1.919.460.3797 ¿QUÉ PUEDEN HACER LOS CREYENTES EN DÍAS …€¦ · A Través de la Biblia 1 ¿Qué pueden hacer los creyentes en días de apostasía? Pero vosotros, amados, edifi

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¿QUÉ PUEDEN HACER LOS CREYENTES

EN DÍAS DE APOSTASÍA?

¿QUÉ PUEDEN HACER LOS CREYENTES

EN DÍAS DE APOSTASÍA?

J. Vernon McGee

©2019 THRU THE BIBLE RADIO NETWORK

Impreso en los Estados Unidos

Al menos que se indique lo contrario, el texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina;

© renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.Reina-Valera 1960TM es una marca registrada de la American Bible Society,

y puede ser usada solamente bajo licencia.

Este folleto está basado en la enseñanza del Dr. J. Vernon McGee (1904-1988), autor del estudio bíblico A Través de la Biblia.

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A Través de la Biblia

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¿Qué pueden hacer los creyentes en días de

apostasía?Pero vosotros, amados, edifi cándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otrostened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 20-25)

La apostasía ha llegado

En la hora actual, la iglesia se encuentra en un estado triste. Lo que es alarmante es que la iglesia está satisfecha con su condición. Algunos predicadores están sumamente preocupados en cuanto a ello, pero están en la minoría. Encuentro a pocas personas que están perturbadas hoy. Mucha de la iglesia ha aceptado este deplorable estado en el cual estamos, y siente que no se puede hacer nada en cuanto a ello.

Al acercarnos a este tema de la apostasía, yo quisiera defi nir nuestros términos para que no nos perdamos en el laberinto de la desconcertante nomenclatura teológica. Necesitamos entender exactamente lo que es la apostasía antes de que podamos saber

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¿Qué pueden hacer los creyentes en días de apostasía?

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exactamente qué hacer en cuanto a ella.

Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. (1 Timoteo 4:1)

El versículo comienza con la pequeña palabra griega de (pero) que indica un contraste con el temprano credo doctrinal dado en el versículo que lo precede inmediatamente:

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. (1 Timoteo 3:16)

“Postreros tiempos” en 1 Timoteo 4:1 es una expresión técnica. En la Biblia, se encuentran los términos “postreros días”, “el tiempo postrero” o “el tiempo del fin”. La Biblia no usa la expresión “el fin del tiempo” porque el mundo no termina. (Aunque “el fin del mundo” aparece en nuestra versión autorizada, es más correcto “el fin del siglo”. Oh, yo sé que habrá un nuevo cielo y una nueva tierra, pero eso no quiere decir que nos deshagamos de la tierra. Está aquí por toda la eternidad. Por lo tanto, no hay tal cosa – en lo que a la Palabra de Dios respecta, como el fin del mundo o el fin del tiempo). Pero hay tal cosa como los postreros días, los postreros tiempos, y el fin del siglo. Cuando Ud. encuentra esta expresión en las Escrituras, necesita discernir a lo que se refiere. Puede referirse a la nación de Israel (como en Génesis 49:1) o puede referirse a la iglesia. Esos “días postreros” se refieren a un definido periodo técnico que el Señor Jesús en el Discurso de los Olivos etiquetó el periodo de la Gran Tribulación.

Cuando Pablo la usa aquí, hablando al joven predicador Timoteo, él se refiere a los días postreros de la iglesia – es decir, esos días inmediatamente precedentes al Rapto. Así es cómo concluirá la iglesia su carrera terrenal: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe…” (1 Timoteo 4:1). En otras palabras, el Espíritu de Dios enfatiza a creyentes que en los postreros días algunos se apartarán de la fe.


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La expresión “apostatarán de la fe” es donde queremos centrar nuestra atención. La palabra “apostatarán” es el griego aphistemi, formada por la pequeña preposición apo la cual significa “irse de”, e histomi, que significa “pararse”. La apostasía (que transferimos al español por transliteración) significa “pararse lejos de”. Significa profesar algo en algún tiempo y negar en otro tiempo algo que una vez Ud. profesaba. Webster, quien siempre hace un buen trabajo de definir palabras, dice que la apostasía es “el abandono de lo que uno ha profesado voluntariamente; total deserción de los principios de la fe”. Abandono de aquello que se profesaba voluntariamente. Nuestro Señor usó esa expresión cuando Él daba la parábola del sembrador. Refiriéndose a la semilla que cayó sobre piedra, Él dijo:

Los de sobre la piedra son los que, habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. (Lucas 8:13)

“Se apartan” es el griego aphistemi –ellos apostatan. Profesaron creer, entonces se alejaron de ello. Ya no creen; se han apartado de la fe. La apostasía sería imposible entre tribus no evangelizadas que nunca escucharon el evangelio. Un apóstata es uno que no solo ha oído el evangelio, sino que es uno que ha profesado creerlo, y entonces se aparta de ello. Eso es apostasía. Esta palabra ocurre también en Hebreos:

Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. (Hebreos 3:12)

Aquí hay aquellos que han profesado creer, entonces ya no creen. Se han apartado de ello. Una y otra vez he oído esto entre predicadores. Hoy hay miles de hombres en el ministerio (y ellos son unos infelices) quienes pueden decir: “Yo una vez lo profesaba, pero ya no lo creo”.

Yo quiero dar un ejemplo que me parece alarmante. Francamente, debe causarnos a inclinar la cabeza en humildad ante Dios y pedir Su ayuda. Se nos dice que nos examinemos para estar seguros de que estemos en la fe. Estos son días en los cuales el pueblo de Dios necesita examinar su relación con Cristo.


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Tal vez le sorprende saber que Karl Marx era un apóstata. Este es el hombre que escribió Das Capital, la base del comunismo y la revolución mundial. Él se crio en un hogar cristiano. Su padre, quien descendió de un largo linaje de rabíes, aceptó el bautismo para su familia cuando Karl tenía seis años de edad. El joven Karl asistió al gimnasio en Trier y los exámenes que tomó al graduarse de la escuela se han descubierto. El que ganó la mayor aprobación incondicional fue un ensayo teológico sobre la unión de los fieles en Cristo según Juan 15:1-14 descrito en su origen y esencia, en su necesidad incondicional y su efecto. ¡Ese en un tema impresionante para un joven! Fue evaluado por el maestro como una presentación bien pensada, copiosa y poderosa del tema. Este es el hombre que escribió la ideología para estados impíos. ¡Él era un apóstata! Una vez él profesó creer algo; pero vino un día cuando él se alejó de ello y entonces ya no lo creyó.

En mi propia vida he conocido hombre tras hombre que una vez predicaban la fe, entonces después de algún tiempo, la repudiaron enteramente. Son apóstatas. La Palabra de Dios advierte que esto sucederá: “En los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe” – llegarán a ser apóstatas.

Todos los escritores Novo Testamentarios hablan de la apostasía venidera. Para ellos era solo una pequeña nube sobre el horizonte del tamaño de la mano de un hombre. Pero esa nube ahora ha oscurecido y cubierto el cielo. Hoy Ud. y yo estamos en la tormenta. Estamos viendo una de las apartadas más grandes de la fe en la historia de la iglesia.

Cuando la iglesia era joven, pensaba en sí misma como una peregrina y extranjera en este mundo. Era fiel al Señor. Predicaba el evangelio, como se define en 1 Corintios 15:1-8. Si hubiera continuado en esa condición, habría habido un evangelismo mundial en los primeros 500 años. Pero en el 313 a.C. Constantino fue convertido. Él proclamó el Edicto de la toleración, el cual significó el fin de la persecución. La iglesia ya no era una iglesia mártir. Salió de las catacumbas. Cinco millones de cristianos habían derramado su sangre y habían entregado sus vidas con gusto por Jesucristo. Pero de repente la iglesia se encontró en poder. Agustín, un gran hombre con una mente


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brillante, escribió La ciudad de Dios, el cual le dio a la iglesia una visión de edificar el reino de Dios aquí abajo sobre esta tierra. De hecho esto explica el catolicismo romano de hoy. Ellos han tratado de hacer lo que dijo Agustín que la iglesia debía hacer.

Su misión era predicar la Palabra de Dios y ganar a hombres a Jesucristo. Pero se apartó de eso. Para fines del siglo diecinueve, con la tremenda expansión del Imperio británico, las ideas y nociones más optimistas entraron en la iglesia. Permítame darle dos ilustraciones de esto. Ernest Naville en su libro, El problema del mal, señaló que la civilización de Europa la cual él caracterizó como una civilización cristiana, “visiblemente está haciendo la conquista del mundo. Su triunfo es solo asunto de tiempo. Nadie lo duda”. Hace pocos años un hombre podía hacer esa declaración y nadie lo contradecía. (Oh, había algunos viejos anticuados quienes le contradecían, pero nadie les prestaba atención a ellos). Pero, ¡cuán absurda es esa declaración hoy!

También, Justin Smith escribió en 1883: “Se ha dicho que en veinticinco años más, si la tasa de progreso continúa, la India llegará a ser tan cristiana como Inglaterra. Habrá unos 30,000,000 de cristianos en la China y el Japón será tan enteramente cristianizado como lo es América ahora. Los antiguos sistemas, nos dicen, están infiltrados completamente por influencia cristiana. Parece que un día pronto cuando estos sistemas, atacados por vigorosos golpes, caerán en un tremendo colapso. Entretanto, toda arma formada contra el cristianismo se rompe en la mano del que la tiene. Ya la mano derecha del Señor le ha conseguido la victoria”. Y así sigue en esa vena, ¡como si el mundo entero fuera a convertirse para el principio del siglo veinte!

Sin embargo, hoy hay una línea de demarcación que corre por la iglesia organizada, no importa la denominación, que es tan honda y tan ancha como el Gran Cañón. Esta brecha no se puede resolver, y no se puede reconciliar. Ha pasado el punto de no retorno. Esta bifurcación en la iglesia empezó hace años en Alemania en el último cuarto del siglo diecinueve. Se originó con lo que se conoce como crítica alta. Primero la hipótesis GrafWellhausen hace su ataque sobre la integridad del Pentateuco (los primeros cinco libros de la Biblia escritos por Moisés), y el ataque fue, por supuesto, sobre la autoría mosaica. Entonces hubo la hipótesis Bauer-Tibingen que se hizo sobre


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el Nuevo Testamento. Estos empezaron el asalto sobre la integridad de la Palabra de Dios. También durante ese siglo Darwin escribió su Origen de las especias, y la teoría de la evolución se introdujo en la iglesia y fue aceptada por muchos. También fue en este tiempo que Karl Marx escribió Das Capital.

Al comienzo del siglo estas filosofías dividían a la iglesia. Los protagonistas quienes proponían estos puntos de vista jactanciosamente tomaron el nombre “modernismo”. Eran progresivos, modernos e intelectuales según su propia estimación. Aquellos que no adoptaban su punto de vista se llamaban “oscurantistas intelectuales” – esa fue su designación favorita. Hoy el modernismo más o menos ha dejado de existir, y la etiqueta que lleva hoy es “liberalismo”. Eso cubre una multitud de pecados, ¡permítame decir! Cubre un rango ancho de aquellos que mantienen varios puntos de vista hoy en la iglesia.

Aquellos que se adherían a las declaraciones del antiguo credo de la iglesia y defendían los fundamentos de la fe se designaban como “fundamentalistas”. Este era el honorable y orgulloso nombre en los días de antaño. Bajo la bandera marchaba un pliegue de brillantes escolásticos y buenos caballeros cristianos del pasado. Los brillantes escolásticos judíos y griegos (quienes aún están por encima de cualquiera que hemos visto hoy) se llamaban fundamentalistas, porque eso es exactamente lo que eran. Ellos creían en la integridad de la Palabra de Dios.

Con el paso del tiempo, aparecieron en los rangos los que se denominaba “fundamentalistas peleadores”. Ellos tenían más interés en atacar que en defender la fe. Muchos de ellos no eran amables en su trato y cuestionables en su ética. También aparecieron entre los fundamentalistas estafadores haciendo mercadería de aquellos que amaban la Palabra de Dios.

Ahora, no me mal entienda, soy fundamentalista en el verdadero sentido de la palabra, pero hoy la etiqueta de “fundamentalismo” casi no se usa. La prensa lo usa como un término de aspersión o burla, y se les aplica a algunos grupos peculiares. Por ejemplo, hace varios años hubo artículos en la prensa concernientes a un grupo de mormones en


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el sur de Utah y el norte de Arizona quienes practicaban la poligamia, y ¡ellos se llamaban fundamentalistas! Encontramos que el término “fundamentalista” fue abandonado por muchos, y un término más amplio, “evangélico”, fue adoptado. Bajo esta bandera marchan muchos pájaros moteados. Es una frase general para los que intentan pararse por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Hoy el término que usamos más a menudo para designar a uno que se mantiene por los fundamentales de la fe es “conservador”.

Cuando yo entré en el ministerio en los 1930s, este asunto de la apostasía era algo que existía en el lejano futuro. Había modernismo, sí, pero era una minoría y desacreditado. El Dr. Machen absolutamente había puesto a los críticos del Nuevo Testamento (especialmente concerniente al nacimiento virginal) a correr—trataban de escaparse. El Dr. Robert Dick Wilson, el mayor escolástico del siglo veinte en respecto al Antiguo Testamento, hablaba cuarenta lenguas y había escrito muchos libros sobre estas lenguas antiguas. Le oí hacer la declaración que la cosa a la cual él objetaba era que sus críticos tenían que usar sus libros como fuente de material porque no había otros. El Dr. Wilson era un sobresaliente defensor de la fe.

Ahora todo esto ha cambiado. La tormenta se ha roto con toda su furia. Aunque yo no soy pesimista (rehúso a llamarme pesimista a menos que el pesimista pueda definirse como el hombre que apaga la luz que el optimista pensaba ver en la oscuridad, y no quiero apagar esa luz), no creo que necesitamos dejar que la apostasía nos tome por sorpresa. Debemos poder encontrarnos con ella en esta hora en la que vivimos y reconocerla por lo que es.

Nuestro Señor Jesús nunca predijo un éxito fenomenal para Su iglesia. Esto es lo que dijo:

…cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8)

En el griego es “la fe”, y la fe es aquel cuerpo de verdad que nos han dado los apóstoles. No es una referencia a fe personal, sino a creencia en el cuerpo entero de verdad revelada.


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La pregunta: “¿hallará fe en la tierra?” está expresada de tal manera en el griego que demanda una respuesta negativa. No, Él dice francamente que no hallará la fe en la tierra cuando Él regrese. Ahora yo reconozco que Él se está refiriendo al día cuando Él vuelva a establecer Su reino, pero esta hora en la cual vivimos es el principio de esa apostasía. Así que necesitamos reconocerlo. No deberíamos permitir que nos tome por sorpresa.

Judas es el libro en el Nuevo Testamento que trata casi exclusivamente con la apostasía. Judas empieza su tema con el versículo 4:

Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos…

Él amonesta en contra de ciertos hombres que han entrado encubiertamente. “Destinados” aquí significa que se escribió antes de ellos. Esto no es algo nuevo, dice Judas. Ellos eran “desde antes marcados para esta condenación”. Pasamos por un periodo cuando los teólogos decían que Dios estaba muerto. Por supuesto que dirían eso porque eran “hombres impíos” y Dios ni estaba en su pensar.

… que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

Una mejor traducción sería: “Ellos volvieron la gracia de nuestro Dios en evidente inmoralidad”. La diferencia hoy es el hecho de que el pecado, el cual antes estaba encubierto (estoy dispuesto a admitir que había pecado e incredulidad en la iglesia antes), es hoy evidente. La inmoralidad ha salido a la luz. Los ministros en nuestras grandes denominaciones están diciendo que el adulterio, la mentira y el robo son perfectamente permisibles. Ellos han vuelto la gracia de nuestro Dios en evidente inmoralidad.

Hace algunos años, un ministro en Washington, D.C., dijo: “A nosotros, los ministros liberales ya no nos interesa la controversia entre los fundamentalistas y los modernistas. No creemos que debemos perder nuestro tiempo involucrándonos en ello. En lo que a nosotros respecta, no hace una diferencia si Cristo nació de una virgen o no. No


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nos molestamos para formar una opinión sobre el tema”.

Un ministro de Arlington, Virginia, dijo: “Hemos cerrado nuestra mente a tal consideración trivial como la resurrección de Cristo. Si Uds., los fundamentalistas, desean creer ese disparate, no tenemos objeción, pero nosotros tenemos cosas más importantes para predicar que la presencia o la ausencia de una tumba vacía de hace veinte siglos”.

Un ministro principal en Washington, D.C., dijo enfáticamente: “En nuestra denominación lo que Uds. llaman ‘la fe de los padres’ casi está extinta. Por supuesto, algunos ministros mayores de edad aún se adhieren a la Biblia. Pero entre los más jóvenes, los verdaderos líderes de nuestra denominación de hoy, no conozco ni a uno que crea en Cristo, ni en cualquiera de las cosas que Uds. clasifican como fundamentos”.

Otro hombre dijo: “Estamos interesados en la vida humana y el destino humano en la tierra. No sabemos ni nos importa si hay vida más allá de la tumba. Presumimos que hay un Dios pero sabemos que Él siempre será un misterio para nosotros. No sabemos ni nos importa si Dios posee personalidad o no. Puede que Él sea solo una fuerza impersonal. La religión significa poco, si significa algo. En el mundo moderno la religión no tiene un lugar vital. La función de los ministros modernos es guiar el pensar de la gente en líneas sociales y económicas. La moralidad, como la religión, está pasada de moda. El mundo de hoy requiere un nuevo orden social. La generación joven no necesita ni moralidad ni religión si creamos un orden social sin ignorancia ni pobreza. Nos estamos moviendo en la dirección de eliminar la oración en nuestros servicios por completo. Todavía la incluimos a veces, para complacer a los que están acostumbrados a ella, porque la oración es algo así como un hábito con la gente. Toma tiempo educarles a la realización que es una reliquia del pasado supersticioso. No enseñamos la Biblia a nuestros jóvenes. No les enseñamos a orar. Nuestro programa para la juventud se centra alrededor de la recreación”.

Amigos, en el momento actual y desde hace algún tiempo ahora la iglesia ha estado involucrada en un gran programa de lavado de cerebros para librarse absolutamente de la Palabra de Dios. Ahora, yo


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asistí a una escuela con algunos de estos hombres, y sé qué tipo de calificaciones sacaron, así que su fachada intelectual es interesante de verdad.

Es mi creencia que los verdaderos creyentes deberían despertarse en esta hora. ¡Qué hora más maravillosa en la cual vivimos! Todavía podemos ser inteligentes y creer la Palabra de Dios, creer que Jesucristo se entrometió en la historia hace dos mil años y murió en una cruz, que resucitó otra vez corporalmente, ascendió al cielo y que Él está vivo hoy. Él ha enviado al Espíritu Santo al mundo, y el Espíritu Santo lo ha hecho real a multitudes de personas en cada camino de la vida. Este es nuestro mensaje, y es aún pertinente para esta hora para llenar las necesidades del corazón humano.

Lo siento por estos hombres que se han apartado de la fe. Mi corazón lo lamenta por los apóstatas, porque están perdidos sin brújula, perdidos en la oscuridad, perdidos sin saber a dónde van.

¿Ha estado Ud. perdido alguna vez?

Antes yo cazaba en las montañas Tehachapi en California. Hace unos años, un amigo y yo fuimos al Valle Kelso a cazar codornices. Estacionamos el carro y anduvimos dos o tres millas, pero no vimos ni una codorniz. Finalmente llegamos a una bandada de codornices, y ¡debía haber 200 aves en ella! Yo nunca había visto una bandada tan grande—créame, y nosotros estábamos entusiasmados. Mi compañero tenía una condición cardíaca, y se pasó y tuvo que regresar al carro. Pero yo me quedé y seguí esa bandada mientras se esparcía en todas las direcciones. Yo ni sabía dónde estaba. De repente se me ocurrió que estaba perdido. No sabía en qué dirección ir. Las estribaciones de las Tehachapis son terreno accidentado. Trepé encima de una de las estribaciones y miré alrededor para ver si podía reconocer algún lugar.

No podía ver ni un cerro, ni un árbol ni nada que me pareciera familiar. En un tiempo como ese, uno siente temor, así que empecé a caminar a prisa y caminé, estoy seguro, por treinta minutos. De repente, se me ocurrió que iba en la dirección equivocada. No podía ver nada familiar. Me volví y fui en la dirección contraria, pensando que iba a ver algo familiar. No había nada. Sin brújula, sin saber dónde estaba, me puse


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completamente aterrorizado. Otra vez trepé a la cima del cerro más alto en esa área y divisé el paisaje. Créame, oré al Señor que me sacara de esa situación. Mientras yo estaba parado allí, pensé en cuán trágico es estar perdido en este mundo y no saber a dónde uno va—no tener brújula, ni mapa ni nada. Solo perdido.

Debí haberme quedado allí por más de una hora orando y preguntándome. Finalmente vi un carro que venía por una vereda escabrosa. Unos hombres salieron y empezaron a caminar por el camino. Les llamé: “¿Han visto Uds. un carro azul?”

“Sí, está estacionado como una milla de aquí”. Esa era mi dirección. Bajé de ese cerro, subí por ese camino y vi a mi amigo—nunca había estado tan emocionado de ver a alguien en toda mi vida —allí estaba sentado, almorzando.

Amigo mío, hoy multitudes en este mundo están perdidas. Y la tragedia es que han dañado su brújula, han mutilado su mapa y ni saben en qué dirección ir.

Quizá Ud. está perdido.

Bueno, me alegro de poder decirle que este Libro, la Biblia, es una brújula y es un mapa. Claramente revela el camino a Dios. En ella, el Señor Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Multitudes que han estado perdidas en este mundo han venido a Él y han encontrado que es verdad, y Ud. también puede encontrar que es verdad hasta en estos días de apostasía.

¿Qué pueden hacer los creyentes?

Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. Algunos que dudan, convencedlos. A estos salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros


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sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 20-25)

Cuando Judas empezó a escribir su epístola, él nos dice que era su pensamiento escribir sobre algún tema perteneciente a nuestra común salvación. Me imagino que podía haber estado escribiendo sobre el arrepentimiento o la redención o la santificación o hasta de la venida de Cristo. Pero él fue desviado por el Espíritu Santo a escribir sobre la apostasía venidera, y él usa términos alarmantes para hablar de ella. Soy de la opinión que la gente en la iglesia primitiva, al leer la epístola de Judas, lo encontró difícil de creer que vendrían días cuando existiría ese tipo de apostasía en la iglesia.

La apostasía no está fuera de la iglesia. Está adentro. El ataque más severo sobre la Palabra de Dios, sobre la fe cristiana y sobre la iglesia viene desde dentro de la iglesia hoy. Tanto es así que Charles Lee Smith, quien fundó la Asociación para el avance del ateísmo, dijo: “¡El púlpito está haciendo un mejor trabajo que nosotros!” Ud. ya no verá el mayor ataque sobre la Palabra de Dios hecho en la plaza de la ciudad donde hablan los oradores callejeros—son miserables y no se comprometen. Vaya a alguna iglesia liberal hoy y escuchará el ataque más fuerte contra la Palabra de Dios. La Biblia se está desacreditando por toda América todos los domingos por la mañana.

Fue Horatius Bonar, un gran santo del pasado, quien hizo esta declaración a la luz de la pequeña epístola de Judas: “En algunas edades el mal parece dormirse. En los postreros días está totalmente despierto a plena vida y actividad. Se asirá de todo instrumento: la prensa, el púlpito, la plataforma”. Hoy el mal se ha apoderado de la prensa; se ha apoderado del púlpito y la plataforma. Bonar continúa: “Aprovechará toda ciencia y arte – la música, la escultura, la pintura, la fotografía, la filosofía – haciéndolas todas subordinadas a su desarrollo. La multiplicación de crímenes, desaprecio por las leyes, blasfemias – estos son los especímenes de la energía del mal”. En este día en el cual Ud. y yo vivimos, estas son las cosas que llenarán nuestros periódicos de por la mañana. No vale que yo recuente hasta el hastío las cosas que están pasando en nuestra sociedad contemporánea. Estamos ahora en medio de la apostasía.


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¿Qué puede hacer el pueblo de Dios? Judas detalla para nosotros que somos creyentes lo que podemos hacer en días de apostasía. Francamente, estas son cosas que debemos hacer si hemos de mantener la cabeza sobre el agua.

Ahora, me irrita un poco cuando estoy a bordo de un avión, especialmente cuando estamos sobre agua, y dan esas largas instrucciones sobre qué hacer en caso de un accidente de avión. Como Ud. sabe, las azafatas hacen una demostración explicando qué hacer. Yo me quejaba de esto a un amigo mío quien es piloto. Él me dijo: “Vale más que escuche esas instrucciones. Si no las sigue, jamás saldría vivo del avión. Pero tendría una oportunidad si sigue las instrucciones”.

Judas nos ha dado instrucciones. Él nos avisa que estamos viajando sobre territorio peligroso. Si queremos sobrevivir, estas son las cosas que debemos hacer. Él menciona siete cosas que los creyentes pueden hacer en días como estos en los cuales vivimos.

Empezando con el versículo 20, él dice: “Pero vosotros, amados…” Hasta este punto él ha descrito la apostasía. Y, créame, él pinta un cuadro oscuro. Pero ahora él está hablando a creyentes. “Pero vosotros, amados”, haced estas cosas:

1. Edificándoos sobre vuestra santísima fe…

La palabra “fe” es de hecho la fe, el cuerpo de verdad que se nos ha dado en la Palabra de Dios. Cuando la primera iglesia vino a existir, se dice que ellos “… perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42), la cual era el cuerpo de verdad que nos ha venido a nosotros en la Palabra de Dios. Debemos edificarnos en esa si vamos a perseverar.

En otras palabras, hemos de estudiar la Palabra de Dios. Ya que Dios dio sesenta y seis libros, Él quiso que estudiáramos todos ellos – no solamente los tres o cuatro que son nuestros favoritos. Cuántas clases bíblicas alternan, enseñando Juan, Romanos y también enseñan Apocalipsis; pero ¿qué en cuanto a los otros sesenta y tres libros que


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hay en la Biblia? ¿Por qué no los estudiamos? ¿Por qué no estudiamos todos de ellos? Amigo mío, si Ud. va a edificarse en su santísima fe, debe tener la Palabra total de Dios. No puede edificar una casa sin cimiento. Y cuando ha puesto el cimiento, necesitará poner algunas tablas para sostener el techo, necesitará poner los lados y, por supuesto, querrá arreglarla por dentro. Amigo, Ud. necesita los sesenta y seis libros de la Biblia si va a edificarse en su santísima fe.

Pablo y Pedro nos urgieron a estudiar la Palabra de Dios. Pablo en su “canción de cisne” dijo:

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (2 Timoteo 2:15)

¡Hemos de estudiar! Y él añadió:

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. (2 Timoteo 3:16)

En otras palabras, el recurso que Ud. y yo tenemos en estos días es la Palabra de Dios.

La razón por la cual muchos caen al lado del camino es que la semilla cayó entre piedras. No logró arraigarse. La Palabra de Dios es la semilla y, a menos que Ud. estudie toda la Palabra de Dios, cavando hasta el buen terreno rico, no va a llegar a ser una planta saludable. Y antes de mucho Ud. será hollado y quemado por el sol. Para pararse en días como estos, necesita estar arraigado en la Palabra de Dios.

Ahora, Pedro en su segunda epístola (él está escribiendo de la apostasía tal como lo hizo Pablo) dice:

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones… (2 Pedro 1:19, 20)

No saque Ud. uno o dos versículos y piense que lo entiende, amigo.


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Esa es la tragedia del estudio bíblico de hoy –sacando unos cuantos versículos aquí y unos cuantos versículos allá y edificando un sistema sobre ellos. ¿Por qué no valerse de todo? Ciertamente hay partes de la Palabra de Dios que no le van a gustar. Le pisa los dedos de los pies, y es contra la filosofía actual, pero es necesario para edificarnos en nuestra santísima fe.

En otras palabras, cuando entre en los días de la apostasía, la brújula y el gráfico que Ud. tiene es la Palabra de Dios. Esa es la razón por la cual he establecido mi ministerio enteramente sobre la Palabra de Dios. Creo que es nuestra única esperanza.

Ahora estos pastores que dicen que no creen ni enseñan la Biblia – me pregunto cómo se interesa la gente en su mensaje liberal hoy. A pesar de días de apostasía, encuentro que hay una gran hambre por parte de muchas personas por la Palabra de Dios. Ellos quieren una palabra segura de Dios Mismo en esta hora de inseguridad. Quieren saber lo que Él dice.

A fines del siglo pasado hubo un movimiento en la iglesia de dejar de predicar y enseñar la Biblia. Recuerdo cuando yo era un muchacho que iba a la iglesia y no sabía nada y tampoco sabía algo cuando salía de la iglesia porque nunca se predicó la Palabra de Dios. Era siempre un servicio elaborado sobre emoción o se daba un reporte sobre algún libro y el servicio tenía que ver con algún entretenimiento. Como resultado, tenemos en América una civilización “cristiana” compuesta de las personas más bíblicamente analfabetas que hayan existido en el mundo. El hombre común en Alemania después de la Reformación sabía más de la Palabra de Dios que el hombre promedio en América hoy.

La tragedia es que aun creyentes son ignorantes de la Biblia. En esta hora de apostasía, el pueblo de Dios necesita no solo decir que creen en la Palabra de Dios de tapa a tapa, sino que necesitan saber lo que hay entre las tapas. En este día de confusión y compromiso Ud. necesita edificarse en la santísima fe con un estudio serio de la Palabra de Dios.

Permítame recordarle que la Biblia es única. Es un libro que es diferente de todos los demás. Fue escrita por hombres y ellos incluyeron en ella sus propias personalidades – Dios no estorbó eso


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para nada – pero Él les guio para que, cuando acabaron, Dios hubiera grabado Su mensaje al hombre sin error.

No solo es sin error, sino que este libro aún tiene poder. Pablo escribe a los tesalonicenses:

… pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. (1 Tesalonicenses 1:5)

Este libro tiene un mensaje para aquellos que lo escucharán, un mensaje que transformará corazones y vidas. La Palabra de Dios no solo es un gráfico y brújula, sino que es nuestra potencia. Amigo mío, ¡Ud. no puede estar ignorante de la Palabra de Dios y vivir la vida cristiana!

Hay una segunda cosa; Judas dice lo que hemos de hacer en los días de apostasía:

2. Orando en el Espíritu Santo…

Esto es un poco diferente a decir sus oraciones en la noche. Pablo, al escribir a los efesios, les dijo que tomaran la armadura de Dios (Ud. notará que, con la excepción de dos, cada parte de esa armadura es para la defensa). Finalmente, él les dice: “… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17) – esa es el arma ofensiva. No tenemos otra ofensa que esa, más “…orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu…” (Efesios 6:18). Este es el tipo de oración que toca el trono de Dios. Es el tipo de oración que consigue cosas de Dios.

Era mi teoría, hasta que llegué a ser el pastor de la Iglesia de la Puerta Abierta en Los Ángeles, que lo que necesitábamos hacer era multiplicar los números en una reunión de oración. Ya no sostengo ese punto de vista. Si Ud. tiene a diez personas que asisten a una reunión de oración y ellos están más o menos dormidos espiritualmente, no es una reunión de oración eficaz, se lo digo. Pero multiplicar ese número de diez a cien no ayuda si los que llegan son más gente espiritualmente


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dormida. Todo lo que tiene ahora es cien personas muertas en vez de diez muertos, y ¡eso no ha ayudado para nada esa reunión de oración!

Sin embargo, sí necesitamos a aquellos que orarán en el Espíritu Santo. Necesitamos oración que alcance y toque el corazón de Dios – oración la cual Él escucha.

Me encanta esa oración en el noveno capítulo de Daniel. Daniel dijo:

Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión… (Daniel 9:3, 4)

Y Dios envió a un ángel con la respuesta a su oración. Creo que Dios dijo: “Baja tú y contesta su oración, pero Yo voy a escucharle”. Daniel siguió orando, y él tocó el mismo corazón de Dios.

¿Ha leído Ud. alguna vez las oraciones de Martín Lutero? Oh, le digo, cuando ese hombre oraba, ¡era como asaltar las almenas del cielo! Hoy escuchamos muy poca oración así. Pero ese es el tipo de oración que absolutamente transformó a Europa—oración en el Espíritu Santo.

Hay muchas veces que no sabemos para qué orar. Voy a ser honesto – en mi propia vida, he encontrado problemas por los cuales no tengo solución. Antes yo podía darle al Señor los mejores consejos que Él jamás haya tenido sobre exactamente cómo Él debía manejar las cosas. Pero he aprendido que en vez de ir a Él con un programa todo bosquejado y decir: “Mira, Señor, este es el curso que Tú debes seguir”, ahora me inclino a decir: “Señor, yo no sé la respuesta, pero Tú sí; si conseguimos la respuesta correcta, tendrá que venir de Ti”. Por lo tanto, podemos dejarlo todo – y lo digo reverentemente – en el regazo de Dios. Es así como Él lo quiere.

Hace años, un misionero en Venezuela me envió una tarjetita en la cual había una definición de oración: “La oración es el Espíritu Santo, hablando a través del creyente, al Padre”. Amigo, esa es una muy buena definición de la oración.

Orar en el Espíritu Santo significa que el Espíritu de Dios nos guía y


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conduce en nuestra vida de oración. Muchas personas dicen: “Yo oro por cierta cosa, y no consigo una respuesta”. ¡Eso debe decirle algo! Ud. no está orando en la voluntad de Dios. Mi nieto me puede pedir más cosas que no debería tener que cualquier otro muchachito. A veces le llevo conmigo a la tienda, y él quiere todo lo que no debe tener. Pienso a mí mismo: ¡Oh, es así como yo oro! Tal como un muchachito, digo: “Señor, dame esto y dame aquello”, y Él no lo hace. ¿Por qué? Porque no estoy orando en el Espíritu Santo. Oh, ¡échese sobre Él en días como estos! En tiempos de apostasía, ¡cómo necesitamos orar en el Espíritu Santo!

Judas nos da la tercera cosa que los creyentes han de hacer en los días de la apostasía:

3. Conservaos en el amor de Dios…

Note este lenguaje exacto. Él no dijo que hemos de hacer algo para ganar el amor de Dios. Ud. ya está en el amor de Dios – solo manténgase ahí. Y, amigo, Ud. no puede hacer nada para merecer el amor de Dios, ni tampoco puede prevenir que Él le ame a Ud.

¿Recuerda al rico que fue a Jesús con una pregunta? Él quería saber lo que debía hacer para heredar vida eterna. El récord nos dice:

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. (Marcos 10:21, 22)

Se volvió y se alejó de Cristo, ¡pero Dios aún le amaba!

Necesitamos reconocer que Dios ama al creyente. Por toda la epístola de Judas él llama a los creyentes “amados”. Eso no quiere decir que Judas los ama o que ellos le aman a él. Simplemente quiere decir que son amados de Dios.

Ud. no puede prevenir que Dios le ame. Puede, sin embargo, salir de ese amor. Permítame usar el ejemplo de la luz del sol. Donde estoy


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hoy, el sol está brillando mucho; es un bello día en California. Yo no puedo evitar que el sol brille, pero no estoy expuesto al sol – estoy dentro de un edificio. Es posible poner un techo de pecado sobre sí. Ud. puede poner sobre sí un techo de indiferencia. Puede salir de la voluntad de Dios para que no sienta el calor del amor de Dios en su vida. Pero no puede evitar que Él le ame. Así que Judas dice en efecto: “Manténganse en la luz del sol de Su amor”. Permitan que Su amor inunde sus corazones y sus vidas. Se necesita eso en días de apostasía.

Hay mucha gente hoy que está pasando por pruebas severas. Recientemente, he estado hablando con una familia que ha sido llamada a llevar más que su justa carga de apuros. Es una familia cristiana. El padre – cándidamente, me he preguntado si él sobreviviría o no – me dijo el otro día: “Si no fuera por el hecho de que estoy convencido de que el Señor Jesús me ama, yo me rendiría y me iría”. Pero él no se irá porque se ha mantenido en el amor de Dios.

¡Cuánto necesitamos Ud. y yo mantenernos en la luz y el calor del amor de Dios en estos días!

Judas nos recuerda de la cuarta cosa que necesitamos hacer:

4. Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

La misericordia de Dios es Su preocupación y cuidado de Ud. Por Su misericordia, Él era capaz de salvarle – Él estaba preocupado de Ud. Él es rico en misericordia, tiene mucha de ella, y necesitamos toda la que podamos conseguir porque es por misericordia que Dios siquiera nos aguanta.

“Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo” se refiere, creo yo, a la venida de Cristo por Su iglesia, el evento que conocemos como el Rapto de la iglesia. La razón por la que creo que la iglesia no va a pasar por la Gran Tribulación es que se nos dice que busquemos misericordia, no juicio. No estoy esperando juicio ni la Gran Tribulación. Estoy buscando la misericordia de Dios.

Hace mucho tiempo cuando Él me salvó, lo hizo por Su misericordia.


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Y el mero hecho de que Él sigue manteniéndome es una evidencia de Su misericordia. Un día de estos Él sacará a Su iglesia de este mundo. Créalo o no, yo voy a ir, e iré por Su misericordia. Si Ud. me ve en un millón de años de hoy en adelante en la eternidad y encuentra que estoy aún en el cielo (y yo estaré allí), le diré ahora lo que le diré entonces: Hace un millón de años que estoy aquí porque Él es misericordioso para conmigo.

Estoy esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo. En días de apostasía necesitamos esperar eso, amado. En este día de fracaso, en este día de compromiso, en este día de desánimo, hemos de esperar la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

La quinta cosa es precaución:

5. A algunos que dudan, convencedlos.

Algunos necesitan ser convencidos: “… convencedlos”. Hay mucha buena gente sincera hoy que tiene sus dudas, y debemos ser pacientes con ellos.

Hace varios años, en nuestro estudio bíblico del jueves por la noche, una dama me vino a mí después de cada servicio, me parece que por seis semanas, con alguna pregunta. Empecé a sentir que ella trataba en atraparme o engañarme y, francamente, llegué a ser un poco impaciente con ella. Siempre había otra dama con ella, miembro de nuestra iglesia. Una noche contesté su pregunta algo bruscamente, y ella se volvió y salió. La dama que la acompañaba vino y me dijo: “Dr. McGee, solo sea paciente con ella. Ella es una mujer muy brillante. Ella está en ‘Quién es quién’, y ha estado en prácticamente toda secta que hay. De verdad ¡está muy confusa! Ahora está tratando de salir. Por favor, sea paciente con ella”. Así que, después de eso yo hacía un gran esfuerzo para contestar sus preguntas lo mejor que podía. Como tres meses después ella aceptó a Cristo como su Salvador. Y recibí una maravillosa carta de ella cuando volvió a Ohio, diciéndome de cómo el Señor la estaba guiando.

Estamos viviendo en días cuando hay mucha duda sobre la Palabra de Dios. Recuerde que estamos en la apostasía. Aunque los credos de


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todas las grandes denominaciones eran sanos (difieren un poco en algunos puntos, pero en lo básico no había diferencia), la iglesia ha sido apoderada por liberales quienes totalmente rechazan las grandes doctrinas sobre las cuales fueron fundadas sus denominaciones. La gente en estas iglesias ha sido tan lavada de cerebro a través de los años que aunque quieren creer, están teniendo sus problemas. Haríamos bien en ser pacientes con ellos.

Y la sexta cosa:

6. A otros salvad, arrebatándolos del fuego…

Estos son personas que juzgaríamos ser pecadores sin esperanza. Nos parece que nadie podría alcanzarlos. Me he maravillado con algunas de las personas que han venido al Señor por medio de la radio. Gente que he conocido y, francamente, yo había perdido la esperanza con ellos, han venido a Cristo escuchando la Palabra enseñada por radio. “¡A otros salvad, arrebatándolos del fuego!” ¡Qué cosa más tremenda!

Me ha llegado una carta de Fairbanks, Alaska, la cual ilustra esto:

… Por ser KJNP la voz más fuerte en el Ártico, cientos de pilotos sintonizan la estación para guiarles a la ciudad de Fairbanks y deben escuchar lo que se esté transmitiendo en ese momento. Hace algunas semanas, uno de los pilotos escuchaba KJNP y Ud. hablaba. Para cuando llegó a Fairbanks, él se había arrepentido y maravillosamente nació de nuevo por el Espíritu de Dios. Ahora él asiste a una iglesia fundamental y va bien. ¡Alabanzas a Dios!

Permítame decirle, amigo, hay alguien alrededor de Ud. a quien Ud. puede arrebatar del fuego. Si hubiera una casa en llamas con alguien adentro, haría lo mejor para sacarle. Pero solo piense en la gente alrededor de Ud. hoy quienes están en camino a una eternidad perdidos, y Ud. puede alcanzar algunos de ellos. No creo que pueda alcanzarlos a todos. No recomiendo que salga a la calle a darles un tratado a todos los que pasan, pero sí digo que hay algunos que Ud. puede alcanzar. Y lo interesante es, Ud. es el único que puede alcanzarlos – ellos nunca escucharían a este predicador, pero le escucharán a Ud. Ellos le respetan. Tienen confianza en Ud. Sin


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embargo, Ud. nunca les ha dicho del Salvador que le salvó a Ud. Este es el tipo de testigo que necesitamos en días de apostasía.

Ahora la amonestación séptima y final de Judas es:

7. Aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne.

La palabra “carne” no necesariamente significa solo aquello que es licencioso, aunque incluye eso. La “carne” se refiere a esta vieja naturaleza que tenemos, y esta vieja naturaleza no siempre va en la dirección del libertinaje. Hay muchas personas hoy que son amantes del arte y de la música. Estas son personas de cultura que jamás robarían a nadie ni participarían en inmoralidad. Pero sin Cristo ellos están perdidos, y están viviendo en la carne – tanto en la carne como cualquiera que se embriague. Ante los ojos de Dios ellos están tan perdidos. Dios dice que “todos han pecado, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Todos están en esa categoría.

Hoy Ud. y yo hemos de aborrecer la ropa que está manchada por la carne. ¿Me permite hacer esto personal? El orgullo es de la carne. El chisme es de la carne. La crítica áspera es de la carne. Y hay mucha de la carne manifestada en nuestras iglesias. Esta pose pía que muchos tienen hacia la “espiritualidad” es de la carne y no es de Dios para nada. Aun Pablo el apóstol, un hombre religioso que fue convertido a Cristo, dijo: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de ese cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24) Este no es un hombre perdido pidiendo salvación. Este es el grito de un hombre salvo que vivía en la carne. Cualquier cosa que produzca Vernon McGee de la carne, Dios la odia. No importa cuán religioso sea o cuán pío sea y cuánta Biblia contenga. Si es de la carne, Él lo odia. Solo aquello que produce el Espíritu de Dios por medio de nosotros puede Él usar. Debemos aprender a aborrecer “aun la ropa contaminada por su carne”.

Estas son las siete cosas que hemos de hacer en los días de apostasía.

Dwight L. Moody dijo: “Miro a este mundo como un barco naufragado. Su ruina está más y más cerca. Dios me dijo a mí: ‘Moody, aquí hay un bote salvavidas. Ve y rescata a tantos como puedas antes de que venga el naufragio’”. Y hasta el ministerio de Billy Graham, Moody miró a las


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caras de más personas que cualquier otro hombre que hubiera vivido, y él redujo la población del infierno por 200,000. Amigo mío, si Dios pudo usar a Moody, Él le puede usar a Ud. y Él me puede usar a mí en estos días de apostasía.

El pequeño libro de Judas concluye con una bendición gloriosa:

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de Su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén. (Judas 24 y 25, como traducido por el Dr. McGee)


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1.919.460.3797 ¿QUÉ PUEDEN HACER LOS CREYENTES EN DÍAS …€¦ · A Través de la Biblia 1 ¿Qué pueden hacer los creyentes en días de apostasía? Pero vosotros, amados, edifi