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1. DESCRIPCION La zona de O Courel se caracteriza por las cadenas montañosas entre las que discurren numerosos cauces fluviales que dan lugar a variados ecosistemas, entre los que destaca el Río Lor, que recorre toda la comarca desde su nacimiento en O Cebreiro hasta la desembocadura en el Río Sil. Son los afluentes del río Lor los que forman a su paso los típicos valles del Courel, configurando así una amplia red de caminos que son ideales para la práctica del senderismo. En el Courel encontramos la reserva botánica más importante de Galicia. A las orillas de los diversos cauces fluviales, nos encontramos las devesas, bosques de especies autóctonas que en el Courel alcanzan su máxima expresion en la Devesa da Rogueira. Toda la sierra es un verdadero paraíso para el amante de la naturaleza y donde destacamos al castaño, que está siempre muy presente en todos los recorridos. Para descubrir la belleza natural del municipio podemos seguir numerosas rutas de senderismo, de las cuales les vamos a destacar algunas de ellas. 1

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1. DESCRIPCION

La zona de O Courel se caracteriza por las cadenas montañosas entre las que discurren numerosos cauces fluviales que dan lugar a variados ecosistemas, entre los que destaca el Río Lor, que recorre toda la comarca desde su nacimiento en O Cebreiro hasta la desembocadura en el Río Sil. Son los afluentes del río Lor los que forman a su paso los típicos valles del Courel, configurando así una amplia red de caminos que son ideales para la práctica del senderismo. En el Courel encontramos la reserva botánica más importante de Galicia. A las orillas de los diversos cauces fluviales, nos encontramos las devesas, bosques de especies autóctonas que en el Courel alcanzan su máxima expresion en la Devesa da Rogueira. Toda la sierra es un verdadero paraíso para el amante de la naturaleza y donde destacamos al castaño, que está siempre muy presente en todos los recorridos. Para descubrir la belleza natural del municipio podemos seguir numerosas rutas de senderismo, de las cuales les vamos a destacar algunas de ellas.

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Ruta de A Devesa de Rogueira: Esta ruta nos mostrará uno de los parajes más hermosos de Galicia. El principio de la ruta se encuentra en la parte de arriba de la devesa y a medida que vamos avanzando nos encontraremos con diversos puntos importantes a destacar. En primer lugar veremos el Castillo de Carbedo, que se encuentra situado en el antiguo camino que comunicaba Galicia con el Bierzo, sobre una gran roca de 20 metros de altura que le sirve de defensa natural. En la actualidad su aspecto es ruinoso, conservándose parte de sus muros y del torreón circular. Continuando nuestro recorrido llegamos a A Devesa de Rogueira, que ya hemos comentado que es la reserva botánicas más importante de Galicia. Está situada en el corazón de la sierra y rodeada por las cumbres del Alto del Coto y de Formigueiros, es la ruta obligada para todo el que se adentre por primera vez en el Courel. En la parte de arriba del bosque el camino se bifurca. El de la derecha nos lleva a un mirador desde el que contemplamos una hermosa panorámica del Courel y de los pueblos de Moreda y Parada. Desde este mirador continúa una pista de tierra que asciende al Monte Formigueiros, desde el cual podemos llegar a la Laguna de Lucenza, formación de origen glaciar. Por el camino de la izquierda llegamos a las Fontes do Cervo, que tienen la particularidad que una de ellas tiene aguas calcáreas y transparentes mientras que la otra es de aguas ferruginosas, con propiedades curativas. Además de la Devesa da Rogueira, existen otros ejemplos de bosques autóctonos como la Devesa de Romeor o la de Paderne. Esta ruta es de bastante dificultad debido a la contínua pendiente, por lo que otra opción es hacerla en sentido inverso, desde el Alto do Couto. Ruta del Oro - Minas da Toca y Torubio: Los romanos se instalaron en las sierras del norte del Courel para explotar los abundantes yacimientos auríferos que existían en estos montes. Para ello empleaban la fuerza del agua desde las zonas más altas para realizar las operaciones de arrastre y encaminamiento del material. De este modo, podemos ver en O Courel, varios restos de estas antiguas explotaciones excavadas en la montaña a cielo abierto. Ejemplos de ello son la Mina da Toca, Mina de Taro Blanco, Sequeiros de Mostaz, Cueva de Tras, que tiene una longitud de 200 m. adornada de estalactitas y estalagmitas, Minas de Torubio, Millares y Túnel da Louseira. El final de esta ruta lo tenemos en la Devesa de Romeor, a la que se llega después de caminar 3 Km. por un sendero que parte de la aldea de Castro Romeor.

Ruta Seceda - Devesa de Paderne: En esta ruta recorreremos la parte oeste del Courel, teniendo como objetivo final la Devesa de Paderne. Podremos llegar a ella saliendo de Seoane en una ruta de senderismo que discurre por un bosque de castaños paralela al Río Pequeño hasta llegar a Paderne. A lo largo del camino podremos disfrutar de el Castro da Torre, que es una de los más importantes del Courel. En él podemos ver restos de las viviendas y del foso defensivo de la parte superior del asentamiento. Pasaremos tambien por Seceda, aldea típica del Courel situada en un valle y rodeada de espesos bosques de castaños, que ha sido cuidadosamente restaurada. Al llegar a Paderne, una pista forestal nos introduce en la devesa y más al norte, el Alto da Pedra y la aldea de Pedrafita marcan el límite del municipio y el final de nuestra ruta. Ruta del Río Lor: El río Lor nace en Fonlor, muy cerce de O Cebreiro y recorre la Serra do Courel de norte a sur, convirtiéndose en un eje vertebrador de la comarca. Discurre en su curso medio por unos parajes de gran belleza en los lugares de Seoane y Folgoso para acabar desembocado en el Sil en Augasmestas. Esta ruta que os proponemos recorre todo su cauce, haciendo pequeñas desviaciones para mostrar algunas de las más típicas aldeas y proponiendo otras rutas alternativas a esta principal. Los lugares más

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importantes que se visitan, en este orden, son: Ferrería de Seoane do Courel, Ferreirós de Abaixo, Ferreirós de Arriba, Folgoso, Valdomir, donde veremos el río Louzará en un tramo que discurre encajado, Vilamor, aldea de aspecto medieval, Castro de Vilar y por último, la aldea de Froxán.

Ruta Seoane - A Seara: Esta ruta comienza en Alto do Couto y finaliza en la aldea de A Seara recorriendo el sureste de la Serra do Courel, ya en el límite de la provincia de León. La primera población que nos encontramos es Visuña, una aldea situada al pie del Monte Formigueiros que conserva todo su aspecto medieval, ejemplos de arquitectura rural del Courel con sus pequeñas calles y los voladizos desafiando a la gravedad. En las cercanías de Visuña podemos visitar la Cueva da Buraca das Choias, inmensa cueva a la que se llega por un dificultoso sendero. La longitud de la cueva es de 20 m. y termina en un pequeño lago. A continuación la ruta nos lleva por Ferramulín, donde veremos sus molinos sobre el río y sus hermosas cabañas, pasaremos por la aldea abandonada de Hórreos y antes de llegar a nuestro destino en A Seara, veremos la Cascada de Vieiros, en la que el Río Selmo forma una inmensa poza con su caída desde 25 m. Merece la pena destacar el hermoso entorno natural de estas riberas del Río Selmo. Ruta de las Cumbres: En esta ruta recorreremos, a través de una pista forestal, las principales cumbres del Courel, comenzando en O Alto do Boi, a 1019 m. La siguiente cumbre que nos encontramos es la de A Legua, situada a 1292 m., y con unas excelentes vistas sobre todo hacia el sur. Antes de llegar a la siguiente cumbre, la de A Covaluda, a 1299 m., pasamos por una explotación de pizarra, importante actividad del lugar. Después de Alto de A Covaluda llegamos a la primera de las grandes cumbres de O Courel, Pía Paxaro, con 1610 m. de altura. El nombre de Pía Paxaro se debe a la aparición de un águila de bronce, que en la actualidad, se conserva en el Museo Provincial de Lugo. Retomamos nuestros pasos y volvemos a la pista forestal. nuestra siguiente parada es La Laguna de Lucenza, formación de origen glaciar situada a 1400 m., que mantiene al agua durante todo el año, llegando a congelarse completamente en algunas épocas. desde allí contemplaremos todo el valle del Seara. Para finalizar la ruta nos queda llegar al Techo del Courel, el Pico de Formigueiros, con 1639 m. Las vistas son una auténtica maravilla que todo el mundo tendría que experimentar en algún momento de su vida.

en Seoane, aparecen otros indicadores a la derecha, que ponen Visuña y Ferramulín. Si continuamos recto por esa vía hay otro señalizador, que nos indica como podemos llegar a Romeor y al Túnel-acueducto Romano. A 7,8 km. de Seoane llegamos a Miralles. Continuando en la misma carretera, en el km. 9,6 tenemos un desvío a la derecha con la indicación de Romeor y, en este punto, si continuamos recto vamos al Castro de Romeor y a la Devesa de Romeor, pero la ruta que proponemos es la de entrar en el pueblo. A partir de aquí la visita al Acueducto Romano de Romeor tiene que ser a pie con una dificultad media/baja. Hay que caminar 3 kilómetros por el curso de un riachuelo de bastante caudal por lo que es aconsejable ir provistos de botas y linterna, ya que unos 200 metros de recorrido, hasta llegar a la otra ladera de la montaña, son casi en penumbra. En el pueblo de Romeor también podemos ver un molino y un horno que todavía se mantienen en funcionamiento.Una vez visto el Acueducto romano nos incorporamos de nuevo a la carretera en dirección a Millares. Después de Millares pasamos por Mostaz y a pocos metros, 4,8 km. desde Romeor, nos desviamos en el cruce ubicado a la derecha con indicación Visuña-Ferramulín, del que hablamos anteriormente. A 6,1 km. de este cruce nos encontramos a la izquierda con la ruínas del castillo de O Carbedo. En la zona se puede ver también Monte Cido y A Labradiña. Siguiendo por la misma carretera, dejamos las ruínas del

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castillo a la izquierda y de frente contemplamos la majestuosa y espectacular vista del muro del monte Cido, que en algunos puntos puede alcanzar los 950 metros para después descender suavemente.En el km. 10 desde Seoane llegando al alto de O Coto, parte un sendero a la derecha que nos llevará a pie a la Devesa da Rogueira. En este punto de nuestro recorrido, por el alto de O Couto, podemos contemplar el techo de Os Ancares: la formación de Formigueiros. Continuando la ruta, pasando 14,4 km., llegamos a Visuña donde hasta hace poco seguían moliendo dos de los molinos que hay en la zona, y a continuación está Ferramulín (km 20,3), donde aún existe un molino en funcionamiento. En la primera subida, al salir de esta población, justo en una curva a la izquierda, está la señalización de la bajada a la Cascada de Vieiros (Km. 22,4) . Después de recorrer 1.200 metros llegamos a este lugar y, si andamos otro kilómetro más, nos encontramos en A Seara. De Seara pasamos por Soldón y nos vamos a Cruz de Outeiro (km 40). En este punto hay una desviación a la derecha que atraviesa la sierra pasando por Vilarbacú y nos lleva a Seoane do Courel. Este recorrido, debido a su dificulad, sólo resulta aconsejable para realizar en vehículo todo-terreno. El itinerario propuesto, alternativo a este, conduce hacia Quiroga pasando por Bustelo de Fisteus. Una vez en Quiroga, km. 49,4 desde Seoane do Courel, nos dirigimos por la Lu-651 hacia Folgoso do Courel. En el Km. 12 desde Quiroga llegamos al Alto Do Boi de 1.061 m de altura. En este punto, a la derecha, hay una pista que nos llevará a Pía Paxaro y una desviación a la izquierda que nos acercará al lugar de Vilar. Esta vía, de 3,2 km., aunque está asfaltada, se considera peligrosa por tener una inclinación del 16%. Está por tanto prohibida la bajada a vehículos con remolque o autocares.Una vez en Vilar visitaremos el lugar que cuenta con una decena de casas pegadas, algunas de ellas con calles muy estrechas y tejados de pizarra. Cruzamos el pueblo y seguimos la ruta de senderismo de Froxán y Vilamor que nos llevará a través de una carballeira de castaños centenarios hasta el Castro de Vilar . Este está en un meandro del Río Lor, el mismo camino nos conduce a la pequeña ermita de San Roque y, acompañando el sendero, se van encontrando cruces de madera, de 1 metro de altura, muy típicas de la zona. En el Lugar de Vilar también podemos visitar "a Casa do Ferreiro" con una singular muestra de "Trebellos e Aparellos".Retomando de nuevo el camino en O Alto do Boi, por la carretera LU-651, tomamos dirección a Folgoso do Courel pasando por Santa Eufemia. En Folgoso do Courel, a 10,3 km. desde O Alto do Boi, se encuentra la desviación a la derecha para visitar Froxán y Vilamor. Nosotros seguimos camino hacia Seoane do Courel por la misma vía para comenzar al día siguiente otra nueva jornada.Saliendo de Seaone do Courel por la carretera LU-634, a 5,6 Km. llegamos a Ferrería Vella. Continuando recto, si recorremos 2,2 Kms. acompañando al río Lor y girando después a la izquierda nos encontramos el Castro da Torre, del siglo II-IV d.c., que está situado justo en una curva y a pocos minutos andando. Desde este punto, en la misma dirección, llegaremos a Seceda, una población característica por la fantástica restauración realizada gracias a uno de los programas de la Unión Europea, que le ha dado un nuevo aire a esta tierra, en el pasado casi abandonada.Siguiendo la ruta por una carretera serpenteante, a 14,2 kms. encontramos el lugar de Caselas. A 4 kms. de esta localidad, bajando la montaña por una carretera asfaltada, encontramos un indicador que señaliza que a 2 Km. de ese lugar encontraremos la parroquia de Ferrería do Incio, una población muy característica por el estilo arquitectónico de sus viviendas, donde visitamos el balneario, de propiedad privada y actualmente en proceso de restauración, y la fuente donde se pueden tomar las aguas curativas. Su horario de apertura es de 9 a 12 del mediodía y de 5 a 7 de la tarde.Si continuamos la ruta llegaremos a la parroquia de Hospital, donde encontramos el majestuoso conjunto de Hospital de O Incio. A 1,7 km. de allí llegamos a Cruz do Incio y,

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siguiendo la misma dirección, en el kilómetro 17 llegamos a Toldaos. Si desde ese punto nos desviamos a la derecha, en el kilómetro 8,8 llegamos Santa María de Mao, templo de O Incio que para visitarlo hay que preguntar en el pueblo por las llaves, ya que normamente está cerrado fuera de los horarios de culto. En este lugar se celebra la romería a San Eufrasio, obispo natural de Andújar, cuyos restos reposan en el templo. Es característico el cementerio cubierto que rodea esta construcción religiosa. Sólo se conocen en la zona otros dos casos similares, San Salvador de Mao y San Román de Mao

2. Devesa da Rogueira

2.1. Ruta de la Devesa da Rogueira

Esta ruta puede hacerse desde dos lugares diferenciados: desde Moreda y O Couto

Para llegar a Moreda tomaremos la carretera de Seoane a Folgoso, desviándonos a la izquierda a la altura de Ferrería Nova. Poco antes de llegar a Moreda nos encontramos con el aula de la naturaleza, lugar donde realmente parte el sendero para subir a la Devesa. A partir de aquí, el sendero llanea en su primer km. luego el ascenso se hace más dificultoso. A medida que avanzamos por este bello paraje natural, apreciamos la gran variedad de plantas y

especies arbóreas autóctonas que guarda en su interior, y el interés de sus cuevas naturales, como las del Oso, Longo de Meo y dos Vellos, en alguna de las cueles se han hallado restos óseos y de cerámica. En la parte superior del bosque el sendero se bifurca.

El camino a la derecha nos lleva hasta el mirador de Pico Polín con una bella panorámica de la Devesa de Rogueira y de las aldeas del entorno...Moreda y Parada y más lejos Seoane, Meiraos, Paderne, etc. Este camino sale a una pista que asciende al monte Teso das Papoulas, por la que accederemos a la laguna de Lucenza y más abaja a la aldea de A Seara. El sendero de la izquierda nos acerca hasta la Fonte do Cervo, también llamada popularmente "Fonte da Fame". Esta fuente posee unas características especiales que la hacen única en toda la zona. De una misma roca brotan dos manantiales bien diferenciados, unos de aguas ferruginosas y el otro de aguas calcáreas, con propiedades curativas y con fama de estimular el apetito.

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Esta ruta es la más aconsejable para una observación más minuciosa del entorno, siguiendo el cauce del río Moreda. Su dificultad es media-alta y su duración es de unas 7 u 8 horas ida y vuelta si se decide seguir el sendero hasta la cumbre del monte Formigueiros de (1639 m.), máxima altura de la sierra.

Otra forma de hacer esta ruta es salir desde Seoane en dirección a Esperante. Cruzamos el río Lor dejando a nuestra derecha el camping de Esperante, en un entorno natural de gran belleza, y

una iglesia con un bello pórtico. Ascendemos y a los 4 Km. aproximadamente, nos desviamos a la derecha en dirección al Alto do Couto y Visuña. Tras recorrer 1,3 km., a nuestra derecha se levantan las ruinas del castillo de Carbedo sobre un antiguo castro, situado en un punto estratégico sobre una gran roca, vigilando los antiguos caminos de entrada de León a Galicia.

Aunque su aspecto es ruinoso, todavía quedan en pie algunos muros y restos de su construcción interior; cerca de este lugar fue encontrada la Tabla de la Hospitalidad y el Águila de Carbedo. Ambas se encontraron en una zona sepulcral del Monte Cido (entre O Carbedo y Moreda), abundante en castros y necrópolis. Se dice que el águila formaba parte de un estandarte militar romano. La Tabla de la Hospitalidad es una placa de bronce con una inscripción latina,

del año 28 d. de C., que constituye un valioso documento probatorio de la romanización del Courel. Las dos están en el Museo Provincial de Lugo. Seguimos en dirección a Visuña y a los 4,2 km. encontramos el Alto do Couto, con una pequeña área recreativa, una fuente y la señalización de la ruta hacia la Devesa de Rogueira.

El sendero arranca a la derecha de la carretera y recorre 1,4 km. antes de entrar en la Devesa de Rogueira. Próximo a este sendero, a unos 200 metros en dirección a Visuña, parte una pista de tierra que nos lleva a la cumbre del Formigueiros (1639 m.) y de aquí a la entrada de la devesa por su parte superior y lado opuesto. Esta pista nos lleva también, sin desviarnos, hasta una pequeña "campa" o llanura. De aquí surge una bifurcación a la derecha hacia la Devesa y otra a la izquierda hacia la laguna de Lucenza. Si seguimos de frente en dirección S.O., a los 3,3 km. llegamos a la base del monte Piapáxaro (1611 m.).

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Una pequeña pista a la izquierda asciende hasta su cumbre. Aquí podemos contemplar una de las mejores vistas panorámicas de todo O Courel.

Otro desvió a la derecha, próximo al que sube a Piapáxaro, nos lleva al espectacular mirador del monte Fedo o Penaboa de (1457 m.). Este mirador, está prácticamente colgado del vacío, sobre la aldea de Ferreirós de Arriba. La dificultad del recorrido es media-alta y el tiempo que requiere es de 5 a 7 horas.

También se puede acceder a la Devesa de Rogueira desde la aldea de Ferreiros de Arriba, por el sendero que sube al monte Fedo y una vez en el cordal, girar

a la izquierda hasta la bifurcación que a la derecha nos llevará a la laguna de Lucenza y A Seara y a la izquierda hacia abajo a la Devesa y al mirador de Polín y también a la aldea de Parada.

2.2. DEVESA DA ROGUEIRA-FORMIGUEIROS 12.5 Kms

13/10/2006.- Llego temprano al Aula de Naturaleza de Moreda, tras 1 h de carretera desde Pedrafita de Cebreiro. Aparco a la sombra de los numerosos castaños centenarios que crecen en este lugar, a la entrada de la aldea de Moreda. Tras cargar la mochila a los hombros, me dirijo en primer lugar a visitar al Aula, donde existe abundante información acerca de la comarca. Hay bastantes excursionista, lógico, el día otoñal ha amanecido soleado tras unas semanas de copiosas lluvias. Comienzo el sendero por una amplia pista descendente, con el Rego da Rogueira, arroyo que riega toda la devesa, a nuestra derecha. El camino contiene bastantes paneles informativos sobre la fauna, flora y costumbres de este lugar, por lo que me entretengo bastante leyéndolos. Cruzo el Rego da Rogueira, y al poco me encuentro un rústico sequeiro, habitación de piedra donde se ponían a secar los erizos de los castaños para poder obtener luego el preciado fruto. En la parte baja, solía encenderse un fuego para ayudar al secado de los erizos. El camino empieza a ascender, ya con el río a la izquierda, aunque sin demasiado desnivel, lo que me hace disfrutar del bosque de castaños que me rodea. Camino sólo, aún los excursionista que vi en el Aula no han partido. El silencio es total, tanto que puedo escuchar los erizos y castañas golpear el suelo. A la izquierda, me acompañan los prados que mueren en el arroyo, único espacio que el bosque no ha invadido. Poco a poco, voy tomando altura aunque muy suavemente, desechando los caminos que salen a mi izquierda y que seguramente, aunque no pueda verlos por la vegetación, bajen al río. La pista poco a poco me va introduciendo en un bosque, poco cerrado al principio y más cerrado después. Camino ya a la sombra de los castaños centenarios, pisando un manto ocre de hojas húmedas.Cruzo de nuevo el regato, ahora más rápido y saltarín, disfrutando del paisaje. Tomando con calma el espectáculo que la naturaleza regala a quien, con un poco de esfuerzo,

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camina por estas sendas. Tras disfrutar de este paisaje, la pista me acerca a un afloramiento calizo, raro por estas tierras donde el granito campa a sus anchas, que a modo de balcón me regala una vista de la subida que llevo realizada. Miro hacia delante, el tramo que me queda de subida, y todavía muy arriba veo el Alto da Devesa. La sensación es que apenas he subido con respecto a lo que me queda. Y no me equivoco. A partir de este tramo el sendero se estrecha y se empina endiabladamente tomando altura rápidamente. La pendiente es fuerte y el hecho de hundirme en la hojarasca húmeda no ayuda. Pero como hay que verle el lado positivo, me digo, y la subida es lenta, me deleito con el bosque que me rodea. Aquí a pesar de ser casi mediodía, la luz del sol no llega y hace fresco.Mientras recupero el aliento en uno de los innumerables zig-zag del sendero, pienso que la Naturaleza ha querido poner los tramos de fuerte pendiente en la zona más bella de la Devesa, para impedir el acceso masivo a la misma y, por otro lado, para ayudarnos a ir más despacio en este punto deleitándonos con el paisaje y con su singularidad: el haya. Me rodea por todos lados, a pesar de que me encuentro en el límite occidental de su área de distribución: hayas jóvenes, hayas viejas que se disfrazan con líquenes, que albergan setas en sus raíces... Todo ello pincelado con acebos y tejos. Realmente impresionante. No me importa avanzar lentamente porque mis sentidos se llenan con semejante espectáculo. Así, con poco aliento, pero disfrutando como un enano, llego a la parte alta de la devesa donde el haya va desapareciendo poco a poco.

Me encuentro con un sendero que llega desde mi izquierda, es el que proviene del Alto do Couto, excursión que realizaré en breve. Camino a la derecha, ya junto a una pared caliza que me cierra el paso de frente. A los pocos metros, llego a un ensanche que en realidad es un nuevo cruce. Tal y como rezan unos viejos y maltratados carteles de madera que hay en el suelo, pero que si no se han movido, indican la dirección a seguir. A la izquierda, el que se dirige a la Fonte do Cervo y a la derecha, tras pasar la Louseira dos Talís, llega a la pista que se dirige al mirador de Polín y a la Campa de Lucenza. Tomo el camino a la izquierda, a la Fonte do Cervo, a la que llego en unos minutos, acompañado del sonido cantarín de los regos que se despeñan buscando la quietud del valle. La Fonte do Cervo, es una rara extravagancia de la naturaleza, una fuente que nace en una pared compuesta de hierro (al fin y al cabo estamos en una zona de extracción de hierro) y caliza. Por este motivo, la mitad de la fuente tiene un fuerte color rojo y la otra mitad blanca. He leído que también se le conoce como la Fonte da Fame (fuente del hambre), pues al beber se recupera el apetito. Sea como fuere, bebo avariciosamente, pues pretendo comer en la cima del Formigueiros, el pico más alto de la sierra.Sigo, por tanto, mi camino y poco a poco el camino se va cerrando por el matorral, que va tomando una altura considerable. Es el tramo más “delicado” del sendero, si bien este no tiene pérdida está cegándose por la maleza y el avance se hace más complicado. Pienso que si no se utiliza quedará pronto cegado. Con estas pequeñas dificultades, llego a la Boca da Rogueira, golada junto al Alto da Rogueira, ya en la cordal del Courel, donde me encuentro la pista forestal que la cruza. De aquí, tomo la pista a la izquierda. Ya con vista al valle de A Seara al sur y al Teso das Papoulas, eterno centinela, me dirijo ahora llaneando hasta las faldas del Formigueiros. Junto a la pista, me encuentro un hito de piedras que me indican el camino a seguir. La subida es directa, en línea recta, salvando el último desnivel de la jornada. Cuando llego arriba, la vista lo abarca absolutamente todo. Al norte, Moreda y las tierras de Pedrafita, al este y al oeste, la cordal del Courel con el Pía Paxaro al fondo. Al Sur, el valle del Rego de Forgas con A Seara al fondo. Me abrigo porque aquí arriba el eterno viento es frío. No hay posibilidad de resguardo en esta cima tan redondeada. Decido hacer un breve almuerzo en la cima antes de empezar el descenso por el mismo camino de vuelta al Aula.

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© Raúl Fernández Velasco

2.3. Devesa da Rogueira

Distancia recorrida: 12.57 km. Tiempo total: 4:21 h. Tiempo en movimiento: 3:17 h.

Media en movimiento: 3.83 km/h. Desnivel acumulado: 897 m.

  Para acceder a la Devesa debemos llegar hasta Seoane, el segundo pueblo en importancia de la sierra (no más de 300 habitantes), y desde allí tomar una estrecha pista hasta la aldea de Moreda. Antes de entrar en ella, a unos dos kilómetros desde Seoane, se abre un pequeño aparcamiento junto al aula de la naturaleza que ha levantado la Xunta de Galicia. Desde aquí parte el sendero principal de la devesa, jalonado convenientemente de paneles explicativos y marcas que hacen imposible la pérdida. Conviene destacar no obstante que este camino es realmente duro, y no indicado para todo el mundo; el desnivel a salvar es de algo más de 700 metros, alcanzando los 1450 metros en algo más de cuatro kilómetros. Esto traducido al román paladino significa resoplidos, golpes de riñones, paradas periódicas para recuperar el aliento y hasta alguna que otra palabra malsonante al poco de iniciar la marcha. Tampoco debemos engañar al visitante, todo esfuerzo tiene su recompensa y en este caso hay que reconocer que este es el camino más espectacular e idóneo para conocer la devesa en toda su dimensión. El bosque mejor conservado y los árboles de mayor porte se atraviesan en esta senda de la que nos darán debida información en el aula.

El Bosque mágico: la ruta de Moreda

Comienza el camino en suave ascenso, cruzando un precioso souto de castaños de gran porte, en la margen derecha del arroyo de Rogueira. Dejamos a mano izquierda varios caminos que descienden a otros riachuelos de esta cuenca; poco a poco el visitante siente que se introduce en la “sombra” norte del pico Formigueiros, la cumbre más alta del Caurel. Si tiene tiempo, recomendamos la visita al cercano castañar de la aldea de Mercurín, abandonado desde hace años y que se encuentra en un estado casi salvaje, mezclado con otras muchas especies atlántica. Nosotros seguimos nuestro camino, todavía en la parte baja de la devesa donde la flora mediterránea es todavía predominante. Encinas, quejigos, y sobre todo plantas aromáticas, como el tomillo, el orégano, la menta… En primavera destacan también por su colorido un amplio espectro de flores. En esta zona se encuentran las covas do Vello, con varias galerías donde el agua ha formado ríos subterráneos; a la derecha del camino se encuentran las también muy famosas Covas do Oso, aunque son de difñicil acceso y localización.   Poco a poco nos introducimos en el siguiente escalón de esta formidable pirámide vegetal. Los rebollos dominan ahora el entorno, con tintes cada vez más atlánticos y húmedos. Empiezan a aparecer avellanos, serbales y arándanos en las zonas más umbrías, y el camino va ganando altura con un par de revueltas que nos obligan a cargar el peso de la mochila sobre los riñones. En aproximadamente una hora llegamos a una grandiosa cascada, que en época de lluvias constituye un espectáculo digno de recordar. Nos encontramos en el corazón de la devesa, donde los árboles son de mayor porte y la biodiversidad resulta excepcional; las hayas, que en Rogueira constituye su límite occidental en toda Europa, se entremezclan con acebos,

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avellanos, tejos, fresnos y robles. La humedad del suelo y los numerosos riachuelos contribuyen también a alimentar un sotobosque muy variado, verdadero paraíso para la Botánica. Los que no somos expertos en la materia, no podemos evitar fijarnos en la enorme variedad de especies que se acumulan en tan poco espacio, conformando una auténtica selva. Es sin duda un bosque mágico, donde la fauna tiene un gran protagonismo, aunque resulta mucho más esquiva. Resulta conveniente andar en silencio, procurando evitar los grupos multitudinarios; no resulta de ese modo difícil poder ver algún corzo o ardilla. Mucho más difícil será poder encontrarnos con lobos, garduñas o gatos salvajes. Hace unos años, incluso pudo advertirse la presencia de una osa, sin que todavía se haya podido saber con certeza como pudo llegar hasta estos lares. El oso pardo desapareció como especie del Courel a mediados del siglo pasado.Fontes doCervoA unos 1400 metros de altitud, en una pared rocosa se encuentras las míticas Fontes do Cervo, equivalentes casi a las del Kilimanjaro por estas tierras. De la misma pared surgen dos caños, uno de aguas ferruginosas y rojizas, y otro del que surte un agua blanca y cristalina de origen calcáreo. Las creencias populares otorgaron un poder sobrenatural a este lugar, atribuyendole poderes medicinales a sus aguas: la blanca para curar la anemía y las enfermedades del estómago, y la de color ocre para los pulmones. Incluso algunos aseguran que es buena para recuperar el apetito.

  A partir de la cascada el camino se retuerce y la pendiente se hace muy acusada; el piso de piedra suelta dificulta el avance por el sendero. En unos 40 minutos alcanzamos el camino que por la parte izquierda, viene desde el Alto do Couto, el otro itinerario descrito en la presente ruta de más fácil acceso. El camino ahora se suaviza, cruzando de este a oeste la zona norte de la devesa. En esta zona el abedul se entremezcla con las hayas, formando rincones de gran belleza aunque menos cerrados y umbríos que los encontrados más abajo. De vez en cuando algún claro nos permite admirar el conjunto del valle por el que hemos venido ascendiendo. Tras unos pocos minutos surge a mano izquierda el desvío a las Fontes do Cervo, uno de los mágicos lugares de la devesa (ver recuadro). Nuestro camino continua hasta el Mirador de Polín, desde el que disfrutaremos de una panorámica completa del camino que hemos recorrido desde la aldea de Moreda, y de algunos de los pueblos de la sierra. Desde que nos bajamos del coche, habremos tardado unas tres horas. Probablemente la vista compensará el cansancio de la mayoría de senderistas, pero si nos encontramos con ánimo, puede ser recomendable alcanzar la Campa da Lucenza y descender desde allí a la laguna del mismo nombre. Se trata del único vestigio del glaciarismo en la comarca, rodeada de una agradable zona de pastos y piornales, y orientada hacia la vertiente sur de la sierra.Desde el Alto do Couto: el camino de los urbanitasCómo ya hemos advertido, el sendero que parte desde Moreda no es ni mucho menos sencillo; por muy espectacular que pueda resultar el ascenso, hay que reconocer que mucha gente sin un mínimo de preparación puede considerarlo una tortura y obtener un mal recuerdo de este paraje. Afortunadamente podemos acceder a la Devesa desde otro lugar que, además de ser bastante más suave, nos permite obtener una mirada distinta del bosque. Para ello debemos tomar el coche, y desde Seoane coger la estrecha carretera con dirección a Visuña.

Poco a poco comienza a ascender, por una ladera deforestada que nos permite admirar una bella vista de Seoane y del valle del río Lor, atravesando minúsculas aldeas como Esperante o Campelo. A unos 8 kilómetros nos encontramos a mano derecha el orgulloso castillo de Carbedo, dominando todo el valle. Es recomendable detener el coche y asomarse a las ruinas de esta fortaleza medieval, cuyos cimientos datan de época romana. En sus inmediaciones se encontró una tabla de bronce, hoy conservada en el

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Museo provincial de Lugo, que habla de los primeros pobladores conocidos de la sierra, los “Susarros”; parece que se trataba de un pueblo celta cuyo nombre parece relacionado con el poder del agua. En la fortaleza de Carbedo también pasó una temporada el rey asturiano Alfonso II el Casto, protegido por los monjes de Samos de la persecución que contra él encabezaba su primo Aurelio.   En el kilómetro 10 alcanzamos el Alto do Couto, o puerto de Visuña, donde podemos dejar nuestro vehículo. Unos 100 metros antes, surge a la derecha un camino señalizado que se interna en la cara norte de la sierra, en dirección al pico Formigueiros, que desde aquí parece al alcance de la mano. Al comienzo del sendero, las vistas de O Courel son formidables, divisándose con claridad los dos ramales paralelos al valle del Lor y decenas de pequeñas aldeas. Al fondo y a nuestros pies, se distingue la Devesa de Nogueira, acurrucada en forma de triángulo en la cara norte del Formigueiros. No tardaremos más allá de 15 o 20 minutos enpenetrar en el interior del bosque, atravesando siempre la parte alta de la devesa; sin apenas desnivel, y con la ayuda de pintorescos puentes de madera permite conocer plenamente el ecosistema de este increíble paraje, sin las fatigas de la senda de Moreda. Hay que advertir eso sí, que el corazón del bosque queda algo por debajo, un tanto al margen de nuestro recorrido. En algo más de una hora llegaremos hasta las Fontes do Cervo, y un poco más allá al Mirador de Polín, que como en la ruta descrita anteriormente, bien puede ser el punto final a nuestra bonita excursión. En nuestro recuerdo, siempre quedará este pequeño bosque como uno de los parajes más bellos y sorprendentes de Galicia, y sobre todo como una de las grandes joyas que debemos proteger lo antes posible de la deforestación y necedad de los hombres.Alfredo Orte Sánchez.

3. Ruta Tras da Cova desde Seceda

Seceda puede ser el centro de una amplia serie de rutas de senderismo, dada la existencia en la zona de varios interesantes caminos tradicionales. Uno de ellos es el llamado Camiño de Tras da Cova, muy utilizado desde tiempo inmemorial por los vecinos de Seceda para dirigirse al valle del Lóuzara y para acceder a praderías y fincas de los alrededores del pueblo.

La ruta sirvió también, y durante mucho tiempo, para conducir carros cargados de mineral de hierro a la ferrería de Lousadela. La caminata empieza en la parte baja de la aldea, a la altura de la casa de turismo rural O Calellón. Primeramente hay que tomar una pista de tierra que sale a la derecha de la carretera a Lousadela. Tras caminar unos cincuenta metros, es preciso desviarse a la izquierda, por un antiguo camino que cruza un bosque de magníficos castaños

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centenarios. En el kilómetro 2,5 aparece una nueva bifurcación. Hay que tomar el camino de la izquierda, que baja en dirección al arroyo de Montelongo. El camino de la derecha lleva a una zona de prados. El Camiño de Tras da Cova discurre en este tramo a bastante altura por encima del cauce, altura que se va reduciendo a medida que baja al hondo y estrecho valle que forma este curso de agua.

Un kilómetro más adelante, el camino pasa junto a la mina de la Cova da Vea, una cavidad hoy tapada por la maleza, de donde se extraía hierro antaño. En el largo período de abandono que continúa hasta hoy, en su entrada se han producido varios derrumbes. Atraviesa después un pequeño bosque de castaños y rebollos y pasa junto a un par de viejas cabañas agrícolas, hoy abandonadas y en ruinas, en las que se almacenaba en otro tiempo la hierba que era recogida en los prados de los alrededores. Unos metros más allá de este punto, el camino llega a un pequeño puente de madera que cruza el arroyo de O Lago, donde se puede admirar una pequeña cascada. Aguas abajo a partir de este puente, el arroyo cambia de nombre y recibe el de Montelongo. Aquí termina la ruta, pero la pista sigue su curso hasta el pueblo de Gamiz, el Alto da Escrita y la Devesa de Paderne.

4. Ruta del Tunel de A Louseira

El Túnel de A Louseira, también conocido bajo el nombre de "La Antigua", se encuentra en el monte de las Valiñas, a 1,5 Km. desde Romeor, atravesándolo en dirección Sur-Norte.

Este túnel, construido en torno al siglo II, formaba parte de una red de canales para la conducción y suministro del agua para el lavado del mineral aurífero de las minas romanas de Millares y Torubio. El recorrido del túnel tiene una longitud de 60 metros y su inspección no presenta dificultad alguna. Para llegar a la Devesa de Romeor nos debemos dirigir hacia Castro Romeor.

Pocos metros antes de llegar a la aldea, en la misma curva, nos desviaremos a la derecha por una

pista de tierra que conduce hasta la Devesa, tras andar unos 3 km aproximadamente. Este precioso espacio natural alberga en su interior diversas especies arbóreas, como el tejo, el acebo o el roble, siendo su árbol estrella el haya.

5. Ruta Vieiros- Alto dos Castros

Arqueología, folclore e impresionantes paisajes rodean a un monte de la sierra de O Courel. Tradiciones locales hablan del hallazgo en el lugar de cajas de pizarra llenas de metal precioso.

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En lo más recóndito de la sierra de O Courel aún quedan lugares casi desconocidos incluso para los mismos lugareños, que esconden una notable riqueza paisajística, histórica y etnográfica. Uno de estos parajes es el Alto dos Castros, situado entre el Teso da Pallosa y el monte Formigueiros, una zona antes frecuentada por los vecinos de Vieiros y A Seara, ya que iban por allí a pastorear rebaños de cabras, además de sembrar trigo y centeno. El camino que lleva al Alto dos Castros parte de la aldea de Vieiros, en el municipio de Quiroga. De allí sale una pista de tierra que conduce a Ferramulín y Visuña y que actualmente está señalizada como ruta de senderismo desde el pueblo de A Seara. Este itinerario pasa también por la laguna de Lucenza y las antiguas minas del monte Formigueiros.

Tras avanzar cuatro kilómetros por esta pista y salvar una fuerte subida -desde los 961 metros de altura de Vieiros hasta los 1.508 de la cumbre del monte- se llega a una una amplia planicie, llamada Campa da Retorta. A la izquierda, a unos 400 metros, se alza el pico del Alto dos Castros, al que se llega por un estrecho sendero que sale a la izquierda de la pista. En la parte más alta del monte quedan restos de un asentamiento castreño, ubicado en un punto estratégico que permitía controlar las minas de hierro del Formigueiros y las

explotaciones auríferas situadas en el entorno. No en vano la zona fue trabajada intensamente en tiempos de los romanos. Prueba de ello son los rastros que han dejado explotaciones mineras subterráneas -como las cuevas de Arcos y de Augas- y sobre todo las minas a cielo abierto, de las que se pueden ver diversos vestigios: socavones abiertos en la montaña y escombreras originadas por los grandes movimientos de rocas. El asentamiento romano-castreño se halla hoy en un estado ruinoso. Incontables piedras de pizarra aparecen amontonadas desordenadamente por el paraje, debido seguramente a expolios ya antigüos, además de muchos siglos de abandono e intemperie.

Las vistas que se dominan desde el castro son espectaculares. Es uno de los mejores miradores naturales de la sierra de O Courel. Pero una de las cosas que más llaman la atención en este lugar es una historia de tintes legendarios que, según los vecinos de la zona, ocurrió hace bastantes años. Se dice que en este monte se encontraron varias cajas o depósitos construidos con lajas de pizarra en las que se guardaba oro de las minas romanas. Hay quien dice haber visto alguna de esas cajas e incluso describe su tamaño con precisión: unos 60 centímetros de largo y 40 de ancho. En A Seara hay bastantes vecinos que oyeron hablar a sus mayores del hallazgo de tales objetos en el Alto dos Castros y en las proximidades del pueblo. Cuentan que cuando se estaba arreglando la carretera, por debajo de la iglesia parroquial, dos vecinos encontraron una de aquellas cajas. Al abrirla vieron metal brillante mezclado con ceniza de carbón de uz. Uno de ellos llenó su gorra con el contenido de la caja y se la llevó a la cabeza. Sin que se diese cuenta, el oro se le fue cayendo de la gorra, dejando un rastro brillante por el camino.

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Carbón, moros y libros:

También se cuenta la historia de un vecino de A Seara que estaba arando su finca. El arado siempre tropezaba en un mismo lugar y el hombre se puso a excavar, encontrándose con una de las célebres cajas de pizarra. Levantó la tapa y vio que contenía un mineral desconocido mezclado con ceniza. Al parecer no le dio importancia y vació la caja por la finca, pero cuando llegó la noche vio como aquellos trozos de metal brillaban intensamente a la luz de la luna. Dicen otros que ese oro fue enterrado por los moros cuando tuvieron que huir de estas tierras. También se cuenta una historia sobre el legendario libro dos tesouros , tan presente en el folclore gallego. Según se dice, lo tuvieron en sus manos ciertos vecinos de A Seara y encontraron en él las indicaciones para hallar en el Alto dos Castros una caja que encerraba tres palancas de oro. Cuenta la historia que fueron tres los vecinos que siguieron estas instrucciones y encontraron una caja a poca distancia del lugar señalado en el libro. Estaba abierta y dentro sólo había carbón de uz.

6. Ruta de Seoane a Teixeira

Una ruta de espectaculares paisajes que partiendo desde Seoane y pasando por el mítico Taro Branco, permite conocer las poblaciones más septentrionales de la sierra de O Courel.

En Seoane do Courel comienza una ruta de automóvil que permite visitar las localidades más septentrionales de la sierra (Teixeira y Noceda) pasando por los impresionantes parajes del Taro Branco. El nombre de este monte, de 1.228 metros de altura, se debe a las masas de roca calcárea que asoman en numerosos lugares, confiriendo una peculiar fisonomía al paisaje de la zona. Desde su cumbre se divisa un espectacular panorama:

los valles de los ríos Lor y Pequeno, las devesas de Rogueira y Paderne, el castro de Brío, el Alto do Couto, el monte Cido, los pueblos de Seoane, Mercurín, Meiraos, Parada, Moreda... La manzanilla y otras plantas medicinales que crecen con abundancia en sus laderas también le otorgan una especial popularidad en los pueblos de los alrededores. La carretera que conduce al Taro Branco y Teixeira es una de las más castigadas por las inclemencias del tiempo de todo O Courel.

Las nevadas suelen ser particularmente intensas en esta zona, donde los pueblos solían quedar aislados varias semanas cuando los inviernos eran más rigurosos.El pueblo de A Teixeira está situado en un pequeño valle rodeado de castañares y prados. Al igual que otras localidades de la zona, ha padecido durante mucho tiempo problemas de aislamiento, incluso con relación al resto del municipio de O Courel.

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Las comunicaciones con el vecino municipio de O Cebreiro, por el contrario, suelen ser menos problemáticas. En sus inmediaciones existen numerosas cuevas, muchas de ellas aún sin topografiar.

Una de las más conocidas es la Buraca da Graña, asociada a sucesos sangrientos. Durante la ola de represión que se desató al estallar la Guerra Civil, varias personas fueron asesinadas en este lugar y arrojadas a la sima. En las cercanías se encuentran

además los castros de Riocereixa y Lousada, este último con una necrópolis.

Por su parte, Noceda es un pueblo de notables dimensiones, rodeado de prados, huertos y un extenso souto de castaños. A escasa distancia se encuentra la localidad de Lousada, que pertenece ya al municipio de O Cebreiro. La arquitectura típicas de estas poblaciones -con casas que carecen de balcones y corredores- es más propia de O Cebreiro que de O Courel y

corresponde a la tipología de las zonas más elevadas y frías de la montaña lucense.15

7. Ruta del sumidero del río Visuña hasta desembocar en el río Selmo en Ferramulín.

Esta ruta la iniciamos justamente al lado del puente donde la carretera cruza el río, a un kilómetro de Visuña y muy próxima a la cueva de Buraca das Choias. El antiguo sumidero, llamado O Gorgollón, estaba localizado precisamente a la altura de dicho puente, siendo tapado con rocas cuando se construyó el puente y la carretera. El caudal del río desaparecía bajo tierra y no volvía a aparecer hasta dos kilómetros río abajo. En este sumidero pereció ahogado un ternero al caer en su interior. Para rescatarlo tuvieron que bajar varios vecinos a la sima, a fin de poder atarlo con cuerdas y sacarlo al exterior. A 200 metros en dirección a Ferramulín tenemos a la izquierda un camino que cruza el río Visuña para llevarnos, en pocos metros, hasta una cabaña. Aquí el camino se bifurca: el de la derecha sube hasta unas minas de antimonio abandonadas y el de la izquierda nos lleva hasta el nuevo sumidero del río Visuña.

El sendero corre paralelo al río durante 500 metros hasta una nueva cabaña. Bajamos hasta el cauce del río, ya seco en esta zona, y retrocedemos 100 metros hasta llegar al sumidero, una gruta natural de 2 metros de diámetro por la que desaparecen las aguas del río Visuña. A partir de aquí podemos seguir en dirección a Ferramulín por el cauce seco del río, aunque con cierta dificultad debido a la gran cantidad de cantos rodados y de roca caliza que contiene el lecho del río. Podremos admirar la erosión producida por las aguas en las paredes de la roca caliza durante las fuertes crecidas a lo largo de miles de años. La salida del caudal del río está a la altura de unos prados y muy cerca de su cauce original. Esta zona es llamada popularmente A Fonte Grande. Es realmente impresionante la cantidad de agua que brota en este lugar y la belleza de este paraje.

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Aquí podemos cruzar el río y continuar por el sendero antiguo que comunicaba Visuña con Ferramulín. A 300 metros pasaremos a la altura de lo que fue la antigua ferrería de Visuña, llamada también de Hórreos y Ferrería Nova. De ella sólo quedan algunos restos del caserío. Cruzamos el antiguo puente de madera para subir a la carretera. A los pocos metros hay una nueva bajada al río hasta el puente de A Fervenza. Cruzamos el río por un viejo puente para admirar el entorno del lugar y una pequeña cascada. Tras una nueva subida a la carretera, recorremos unos 300 metros y bajamos nuevamente hasta el río

Visuña para salir a Ferramulín, a 1 kilómetro. Este último tramo discurre paralelo al río y en un marco natural de gran belleza, con molinos, prados de intenso verdor, pequeñas cascadas y rápidos que engalanan este preciado río Visuña antes de desembocar el río Selmo. La ruta tiene una longitud aproximada de 4 kilómetros.

8. Ruta hasta A Lucenza y Seara

Se inicia la ruta en el Alto do Couto en dirección a Visuña, donde una pista a la derecha antes de rebasar el puerto situada al pie del Formigueiros (1.639 m.) nos conduce a la "Fonte do Cervo" en medio de la Devesa de Rogueira.

Antes de llegar a la fuente el sendero se bifurca en dos, el de la derecha nos llevará al mirador de Polín y si continuamos subiendo hacia el cordal hallaremos el sendero que desciende a la laguna y A Seara, si por el contrario tomamos el de la izquierda, en unos pocos minutos estaremos ante la "Fonte" y comienza el sendero su ascensión hasta el collado entre el Formigueiros y el Teso das Papoulas. Su dificultad es media-alta

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La ruta llega también a la laguna de Lucenza, situada a 1.420 m. de altitud, de origen glaciar, y luego continúa hasta un pequeño arroyo, cruzado éste se llegará a un cruce de caminos y comienza el descenso hacia el valle de A Seara y la aldea del mismo nombre por el Camino de A Veneira, utilizado para llevar el mineral de hierro a las ferrerías, antes de finalizar la etapa se pasa por dos manantiales de aguas ferruginosas y después se termina en la aldea medieval de A Seara.

9. Ruta a la Devesa de As Valiñas

Desconocida por la gente foránea, se encuentra enclavada en la ladera oriental del monte de Os Corvos y compuesta realmente por dos devesas que están prácticamente unidas. El único camino de acceso a ella, es el que todavía utilizan algunos vecinos de Visuña para llevar el ganado a pastorear a los prados situados en la parte baja de la misma. Este mismo camino también fue utilizado hasta mediados de los años 60, para el transporte del mineral que era extraído en las minas situada en el lugar de Villafabrid, a la derecha de la Devesa y en su parte alta.

Como llegar: Desde Quiroga por la carretera de Campos de Vila, en el km 4 nos desviamos a la derecha para A Seara y Ferramulín. Kilómetro 32,5 estamos en Ferramulín, desde aquí seguimos dirección Visuña hasta el km 36,5 y a la altura de un puente de hormigón, de reciente construcción, por el que cruzaremos el río Visuña y accederemos al camino que nos llevará hasta la Devesa de As Valiñas.

Recorrido: El camino parte de la misma carretera que conduce a Visuña, nada más cruzar el puente de hormigón sobre el río Visuña y a 4 kilómetros de Ferramulín. Después de recorrer 50 metros el camino se bifurca a la altura de una cabaña, seguimos por el de la derecha que transcurre paralelo al arroyo de Os Corvos. Se da la circunstancia de que en este punto el caudal del arroyo desaparece entre la roca caliza que forma su cauce. El camino en su primer kilómetro es ancho, camino carretero, y cómodo de

andar a pesar de su constante pendiente, pendiente que se irá pronunciando a medida que nos acerquemos al final de la ruta.

Pasamos entre castaños y verdes prados que son regados por varios arroyos, entre ellos el arroyo de Os Corvos. A nuestra derecha el arroyo y la vertiente sur del monte de Os

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Corvos en la que aflora la roca caliza contrastando con la vegetación, más propia del clima mediterráneo, formada exclusivamente por encinas. Recorridos 500 metros pasamos al lado de una cabaña abandonada y atravesamos uno de los muchos arroyos que bajan de la devesa; 300 metros más adelante volveremos a cruzar varios arroyos y una cabaña abandonada en ruinas.

Ahora el camino se estrecha para bordear la Devesa en su extremo más occidental y dejar el bosque de robles para pasar a monte bajo. A continuación la subida se hace más fuerte, en algunos tramos del camino casi tenemos que intuir su trazado por la abundante maleza que crece a ambos lados. Una vez franqueada o superada esta zona, el camino vuelve a ser visible recuperando su ancho anterior. La pendiente sigue siendo fuerte y el trazado del camino es prácticamente en zig-zag, hasta escasos metros de su término o final en las minas de Villafabrid.

10.Ruta a la Ferrería de Seoane

Se accede a ella por un sendero que discurre desde el centro del pueblo hasta la aldea de Ferrería Nova, a orillas del Lor.

Es una de las más monumentales y de mayor interés arquitectónico de toda la provincia de Lugo, sobre todo por la altura de su "banzado", su alzado sobre una estructura en forma de torreones, de unos 10 metros. Su construcción se remonta al año 1808, siendo el mineral de hierro que transformaba, procedente del monte Formigueiros y de A Veneira de Roques, esta última del municipio de A Pobra do Brollón.

Posteriormente fue transformada en aserradero, molino y central hidroeléctrica, proporcionando alumbrado para todo el Courel y, en especial, para el pueblo de Seoane. Hoy, restaurada constituye una impresionante muestra de la arquitectura popular.

11.Ruta a Ferreirós de ArribaEntre los pueblos de Ferreirós de Abaixo y Ferreirós de Arriba, en O Courel, discurre una ruta de senderismo que acaba de ser acondicionada en buena parte por la asociación cultural Fonte do Milagro.

El trayecto, de unos cuatro kilómetros, discurre a lo largo del río Ferreirós y pasa por algunos de sus afluentes, por lo que permite disfrutar ampliamente de los típicos paisajes fluviales de la sierra. Los restos arqueológicos del Castro da Coroa y los panoramas que se divisan desde este punto y desde el mirador de

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Sucoto añaden más atractivo al recorrido, que atraviesa varios tipos de bosque autóctono. Comenzamos la ruta en Ferreirós de Abaixo, a la altura del bar O Pontón, por una pista de tierra que corre paralela al río Ferreirós en casi todo su trayecto. Nada más empezar, nos encontramos con un desvío a la izquierda que lleva a Ferrería Nova y Seoane, pero tomamos el de la derecha.La subida es un poco fuerte en el primer tramo y se vuelve más suave en las cercanías del Castro da Coroa, a un kilómetro y medio. Antes de llegar al mismo hay un manantial de aguas medicinales ferruginosas. El Castro da Coroa está enclavado en un lugar estratégico sobre una pared rocosa, aislado por todas sus vertientes. Muy deteriorado, conserva algunos vertigios de muros y viviendas. Desde este yacimiento arqueológico pueden contemplarse magníficas vistas de los alrededores.

Seguimos por el camino entre prados y cruzamos dos puentes de madera sobre los arroyos de Gorgozo y Ferreirós o Veiga antes de entrar en Ferreirós de Arriba, situado en medio de un gran bosque de castaños. En la plaza del pueblo empieza una pista asfaltada que sale a la carretera que une Folgoso y Seoane, así como un sendero a la derecha, que tomaremos. Pasamos junto a un molino abandonado y a doscientos metros llegamos a un desvío que un poco más adelante vuelve a unirse al camino principal. Los castaños dan paso a un bosque más variado: chopos, arces, sauces, fresnos, avellanos... unos 150 metros más adelante hay otra bifurcación junto a un castaño, donde seguimos el camino de la derecha.

El sendero se acerca al río, pero sólo podemos oir su murmullo. En este tramo corre muy encajonado y es casi imposible llegar a él. Sólo bajando por unos prados empinados y llenos de maleza podremos ver alguna de sus cascadas, que alcanzan veinticinco metros de altura. Seguimos el descenso entre castaños centenarios hasta llegar a un puente de madera sobre el arroyo de Muimento o de A Pontiña, construido recientemente por vecinos de Ferreirós de Arriba. El arroyo forma aquí dos pequeñas cascadas y un tobogán labrado en la roca antes de desembocar en el río Ferreirós.

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12.Otras Rutas

12.1. Ruta desde Seceda a Lousadela y Cortes

Con un recorrido de unos 5 kms, la carretera discurre paralela al río Seceda, a través de un profundo valle que el río ha labrado. A los 3 Kms, un desvío a la izquierda, por una pista ade tierra, llegaremos a la aldea de Lousadela, asentada en u precioso valle, regado por el río Lóuzara, que cruzamos por un puente medieval. Una única vivienda y los restos de una antigua ferrería es lo que queda de esta peculiar aldea. La ferrería, que tuvo gran demanda en el pasado siglo, transformaba el mineral de hierro procedente del monte

Formigueiros. Situándonos de nuevo en la carretera, nos dirigimos a Cortes, tradicional aldea con construcciones típicas de la montaña lucense, situada a orillas del Lóuzara, en un alto mirador natural de gran belleza entre castaños centenarios.

12.2. Ruta desde Ferramulín a Hórreos

A tres kilómetros de Vieiros y encajonada entre altas montañas se encuentra la aldea de Ferramulín, lugar donde se juntan el río Visuña y el Selmo. Nada más cruzar el puente sobre el río Visuña, arranca un recorrido de 2 kms, paralelo al río Visuña, entre viejos molinos y abundantes rápidos, hasta llegar a un camino, a mano derecha, que asciende hasta la entidad de Hórreos, aldea de construcciones con galerías de madera tallada. Desde aquí, varios senderos nos conducirán a los pueblos de Villarrubín, Cruces y

Albaredos, pertenecientes a la provincia de León.

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12.3. Ruta a la cumbre del Pía Páxaro 1611m.

Desde el Alto do Boi, parte a la derecha de la carretera LU-651 una ancha pista que nos conducirá a las canteras de Pacios da Serra por la derecha y a la cumbre del Pía Páxaro al frente. También podemos acceder por una ruta algo más montañera, desde Outeiro de Soldón, tomamos una carretera a la izquierda que nos llevará hasta la aldea de Vilarbacú y las abandonadas minas de wolframio, desde aquí iniciamos la dura ascensión a la cumbre por un camino a la derecha.

12.4. Ruta desde Seceda a Sobredo y al Castro da Torre

Desde Seceda tomaremos la carretera que nos llevará a Sobredo. A los pocos metros nos encontraremos con un viejo molino atravesado por el arroyo de Arrieira. Una pista a la izquierda nos llevará a Sobredo y al Castro da Torre, al que se accede por un sendero que sube hasta el castro: planta cuadrada, ovalada y rectangular, cuya construcción requirió la construcción de bancales.

  

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