1. Borden (1)

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    1/223

     

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    2/223

     

    Esta traducción fue realizada sin fines de lucro con el único propósito de compartir la obra

    del autor, queda totalmente prohibida la venta de este documento. Puedes apoyar al

    autor comprando sus libros y siguiéndole en sus redes sociales.

    ¡Disfruta la lectura!

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    3/223

     

    Staff Coordinadoras

    M.Arte Amunet

    Traductores

    MariaBros

    M.Arte

    DariiB

    Dustie

    Vale

    Guidaí

    Majo CR

    LeyaahDonn

    Sager

    Carola

    Elisa

    Ana09

    Ana_rmz

    DianaX

    katherin.puentes

    Leon 

    Correctores

    M.Arte

    MariaBros

    LeyaahDonnDariiB

    Carola

    Sager

    Elisa

    Guidaí

    aleja_oivettelaflaca

    Lisa EQS

    Meli Eli

    Lectura final y edición 

    MariaBros Meli Eli M.Arte

    Diseño

    Anne

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    4/223

     

    SinopsisMarcus Borden siempre ha sido utilizado por su fuerza y control. Después de una crianza

    llena de crimen en un barrio muy duro, Borden deja su ciudad natal y regresa cuatro añosmás tarde misteriosamente rico e irreconocible, con una mujer en su mente.

    Una mujer a la que nunca tendrá.

    Dolido por su devastadora derrota y lleno de rabia y culpa, el mundo de Borden se vuelve

    oscuro.

    Como una mujer ferozmente independiente, Emma Warne sabe todo acerca de vivir

    duramente. Habiendo cuidado de sí misma la mayor parte de su vida, lo último que espera

    es adentrarse en el mundo del infame criminal Marcus Borden, el peligroso hombre que

    toda la ciudad teme y detesta. Pero cuanto más lo aleja, más regresa, asumiendo el controlsobre su vida y despojándola del control al que ella tan desesperadamente se aferra.

    Una vez que Borden tiene su mirada puesta en ella, Emma no irá a ninguna parte en un

    futuro cercano, y lo que no se esperaba de todo esto... es que ella tampoco querrá alejarse.

    Borden #1

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    5/223

     

    ContenidoPortada

    StaffSinopsis

    Contenido

    Capítulos

    Primera parte: Marcus & Kate

    1. 

    Kate

    2. 

    Marcus

    3. 

    Marcus

    4.  Kate

    5. 

    Kate & Marcus

    Segunda Parte: Borden & Emma

    6.  Emma

    7.  Borden

    8. 

    Emma

    9. 

    Emma

    10. 

    Borden

    11. 

    Emma

    12. 

    Emma

    13. 

    Emma

    14.  Borden

    15.  Emma

    16.  Emma

    17.  Emma

    18.  Borden & Emma

    19.  Emma & Borden

    20.  Emma & Borden

    21. 

    Emma

    22. 

    Borden23. 

    Emma

    24. 

    Borden

    Sobre el autor

    Borden #2

    Nosotros 

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    6/223

     

    Primera parte

    Marcus & Kate

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    7/223

     

    1Kates curioso lo que sucede cuando sabes que vas a morir.

    Tu vida de repente se siente como a un millón de kilómetros de distancia,

    en una realidad distinta. No recordaba nombres o lugares. No recordaba ni una maldita cosa

    más que el miedo que había invadido cada átomo de mi ser, obligándome en su lugar.

    Mis manos estaban atadas fuertemente a mis espaldas y respiraba con vacilación

    dentro de las húmedas paredes de la bodega en la que había sido arrojada hace apenas un

    día. Todo era negro. Había deambulado por el diminuto espacio por horas y horas, buscando

    una salida pero no había nada más que revestimientos y silencio.

    Dios, el silencio era un asesinato por sí solo.

    Dejé de luchar por una salida desde hace horas, cuando la esperanza a la que me había

    aferrado se desvaneció hacia el vacío. Comencé a aceptar mi destino. Iban a matarme. No

    sabía cómo, pero en este momento no importaba.

    También dejé de llorar.

    Ahora solo estaba mirando hacia el suelo, viendo nada más que negro. Oscuridad por

    todas partes. Me sentía resignada a este negro. Quería que me tomara, me consumiera, para

    así dejar de orar por la luz.

    Dejé de pensar en mi padre y el cómo iba a afrontar la pérdida de su única hija. Dejé de

    pensar en mi madre y el cómo su sueño de verme caminando hacia el altar vestida de blanco

    moría en la distancia. Dejé de pensar en mis amigos, en los falsos y en los verdaderos, sabía

    que llorarían mi perdida pero seguirían adelante. Dejé de pensar en mis alumnos y el cómo

    sus mentes jóvenes podrían tener dificultades por comprender la ausencia de su maestro.Dejé de pensar en todos ellos y pensé en una persona. Un hombre. El hombre que había

    regresado por mí, misteriosamente rico, misteriosamente diferente y nada como el desastre

    que había sido antes. Él fue el único hombre al que alguna vez realmente amé, quien me

    destrozó de una manera que nunca podré arreglar.

    ¿Siguió con su vida después de mí?

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    8/223

     

    Eso esperaba.

    Esperaba que me dejara ir y que encontrara a una mujer que pudiera sanar su dolor.

    De repente, más lágrimas se formaron y contuve la respiración, un dolor sin medida meinvade ante la vida que dejamos enterrada.

    Dormito a lapsos, la tristeza acumulándose en mi pecho. Mis manos están más

    entumecidas y mi boca se secó, y me pregunté si me habían dejado aquí para morir.

    Y entonces lo escuché, el sonido de pasos acercándose hacia la puerta, rompiendo el

    silencio. Me tensé mientras la persona abría la puerta de par en par. Esperaba que una luz

    brillante inundara mi visión, pero fue débil y sombría en su lugar. Un gran cuerpo se quedó

    en el umbral y una inquietud se agitó dentro de mi vientre. ¿Era este mi secuestrador? Había

    dos de ellos esperando en mi apartamento, saltaron sobre mí cuando entre a la ducha,

    desnuda y vulnerable, me drogaron y me arrojaron a este lugar por lo que pareció una

    eternidad.

    Retrocedí a una esquina de la bodega mientras caminaba lentamente, dando pasos

    calculados hacia mí. No podía ver sus rasgos, no con el pasamontañas que llevaba puesto.

    Nada en él me hablaba de su identidad, pero podía sentir un frío escalofrío en el aire, podía

    sentir su locura, y fue confirmada aún más cuando sacó una navaja de su bolsillo. Perdí todo

    el aire en mis pulmones.

    —No te haré daño... todavía —me dijo en voz baja y dura. No sonaba monstruoso como

    parecía. En realidad, sonaba joven.Sentí escalofríos correr por mi espina dorsal cuando invadió mi espacio, aferrándose a

    mis manos. Me sacudí con fuerza, reprimiendo un sollozo antes de sentir que mis manos se

    liberaban.

    —Si haces algo estúpido te ataré de nuevo —me advirtió.

    Mis hombros y brazos dolían. Me froté en mis muñecas, estirando los dedos, viendo su

    alta figura moverse al otro lado de la pequeña bodega. Se deslizó hacia abajo y se apoyó

    contra la pared, la navaja todavía en su mano y me miró de nuevo.

    Allí estaba otra vez ese silencio, y cuando tus días suelen estar rodeados de charlatanesdurante ocho años, el silencio toma un rango en la lista de especies en peligro de extinción,

    apenas existe y solo en pequeñas cantidades.

    —¿Qué... qué quieren? —Me estremecí finalmente—. ¿Es acerca de mi padre?

    Él se rio entre dientes y sonó artificial.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    9/223

     

    —¿El juez? No, no es sobre tu padre, pero ya lo sabes. Sabes de qué se trata. Dilo.

    Me miré las manos, temblando.

    —Marcus.

    —Mm… Buena chica —dijo con aprobación.

    Por una fracción de segundo mi mirada saltó hacia la puerta abierta de la bodega.

    —No —le oí decir—. No hay forma de salir de esto. No te engañes con la idea de que

    puedes escapar. Nadie escuchará tus gritos, estamos aislados y mi hermano te perseguirá

    solo por deporte si piensas huir. Él es cazador, sabes, y es muy bueno.

    Mis hombros se desplomaron. Las lágrimas cayeron de mis ojos, esa sensación

    desesperada tirando en mi interior, dividiendo mi espíritu. Nunca me había sentido tan

    vulnerable en mi vida.

    —¿Es un rescate entonces? —Temblé, sabiendo que no lo era incluso antes de que

    preguntara—. Porque si es así, Marcus te dará lo que quieras. Sé que lo hará.

    —Estoy seguro de que me daría el puto universo por ti —respondió—. Pero no. Esto no

    es un rescate.

    Tragué saliva.

    —Entonces, ¿qué quieres?

    —Estoy aquí para matar el tiempo, para descubrir un poco más sobre el misteriosoMarcus Borden y el privilegiado profesor en el que regresó.

    —Si es sobre dónde ha estado los últimos cuatro años, no sé nada al respecto. No sé

    de dónde obtuvo el dinero. No sé nada.

    —No, estoy seguro de que no —respondió secamente. Él sabía que estaba mintiendo—

    . Pero no se trata de eso. Nos importa una mierda eso.

    Aparté la vista de su mirada penetrante.

    —Me pregunto por qué una hermosa mujer rica como tú se involucró con un pedazode mierda como él en primer lugar.

    Me sequé los ojos.

    —Él no es un pedazo de mierda.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    10/223

     

    —Bueno, ahora no, ya no, pero lo fue una vez, ¿cierto? Antes de que enderezara su

    camino, antes de que regresara por ti, no era más que otro matón. ¿Caíste ante sus palabras?

    ¿Te prometió el mundo?

    —No.

    —Entonces dime. Ayúdame a entender.

    Entrecerré los ojos hacia él.

    —No podrías entenderlo. No se puede explicar nuestra relación con palabras. Fue todo

    sentimientos desde el comienzo.

    Se encogió de hombros.

    —Eso está bien. Empieza desde el principio. ¿Dónde lo conociste?

    Empecé a mover la cabeza, sin querer compartir esa historia personal con un hombre

    que iba a matarme, pero luego... el mero pensamiento de Marcus me convenció. Él siempre

    me había proporcionado comodidad. Había evolucionado tan drásticamente y me preocupé

    de lo que sería de él después de que me marchara. No sería tan malo recordar el pasado, solo

    era eso de todos modos. ¿Cierto?

    —Vamos. —Mi asesino presionó con condescendencia—. ¿Fue mágico? ¿Lo miraste y

    supiste que él era para ti?

    —No —murmuré.

    Ciertamente no lo hice. No por un largo tiempo. No hasta que él se había ido.

    —¿Qué edad tenías?

    —Tenía diecinueve años... —empecé, y de repente todos los momentos con él, los

    buenos, los malos... todos esos momentos comenzaron a destellar ante mis ojos.

    ***

    La primera vez que conocí oficialmente a Marcus Borden fue en una fiesta en la casa de

    uno de mis amigos de la universidad hace cinco años. Estaba muy lejos de donde yo vivía, en

    un barrio en el que no encajaba y rodeada de gente más dura que yo.

    Él estaba solo, apartado completamente del grupo en la parte trasera del patio. Llevaba

    unos holgados vaqueros que colgaban bajo sus caderas y estaba sin camisa, su abdomen

    cubierto de tatuajes. En realidad, toda la parte superior de su cuerpo estaba plagada de ellos,

    esos sexys diseños intrincados que otros maleantes como él le habían hecho.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    11/223

     

    Lo vi encender un cigarrillo y elevar la mirada hacia el oscuro cielo. Recuerdo que me

    sentí intrigada por él. Me preguntaba que pasaba por su mente en ese momento, qué tipo

    de pensamientos se escondían en lo más recóndito de su alma, haciéndolo lucir tan

    melancólico. Imaginé la fortaleza que residía en él, o tal vez eso solo fue la parte artística deromántica empedernida en mí.

    Sabía todo sobre Marcus Borden.

    Sabía que no era más que un matón.

    Un hombre indomable, que había estado con varias chicas de mi escuela, quienes no

    temían en hacerte saber al respecto, cantando sus alabanzas sobre el hombre con la boca

    mágica capaz de hacer las cosas más malvadas.

    Era el hombre que a menudo había admirado desde lejos y que nunca admitiría en voz

    alta.

    Donde quiera que fuera, parecía que siempre estaba allí. Conocía a todo el mundo y

    todo el mundo lo conocía.

    Y ahí estaba yo, una privilegiada mujer ingenua que provenía de una familia

    acomodada, acercándome hacia él mientras mi cuerpo tenía sus propias intenciones ocultas

    y mi cerebro era silenciado por las dos o más cervezas que había bebido presurosamente. Tal

    vez quería vengarme de mi padre con esto, tal vez solo estaba intentando salir de mi zona de

    confort o tal vez tenía una gran debilidad por los chicos malos disfuncionales después de

    todos los cientos de libros de romance que había devorado entre las sesiones de estudio.No sabía lo que era.

    Solo sabía que quería liberarme de la monotonía. Dejar de ser la agradable Kate

    Davenoth, hija del juez Douglas Davenoth tercero, la primera en todas sus clases, una

    estudiante con una trayectoria de A´s durante toda su vida.

    Me detuve unos metros detrás de él y le eché un vistazo al patio. Había parloteos en

    todas partes. Gente riendo, gritando, pidiendo más tragos sobre la música estruendosa. Miré

    a mi amiga Sophie charlando con un tipo ardiente al lado de la piscina, estaba segura de que

    se iría a casa con él y recordé sus palabras antes de que llegáramos aquí.Relájate, había dicho. ¡Haz algo loco por una vez! Aprende a divertirte. ¡Encuentra a un

    ardiente chico en este lugar y echa un polvo! Vi la confianza irradiando de ella y también

    desee esa confianza. Quería ser seductora y sexy. Quería poner mis manos en ese sexy

    malhechor y ponerlo de rodillas.

    Pero no lo hice.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    12/223

     

    No, no podía. 

    De repente estaba demasiado acobardada. Permanecí completamente inmóvil detrás

    de él, preguntándome qué diablos intentaba hacer. Papá me mataría si supiera que estaba

    aquí y no digamos de hablar con un chico como él, un chico que probablemente había visto

    los barrotes de la prisión demasiadas veces.

    Mierda.

    Me di la vuelta.

    ¡Esto era una locura! No era de esas chicas despreocupadas que se metían a la cama

    sin tener las normales quince o veinte citas. No me mezclaba con chicos como él. ¡Maldición!

    Era de la clase alta. Y aburrida. Tan malditamente aburrida. No podía dar rienda suelta. Ni

    siquiera podía cambiar mi rutina diaria sin tener un ataque de ansiedad.

    —No te vayas.

    Su voz firme y delicada rompió a través de mis pensamientos beligerantes, alejándolos

    como las olas al retirarse de la orilla. Me di la vuelta, rígida, con la cobardía y las emociones

    fuera de mí todavía y me encontré con su mirada. Su cabeza viendo en mi dirección, su boca

    se elevó en una exquisita sonrisa mientras sus ojos danzaban a lo largo de mi rostro y cuerpo.

    —Haz hecho todo el camino hasta aquí —agregó, su voz mezclada con confianza—. No

    tiene sentido que regreses ahora.

    Luego hizo un gesto hacia la silla de plástico junto a él, invitándome a sentarme con él,y que no debería haberlo hecho, pero no puede evitarlo. Después de todo, estaba en ese lado

    del patio por él. Había hecho el épico viaje de veinticuatro pasos. No daría marcha atrás ahora

    solo porque estaba asustada.

    Ningún punto de retorno solo porque ahora estaba jodidamente asustada.

    Consciente de su mirada, le lancé una sonrisa vacilante, caminé hasta la silla y me senté.

    Mi cuerpo estaba recto como una flecha, mis manos acurrucadas en mi regazo, mi rostro

    tímidamente se volvió en su dirección. Me miró de nuevo y esta vez su sonrisa se convirtió

    en una sonrisa completa y plena. Wow, tenía una sonrisa agradable. Era un poco aniñada con

    hoyuelos en los extremos y labios carnosos. Mientras me desmayaba solo un poco, tambiénme sentí como el blanco de alguna broma, y en retrospectiva, comprendí el por qué. Yo era

    del tipo quisquillosa, toda vestida para impresionar en mi ropa de chica rosa y estaba sentada

     junto a un chico semidesnudo con tatuajes por todas partes. Estaba fumando un cigarrillo y

    luché para no arrugar mi nariz.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    13/223

     

    —Relájate —me dijo suavemente, mirando entre mi espalda recta y el espacio libre en

    la silla de plástico.

    —Estoy relajada —le aseguré

    —Te ves un poco tensa.

    —No lo estoy.

    Mentira.

    Estaba completamente tensa y estaba segura que no sonaba creíble.

    Nos sentamos en silencio por varios minutos. Estaba totalmente a gusto, terminando

    el resto de su cigarrillo mientras me miraba con curiosidad y yo en su lugar estaba a punto

    de perder la razón. ¿Cómo una chica se puede relajar ante un hombre con él? Él no era nada

    como los chicos estirados con los que crecí. Los completos adefesios que conducían los

    Lamborghinis de papá por la ciudad con sus cuellos desabotonados y relojes de diez mil

    dólares.

    Era posible que su atractivo fuera el ser fuerte y yo solo una idiota ingenua en busca de

    emoción. Solo probando algo prohibido. Por una noche, nada más.

    —Entonces, ¿qué tenías en mente cuando hiciste tu camino hasta aquí, hermosa? —

    preguntó repentinamente, sus brillantes ojos azules en los míos—. ¿Buscando un poco de

    cosas buenas?

    Hice una pausa.

    —¿Cosas buenas?

    Se encogió de hombros con indiferencia.

    —Sí, ¿quieres algo de hierba? ¿Buscas una forma de drogarte con tus amigos fresas?¿Cuál es tu veneno, nena?

    Mi mandíbula cayó y de inmediato negué la cabeza.

    —V-Veneno. Yo no fumo hierba.

    —¿Inhalas alguna mierda?

    —No.

    —¿Haces algo?

    —No, nada como eso.

    —Entonces, ¿por qué estás aquí?

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    14/223

     

    —Vi… vine para hablar contigo. —No para usarte y conseguir algunas drogas.

    Se me quedó mirando durante un rato, y no pude leer su expresión. Mi incomodidadcrecía a cada segundo que pasaba, preguntándome si él estaba punto de rechazarme. Dios,¿parecía desesperada?

    —¿Cuál es tú nombre? —preguntó.

    —Kate —respondí

    Él asintió despacio, mirándome pensativamente.

    —Kate —repitió, como si estuviera saboreándolo en su lengua—. Te he visto por ahí,sabes.

    Mis mejillas se calentaron y lo miré boquiabierta con sorpresa.

    —¿De verdad?

    Sus labios temblaron.

    —¿Sorprendida?

    —Sí.

    —No puedes hablar en serio. Las cabezas se giran ante ti, pero apuesto a que eso ya losabías.

    Negué con la cabeza, luchando por mantener mis ojos en los suyos.

    —No me he dado cuenta.

    Se río irónicamente.

    —Bueno, yo sí. Tienes mi cabeza girando desde el segundo en el que llegaste, y todaslas veces que te he visto caminando por el campus en tus diminutas faldas y largo cabellorubio, no ese platinado de mierda que las chicas usan, sino un maldito rubio natural.

    No respondí durante un momento. De repente me encontraba sin aliento, sintiendo elinexplicable placer de saber que no era tan invisible como yo pensaba.

    —Soy Marcus —dijo en voz baja, sus ojos moviéndose a lo largo de mi rostro.

    Asentí.

    —Lo sé.

    Sus cejas se alzaron.

    —¿Lo sabes?

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    15/223

     

    —Sí.

    Lucía un poco complacido por eso, quizás tanto como yo lo estaba.

    —¿Cuántos años tienes?

    —Diecinueve.

    —Tampoco eres de este lado de la ciudad, ¿verdad?

    —No, soy del extremo norte.

    No parecía sorprendido.

    —¿Cerca de New Raven Square?

    —Sí.

    —Lindo. ¿Vives aún con tus padres?

    Negué con la cabeza.

    —No, tengo mi propio lugar.

    —Saliste de sus ataduras entonces.

    Me reí ligeramente.

    —Más o menos, pero aún están alrededor. —Específicamente mi padre, quien hizo unmagnífico trabajo espantando a cada maldito muchacho en el que estuve interesada.

    —Significa que se preocupan por ti —dijo Marcus suavemente.

    Asentí con cuidado.

    —Sí.

    Se lamió el labio inferior pensativamente y miró hacia la casa.

    —Entonces, ¿qué estás haciendo aquí, Kate? Obviamente estas fuera de tu elemento ypuedo detectar a tus amigas un kilómetro de distancia. ¿Tus amigas buscan algún tipo deemoción?

    No respondí de inmediato. Mis mejillas se calentaron aún más. Miré hacia la casa,capturando un vistazo de Sophie otra vez. Solo había venido con ella, pero entendí porqueespeculó sobre las otras chicas. Estaban vestidas de manera similar a mí, eran probablementeun poco mayores, pero a juzgar por la forma en la que se colgaban de los chicos rudos, estabaclaro lo que estaban buscando... lo que todas estábamos buscando.

    —Sí —admití, mirando hacia él—. Es verdad.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    16/223

     

    Sus labios se levantaron en una sonrisa perezosa, pero sus hermosos ojos estabanconsumiéndome, tenían un efecto vertiginoso en mí.

    —¿Y viniste a mí por esa emoción, Kate?

    Cada parte de mi estaba en llamas. Sentía como si estuviera tambaleándome en elborde de un acantilado, teniendo que enfrentar el miedo de abrirme como nunca antes hehecho.

    —Sí —casi susurré, tragándome mis nervios. El ser confiada era una causa perdida.Nunca lo lograría. En su lugar, deje a mi vulnerabilidad salir. Era como si él tuviera un podersobre mí.

    Su respiración se aligeró un poco y bajó la mirada hacia mi boca por un momento.

    —¿Por qué precisamente yo?

    —Porque... me interesas.

    Inclinó la cabeza hacia un lado, pensativo.

    —¿Por qué te intereso?

    Negué, insegura de mi respuesta.

    —No lo sé. Supongo... que me gustó mirarte desde allá atrás, y... creo que estoyrealmente atraída hacia ti, si vamos a ser honestos. —Me sentí como una idiota, y mi excusase sintió débil. La verdad era que no tenía sentido lo que estaba haciendo. Vine, lo vi, recordétodo por lo que él era conocido, pero por alguna razón me molesto qué podría tener si noestuviese aquí y alguien estuviera hablando de él. No, en persona las cosas son diferentes, larealidad era extraña y me sentía atraída hacia él.

    Me miró aún más serio después de mis estúpidas palabras. Tranquilamente, mepreguntó—: ¿Y qué clase de emoción estas buscando exactamente?

    Oh, Dios. ¿En serio quiere que lo diga?

    —Tú sabes cuál —le respondí, igual de tranquila.

    —¿Quieres que te folle?

    Me quedé inmóvil por completo. Mi corazón se detuvo por un segundo. Mis ojos seagrandaron mientas lo miraba.

    Se rio levemente.

    —¿Por qué eres tan nerviosa?

    —Nadie nunca antes había sido tan atrevido conmigo.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    17/223

     

    Me estudió por un momento y negó ligeramente con la cabeza.

    —A este paso, estoy convencido que tampoco nunca nadie te llevo a casa en la primeracita y te folló hasta el olvido.

    No respondí. Era obvio. Mi experiencia era limitada, seguro. Nunca antes habíaconectado sin ninguna atadura.

    —¿Eso te molesta? —pregunté, agarrando mis manos nerviosamente.

    Él bajo la mirada hacia ellas y sus ojos se suavizaron.

    —No —respondió gentilmente—. No, en absoluto. Solo quiero que sepas lo que estaspidiendo.

    —¿Necesito pedirlo?

    Parecía divertido, pasando el dedo por su labio inferior mientras me miraba.

    —Por una chica como tú, comería cuchillas de afeitar solo por un toque. Pero eso nosignifica que debería. Estas claramente fuera de tu zona de confort aquí. ¿Qué pasará cuandote lleve a mi casa y te des cuenta de lo que estamos a punto de hacer y las consecuencias quetendría?

    —¿Qué consecuencias?

    —Tú eres del tipo rico, Kate. Puedo verlo en cada parte de ti. Puedo verlo en tu ropa,en la joyería que llevas, incluso en el champú que ocupas para ese maldito cabello sexy.Probablemente vienes de una familia respetable con un papá virtuoso y una súper mamá.¿Qué pensarían ellos de ti? ¿Qué pensaría de ti cualquier  persona en ese círculo si te fuerasesta noche a casa conmigo?

    Tomé un largo momento antes de responder.

    —Bueno —dije finalmente—, la mayoría de las chicas me llamarían puta. Y si nuestrasprivilegiadas familias se enteraran, sería la vergüenza de nuestro círculo social, pero, ¿quieressaber la mejor parte?

    —Dime.

    —Esta noche no me importa.

    Su rostro cambio con eso. Ya no me miraba como una distracción pasajera que seasustaría cuando llegara el momento. No, el me miraba como si estuviera hambriento poruna probada y la tensión que surgió de eso fue increíblemente satisfactoria.

    —Ven aquí —exigió en voz baja, haciendo un gesto para que me acercara.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    18/223

     

    Agarré la silla y la hice moverse cuando el sacudió la cabeza y dijo—: No, nena. No estoyhablando de acercarte con la silla, estoy hablando de que a ese cuerpo lo traigas aquí encima.

    Luché por mantener mi compostura, pero por dentro mi corazón retumbaba en mipecho y sentía hormigueos en todas partes. Me moví hacia él y colocó una mano en micintura, sentándome encima de sus piernas para que estuviera a horcajadas. A penas podíarespirar, enfrentándolo me devolvió la mirada con sus dos manos tocando ligeramente mismuslos. Él se mantuvo controlado, pero la posición era todo menos controlada. En realidad,era la cosa más íntima que había hecho con un chico, sentarme en su regazo, de cara a élcomo si nos tomáramos el uno al otro, ignorando por completo el ruido y la multitud depersonas. Me pregunté cómo era eso posible. Había tenido sexo con dos chicos, había hecholo de recostarse y abrazarse, pero por alguna razón, esto le ganaba a todo eso.

    Pero eso era Marcus Borden para ti. Pronto aprendería que nunca sentiría el mismocalor con otro hombre.

    —¿Esta esto bien para ti? —preguntó con curiosidad, estudiando mi reacción.

    —Sí —respondí, sintiéndome atraída hacia su boca.

    —¿Te gusta?

    Mi segunda afirmación fue más silenciosa.

    Me senté así por un momento, no hablamos mucho. Solo pregunto cosas pequeñas,sobre música y películas, cualquier cosa para llenar el silencio, pero incluso el silencio no memolestaba. Estábamos en nuestra propia burbuja y no me tomo mucho tiempo sentirme

    cómoda en su abrazo, era como si perteneciera ahí.—¿Aún estas bien con esto? —me preguntó cuando sus manos recorrían un poco mis

    muslos—. ¿No estoy empujando mis límites?

    —No —contesté—. Me gusta esto.

    Era increíblemente dulce y atento. Me atrajo más cerca hasta que estuvo a centímetrosde mi boca, pero nunca hacia todo el camino. Nunca besándome, nunca subiendo sus manoslo suficiente para tocar mi trasero. Era dulce y doloroso al mismo tiempo.

    —Eres realmente hermosa, ¿lo sabías? —murmuró, más para sí mismo que para mí.Tampoco sonó como si quisiera halagarme. Lucía genuinamente asombrado por mi belleza,y justo allí, me derretí en su agarre, sonriendo brillantemente hacia él mientras me sonreíade manera pensativa.

    Sentí todo sentada en él de esa forma. Sentí el profundo dolor entre mis piernas, sentími lujuria hacia la parte expuesta de su cuerpo, sentí a momentos el endurecimiento debajode mí mientras sus ojos viajaban por mi cuerpo, tomándome, al igual que yo a él.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    19/223

     

    Luego, después de un rato, se puso de pie lentamente y comenzó a bajarme. Mantuvocontacto mientras lo hacía y sentí mi centro rosar contra su estómago e ingle y el placer seextendió en mi mientras lo hacía. Me tuvo de pie por mí misma y estaba mareada cuando lo

    vi agarrar su camiseta blanca que colgaba en respaldo de la silla.—¿Has bebido mucho, Kate? —me preguntó, colocándosela

    —Un par de cervezas —contesté

    —¿No estas borracha?

    —No.

    Asintió con la cabeza, satisfecho.

    —Bien.

    Extendió su mano hacia mí. Mi corazón martilleaba dentro de mi pecho mientras lomiraba y luego a los furtivos tatuajes en su brazo. Oh, Dios, ¿esto estaba realmente pasando?Dejé de pensar y tomé su mano, su calor se sentía deliciosamente bien contra mi piel. Meempujó más cerca de él y apartó los mechones rubios de mi cara hacia detrás de mi oreja.

    —Te daré emoción —susurró—. Y será buena. Voy a ser cuidadoso contigo, te loaseguro.

    Su voz sonaba tan segura, y esa confianza en un hombre era sexy como el infierno.

    Instantáneamente, le creí.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    20/223

     

    2Marcus i alguien le hubiera dicho que tendría sexo esta noche, habría intentado noparecer un jodido vagabundo, especialmente con una chica con los estándares de

    Kate. Habría lucido lo mejor posible, o por lo menos, lo mejor que pudiera darse el lujo conlo poco que tenía.

    El por qué la chica lo quería a él en primer lugar le era desconcertante, pero no estabapara cuestionar a los dioses por ello. Iba a aventurarse a este agujero de conejo con los brazosabiertos.

    Con una mano envuelta en la de ella, abrió la puerta de su pequeño apartamento conla otra y la guio hacia la oscuridad. Golpeó el interruptor de la luz de su sala pero la bombillaparpadeaba.

    —Mierda —maldijo en voz baja.

    —¿Qué? —preguntó ella a sus espaldas.

    —No hay luz. —Por supuesto que era así. Demonios, tal vez era algo bueno. Ella novería el sofá raído en todo su raído esplendor, o las cajas con sobras de pizza de ayer en suastillada mesa de centro.

    —¿Dónde está tu cuarto? —preguntó.

    —Me acabo de mudar. No he puesto esa habitación en forma aún.

    Mentiroso de mierda.

    Se había mudado a ese lugar hace seis meses y su habitación era muy pequeña. Gracias, pobreza, pequeña bastarda. 

    —Entonces nos tendremos que conformar —dijo, su voz temblando un poco al final.Él se giró y envolvió el brazo alrededor de su cintura, acercándola a su frente, hasta que

    sus pechos estaban presionados contra él. La sintió temblar mientras movía delicadamentelos mechones de su hermoso cabello rubio fuera de su cara. Parecía que quería esto. No leimportaba una mierda el lugar y eso lo excitó un poco. Se inclinó y la besó con delicadeza porla línea de la mandíbula justo debajo de la oreja. Joder, olía bien, como jazmín y rosas.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    21/223

     

    —No te voy a presionar a nada —murmuró, sintiendo lo tensos que estaban susnervios—. Haz lo que te haga sentir cómoda.

    Su respiración se aceleró.

    —Quiero esto.

    Reanudó sus besos, ligeros como plumas antes de alcanzar su boca. Tenía unoshermosos labios delgados, suaves y rojos por su lápiz labial. Nunca volvería a ver otros labiosrojos del mismo modo sin pensar en ella.

    La besó lenta y suavemente, y su cuerpo entero se congeló con el contacto. Separó laboca y le devolvió el beso. Hizo ligeros sonidos pequeños en la parte trasera de su garganta.Pasó sus manos por sus suaves brazos, cubiertos de piel de gallina. Estaba ansiosa,presionando su boca más fuerte contra la suya. Sus labios eran suaves, flexibles, pero esa

    maldita lengua lo desató en el momento en que se deslizó contra la suya. La condujo hastael sofá, dejándola caer lentamente con un brazo envuelto a su alrededor.

    Se retorció debajo de él, sus manos moviéndose por todos lados, arriba y abajo por suespalda, apretando sus gruesos tríceps. Él se resistió a recorrer su cuerpo con las manos.Necesitaba mantener el control, no ir del modo que su cuerpo quería desesperadamente quelo hiciera. El sexo siempre había sido así para él. Quería coger duro, quería sentir ese cóctelde dolor y placer fusionarse. Pero no podía hacer eso. Eran meras fantasías que nunca serealizarían y eso no importaba mucho ahora. No cuando estaba besando a la mujer más

     jodidamente sexy que había conocido, una que lo había pervertido con su extraño deseo porél.

    —Por favor, tócame —rogó ella, levantando sus caderas para poder frotar su sexocontra la dureza en sus pantalones—. Por favor, Marcus.

    Él gruñó. Dios, amaba escuchar su nombre en su lengua. Amaba escucharla decirlo.

    Separó sus piernas y ahora estaba agradecido por su sofá. Podría ser una mierda, peroera un jodido mamut. Con los codos apoyados a lo largo de cada lado de ella, solo usaba suboca para tocarla. La besó tan profundamente que estaban sin respiración cuando por fin seapartó. Empujó su cuerpo hacia abajo, besando su cuello y lamiendo sobre sus pezones através de la fina blusa. Parecía más sensible ahí, así que lamió y mordió suavemente,causando que se sacudiera debajo de él. Estaba respirando rápido, podía escuchar sus latidos

    mientras descendía, besando sobre su ropa, volviéndola cada vez más loca.

    Esto era anticipación y le encantaba dársela a las mujeres lentamente, enrollándolasantes de que explotaran. Bajó por sus caderas, alzando su falda para exponer su ropa interiorde encaje negro. Mordisqueó la parte interna de sus muslos, dejando rastros fríos y húmedosdetrás. Podía oler su excitación y eso provocaba aún más a su pene. Estaba muy excitada.Lamió su vagina, manteniendo la ropa interior como una barrera y ella se sacudió debajo deél, gimiendo ruidosamente en el aire tranquilo.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    22/223

     

    —Por favor —continuó rogando.

    Deslizó su ropa interior por sus largas piernas y, joder, se extendían por kilómetros. Lasarrojó al suelo y regresó a la suave piel entre sus piernas. Estaba duro, muy jodidamente duromientras movía ligeramente su lengua por su vagina húmeda. Ella resistió debajo de él, susmanos volando directamente a su cabello corto y él deseó justo en ese momento que ellaclavara sus uñas francesas en su cuero cabelludo y que le probara cuán loca estaba.Lastímame, joder . Suplicó él internamente. Lo rasguñó con necesidad en su lugar y él forzósus caderas hacia abajo y succionó su clítoris.

    —Oh, Dios mío —gimió ella.

    La sintió tensarse a su alrededor, intentando levantar las caderas mientras su placeraumentaba. Él la devoró usando su fuerza para mantenerla quieta mientras intensificaba yprolongaba sus movimientos, lamiendo rápido y después lento, hasta que ella ya no pudo

    contenerse. Tembló, viniéndose en su boca, gritando cuando sus uñas finalmente sehundieron en su nuca. Él movió la cabeza junto con las uñas de ella, disfrutando ese dolor,porque ese dolor hacia que su pene latiera.

    Joder, había pasado tiempo desde que estuvo con una mujer. Estaba preocupado deque se viniera justo en ese momento en sus pantalones y ¿cómo demonios iba a superar eso?

    Ella estaba jadeando para el momento en que el salió. De rodillas, se quitó el cinturóna toda prisa —no podía esperar otro minuto— y sacó un condón de su bolsillo. Ella miróansiosa sus movimientos, observando con la boca abierta mientras se sacaba los pantalonesy calzoncillos antes de volver con ella.

    —Solo para que sepas, estoy perforado, nena —dijo, haciendo un gesto hacia su pene.

    Ella se quedó quieta y miró hacia abajo con los ojos desorbitados.

    —¿Dónde?

    Él le mostró la perforación de frenillo un par de centímetros debajo de la cabeza de supene. Ella se quedó con la boca abierta. Para su sorpresa, parecía completamentehorrorizada.

    —¿Puedes quitártelo? —preguntó con nerviosismo.

    —Si eso es lo que quieres —respondió, peleando contra la pequeña decepción quesentía por su respuesta. Usualmente pasaba lo contrario—. Tiene el propósito de aumentarel placer para ti.

    —¿Qué hay del condón? ¿No se rompe?

    —Nunca me ha pasado.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    23/223

     

    Ella miró vacilante a su longitud, debatiéndose por un momento antes de susurrar—:¿Puedes quitarlo? Es que… no lo sé. Me da un poco de miedo cortarme o algo.

    El mordió su lengua y asintió.

    —Me lo quitaré por ti, nena.

    Se bajó del sillón y caminó hacia la ventana donde la luz de la luna le ofrecía una mejorvisión y removió cuidadosamente su perforación. Era una maldita lástima, también. Las chicasusualmente explotaban debajo de él al sentirlo y hubiera amado ver esa misma reacción enKate.

    Se puso el condón y regresó, y para entonces, ella tenía las piernas cerradas y lo estabamirando con preocupación. Él se detuvo y miró su rostro, sus cejas se juntaron.

    —¿Estás bien? —dijo, preguntándose si la maldita perforación la había enfriado por

    completo.

    —No te he molestado, ¿o sí? —preguntó—. Acerca de quitártelo, quiero decir.

    Él le sonrió y negó con la cabeza.

    —De ninguna manera, hermosa. Solo tendré que trabajar un poco más para hacertegritar.

    No necesitaba la luz para saber que estaba sonrojada. Ella le dedicó una sonrisa tímiday sus piernas se separaron. Regresó encima de ella y besó suavemente esos labios rojos,dejando que sus manos recorrieran su cuerpo, ahuecando sus pechos, hasta que ella se

    arqueó bajo su agarre, gimiendo.

    —Eres jodidamente sexy, ¿lo sabes? —murmuró contra su boca, mirándola fijamente—. Es como si hubieras salido de mis sueños, con tus jodidos labiecitos rojos y grandes pechos.¿Qué voy a hacer si tu vagina está apretada también? Me voy a morir, de verdad.

    Ella le sonrió de nuevo, sus ojos lujuriosos pidiendo que la tomara y él separó suspiernas para hacer exactamente eso. Frotó su vagina lentamente, estudiando su reacciónantes de acomodarse en su interior.

    Si, estaba estrecha. Más jodidamente apretada que un guante, Dios santo.

    Se quedó inmóvil, tomando esa ola de placer, respirando con dificultad, pensando condificultad, solo sintiendo. Sí, solo la sensación mientras retrocedía y entraba en ella de nuevo,causó que ella brincara y gimiera ruidosamente. Colocando sus codos en cada lado de sucabeza, se movió dentro y fuera con embestidas lentas y deliberadas. Era difícil. Joder, eradifícil no dejarse llevar y tomarla tontamente.

    —Corre esas uñas sexys por mi espalda, bebé —le dijo en medio de cada embestida.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    24/223

     

    Tan envuelta en dicha, ella envolvió sus brazos a su alrededor y arrastró sus uñas porsu espalda. No fue lo suficientemente fuerte, no dolía lo suficiente, pero los gemidos de labella eran suficiente para calentarlo hasta terminar.

    La cogió, tragándose cada gemido con su lengua y boca hasta que ella se sacudió debajode él, explotando con su segundo orgasmo. Sus paredes se apretaron a su alrededor y élembistió una, dos veces, gruñendo ruidosamente antes de venirse con fuerza dentro de ella.Y se sintió como… un dulce jodido éxtasis. 

    Mejor que cualquier droga que hubiera probado.

    ***

    Ella se quedó ahí, su cálido cuerpo desnudo presionado contra el suyo. Su cabezadescansaba en su pecho y trazaba los tatuajes sobre su abdomen, suspirando suavemente de

    vez en cuando. Él se sentía tranquilo y eufórico, seguía en la gloria de su liberación sexual yseguía en compañía de una mujer que se parecía mucho a la mujer de sus sueños.

    —¿Traes a muchas chicas a casa así? —le preguntó de repente.

    Marcus abrió los ojos, sonriendo.

    —¿Esa es tu manera indirecta de llamarme un hombre fácil?

    Ella se tensó.

    —Oh, Dios mío, no. Lo siento. Supongo que… no hago esto a menudo. De hecho, nuncalo he hecho y sé que no es de mi incumbencia, pero solo tenía curiosidad de si soy… ya sabes,

    si solo soy una de esas chicas para ti.

    —No, no lo eres —respondió simplemente y por primera vez eso era increíblementecierto.

    No quería extenderse, sobre todo porque nunca revisaba sus acostones pasados. Lohecho, hecho está, después de todo. Pero las mujeres eran diferentes, suponía. Tal vez noera tan fácil para ellas enterrar sus encuentros sexuales del modo que lo hacían muchoshombres. Eran criaturas sentimentales. No querían saber que serían olvidadas. Querían unlugar en el alma de un hombre del modo en que las estrellas tenían un lugar en el cielo.

    Kate no presionó con más preguntas y cuando los minutos pasaron, él la apretó

    gentilmente y dijo—: Háblame de ti.

    Él la sintió sonreír contra su pecho.

    —¿Qué quieres saber?

    —¿Cuáles son tus pasatiempos? ¿Qué estás estudiando? ¿Cómo es tu vida?

    —Soy de esos artistas raros a los que les pondrías los ojos en blanco.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    25/223

     

    —Dudo que tengas un solo hueso pretencioso en tu cuerpo, nena.

    Ella se rio un poco.

    —Bueno, la gente piensa eso cuando hablo y hablo sobre arte. Verás, el problema esque creo que veo belleza en todo e intento recrear eso.

    —¿Pintas o dibujas?

    —Un poco, hago un montón de bocetos, en su mayoría. Solo en un estúpido cuadernoque cargo. No es la gran cosa.

    Marcus frunció el ceño por el modo en que le restó importancia.

    —Tengo curiosidad por saber por qué menosprecias directamente tu trabajo.

    Ella dio unos golpecitos con sus dedos a lo largo de su pecho mientras pensaba y

    suspiraba.

    —Me educaron para permanecer alejada de las artes creativas. Mi padre las llama unapérdida de tiempo y solía enojarse cuando le decía que quería dedicarme al arte después dela preparatoria.

    —Suena como un idiota.

    Se rio de nuevo.

    —Es un controlador y tiene buenas intenciones, lo sé. Pero también es juez y le damucho miedo a la mayoría de la gente. De cualquier modo, estoy divagando justo ahora.

    Realmente no sé qué estoy haciendo. He tomado un montón de clases en ciencias biológicas,pero no es nada que me emocione.

    —Si no es tu pasión, nunca te va a emocionar.

    —Sí —susurró con desaliento—. Tienes razón. La vida es dura. Quiero decir, sé quetengo más que la mayoría, pero sigue siendo difícil intentar hacer a otra persona feliz yperderte en el proceso. De cualquier modo, no me pondré filosófica contigo ni nada.

    —Quieres decir de artista rara conmigo.

    —Sí. —se rio—. Eso.

    —Me gusta.

    Eso solo hizo que ella se acurrucara más en él y él podía verse a sí mismo escuchándolahablar así todo el tiempo, a pesar de que fuera tonto solo pensar en eso.

    —Déjame saber algo de ti —dijo ella—. Quiero saber. Siempre he querido saber.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    26/223

     

    Él sostuvo algunos de sus suaves mechones sedosos, dejándolos correr entre sus dedosmientras pensaba qué decir. ¿Había alguna manera positiva de responder a eso?

    —Nada que saber realmente —dijo tranquilamente—. Solo soy un tipo normal del otrolado de las vías.

    Ella no necesitaba escuchar acerca de padre abusivo o su madre indiferente. O el hechode que había sido echado de su casa a los quince años sin nada más que una mochila y unabolsa de M&Ms. O que la pobreza lo había orillado al crimen callejero solo para tener algunoscentavos para comida caliente. Ahora su vida había sido dura, pero no le importaba muchoexternarlo a una chica que probablemente nunca lo entendería y esperaba que nunca tuvieraque hacerlo.

    Ella no rogó para obtener una mejor respuesta y él lo apreció. Kate parecía respetar loslímites y, joder, él quería que los rompiera en su lugar. Ella cambio el tema y él escuchó su

    dulce voz ofreciendo respuestas solo para oírla hablar. Hablaron por lo que parecieron horasy luego sus palabras se desvanecieron y se quedó dormida en sus brazos.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    27/223

     

    3Marcus n empujoncito en su hombro lo despertó de golpe. Abrió los ojos lentamente ycontempló a Kate en la oscuridad. Estaba parada a un lado del sofá,

    completamente vestida y sosteniendo su bolso con una mano.

    ―Lamento despertarte, pero no tengo manera de irme a casa ―dijo―. Esperaba quepudieras llevarme.

    Él inhaló bruscamente y miró a su alrededor en busca de un reloj.

    —¿Qué hora es?

    ―Casi las cinco. 

    Demonios, era demasiado temprano.

    —Te llevaré en un momento, nena. ¿Qué te parece si te acuestas a mi lado un momentoprimero y vamos a desayunar una vez que salgamos?

    Sus manos tiraron nerviosamente la correa de su bolso.

    —Me encantaría desayunar contigo y todo pero… no me puedo quedar. Mi padre pasaa las siete para nuestro tradicional domingo de desayuno, y si se entera de que no estoy allí…―Hizo una pausa y suspiró. 

    ―¿Qué pasó con eso de no preocuparse por nada esta noche? ―respondióalegremente.

    Ella no le devolvió la sonrisa. En su lugar, se puso más nerviosa.

    —Puedo tomar el autobús entonces, o algo. No haré que levantes, no es justo de miparte y es muy temprano… 

    ―Mierda, no  ―interrumpió él, sentándose y restregando sus cansados ojos―. Solobromeaba. No voy a hacer que una chica como tú se suba al transporte público en este ladode la ciudad. Traeré mis llaves y nos vamos.

    Los hombros de ella se relajaron de alivio.

    ―Gracias Marcus. Te lo agradezco.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    28/223

     

    Él la miró por un momento, contemplando su aspecto de recién follada que todavíallevaba y se sintió sonreír.

    —¿Pensaste que me comportaría como un idiota? ¿Qué te iba a echar o algo así?

    Ella se encogió de hombros mordiéndose el labio inferior.

    —No sabía que esperar, para ser honesta. Nunca había hecho esto antes.

    ―No lo hagas de nuevo ―se encontró diciendo inmediatamente. Tampoco sabía porqué lo había dicho. La chica podía hacer lo que deseara, pero mierda, él sabía que ella valíamucho más que un polvo de una sola noche.

    Ella lo miró extrañada, él se aclaró la garganta y rápidamente añadió―: Ya sabes, haygente loca por aquí afuera. No sabes la clase de persona con la que acabarás en la cama.

    ―Supongo que tuve suerte.Su boca se extendió en una amplia sonrisa mientras lo decía y él sintió esa sonrisa

    quemar en su interior. Su pecho se agitó ante se belleza natural. Él se levantó y trató dedispersar su intensa atracción hacia ella. Ella lo quería para una sola noche y él extrañamentese sintió usado por una vez, y no era un sentimiento muy bueno.

    Evitando su mirada, tomó las llaves de la mesa y dijo—: Llevemos tu hermoso ypequeño trasero a casa.

    ***

    Kate no apartó la vista de él durante el viaje de cuarenta minutos a su edificio. Esos ojosverdes eran penetrantes y a él le encantó el ardor que sintió cuando lo miraba.

    ―Es este edificio de aquí ―le dijo ella, señalando el lugar. 

    Él detuvo el coche delante de un edificio alto y moderno de apartamentos. La observólentamente recoger su bolso y apretar las correas de sus tacones. Parecía que estabahaciendo tiempo por todo lo que tardó, y vio los nervios familiares corriendo a través de susistema antes de que finalmente abriera su bolso y sacara una hoja de papel y un bolígrafo.

    Divertido, la vio garabateando lo que sabía que iba a ser su número.

    ―Sé que probablemente escuches esto muy a menudo —dijo ella en voz baja, evitandosu mirada y de repente impaciente por irse de allí―, pero... ya sabes, tuve una gran noche ytodo, y... si alguna vez quieres llamar o cualquier cosa, o... ―se detuvo y se enrojecieron susmejillas mientras le tendía la hoja de papel.

    Él tomó el papel de su mano.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    29/223

     

    —Por supuesto.

    Ella le lanzó una rápida sonrisa.

    —De acuerdo, bien, buenas noches o… buenos días en realidad, nos vemos pronto, ohablamos pronto, o eso depende de ti… 

    ―Sabrás de mí  ―le dijo―. Lo prometo. 

    Ella se detuvo y lo observó, esa mirada esperanzada cortando en su interior como unacuchilla afilada. Nunca le habían dedicado esa mirada. Le habían dado números de celular enel pasado, pero eran de paso y sin mucho cuidado. Kate lo había hecho como si estuvieraansiando más de él. Quizá no era algo de solo una noche, entonces. Quizás estuvieraseriamente interesada. Y, joder, él también estaba interesado. Le gustaba demasiado esamirada. Le gustaba la sensación cálida que le daba a sus adentros vacíos.

    Sin pensarlo, se inclinó y tomó su rostro gentilmente entre su mano y presionó su bocacontra sus labios. Inmediatamente, la mano de ella se trasladó hasta su pecho y alrededor desu cuello. Lo besó de vuelta con una intensidad que no esperaba, adentrándose al ella abrirlesu boca. Ella gimió ligeramente mientras él giraba su lengua contra la de ella, y dios, se lafollaría de nuevo, justo aquí y ahora, si pudiera.

    En su lugar, se apartó, con la sangre en llamas y sus ojos abiertos de par en par. Joder,amaba su sabor. Ella le devolvió la mirada, con aparente deseo.

    —Ahora entra —le dijo, luchando por mantener firme su voz.

    Ella asintió y se apartó.

    La observó abrir la puerta y salir del auto. Estaba un poco tambaleante y él sonrió anteel efecto evidente que tenía sobre ella. Continuó observándola hasta que su alto y delgadocuerpo desapareció dentro del edificio, deteniéndose una vez para verlo de nuevo, con esamirada de encanto aún adornando su rostro.

    Marcus tuvo que ordenar sus pensamientos cuando estuvo fuera de su vista. Sucorazón estaba latiendo con fuerza en su pecho. Le gustaba la chica. Le había gustado desdela primera vez que había estado vendiendo producto discretamente en su campus. La habíavisto corriendo de un edificio a otro con sus libros de texto presionados contra su pecho, y élhabía sonreído incluso entonces ante su belleza sonrojada. Solo sabía que era una jodida

    chica dulce, y estabas en lo correcto. Lo era.

    Nunca había hablado por tanto tiempo con una chica antes. Ella quería acurrucarse,quería ser tocada y cuidada, como si hubiera sido privada de ello como él lo había sidodurante toda su vida. Pero él sabía que no había sido así. Una chica como ella debió de haberrecibido el cuidado apropiado y el amor que merecía, mientras que niños como él lo habíasido alguna vez, eran abandonados y obligados a valerse por sí mismos.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    30/223

     

    Toda la tarde había sido increíble y eso en realidad lo deprimió en su camino a casa.Vivía en otro mundo, nunca tendría los medios para darle a una mujer de su clase el tipo deestilo de vida que su padre evidentemente le dio. Y aunque se había follado a chicas que

    venían de los mismos lugares que ella, no eran tan genuinas o dulces como ella. Simplementeconseguían lo que querían y seguían adelante, con su hambre de una aventura con el hombremás rudo del otro lado de las vías saciado.

    Miró con asombro a los altos apartamentos mientras conducía. Había mucho dinero asu alrededor. Más de lo que podía soñar en hacer. Nunca sería capaz de vivir aquí, inclusoaunque ahorrara hasta que tuviera setenta. Era un perdedor, un maldito don nadie con ceroprobabilidades y un millón de putos problemas. Estaba destinado a desvanecerse en laoscuridad, de vuelta a su lado de las vías, cualquier día sería capturado por sus crímenes yesas esposas se envolverían alrededor de sus muñecas donde pertenecían y se lo llevarían.Casi esperaba que eso pasara solo para que dejara de intentar tan arduamente sobrevivir en

    este mundo por más tiempo.

    Se desvanecería de los pensamientos de Kate en un par de días cuando reflexionarasobre su asqueroso sillón en su asqueroso departamento. Se daría cuenta que podría tenermás que eso y él sería un recuerdo olvidado, tal vez tocado con vergüenza con el paso de losaños. Asintió para sí mismo ante el pensamiento, imaginando que ella probablementeterminaría con algún abogado que su padre aprobaría. Se convertiría en una mujerprofesional en una relación poderosa, luego compraría una casa y tendría un par de niños ynunca se preguntaría por él de nuevo.

    Marcus continuó viendo por la ventana, absorbiendo el cambio de escenario mientras

    conducía. De paisajes urbanos y negocios prósperos a escaparates de mierda y casasdesmoronándose. Esta era su realidad, dura y fría, vacía e incompleta. Normalmente no lemolestaba. Empinaba el alcohol y la coca para adormecer su entorno. Pero estaba

     jodidamente sobrio como una monja justo ahora, y la mierda se sentía horrible. La realidadse sentía como un puñetazo en el rostro. Claro, podía follar fácilmente, pero no podía hacerque una chica se quedara si su vida dependiera de ello.

    Aún estaba oscuro, y solo estaba a unas cuadras de su departamento ante una luz rojacuando vio una figura. Era una joven de cabello oscuro de no más de quince años, y parecíatener prisa, caminando rápidamente por la acera vacía frente a él, sosteniendo la correa desu mochila con una mano y viendo sobre su hombro cada pocos segundos. Siguió su línea

    visual y le tomó unos momentos entender por qué. Un tipo con una sudadera con capucha amedia cuadra seguía sus pasos, moviéndose igual de rápido en su esfuerzo por alcanzarla.

    Marcus esperó impacientemente a que la luz cambiara a verde. Su rodilla se mecíamientras su vista permanecía en la chica. Cuando rodeó una esquina y salió de su vista, sintióuna sensación fría correr por su columna. El tipo de la sudadera comenzó a doblar la esquinatambién, apurando el paso antes de desaparecer de la vista.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    31/223

     

    Mierda.

    Puta mierda.

    Las calles seguían desiertas. No eran ni siquiera las 6 de la mañana. Típico de estevecindario el seguir durmiendo. Montón de bastardos drogados intencionalmentedesempleados, como él.

    —Solo cámbiate a verde de una vez —gruñó Marcus a la luz.

    En el segundo en que lo hizo, pisó el acelerador y su sedan aceleró por la calle, dandovuelta en la misma esquina en la que la chica lo hizo. Asió el volante con fuerza, inseguro delo que encontraría al llegar.

    La escena lo golpeó como si un balde de hielo se hubiera instalado en la boca de suestómago. La mochila de la chica estaba en el suelo y ella estaba a unos metros, con su

    espalda contra el pecho del hombre. Ella no hizo ningún sonido, y él lo encontró extrañohasta que el hombre se volvió ligeramente en su dirección, y Marcus vio la mano sobre suboca mientras comenzaba a arrastrarla hacia un callejón cercano.

    Sin pensar, abrió la guantera y sacó su navaja de bolsillo. Normalmente la llevabaconsigo en caso de que algún idiota tratara de robarle el auto, pero con Kate cerca anoche,no quería cargar ningún arma en caso de que ella lo notara y se asustara. Dejó el autoencendido mientras salía y se apresuró hacia el callejón donde ellos estaban. Disminuyó lavelocidad a medida que se aproximaba y echó un vistazo hacia la oscuridad.

    —Solo deja de moverte —siseó la voz del hombre mientras la empujaba contra la

    pared.—Jódete —espetó ella contra su mano.

    —Esto no tiene que ser una pelea. Solo deja de moverte y acabaremos.

    Pero la chica no dejaba de moverse. Su cuerpo se agitó y entonces de repente elhombre aulló de dolor. Su mano se apartó de su boca, agitándola con dolor por la mordidaque le había dado.

    —¡Jodida perra! —gruñó, golpeando su rostro contra la pared de ladrillo. Ella chilló,pero siguió luchando—. ¡Jodida perra!

    La ira inundó a Marcus mientras se adentraba al callejón, abriendo su navaja. Todo fueuna rápida mancha borrosa de acontecimientos. Tomó al hombre por la capucha y lo jaló,apartando su peso de la chica. El hombre seguía sosteniendo su cabello y mientras él jalabaal tipo, ella cayó con él, aterrizando sobre su cuerpo. Ella luchó por liberase, y para entonces,Marcus se había arrodillado y puesto la navaja en la garganta del hombre, causando que sequedara completamente quieto contra el suelo.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    32/223

     

    —Déjala ir —le exigió al pedazo de mierda.

    El hombre inmediatamente lo hizo y la chica desorientada gateó hacia la pared pararecuperar el aliento.

    —Ya la solté —dijo el hombre, levantando los brazos en señal de rendición—. Fin de lahistoria. Me iré.

    —No lo pienso, carajo —replicó Marcus.

    No era más que un hombre insignificante comparado con Marcus, pero habríasometido fácilmente a la pequeña niña, y ejercer ese control sobre una mujer indefensa hizoexplotar a Marcus. Puso al hombre sobre sus pies fácilmente y tomó su cabello desarreglado.El hombre luchó, pero era dominado mientras Marcus lo llevaba al mismo punto donde habíaestrellado el rostro de la chica.

    —¿Te gusta lastimar a chicas? —preguntó Marcus—. Bueno, a mí me gusta lastimar apedazos de mierda como tú.

    El hombre dejó salir un grito antes de que su rostro fuera estrellado contra la pared,pintando el ladrillo con rojo sangre y piel. En lugar de detenerse allí, Marcus lo hizo de nuevo,más fuerte que antes, y era siempre en estos momentos, cuando se enfrentaba a otrohombre que sentía un zumbido tan diferente a cualquier otra cosa. Era una mezcla de rabiay adrenalina fusionadas en una, y se sentía imparable. Nada podía distraerlo. Necesitaba esezumbido como su próximo aliento, y era embriagadora la manera en que fluía a través de sutorrente sanguíneo, dejándolo confuso de esa manera soñada al drogarse.

    Después de ese segundo golpe, el cuerpo del hombre se volvió lánguido y Marcus losoltó. Inconsciente, se colapsó en el suelo. El zumbido rápidamente se desvaneció de Marcuspoco después. Pasó sobre él y vio a la chica de pie, mirando hacia el cuerpo destrozado conojos vacíos. Él se detuvo en ese momento mientras la observaba. Era una jovendeslumbrante. Bastante pequeña con cabello negro azabache y ojos oscuros. Cuando él viola sangre en su rostro, se acercó a ella lentamente.

    —¿Estás bien? —preguntó.

    Ella apartó la mirada del cuerpo y lo miró.

    —Por supuesto que estoy bien —replicó con rabia—. Qué estúpida pregunta.

    Su mandíbula casi se cayó de la sorpresa. ¿Qué carajo?

    —No me vengas con esa actitud, chica. Acabo de salvarte.

    —No necesitaba tu ayuda.

    ¿Pero qué carajo?

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    33/223

     

    —¿Pero qué carajo?

    Apartando el cabello de su rostro, se volvió y se apresuró a irse. Él la siguióinmediatamente, apenas creyendo lo que estaba oyendo. Ahí estaba pensando que ellaestaría petrificada por el trauma del ataque, y sin embargo, ¡se estaba alejando sin trabaspor ello!

    —¿Estás teniendo algún tipo de reacción post trauma que se está yendo por el ladoequivocado en su lugar o alguna mierda? —le preguntó—. ¿Estás en negación de queestuviste a punto de ser violada?

    Ella lo ignoró mientras tomaba su mochila del piso. La recogió del lado equivocado y sucontenido cayó del compartimento abierto, aterrizando en un montón disperso en el suelo.Maldijo y se agachó, recogiendo sus cosas a toda prisa.

    Marcus se arrodilló también, tomando unas cuantas cosas las cuales ella le arrebatóenfadada.

    —No necesito tu ayuda —le escupió prácticamente—. Te agradecería si simplementete largaras.

    —Solo otra pequeña adolescente arrogante, ¿eh? —le respondió, indiferente ante suexigencia. Él tomó sus mierdas y las metió en la mochila de la chica—. Un puto gracias no temataría, princesa.

    Ella se detuvo y le frunció el ceño. Él se tensó ante la sangre que estaba literalmentecubriendo la mitad de su rostro. Lucía casi siniestra y hermosa… muy jodidamente hermosa. 

    —No soy una princesa —dijo con amargura—. Soy una rata de barrio. Igual que tú.

    Él estaba demasiado mudo para responder, sus labios se crisparon hacia arribainvoluntariamente, disfrutando de su actitud. Se obligó a apartar la mirada de sushechizantes ojos mientras tomaba su cartera abierta. Vio su identificación de estudiante, viola escuela a la que iba y cuyo nombre olvidaría rápidamente, y luego su nombre.

    —Emma Warne —murmuró—. Catorce años. ¿Qué has estado haciendo toda la noche,gata callejera?

    —No es de tu incumbencia. —Fue su respuesta mientras arrebataba la cartera de sumano y la metía en su mochila.

    —¿Tienes familia?

    Sin respuesta.

    Marcus refunfuñó con exasperación, acercándose a ella.

    —¿Dónde vives? Joder, déjame ayudarte, Emma.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    34/223

     

    Justo cuando se inclinó para tocar su brazo, ella sacó una navaja automática de subolsillo y rápidamente retrocedió, sosteniéndola firmemente, advirtiéndole con la oscuramirada amenazadora en sus ojos que no se acercara.

    —Como dije —exclamó entre dientes—, no necesitaba tu ayuda.

    Nunca habiendo sospechado que la chica estaba armada, Marcus la observó conasombro.

    —Aún con esa navaja, habrías necesitado ayuda —le dijo gentilmente, examinando surostro, preguntándose quién carajos era esa chica.

    Ella sacudió la cabeza ligeramente, sin dejar de retroceder.

    —La ayuda es para los débiles.

    Ni siquiera lo volteó a ver de nuevo antes de irse, lanzó su mochila sobre su hombro,con la navaja aún en su mano. La observó voltearse y apresurarse por la acera, prácticamentecorriendo, su cabello como una ola negra a la luz del amanecer temprano.

    —Emma Warne —se susurró a sí mismo por una razón que no entendía.

    Ella sería la primera y única persona por la que Marcus Borden se asombraría.

    ***

    Sacó el número de Kate media docena de veces por día a lo largo de la semana. Se

    debatió largo y tendido acerca de si llamarla o no. Podría ganarse otro polvo, e incluso podríaser mejor que la primera vez, pero, ¿cuál era el punto de todo eso?

    Ella era el tipo de chica al que podría apegarse peligrosamente y la última cosa quenecesitaba era apegarse a alguien. Especialmente cuando estaba involucrado con algunostipos umbríos. Si la cagaba, ellos podrían encontrar su debilidad y herirlo, y si tenía una chicaque le importara, ella sería esa debilidad y sería lastimada también.

    Después de la centésima vez de quedarse observando el número, Marcus destruyó elpapel, arrojándolo en el más cercano basurero en su camino a casa desde el restaurantedonde había comido.

    No había ninguna puta manera. Era demasiado buena para él.

    Ella pertenecía a otro mundo, así como él pertenecía al suyo.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    35/223

     

    4Kate  o me llamó.

    Habían pasado nueve días y no había tenido noticias sobre él. Ni siquieralo he visto por ahí.

    Pensé que el sexo de una noche era solo muescas en el poste de la cama, un momentoen el tiempo que superas y nunca recuerdas de nuevo. Pero estaba haciendo justamente lo

    contrario. Había estado obsesionada y lamiendo las heridas del rechazo. ¿Por qué habíaprometido que llamaría para luego no hacerlo?

    Había hecho todo lo de la hervidora de conejos1. Cada día pensaba en nuestraconversación, lo genuino que sonaba, lo bien que se veía, lo bien que me había cuidado. Entremás me obsesionaba, más me enojaba. Y entonces, para mi vergüenza, me encontrétomando el largo camino a su apartamento una tarde. Había perdido la cabeza por completo,e incluso pensarlo en el presente, encerrada en esta bodega, me siento mortificada por esadecisión. No sé lo que se había apoderado de mí, pero estaba desesperada por MarcusBorden. Les hacía cosas a las mujeres que no puedes explicar realmente sin sonar como unatonta aturdida.

    Estacioné mi Corvette azul a un lado de la calle frente al edificio, y entonces salí ycaminé hacia el intercomunicador. Busqué su nombre, sintiendo frustración al no poderencontrarlo. Era como si no existiera. Me quede allí durante unos minutos, debatiendo sipodía molestar a algún residente para que me dejara entrar, cuando escuché—: ¿Kate?

    Di un brinco y giré. Marcus estaba parado en la banqueta, vistiendo vaqueros y unacamiseta negra lisa y sin mangas, mostrando sus brazos bronceados y todos los tatuajesnegros con sombras grises. Había una cadena plateada alrededor de su cuello con una grancruz. ¿Siempre había sido así de grande? No lo recordaba tan ancho o tan intimidante. Si mipadre estuviera aquí, lo hubiera llamado un vándalo y no por su ropa o aspecto, sino por elmodo en que Marcus se comportaba. Esa actitud de “que se joda la autoridad” estabapresente en él como siempre y por un momento me pregunté por qué demonios había venidoaquí para verlo en primer lugar. Era diferente en un modo que nunca entendería.

    1 Hace referencia a la película “Atracción fatal” donde la chica obsesionada hierve la mascota de su amante.  

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    36/223

     

    Dudé. ¿Qué demonios estás haciendo aquí, Kate?  Esto estaba mal. Era solo un extrañoy había tenido un mal juicio pensando que este tipo mantendría sus promesas o siquiera quehabía sido genuino esa noche. Dios, solo fui una tonta. Me sentía tan ingenua y estúpida.

    —¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, reflejando mis pensamientos internos, conaspecto desconcertado mientras me miraba de arriba abajo, asimilando mi vestido de veranofloreado. Me sentí más fuera de lugar de lo que ya estaba.

    Negué con la cabeza.

    —Por ninguna razón. Solo pasaba.

    Se acercó unos pasos hacia mí, sus ojos azules cortando los míos.

    —No entiendo. Viniste aquí por mí, ¿cierto?

    Negué con la cabeza firmemente.—No.

    —¿Entonces por qué estás aquí?

    —Ya estaba por irme.

    Hice un movimiento cuando él estiró su mano hacia mí.

    —No —me dijo, su duro rostro se suavizó—. Háblame, Kate. No huyas.

    Tomé unas cuantas respiraciones, preguntándome cómo demonios se lo explicaría sinsonar como una loca. Realmente no había modo de llevarlo a cabo y mi humillación se sentíapesada y sucia. No podrías quitártela, no por varias vidas.

    Resignada, desvié la mirada y murmuré—: No llamaste.

    No se movió o respondió por varios minutos y estaba segura que estaba toda roja.Probablemente pensó que estaba loca.

    —Mírame —dijo de repente, su voz era baja y solemne. Cuando me negué, se meacercó, bloqueando mi visión con su cuerpo—. Mírame, Kate. —repitió.

    Lentamente, lo miré, y en la brillante luz del sol, su hermoso rostro me recordóexactamente por qué estaba aquí en primer lugar.

    —No te llamé por tu propio bien —explicó cuidadosamente—. Eres el sol nena, y yo la jodida oscuridad. Venimos de dos realidades completamente diferentes y tú te mereces jodidamente más que yo.

    Mi pecho se tensó mientras contesté—: Pero eso no es tu decisión.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    37/223

     

    Me estudió por un instante, absorbiendo cada parte de mí. Mis uñas arregladas, mi finocabello rubio alaciado, mi vestido caro y maquillaje perfectamente aplicado. De repente sentíque debí arreglarme menos. La verdad era que había ido así para impresionarlo y ahora sentía

    que estaba haciendo lo opuesto.Miró a nuestro alrededor y cuando vio mi auto estacionado al lado del camino, frunció

    el ceño.

    —No es un buen lugar para estacionar un auto así —murmuró.

    —No estaba pensando —contesté, estúpidamente—. Sé que debí hacerlo. Supongoque he sido un poco impulsiva.

    Y estúpida.

    —Déjame mostrarte algo —dijo, volviéndose hacia mí.

    —Está bien.

    Tomó mi mano, lo que era una buena señal en mis libros y me llevó hasta suapartamento. Todo el tiempo pareció en conflicto, con el ceño fruncido, su rostro serio.Cuando llegamos, soltó mi mano y abrió la puerta.

    —Entra —me dijo y lo seguí dentro del apartamento.

    Estaba confundida cuando comenzó a ganar distancia.

    —Mira a tu alrededor —dijo—. He estado aquí por seis meses y esto es lo que soy.

    Hice lo que me pidió y miré alrededor de su apartamento. Mis tacones eran ruidososcontra las tablas del piso mientras pasaba por la sala y el sillón donde me había dado la mejorexperiencia sexual. Sin duda había tenido días mejores. De hecho, el cuarto entero estaballeno de muebles horribles y una caja por televisión que personalmente no había visto en unadécada.

    —Ve a mi habitación —continuó, notando mi vacilación—. Ve, hermosa. Da un buenvistazo.

    Lo hice.

    Su cuarto tenía una cama matrimonial, sin hacer y un pequeño escritorio marrón claro

    lleno de basura. La cocina tenía platos apilados en el fregadero e incluso los armarios estabanteñidos de amarillo por el tiempo. Comencé a entender lo que quería hacer.

    —Así que estás quebrado —murmuré, volviéndome hacia él, y agregué ligeramente—: y eres un poco desordenado.

    Tenía los brazos cruzados y estaba apoyado en la puerta, mirándome intensamente.Estaba esperando por más y suspiré.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    38/223

     

    —¿También consumes drogas? ¿Es a dónde va el dinero? Pensé que los traficantesestaban llenos de dinero o algo así.

    —No gano mucho dinero —respondió—. Trabajo para algunas personas peligrosas ytoman gran parte de él.

    —¿Te gusta hacerlo?

    —No. Lo odio.

    Me encogí de hombros.

    —Entonces renuncia.

    —¿Renunciar? —Se rio ligeramente—. No conoces mi mundo, hermosa. No crecí conlas mismas oportunidades que tú. Crecí alrededor de este veneno y tuve que arreglármelas

    con lo que tenía. Este trabajo, está jodido y es malo, pero me da más dinero del que podríaconseguir allá afuera, trabajando de nueve a cinco ganando centavos. Así es como es elmundo en este extremo. Apenas sobrevives, así que tienes que trabajar. Peleas, y peleas durohasta el día de tu muerte. No hay una manera fácil de salir. No hay ayuda a la vuelta de laesquina, no hay padres para recoger los pedazos de tus errores y simplemente es como es. Anadie le importas una mierda por aquí. Eres tú contra el mundo y así es mi vida, Kate. Es

     jodidamente fea y no voy a colorear tu mundo perfecto con esa fealdad.

    Lo consideré por varios momentos. Mientras continuaba mirando alrededor de suapartamento, lo entendí perfectamente, pero no me importaba realmente. Me gustabaMarcus, y el resto era ruido de fondo.

    —No colorearás mi mundo con fealdad —dije, mirándolo de vuelta—. Tenemos unabuena conexión. Me hiciste sentir cosas que nunca había sentido y quiero divertirme contigo.Quiero que me toques del modo en que lo hiciste esa noche. Es todo lo que quiero. Es todolo que quería cuando te di mi número. No tiene que ser serio. No busco involucrarme en nadade lo que hagas, en esa fealdad.

    Él apartó la mirada, una mirada fugaz de decepción en su rostro.

    —Así que me quieres para propósitos sexuales.

    —Hasta que puedas darme más, sí —respondí, esperanzada.

    Con toda honestidad, quería más desde el principio, pero también sabía ya que él eraun desastre. No podía aceptar todo lo malo de él solo porque sí. No funcionaría de ese modo.No duraría. Quería las partes buenas de él y ahora sabía que esa era otra razón por la que noera la indicada para él. Necesitaba una mujer que lo aceptara con lo bueno y lo malo. Unamujer que luchara por él para cambiar, para ser un hombre mejor, incluso si eso significabatrabajar en un trabajo de mierda, mientras estuviera limpio y viviera una vida legal, eso eralo que importaba. Estaba demasiado asustada para hacer todo eso. Estaba siendo egoísta y

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    39/223

     

    lo justifiqué después debido a que era una joven tratando de prolongar la emoción. Pero paraser honesta, solo era una persona egoísta cuando se trataba de él.

    Me di cuenta que se estaba quebrando, especialmente cuando sus ojos me recorrieron.Pronto, esta adicción sería en ambos sentidos. Él estaría hambriento por mí todo el tiempo,intentando darme más y yo lo alejaría, sin estar lista a aceptar todos sus lados.

    Bajando mi bolsa, me moví hacia él. Me miró con cautela mientras caminaba, con esamirada vulnerable en sus ojos. Me detuve frente a él y mis manos recorrieron su duro pecho.Sus brazos cayeron a sus costados mientras lo hacía y cerró sus ojos un momento, como siestuviera saboreando mis caricias. Quería ser cuidado, podía sentirlo con tanta intensidad enél. Cualquier trauma que lo endureció de niño lo dejó secretamente necesitado, suplicandoser amado mientras cargaba su dura fachada. Tal vez dentro del alma de un rudo hombre

     joven, había un bolsillo olvidado de afecto esperando a ser expuesto. Era un poco trágicopensar cuánta gente se cerraba del mundo a causa de una crianza de mierda sobre la que notenían control.

    Eso me hizo desear más a Marcus.

    —Di que sí — le susurré, dejando de lado el tímido temblor en mí. Quería ser seguracon él. Tenía que serlo para hacer que esto funcionara.

    Abrió los ojos y me miro, dándome mariposas con esa mirada.

    —Sí —murmuró de vuelta—. Mierda, te deseo. Te he deseado desde el momento enque te vi, pero tampoco soy un fantasioso. Solo quiero asegurarme de que sabes lo que estáshaciendo. Eso es todo.

    Mi pecho se tensó. Le sonreí y le acaricié el lado de la cara.

    —Estoy segura —le dije.

    No había pasado ni un segundo cuando chocó su boca contra la mía. Sus labios estabanhechos para mí, lo juro. Me sentía en llamas, anhelando más de su contacto.

    Me levantó con sus fuertes brazos y me llevó de vuelta a su sófa. Con esa mirada dedesesperación, quitó cada prenda de mi cuerpo, tratándome con delicadeza. Me besó entodas partes, saboreando cada pulgada de mi piel y me vine contra su dulce lengua antes deque me tomara de nuevo.

    Estaba hecha para eso.

    Sin esfuerzo, le tomó poco tiempo robar mi corazón.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    40/223

     

    5Kate

    ué pasó después? ―me preguntó el hombre.

    Lo miré y al cuchillo que colgaba perezosamente en susmanos.

    ―¿Con qué exactamente? ―respondí aturdida.

    ―Con ustedes dos, obviamente. ¿De qué coño más podría estar hablando? ―Meestremecí ante su ira.

    ―¿Por qué quieres saber?

    ―Como he dicho, estoy matando el tiempo antes de que debas morir. Solo dime.Podría ser bueno para contar, sobre todo porque estas yendo a tu muerte y todo. Diablos, site humanizas lo suficiente, voy a tener que dejarte ir en forma pacífica.

    Me estremecí y llevé las rodillas a mi pecho, conteniendo los sollozos que estabanburbujeando a la superficie.

    ―¿Por qué quieres matarme?

    El hombre se inclinó hacia delante, con los ojos oscuros y siniestros.

    ―Digamos que mi hermano está restableciendo el equilibrio. Ojo por ojo y ese tipo decosas. El chico de tus sueños le arrancó lo bueno y no puede salirse con la suya. Él no sepuede aparecer de la nada y robar nuestro territorio. Tiene que temernos, ¿y qué mejormanera de hacerlo que hacerte daño?

    ―Marcus te encontrará. 

    ―No, no lo hará. Cuando tu cuerpo se esté pudriendo en el fondo del río New Raven,va a estar tan devastado por tu muerte que nunca va a pensar en encontrarnos.

    No respondí a eso.

    El hombre estaba loco, estaba segura de eso, más de lo que nunca lo había estado sobrecualquier otra cosa, de verdad iba a morir. No había palabras para describir el horror de eso,

    ―¿Q  

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    41/223

     

    pero también había algo extrañamente tranquilo al respecto. Estaba haciendo las pacesconmigo misma, perdonando todos los errores que había cometido, dejando de lado losproblemas que ahora parecían tan drásticamente insignificantes.

    ¿La vida era realmente corta y tenía que saborear cada minuto de ella?

    Mi alma me consoló que lo había intentado.

    Había intentado tan briosa de vivir por mí misma.

    ―Habla ―exigió―. Háblame de su relación.

    ―Yo no les voy a dar más momentos ―repliqué, luchando con fuerza para mantenermi voz firme―. No me vas a robar otro. Ya te contesté. Te dije cómo nos conocimos y te diun poco más también, pero eso es todo. No más.

    Él me miró durante un minuto y los segundos me arrastraron con inquietud.―¿Quieres ir al grano, entonces? ―preguntó de repente―. ¿Quieres que te corté el

    corazón ahora en lugar de más tarde?

    Me quedé mirando el cuchillo, temblando como una hoja ante la idea de él clavándoloen mi pecho.

    ―No entiendo por qué estás haciendo esto ―lloré de frustración, mis dientescastañeando―. ¡Soy una buena persona! No he hecho daño a nadie. Yo no he hecho nadapara merecer esto.

    ―¿Cuánto tiempo estuviste con él? ―continuó, ignorando por completo mis palabras.

    ―Si él se fue hace cuatro años, eso significa que pasó uno contigo. ¿No es así?

    Yo solo lo miré boquiabierta, sin palabras.

    ―Un año contigo no debería haberlo impactado tanto, ¿o sí?

    ―Al cabo de algunos meses, comenzamos a pasar todos los días juntos.

    ―¿Eran amantes? ¿Lo sabía el mundo?

    ―No ―dije en voz baja, con aire ausente mirando más allá de él mientras evocaba esosmomentos de mi vida que nunca volverían―. Estuvimos juntos en secreto. Creamos nuestro

    propio mundo. No importó que Marcus no tuviera dinero. No importó de qué parte de laciudad era. Dejamos nuestros problemas y nuestras vidas atrás cuando nos encontramos.

    ―¿Era solo sexo?

    ―No y sí. Era... todo. A veces yo estaba en su casa, otras veces él en la mía.

    ―¿Te complacía cada vez?

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    42/223

     

    Pasé por alto su desesperación por saber y asentí.

    ―Sí. 

    Marcus había explorado cada pulgada de mí, siempre me complacía mientras élreservaba su placer hasta el final. Pero... aún así, sentía que tenía algún otro lado sexual. Nosabía lo que era y él nunca habló al respecto, pero se contenía cada vez que me tomaba.

    ―¿Y nadie sabía? ―presionó mi asesino.

    ―Eventualmente lo hicieron. Comencé a alejarme de todo el mundo y me descuidé enocultar mi rastro. Después de que descuidé a mis amigos, pasaba poco tiempo hablando conmis padres y mis calificaciones sufrieron, la gente empezó realmente sospechar.

    ―Así que él se convirtió en tu mundo.

    ―Sí. Nada me emocionaba más excepto la sensación de él y lo que podía hacer con mi

    cuerpo. O que podía abrirme a él y decirle cada pequeña cosa y nunca me juzgaría de lamanera en que otros lo harían.

    ―¿Quién lo descubrió?

    Suspiré, reviviendo ese recuerdo horrible.

    ―Mi padre. 

    Y fue entonces cuando todo cambió.

    ***

    Marcus me había dejado a las seis de la mañana, estábamos muy conscientes de quemi padre vendría a recogerme para desayunar a las siete. Habíamos estado juntos durantecasi un año para ese entonces, y era tan magnífico y adictivo como el primer día. En nuestropequeño mundo, vivimos y nos respiramos el uno al otro, siempre era catártico ponerle fin alos días en sus brazos. Me equilibraba, me hacía sentir que tal vez podría hacer frente a sufea vida después de todo. Lo recordaba a menudo. En mi mente, me veía abandonar misestudios, renunciando a las expectativas de mis padres, mudándome con Marcus, los dos

    consiguiendo un trabajo y haciéndolo funcionar. Podría funcionar, ¿no? No me importaba sieso significaba ser pobre o quedar sin nada. No me importaba siempre y cuando tuviera esoslabios carnosos contra los míos.

    ―Llámame ―le dije, besándolo―. No me dejes esperando otra vez, Marcus. Tómalosiempre.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    43/223

     

    ―Te llamaré esta noche ―prometió, pasando sus dedos por mi pelo con esa mirada deadoración―. No voy a hacerte esperar, hermosa.

    Le di otro beso, fusionando nuestros corazones antes de terminarlo y corrí hacia miedificio. Lucía como la mierda, y los espejos del ascensor confirmaron mis sospechas. Mi faldano estaba en su lugar, mi cabello estaba rizado y mi maquillaje estaba en todas partes, lamáscara de pestañas en particular se había esparcido completamente bajo mis ojos,haciéndome lucir como un mapache. Sí, si alguien me viera, sabría exactamente lo que habíaestado haciendo toda la noche.

    Mis mejillas se sonrojaron ante el recuerdo. Dios mío, las cosas que el hombre hacíacon su lengua. Sentí de nuevo el anhelo de solo pensar en ello, pero no tenía tiempo paraeso. Necesitaba darme prisa y ducharme, lucir presentable, tener mi cabello en su lugar yprepararme mentalmente para un largo interrogatorio de una hora acerca de por qué no eraperfecta para mi padre.

    Abrí la puerta y entré a toda prisa. Acababa de cerrar la puerta y dar la vuelta cuandome detuve en seco, saltando de sorpresa. Mi padre se quedó allí, en medio de la sala de estar,alejándose de las ventanas donde probablemente me había visto llegar. Estaba vestido consus pantalones de golf y camisa de cuello. Era día de golf, por supuesto, y por lo generalestaba feliz los días que iba a jugar al golf con sus arrogantes amigos, pero hoy se encontrabamuy lejos de estarlo. Mientras que todavía parecía impecable, para ustedes ese era mi padre,su rostro no era para nada sonriente, sobre todo cuando vio el estado en el que estaba. Élestaba enojado. Realmente enojado y me estremecí cuando se acercó a mí.

    ―¡Así que esto es lo que has estado haciendo! ―gritó, deteniéndose delante de mí

    para mirarme de pies a cabeza―. ¿Crees que tu madre estará orgullosa cuando le diga quete estabas metiendo en la cama al otro de lado de la ciudad con un matón sin educación quevende drogas por ahí?

    Oh Dios mío, sentía como si mi vida se hubiera terminando.

    No sabía cómo reaccionar. Mis emociones estaban por todos lados. Sobre todo, mesorprendió que lo hubiera descubierto porque no le había dicho a nadie de Marcus, nisiquiera a mis amigos más cercanos.

    ―¿Me seguiste? ―susurré en shock.

    ―Por  supuesto que te seguí ―replicó airadamente―. Eres mi única hija, mi niñita.¿Creías que me iba a quedar sentado mientras sufrías en clase y nos evitabas? Tu madre vaa estar devastada, Kate. Me has puesto en una situación terrible. ¿Me has hecho esto apropósito?

    ―No. 

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    44/223

     

    ―¿Estás tratando de rebelarte? ―cuestionó, su rostro dolido―. ¿Te hemos sofocado?¿Te he fallado como padre?

    ―No, papá, no. 

    ―¿Entonces por qué?

    ―No tiene nada que ver contigo. 

    ―¡Todo lo que es parte de ti tiene que ver conmigo!

    Mis ojos se humedecieron.

    ―Esto no fue con mala intención y entiendo tu enojo, papá.

    ―No  ―interrumpió con un movimiento de cabeza―. Estoy decepcionado más queenfadado. Realmente pensé que eras diferente del resto. Nunca pensé que te atraparía

    haciendo algo como esto. Lanzando todo por la borda por un chico, un criminal que no esnada, ¡que siempre será nada!

    ―Él es bueno, papá, yo no pasaría tiempo con alguien si no fuera una buena persona.

    ―Lo he investigado, Kate. No es una buena persona. Ha estado en problemas desde losquince años. Mira donde vive, mira lo que hace, piensa lo que dices antes de decirme que esuna buena persona.

    No era justo. Cualquiera podía mirar a través de su vida y pintarlo como una terriblepersona, pero había mucho más de Marcus que eso. Simplemente no era justo.

    No respondí. Estaba tan aturdida para hablar. Me habían atrapado, con las manos enla masa, no había manera de ocultarlo o tratar de endulzar la situación. Me sentí como sihubiera hecho la caminata de la vergüenza en frente de mi maldito padre, estaba mortificaday avergonzada, pero, más importante aún, estaba decepcionada de mí misma. No era debidoa mi falta de honradez, sino por no ser más cuidadosa, lo cual consolidaba lo apegada queestaba a Marcus.

    ―Ahora ―continuó―, esto es lo que va a ocurrir a continuación… 

    Un golpe lo interrumpió y me congelé ante el sonido. Solo había una persona quepodría estar en la puerta ahora mismo. Mierda. 

    Los ojos de papá se agrandaron al darse cuenta.

    ―¿Le diste una llave?―susurró en shock. 

    Dudé y su rostro se ensombreció. Salió disparado junto mí y lo seguí frenéticamente.

    ―¡Papá, detente! ―lo llamé―. No, por favor, no hagas nada.

  • 8/17/2019 1. Borden (1)

    45/223

     

    Me empujó a un lado y abrió la puerta. Se quedó inmóvil al ver a Marcus sosteniendomi cartera, luciendo los mismos vaqueros holgados de siempre y una camisa negra. Mi padrepasó cinco tonos diferentes de rojo y me agarró del brazo con rapidez apañándoselas para

    moverme hacia él.―¡Tú hijo de puta! ―le gritó, señalando con el dedo a Marcus―. ¡Aléjate de mi hija!

    ¿Me escuchas?

    Marcus dio un paso atrás, con el rostro pálido y alternando su mirada entre mi padre yyo.

    ―¡Eres un maldito don nadie! —continuó mi padre, hice una mueca y le rogué que sedetuviera―. ¡Sé todo acerca de ti! Sé que eres un agujero negro y no eres bueno para mi hija.¿Escuchaste? ¡Déjala en paz!

    Marcus me miró con su rostro vacío de emoción.―Dejaste tu cartera ―dijo en voz baja y antes de que pudiera continuar, papá se la

    arrebató de su mano.

    ―Vete ―exigió―. Si la buscas una vez más estás acabado. Voy a tener a la policía sobreti y te encarcelaran por todo lo que has hecho. ¿Me escuchaste?

    Marcus no le respondió. Era bueno en mantener sus emociones ocultas y yo hubierapreferido verlo enojado en lugar de mirar al espacio vacío delante de nosotros.

    ―Marcus ―le susurré, derramando el dolor en mi voz.

    Él simplemente se metió las manos en los bolsillos, me lanzó una última mirada y se fuepor el pasillo. Yo estaba temblando mientras mi padre cerraba la puerta y llamaba porteléfono a mi madre. Me sentí perdida y atrapada, y mientras mi padre seguía hablando decómo iba a enderezar mi camino, la misma pregunta zumbó por mi mente, una y otra vez.

    ¿Cómo diablos iba a verlo ahora?

    ***

    Todo el día fue un infierno. Mi madre actuó como si hubiera cometido un asesinato,

    sollozando en mi apartamento, amenazando con llevarme a casa para que pudiera"mostrar