a los hombres de esta generacin.
e
me sea sin embargo permit ido notar que
los
santos no
envejecen
prcticamente jams
que jams caen en la
prescripcin.
Quedan
perpetuamente como
testigos de
la
juventud
de
la
Iglesia No vienen a
se r nunca personajes
del
pasado,
hombres
y
mujeres de
ayer. Por el
contrario son s iempre
los
hombres
y las muje
res
del maana , los
hombres
del
avenir
evan
glico, del hombre de
la
Iglesia, los testigos
del
mundo
futuro.
En
efecto,
todos
aquellos a quienes
anima el
Espritu
de
Dios,
son hijos
de Dios.
Ahora
bien,
vosotros
no
habis
recibido
un espritu
de es
clavos
para caer en
el
temor;
vosotros habis
recibido
espritu
de hijos adoptivos
que
nos hace
clamar
Abba Padre Rom. 8, 14-15).
7/26/2019 1980050590.pdf
8/40
120
L
VERDAD MAS FUNDAMENTAL DEL EVANGELIO:
SOMOS HIJOS
DE
DIOS
Tal vez sera difcil
encontrar
palabras sint-
ticas y al mismo
tiempo
ms emotivas,
para
ca-
racterizar
el
carisma particular
de
Teresa
Mar-
tn,
es
decir, lo que constituye el
don
completa-
mente
especial de
su
corazn, y que ha venido
a ser por su corazn un don particular para la
Iglesia. El don maravilloso de la sencillez, uni-
versal y al mismo t iempo nico. e Teresa de
Lisieux se puede decir con conviccin que el
Espritu de Dios
ha
permitido a
su corazn
el
revelar
direc tamente , a los
hombres
de nuestro
tiempo el misterio fundamental
la
realidad del
Evangelio: el hecho de haber recibido
realmente
un
espritu
de hijos adoptivos
que
nos hace
clamar
Abba Padre
>
Su
caminito es el ca-
mino de
la
santa infancia. En este camino hay
algo nico:
el
genio de
Santa
Teresa
de Lisieux.
y hayal mismo tiempo
la
confirmacin
y la re-
novacin
de la
verdad
ms fundamental y la
ms universal Qu verdad del mensaje evang-
lico
es
en efecto ms fundamental y ms univer-
sal
que
sta: Dios es nuest ro Padre y
nosotros
somos sus hijos?
Esta
verdad
es lo ms
universal
que pueda
ser, esta realidad ha sido igualmente relucIda
de nuevo
con la
fe,
la esperanza
y el
amor
de
Teresa de Lisieux. Ella ha sido en cierto sentido
quien ha redescubierto con
la
experiencia inte-
rior de su
corazn
y la forma que
tom
toda
su
vida
de
solamente veinticuatro
aos. Cuando
ella
muri
aqu en el Carmelo, vctima de la
tuberculosis
cuyos bacilos llevaba desde largo
tiempo, era
casi
una nia. Ha
dejado el
recuerdo
de la
nia
de la Santa Infancia. Y
toda
su espi-
ritualidad
ha confirmado de nuevo la verdad de
las
palabras del Apstol: Ahora bien, vosotros
habis
recibido
un espritu de
hijos
adopti-
vos... S,
Teresa
fue nia. Fue
nia confiando
hasta el
herosmo
y por consiguiente libre
hasta
el herosmo
Pero es precisamente porque lo fue
hasta
el
herosmo
que conoci el sabor interior
y
tambin el
precio interior de esta
confianza
que
impide recaer en el temor; de esta con-
fianza que, hasta en las
obscuridades
y los sufri-
mientos
ms
profundos
del alma, permite cla-
mar
Abba Padre
L CONFIANZA FILIAL; COMUNION CON LOS SUFRIMIENTOS
DE CRISTO
S, ella ha conocido este
sabor
a este precio.
Para quien lee atentamente
la
Historia de una
alma es evidente
que es te
sabor de la confianza
filial proviene como el perfume de las rosas del
tallo que lleva tambin las espinas. Si en efecto
somos
hijos, somos pues herederos de Dios
y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos
con El para
se r tambin
glorificados con El Ro-
manos 8,17). Es por esto
precisamente
que la
confianza filial de Teresita, Santa Teresita del
Nio Jess y
adems
de
la
Santa Faz, es he-
roica
porque
proviene
de
la
ferviente
comunin
con
los
sufrimientos de
Cristo.
y cuando veo
ante
m esos enfermos y des-
validos,
pienso que
estn asociados tambin como
Teresa
de
Lisieux, a
la Pasin
de Cristo, y que
gracias a su fe en el
amor de
Dios, grac ias a
su
propio amor su ofrenda espiritual obtiene mis-
teriosamente
para
la Iglesia, para
todos
los otros
miembros
del
Cuerpo mstico de Cristo un com-
plemento de vigor. Que no olviden jams esta
bella
frase
de Santa Teresa de Lisieux:
En el
corazn de la Iglesia, mi Madre, yo ser el amor.
Yo pido a Dios que d a cada uno de esos amigos
sufrientes, a los
que amo con
un
afecto especial,
el aliento y la esperanza.
L
VOCACION DE
SER
COMO NIO
ARRANCA DEL AMOR ETERNO DEL PADRE
Tener confianza en Dios como Teresa de Li-
sieux quiere decir segui r el caminito, donde
nos gua el Espritu de Dios:
que
gua
siempre
hacia
la grandeza de
la que
participan los
hijos
y las
hijas de
adopcin divina. Ya desde
mno
como
nio
de
doce aos, el Hijo de Dios declar
su vocacin, se haba de ocupar en las cosas de
su
Padre cf Luc. 2,49).
Ser como un
nio, quiere
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ecir
ent ra r en
el
centro
mismo de la
ms
grande
que
penetra el
corazn del hombre.
Esto
saba perfectamente Teresa.
Esta
misin arran-
del
amor
eterno del Padre:
El
Hijo de Dios
121
como
hombre de una manera visible e histri
ca, y el Espritu Santo de aspecto invisible y
carismtico,
la
cumplen en l a h is tor ia
de
la
humanidad.
LA PEQUEEZ DEL NIO
Y LA GRANDEZA
DE
LA VOCACION MISIONERA
Cuando
al momento
de
dejar este mundo
dijo a los Apstoles: Id por
todo
el
mun-
y
ensead
el
Evangelio
a toda
criatura
Mc.
,15), les injerta
por la
fuerza
de
su
misterio
scual en
la
gran corriente
de
la
Misin eterna.
partir
de este
momento
El les
deja para
ir
el Padre y empieza al mismo
tiempo
a ve
ir de
nuevo
en la potencia
del
Espritu
Santo
e
el
Padre enva en su nombre. Ms profunda-
que todas
las
verdades sobre la Iglesia,
verdad
ha sido
puesta de relieve en la con
iencia de
nuestra
generacin
por
el Concilio
Gracias
a ella todos hemos com
mejor
que la Iglesia
est
constantemen
en estado de misin lo que quiere decir, de
echo, que
toda
la Iglesia es misionera. Y noso
ros hemos igualmente comprendido
mejor
este
particular
de l corazn de Tere sa de Li
la que a travs del caminito ha sido lla
a
participar
tan
plena como fructuosamen
te
en la ms elevada de las mISIOnes. Es justa-
men te est a pequeez que ella amaba tanto
la
pequeez del nio, que le
ha
mostrado amplia
mente en toda
su
grandeza la misin divina de
sa lvacin, que es la misin incesante de la Igle
sia.
Aqu, en
su
Carmelo, en la clausura del con
vento de
Lisieux,
Teresa
se
senta especialmente
unida a todas las misiones y a todos los misio
neros de la Iglesia
en
el mundo entero. Se senta
ella misma misionera presente por la fuerza y
la gracia especiales del Espritu de amor
en
to
dos los lugares de misin, junto a todos los mi
sioneros, hombres y mujeres del mundo.
Ella
ha
sido proclamada
por
la Iglesia
Patrona
de
las Misiones como
San
Francisco Javier que viai
incansablemente en el Extremo Oriente; si, e lla ,
la pequea Teresa de Lisieux, enferma
en
el
claustro carmelitano aparentemente separada de l
mundo.
INVOCACION DEL PAPA A SANTA TERESA DE LISIEUX
Me siento gozoso de poder estar
aqu
poco
tiempo despus de
mi visi ta al continente
afri
ano, y
ante esta
admirable
misionera,
rendir
Padre de la
verdad
y del amor eternos todo
que
por
el
poder
del Hijo y del
Espritu
es ya fruto del
trabajo
misionero de la
entre
los
hombres
y los
pueblos
del con
negro. Querra al mismo tiempo si pue
o expresarme as,
hacer
que
Teresa de
Lisieux
prestase
la
vista perspicaz de su fe,
su
sen
illez y su confianza en una plaabra
la
peque
juvenil de su corazn para proclamar
ante
la Iglesia
cun
abundante es la mies,
para
como el la, al Dueo de la mies que enve
n generos idad ms grande todava obreros
cosecharla. Cf. Mateo 9, 37-38). Que los
a
pesar
de todos los obstculos y todas
las dificultades que encuentre en el
corazn
del
hombre
en
la historia del
hombre.
En
Africa he pensado
con
frecuencia: qu
fe, qu energa espiritual
tenan
pues esos mi
s ioneros del ltimo siglo y la p rimera
mitad
de
ste, y todos esos institutos misioneros que fun
daron
para
partir sin
dudar
hacia
ese
pas
en
tonces desconocido, con el solo fin de
da r
a co
nocer el Evangelio, de hacer nacer la Iglesia
Ellos vean con razn que era esto.
una
obra
indispensable para su salvacin. Sin su audacia
sin su santidad las iglesias locales de las que
venimos de celebrar el centenario y que
estn
desde ahora guiadas especialmente por obispos
africanos no
habran
jams existido. Queridos
hermanos y hermanas no perdamos este im
pulso
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122
EL ESPIRITU
MISIONERO IRRADIACION
DE
SANTIDAD
Yo
saludo en
vosotros a los antiguos obispos
misioneros testigos
del
celo de
que
hablo. Fran
cia
tiene todava
muchos
misioneros
en
el
mundo
sacerdotes religiosos religiosas y seglares y cier
tos ins ti tu tos
estn
abiertos
a la misin. Veo
aqu
a
los miembros
de las Misiones
Extranjeras
de
Pars
y evoco al
bienaventurado
Thophane
Vnard cuyo
martirio
en Extremo Oriente fue
una luz y
una
l lamada para Teresa. Pienso tam
bin en
todos
los
sacerdotes franceses que con
sagran por
lo
menos
algunos aos al servicio de
las jvenes Iglesias encuadrados en Fidei do-
num.
Hoy se comprende
mejor la necesidad
de
un
intercambio fraternal
entre las
jvenes
y
las viejas Iglesias
en
beneficio de
ambas. S
por
ejemplo
que las Obras Pontificales Misioneras
vinculadas
con
la Comisin
Episcopal
de las Mi
siones al exterior no miran
solamente
a susci
ta r la
entrada
material
sino a formar el esp
ritu misional de los
cristianos
de Francia me
alegro de ello. Este impulso
misionero
no puede
surgir
y dar
sus f rutos
ms
que
a partir de una
gran vitalidad
espiritual de
la
irradiacin
de la
santidad.
BELLEZA
DE
SANTIDAD
DE
SANTA TERESA
IMPULSA
ACTIVIDAD MISIONERA
Lo bello
existe
a
fin
de
que nos encante para
el t rabajo
ha escrito Cyprian Norwid
uno
de
los ms
grandes poetas
y
pensadores
que ha
dado
la
tierra polaca y que ha recibido conserva
en el
cementerio
de Montmorency
la
tierra
francesa .. .
Demos
gracias
al
Padre
al Hijo y al Espritu
Santo por Santa Teresa
de
Lisieux. Demos gra
cias
por
la
belleza
profunda
sencilla y
pura
que
se ha manifes tado por
ella a
la
Iglesia y al mun
do o Esta belleza encanta. Y Teresa de Lisieux
tiene
un
don particular para encantar por la be
lleza de su
alma.
Pero como
todos
sabemos
esta
belleza
fue
difci l y creci
en
el sufrimiento
por
eso
no
deja de alegrarnos
con su encanto
los
ojos
de nuestra alma.
En
Ella encanta pues esta belleza
esta
flor
de
la santidad que ha crecido bajo este
sol; su
encanto no
cesa de estimular
nuestros corazones
a trabajar: lo bel lo existe
para
que nos encante
para trabajar. Para
el
trabajo ms importante
en
el
cual
el
hombre aprende
a
fondo
el
misterio
de su humanidad. Descubre en s mismo
lo
que
significa haber recibido un
espritu
de
hijo
adop-
tivo
radicalmente
dis tinto de
un
espritu
de
esclavo y empieza a
exclamar
con
todo
su ser:
Abba Padre
IGLESIA HA REENCONTRADO SENCILLEZ QUE M N
DEL CORAZON
DE
CRISTO
Por
los frutos de ese magn fico trabajo inte
rior se
construye la
Iglesia el Reino de Dios so
bre la tierra en esa sustancia la ms profunda
y la ms espiritual. Este
grito
Abba Padre
que
resuena
en todos los continentes de
nuestro
pla
neta lleg por su
eco
a la silenciosa
clausura
carmelitana
de
Lisieux vivificando siempre de
nuevo el
recuerdo
de Teresita la que po r su bre
ve vida
tan
escondida
tan
rica
pronunci tam-
bin
con
fuerza Abba Padre Gracias a ella la
Iglesia ha
encontrado
de nuevo la sencillez en
toda su
frescura
de ese
grito que t iene
su origen
en el manantial
del
mismo
Corazn de
Cristo.
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3
EL CU RTO CENTEN RIO DEL POSTOL
LOS NEGROS S N PEDRO CL VER
NARCISO TORRES
RIERA
El
P. Claver naci el 24 de
junio
de 1580 en
pequea loca lidad
de Verd,
prxima
a T
en la provincia
de Lrida. A los pocos
das
e
bautizado
en la parroquia
de dicha villa.
Su
se
llamaba doa
Ana
Corber
y su pa dre
Pedro
Claver Minguella,
humildes labradores
Cuando
el
pequeo tuvo uso
de razn, advir
en
l
su
inclinacin
hacia
las cosas de
y devocin, su padre lo confi a la direc
de
un
hermano
suyo cannigo de Solsona.
aqu
es
enviado
a
Barcelona
para
estudiar
Estud i con
los
Padres
Jesuitas
el Colegio de
Beln con
ta n alto aprovecha
que fue significado por el
propio
Obispo
Barcelona
Sr. D. Ildefonso Coloma, Conde
Elda quien
al
propio tiempo
le
confera la
clerical
tonsura
y las cuatro rdenes me
El
7 de agosto
de 16 2 empero
solicit
la
ad
en la
Compaa
de Jess. Admit ida
su
so
icitud, con el
consentimiento amoroso
de
sus
fue
enviado
a
Tarragona para cursar el
viciado. Como
era costumbre en la Compaa
Jess, estuvo
Claver
tres
das
en
el
Santuario
de Montserrat junto
con
sus connovi
donde apenas se apart en
su
orac in de
presencia
de
la
Moreneta.
Al regresar a Tarragona hizo la profesin
de
os votos
en la Compaa
de Jess. Luego
va
a
para
instruirse
en
las lenguas griega y
en
cuyo
estudio
fue
alumno aventajado
n
el
ao
1605 es
enviado
a
Palma
de Mallorca
como profesor en el
Colegio de Jesuitas recien
all
abierto
llamado
de
Monte Sin. All
entrevist
con profunda emocin
con
el
que
tonces ya
tena fama de santo, y
que
lo fue,
San Alonso Rodrguez,
Hermano
portero de Mon
te
Sin,
nacido en
Segovia en 1531,
pero
trasla
dado
a Mallorca
desde
pequeo. Ambos
al verse
se
arrodillaron
el
uno
frente
al
otro
y convinie
on en
entrevistarse cada
da.
Fruto de estas mutuas visitas
fueron una
serie
de mximas
de aquel anciano religioso,
mximas
ue
Claver
conserv
escritas,
entre
las
que cabe
destacar
sta: Para poder hacer grandes adelan-
tos en la virtud es preciso guardar mucho silen-
cio y que l boca no respire sino verdad la paz
y la edificacin del prjimo o esta
otra
debe
el hombre dirigir todos sus pensamientos pala-
bras
acciones tan solo a l gloria de Dios
Fue
el Hermano
Alonso Rodrguez quien acon
sej
a Claver
ir
a las
Indias puesto que
este msti
co anciano
tuvo
una
visin
proftica que no
con
fes a Clavero En
uno de
sus
numerosos
xtasis
vio el
hermano
Rodrguez a
un
Coro de Angeles
alrededor
de un trono resplandeciente que estaba
vaco.
Una
voz
misteriosa
le dijo: Este trOno
es para tu discpulo Claver; esta es la recompen-
sa
e
virtudes y del grande nmero
e
almas
que debe convertir y ganar para el Cielo en las
Indias Occidentales
N ada supo
Claver de
esta
visin, ta n slo el
consejo
de se r misionero.
Claver se
sinti
ta n
entusiasmado
po r
esta
recomendacin
del
Santo Hermano
a
quien
llam
toda
su
vida
su
Santo Maestro
que en
seguida
escribi
una carta
al
Padre
Provincial confesn
dole
su
ardiente
deseo
de
ir
a misiones. Se
le
respondi que
esperase y que
fuera
de nuevo a
Barcelona
para cursar los
Estudios de
Teologa.
En
16 8 comienza Claver los estudios teol
gicos
en Barcelona bajo la
direccin del P. Gas
par
Garrigas. No
terminados
s tos todava, re
nov
sus
peticiones de
ir
a las
Indias
y
esta
vez
se
le
otorg dicha
licencia por
parte
del
Padre
Provincial
Jos
de Villegas. Siendo
Padre
General
de
l a Compaa Claudio Aguaviva, en 16 9 Cla
ver representando la
provincia
de
Aragn es en
viado a Sevilla
para embarcarse bajo la
direc
cin
del
P
Alfonso de Meja.
El
entusiasmo
de
Claver hizo que
ni
tan siquiera se despidiese de
sus
padres
en
Verd.
En
abril de
1610
la
expedicin
se
hizo a
la
mar Durante
el viaje
Claver
se
destac
po r su
caridad y
humildad
para
con
todos Al llegar a
Cartagena
de
Indias capital
del Nuevo Reino de
Granada
hoy Colombia , lo
primero que
hizo
fue
besar aquella tierra dando
gracias a Dios. Ense-
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12/40
4
guida fue
enviado al
Colegio
de
los
Jesuitas en
la ciudad de Santa Fe
para
terminar sus estu-
dios
de
teologa durante
dos
aos En su estan-
cia en Santa
Fe
tuvo que encargarse de los ofi-
cios domsticos del colegio.
Haca
las veces
de
sacristn
de
portero
de
enfermero
de cocine
ro etc.
Estudi
all con el Padre Antonio Agus-
tn
En
1614
pas
Claver un riguroso examen con
xito equivalente al
doctorado
en teologa. A con-
tinuacin encontramos a Claver en
la
ciudad de
Tonga para realizar all un
ao de
noviciado an-
tes
de
ordenarse
De nuevo en 6 5 regresa a Cartagena y all
el
de
diciembre del mismo ao recib i el sub-
diaconado; el 23 de febrero
de
1616 el diaco-
nado
y el 9 de
marzo
de este ao el
Sacramento
del Orden
Sacerdotal de manos del obispo de
Cartagena
Fr.
Pedro
de
la
Vega dominico.
Fue
Claver el
primer
jesuita
que
cant su primera
misa
en Cartagena de Indias y
lo
hizo en el altar
de la capil la de
la
Virgen del Milagro.
Cartagena de
Indias
est situada en el su r del
Mar Caribe regin
muy
calurosa En aquellos
tiempos las aguas estancadas del
ro
Magdalena
y las
frecuentes
lluvias
eran
el foco de
un
enjam-
bre de moscas mosquitos cuyas picaduras cau-
saban no
pocas enfermedades. A
la
vez aquella
regin estaba dominada
por la
fiebre del oro.
Al
puerto de
Cartagena
llegaban
traficantes de
negros
de nacionalidad muy
diversa
pero que
en
comn
no tenan sino el
afn
de
lucro
a
costa
de
seres inocentes e indefensos a quienes trata
ban peor que a las bestias. Estos negros eran
comprados por distintos mercaderes vergenza
de
la humanidad para trabajar en las minas
de
oro principalmente La esclavitud de los negros
estaba entonces permitida de
una forma legal y
consciente por
parte
de la Corte espaola. Lejos
ahora de
determinar su origen y
sus
causas
sin la pretensin de justificarlo Espaa hizo
exactamente
lo mismo
que otras
muchas
canci-
lleras
europeas
Claver
determin
dedicar su vida entera al
Apostolado de los negros siguiendo los pasos
que va haba iniciado en este
ministerio
el Pa-
dre
Alfonso Sandoval del cual Claver se deno-
mina discpulo . La actividad del P. Claver era
incansable Un cierto nmero de misas deca
para
aque l que
le avisara de que llegaba un bu-
que con esclavos negros. Rpidamente buscaba
intrpretes
iba a los barcos
provisto
de alimen-
tos y medicinas a unos consolaba a
muchos
mo
r ibundos bautizaba
y a todos prometa
su
per-
sona para
aliviar sus penalidades Jams busc
medios violentos ni se present como un lder
poltico.
El P. Claver
visitaba
a los negros en sus nue-
vas casas y
rogaba
a sus nuevos amos
que
tratasen a los negros por amor a Dios con cari-
dad
y just ic ia . Muchas veces Claver
tuvo qu e
pa-
gar el jornal a distintos negreros para poder ca-
tequizar a sus hermanos negros. Su celo apost-
lico no conoca lmites ni
se
ufanaba por
cuan-
tas humillaciones pudiese
sufrir
Las
casas
de los esclavos negros eran cuatro
paredes en
donde
vivan
centenares
de ellos
amontonados
sin
ms cama
que el duro
suelo
Las epidemias de viruela
eran
frecuentes por lo
que
haba
muchos muertos con frecuencia. All
iba
Claver
con
un
bastn en
la
mano en
forma
de cruz con un crucifijo en el pecho con una
estola
y los
santos
leos y con los
alimentos
medic inas que
poda
recoger. Uno por uno los
trataba Claver
dando
a cada
cual
lo que poda
segn la misericordia Divina. Luego
haca
un
pe
queo altar y
celebraba misa
all
dentro
mientras
los distintos
intrpretes
negros
iban
repitiendo
todo
cuanto
deca Claver.
l esclavo de
s
es-
clavos
repeta
con insistencia era su nico de-
seo.
Su
principal objet ivo
era
siempre la salva-
cin
de
las almas
lo
dems
lo
dejaba en
ma-
nos de la Providencia. Visitaba a los negros
preguntndoles si estaban dispuestos y en
caso
afirmativo los bautizaba ponindoles
en
el cue-
llo una medal la con los
nombres
de Jess de
Mara con el encargo de que no se la
quitaran
nunca Luego con lgrimas en los ojos les ense-
aba la seal de la
Santa
Cruz y de rodillas les
explicaba las enseanzas evanglicas.
Tampoco le faltaba energa al P. Claver
para
reprimir con severidad cualesquiera actos de es-
cndalo o de pblica
deshonestidad
entre los ne-
gros
en
algunas
de
sus
danzas o fiestas.
Una de
sus principales desvelos fue
el
de
procurar
que
los esclavos
no
trabajasen los das festivos in-
cluso sala.
fiador
delante
de
los amos para
que
no cas tigasen a sus esclavos.
El
3 de
abril
de 1622 a instancias del
P
Ge-
neral de la Compaa P. Mucio Viteleschi hizo
profesin de los 4 votos a los
que
Claver quiso
aadir un quinto voto firmado de su
propia
ma-
no a saber el
de
consagrarse todos los
das de
su vida al servic io de los negros.
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13/40
Claver se pasaba
muchas
horas en el confe-
sionario
absolviendo a
muchsimas almas que
acudan en tropel
a las sabias recomendaciones
de
su
ministerio
La santidad de Claver quien buscaba la sal-
vacin de las
almas
mirando por el
bien
espiri-
tual
de
cada
una
de ellas humill b pblicamen
te
a
personas
de
alta alcurnia espaola
de
raza
blanca cuando iban a confesarse
puesto
que si
venan varones
los
despeda
con
dulzura
indicn
doles que no les fal taran otros confesores y si
eran seoras les
adverta
que
su
confesionario
era
demasiado pequeo
y
solamente apropiado
para las negras y si a pesar de tales invi tacio-
nes
de ir en
busca de
otro confesor
esperaban
Claver no confesaba a
ningn
blanco hasta ha-
ber terminado
con
la larga
fila de esclavos ne-
gros
Estos y otros hechos similares hicieron au-
mentar el amor
propio de
algunas
personas
en-
gredas
que
demasiado
mundanas
para
no ver
en
estos
hechos
la
especial santidad de Claver
denunciaron
a los
Superiores de
Claver
este de-
recho de preferencia que se daba a los negros
en el confesionario
fundndose
en que la Iglesia
no debe
diferenciar
las razas a la hora de admi-
nistrar los sacramentos Claver hubiese
podido
responder que
aquella
esclavitud
de
negros
que
tenan delante
de
sus ojos
y
que muchos
de ellos
defendan era
un
pecado abominable
ante los
ojos de Dios para quien
todos
los
hombres
somos
hijos suyos por
igual
con
los
mismos
derechos
y
deberes
Pero no Claver
aguanta
sufre reza
confiando constantemente
a
pesar
de las con-
tradicciones humanas en la
infinita
misericor-
dia y bondad de Dios No sale de sus labios la
ms
leve insinuacin
de
protesta
Sin
embargo
esta malvola instigacin diab-
lica dio sus frutos
En
efecto los
superiores
de
la
Compaa
de
Jess no
slo
advirtieron
seria-
mente
a Claver s ino
que estaban
resueltos a
expulsarlo
de
la compaa
a
la que
Claver
tanto
amaba y dio
por
ella y lo hubieran hecho de
no mediar en el asunto el P General quien a
resultas
de una carta
que
el
propio
Claver le
escr ibi explicndole las razones de ndole espi
ritual y
apostlica que
movan
su
actuacin ab-
solvi de toda culpa a Claver cuya virtud y pie-
dad santa
era
reconocida no slo entre los ne-
gros sino
tambin entre
muchsimos blancos
como
es
el
caso de
un
oficial espaol
Pedro
5
Caldern empleado en la
Santa
Inquisicin de
Cartagena quien deca
que
desde que se haba
confesado
con el
p Claver
no
se conoca a s
mismo porque instruido en sus
consejos cami
naba sin dificultad por el camino
de
la
virtud
Claver
ms
de
una
vez
haba
cado
exhaus-
to
vctima
del cansancio y aun
as
se
pasaba
noches enteras rezando Dispuesto continuamen-
te para aquel
que reclamase
su presencia dor-
ma
vestido Su celda era como una extensa far-
macia
llena de remedios para aliviar las dolen-
cias de aquellos
enfermos
negros a quienes vi-
sit aba en sus
mseras
cabaas haciendo las fae-
nas si preciso era del
ms humlide
criado
Dios concedi al P Claver
el
poder de
obrar
milagros curando a numerosos enfermos y con-
virtindolos a la Santa Fe Catlica Dios le dio
el
poder en ms
de
una
ocasin
de
resucitar
a
muertos Tanta era la
fe y
caridad
de Claver
que
tena
por cos tumbre la prct ica de lamer y
besar las l lagas
ms repugnan
tes
de
los negros
enfermos
aunque
fuesen leprosos
Cuando ya nadie se
acercaba
a los negros
apestados slo quedaba all Claver impertrrito
junto a sus hermanos negros y cuando algn
negro mora le
lloraba
como si
hijo
suyo fuera
y
cuando alguna embarcacin
de negreros parta
de
Cartagena
hacia
otro
mercado Claver per-
maneca en la orilla hasta que el buque
se
per-
da de
vista
rezando
por
los negros
que
se
iban
Haba
entonces
en
Cartagena de Indias dos
hospitales El primero
se llamaba
n
Sebastin
confiado a los religiosos de San Juan de Dios
a quienes
ayudaba
tanto Claver que pblicamen-
te decan que l slo
trabajaba
ms que cuaren-
ta misioneros El segundo era el de
n
zaro
a
donde
eran destinados los negros leprosos en-
tre
quienes Claver
ejerca
su intenso apostolado
A pesar de tantos y pesados trabajos fue nom-
brado por el rector del Colegio de
Jesuitas de
Cartagena
Ministro
para
encargarse de
la disci-
plina regular y
adems
Maestro
de Novicios ofi-
cios
que cumpli con
ejemplar exactitud Con-
virti a
muchos apstatas y
pocos herejes
Entre
estas
conversiones figura
la de
un ingls
obispo
protestante
anglicano
apresado en una de
las galeras espaolas en la baha
de
Cartagena
de Indias All llegaban
tambin
rabes a quienes
trataba Claver
con suma car idad
y paciencia Con
su
ejemplo
convi rti a muchos
Muchas noches iba Claver
recorriendo
las ca-
lles de
Carta
gena de
Indias con nimo
de ganar
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26
almas para Jesucristo
y
visitaba
a los reos
en
las prisiones
encarecindoles
en
el
amor
a Dios
e
instando
a los
jueces
y
procuradores
celeridad
y prontitud en
las causas
para que quienes es-
taban
esperando en
la crcel no estuviesen all
ms de
lo
preciso
exigido
por la
ley Cuando
alguna
vez alguien
era condenado
a
la pena
m-
xima Claver estaba rezando
con l
hasta
el
l-
timo
segundo
El propio
Claver
compraba
negros no
para
hacerlos
esclavos
sino
para
instruirlos
y
usar
de ellos
como intrpretes
dndoles la
libertad
a cambio; gracias a ellos Claver
bautiz
a 400 000
negros
Su
apostolado no
se
limit
a Cartagena
tambin iba por numerosos pueblos vecinos a
las minas plantaciones etc escalando monta-
as pasando
por la lluvia y el lodo si
era
pre-
ciso
con ta l
de evangelizar a
sus
negros
Las galeras
espaolas
venan
regularmente en
septiembre
a Cartagena y all se
reuna una
gran
flota
para transportar
a
Espaa distintas
rique-
zas de los
distintos
Reinos
de Indias
La
ciudad
era entonces semillero de juego disputas pros-
titucin
fraude
etc
Claver
se
colocaba
en medio
de este
psimo
ambiente increpndolos
al
fervor
y a
la piedad
cristiana logrando numerosos
fru-
tos espirituales Dios favoreci a Claver
con
el
don de
leer
en
los
corazones
de los
hombres
y
con
el
don
de
la profeca para
el
bien de
l as al-
mas encomendadas
a
su
ministerio
sacerdotal
El P Claver rezaba incesantemente
imitando
los dolores
de Jesucristo en
su
pasin
y cruz
bien
colocndose
un a
corona de espinas
una enorme
cruz
sobre sus
espaldas
o
bien
flagelndose
la
espalda
con un
duro
ltigo
amn
de cilicios y
otros
suplicios
que
se aplicaba El Extasi s fue
otro de
los dones
que
Dios concedi a Clavero
Tena una gran devocin a la Virgen rezaba dia-
riamente
el
Santo
Rosario Distribua
cada ao
entre sus enfermos
negros nueve mil
rosarios
recomendndoles
lo
llevasen colgado
en
el
cuello
Tanto era
su
amor
a los negros
que
lleg a
pedir
a sus
superiores
lo enviasen a la Guinea
africana
para
convertirlos
a todos La
fama
de
Santidad de Claver aumentaba de da
en
da Car-
tagena
de Indias
pas
de se r
una ciudad
corrom-
pida
a
una mansin virtuosa
gracias a Claver
y
no
haba
nadie
que
pasase
por all
que
no fue-
se a visitarlo
incluso
obispos y vicarios
iban
a
pedirle
consejo
En
el
ao
1650 se
propag una terrible peste
por
aquellas
tierras Claver a pesar de
su
avan-
zada edad
socorre
a los
enfermos con tanta
ilu-
sin y alegra como en los primeros aos de su
apostolado
Pero
esta vez la peste
enferm
al
Santo
Claver de gravedad
Se
consider
prudente
administrarle
el
sagrado
vitico Claver
apenas
sin
fuerzas quiso
recibir
al Seor de
rodillas
pero se lo
impidieron Mis pecados, deca
son
los que han trado la peste a esta ciudad.
Y es-
tando como estaba todava llamaba a uno de sus
hermanos
negros para que lo flagelase y
pusiera
los cilicios
Antes
de morir
quiso
despedirse
de los
lepro-
sos
de
San Lzaro A este efecto
encarg
un ca-
ballo
con
tan
mala for tuna
que cay
de
l du-
rante
el trote
que la bestia emprendi
llevndose
a Claver a
rastras
por
el suelo
Milagrosamente
Claver
no sufri
lesin alguna Lleg por fin al
hospital
y se despidi de
sus enfermos predi-
lectos
Uno
de
los religiosos
je suit as de
Cartagena
deseando
contentar
a Claver le regal
la
biogra-
fa del
santo
hermano Alonso Rodrguez que
acababa de recibir
de
Espaa Al
ver el
libro
ex-
clam con lgrimas en
los
ojos
alabanzas
a Dios
Uno
de
los
adornos de
la celda
de
Claver
desde
que
lleg a las
Indias
fue el
retrato
del hermano
Rodrguez
Dios le comunic
al P
Claver el
da
de
su
muerte
por
lo que encarg al
hermano
Nico-
ls Gonzlez
que su cuerpo
fuese enterrado cero
ca
de su
confesionario
pero
el hermano le res-
pondi que
lo
depositaran en la
Capil la del San-
to
Cristo
El
da
6
de septiembre de
1654
tras
unas fuertes calenturas
ocasionadas por la fiebre
se
despidi de todos y
entr en
agona
Todava
su corazn
lati
hasta
el
da
8
del
mismo
mes
martes;
mientras
repeta
los dulcsimos
nombres
de
Jess
y de Mara expir a la edad de setenta
y
cuatro
aos
El 2 de septiembre
de 1851
lo beatific
el
Papa
Po
IX
y el 1 de enero de 1888
lo declar
Santo
juntamente
con
el hermano Alonso Ro-
drguez
el Papa
Len
XIII
Para ampliar
sobre
el tema, vase en CRISTIANDAD un nmero mo-
nogrfico sobre el Claver titulado L IGLE-
S Y LA ESCLAVITUD,
n
83 publicado el 1 de
septiembre de 1947.
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1 .
Se;
OI S
DE
S NT
PERE L VER
MOSN JACINTO VERDAGUER
127
Puig
lo
Cel vos
ha
enviat
co m
un
altre Xavier
Gloris Pere Claver
dunos vostra caritat.
En ton cel Esglesia
Santa
quin
sol
brilla tan herms
es Hum
clara
y clarejanta
oh
Claver la
e n ~ u
vs
Gloria a Deu qu e
bondads
aqueix a st re n s h a enviat.
De
la
terra
catalana
vs nas quereu en lo cor
de familia
cristiana
tal es l arbre
ta l
la flor.
Tu ets
Verd
lo
gerro d or
d aqueix Lliri inmaculat.
So n co r d angel ve u
Mara
y del
se u amor
l ompl;
y dantlo a
la
Companya
fesmen diu
un
seraf;
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16/40
128
per mirall se l escull
lo
meu
Fill crucificat.
Fill d Ignasi
un
jom visita
Montserrat
ton
camaril
a
la
Reyna
qu e hi habita
que l a n t ro ba de gentil.
A so s
peus
se postra humil
mes I humil sera exaltat.
Transportat
a l alta Gloria
un
trono
Rodrguez veu;
n ei x trono de victoria
qui iseur?
- d e m a n a
a Deu.
H i seura l Dexeble te u
que a
tal
p re mi e st cridat.
J a l America us demana
per posarvos en so n cor
flor hermosa catalana
del
jard del Salvador.
Tot un m on c or re a 1 010r
de la vostra santedat.
Negres
l
Africa l i envia
L Asia turchs a c on ve rt ir
cors ma la ts de I heregia
l i dar Europa a guarir.
Fa
I America florir
son
ardent Apostolat.
Per salvar los pobres negres
vos heu fe t lo seu esc1au;
de
so s
cors tristos a le gre s
vs Claver teniu
la
c1au;
quants c en ts m il s ne batejau
que a
l infem
n heu
arrencat.
E n l es l la gu es c an ce ro se s
vostre llavi s imprim;
les ll ag ues v os eren roses
I hospital v os tr e j ar d .
qu e es
pert
obriu cam
da u consol al desterrat.
Cartagena conmoguda
crida
un dia:
Sant
se
mor
To t en ella en dol se
muda;
sa alegria en greu tristor;
Vs p uj au a l trono
d or
a Ro dr g ue z r ev el at .
Vost re s m an s to t mal guariren
lo v in en t v os tr e ull preveu
del sepucre ls morts
sortien
cridats per
la
vostra veu;
fins lo vostre vell manteu
maravelles
mi l ha obrat.
vs a tots los qu e pateixen
los
teniu en vostre
cor
y als qu e ingrats vos aborreixen
los am au am b m s
amor.
Lliurau
lo
cs de dolor
y l anima
de pecat.
A
do s
mons
iluminareu
un y altre us volen seu;
a
dos segles admirareu
ta l
virtud
vo s
don
Deu.
Pe r
l escala de la creu
cel
am unt q uan
he u
pujat.
N os tr a E sp an ya
en
vs espera
Catalunya
ms
de cor;
prega
a vs
la terra entera
deIs esc1aus deslliurador.
Del dimoni s ou t er ro r
de Jess
fidel Trasllat
Gloris
Pere
Claver
dunos
vostra
caritat.
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9
P SION DE
PEDRO
L VER
FRANCISCO S V MIQUEL
Cuando un
lejano da de septiembre de 1654
Claver mora en
Cartagena
de Indias la
irrumpe en la iglesia donde re-
su figura
blanca de
pureza y de
muerte
y
abalanza sobre el
catafalco
en busca de reli-
as Un joven
ms
audaz haba entrado antes
la habitacin inmediatamente despus
de la
del
apstol
le corta
un dedo para
guar-
como reliquia.
Los
superiores
junto al le-
o del muerto le obligan a devolver la rel iquia
Pero en la igles ia los religiosos
no se basta-
n
para
contener a la masa aun
se
dice que
un
momento extremo hubo que llamar a la
Era
un
hecho que Claver
haba obrado
en vida
Se
le
atribuan
incluso resu-
es lo que no
iba
a hacer ahora
esde el cielo? Entran
en
la iglesia en tropel.
enfermos. Quieren que
les
toquen
las
del
santo. Es un
desbarajuste. De
lo
que
s
cuentan los
bigrafos
deduzco que los jesui-
as del Colegio de Cartagena debieron
de
pasar
n mal
rato. Afortunadamente hallbanse
all los
y otros se
ven
obligados
a ale-
ar
a la
muchedumbre
que hubiera despedazado
santo hambrienta
de
poseer un a reliquia blan-
los cir ios
amenazando a
los
tumultuo-
os devotos
con
la
punta
de sus
llamas.
Qu
haba ocurrido? Tiempo antes
Pedro
por sus extremas austeridades Claver
ba contrado
la
epidemia que azot a Carta-
momento no muere.
Queda afectado
un a
parlisis temblorosa que agita
sus
miem-
Pero
este achaque no le impide atender a
s
que
quieren confesar.
E incluso
se hace
llevar
un bajel
cargado
de
negros
que necesitan de
presencia.
Pero por qu ese
afn
de sacrificio por qu
a
necesidad casi
fsica de
hacer
expiacin?
la vida
del santo
hallo
dos fuentes
esta actitud: la
gran
devocin a la Pasin de
la
continuacin
de la Pasin en tantos
desgraciados.
Telogos hubo en aquel tiempo que conde-
la
esclavitud de los africanos. El negro
tratado a puntapis. Sobre
sus
espaldas desnu-
das los latigazos abren heridas
llagas Cristo
fue tratado as: insultado befado abofeteado
golpes
escupitajos.
Lo
mismo hacen
ciertos due-
os de corazn duro con la mercanca morena.
Las llagas son pasto de los insectos
tan
abundan-
tes all
y
a veces
aparecen
gusanos
Si unos
pobres
infelices de alma
ingenua
por el solo pecado de haber cado en
manos
de
un
tratante
han
de
sufrir increblemente y
si
Cristo
padece en
ellos si
la
Pasin
ahora
se
re-
pite va
a
quedarse ta n orondo en su
convento
el
p.
Claver
sin
administrar a sus miembros
una
correcc in que los sujete? Ya la sola estancia
en Cartagena
era un martirio. Haca
seis
meses
de un calor
seco
y
asfixiante
Innumerables
mos-
cas y mosquitos
constituan una
molestia inin-
terrumpida. Entre las virtudes del santo se ha
registrado la de soportar sin
queja
las
picaduras
de
esos insectos
de las que
no haca nada
por
liberarse. Eran
corrientes las f iebres
las
epi-
demias Y el P Claver como observa su bi-
grafo
Ledos
pudo
decir
que
como ejercicio
de
paciencia el
mero
hecho
de vivir
en Cartagena
era u na p ru eba suficiente de
constancia.
Cuando llegaba a algn lugar para
predicar
una misin elega la
peor
vivienda alguna ca-
suca
abandonada por sus
moradores
por su
mal
estado. Por
espritu
de mortificacin rechaza las
invitaciones a com er en
mansiones
acomodadas
y si alguna vez
acepta
manjares delicados
los
guarda
para
darlos a los pobres. Se
alimentaba
con arr oz mal cocido o crudo con
un
poco de
agua los das de ayuno la mxima parquedad
dcese
que
llegaba
a
no
probar
bocado o
A
veces acepta en las casas de los
negros una
croqueta de maz co n
ajo
limn
Se complaca
en mortificar
el sentido del gus-
to
rociando
sus
alimentos t
ceniza o mezcln-
dolos con hierbas amargas .
Vesta
con
pobreza:
sotana
descolorida; sombrero como el de un men-
digo Para celebrar misa
usaba
los
ornamentos
ms
viejos
Su celda es pobr sima. La
cama un
taburete
donde se sentaba una silla rota. Cuando alguno
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18/40
130
de los negros
que
le sirven
de intrprete cae
en-
fermo lo lleva a ella lo
acuesta
y
l
duerme en
el suelo.
Se complace
en los trabajos
ms
humil-
des: barrer sustituir al
portero. Soporta
sin que-
jarse
las
injurias
los reproches los
malos
tra-
tos. Desea verse despreciado.
Practica la
obedien-
cia. Mande lo
que mande
el
superior f i rm -
por
peligroso difcil o penoso que sea elevar
el
corazn
a Dios
advertir
y
tendr en cuenta
que
es
Dios quien me lo manda y ordena y como
una obra mandada
por
Dios y no
por
el
hombre
la
realizar sin dilacin con una
obediencia
cie-
ga una diligencia anglica
considerando una gran
gracia
de Dios que
me
la mande y
se
digne ser-
virse de m.
Obedeca con gran sencillez. Se produce un
altercado.
Alguien
ha peleado con uno
de los intrpre-
tes negros al servicio
de
Clavero
Quin
ser
el
culpable?
El superior P. Juan de Arcos le echa
a l
la
culpa. Y
lo
tiene durante
una media
hora
arrodillado en
el
refectorio. Todos le
mandan.
No
cuesta
que Claver
vea en
el
prjimo
aun
en
la
persona ms
humilde
a un
superior.
En
la
sacrista el hermano
sacristn; en la portera
el portero; en el refectorio el prefecto
el
coci-
nero
...
Su
cuerpo
era
un
rbol sacrificado: discipli.
nas cilicios...
Sacri ficado como en
la cruz: esa
crucifixin que
contemplaba en
las
lminas
de
la Vida de
uestro Seor
Jesucristo
del
Padre
Bartolom Ricci. Tena
la celda
rodeada de im-
genes de la Pasin.
Pero
l
supo verla en el
mar-
tirio
de
los
negros. Alfonso
Sandoval
deca que
el
apostolado de
stos es uno de los ejercicios
que ms aprovechan a la caridad pues
un
mi-
nisterio
de gentes
humildes produce
corazones
humildes.
El
Santo
que a los
cuatro
votos de la Com-
pa a haba aad ido un quinto que se resuma
en
la firma: Petrus laver ethiopum semper
servus
haba podido contemplar
el calvario de
esos inocentes.
Como
nios n ios a los
que hay
que
bautizar.
Nios que son cazados en Africa
amontonados
en
las
bodegas de los
barcos
con-
traen
enfermedades
epidemias... A la l legada de
un
barco
Claver
acude para ayudarles
fsica es-
piritualmente
. .. Aquellos infelices
estn
desespe-
rados. Creen que los
blancos
les
van
a dar muer-
te. Algunos se
echan al
mar. Otros intentan
de-
jarse
morir
de hambre. Cuando temen la apa-
ricin
de un
enemigo
cruel surge la figura bon
dadosa
de aquel hombre que los
abraza
los
alienta les da nimos les devuelve el
deseo
de
vivir...
La
vida ya no
ser tan mala
entre
los
blan-
cos cuando
existen hombres
buenos como aqul.
La
Pasin contina.
Si Claver
extrema
su
bondad
hay colonos de entraas de piedra que lo s ex-
plotan
a latigazos. Apenas si les visten. Una co-
mida irr isoria.
Les
hacen trabajar
de noche e
incluso los domingos. Y si
alguna
fiesta les
dan
se
compensan no
dndoles
la
comida.
Cuando
el esclavo es viejo o
ya
no sirve le
conceden la
libertad
pero
dejndoles
en la
miseria.
Esos esclavos
insultados
su s dueos les lla-
man perro
bruto caballo s ienten este
trato
moral
ms
que
los palos y violencias fsicas.
Cuando
estalla una
epidemia
no
le
importa
el
olor
a
putrefaccin que
se
respira en algunas
de
las grandes cabaas
donde
se hacinan
lo s ne-
gros
apestados.
Les besa las llagas. Les arregla
la cama. Los
tiende
encima de su
manteo
que
despus aparecer salpicado de suciedades.
Su
tcnica de
apostolado
que
es censurada
por algn
superior
al que sin
embargo obedece
prontamente es
de una
absoluta
simplicidad. n-
tes de bautizar a los negros les
predica
valin-
dose de lo
que hoy llamaramos
medios
audio-
visuales. Un pendn con
la figura
de
Cristo
cru-
cificado derramando sangre que sirve para lavar
en
el
bautismo
a los negros. Cada
bautizado
re-
cibe
de
Claver
una medalla
de plomo o cobre
en cuyo
anverso
est escrito
el
nombre de Jess
y en el
reverso
el de Mara.
Durante la Cuaresma se entregaba
si
era
posible
todava ms
a
sus hermanos
los esc la
vos. Sala a la calle en su busca los
reuna
en
la iglesia se
entregaba
a confesar los no acep-
taba
penitentes
de
raza
blanca
aunque
a fuerza
de
terquedad algunas damas
consiguieran con
fesarse
con
l. Si
adivinaba que
algn penitente
no
tena verdadera
contriccin se
levantaba
del
confesionario
lo tomaba
de
la
mano y
blandien-
do en
l a izquie rda
su crucifijo lo arrodillaba
ante el Cristo
rezaba
con l el acto de contr ic
cin le
haca repetir :
Seor os amo
mucho.
El
apostolado ent re toda clase de enfermos
qu
no haca
distincin de razas y entre
criminales y
condenados
a
muerte
completaban
el
cuadro
de las miserias de Claver miserias
de
donde
arrancaba
el hambre de
negarse
a s
mismo y la bsqueda de una nueva
Pasin mar-
tirizada.
7/26/2019 1980050590.pdf
19/40
V NO
LOS
SUyOS
131
La Encarnacin del Hijo de Dios es
una
ver
dad
revelada que la Iglesia, con magisterio infa
lible, propone a
nuestra
fe, y
que
debe se r admi
tida, eodem sensu, eademque sententia. El Evan
gelista
San
Juan lo afirma categricamente, cuan-
do
escribe: y el
Verbo se
hizo carne
In
1 14 ;
en
su primera car ta repite:
Lo que era desde
el
principio,
lo que
hemos
odo, lo que
hemos
visto
con nuest ros
ojos,
lo
que
contemplamos,
y
palparon
nuestras
manos
tocando
al
Verbo
de
vida,
porque la vida
se
ha manifestado,
y noso
tros
hemos
visto y
testificamos
y
os
anunciamos
la
vida
eterna,
que
estaba en el Padre y se nos
manifest
. . . 1.
a
Jn.
1 1
2). Todo,
en
los
Sagrados
Evangelios, nos habla de la
Persona
de
Jess,
de
su Mensaje de
salvacin,
de sus palabras, mila
gros, actitudes, etc.; lo humano encubre al Verbo
eterno, Dios como
el
Padre y
el
Espritu Santo.
No menos
claras
son las Epstolas
apostlicas,
es
pecialmente San Pedro, San
Pablo,
San Juan y
los
Hechos
de
los
Apstoles;
el
testimonio
de ta
les documentos es
tan
fehaciente que no se puede
negar
su genuina his toric idad , s in poner en peli
gro el talante cientfico
de
los detractores.
Los Smbolos
de
la fe; los Sagrados Concilios
Ecumnicos
de
Nicea 325); Constantinopla 381);
Efeso
43l ; Calcedonia
45l),
por
citar algunos
muy
sobresalientes; los
Santos Padres
y el cons
tante Magisterio de
la Iglesia,
siempre han
ex
puesto
con
autoridad, y
defendido
contra los he
rejes, el hecho
de la Encarnacin del Hijo de
Dios, y por
tanto,
la s
dos
naturalezas subsisten-
tes
en
la Persona divina del Verbo; lo
mismo
que
la perpe tua v irgin idad
de
Mara Santsima, tan
ntimamente ligada a la Persona de su Hijo y a
su obra
redentora;
con toda propiedad
debe
ser
llama
Theotocos, es
decir,
Madre de Dios. El
Evangelista San Lucas, describe al detal le ,
el
he
cho de la anunciacin a la Virgen,
el
Nacimiento
de
Jess en Beln,
otros
acontecimientos de la
infancia del Seor. En efecto, el Verbo que, se
gn
San Juan,
era Dios, vino a los suyos,
pero
los suyos
no
le recibieron In 1-1l).
Para
ahon-
FR Y NTONIO E
LUGo
O.S.H.
dar
en l as referencias de San
Lucas,
es p reci so
tener
a la vista, el texto de San Juan.
La
lectura
de San
Pablo,
ayuda
a profundizar
en
la contem-
placin del misterio de Cristo,
que como
escribe
a
los
filipenses, semetipsum exinanivit, formam
servi accipiens,
in
similitudinem hominum
factus
et
hab