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© Copyright by
Diana Patricia Harmon
December, 2018
CORTESÍA CONVENCIONAL VERSUS CORTESÍA INTERPRETADA: ESTUDIO DEL HABLA DE COLOMBIA
_______________
Disertación presentada a la facultad del Departamento
de Estudios Hispánicos de la Universidad de Houston
_______________
En cumplimiento parcial
de los requisitos para el grado de
Doctor en filosofía
_______________
Autora:
Diana Patricia Harmon
Diciembre, 2018
CORTESÍA CONVENCIONAL VERSUS CORTESÍA INTERPRETADA: ESTUDIO DEL HABLA DE COLOMBIA
_________________________
Diana Patricia Harmon
APPROVED:
_________________________ Manuel Gutiérrez, Ph.D.
Committee Chair
_________________________
Marta Fairclough, Ph.D.
_________________________ Elizabeth Goodin-Mayeda, Ph.D.
_________________________Anny Castilla-Earls, Ph.D.
Department of Communication Sciences and Disorders _________________________ Antonio D. Tillis, Ph.D. Dean, College of Liberal Arts and Social Sciences Department of Hispanic Studies
CORTESÍA CONVENCIONAL VERSUS CORTESÍA INTERPRETADA: ESTUDIO DEL HABLA DE COLOMBIA
_______________
Sinopsis de la disertación presentada a
la facultad del Departamento de
Estudios Hispánicos de la Universidad de Houston
_______________
En cumplimiento parcial de
los requisitos para el grado de
Doctor en filosofía
_______________
Autora:
Diana Patricia Harmon
Diciembre, 2018
iv
SINOPSIS
La cortesía en el habla es un fenómeno complejo el cual requiere un análisis detallado y profundo. Dicho fenómeno lingüístico no se puede entender solo bajo la perspectiva convencionalista de los modelos universales que rigen la cortesía tradicional. La cortesía normativa o convencional en la mayoría de los idiomas del mundo ha generado una serie de pautas o “reglas” a seguir si se intenta ser cortés en una conversación. El español no es una excepción a esta categorización de formas de tratamiento corteses o descorteses que se han adoptado como “la norma.” No obstante, esta cortesía tradicional no siempre compagina con lo que ciertas comunidades lingüísticas del mundo interpretan como cortesía. En esta investigación se realiza un contraste entre las convenciones de la cortesía tradicional y la interpretación de cortesía por ciertas comunidades lingüísticas. El contraste que se demostrará revela la discrepancia entre las perspectivas ortodoxas y universalistas de cortesía y la interpretación de cortesía por ciertos grupos de hablantes en distintas localidades del planeta
CORTESÍA CONVENCIONAL VERSUS CORTESÍA INTERPRETADA: ESTUDIO DEL HABLA DE COLOMBIA
_______________
An Abstract of a Dissertation
Presented to
The Faculty of the Department
of Hispanic Studies
University of Houston
_______________
In Partial Fulfillment
Of the Requirements for the Degree of
Doctor of Philosophy
_______________
By
Diana Patricia Harmon
December, 201
vi
ABSTRACT
Politeness in speech is a complex phenomenon which requires a detailed and
profound analysis. This linguistic phenomenon can not be understood only
under the conventional perspective of the universal models that govern
traditional politeness. Normative or conventional politeness in most languages
of the world has generated a series of guidelines or “rules” to follow if one
intends to be polite in a conversation. Spanish is not an exception to this
categorization of forms of treatment that are polite or impolite and which have
been adopted as “the norm.” However, this traditional politeness does not
always match with what certain linguistic communities of the world interpret has
politeness. In this research a contrast is made between the conventions of
traditional politeness and the interpretation of politeness by certain linguistic
communities. This contrast which will be demonstrated reveals the discrepancy
between the orthodox and universalist perspectives of politeness and the
interpretation of politeness by certain groups of speakers en various localities of
the planet.
vii
RECONOCIMIENTO
La realización de esta disertación no se hubiese llevado a cabo sin la gracia de mi Padre Celestial quien me iluminó por el camino de mi crecimiento
académico y personal. Asimismo he contado con el apoyo incondicional de mi
esposo David y de mi hija Kelly en este arduo proceso de aprendizaje. En mi
sendero de superación educativa encontré la maravillosa guía del director de mi
comité, el distinguido y finísimo Doctor Manuel Gutiérrez de la Universidad de
Houston. Con su dirección he aprendido a conducir una investigación de
principio a fin con todos los elementos que constituyen el desarrollo de un
estudio lingüístico. Le estaré por siempre agradecida por su paciencia y
perseverancia en cada paso de este trabajo.
También estaré por siempre en deuda con los integrantes de mi comité,
las magníficas doctoras: Marta Fairclough, Elizabeth Goodin-Mayeda, y Anny
Castilla-Earls. La orientación que he recibido de ellas en este proceso
sencillamente no tiene precio. Me han enseñado a crecer como investigadora
con el aporte de sus detalles y experiencia la cual es valiosísima para mí.
También es imperativo reconocer la participación de las dos universidades de
Colombia que han colaborado en esta investigación: la Universidad del Norte en
Barranquilla y la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Se agradece
infinitamente el apoyo de las autoridades de dichas universidades, de los
coordinadores y de los docentes que han participado en esta tarea.
viii
ÍNDICE
1. Introducción ....................................................................................................... 1
1.1 Propósito ...................................................................................................... 1
1.2 El habla de Colombia: Introducción…………………………………………...4
1.2.1 Inicios ....................................................................................................... 5
1.2.2 Contacto con lenguas africanas ……………………………………….......13
1.2.3 Contacto con lenguas indígenas ............................................................ 15
1.3 El habla de Barranquilla y de Bogotá: Introducción ................................... 16
1.3.1 El habla de Barranquilla .......................................................................... 17 1.3.2 El habla de Bogotá ................................................................................. 20
2. Marco teórico……………………………………………………………………......23
2.1 La cortesía según Lakoff .......................................................................... 24
2.2 El principio de cooperación de Grice ......................................................... 26
2.3 El modelo de Brown y Levinson ................................................................ 27
2.4 Las máximas de Leech .............................................................................. 31
2.5 Tipología de Haverkate de cortesía en el habla ........................................ 38
2.6 Los elementos de una petición cortés en español ..................................... 40 2.7 La mitigación de demandas ....................................................................... 45
2.7.1 El diminutivo en el habla cortés .............................................................. 48
2.7.2. La disculpa en el habla cortés y las peticiones ...................................... 53
2.7.3 Tiempos y modos verbales ..................................................................... 56
2.7.4 Otros recursos mitigadores ..................................................................... 56
ix
3. La cortesía oral convencional versus la cortesía interpretada por ciertas comunidades lingüísticas. ................................................................................ 59 3.1 La cortesía convencional ........................................................................... 60
3.1.1 El condicional de cortesía ....................................................................... 62
3.1.2 El imperfecto ........................................................................................... 63
3.1.3 El imperativo ........................................................................................... 65
3.2 La interpretación de cortesía en el habla por parte de ciertas comunidades lingüísticas: Crítica al modelo de Brown y Levinson .......... 69 4. El habla cortés: Hombres versus mujeres ....................................................... 87
4.1 El discurso femenino y masculino: Introducción ........................................ 88
4.2 Las formas de tratamiento en el discurso femenino y masculino .............. 90
4.2.1 Factores socio-culturales I: El habla femenina, las expectativas sociales y la cortesía .............................................................................. 91 4.2.2 Factores socio-culturales II: El habla masculina, la construcción de identidad y la cortesía o descortesía ...................................................... 98 4.2.3 Factores socio-lingüísticos I: La cortesía negativa y la mitigación en el habla femenina ..................................................................................... 102 4.2.4 Factores socio-lingüísticos II: La cortesía positiva y el habla femenina ............................................................................................... 105 5. Investigación .................................................................................................. 111 5.1 Metodología ............................................................................................. 111 5.1.1 Participantes y recolección de datos…………………………………......111 5.1.2 Instrumento……………………………………………………………….....114 5.2 Resultados: Parte I. ................................................................................. 120 5.3 Resultados: Parte II ................................................................................. 137
5.4 Resultados: Parte III ................................................................................ 162
x
5.5 Resultados: Observaciones informales .................................................. 168
5.5.1 Observaciones informales en Barranquilla .......................................... 168
5.5.2 Observaciones informales en Bogotá .................................................. 172
5.6 Resultados: Hombres versus mujeres .................................................... 176
6. Conclusiones ................................................................................................. 196
6.1 Limitaciones de la investigación ............................................................. 204
Apéndice A: Instrumento ................................................................................... 206 Apéndice B: Estratificación socio-económica de Barranquilla ........................... 221 Apéndice C: Estratificación socio-económica de Bogotá .................................. 222 Apéndice D: Ejemplos adicionales de peticiones de los hablantes en la parte I
del instrumento ............................................................................. 223 Apéndice E: Reporte completo de las respuestas de la escala Likert (parte II del instrumento) ................................................................................... 235
xi
LISTA DE CUADROS, TABLAS Y FIGURAS
Tabla 1. Reporte de estratificación socio-económica de los participantes de Barranquilla .......................................................................................... 112 Tabla 2. Reporte de estratificación socio-económica de los participantes de Bogotá ................................................................................................. 113 Tabla 3. Resumen de ocurrencias de formas verbales. Barranquilla: hombres versus mujeres. Contextos formal e informal ...................................... 190 Tabla 4. Resumen de ocurrencias de formas verbales. Bogotá: hombres versus mujeres. Contextos formal e informal .................................................. 191 Tabla 5. Resumen de ocurrencias de formas verbales: hombres de ambas
ciudades ............................................................................................... 192 Tabla 6. Resumen de ocurrencias de formas verbales: mujeres de ambas ciudades ............................................................................................. 193 Tabla 7. Ocurrencias de formas verbales en Barranquilla y Bogotá (peticiones realizadas en la parte I del instrumento) .............................................. 200 Cuadro 1. Origen de los colonos que llegaron a Nueva Granada ......................... 9 Cuadro 2. Orígenes y lenguas de los esclavos de Cartagena de Indias según Castillo ................................................................................................ 14 Cuadro 3. Escala de costo/beneficio de Leech ................................................... 32 Cuadro 4. Proyección de mitigación de desacuerdo ........................................... 36 Cuadro 5. Estudios específicos de peticiones en el habla cortés: ejemplos del
uso de diminutivos .............................................................................. 49 Cuadro 6. Ejemplos de tipo de mitigación ........................................................... 57 Cuadro 7. Ilustración de la manipulación del centro deíctico en una petición ..... 68 Cuadro 8. Ejemplo de la escala Likert ............................................................... 118 Cuadro 9. Ejemplos de peticiones con imperativos. Barranquilla, contextos formales e informales ....................................................................... 127
xii
Cuadro 10. Ejemplos de peticiones con imperativos: Bogotá, contextos formales e informales .................................................................................... 128 Cuadro 11. Ejemplos de peticiones en presente de indicativo: Barranquilla, contextos formales e informales ..................................................... 129 Cuadro 12. Ejemplos de peticiones en presente de indicativo: Bogotá, contextos formales e informales ..................................................................... 130 Cuadro 13. Ejemplos de peticiones con condicional simple: Barranquilla, contextos formales e informales ..................................................... 134 Cuadro 14. Ejemplos de peticiones con condicional simple: Bogotá, contextos formales e informales ..................................................................... 135 Cuadro 15. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #13 .................. 138 Cuadro 16. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #13 y 14 .......... 141 Cuadro 17. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Imperativo y presente de indicativo .............................. 144 Cuadro 18. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Condicional simple y futuro .......................................... 145 Cuadro 19. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Imperfecto de subjuntivo .............................................. 146
Cuadro 20. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperativos y presente de indicativo ...................... 147 Cuadro 21. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: condicional simple y futuro………………………….148 Cuadro 22. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperfecto de subjuntivo ....................................... 149 Cuadro 23. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #15 y 7 ............ 151 Cuadro 24. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #17 y 20 .......... 154
xiii
Cuadro 25. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Imperativo y presente de indicativo ................................ 156 Cuadro 26. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Condicional simple y futuro ............................................. 157 Cuadro 27. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Imperfecto de subjuntivo ................................................. 158 Cuadro 28. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperativos y presente de indicativo ...................... 159 Cuadro 29. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: condicional simple y futuro .................................... 160 Cuadro 30. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperfecto de subjuntivo…………………………….161 Cuadro 31. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Barranquilla en la parte III del instrumento. Pregunta #1 ............................................ 163 Cuadro 32. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Barranquilla en la
parte III del instrumento. Pregunta #2 ............................................. 164 Cuadro 33. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Bogotá en la parte
III del instrumento. Pregunta #1 ...................................................... 165 Cuadro 34. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Bogotá en la parte
III del instrumento. Pregunta #2 ...................................................... 166 Cuadro 35. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Barranquilla (contexto
informal). Hombres jóvenes solicitando .......................................... 169 Cuadro 36. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Barranquilla (contexto
informal). Mujeres jóvenes solicitando ............................................ 170 Cuadro 37. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Barranquilla (contexto formal). Hombres jóvenes solicitando .............................. 171 Cuadro 38. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Barranquilla (contexto formal). Mujeres jóvenes solicitando ................................ 171
xiv
Cuadro 39. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Bogotá (contexto informal). Hombres jóvenes solicitando .......................................... 172 Cuadro 40. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Bogotá (contexto informal). Mujeres jóvenes solicitando ............................................ 173 Cuadro 41. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Bogotá (contexto formal). Hombres jóvenes solicitando ............................................. 174 Cuadro 42. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Bogotá (contexto formal). Mujeres jóvenes solicitando .............................................. 174 Cuadro 43. Ejemplos de peticiones de mujeres de Barranquilla. Contextos formales e informales ..................................................................... 178 Cuadro 44. Ejemplos de peticiones de mujeres de Bogotá. Contextos formales e informales ....................................................................................... 179 Cuadro 45. Distribución de disculpas en ambas ciudades: Hombres versus mujeres ................................................................ 180 Cuadro 46. Ejemplos de peticiones de mujeres de Barranquilla con apodos afectivos hacia otras mujeres jóvenes. Contextos formales e informales ....................................................................................... 183 Cuadro 47. Ejemplos de peticiones de hombres de Barranquilla con apodos
afectivos hacia otros varones jóvenes. Contextos formales e informales (imperativos) .................................................................. 187
Cuadro 48. Ejemplos de peticiones de hombres de Bogotá con apodos afectivos hacia otros varones jóvenes. Contextos formales e informales (presente de indicativo, imperativo). ................................................ 188 Cuadro 49. Reporte de empleo de recursos mitigadores: Barranquilla versus Bogotá ............................................................. 201 Figura 1. Mapa de Colombia con sus ciudades principales ............................... 17 Figura 2. Ilustración: cortesía convencional versus cortesía interpretada en relación al acto de la petición .............................................................. 86 Figura 3. Ilustración del centro deíctico en relación a la petición con modos y tiempos verbales ................................................................................. 125 Figura 4. Ilustración resumen de las actitudes hacia las formas de tratamiento: Barranquilla versus Bogotá ................................................................. 167
xv
Figura 5. Ilustración resumen de los elementos de la cortesía convencional en relación a los hablantes de ambas ciudades versus factores que influyen en la interpretación de cortesía entre barranquilleros y bogotanos .......................................................................................... 175
xvi
Gracias a mis estimados profesores, las Doctoras: Maryellen García Nancy Membrez,
y el Doctor: Francisco A. Marcos Marín
Por haber nutrido la semilla del conocimiento en mi mente
1
1. INTRODUCCIÓN
¿Qué es la cortesía? Una de las definiciones de La Real Academia
Española de la cortesía es la siguiente: “Demostración o acto con que se
manifiesta la atención, respeto o afecto que tiene alguien a otra persona.” Esta
noción de comportamiento humano se transfiere al habla.
En la mayoría de los idiomas del mundo, las formas de tratamiento han
generado una serie de pautas o convenciones las cuales constituyen una
cortesía “tradicional” o normativa. Sin embargo, esta cortesía convencional no
siempre corresponde con lo que ciertas comunidades lingüísticas interpretan
como cortesía.
1.1 Propósito
El propósito de esta investigación es demostrar la discrepancia que se
manifiesta entre las convenciones de la cortesía tradicional en español y la
cortesía interpretada por ciertas comunidades lingüísticas al momento de
realizar una petición. Se intenta comprobar que las convenciones de cortesía
tradicional que se han establecido como “la norma” no corresponden con lo que
algunas comunidades lingüísticas interpretan como cortesía. Por ende, se
realizará un contraste entre la catalogada cortesía convencional y la cortesía
interpretada.
La cortesía convencional abarca ciertas estrategias que aplicarían en
ciertas circunstancias al habla cortés hispanohablante. Entre estas estrategias
se encuentran las teorías de Lakoff (1973) y sus reglas de cortesía, el principio
2
de cooperación de Grice (1975) y sus cuatro máximas, el modelo de Brown y
Levinson (1987) y la noción de imagen del oyente (face), las máximas de Leech
(1983), y la tipología de Haverkate (1994) de cortesía en el habla conjuntamente
con los actos de habla corteses y descorteses. También abarca las
convenciones de la Real Academia Española y el empleo de ciertos tiempos y
modos verbales, diminutivos, disculpas y frases pre y post peticionarias.
La cortesía interpretada constituye lo que algunos grupos lingüísticos y
culturales interpretan como cortesía. Por consiguiente, en este trabajo se explora
la variación socio-lingüística y socio-cultural de cortesía entre comunidades
lingüísticas.
Para el propósito de esta investigación se estudiaron las peticiones
directas de muestras de hablantes de dos ciudades colombianas (las
sugerencias y los deseos no conforman parte de este estudio). También se
estudiaron los criterios que los hablantes tienen de cortesía según lo que estos
interpretan como cortés o descortés. El último elemento a analizar para la
realización de esta investigación es las actitudes hacia las formas de tratamiento
por parte de los hablantes. Este componente apoya el propósito de este estudio
según las teorías de variación socio-cultural y socio-lingüística que
expondremos.
Las dos ciudades a comparar son Barranquilla y Bogotá. Es de especial
interés estudiar este fenómeno lingüístico en la ciudad de Barranquilla dado el
hecho de que a saber, no se ha explorado este tema cuantitativa y
3
sistemáticamente entre los residentes barranquilleros en la disciplina de la
sociolingüística.
Se escogieron estas dos ciudades para realizar dicho contraste por las
distinciones socio-lingüísticas y socio-culturales que las caracterizan en cuanto a
cortesía y formas de tratamiento.
La ciudad de Bogotá funciona como grupo control en cuanto a cortesía
por allegarse a las convenciones tradicionales de cortesía como se demostró en
el estudio piloto y en la muestra de hablantes que participaron en esta
investigación.
El habla de Barranquilla se contrapone al habla de Bogotá en algunos
aspectos de formas de tratamiento al momento de realizar una petición. Este
contraste se manifiesta en las muestras del habla de Barranquilla por la
tendencia de algunos hablantes de esta ciudad de no allegarse a las pautas
tradicionales de cortesía de acuerdo a los datos recopilados en esta
investigación.
El segundo propósito de este estudio es analizar la variación del habla
femenina y masculina en Barranquilla conjuntamente con el habla femenina y
masculina de Bogotá. Se intenta investigar cuáles tendencias se manifiestan en
las formas de tratamiento en el habla de ambos sexos al realizar peticiones.
Las preguntas de investigación son:
1) ¿Qué tendencias se presentan en las peticiones de los participantes de
Barranquilla en comparación con las peticiones de los hablantes de
Bogotá?
4
2) ¿Qué elementos de la cortesía convencional (tiempos y modos verbales
complejos, diminutivos, disculpas, frases pre y post peticionarias)
emplean u omiten los barranquilleros versus Bogotá?
3) ¿Qué tendencias se manifiestan en las peticiones de hombres versus
mujeres de Barranquilla y de Bogotá?
4) ¿Cómo interpretan los barranquilleros y los bogotanos la cortesía?
5) ¿Cómo afecta la cultura, la sociedad y el concepto de imagen (face) a la
interpretación de la cortesía?
6) ¿Qué influencia tiene la identidad étnica y las actitudes hacia el habla en
la interpretación de cortesía?
El primer capítulo presenta una introducción al habla de Colombia y al
habla de Barranquilla y de Bogotá. En el capítulo 2 se describe el marco teórico
de los conceptos relacionados al fenómeno de la cortesía. El capítulo 3 explica
el contraste entre la cortesía convencional y la cortesía interpretada por
comunidades lingüísticas. El capítulo 4 explora la variación del habla cortés
entre hombres y mujeres. Finalmente, el capítulo 5 describe los componentes de
la presente investigación. El capítulo 6 presenta las conclusiones de este
estudio.
1.2 El habla de Colombia: introducción
La historia de lo que constituye hoy en día el español de Colombia,
emergió mucho antes de la formación formal de la República (llamada
5
anteriormente la Gran Colombia1 desde su proclamación en el Congreso de
Angostura en 1819). El territorio de lo que se conoce actualmente como la
República de Colombia, ha sido el escenario de dinámicos procesos socio-
lingüísticos y socio-culturales que le han dado forma al habla de su gente.
1.2.1 Inicios
Los primeros asentamientos españoles de la costa caribe en Colombia
datan al año 1509 fundados por Alonzo de Ojeda quien establece San Sebastián
de Urabá; y Vasco Núñez de Balboa, quien funda Santa María la Antigua del
Darién (Rodríguez, 2008, p. 62). No obstante, las primeras ciudades
organizadas en las tierras bajas de Colombia fueron Santa Marta fundada en
1525 por Rodrigo de Bastidas y Cartagena de Indias en 1533 por Pedro de
Heredia. En las tierras altas se fundan Santafé de Bogotá en 1538 y Tunja en
1539 los cuales eran los centros urbanos en el interior de Colombia.
El origen específico de los primeros colonos que llegaron a Colombia y al
resto de los territorios de la colonia española dio origen a varias teorías
debatibles sobre la influencia peninsular en el español de Colombia y en el
español americano en general.
Una de las teorías que ha tratado de explicar los fenómenos lingüísticos
de las tierras bajas en América Latina es la debatida teoría “andaluza” propuesta
y defendida por Wagner (1927). Una noción sobresaliente de la teoría andaluza
de Wagner es la hipótesis de que en las Antillas y en las costas atlánticas de
1 Actualmente las repúblicas de Colombia, Venezuela y Ecuador.
6
México, Colombia y Venezuela, se manifiesta la ausencia de /θ/. Otra noción de
esta teoría es que la realización de “s” final de sílaba en las tierras bajas de
América es la misma que en el sur de España (p. 15). Otros elementos que
constituyen la teoría andaluza es la idea de que al igual que los andaluces, los
hablantes de las tierras bajas manifiestan el yeísmo y eliden las consonantes al
final de palabra; entre otras características. Wagner también sostiene que hubo
una intensa migración de colonos del sur de España en los primeros tiempos de
la conquista y que además, es posible que escogieran lugares cálidos y
soleados similares a las regiones sureñas de la península para establecerse en
el Nuevo Mundo (la teoría climatológica).
Uno de los lingüistas quien ha refutado más la teoría andaluza ha sido
Henríquez Ureña (1921) quien la catalogó como simplemente una
generalización. Más bien, señala el autor, hay una variedad de realizaciones de
“s” en el español americano. Además, sostiene que la “s” en Hispanoamérica ni
siquiera comparte rasgos fonéticos con la “s” del sur de España. Afirma éste que
la “s” castellana es cóncava ápico-alveolar y que en el sur de España la “s” es
convexa, dorso-alveolar. En cuanto a la realización de “s” en América, Henríquez
Ureña concluye que en varios países de América no son ni cóncavas ni
convexas, sino planas. También señala que fenómenos lingüísticos como el
debilitamiento de “d” intervocálica lo cual ocurre en las tierras bajas de América
(y el cual se atribuye a la influencia de migración de andaluces), ocurre en la
mayoría del territorio español y no solo en Andalucía.
7
Boyd-Bowman (1973) realizó un trabajo cuantitativo de los patrones
migratorios de los primeros colonos que llegaron al Nuevo Mundo con el fin de
esclarecer científicamente las suposiciones del origen de los dialectos del
español americano.
Basó su análisis estadístico en los movimientos migratorios de 40,000
colonos (hombres, mujeres y niños) que llegaron a América antes de 1600. El
análisis contiene detalles del origen de los colonos (lugar de nacimiento) y de las
colonias españolas a las cuales llegaron. La clasificación de datos fue
organizada en períodos de 1493 a 1579. Según la calculación de inmigrantes,
las regiones de Andalucía, Castilla la Vieja y Extremadura constituyen un
número significativo de colonos que llegaron a Hispanoamérica:
Estos inmigrantes y exploradores se concentraron en distintas colonias
del Imperio Español. En el período 1493-1519 los asentamientos más
significativos según los cálculos de Boyd-Bowman se concentran
numéricamente en Las Antillas (p. 3). Los establecimientos de los territorios de
lo que constituiría el Virreinato de Nueva Granda (que incluye Colombia) todavía
no manifiestan migraciones considerables. En este período inicial de migración
los grupos más grandes de colonos que llegaron a Las Antillas procedían de
Andalucía. De estos andaluces un 78% eran de las ciudades de Sevilla y
Huelva.
La región que más se acerca al territorio de la actual Colombia y la cual sí
recibió colonos en mayores cantidades después de las Antillas en este período
8
fue la colonia del Darién. Cuando Pedrarias Dávila2 llega a esta colonia en 1514
con 1.500 hombres (de los cuales 700 murieron ese mismo año) se encuentra
con Balboa y los 515 hombres que la componían. De estos 515 individuos Boyd-
Bowman identificó el origen de 146 colonos. De los 146 al menos 83 eran
andaluces (p. 7).
De 1520 a 1539 México llevó el liderazgo de inmigrantes con 4.022
colonos en oposición a Santo Domingo, Río de la Plata y Nueva Granada
(pp.18-19).
En el período 1540 a 1559, la ciudad de Sevilla florece como un imperio
marítimo en expansión. Llegaron a América 1.750 inmigrantes de Sevilla
exclusivamente. En esta era se expandió el idioma español en las tierras
continentales de México, Centroamérica, Venezuela, Perú, Chile y Río de la
Plata.
De 1540 a 1559, según este autor, Perú es uno de los destinos más
populares para los colonos ⎯3.248 viajeros⎯en oposición a 2.057 con destino a
México. Los andaluces seguían superando en número a los inmigrantes ⎯1.103
colonos⎯(p. 53). Nueva Granada empieza también a ser un sitio de interés,
para los colonos; especialmente, los puertos de Cartagena de Indias, Santa
Marta y Popayán. Cartagena de Indias es particularmente un puerto importante
en este período porque empieza a tomar fuerza la demanda de esclavos
africanos. Las embarcaciones del Imperio Español arriban más a menudo en
esta localidad.
2 Pedro Arias de Ávila oPedrarias Dávila: soldado y administrador colonial. Ocupó el puesto de gobernador de la actual Panamá (1514 a 1526).
9
El último dato que aporta Boyd-Bowman sobre Nueva Granada es que de
1560 a 1579 la Nueva Granada fue el tercer lugar en popularidad para los
colonos. Aun más pertinentes son las cifras que nos da específicamente de
Cartagena y de Bogotá y el origen de los colonos en este último período de
tiempo:
Cuadro 1. Origen de los colonos que llegaron a Nueva Granada.
Con los hallazgos estadísticos de Boyd-Bowman los defensores de la
teoría andaluza tendrían una base científica para defender este argumento.
En cuanto a la fonética del español de Colombia que se heredó de
Período: 1560 a 1579
Cartagena de Indias
Bogotá
Origen de colonos
identificados en los
registros de viajeros
con intensión de
residir en Nueva
Granada
• 125 andaluces
• 72 de Castilla la Nueva
• 49 extremeños
• 23 de Castilla la Vieja
• 9 leoneses
• 8 vascos
• 5 portugueses
• 1 de Córcega
• 3 gallegos
• De Canarias, Asturias,
Cataluña y Navarra: 1
de cada una.
• 39 andaluces
• 16 de Castilla la Nueva
• 15 de Castilla la Vieja
• 13 extremeños
• 9 vascos
• 5 leoneses
10
los peninsulares las características fonéticas que se manifiestan en las tierras
bajas (pese a la refutación o defensa de la teoría andaluza), reflejan en gran
manera características del dialecto andaluz. También sería razonable teorizar
que en base a los hallazgos cuantitativos de Boyd-Bowman sobre los
movimientos migratorios de los primeros colonos, los colonizadores del sur de
España dejaron su huella lingüística en Colombia.
Estas distinciones fonéticas se observan en uno de los súper dialectos de
Colombia: el costeño (caribe). El dialecto costeño del caribe (el hablado en
Barranquilla) se caracteriza por la aspiración o pérdida de “s”:
También se presenta la asimilación a la consonante siguiente: wikki
(wiski), neutralización de “r” y “l” implosivas: pielna, calne (pierna, carne), elisión
de “r” final de palabra: mujer (mujé), velarización de “n” final de sílaba: [paŋ],
conservación de “h” antigua: mojoso (mohoso), articulación débil de ʝ: hoyo [oʝo]
⎯ a veces desaparece por completo⎯gallina: (gaína).
En el resto de las regiones de la costa atlántica se presentan distinciones
fonéticas inter-dialectales. En la ciudad de Santa Marta se mantiene como
sibilante la “s” en rasguño, jueves y buenas noches. En la Guajira se elide “s” en
jueves. En el caribe interior se intensifica la asimilación de consonante siguiente
Las casas
Aspiración
Pérdida
[laʰ-ˈka-saʰ]
[laØ-ˈka-saØ]
11
y en la región Norte-Santander se presenta aspiración de –s, aun con
ensordecimiento de sonoras: (rajuño); pero hay ausencia de neutralización de “r”
“l” y de “n” velar; entre otras características distintivas de estas áreas (Alvar,
1996, p. 136-137).
En Cartagena de Indias se observa la adición de nasal al principio de la
palabra mburro (burro); lo cual es una característica de la lengua criolla de San
Basilio de Palenque (el palenquero) que a su vez tiene rasgos de lenguas
africanas. En el súper dialecto costeño también ocurre el yeísmo, la elisión de
“d” intervocálica, y la elisión de “l” y “d” en posición final de palabra: animá, verdá
(animal, verdad).
Las características fonéticas del otro súper dialecto de Colombia, el
andino, las describiremos en la sección del habla de Bogotá. Por ahora nos
enfocamos en el súper dialecto costeño caribeño solo para indicar su similitud
con las características fonéticas y fonológicas del dialecto andaluz.
De las características mencionadas sobre el súper dialecto costeño, en el
dialecto andaluz también se presentan rasgos fonológicos como el yeísmo, la
omisión de “d” en posición intervocálica, la aspiración o pérdida de “s”, la elisión
de “l”, “r” y “d” en posición final de palabra, y la velarización de nasal entre otras
(Hualde, Olarrea, Escobar, Travis, 2010, p. 402).
En cuanto a léxico, en Colombia han prevalecido arcaísmos de la primera inyección lingüística peninsular. Cabe destacar que el término “arcaísmo” ha
tenido sus conflictos en la disciplina de la lingüística ya que según la opinión de
algunos lingüistas, lo que se considera “arcaísmo” en el idioma español pudiese
12
provenir desde una perspectiva peninsular. Como señala Moreno de Alba (1992)
con respecto a este punto de vista europeo del español americano: “es muy
común que los estudiosos del español de América señalen que el vocabulario de
aquel lado del atlántico es arcaico…” (p.13 ). Este autor también sugiere que no
se puede llamar a una voz “anticuada” si es empleada por una gran cantidad de
hablantes.
Colocando aparte la controversia que pudiese generar este término, y
solo con el propósito de mencionar algunas voces que prevalecieron en
Colombia del español de los primeros colonos, se encuentran vocablos antiguos
como los empleados en el habla de Bogotá. Por ejemplo apeñuscar (agruparse,
amontonarse), aporcar (arrimar tierra para cubrir las raíces de una planta),
barranco (mole de tierra), bravo (enfadado), cobija (manta) carreta (rueda)
(Garrido-Domínguez, 1992, p. 267).
En la mayoría del país se emplean aquellos vocablos llamados
“marinerismos” o “léxico marinero” (observación personal) como amarrar (atar),
halar o jalar (arrastrar algo), atracar (aproximarse), y botar (tirar) así como otras
expresiones consideradas arcaicas que han sobrevivido en el español de
Colombia. Estos llamados arcaísmos semánticos no han desaparecido del
español peninsular pero su significado ha cambiado como los siguientes: bravo
(irritado) ⎯valiente (España) ⎯, pararse (ponerse de pie) ⎯detenerse (España)
⎯, y plata (dinero)⎯tipo de metal precioso (España)⎯ entre otros (Saralegui,
2004, pp. 64-66).
También han prevalecido en Colombia voces de origen gallego/portugués
13
o asturiano como birria, íngrimo, rejo, y pararse así como voces catalanas y
aragonesas: anchar, bofo, catufo, (Garrido-Domínguez, p. 266).
1.2.2 Contacto con lenguas africanas
Otro ingrediente en el habla de Colombia es la contribución de las
variadas lenguas africanas que llegaron con la trata de esclavos. La costa de
Cartagena de Indias constituyó un fuerte protector de la ciudad contra piratas y
otros invasores. El puerto de la ciudad fue un centro de ingreso considerable de
comerciantes y exploradores. Un aspecto sobresaliente de Cartagena de Indias
es que fue uno de los centros más importantes de trata de esclavos
provenientes de múltiples territorios africanos. Estos grandes grupos de esclavos
traerían consigo la cultura y lenguaje de cada uno de sus territorios de origen. El
ingreso de lenguas africanas conformaría más adelante gran parte del léxico del
español colombiano.
Una de las clasificaciones más completas de los esclavos que llegaron a
Cartagena es la provista por Castillo (1982) la cual a su vez describe las familias
lingüísticas que trajeron los africanos a Colombia. Castillo clasificó la
procedencia de esclavos y sus lenguas originarias por períodos de tiempo que
datan desde 1533 a 1811. Esta clasificación probablemente menciona los
grupos principales ya que pueden haber ingresado innumerables naciones y
etnias africanas en el puerto de Cartagena.
Entre los grupos étnicos de esclavos que se mencionan en la clasificación
de Castillo se encuentran los yolofos de la nación que lleva el mismo nombre
14
perteneciente a la zona de Cabo Verde, los ararás quienes pertenecen a la
llamada cultura ewe-fon localizada en el actual Benín, los minas de la costa
centro-occidental de África pertenecientes a la cultura fanti-ashanti y los
carabalíes del Golfo de Biafra. Resumimos la información más pertinente de la
clasificación de Castillo en el siguiente cuadro:
Cuadro 2. Orígenes y lenguas de los esclavos de Cartagena de Indias según Castillo.
Según la categorización de lenguas africanas de Greenberg (1970) las
lenguas yolofa o fulani, la kimbundu, ewe y twi pertenecen a subfamilias del
grupo Niger-Congo lo cual abarca las lenguas bantú. Muchos vocablos del
español de Colombia provienen de las lenguas bantú. La influencia de las
Período Orígenes y lenguas de los esclavos de Cartagena de Indias
(1533-1580)
Predominan los yolofos en Cartagena. La lengua de los yolofos o lengua yolofa (también llamada lengua fulani) cumpliría una función de lingua franca (p.159).
(1580-1640)
Según Castillo, un 33% de los esclavos son de Angola y Congo. La lengua angolesa llamada “kimbundu” o “mbundu” era el idioma dominante.
(1640-1703)
Cartagena trae esclavos de las antillas holandesas e inglesas. Castillo teoriza que predominaron los ararás (del actual Benín) por motivo de su presencia importante en Jamaica y en Curazao. Los ararás hablaban la lengua ewe (actual Benín).
(1714-1740)
Predominan los ararás (lengua ewe) y los minas (lengua twi).
(1740-1811)
Predominan los carabalís. Los carabalís o carabalíes que vinieron a Cartagena fueron posiblemente predominantemente ibos e ijos del Delta del Niger (p.162). Hablaban lenguas variadas.
15
lenguas africanas en el español colombiano es más que todo a nivel léxico. Gran
parte de este léxico es empleado en la costa Atlántica. Algunos ejemplos de
bantuismos son vegetales como bangaño (del yolofo bagaan: calabaza grande).
También lo son alimentos y bebidas como bitute (bebida de maíz) que
posiblemente proviene del radical bantú tutum que significa hervir.
Otros vocablos de origen africano son añuquir (ajustar una cosa dentro de
otra) del yolofo ñuux (rellenar), tonga (hilera o montón) del radical bantú túng
que significa hilo, sungo o zungo (lampiño), y zambapalo (desorden, escándalo)
del kikongo nsamba (especie de danza) (Castillo, 1982).
1.2.3 Contacto con lenguas indígenas
El contacto del español con las lenguas indígenas inicia tan pronto
empiezan los primeros asentamientos coloniales en el territorio colombiano.
Al umbral del establecimiento de la Nueva Granada los colonos encuentran
numerosas tribus indígenas las cuales no podríamos describir en su totalidad por
la inmensa variedad que existía y que aun existe en Colombia. En la cercanía de
la Sierra Nevada de Santa Marta y a lo largo de la península de la Guajira, el
primer punto de contacto, los exploradores españoles encontraron a las etnias
wayús, taironas y cunas. Es muy probable que en este período inicial de la
colonia los cunas fueran los ocupantes de Santa María la Antigua del Darién, la
primera fundación en tierra firme. En la costa pacífica se encontraban los
noanamás, los chibchas en la cordillera oriental y al sur de los Andes los pastos
16
y quillacingas. En la zona actual del departamento de Antioquia, se encontraban
los pantágoras (Chaves, Morales, Calle, 1992, pp.114-116).
En síntesis, los grupos indígenas de Colombia de ayer y de hoy han sido
clasificados en tres grandes familias las cuales a su vez constituyen familias
lingüísticas: Chibcha, Caribe y Arawak. También se encuentran voces de la
familia quechua en el sur de Colombia.
El aporte de las lenguas indígenas al español de Colombia ha sido más
que todo a nivel léxico. Algunos ejemplos se manifiestan en:
Plantas y frutos. De la familia Caribe: caoba: (árbol), hicaco (arbusto). De
la familia Chibcha: cabuya. Quechuismos: caspa (mazorca de maíz sin hojas),
chócolo (maíz tierno), chonta (palmas espinosas) y papa (patata en España).
Fauna. De la familia Caribe: cachama (pez de algunos ríos), mico (mono
pequeño). De la familia Chibcha: iguana (especie de sierpe o lagarto), comején
(insecto que destruye la madera). Quechuismos: cóndor (ave) y pajuí (ave
gallinácea).
1.3 El habla de Barranquilla y de Bogotá: introducción
El habla de las ciudades de Barranquilla y Bogotá se caracteriza por sus
dialectos propios los cuales contrastan en fonética, marcadores discursivos y
otros elementos.
17
1.3.1 El habla de Barranquilla:
Barranquilla es la capital del departamento del Atlántico en la costa
caribeña de Colombia. Está localizada al norte de la nación a las puertas del
Mar Caribe y recibe la desembocadura del Río Magdalena. El último reporte del
censo realizado por el DANE3 sobre la población de Barranquilla fue en el
2005. Se reportó que la población de ese año fue de 1.112.889 habitantes. La
proyección que estipula el DANE para el 2018 en la población de Barranquilla
es de 1.232.766 habitantes.
La ciudad de Barranquilla constituye un centro marítimo importante de
Colombia por motivo de su localización geográfica. A partir de la construcción del
ferrocarril de Bolívar y el muelle de Puerto Colombia en el siglo XIX; y seguido
de la apertura de Bocas de Ceniza en el siglo XX, se inicia una etapa de
crecimiento comercial (Posada Carbo,1987).
Figura 1. Mapa de Colombia con sus ciudades principales.4
3 Departamento Administrativo Nacional de Estadística. 4Mapa obtenido de http://www.enchantedlearning.com/southamerica/colombia/.
18
Su habla manifiesta las características fonéticas que hemos descrito las cuales corresponden a aquellas del súper dialecto costeño (caribe). Los
hablantes de Barranquilla presentan características sintácticas que ocurren en
otras naciones antillanas como la colocación de los posesivos al final del
enunciado “al lado mío”, “delante mío” etc. (Vaquero de Ramírez, 2011).
Otras tendencias en el habla de Barranquilla que corresponden a aquellas
del español antillano son: la tendencia a no emplear el pretérito anterior, a no
utilizar el futuro de subjuntivo, a emplear las formas sintéticas “voy a ir” y a
emplear la concordancia refleja: “se venden aguacates.” También es más
frecuente el uso del pretérito simple “salió” ante el compuesto “ha salido” (Alvar,
1996, p. 64).
Además, es característico en la sintaxis de Barranquilla y en otras
ciudades de la costa atlántica el uso de “ser intensivo” en estructuras como “lo
hice fue en el verano” (Lipski , 2011).
Entre los marcadores discursivos más sobresalientes en el habla de
Barranquilla se encuentran los marcadores de tipo preparadores: “de pronto”,
“verdá.” Marcadores asentivos: “ya”, “ah ya”, “bueno”, “ajá.” Marcadores
concluyentes englobantes: “y tal”, “y pero ajá”, “ya”, “mejor dicho.” Marcadores
reestructuradores de la información: “nombe”, “a ver digamos” (Vásquez, 2009).
En cuanto a formas de tratamiento, una de las distinciones más
significativas del habla de Barranquilla y de la costa atlántica en general es el
uso de la forma tú. Esta tendencia contrasta con las regiones centrales de
Colombia las cuales emplean usted (Lispki, 2011). El tuteo en la costa atlántica
19
por lo general se emplea para un trato de confianza, amistad y solidaridad.
Montes-Giraldo (1982) señala que:
…el tuteo como trato de confianza e igualdad solo se generalizó en
la costa caribe, con centro claramente localizable en Cartagena, de
modo que ha medida que nos alejamos de tal centro hacia el
interior de Colombia el tuteo comienza a debilitarse… (p. 42).
Por ende, si la forma tú sugiere confianza e igualdad como lo indica
Montes-Giraldo, podemos deducir que la forma usted se emplea en contextos
más formales y para marcar una distancia entre el hablante y el oyente en
Barranquilla. También es común que usted se emplee en contextos en los
cuales la edad juega un factor; como se observó en los datos de la presente
investigación entre los hablantes de Barranquilla.
El habla de Barranquilla se caracteriza popular y culturalmente por evitar
demasiadas formalidades en el trato. Según uno de los pocos trabajos que se
han realizado sobre las formas de tratamiento y la cortesía entre hablantes de
Barranquilla (a saber, solo dos publicaciones sobre este tema específico), los
barranquilleros tienden a: “rehuir de las interacciones demasiado formales…”
(Morales, J., Morales, E., Torres, L.M., & Vega, G., 2004, p. 206).
De las dos publicaciones que exploran el tema de la cortesía entre
hablantes de Barranquilla, el único trabajo que a saber explora (de manera
20
cualitativa) peticiones o la variable sexo, es el realizado por Morales, J., Morales,
E., & Vega, G. (2008).
Estos autores estudiaron las formas de cortesía utilizadas por jóvenes
universitarios. Realizaron el análisis en base a conversaciones grabadas durante
ratos de ocio entre los estudiantes. Los hallazgos de este estudio revelaron que
entre estos jóvenes se manifestó una “anticortesía” en el trato tanto entre
varones como entre mujeres. También se reportó que cuando se realizaban
peticiones se hacían a través de formas interrogativas o con imperativos.
Otra tendencia que es común en las formas de tratamiento en el habla de
Barranquilla y la cual se observó en la muestra de hablantes de la presente
investigación, fue el uso de las expresiones mitigadoras “porfa” y “hazme el dos”
para implementar cortesía. Estas partículas mitigadoras, como explicaremos en
los resultados de la investigación, se emplean a menudo con imperativos.
Los usos de los honoríficos “seño”, “doña” “doñita” y “señor” también son comunes en las formas de tratamiento en el habla cortés de Barranquilla. Apodos como “amiga”, “niña”, “niño” y “llave”, son empleados en un habla menos formal (observación personal).
1.3.2 El habla de Bogotá:
Santafé de Bogotá, la capital de Colombia, se encuentra en el corazón de
la nación localizada a 3.190 metros sobre el nivel del mar en la parte central de
la cordillera oriental de Colombia (Mendivelso, Navas, Padilla, Velásquez,
2007). Su fundación data al año 1538. Actualmente Bogotá es un centro urbano
21
pujante de Colombia que crece día a día. El último reporte del censo realizado
por el DANE sobre la población de Bogotá, también en el 2005, fue de 6.778.069
habitantes. La proyección que estipula el DANE para el año 2018 en la población
de Bogotá es de 8.181.047 habitantes.
Su habla se caracteriza por presentar los rasgos fonéticos del súper
dialecto andino (oriental) como mantenimiento de la oposición /ll/ y /y/, la
frecuencia de alófonos fricativos, asibilados, y aun ensordecidos de las vibrantes
simple y múltiple (Alvar, 1996, p. 140).
El habla de Bogotá es considerada el habla culta y prestigiosa de
Colombia (Espejo, 2005).Popularmente se cataloga a los bogotanos como
hablantes cultos, amables y corteses (observación personal).
Referente a las formas de tratamiento, la forma usted se emplea casi de
forma exclusiva en esta región de Colombia (Lipski, 2011, p. 237). No obstante,
también se tutea en ocasiones dependiendo del contexto y la situación.
La forma usted tiene distintos empleos según un estudio realizado por
Bartens (2003) sobre las formas de tratamiento en la ciudad de Bogotá entre
estudiantes universitarios. En el estudio de Bartens se identificaron varios usos
de usted, lo cual la autora definió como “ustedeo de confianza” y “ustedeo de
solidaridad” entre otros.
Los hombres de este estudio particular tendieron a usar usted con otros
hombres de la misma edad, según Bartens, para crear un efecto de solidaridad.
No obstante, entre las mujeres para implementar confianza se tutean.
22
Los hombres inversamente emplean usted para implementar confianza
entre hermanos, parientes, amigos, colegas, etc. Entre las mujeres se identificó
un “ustedeo de distancia” para implementar respeto (pp. 6, 7).
Un sintagma empleado muy frecuentemente en el habla de Bogotá para
implementar cortesía es su mercé el cual proviene de su merced. En otros
países se emplearía su merced en contextos extremadamente formales tales
como ante un juez o un obispo. No obstante en Colombia (y especialmente en
Bogotá), este sintagma tiene una connotación de amistad y solidaridad. En un
mercado se pudiera emplear su mercé para instar confianza ante un posible
cliente (Lipski, 2011) .
En síntesis, las dos ciudades estudiadas en la presente investigación se
caracterizan por sus distinciones lingüísticas y por sus formas de tratamiento.
En el próximo capítulo exploraremos las teorías que gravitan alrededor de
las formas de tratamiento y la cortesía en el habla.
23
2. MARCO TEÓRICO
Se han planteado ciertas teorías en cuanto a la cortesía en la oralidad y
las formas de tratamiento tales como: Lakoff (1973) y sus reglas de cortesía, el
principio de cooperación de Grice (1975) y sus cuatro máximas, el modelo de
Brown y Levinson (1987) y la noción de imagen del oyente (face), las máximas
de Leech (1983), la tipología de Haverkate (1994) de cortesía en el habla y los
actos de habla. Las peticiones que implementan cortesía emplean muchas de
estas teorías; especialmente, en el habla cortés tradicional.
En la cortesía convencional5 se emplean ciertos elementos para que una
petición sea cortés. Fraser (1980) se refiere a este proceso como “el contrato de
la conversación.” En este contrato o entendimiento entre los participantes de
una conversación se encuentran estrategias para realizar una petición cortés en
español como: Estrategias de mitigación de demandas (Fraser,1980), el uso
cortés y mitigador del diminutivo (Brown y Levinson, 1987), (Fontanella, 1962),
(Placencia, 1998), (Márquez, 2000), (Félix-Brasdefer, 2005), (Morales, Morales,
E., Torres, y Vega, 2004), estrategias de disculpa para atenuar demandas
(Brown y Levinson, 1987) y otros recursos mitigadores.
5 La cortesía convencional corresponde a las formas tradicionales de tratamiento que se han adoptado en ciertas comunidades lingüísticas. Desarrollaremos más esta noción en el curso de este estudio.
24
2.1 La cortesía según Lakoff
Según Lakoff (1973), la cortesía es un sistema de relaciones
interpersonales diseñado para facilitar la interacción al minimizar el potencial
para el conflicto y la confrontación la cual es inherente en todos los
intercambios humanos.
Lakoff sugiere que hay dos reglas de competencia pragmática. Se
resumen a 1) sea claro y 2) sea cortés. En cuanto a la claridad, Lakoff afirma
que si el hablante intenta comunicar un mensaje directamente, intentará ser
claro para que no haya ninguna duda en sus intenciones (p. 296). La claridad
es necesaria para una comunicación eficaz en la conversación. En síntesis, la
claridad es cortesía según Lakoff.
Además de correlacionar la claridad con la cortesía, Lakoff define reglas
específicas de cortesía en el habla las cuales son: 1) No imponer, 2) Dar
opciones y 3) Hacer sentir bien al oyente y ser amable. La regla 1) no imponer,
se refiere a no entrometerse en la vida de los demás durante las
conversaciones y a respetar cierto espacio interpersonal entre los partícipes del
diálogo. Dentro de este parámetro se sugiere pedir permiso para entrometerse
en detalles de la vida del oyente. Esta regla se extiende a pedir permiso para
utilizar o examinar un objeto que le pertenece al oyente. Por ejemplo: “¿Se
puede saber cuánto pagó por esto?” Se está, por ende, respetando el espacio
personal del oyente.
Lakoff sugiere otra técnica para no imponerse en el espacio personal del
oyente. Por ejemplo, realizar enunciados impersonales como: “La cena está
25
servida”. De esta manera se crea cierta distancia entre el hablante y el oyente y
el enunciado es menos directo e impositivo. Lakoff compara el enunciado: “La
cena está servida” con el enunciado: “¿quiere comer?” Lakoff sugiere que un
mayordomo distinguido no preguntaría: “¿quiere comer?” Esta última petición
directa le impone algo al oyente; y por consiguiente, viola la regla #1 de Lakoff
la cual es no imponer nada.
La regla #2, dar opciones, funciona conjuntamente con la regla #1, no
imponer. Dar opciones se refiere a darle alternativas al oyente para que él tome
la decisión final. Esta regla se refleja en los ejemplos que describe Lakoff:
“Creo que es hora de irse” la cual se contrapone a: “Es hora de irse, ¿no?”
Se le da cierta autonomía al oyente para que participe en la resolución de la
sugerencia o pedido.
La regla #3 es: Hacer sentir bien al oyente y ser amable. Se puede llevar
a cabo, según Lakoff, con el uso del pronombre tú para expresar solidaridad en
los idiomas donde se usa este pronombre personal. Se emplea tú en lugar del
apellido para dirigirse al oyente. También se utiliza el nombre de pila o los
sobrenombres para este propósito. Estas partículas expresan cómo nos
sentimos en relación al oyente; y por ende, reflejan solidaridad y amabilidad en
ciertos contextos. Es importante hacer hincapié en las dimensiones pragmáticas
del pronombre tú en español cuando se trata de cortesía. Más adelante
denotaremos la distinción entre las peticiones que emplean mandatos como:
“Tú, recoge eso” la cual se distingue considerablemente de: “Recoge eso.” Los
mandatos tradicionalmente tienen un matiz de descortesía. Sin embargo,
26
colocar un pronombre personal delante del mandato intensifica la falta de
cortesía. Por este motivo Lakoff advierte que se puede expresar cortesía con el
pronombre tú si se orienta hacia la solidaridad y amabilidad y bajo situaciones
específicas.
Una observación clave que realiza Lakoff de la cortesía y de las formas
de tratamiento es que estas “reglas” de cortesía no aplican a todas las
comunidades lingüísticas. Por ejemplo, en las sociedades occidentales es
importante no imponer nuestros deseos e intenciones en otras personas.
No obstante, desde la perspectiva de una cultura no occidental como en
los hablantes de China, la noción de cortesía tiene otro significado; como
sugiere Lakoff. Este punto será el eje de lo que describiremos más adelante
como la discrepancia entre la universalidad de ciertas teorías de cortesía en el
habla y el prestigio, aceptación, o rechazo que le dan ciertas comunidades
lingüísticas a estas “reglas” de cortesía en el habla.
2.2 El principio de cooperación de Grice
Uno de los principios de estrategias conversacionales que le abrió las
puertas a los estudios de cortesía en el habla constituye el llamado: “Principio
de cooperación.” De este principio regula cualquier interacción comunicativa
desarrollada entre participantes que se comportan de un modo racional. A
modo de resumen Grice (1975) divide su teoría en lo que él llama máximas y
se dividen en 4: 1) Máxima de cantidad: La información no debe ser ni más ni
menos informativa de lo que se requiere. 2) Máxima de calidad: La
27
contribución del hablante debe ser genuina. 3) Máxima de relevancia: El
hablante debe decir solo cosas que sean relevantes y apropiadas. 4) Máxima
de modo o manera: Se debe evitar la ambigüedad. Se debe ser claro (p. 47).
Estas máximas fueron diseñadas para ser aplicadas en cualquier
conversación. El propósito de estos principios fue entender los mecanismos de
conducta verbal entre seres humanos. Se supone que seguir estas máximas
desarrolla una mejor comunicación entre los participantes del intercambio verbal
y que el violar estas máximas provocaría un efecto dañino en la comunicación.
2.3 El modelo de Brown y Levinson
El modelo de Brown y Levinson (1987) sugiere que hay un patrón
universal de cortesía que los hablantes siguen. Las teorías que proponen
estos autores se basan en el principio de comunicación de Grice de que la
naturaleza de la comunicación tiene una intención especial diseñada para ser
reconocida por el que recibe la información.
Según Brown y Levinson, los seres humanos tienen una imagen pública
(face) que deben salvaguardar. El concepto de face o imagen se divide en dos
principios: la imagen negativa y la imagen positiva. La imagen negativa
representa el derecho de reclamar territorios y reservas personales. Por
ejemplo, la libertad de acción o la libertad de que no se le imponga algo a la
persona. Luego está la imagen positiva que consiste en un deseo de
aprobación (Brown y Levinson, 1987). Este deseo de aprobación es universal
según esta teoría y es el ingrediente principal de la imagen social.
28
De esta noción de imagen deriva lo que Brown y Levinson denominan
cortesía positiva y cortesía negativa. La cortesía positiva se orienta hacia la
imagen positiva de la persona. Por ejemplo, cumplidos, agradecimientos,
halagos, etc. La cortesía positiva implica que el hablante tiene metas similares
al oyente. Ahora, la cortesía negativa se da si hay una amenaza a la imagen.
Entonces, para defender esa imagen, se emplean estrategias corteses. La
cortesía positiva y la cortesía negativa tiene cada una estrategias que el
hablante ejecuta según las propuestas de Brown y Levinson.
Para los propósitos de este trabajo las estrategias de cortesía negativa
son las más pertinentes porque se relacionan con las estrategias que los
hablantes pueden usar para la atenuación de un acto de habla que podría
constituir una amenaza para la imagen del oyente. Una petición es por
excelencia un acto que pone en peligro la imagen del oyente según el principio
de imagen de Brown y Levinson. El hablante le está impidiendo la libertad de
acción al oyente al pedirle algo. Le está imponiendo algo. Por este motivo el
que pide debe realizar algún acto mitigador para suavizar su demanda.
Describiremos brevemente las estrategias de cortesía positiva pero
entraremos en más detalle en las estrategias de cortesía negativa porque son
las estrategias que nos ataña para esta investigación.
Estrategias de cortesía positiva: 1) Notar: decir algo para recibir atención
y aprobación del oyente 2) Exagerar: Decir un enunciado con una entonación
exagerada. Ej. “¡Qué lindo jardín tienes!”, 3) Intensificar el interés: Decir algo
para comunicar un interés común. Ej. Un anécdota vívida y animada. 4) Uso
29
de marcadores de identidad de grupo: Ej. Uso de jergas, 5) Búsqueda de
acuerdo común, 6) Evitar desacuerdos, 7) Presuponer/reafirmar una base
común: Ej. Chismes, 8) Bromas, 9) Presuponer el conocimiento del oyente,
10) Ofertas, promesas, 11) Ser optimista, 12) Incluir al hablante y al oyente en
la actividad: Ej. “Comamos una galleta”, 13) Dar o pedir razones: Ej. “¿Por qué
no vamos a la playa?”, 14) Asumir reciprocidad, y 15) Dar regalos: en forma de
objetos, entendimiento, cooperación etc.
Estrategias de cortesía negativa:
1) Sea indirecto: El hablante usa actos de habla indirectos en lugar de realizar
una demanda directa y explícita del oyente. Se emplean oraciones que tienen
un significado ambiguo. Por ejemplo: “Necesito un peine” en lugar de: “¿Me
pasas un peine?”
2) Cuestionar: Se basa en la premisa de no asumir que la persona será capaz de
hacer algo o que está dispuesta a hacerlo. Por ejemplo: “Hazme un favor,
¿puedes?”
3) Sea pesimista: Esta estrategia cuestiona si el acto de habla se puede realizar.
En español esto correspondería al uso del condicional simple como: “¿Podrías
hacer?” o “¿Harías tú...?” El hablante está cuestionando si el acto
verdaderamente se realizará. De aquí viene el pesimismo que Brown y
Levinson quieren señalar.
4) Minimizar la imposición: El hablante que emplea esta estrategia percibe que
hay un peligro de amenaza a la imagen del oyente y recurre a un minimizador
de la imposición. En español se emplea el uso del diminutivo para este
30
propósito. Una frase como: “¿Me haces un favor?” se puede mitigar con: “¿Me
haces un favorcito? ” En inglés la frase: “A Little” también cumple este
propósito. Por ejemplo: “Can I have a little cake?” es menos impositiva que:
“Can I have cake?”
5) Dar deferencia: Para minimizar la amenaza a la imagen del oyente también se
emplean recursos como la humildad o tratar al oyente como una persona que
está en un nivel superior. Para este propósito se pueden emplear términos
respetuosos como en el caso del español: “Señor” o “Señora.”
6) Disculparse: Una forma de expresar cortesía es a través de la disculpa. Brown
y Levinson dan algunas técnicas de disculpa como 1) Admitir el inconveniente
o la intromisión: “Sé que esto es un inconveniente pero…” 2) Indicar reacio:
“No quiero molestarlo, pero…” 3) Dar razones de peso: “No puedo pensar en
ninguna otra persona que pueda…” 4) Rogar perdón: “Espero que me perdone
si…”
7) La des-personificación del hablante y del oyente: Se evita usar los pronombres
personales tú y yo. En el caso de imperativos se evita el pronombre tú en la
mayoría de los idiomas. En español: “Tú, saca esa basura” se distingue
considerablemente de: “Saca esa basura.” La des-personificación del hablante
y del oyente también se puede realizar con verbos impersonales con frases
como: “Es necesario que …” en lugar de: “Necesito que…” También se
despersonaliza con la voz pasiva: “Se espera que…” en lugar de: “Yo espero
que…”. Más ejemplos de des-personificación del enunciado son: Con el
reemplazo de yo y tú por frases indefinidas como: “Uno no debe hacer esas
31
cosas” en lugar de: “Tú no debes hacer esas cosas.” Pluralización de tú y yo:
“Limpiemos esto”, en lugar de: “Limpia esto.”
8) Establecer el acto de amenaza a la imagen como una regla general: es una
manera de desasociar a los interlocutores del acto de amenaza a la imagen.
Se crea una distancia entre el que da el mensaje y el mensaje en sí. Por
ejemplo, la frase: “Los pasajeros no usarán el retrete en el tren” en lugar de:
“Usted no usará el retrete en el tren.”
9) Nominalizar: Se emplea la voz pasiva en frases como: “Se lamenta que no
podemos ayudarlo”.
10) Expresar una deuda hacia el oyente: El hablante le expresa al oyente que se
siente en deuda con éste con expresiones como: “Te estaré eternamente
agradecida si…” El hablante se pone en deuda de antemano por la dificultad
que le está planteando al oyente.
La idea principal de las teorías de Brown y Levinson de cortesía es que
algunos actos son amenazantes para la imagen y que por ende, requieren
suavización. También, como mencionamos al principio y recapitulamos, hay un
patrón universal de cortesía que los hablantes siguen.
2.4 Las máximas de Leech
Leech (1983) propuso un principio de cortesía que se lleva a cabo a
través de máximas. La base de los principios es lo que él llama la retórica
interpersonal. De esta retórica interpersonal derivan 3 principios: el principio de
cooperación el cual constituye el principio de cooperación original de Grice
32
(1975), el principio de cortesía y el principio de ironía. También tiene una
retórica textual. Para los propósitos de este trabajo es más relevante discutir la
retórica interpersonal ya que desarrolla máximas de cortesía en el habla. A
modo de resumen las máximas de Leech son la máxima de: 1) tacto, 2)
generosidad, 3) aprobación, 4) modestia, 5) acuerdo, y 6) simpatía.
La máxima de tacto se basa en la noción de aumentar el beneficio del
interlocutor. Leech da el siguiente ejemplo que refleja cómo funciona la máxima
de tacto la cual coloca a ciertos enunciados en una escala de beneficios y
costos. Un mandato como: “Pela las papas” caería en el lado de la escala
donde el oyente es el menos beneficiado. Inversamente, un imperativo como:
“Cómete otro emparedado” tiene un grado mayor de cortesía porque aunque
estos dos enunciados sean imperativos, el oyente se beneficiaría más de
comerse un emparedado que de pelar papas. Leech presenta una escala de
mandatos que aumenta de acuerdo al costo o beneficio que representen para el
oyente:
Cuadro 3. Escala de costo/beneficio de Leech (p. 107).
La noción de valores de esta escala también aplicaría a las reglas del
español de cortesía en donde tradicionalmente de la misma manera se trata de
33
dañar o perjudicar lo menos posible al oyente. La traducción de esta escala de
valores de menor a mayor imposición también encaja con el español y cumple el
mismo propósito: aumentar el beneficio del oyente si se intenta ser cortés (aun
con mandatos): (menos cortés) ⇒ pela las papas ⇒ pásame el periódico ⇒
siéntate ⇒ mira eso ⇒ disfruta de tus días festivos ⇒ cómete otro emparedado
(más cortés).
En síntesis, la máxima de tacto refleja lo que Leech llama la asimetría de
la cortesía. Esto quiere decir que lo que es cortés para el hablante podría ser
descortés para el oyente y viceversa. Como consecuencia, una persona saldrá
más beneficiada que la otra.
La máxima de generosidad busca minimizar el beneficio del hablante y
maximizar el costo de éste. Esta máxima se refleja en el siguiente ejemplo de
Leech: 1) “Me puedes prestar tu carro” (descortés), 2) “Te puedo prestar mi
carro”, 3) “Debes venir y cenar con nosotros”, 4) “Debemos venir y cenar
contigo” (descortés) (p. 133 ). Los ejemplos 2) y 3) son más corteses porque
implican un beneficio para el oyente y porque implican un costo para el
hablante. Sin embargo en 1) y 4) la relación entre el hablante y el oyente se
voltea. Ahora es el hablante quien se beneficia.
La máxima de aprobación busca minimizar el desprestigio del oyente y
maximizar su valor. Es una forma de halago hacia el oyente; pero es sincera,
señala Leech. La esencia de esta máxima es: “Evita decir cosas desagradables
de los demás, especialmente acerca del oyente.” Un enunciado como: “¡Qué
buena comida hiciste!” tiene un valor alto en la máxima de aprobación.
34
La máxima de modestia trata de minimizar el elogio de uno mismo y al
mismo tiempo maximizar el desprestigio de uno (descalificarse). El siguiente es
un ejemplo que provee Leech de esta máxima. En los siguientes enunciados se
refleja un grado mayor o menor de auto-descalificación o la falta total de auto-
aprecio; lo cual es una expresión de modestia. Esta modestia es a su vez una
demostración de cortesía según Leech (H: hablante, O: oyente):
1) H: “Fueron muy generosos con nosotros.” O: “Sí, ¿verdad?”
2) H: “Fuiste muy generoso con nosotros.” O: “Sí que lo fui ¿verdad?”
3) a. “¡Qué estúpido de mi parte!” b. “¡Qué inteligente de mi parte!”
4) a. “¡Qué estúpido de tu parte!” b. “¡Qué inteligente de tu parte!”
5) “Por favor, acepta este pequeño regalo como una muestra de nuestro aprecio.” 6) “Por favor, acepta este gran regalo como una muestra de nuestro aprecio.” (p.
136).
El ejemplo 1) demuestra que es aceptable estar de acuerdo con el halago
hacia otros mas no hacia uno mismo. El ejemplo 3.a demuestra cómo la auto-
descalificación es vista como algo benigno, aun cuando es una exageración
para un efecto cómico. En el ejemplo 5) la atenuación de la generosidad de una
persona es completamente normal y hasta convencional, según Leech, en
contraste con la exageración de la generosidad de alguna persona. En los
ejemplos 2 y 6 se viola la máxima de modestia la cual es cometer la
transgresión social de jactarse. Entonces, según Leech, el auto-halago es una
expresión de descortesía en el habla.
35
Con respecto a la máxima de acuerdo, Leech señala que hay una
tendencia de exagerar estar de acuerdo con otras personas y de mitigar los
desacuerdos.
Leech explica esta máxima con algunos segmentos de diálogos (H:
hablante, O: oyente)6:
1) H: “Fue una exhibición interesante, ¿verdad?”
O: “No, no fue muy interesante.”
2) H: “Un referéndum satisfará a todos.”
O: “Sí, definitivamente.”
3) H: “El inglés es una lengua difícil de aprender.”
O: “Es verdad, pero la gramática es muy fácil.”
4) H: “El libro está muy bien escrito.”
O: “Sí, está bien escrito en general; pero
hay algunos segmentos más bien aburridos. ¿No le parece?” (p. 138)
Los ejemplos 3) y 4) demuestran un desacuerdo parcial lo cual se
considera una mejor opción al desacuerdo total. Es posible que Leech sugiera
que los desacuerdos parciales son una muestra de cortesía ya que pudieran
prevenir conflictos y tensiones entre los partícipes de la conversación.
La mitigación de desacuerdos también es una herramienta para evitar
tensiones entre el hablante y el oyente como sucede en el ejemplo 4). En el
6 Los diálogos presentados son una traducción de los originales en la publicación Leech (1983) en inglés. La traducción fue realizada por Diana P. Harmon.
36
ejemplo 4) el oyente primero establece cierto acuerdo con el hablante con
respecto a su opinión sobre el libro al decir: “Sí, está bien escrito.” Luego acude
a la mitigación de su desacuerdo con el resto de su respuesta: “¿…pero hay
algunos segmentos más bien aburridos. ¿No le parece?”
Es interesante que el oyente en el ejemplo 4) incluso desplaza el peso del
desacuerdo hacia el hablante con la pregunta: “¿No le parece?” Esta última
parte de la respuesta del oyente, se podría decir, es la mitigación final de su
respuesta.
Si pudiéramos representar visualmente el ejemplo 4) tendríamos una
proyección como la siguiente:
Cuadro 4. Proyección de mitigación de desacuerdo.
En resumen, lo que sugiere Leech con esta máxima es encontrar un
balance entre nuestras opiniones y las opiniones de los oyentes. Durante este
Ø Hablante: “El libro está muy bien escrito.”
Ø Oyente:
(Desacuerdo Parcial) ⇓ “Sí, está bien escrito en general…” ⇓ (Mitigación de desacuerdo inicial) ⇓ “….pero hay algunos segmentos más bien aburridos” ⇓ (Mitigación de desacuerdo final) ⇓ “¿No le parece?”
37
proceso, se demuestra cortesía al evitar generar conflictos en la conversación
sea con 1) desacuerdos parciales o 2) mitigación de desacuerdos con el
oyente.
La última máxima de Leech es la de empatía. En esta máxima se
encuentran expresiones corteses como las felicitaciones y las condolencias.
No obstante, Leech sugiere que hay distintos grados de cortesía aun dentro de
estas máximas.
Estos dos ejemplos que describe Leech reflejan las sub-categorías de
cortesía a las cuales él se refiere:
1) “Siento mucho que tu gato se murió.”
2) “Siento mucho lo de tu gato” (pp. 138-139).
La última, según Leech, refleja más cortesía porque es más empática
que la primera. Esta observación de Leech es razonable si analizamos los dos
enunciados. La primera toca el tema de la muerte directamente. La segunda
mitiga el infortunio de la muerte del gato hasta cierto punto al no mencionar la
muerte abiertamente.
Las máximas de Leech abarcan los aspectos del delicado balance de
cortesía entre el hablante y el oyente. Tan solo una palabra como hemos visto
en la última máxima puede quebrantar ese balance frágil de cortesía y
descortesía en la conversación.
38
2.5 Tipología de Haverkate de cortesía en el habla
Haverkate (1994) expuso una tipología de cortesía. Propone dos
ramificaciones de cortesía: no lingüística y lingüística. La cortesía no
lingüística se divide a su vez en dos subclases: no paralingüística y
paralingüística. La cortesía no paralingüística se manifiesta con gestos. Por
ejemplo, inclinar la cabeza para dar a entender que estamos escuchando. La
cortesía paralingüística también se expresa con gestos; pero estos gestos
aparecen con signos verbales que desempeñan una función comunicativa
concomitante. Por ejemplo, saludar por medio de una expresión verbal
acompañada de un gesto.
Ahora bien, la cortesía lingüística se divide en dos subclases:
metalingüística y la no metalingüística. La cortesía metalingüística cumple dos
finalidades según Haverkate: establecer o mantener un contacto social
apreciable y observar las reglas de etiqueta conversacional. Se divide en la
comunicación fática y la etiqueta conversacional. La comunicación fática tiene
como función crear un ambiente de solidaridad para establecer una
conversación placentera. Por ejemplo, evitar silencios incómodos en la
conversación para que no surja una tención entre el hablante y el oyente.
Expresiones como: “Hace un buen día hoy” podrían cumplir esta función fática.
La etiqueta conversacional por su parte se compone de normas cuya
aplicación tienen como fin la organización racional del intercambio lingüístico
según Haverkate. Estas normas de respeto hacia los hablantes se pueden
asociar con máximas como las de Fraser y Nolen (1981) que se resumen a no
39
hablar gritando, no susurrar, no interrumpir y prestarle atención al hablante.
Por último, en la tipología de cortesía de Haverkate está la cortesía no
metalingüística; la cual tiene sus dos subclases también: macro, y micro-actos.
A un micro-nivel del acto de habla, la cortesía se manifiesta con
categorías lingüísticas como la selección de pronombres de tratamiento (tú o
usted en español), el uso del condicional o imperfecto de cortesía, etc. Al
macro-nivel del discurso la cortesía queda determinada por factores de
coherencia y relevancia durante interacciones. Por ejemplo, los actos
exhortativos como el siguiente segmento que presenta Haverkate: “Ah, veo que
te has cortado el pelo. Estás muy guapa así. A propósito, ¿tienes tiempo para
cuidar del bebé esta noche?” (p. 68). En este ejemplo es obvio el acto
exhortativo pero el hablante demuestra cortesía con un diálogo de mitigación
ante su petición.
Según Haverkate (1994), hay dos grandes grupos de actos de habla:
corteses y no corteses. Los actos corteses tienen dos subgrupos: 1. Los actos
expresivos: saludos, agradecimientos, cumplidos, etc. Estos actos expresan la
condición psicológica del hablante. El saludo tiene una función comunicativa
especial porque abre el canal de la comunicación. El cumplido por su parte
crea un ambiente de amabilidad. El agradecimiento puede ser verbal o no
verbal. 2. El segundo subgrupo de actos de habla corteses son: los actos
comisivos. Estos actos se definen como la expresión de la intención del
hablante de realizar en beneficio del oyente, la acción descrita por el contenido
proposicional (Haverkate 1994 ). La promesa y la invitación son ejemplos
40
prototípicos de los actos comisivos.
El segundo gran grupo de actos de habla son los actos de habla no
corteses. En este grupo se encuentra la aserción. El objetivo ilocutivo del acto
de habla asertivo debe definirse, según Haverkate, por la intención del
hablante de convencer al oyente de que él, el hablante, cree sinceramente que
la proposición expresada corresponde a un estado de cosas real. El último
subgrupo de esa categoría es la exhortación que a su vez se compone de
actos de habla directos o indirectos. Una exhortación directa sería por
ejemplo: “Cierra la puerta.” La exhortación indirecta, por ejemplo, sería un
enunciado como: “¿Está cerrada la puerta?” En esa exhortación hay una
característica que Haverkate llama la obviedad. Es confirmar lo obvio; que la
puerta está cerrada. Otro ejemplo de exhortación indirecta es un enunciado
como: “Está oscuro en este rincón.” Este tipo de exhortación refleja lo que
Haverkate llama la razonabilidad. Esta exhortación insta al oyente a que
encienda la luz.
2.6 Los elementos de una petición cortés en español
Las teorías que hemos mencionado juegan un papel significativo al
momento de realizar una petición. El acto de realizar una petición conlleva a la
fusión de una serie de elementos que formularán un enunciado para ejecutar
un pedido. En el caso de la cortesía en español, por lo general el peticionario
conjugará un verbo para realizar este pedido.
La persona que recibe la petición realizará un juicio pragmático basado
41
en todos los elementos lingüísticos que usó el peticionario para establecer su
demanda. El que realiza la petición está al tanto de este proceso pragma-
lingüístico y por eso planea a consciencia cómo va a formular su pedido, qué
verbo va a usar, o cuál otro mitigador; si lo necesita, añadirá al enunciado.
Fraser (1980), como mencionamos, se refiere a este proceso como “el
contrato de la conversación.” El “contrato” es una especie de entendimiento de
derechos y obligaciones por parte de cada persona que participa en la
conversación. Esta negociación de derechos y obligaciones se manifiesta de
diversas maneras. Por ejemplo, como sugiere Fraser, en una conversación se
podría negociar como primera medida si se va a usar el nombre de pila del
individuo o el apellido.
En el caso de las peticiones en español también se ha formulado un
entendimiento de qué elementos se emplearán para realizar una petición que
sea cortés.
Como ha señalado Haverkate (1994), hay una correlación entre la
cortesía y los actos de habla. Según su explicación, hay ciertos factores que
gobiernan la cortesía en el habla como las relaciones de poder entre el
hablante y el oyente. También interfiere el grado de imposición de la petición.
La correlación entre la cortesía y los actos de habla según Haverkate se
resume a los siguientes parámetros: I. La cortesía aumenta en la medida en
que es mayor la distancia entre el hablante y el oyente. II. La cortesía aumenta
en la medida en que es mayor el poder del oyente sobre el hablante. III. La
cortesía aumenta en la medida en que es mayor el grado de imposición. (p.
42
40).
Si analizamos estos tres parámetros de Haverkate, podemos ver cómo
se relacionan con lo que constituye una petición cortés en el habla
convencional en español. El tipo de petición a la cual nos referimos es la
petición directa con un verbo conjugado. Por ejemplo: “¿Podrías darme un
chocolate por favor?”
En la petición directa “¿Podrías darme un chocolate por favor?”, el verbo
“poder” conjugado en condicional simple es la estrategia que el hablante
emplea para ser cortés además del mitigador adicional “por favor.”
El primer punto de Haverkate, la cortesía aumenta en la medida en que
es mayor la distancia entre el hablante y el oyente, se refleja en español con el
uso de tiempos verbales como el condicional simple, el imperfecto de
indicativo y el imperfecto de subjuntivo. A modo de resumen describimos la
función clave de ciertos tiempos o modos verbales en la marcación de
distancia entre el hablante y el oyente; lo cual es una expresión de cortesía en
el habla convencional.
El condicional, según Haverkate, le permite al hablante situar
metafóricamente la situación referida a un espacio temporal diferente del
momento del acto. Haverkate señala que: “En los actos de habla asertivos, la
manipulación de la coordenada de tiempo del centro deíctico se efectúa
fundamentalmente mediante el empleo del condicional” (p. 141).
Las peticiones caen en la categoría de actos exhortativos porque
constituyen una amenaza a la imagen del interlocutor, según Haverkate. Una
43
petición como: “¿Podrías ayudarme a limpiar la casa?” mueve la demanda de
un presente inmediato a una posibilidad en un futuro cercano.
Otros tiempos verbales usados para demarcar la distancia temporal
entre el hablante y el oyente son: el imperfecto de indicativo el cual coloca la
demanda en el pasado (“Quería pedirte un favor” en lugar de “Quiero pedirte
un favor”) y el imperfecto de subjuntivo, que coloca la demanda en un futuro
hipotético lejano (“¿Pudieras hacerme un favor?” en lugar de “¿Puedes
hacerme un favor?”). Daremos más detalles de estos tiempos y modos
verbales y sus funciones en el habla cortés en el siguiente capítulo de esta
investigación.
El segundo punto de Haverkate, la cortesía aumenta en la medida en
que es mayor el poder del oyente sobre el hablante, se ve reflejado en los
diálogos donde hay una relación desequilibrada de poder entre el hablante y el
oyente. Por ejemplo, una interacción entre una figura de autoridad como un
oficial de la policía y un ciudadano común y corriente por lo regular sería un
ejemplo de desigualdad de poder entre los partícipes de la conversación. En
un contexto como éste, el hablante haría un esfuerzo por ser más cortés al
hacerle una petición a esta figura de autoridad que al hacerle una petición a su
compañero de clases.
No obstante, el lugar donde se realiza la petición también podría tener
algún efecto en el nivel de cortesía entre hablantes aun cuando la relación de
poder es desbalanceada entre estos. Un empleado podría ser menos cortés
con su jefe al hacerle una petición en un café que si hiciera una petición en la
44
oficina para un asunto importante. Esta variable la tomaremos en cuenta en el
análisis de las peticiones de los participantes de esta investigación.
Por ahora nos enfocamos en el hecho de que las relaciones de poder
pudieran influenciar el nivel de cortesía en las peticiones de los hablantes
cuando hay un desbalance de dicho poder entre los participantes del diálogo.
El tercer punto de Haverkate, la cortesía aumenta en la medida en que
es mayor el grado de imposición, se ve reflejada en una petición como: 1)
“¿Podrías cuidarme los niños mañana por favorcito?” en oposición a: 2) “¿Me
puedes pasar el lápiz por favor?” La imposición de cuidar los niños es más
pesada que una simple petición por un lápiz. En la primera petición el hablante
recurriría a distanciarse temporalmente del oyente para colocar su demanda
en otro espacio metafórico. Esto lo realiza con el uso del condicional simple
dándole al oyente una opción de posibilidades para escoger poder o no poder
satisfacer la demanda en un momento dado. Además, emplea el diminutivo
“favorcito” lo cual es otra estrategia de cortesía minimizando la demanda lo
más posible y haciéndola parecer menos impositiva. También dedicaremos
una sección de esta investigación para describir el papel de los diminutivos en
la cortesía.
En la segunda petición el hablante recurre a usar el presente simple
porque no considera que la petición es una demanda abrumadora y no tiene la
necesidad de separase temporalmente del oyente. Tampoco se molesta en
minimizar “por favor” para mitigar su demanda porque no la considera
45
sumamente impositiva. Por ende, el grado de imposición afecta el juicio del
peticionario para realizar su demanda.
2.7 La mitigación de demandas
Si el hablante quiere ser cortés, según las teorías de Brown y Levinson
(1987), evitará actos de habla que perjudiquen la imagen del oyente. Esto es
particularmente importante al momento de realizar una petición ya que el
oyente es quien será el menos beneficiado en la realización de la demanda.
Para mitigar el peso de la demanda que el hablante le está imponiendo al
oyente, éste recurrirá a estrategias que mitiguen o suavicen el pedido.
Según Fraser (1980), la mitigación no es un acto de habla particular
mas es la modificación de un acto de habla para reducir ciertos efectos
desagradables o negativos que recaen en el destinatario. Durante una petición
es inevitable que el interlocutor sea perjudicado de alguna manera. Por lo
tanto, el hablante cortés empleará a consciencia algún tipo de mitigación para
limar asperezas entre él y el oyente.
Fraser define varios tipos de mitigación los cuales realizan un propósito
específico para el hablante. Estos dos tipos son: 1) la mitigación de auto-
servicio o auto-beneficio para el hablante (self-serving) y 2) la mitigación
altruista.
La mitigación de auto-servicio considera los efectos que una imposición
desagradable podría tener en el oyente. Este tipo de mitigación intenta atenuar
la reacción del oyente sobre el hablante. Lo más importante para el
46
peticionario es tratar de controlar la energía negativa del oyente. El hablante
tiene en consideración la reacción del oyente; pero mitiga más que todo por
salvaguardarse a sí mismo. Por ejemplo, un jefe le quiere pedir a un empleado
que trabaje horas extras esta semana. Para ejercer ese tipo de mitigación,
podría realizar una petición como: “Siento mucho pedirte esto pero, ¿podrías
quedarte unas horitas más el viernes?” La introducción del pedido: “Siento
mucho pedirte esto pero…” acompañada del diminutivo “horitas” en lugar de
“horas” se emplean para mitigar la reacción negativa del oyente sobre el
peticionario. Por lo tanto, como sugiere Fraser, el fin del peticionario es
salvaguardarse a sí mismo.
Otra clase de mitigación de auto-servicio según Fraser es la mitigación
de tipo “get off the hook” (salvarse el pellejo). Un escenario de este tipo de
mitigación sería: “Qué pena con usted, pero se acabaron los cupos. ¿Podría
volver el semestre que viene?” Éste es un escenario hipotético de una
universidad. El representante de la universidad desplaza “la culpa” del
infortunio hacia la institución. Primero se disculpa con una estrategia de
empatía: “Qué pena con usted pero…” después emplea una oración
impersonal “se acabaron los cupos.” Con estas estrategias mitigadoras el
hablante proyecta el infortunio hacia un elemento externo y se quita el peso de
encima (salvar el pellejo).
Estos mitigadores emplean las estrategias de cortesía negativa de
Brown y Levinson de minimizar la imposición, disculparse y la des-
personificación del hablante con oraciones impersonales como: “Se acabaron
47
los cupos” en lugar de: “No hay cupos porque (yo) los repartí todos”.
El segundo tipo de mitigación que describe Fraser es lo que él llama la
mitigación “altruista.” En este tipo de mitigación el hablante tiene como fin
primario suavizar su acto de habla por el efecto que podría tener en el oyente.
Es decir, el oyente es la primera prioridad. En una petición podríamos aplicar
esta noción altruista de Fraser con un pedido como: “Lamento mucho
molestarte pero, ¿pudieras ayudarme con mi tarea de matemáticas?” En un
caso como éste, el hablante manifiesta la imposición que le está haciendo al
oyente aclarando que está molestando. Luego mitiga aun más su demanda
con el imperfecto de subjuntivo como verbo principal en la petición directa
creando el espacio temporal más amplio que se puede trazar entre un
hablante y un oyente. El imperfecto de subjuntivo que describiremos en la
siguiente sección de esta investigación, tiene el efecto de separación temporal
más eficaz al colocar la demanda en un futuro hipotético y remoto el cual cae
bajo el control completo del oyente.
En una petición con la intención primaria de implementar cortesía
podríamos concluir que el peticionario tiene un gran interés por emplear la
mitigación de tipo altruista (salvaguardar la imagen del oyente) porque el
peticionario quiere imponer lo menos posible y necesita suavizar el impacto de
esa imposición.
El peticionario sabe que es el oyente quien resulta perjudicado con la
realización de la demanda. Entonces, coloca al oyente en un lugar seguro
para minimizar el daño. A continuación describiremos algunos recursos
48
mitigadores que emplean los peticionarios con frecuencia.
2.7.1 El diminutivo en el habla cortés
Minimizar la imposición es una de las estrategias de cortesía negativa
de Brown y Levinson (1987). Un gran mitigador en la realización de demandas
en español es el uso de diminutivos.
El empleo de diminutivos, según algunos estudios de la cortesía en hispanohablantes que presentaremos tiene dos funciones: 1) Mitigar la
imposición de una demanda y 2) Denotar un tono afectivo del peticionario
hacia el oyente al momento de realizar la demanda: “Mijita, ¿no tiene papel
higiénico?” (Placencia, 1998). Esta segunda función del diminutivo también
tiene un papel mitigador pero su connotación es más bien afectiva para
señalar que hay confianza y cercanía entre el peticionario y el oyente.
En los estudios que presentaremos también se reportó que se empleó el
diminutivo cuando se pedía algo pequeño o cantidades pequeñas de
elementos que se pueden medir o pesar como agua o leche. Es posible,
teorizamos, que el peticionario intente minimizar las cantidades que pide para
que la demanda sea menos abrumadora.
El siguiente es un cuadro resumen de algunos ejemplos del empleo de
diminutivos en peticiones que presentaron los investigadores de las muestras
de sus participantes. Algunos de estos estudios compararon las peticiones de
países de habla hispana con países angloparlantes. Otros compararon las
peticiones solo de hablantes de países hispanohablantes.
49
Cuadro 5. Estudios específicos de peticiones en el habla cortés: ejemplos del uso de diminutivos.
Placencia (1998)
Ecuador versus España (Quito versus Madrid)
uso del diminutivo “-ito”
Usos: (ecuatorianos)
Ø Mitigación: “Señorita buenos días, ¿me podría prestar un ratito su teléfono?
Ø Afectivo: “Mijita, ¿no tiene papel higiénico?” (españoles)
Ø Afectivo: “Borra eso Lolita cariño” (pp. 84-85)
Márquez (2000)
Uruguay versus Gran Bretaña
(español de Uruguay e inglés británico)
uso del diminutivo “-ito”
Usos: (uruguayos)
Ø Mitigación: “Atendeme el teléfono por un minutito y decí que vuelvo enseguida”
Ø Mitigación con intención de minimizar el objeto:
“Che, ¿no me das un vasito con agua?” “Dame un poquito de leche para el café” (británicos) ---no emplearon diminutivos--- (p. 137)
Félix-Brasdefer (2005)
México
(Ciudad de México) uso del diminutivo “-ito”
Usos:
Ø Mitigación:
“Préstame tus apuntes tantito…” (p. 233)
50
En algunos ejemplos de estos estudios particulares se usaron
diminutivos no solo para minimizar el objeto que se está pidiendo (vasito,
minutito); mas también se usaron diminutivos para minimizar adverbios como
“poquito.” El hablante es quien realiza un juicio en cuanto a cuál elemento de la
petición decide minimizar para mitigar su demanda.
Un detalle importante es que en el estudio de hablantes mexicanos de
Félix- Brasdefer (2005), los hablantes emplearon diminutivos en peticiones con
imperativo; como lo demuestra la petición de un mexicano en la sección de su
estudio de peticiones directas: “Préstame tus apuntes tantito…” (p. 233).
Félix- Brasdefer realizó peticiones basadas en tres métodos:
simulaciones, cuestionarios escritos y discurso natural. En cuanto a los
diminutivos empleados conjuntamente con mandatos, Félix- Brasdefer añade lo
siguiente:
Como muestran los ejemplos…los tres métodos produjeron peticiones
directas similares mediante un verbo en imperativo. Es importante hacer
notar que las peticiones directas generalmente se vieron acompañadas
de elementos atenuadores que suavizan los efectos impositivos de la
petición y protegen la imagen positiva del interlocutor… (2005, p. 233).
51
Es posible que los hablantes empleen diminutivos al tratarse de
peticiones en forma de mandato para mitigar su demanda ya que el imperativo
tradicionalmente es descortés en la cortesía convencional del español.
Entonces, lógicamente, se recurre a un elemento minimizante que disfrace el
mandato al pedir algo o que lo haga parecer menos intimidante.
Se ha reportado el uso de diminutivos en el habla cortés de las mujeres.
Fontanella (1962) estudió el diminutivo en el habla de Bogotá. En este estudio
las mujeres mayores usaron más el diminutivo que las mujeres jóvenes;
probablemente porque en épocas pasadas se hablaba en un ambiente de
cortesía propio de las pequeñas poblaciones.
En cuanto a la ciudad de Barranquilla, a saber y como hemos
mencionado, no se ha realizado un estudio sistemático y cuantitativo
específico de peticiones en el cual podamos apoyarnos. No obstante,
logramos extraer unos cuantos ejemplos de unas muestras del habla cortés de
Barranquilla en el trabajo de Morales, Morales, E., Torres, y Vega (2004). En
estas muestras encontramos algunos ejemplos breves del uso de los
diminutivos en las peticiones de barranquilleros. Morales, Morales, E., Torres,
y Vega realizaron un estudio del habla de Barranquilla en el cual investigaron
los fenómenos inter-enunciativos en grabaciones de conversaciones
espontáneas. En algunos segmentos de las entrevistas los participantes
realizan peticiones y usan diminutivos: “Mira hazme un favorcito, querido
amigo…” (p. 205).
En esta muestra el peticionario mitiga la imposición con “favorcito” en
52
lugar de “favor.” También añade el elemento “querido amigo” para mitigar la
imposición. Llama la atención que el hablante emplea un imperativo para
realizar su petición. Al estar consciente de que está pidiendo con un mandato,
añade todos los mitigadores que puede para realizar su petición.
En la siguiente muestra de este estudio particular del habla de
Barranquilla el peticionario minimiza el objeto que pide para empequeñecer,
como mencionamos antes, y hacer que la demanda parezca menos
abrumadora:
A: ¿De sesenta pesos qué jabón tienes?
B: ¿De sesenta barras?
A: De cincuenta. Uno azul que hay ahora de…
B: Hay es d’este vea.
A: No, uno larguito que hay azul de…
B: ¿Éste?
A: Nombe, ¿ése a cómo es?
B: Éste es a ochenta y cinco… (Morales, Morales, E., Torres, y Vega, 2004, p.
207).
En este intercambio el peticionario está al tanto de que no tienen el
jabón azul que está buscando. Al darse cuenta de que lo que pide es un tanto
difícil de obtener, minimiza el objeto (“uno larguito”) para que parezca menos
impositivo. Por consiguiente, el diminutivo es un arma eficaz para atenuar
53
demandas.
2.7.2. La disculpa en el habla cortés y las peticiones Otro gran mitigador que se emplea frecuentemente en las peticiones es
el uso de disculpas en la realización de demandas. Disculparse también
conforma parte de la cortesía negativa de Brown y Levinson (1987). La
disculpa es empleada antes de realizar la petición porque el hablante sabe
que cometerá la infracción de traspasar el espacio personal de su interlocutor.
Entonces, decide preparar el terreno para establecer su demanda. Según
Haverkate (1994):
El hablante que se disculpa realiza un acto de habla expresivo cuyo
objeto ilocutivo es dar a conocer al interlocutor que se ha violado cierta
norma social y que él, es decir, el hablante, se cree, al menos
parcialmente, responsable de haber ocasionado dicha violación (p. 97).
En el caso de las peticiones el hablante aun no ha cometido la
trasgresión social de la imposición ni ha violado ninguna otra norma de
etiqueta de comportamiento social mas tiene la consciencia de que en un
futuro casi inmediato lo hará al pedirle algo a su interlocutor. Por eso recurre a
esta estrategia mitigadora de antemano y prepara el escenario de su
imposición. Goffman (1971) señala que al realizar una petición, el peticionario
está prácticamente pidiendo permiso para violar los derechos del interlocutor.
54
Un ejemplo que refleja esta observación de Goffman podría ser: “Perdón,
¿puedo hacerte una pregunta personal?” El hablante sabe a consciencia que
está violando el espacio personal de su oyente al pedir información de su vida
personal. Está violando su derecho a la privacidad y trata de mitigar la
intromisión con una disculpa antes de inmiscuirse en la vida personal del
interlocutor.
Brown y Levinson (1987) describen estrategias de disculpa en el habla
cortés. Algunas de estas estrategias no son disculpas directas explícitas. Son
más bien frases preparatorias que establecen el terreno de una petición con la
intención intrínseca de disculparse de antemano por la amenaza a la imagen
del oyente. Funcionan como un tipo de anestesia para atenuar la reacción del
oyente ante lo que se le va a pedir.
No obstante, en esta lista de estrategias sí se presenta la estrategia
directa de disculparse explícitamente; lo cual es muy común en la introducción
de peticiones en muchos dialectos del español. Para tener un mejor
entendimiento de las estrategias de disculpas de Brown y Levinson las
describimos:
1) Admitir la intromisión o el efecto de la intromisión en el interlocutor:
Según Brown y Levinson en esta estrategia el hablante admite que está cometiendo un acto que amenaza la imagen del interlocutor. Adaptamos los
ejemplos del inglés de Brown y Levinson al español. Los ejemplos de esta
estrategia en el habla cortés en español que precederían una petición serían:
55
“Sé que estás ocupado pero…”, “Me gustaría pedirte un gran favor”, “Espero que
esto no te moleste…”.
2) La segunda estrategia es indicar reacio o resistencia a hacer algo. El hablante
demuestra que siente un rechazo ante la intromisión: “Normalmente no te
pediría esto, pero…”, “No quiero molestarte pero…”, “Odio molestarte pero…”
3) Dar razones de peso: El hablante establece que tiene razones de peso para
amenazar la imagen del oyente. Por ejemplo, sugieren Brown y Levinson,
reconocer la capacidad del interlocutor de hacer algo que el peticionario no
puede realizar: “No puedo pensar en otra persona que podría…” (solo tú me
puedes sacar del problema).
4) Pedir perdón: La última estrategia que proponen Brown y Levinson es
pedir perdón o disculpas explícitas: “Disculpe pero…”, “Siento
molestarte…”, “Por favor, perdóname si…”
En el habla de Colombia un mitigador muy común que precede una
petición es la frase “Qué pena.” Muñoz-Basols y Lacorte (2018) hicieron una
observación muy acertada de esta característica del habla cortés colombiana:
Existen diferencias en el mundo hispanohablante en el uso de
formulismos o expresiones propias de la cortesía verbal. Por ejemplo, en
Bogotá (Colombia) es habitual escuchar las expresiones ¡Qué pena! o
¡Me da pena con usted! para llamar la atención de alguien en la calle y
preguntarle la hora, o cómo se llega a un lugar (p.178 ).
56
La disculpa además de ser un elemento mitigador, también juega un
papel de llamar la atención del oyente; como lo mencionan Muñoz y Lacorte.
En síntesis, la disculpa en las peticiones se emplea para 1) preparar el
terreno de la posible amenaza a la imagen del interlocutor como lo señalan las
estrategias de Brown y Levinson o 2) para llamar la atención del oyente y
presentar la petición.
2.7.3 Tiempos y modos verbales
Los peticionarios emplean los tiempos verbales que hemos mencionado
(condicional simple, imperfecto de indicativo, imperfecto de subjuntivo) para
trasladar la petición a un lugar lejos del presente inmediato. En el siguiente
capítulo describiremos el efecto mitigador de estos tiempos verbales para
implementar cortesía.
2.7.4 Otros recursos mitigadores Además de los diminutivos y las disculpas al momento de realizar una petición en español, se encuentra el mitigador léxico clásico “por favor” y otras frases post-peticionarias como: “Si eres tan amable”, “Si no es molestia”, etc. También actúan como mitigadores las partículas interrogativas que le siguen a una petición como aquellas con imperativos para atenuar el mandato: “Limpia eso, ¿si?” En el siguiente cuadro resumimos la estructura de mitigación que
57
proponemos y que abarcaría los tipos de mitigación que hemos presentado. Cuadro 6. Ejemplos de tipo de mitigación.
El hablante cortés, por ende, se valdrá de los recursos que considere
necesario para alivianar su demanda y hacer que su petición parezca lo menos abrumadora posible en la cortesía convencional.
Generalmente, como hemos visto, los hablantes que intentan ser corteses
siguen la proyección de 1) la preparación de la demanda o mitigación pre- peticionaria con algún elemento atenuador como una frase preparatoria o disculpa explícita. 2) Luego prosiguen con algún tipo de mitigación interna como diminutivos o tiempos verbales complejos y 3) culminan con un recurso
post-peticionario como el mitigador léxico “Por favor” o alguna partícula
Mitigación pre-peticionaria
⇒ (preparación del terreno de
la demanda)
Mitigación interna
⇒
Mitigación post–
peticionaria
Ejemplos:
Estrategias de Brown y
Levinson:
§ -Disculpas implícitas
(frases preparatorias)
-Disculpas explícitas
Ejemplos:
§ -Diminutivos,
§ -Tiempos y modos
verbales complejos: el
condicional simple, el
imperfecto, etc.
Ejemplos:
§ -Frases post-
peticionarias: “Por
favor”, “Si eres tan
amable”
§ -Partículas
interrogativas:
“Dámelo, ¿si?”
“Qué pena molestarlo pero,
⇒
¿podría darme una ayudadita?
⇒
si es tan amable”
58
interrogativa al final del enunciado para cerrar su petición. Este proceso suele
ser a consciencia por parte del hablante para suavizar la imposición que le hace
a su interlocutor.
En el siguiente capítulo de la investigación se analizará la cortesía en el
habla tradicional versus la cortesía interpretada por ciertas comunidades
lingüísticas.
59
3. LA CORTESÍA ORAL CONVENCIONAL VERSUS LA CORTESÍA INTERPRETADA POR CIERTAS COMUNIDADES LINGÜÍSTICAS.
La cortesía convencional sugiere el empleo de ciertas estrategias para
implementar cortesía las cuales han sido adoptadas por algunos grupos
lingüísticos como “la norma” o la forma tradicional. Entre estas estrategias se
encuentran la noción del contrato de conversación de Fraser (1980), las
convenciones de la Real Academia Española y las teorías del empleo de
ciertos tiempos y modos verbales en el habla cortés por su efecto mitigador:
Haverkate (1990, 1994, 2002) y Alarcos Llorach (1978). También se encuentra
el modelo de Brown y Levinson (1987) y su empleo en la cortesía
convencional. Estas nociones y conceptos de cortesía convencional o
tradicional se contraponen a la interpretación o percepción de cortesía de
ciertos grupos lingüísticos. Factores como la sociedad y la cultura así como
patrones lingüísticos propios de una comunidad influyen en la percepción de
cortesía. Un número de lingüistas ha realizado estudios sobre la variación
cultural y socio-pragmática en la cortesía; lo cual establece un argumento ante
la noción universal de imagen (face) que el modelo de Brown y Levinson
predica: Nwoye (1992), Mao (1994), Blum-Kulka & House (1989), Boretti
(2003), Katriel (1986), Curcó y De Fina (2002), Placencia (1998) y Britz (2005).
60
3.1 La cortesía convencional
La cortesía convencional corresponde a las estrategias que los
hablantes emplean tradicionalmente para implementar cortesía.
Describiremos las convenciones que se emplean en el habla cortés en
español para ejemplificar el concepto de cortesía oral convencional o cortesía
tradicional.
La noción del “contrato de la conversación” de Fraser (1980), como
hemos mencionado, implica un entendimiento de derechos y obligaciones por
parte de cada persona que participa en la conversación. En el caso del
español, este entendimiento ha creado lo que podríamos llamar una jerarquía
de tiempos o modos verbales que los hablantes consideran corteses o
descorteses. Este favorecimiento o prestigio que se le ha dado a ciertos
tiempos o modos verbales conjuntamente con otros elementos como los
mitigadores que hemos mencionado, constituye lo que se entiende o lo que
los hablantes han adoptado como la cortesía oral convencional. De hecho, la
Real Academia Española describe un tiempo verbal llamado “el condicional de
atenuación” o “el condicional de cortesía” que según la academia, se emplea
para sugerir cortesía.
En esta jerarquía de tiempos y modos verbales el imperativo por lo
general ocupa el lugar más bajo de cortesía en el habla y tiempos como el
condicional simple o el imperfecto de subjuntivo ocupan el nivel más alto en la
cortesía convencional.
No obstante, bajo ciertos contextos el mandato pudiera ser aceptable en
61
una petición tomando en cuenta la gran gama de mandatos que se pueden
formular en español y su interpretación pragmática. Haverkate (1994) explica
la distinción pragmática en un ejemplo breve de dos clases de mandatos en
estos dos enunciados: “Apaga la luz, ¿quieres? “ versus ¡Venga, apaga esa
luz! (p. 167). El primero tiene una connotación menos amenazante siendo casi
un ruego. El segundo en el cual se establece una relación de poder, la
petición alcanza otro matiz.
Sin embargo, la petición en forma de mandato; y en especial, el
mandato sin mitigación, generalmente no es favorecida según los
convencionalismos de la cortesía en español. Haverkate (1994) afirma lo
siguiente en cuanto a tiempos verbales como el condicional y también en
cuanto al imperfecto cuando se trata del habla cortés: “En el micronivel del acto
de habla, la cortesía se manifiesta a través de una variedad de categorías
lingüísticas: selección de pronombres de tratamiento, uso del condicional o
imperfecto de cortesía, realización indirecta del acto de habla etc” (p. 68).
Por ende, el condicional simple se emplearía por lo regular para sugerir
cortesía en lugar de un mandato. En otras palabras, tradicionalmente en
español no se demanda un favor; se pide cordialmente. Esta cordialidad se
manifiesta en forma de mitigadores: disculpas, diminutivos, frases posteriores a
la petición y tiempos o modos verbales complejos; entre otros elementos.
Ya hemos analizado los efectos mitigadores del diminutivo, de las
disculpas, y de las frases mitigadoras en las secciones anteriores. Ahora
describiremos el factor mitigador de los tiempos y modos verbales en la
62
petición cortés en español.
3.1.1 El condicional de cortesía
El condicional simple se emplea a menudo para expresar deseos o
sugerencias con la intención de ser cortés: “Me gustaría que vinieras a mi casa”;
lo cual es solo un disfraz para ocultar las verdaderas intenciones del hablante:
“Quiero que vengas a mi casa.”
Este tiempo verbal le permite al peticionario establecerle un escenario de
posibilidad/imposibilidad a su interlocutor. Según Haverkate (1994), el
condicional se da en un mundo posible donde ocurren dos situaciones:
1) Situaciones que no son reales y que no pueden convertirse en realidad.
2) Situaciones que no son reales, pero que pueden convertirse en realidad.
(p. 142).
Haverkate sintetiza esta idea con lo que él llama: la escala “realis-irrealis”;
la cual asciende de acciones concretas reales a acciones irreales posibles:
real⇒probable⇒posible⇒irreal (p. 26). El oyente tiene la última palabra en
cuanto a hacer que este estado de cosas irreales se materialice. Por este motivo
el condicional se correlaciona muy a menudo con la cortesía. Le da al oyente
autonomía para decidir si concretará lo irreal a real.
Este atributo del condicional se relaciona con la regla de cortesía #2 de
Lakoff (1973) que hemos señalado: Dar opciones. Con esta libertad que se le da
al interlocutor se aleja la petición de una inmediatez descortés.
En el empleo del condicional en el habla cortés, verbos modales como
63
“poder” tienen un papel protagónico en el establecimiento del escenario de
posibilidades para el interlocutor en una petición. Señala Haverkate (1990): “the
conditional serves as a grammatical device to reinforce the lexical meaning of the
modal verb” (el condicional sirve como un mecanismo gramatical para fortalecer
el significado léxico del verbo modal) (p. 114).
El verbo “ser” conjugado en condicional simple también actúa como un
mitigador común en las peticiones en el establecimiento de la
posibilidad/imposibilidad de una demanda. Es a menudo acompañado de la
frase mitigadora interna: “Tan amable”: “¿Serías tan amable de ayudarme con la
tarea? En este tipo de petición el peticionario le presenta una situación hipotética
al interlocutor de “poder ser” el facilitador tangible de la demanda, de “ser” él, el
interlocutor, quien que lleve a cabo la acción si lo desea. En resumen, el
condicional simple es un tiempo verbal eficaz en la estrategia de mitigación de la
demanda.
3.1.2 El imperfecto
El imperfecto; y en especial, el imperfecto de subjuntivo, también se
asocia a la cortesía oral por su calidad altamente eficiente de distanciador
temporal entre el hablante y el oyente. Alarcos Llorach (1978) dice lo siguiente
en cuanto al empleo del imperfecto en el habla cortés:
La perspectiva de alejamiento común a todos los pasados (en cualquier
modo) explica los usos llamados de ‘modestia’ o ‘cortesía’: ‘quería pedirte
64
un favor’ (en lugar de quiero), donde el hablante se ‘aleja’ por cortesía del
hecho objetivo, su propio ‘querer’... (p. 118).
Con el imperfecto de indicativo la petición se traslada a un pasado, a
algo que se deseaba en algún momento dado. En el esfuerzo por
salvaguardar la imagen del oyente, el hablante recurre a esta estrategia para
evitar colocar su demanda en un presente inmediato.
Ahora bien, el imperfecto de subjuntivo crea un espacio temporal aún
más extenso entre el hablante y el oyente. Según Haverkate (2002), este tipo
de espacio es estratégico y tridimensional. Es decir, se está creando un
espacio más amplio de posibilidades para la navegación temporal.
En una petición como la siguiente, podríamos ver la manipulación
temporal que cumple el imperfecto de subjuntivo en combinación con el
condicional simple en contraste con una petición solo con el condicional
simple:
a. “¿Me ayudarías a limpiar la casa?, estoy cansada.”
b. “¿Sería posible que me ayudaras a limpiar la casa?, estoy cansada.”
En la primera petición (a), se establece un escenario de
posibilidad/imposibilidad en un futuro cercano solo con el empleo del
condicional simple. En la segunda petición (b), se establece un escenario dual
de posibilidades con el condicional simple y con el imperfecto de subjuntivo
para atenuar aún más la demanda. El imperfecto de subjuntivo coloca a la
demanda en un futuro hipotético y remoto que se pudiera realizar si el
65
interlocutor lo permite. El establecimiento de la demanda con el imperfecto de
subjuntivo pasa a un plano de posibilidades ideal y sumamente abstracto
creando la manipulación del centro deíctico más eficiente en una petición.
3.1.3 El imperativo
Es una tendencia en la cortesía tradicional del español el demonizar un
mandato y categorizarlo como una demostración de falta de consideración hacia
la imagen del interlocutor. No obstante, la interpretación pragmática del
imperativo le puede dar otro significado a un mandato. Hay ciertas variables a
tomar en consideración antes de calificar un imperativo como cortés o descortés.
Entre estas variables se encuentran:
1) El uso de mitigadores después del mandato. 3) Las relaciones de poder entre el hablante y el oyente. 4) El lugar y la situación del diálogo entre el hablante y el oyente. 5) Los elementos socio-culturales y socio-lingüísticos que se relacionan con la petición con mandato.
La petición, por ejemplo: “Recoge tus cositas mijita” se distingue de
“recoge tus cosas” en cuanto al uso mitigador de los diminutivos “cositas” y
“mijita.” La minimización del objeto medible “cositas” y el empleo afectivo del
diminutivo “mijita” le da a ese mandato un carácter más cortés.
Las relaciones de poder y el lugar de la petición también influencian la
interpretación pragmática de una petición en forma de mandato. Un mandato
para pedirle algo a un amigo pudiera interpretarse como una señal de confianza
66
y de hermandad. Por otro lado, un mandato al jefe de la compañía se podría
interpretar como una descortesía por parte de un empleado si no se ha
establecido una relación de confianza entre ellos.
Asimismo un mandato de un empleado al jefe en un café no se
interpretaría como descortés si la situación lo amerita. Inversamente, si ese
mismo empleado realiza un mandato en medio de una reunión de trabajo en una
conferencia, puede interpretarse como una descortesía por parte de un
subordinado.
La interpretación pragmática del mandato: “Haz esto” alcanza otro matiz
cuando se le añade el pronombre personal tú antes del verbo: “Tú, haz esto.”
En la cortesía convencional ambos enunciados tienen una connotación
descortés. Sin embargo, el interlocutor pudiera percibir el mandato con el
pronombre tú como una orden autoritaria con intención de subordinar por parte
del que formula este enunciado.
Los elementos socio-culturales y socio-lingüísticos también repercuten inevitablemente en la interpretación de la petición con mandato por parte del interlocutor. Discutiremos la influencia de la esfera social y cultural en la
interpretación de la petición con imperativo en la próxima sección de este
capítulo en la cual analizaremos el contraste entre lo que la cortesía
convencional dicta versus la interpretación de cortesía oral por parte de ciertas
comunidades lingüísticas.
67
La petición con imperativo también puede alcanzar la interpretación de
ruego. Haverkate (1994) da tres parámetros para distinguir si el mandato tiene
una connotación de ruego:
1. El hablante tiene poder o autoridad sobre el oyente, pero se abstiene de
manifestarlo.
2. Entre el hablante y el oyente no hay una relación social jerárquica.
3. El oyente tiene poder o autoridad sobre el hablante (p. 151).
Una petición con imperativo como: “Limpia tu pieza, ¿si?” por ejemplo,
encajaría en el parámetro 1) si el contexto bajo el cual se hubiera dado esta
petición hubiese sido el de una madre pidiéndole esta acción a un hijo. Una
madre tiene poder o autoridad sobre un hijo pero en ese caso se abstiene de
ejercer ese poder y recurre a un mandato persuasivo para pedirle al hijo que
limpie su pieza.
Otros usos de mandatos con imperativos que se distinguen por su
interpretación pragmática son la invitación: “Ven a mi fiesta mañana” y los
deseos: “Tenga un buen viaje.”
No obstante, pese a las distintas interpretaciones que pudiera tener un
mandato, una petición con imperativo es generalmente considerada descortés
en la cortesía convencional por su calidad temporal. La petición con imperativo
coloca a la demanda en un presente inmediato: ⎯AHORA MISMO⎯. El
presente de indicativo también cae en esta categoría de inmediatez descortés
junto con el imperativo. No obstante, el imperativo declara sin ninguna duda
que la demanda se está estableciendo en el mismo momento que se pide.
68
Éste último tiempo y modo verbal limitan la autonomía del interlocutor. El
condicional simple y el imperfecto son más eficaces para salvaguardar la
imagen del interlocutor según la cortesía tradicional. A continuación se
presenta una visualización del empleo de la manipulación temporal de la
demanda en relación al centro deíctico para ilustrar este concepto:
Cuadro 7. Ilustración de la manipulación del centro deíctico en una petición.
En síntesis, en cuanto al empleo de tiempos y modos verbales, el
hablante cortés coloca su demanda en el espacio más hipotético y remoto que
puede para perjudicar al interlocutor lo menos posible. El hablante descortés,
según la cortesía convencional, coloca su demanda en un presente inmediato.
↓ PRESENTE pasado INMEDIATO presente casi inmediato futuro futuro hipotético cercano futuro hipotético lejano “Quería pedirte “Ayúdame” “¿Me puedes ayudar?” “¿Me ayudarás?” “¿Me podrías ayudar?” “¿Me pudieras ayudar?” si me podías ayudar…”
69
3.2 La interpretación de cortesía en el habla por parte de ciertas comunidades lingüísticas: Crítica al modelo de Brown y Levinson
La idea principal de las teorías de Brown y Levinson (1987) de cortesía,
como describimos, es que algunos actos son amenazantes para la imagen y que
por ende, requieren suavización. Brown y Levinson también afirman que estos
principios aplican a todos los adultos miembros de una sociedad (p. 61). La
teoría de Brown y Levinson que ha generado más conflictos y controversia en el
tema de la cortesía y de las formas de tratamiento es la afirmación de estos
autores de que su principio de la imagen del hablante es universal. Como ellos
señalan:
We are assuming that the mutual knowledge of members’ public self-image
or face, and the social necessity to orient oneself to it in interaction, are
universal (asumimos que el conocimiento mutuo de la auto-imagen pública
o face de los miembros y la necesidad social de orientarse a ésta durante
la interacción, es universal) (Brown y Levinson, p. 62).
No obstante, en ciertos grupos culturales y lingüísticos estos principios
de cortesía no aplicarían; especialmente al momento de realizar una petición.
Nwoye (1992) hizo unas observaciones con respecto a este fenómeno. La
cultura igbo en Nigeria se basa en un principio de igualdad. Esta sociedad se
compone de agricultores y la edad es un símbolo de respeto y honor. La
hospitalidad en esta cultura se basa en dos principios según Nwoye:
70
reciprocidad directa e indirecta. Esto significa que para los vecinos de las
comunas de esta cultura, la hospitalidad es un asunto recíproco (reciprocidad
directa). Para los invitados o viajeros que visiten las comunas igbo, la
hospitalidad se basa en un principio de reciprocidad indirecta. Por ejemplo, si
alguien recibe albergue gratis durante su travesía, se espera que le devuelva el
favor a otros viajeros. La imagen de grupo es tan importante para esta
sociedad que, describe Nwoye, cuando se comete un robo lo primero que se
pregunta es quién es el padre del ladrón en lugar de averiguar quién fue el
ladrón.
La distinción entre comunidades como la que describe Nwoye en Nigeria
y las sociedades occidentales, es que en el occidente hay una orientación
hacia el individuo. En otras sociedades no occidentales como la igbo, la
sociedad se orienta hacia el grupo. Por ende, en la cultura igbo no hay una
imagen individual que cuidar sino una imagen de grupo que salvaguardar.
Nwoye afirma que la imagen social de grupo se basa en los deseos de los
individuos de comportarse de acuerdo con las normas culturares esperadas
que son institucionalizadas por la sociedad.
Nwoye realizó un análisis de las peticiones, el agradecimiento y la crítica
en el habla de la sociedad igbo. En cuanto a peticiones, Nwoye describió un
diálogo entre ciertos individuos ante la situación de un carro averiado. El
peticionario formuló el siguiente enunciado hacia dos hombres que se
encontraban en el camino: “Mi carro se detuvo de repente. Vengan y
ayúdenme a empujarlo.”
71
Nwoye señala que el peticionario y su interlocutor nunca se habían
conocido. Solo se saludaron de acuerdo a las costumbres igbo y se prosiguió a
hacer la petición. En contraste con las peticiones clásicas de la cortesía
convencional en español o en inglés, no se empleó ningún tipo de mitigadores
para establecer la demanda.
El peticionario en esta situación fue Nwoye mismo. El investigador
describe en su recuento de la situación que los hombres que lo ayudaron no
repararon en asistirlo y lo hicieron complacidos de poder ayudar. Nótese
también que el peticionario empleó un imperativo “vengan y ayúdenme” para
pedir asistencia; contrario a la cortesía convencional en otros idiomas (español
e inglés por ejemplo) en los cuales se preferiría usar el condicional simple y
unos cuantos mitigadores para formular una petición de este tipo en un
escenario con desconocidos. La petición de Nwoye no fue interpretada como
una imposición mas como un acto normal y cotidiano entre los miembros de
una sociedad basada en la solidaridad grupal.
De acuerdo al concepto de cortesía de Brown y Levinson, este tipo de
petición viola todas las reglas de salvaguardar la imagen del oyente.
No obstante, el concepto de Brown y Levinson de imagen no toma en
consideración la complejidad de los elementos culturales y sociales que
intervienen en el acto de la petición. Este punto se recalca con otro ejemplo
que Nwoye dio de un escenario de interacción social que él describe como
rutinario entre vecinos con la siguiente petición: “Dame un poco de sal y
cuando vaya al mercado y compre, te la devuelvo.”
72
En la sociedad igbo el trueque de alimentos o ingredientes es una
función social rutinaria y no representa una imposición en el interlocutor.
Entonces, el imperativo de esta petición no es un mandato para subordinar al
interlocutor e imponer los deseos del individuo. Este mandato es más bien una
reafirmación de solidaridad entre los miembros de la comunidad. Incluso,
menciona el autor, la promesa de reembolsar los alimentos es solo un decir
porque rara vez se cumple.
Brown y Levinson llaman este tipo de petición “cosas gratis” (p. 80).
Según el modelo de Brown y Levinson, es aceptable y razonable entre los
miembros de una comunidad pedir un elemento pequeño (ej., un fósforo, la
hora, o direcciones para llegar a un lugar). Lo que varía en ese tipo de
imposición es la forma en la cual se realiza la petición. Brown y Levinson
describieron un ejemplo para resaltar este punto: A: “Disculpe Señor, ¿por
causalidad tiene la hora? versus B: “¿Tienes la hora mi vale?”
La primera, según Brown y Levinson, se usaría en una situación donde
los hablantes no se conocen. La segunda se usaría con hablantes que sí se
conocen y se tienen confianza entre sí. Entonces, Brown y Levinson sugieren
que hay una norma establecida para implementar cortesía en cada situación.
En este ejemplo de Brown y Levinson es la cercanía interpersonal entre
hablantes lo que determina el grado de convencionalismo que se empleará en
la petición.
Sin embargo, en el escenario que describió Nwoye con los igbo, la
cercanía personal es irrelevante ya que él no conocía de antemano a las
73
personas a las cuales les pidió ayuda para empujar el carro. Nwoye realizó la
petición con imperativo y sin ningún mitigador. En el caso de Nwoye y su carro
dañado, por ende, la cultura y la sociedad se sobrepusieron a los
convencionalismos de la cortesía tradicional que ciertos hablantes han
adoptado como “la norma.” La inmediatez de la petición de Nwoye “vengan y
ayúdenme” también se contrapone a la manipulación cortés del centro deíctico
que señalamos en la cual el hablante supuestamente cortés, intenta colocar su
demanda en el futuro más lejano posible.
Mao (1994), también realizó unas observaciones sobre la cortesía en
China. Según Mao, la noción de imagen en China es un asunto complejo ya
que en la cultura china hay dos tipos de imagen: “Miànzi” y “liăn.” Cada una de
éstas tiene una función específica en la sociedad china. El término “miànzi” se
refiere al prestigio y a la reputación del individuo lo cual se adquiere por mérito
propio o es otorgado por los miembros de la comunidad. Por otro lado está el
término “liăn” el cual se refiere al respeto del grupo hacia un individuo quien
tiene una reputación moral buena (Hu, 1944, p. 45). Perder Miànzi es perder
reputación o prestigio por algún infortunio como el pasar de rico a pobre.
Perder liăn significa una pérdida más seria para la imagen del individuo.
Conlleva el perder el respeto de la comunidad por cometer alguna falta moral.
Miànzi es un reflejo de la tradición de Confucio la cual promueve la
subordinación del individuo al grupo o a la comunidad. La premisa es que el
individuo busque el respeto del grupo o de la comunidad mas no satisfacer el
deseo por la libertad (Mao, p. 460).
74
Por ende, en una sociedad como ésta, la imagen es un concepto
complejo y profundo contrario a la noción dimensional de imagen que Brown y
Levinson sostienen.
Otro conflicto que Mao encuentra con la noción de amenaza a la imagen
de Brown y Levinson, es que estos categorizan la imagen (face) como una
pública que el individuo quiere reclamar para sí mismo (Brown y Levinson, p.
61). Esto representaría un conflicto para la sociedad china ya que como
sabemos, Brown y Levinson enfocan sus nociones de imagen en el individuo
en lugar de en la comunidad. Al igual que en la cultura Igbo, la noción de
cortesía o respeto e integración social en China no depende de las acciones
del individuo mas de su interacción con la sociedad.
Blum-Kulka y House (1989), realizaron un estudio sobre las variaciones
interculturales en la formulación de peticiones en hablantes de hebreo, francés
canadiense, español argentino, inglés australiano y alemán. El propósito de su
estudio fue comparar las estrategias de los hablantes para realizar peticiones y
los factores culturales que interfieren en las preferencias de los hablantes;
entre otros elementos.
Los participantes del estudio eran estudiantes universitarios que
interactuaron en distintos contextos: 1) Entre compañeros de clase para pedir
limpiar la cocina, 2) Entre estudiantes para pedir prestadas las notas de la
clase, 3) Entre vecinos para pedir un aventón, 4) Entre un policía y un
conductor para pedir mover un carro y 5) De un profesor a un estudiante para
pedir cambiar la fecha de una presentación. Los resultados estadísticos de esta
75
investigación particular revelaron que los hablantes de inglés australiano eran
los menos directos para realizar una petición (80% de lenguaje indirecto, 8% de
sugerencias y solo un 10% de peticiones directas). Blum Kulka y House
proveyeron un ejemplo de peticiones realizadas por australianos en las cuales
emplearon con frecuencia la forma “could” o “would.” Por ejemplo, para pedirle
un aventón a los vecinos formularon la siguiente petición: “Excuse me, I was
wondering whether you could give me a lift?” (Disculpe, quería saber si me
podría dar un aventón) (p. 133).
Inversamente, la peticiones de los argentinos y de los israelitas
obtuvieron las cifras más altas de peticiones de tipo impositiva o directa en
comparación con los demás estudiantes (argentinos: 40% de peticiones
directas, peticiones con lenguaje indirecto, 60% y sugerencias, solo 2%;
israelitas: peticiones de lenguaje indirecto 58%, peticiones directas 33% y solo
un 8% de sugerencias). Los siguientes son dos ejemplos de este estudio
particular de ambos grupos de hablantes en el contexto de pedirle a los
compañeros de cuarto limpiar la cocina: argentinos: “Limpia la cocina, por
favor”; israelitas: “Lava los platos, por favor” (p. 135).
Los hablantes de francés canadiense y alemán reflejaron lo que Blum-
Kulka y House determinaron un término medio entre los australianos y los
argentinos e israelitas. (Alemanes: 20% de peticiones directas, peticiones con
lenguaje indirecto 77%, sugerencias 3%) (Canadienses: peticiones directas
22%, peticiones con lenguaje indirecto 69%, y un 7% sugerencias) (p. 135).
76
Los resultados de la investigación de Blum-Kulka y House se
contraponen a la estrategia #1 de cortesía negativa de Brown y Levinson: “Sea
indirecto.” Esta estrategia se basa en, recapitulamos, emplear actos de habla
indirectos en lugar de establecerle demandas directas y explícitas al oyente.
Según esta lógica entonces los argentinos y los israelitas caen en la categoría
de descorteses y los australianos, alemanes y canadienses, son corteses.
Sin embargo, una de las variables que discutimos sobre las peticiones en forma
de mandato y su categorización de ya sea cortés o descortés, fue el lugar y la
situación del diálogo entre el hablante y el oyente; así como los elementos socio-
culturales y socio-lingüísticos que se relacionan con la petición en forma de
mandato. La petición de los argentinos de limpiar la cocina: “Limpia la cocina,
por favor” y la de los israelitas: “Lava los platos, por favor” son imperativos y
violan la estrategia de Brown y Levinson de cortesía negativa al aplicar un
lenguaje directo.
Ahora bien, les pidieron a los participantes que evaluaran los contextos
del estudio de acuerdo a las categorías de: obligación, derechos, dificultad,
familiaridad, conformidad y dominancia. Los estudiantes tenían que evaluar en
cuál categoría encajaba cada contexto según su evaluación personal. La
petición de limpiar la cocina fue percibida por los israelitas y por los argentinos
más como una obligación. Es posible que esta percepción de interacción social
entre los estudiantes pudiera explicar el lenguaje directo de la petición en lugar
del empleo de un lenguaje ambiguo. En pocas palabras, para los argentinos y
los israelitas limpiar la cocina era más imperativo que opcional. Por ende, un
77
lenguaje ambiguo no garantizaría que la acción de limpiar la cocina se llevaría
a cabo.
Boretti (2003) estudió el tema de la cortesía en el habla argentina y nos
dio un panorama de los aspectos socio-culturales que influencian las
estrategias corteses de los hablantes en la ciudad de Rosario. Aunque
Argentina tiene una gran variedad de sub-dialectos, el trabajo de Boretti nos
ayuda a entender en parte ciertos comportamientos lingüísticos del habla
argentina y lo que esta población percibe como cortesía.
Este estudio particular nos ataña porque el objetivo del análisis de
Boretti fue comprobar si ciertas actividades consideradas amenazadoras de la
imagen por Brown y Levinson lo eran para el contexto del habla de Rosario (p.
114). La investigación analizó los actos directivos y comisivos como las
peticiones y los ofrecimientos. Se hizo énfasis en el uso frecuente del
imperativo en la interacción coloquial y cómo el uso de este modo verbal
amenazaba la relación interpersonal. En el análisis se estudiaron
conversaciones entre amigos que se reunían a menudo para comer.
Presentamos el siguiente segmento de la muestra de habla que proveyó Boretti
para tener un mejor entendimiento de la situación y el contexto que se estudió.
Esta muestra es de gran utilidad porque Boretti presenta con lujo de detalle la
reacción momento a momento de los hablantes. El grupo se compone de Fito,
el dueño de la casa quien invita a sus amigos Leo y Vicky:
78
-Vicky: ¿y esto? (mirando hacia la fuente con sorpresa y admiración)
-Fito: -una en- Leo, te pido una gauchada: serví el vino (Leo lo sirve)
eh…una ensalada tibia de mollejas.
Vicky: ¿una ensalada?
Fito: sí, tibia de MO-LLE-JAS hervidas y fritadas, este plato me sale muy
bien, te va a gustar, hacélo, en tu casa hacélo, te va a gustar, es
riquísimo (p. 114).
En esta muestra la expresión encomiástica del gaucho; muy frecuente
en el habla de los argentinos, señala Boretti, hace referencia al significado de
la figura del gaucho que en la historia argentina se ve como una figura noble y
dispuesta a hacer favores (p. 115). Entonces, Fito realiza el imperativo “serví el
vino” de modo claro y conciso.
Según Boretti, Fito también se auto-elogia con su mandato persuasivo
“hacélo” en cuanto a la preparación del plato manifestando su autoestima sin
reservas. Boretti hace una observación muy relevante en cuanto a ese punto:
Este juego de la negociación entre la autoafirmación individual y la
confianza entre los miembros del grupo, a través de comportamientos
amistosos, sinceros y generosos, es parte de la construcción colectiva
de un discurso identitario, muy extendido en la sociocultura nacional: el
individuo se afirma demostrando sus cualidades que lo hacen creíble
ante los demás a partir de la confianza ganada en el seno del grupo. Por
79
eso, el uso de formas de imperativo, expansivas y rotundas, que reflejan
un trato interpersonal sin rodeos, respondiendo a motivaciones
subyacentes a la imagen del grupo…(p. 115).
En la interacción de Fito con sus amigos, por ende, no se está violando
ninguna regla de cortesía. Su comportamiento, se puede decir, es una reflexión
de la socio-cultura nacional; como señala Boretti. Por este motivo hacemos
hincapié en salirse de las casillas de la cortesía convencional y de las pautas
de cortesía del modelo de Brown y Levinson. Solo entonces podremos
entender el comportamiento lingüístico de ciertas comunidades y poblaciones.
Al final de este estudio Boretti comprobó su hipótesis:
…comprobamos que formas tradicionalmente codificadas como
descorteses, en este contexto no lo son, por responder estos usos,
ligados a la direccionalidad y frontalidad del comportamiento lingüístico,
a la combinatoria de contenidos específicos de la categoría de
autonomía, tales como la autoafirmación y la autoestima, con otros de
afiliación, como la disponibilidad, la confianza, la sinceridad. (p. 114).
En el caso de los israelitas en general hay un factor cultural relevante
que rige el habla en hebreo y el cual tiene repercusiones en la interpretación de
cortesía. Katriel (1986) explicó el significado de la influencia de la sub-cultura
sabra en Israel. El término sabra se refiere a los judíos nacidos en Israel; pero
80
se usa principalmente para referirse a los hijos de los inmigrantes europeos
que llegaron a Israel después de la Segunda Guerra Mundial. En esta sub-
cultura se destaca un discurso llamado dugri o habla dugri la cual es una
reflexión, según Katriel, del Israel moderno. Sus características son: 1. Hablar
al grano y 2. Es una etiqueta para categorizar a una persona como honesta y
quien va al grano (Katriel, p. 10). La palabra dugri incluso puede ser un adjetivo
calificativo, como el siguiente ejemplo que proveyó el autor: “Él es dugri”, “Una
persona dugri es natural” (pp. 11, 16).
Otra característica del habla dugri es la claridad que se emite en los
enunciados. Es una habla explícita y transparente. No permite que se gaste
mucho tiempo en transmitir un mensaje (p. 114). Los americanos, señala
Katriel, tienden a interpretar el habla dugri como ruda. Los israelitas por su
parte tienden a interpretar el habla de los americanos como no sincera.
Es posible que los israelitas del estudio de Blum-Kulka y de House
transfirieran aspectos del habla dugri al inglés que usaron para comunicarse
con sus compañeros de cuarto al pedirle explícitamente y sin rodeos que
lavaran los platos. Contrario a la estrategia de Brown y Levinson de evitar un
habla directa, para los israelitas el no ser directo va en contra de cada molécula
de su identidad cultural y lingüística. Puede que en una situación como la de
los estudiantes de Blum-Kulka y de House algunas personas hayan tomado a
mal el mensaje explícito de los israelitas y de los argentinos en cuanto a limpiar
la cocina. Sin embargo, en el ámbito cultural y socio-lingüístico de estos
jóvenes, es posible que ellos consideren que estén haciendo una buena acción
81
al usar un lenguaje claro y al evitar ambigüedades innecesarias y
problemáticas que pudieran intervenir con una convivencia placentera.
Allegarse solo a las estrategias de Brown y Levinson de cortesía
negativa dejaría muchas preguntas sin contestar al momento de explicar una
conducta lingüística en ciertos grupos de hablantes particulares. En el caso de
los estudiantes del estudio de Blum-Kulka y de House, las peticiones directas
de los argentinos y de los israelitas pudieran ser una reflexión de la frontalidad
del comportamiento lingüístico que señala Boretti y de la sinceridad del habla
dugri que señala Katriel. Por lo tanto es imperativo, recalcamos, esculcar las
capas sociales y culturales que envuelven un comportamiento lingüístico antes
de catalogarlo como cortés o descortés.
En cuanto al habla de Hispanoamérica específicamente, Curcó y De Fina
(2002) realizaron un estudio sobre el español de México y España en el cual se
refleja las percepciones de estos hispanohablantes de cortesía. En este estudio
se concluyó que había un contraste cultural entre México y España en cuanto a
cortesía ya que en la cultura mexicana, según Curcó y De Finna, hay un interés
por salvaguardar la imagen positiva del interlocutor. Sin embargo, los españoles
no reparan en contraponerse con sus interlocutores. Las autoras sugirieron que
los mexicanos demostraron una preferencia mayor que los españoles hacia el
empleo de formas lingüísticas que les permitan mitigar los actos amenazadores
de la imagen positiva del interlocutor y que rechazarían una forma lingüística
asociada con la expresión sin mitigación con imperativo.
Las actitudes hacia el habla también juegan un papel en la evaluación
82
positiva o negativa de ciertas variables lingüísticas. Curcó y De Finna dan un
panorama de las repercusiones que tienen las actitudes hacia el habla en la
interpretación de cortesía por parte de ciertos grupos culturales y lingüísticos.
Señalan estas autoras:
Entre los estereotipos que circulan en México acerca de los españoles
está la idea de que son personas directas y frontales en sus formas de
interacción y que no son lo suficientemente corteses. Por otra parte, los
españoles a menudo perciben a los mexicanos como excesivamente
amables, demasiado indirectos, e incluso artificiales y falsos. (p. 107).
Los participantes de este estudio particular evaluaron peticiones que
leyeron en un cuestionario en el cual debían calificar que tan cortés era una
petición. Algunas de estas peticiones contenían imperativos atenuados. Otras
contenían imperativos sin ningún atenuante. Los elementos que interfieren en la
interpretación de cortesía por parte de los mexicanos y los españoles, según los
hallazgos de estas investigadoras son:
1) La necesidad de expresar deferencia o de reconocer el estatus de poder
del interlocutor.
2) La necesidad e interés por parte de los mexicanos de salvaguardar la
imagen del interlocutor.
3) El interés por parte de los españoles de expresar puntos de vista
individuales (pese al coste del interlocutor).
83
Al final de la investigación se determinó que los mexicanos se inclinarían
a evitar peticiones por medio de imperativos no atenuados. Los mexicanos
también demostraron preferencia hacia el uso de diminutivos los cuales actúan
como mitigadores en una petición.
Placencia (1998), expuso el contraste de cortesía en el habla de
Ecuador versus España (Quito versus Madrid). Su estudio analizó las
peticiones de ambos grupos en hospitales. Su trabajo recalca la variación
dentro de la lingüística hispánica y la comunicación a través de culturas.
Estudió las interacciones entre pacientes y recepcionistas y también entre
trabajadores del hospital y recepcionistas.
Parte de la investigación de Placencia constituyó examinar las
peticiones de objetos o acciones. Con respeto a la petición de objetos,
Placencia observó ciertas características, entre otras, como: 1. Las estrategias
para pedir el objeto fueron un tanto indirectas por parte de los dos grupos. Sin
embargo, los ecuatorianos expresaban más deferencia ante su interlocutor:
“¿Me dejas el teléfono?” (España), versus “Buenas tardes tenga la bondad,
présteme el teléfono.” (Ecuador) (p. 84). 2. Los ecuatorianos demostraron el
favorecimiento del empleo de diminutivos en sus peticiones para minimizar
tiempo o un objeto presentado como algo pequeño. Los españoles emplearon
el diminutivo para indicar una connotación afectiva: “Borra eso Lolita cariño”
(p.85).
Cuando se trataba de llamar la atención del interlocutor, los
84
ecuatorianos realizaban en gran cantidad más estrategias de disculpas antes
de la petición. También hubo variación en el uso de tú y usted.
En el aspecto social, Placencia comenta que en la sociedad ecuatoriana
se practica la deferencia hacia las personas que son consideradas superiores
(en la jerarquía social). En el caso de un lugar de servicio, el que provee el
servicio es el que tiene la posición de poder, señala Placencia. En el español
peninsular la relación entre los proveedores de servicio y clientes parece ser
más equilibrada (Placencia, pp. 96-97).
Por consiguiente, la percepción de cortesía en el habla puede ser
influenciada por factores sociales como las relaciones de poder.
No obstante, cada cultura difiere en lo que interpreta como poder; como indicó
Placencia en cuanto a la formulación de las peticiones de ecuatorianos versus
españoles. En este estudio de ecuatorianos y españoles se puede apreciar la
influencia de la estructura social en la aceptación o rechazo de ciertas formas
de tratamiento. También se pone en manifiesto la percepción de los hablantes
de lo que ellos consideran apropiado, cortés o descortés ante la realización de
una demanda y bajo ciertos contextos.
Según los resultados de la investigación de Placencia, los españoles
estarían violando la estrategia de cortesía negativa de Brown y Levinson #5: Dar
deferencia. Con esta estrategia se coloca al oyente en un lugar elevado y de
esta manera se protege la imagen del interlocutor. No obstante, se necesita
entender algunas características del habla española para comprender sus
percepciones de cortesía y determinar con certeza si han violado o no la
85
estrategia de Brown y Levinson de darle deferencia al interlocutor.
Britz (2005), quien estudió la cortesía en el habla española, hizo una
observación que pudiera explicar en parte la percepción de la cortesía por parte
de los españoles. Señala Britz: “En la conversación coloquial española los
recursos de atenuación tienen que ver con la eficacia y eficiencia pragmáticas:
en ocasiones, con la imagen en general y, en menor medida, con la imagen de
cortesía” (p. 53). Entonces, en el habla española (teorizando en general), el
empleo de mitigadores o atenuantes no se proyecta principalmente hacia la
implementación de cortesía; sino a lo que se quiere decir o hacia el mensaje que
se quiere transmitir. A simple vista y sin examinar los aspectos socio-
pragmáticos de la petición del español en el estudio de Placencia que
mencionamos (“¿Me dejas el teléfono?”), se viola la estrategia de cortesía
negativa de Brown y Levinson #5 de dar deferencia. Sin embargo, el individuo
español no está siendo descortés. Solo emplea atenuantes según lo considera
necesario y no fue considerado necesario dar deferencia para este propósito.
Es evidente que hay una discrepancia entre la noción universalista de
imagen de Brown y Levinson y la cortesía interpreta por ciertas comunidades
lingüísticas. La siguiente es una visualización que resume los conceptos que
discutimos en este capítulo:
86
Figura 2. Ilustración: cortesía convencional versus cortesía interpretada en relación al acto de la petición.
El concepto de imagen y de imposición va mucho más allá de la visión
occidental y angloparlante de cortesía que Brown y Levinson describen y de las
convenciones de cortesía que se han adoptado como la formas tradicionales de
tratamiento. Ciertos elementos socio-culturales y socio-lingüísticos como los que
mencionamos pudieran interferir en lo que los hablantes consideran una
amenaza para la imagen o una imposición en el interlocutor. El prestigio y la
evaluación positiva que ciertos grupos lingüísticos le otorgan a ciertas formas de
tratamiento se sobrepone a menudo a las convenciones que la cortesía
tradicional ha establecido como la norma general.
En el siguiente capítulo se analizarán las diferencias en el habla femenina
y masculina en cuanto a cortesía. Se discutirán elementos que influyen en el
habla cortés de ambos sexos como factores socio-culturales y socio-lingüísticos.
cortesía convencional
(en español)
Diminutivos
Lenguaje indirecto
Disculpas Frases pre y
post-peticionarias
Tiempos/ modos
verbales complejos cortesía
interpretada
Cultura
Sociedad
Actitudes hacia el habla
Situaciones y lugares
Concepto de imagen
(face)
87
4. EL HABLA CORTÉS: HOMBRES VERSUS MUJERES
Se han realizado investigaciones y propuesto teorías sobre las diferencias
del habla femenina y masculina. Rochefort (1605-1683), por ejemplo, dio uno de
los primeros reportes de la diferenciación lingüística en ambos sexos.
En algunos casos las diferencias en el habla masculina y femenina son
solo a nivel cuantitativo como el uso del diminutivo en el habla de ambos sexos
(Gutiérrez, 2013). En otros casos es más obvia o llega a ser la norma (Silva-
Corvalán, 2001). En cuanto a la cortesía y el habla femenina y masculina, ciertos
factores socio-culturales y socio-lingüísticos pudieran influir en el habla cortés de
los hombres y de las mujeres. En cuanto a factores socio-culturales, hay una
correlación entre el habla femenina, las expectativas sociales y la cortesía.
Brown (1980), por ejemplo, investigó las distinciones en el habla cortés de los
hombres y de las mujeres de Tenejapa, México y encontró esta correlación de
elementos. Esta correlación también se manifiesta a nivel global. Por ejemplo: 1)
el habla femenina de las mujeres japonesas y la publicación de manuales de
conducta lingüística esperada en la mujeres de ayer y de hoy y algunos trabajos
socio-lingüísticos actuales (Umejima Sanjin, 1689; Naenuma Joohaku, 1692; Ide,
2004) y 2) en el Oriente Medio con trabajos sobre peticiones entre mujeres de
Arabia Saudita como el de Al-Ageel (2016). Del mismo modo esta correlación se
manifiesta en Hispanoamérica (Solé, 1970). En cuanto a factores socio-
culturales, también se ha encontrado una correlación entre el habla masculina, la
construcción de identidad y la cortesía o descortesía (Zimmermann, 2005;
Labov, 1972; De los Heros Diez Canseco, 2001). En cuanto a factores socio-
88
lingüísticos, hay una correlación entre la cortesía negativa, la mitigación y el
habla femenina. En el habla femenina, por ejemplo, Lakoff (1975, 2004) propuso
su teoría de las partículas mitigadoras en el habla de las mujeres, Holmes (1989)
estudió las disculpas en su estudio empírico de las disculpas en las mujeres de
Nueva Zelanda, y Fontanella (1962) estudió el uso cortés del diminutivo en
Colombia. También hay una correlación entre factores socio-lingüísticos, la
cortesía positiva y el habla femenina. Se ha propuesto, por ejemplo, la función
de los cumplidos o halagos y su empleo en el habla femenina (Holmes, 1995;
Herbert, 1990; De los Heros Diez Canseco, 2001) y otros mecanismos de
cortesía positiva como las felicitaciones, las invitaciones, las expresiones de
gratitud, de apreciación, etc.(Greif y Gleason,1980 y Kramer,1975).
4.1 El discurso femenino y masculino: introducción Es evidente que hay diferencias en el habla de hombres versus mujeres.
La variación lingüística en el habla de hombres y mujeres puede abarcar
aspectos fonéticos y sintácticos, así como elementos sociales y culturales que
influyen en el discurso de ambos sexos.
Uno de los casos más antiguos de la diferenciación del discurso femenino
versus masculino que se documentó en las Américas ocurrió en el Caribe de
acuerdo a las observaciones de Rochefort (1605-1683), quien exploró las
Antillas y sus habitantes nativos meticulosamente. En su narración Histoire
naturelle et morale des iles Antilles de l'Amerique, describe que los hombres
tenían muchas expresiones propias de su género las cuales las mujeres
89
escuchaban mas nunca pronunciaban. Inversamente, las mujeres también
tenían ciertas palabras y frases las cuales los hombres no empleaban a menos
que fuera para burlarse de éstas (Rochefort, p. 449).
En algunos casos las diferencias en el habla masculina y femenina son
solo a nivel cuantitativo. Un ejemplo de diferencias cuantitativas es el uso del
diminutivo. Gutiérrez (2013), observó claramente una diferencia en el uso del
diminutivo entre hombres y mujeres. En Michoacán, México, los hombres usaron
el diminutivo en un 27.58% y las mujeres en un 41.74%. En Houston, sin
embargo, sucedió lo contrario: los hombres usaron más el diminutivo que las
mujeres con el paso de las generaciones⎯con excepción de la tercera
generación⎯donde las mujeres tomaron el liderazgo de nuevo.
En otros casos la diferencia en el discurso femenino y masculino es más
obvia o incluso puede llegar a ser la norma en comunidades lingüísticas enteras.
En el habla indígena de Bolivia, el chiquito, la lengua expresa las relaciones en
la familia. Para expresar el parentesco, las mujeres usan ciertas palabras y los
hombres otras. Para expresar “mi madre” las mujeres emplean el término:
Ipapa; y para decir lo mismo, los hombres emplean el término: Ipaki (Silva-
Corvalán, 2001, p. 96).
En cuanto al habla de las mujeres, los estudios socio-lingüísticos han
identificado algunas características y tendencias que se asocian a la población
femenina. Las expectativas del comportamiento social femenino se
correlacionan con una conducta considerada “correcta.” Esta expectativa de
comportamiento social esperado se manifiesta en el discurso femenino con una
90
autocorrección del lenguaje (Silva-Corvalán, p. 97).
Otra característica del habla femenina es su aspecto conservador en
comparación con el habla masculina. En el inglés americano se emplea la frase
“talk like a lady” para implicar ciertas expectativas o características propias del
habla de una dama. Este comportamiento conservador puede abordar
componentes como frases enteras o palabras consideradas propias o impropias
del habla femenina. Es aceptable o apropiado que los hombres rompan las
reglas del comportamiento social o que se comporten de manera ruda o aun
vulgar (Silva-Corvalán, 2001).
Por ende, el discurso femenino y masculino varía en distintas capas de la
esfera social y lingüística. Esta diferenciación lingüística en el discurso femenino
y masculino se extiende a las formas de tratamiento y a la cortesía; como lo
podremos apreciar en la siguiente sección de este capítulo.
4.2 Las formas de tratamiento en el discurso femenino y masculino
¿Son más corteses las mujeres que los hombres en el habla? El análisis
de la diferenciación lingüística entre hombres y mujeres en cuanto a cortesía se
realizará partiendo de dos vertientes: I. Factores socio-culturales y II. Factores
socio-lingüísticos.
91
4.2.1 Factores socio-culturales I: el habla femenina, las expectativas sociales y la cortesía.
Se han documentado ciertos factores socio-culturales que pudieran
influenciar el habla cortés en el discurso femenino y masculino. Es pertinente
mencionar estos elementos ya que sería imposible separar la esfera socio-
cultural de las investigaciones cualitativas y cuantitativas de las formas de
tratamiento. La cultura y la sociedad cumplen un papel relevante en la
categorización del comportamiento lingüístico cortés en el habla femenina y
masculina. Estos elementos socio-culturales influyen inevitablemente en el
análisis de la cortesía en el habla; y especialmente, al momento de realizar una
petición por parte de ambos sexos.
Ciertos estudios sobre las formas de tratamiento solidifican esta idea.
Brown (1980) investigó las distinciones en el habla cortés de los hombres y
mujeres de Tenejapa, México, en el cual se habla el dialecto tzeltal (del maya).
Se concluyó en esta investigación que el habla de las mujeres se ve afectada
por elementos como la deferencia que las mujeres le tienen a los hombres. Las
mujeres tienen una posición inferior que la de los hombres y tienen menos
poder. La deferencia hacia los hombres es tal, que las mujeres caminan detrás
de los hombres en público o incluso se mueven a un lado para dejarlos pasar en
el camino. Como resultado de las complejas relaciones entre hombres y mujeres
de esta comunidad y de los papeles que cumple cada sexo en la esfera social,
se desarrolló un discurso particular que varía según a quién se esté dirigiendo
un enunciado. Brown categorizó dos clases de enunciados llamados
92
“fortalecedores” y “debilitadores.”
Los enunciados fortalecedores por lo general tienen un adverbio que
expresa una retórica de sinceridad o empatía. Por ejemplo: “Verdaderamente,
por lo que a mí concierne, no lo quiero.” La otra categoría de enunciados, los
debilitadores, emplean partículas que modifican el enunciado: “¿Por qué la Lucy
no escarmienta?, me pregunto” (suaviza o mitiga la crítica implícita).
La investigadora también observó que las mujeres usaron más
enunciados fortalecedores (empáticos y sinceros) cuando se dirigían a otras
mujeres y usaron enunciados debilitadores (mitigadores o suavizadores) cuando
se dirigían a hombres.
Algunos aspectos socio-culturales que apoyan estos resultados son
aquellos como el hecho de que las mujeres se van a vivir a la residencia de la
familia de los esposos, según se determinó en este estudio. Por esta razón es
posible que se produzca una distancia social más marcada entre las mujeres
que entre los hombres de la casa. Por lo tanto, se determinó que el habla de las
mujeres tiene un nivel más alto de cortesía. Además, las mujeres de este estudio
trataron ciertos actos del habla con más cautela que los hombres. Un acto como
conversar con un hombre extraño es definido como un acto amenazador de la
imagen en este grupo de hablantes. Cabe destacar que también se observó que
los hombres realizaban mandatos a las mujeres mas las mujeres nunca
realizaron un mandato u orden directa hacia sus esposos (p. 132). En síntesis,
en esta comunidad lingüística la deferencia de las mujeres hacia los hombres;
así como las expectativas sociales y culturales que se tenían de ellas, jugaron
93
un papel significativo en la expresión del discurso femenino.
Otro ejemplo de las repercusiones de la cultura y de la sociedad en el
habla cortés femenina es el caso de las mujeres japonesas. En Japón el
lenguaje femenino tiene una rica historia que le ha dado forma al discurso de las
mujeres y coloca un gran énfasis en lo que se considera propio y de buen gusto
en una mujer. La cortesía es una virtud que se fomenta en la palabra escrita y en
el lenguaje oral de las mujeres japonesas.
En 1689 Umejima Sanjin publica el manual llamado Fujin yashinaigusa el
cual promueve la etiqueta y preceptos específicos para las mujeres. El manual
contiene elementos como el origen de las palabras y la terminología correcta
para cada miembro femenino de la comunidad (ej. esposa, hija, etc.). El pasaje
29 del quinto volumen de acuerdo a la traducción de Endō (2006) al inglés
describe detalladamente las actitudes de los miembros de la comunidad de la
era hacia el habla de las mujeres y las expectativas sociales que tenían de ellas
en el Japón de la época:
La gente pierde el interés en una mujer quien usa un lenguaje rudo como
el de los samuráis de la región de Kanto y quien habla en fragmentos de
oración infantil; quien comete errores en las partículas de las historias y
de los poemas. El habla de uno revela el interior de la persona y es muy
importante que las mujeres se cuiden de tener tacto en su lenguaje. No
diga ninguna cosa que no tenga beneficio. Mientras más se habla, más
94
mentiras se dicen (p. 46).7
Posteriormente en 1692 Namura Joohaku escribió el manual Onna
Choohooki (manual o enciclopedia para mujeres) el cual específica aun más las
expectativas del habla femenina y menciona específicamente la palabra
“cortesía.” En éste se presenta una especie de máximas para el habla cortés y
apropiada de las mujeres. La traducción al inglés de Endō (2008) las resume a:
1) las mujeres deben usar un lenguaje femenino y simple, 2) las mujeres no
deben usar palabras argumentativas chinas, 3) las mujeres no deben usar
expresiones masculinas, y 4) las mujeres deben usar palabras corteses con o-8
(p. 15).
Aún desde este período temprano de la historia del pueblo japonés se
delimitan claramente las expectativas de la conducta de la mujer; lo cual se ve
reflejado en su lenguaje. La rudeza o aspereza en el lenguaje se correlaciona
con malos modales o cualidades indeseables.
Las máximas mencionadas en el manual de Naenuma Joohaku en
1692 se siguen implementando en las escuelas entre las niñas estudiantes y en
los hogares. Manuales como estos y otros publicados posteriormente influyen
significativamente en la formación de las mujeres. Estos preceptos, incluso, se
han incorporado en el currículo académico (Endō, pp. 15-16).
En épocas más recientes Ide (2004) realizó un estudio del habla de Japón
en el cual investigó el lenguaje de las mujeres japonesas y la cortesía. El trabajo
7 Mi traducción. 8Prefijo honorífico para indicar cortesía en la fonología japonesa.
95
se enfocó en el uso de mecanismos lingüísticos honoríficos que marcan distintos
niveles de cortesía. La pregunta de investigación planteada fue cómo y por qué
las mujeres hablan de manera más cortés en japonés. En la encuesta del
empleo de partículas honoríficas se les preguntó a los participantes cuáles
formas honoríficas para el verbo “iku” (ir) usarían cuando formulaban la pregunta
“¿cuándo va...?” La pregunta se planteó en una variedad de contextos
hipotéticos dirigidos hacia un jefe, un vecino, un cónyuge, etc. Como se
esperaba en esta investigación particular, las mujeres usaron más formas
honoríficas corteses que los hombres (Ide, pp. 180-181). Aunque en el estudio el
contexto y el lugar son una variable, parece ser una tendencia que las mujeres
japonesas superan por lo general a los hombres en cortesía. Esta característica
del habla femenina japonesa es parte integral de su cultura y ha prevalecido a
través de las épocas. Las expectativas de la conducta social y lingüística de las
mujeres japonesas se han definido claramente en la palabra escrita y en los
actos de habla corteses.
En Hispanoamérica también tenemos ciertos elementos honoríficos que
reflejan cortesía en el habla y los cuales se pueden correlacionar con el habla
femenina y masculina. Una manifestación contundente de estos honoríficos es el
uso de los pronombres tú, usted y vos. Es posible que el aspecto honorífico de
estos pronombres no sea tan obvio como en el japonés y puede que hasta
pasen desapercibidos. No obstante, el empleo de estos pronombres en español
tiene un trasfondo complejo socio-cultural y socio-lingüístico. Entre los factores
que rigen el empleo de estos pronombres se encuentran las relaciones de poder
96
entre los hablantes, las convenciones sociales y familiares, las características de
dialectos particulares del español y el contexto de la conversación; entre otros.
Solé (1970) estudió el empleo de tú y vos en participantes de Buenos Aires,
Lima y San Juan de Puerto de Rico a través de cuestionarios y entrevistas. Se
tomaron en consideración los aspectos socio-culturales del habla de cada uno
de estos países así como su historial colonial, social y político. En el habla de
Puerto Rico, por ejemplo, Solé exploró la influencia del dominio de la autoridad
del varón que se heredó de la dominación española y lo cual ha prevalecido
hasta la actualidad. Este aspecto de la historia de Puerto Rico se ve reflejado en
la norma lingüística dando lugar a dos normas pronominales, según Solé, una
para los hombres y otra para las mujeres (p. 176). Las figuras masculinas en
esta sociedad patriarcal representan la autoridad y esto se refleja en el tuteo.
Los hombres tutean más frecuentemente a las mujeres que a los hombres. El
abuelo tutea más a las nietas que a los nietos, el suegro a sus nueras más que
los yernos y el marido tutea más a las amigas de su mujer. Las mujeres se
tutean más frecuentemente entre sí que los hombres en Puerto Rico. En cuanto
a usted, se emplea entre miembros de la familia distantes y entre sobrinos y tíos
(Solé, 1970, pp. 176-178).
En Perú la sociedad tradicional también indica rasgos de una patriarcal y
este aspecto social se extiende a las formas de tratamiento. La autoridad
masculina, según señala Solé en Perú, se manifiesta en el uso del tuteo no solo
en los tratos con familiares mas también en el ámbito laboral, con el personal
doméstico y con compatriotas de jerarquía inferior (1970, p. 180). Solé reportó
97
que el tuteo entre peruanos se emplea entre esposos, padre e hijos, hermanos,
y otros miembros de la familia extendida. La forma usted se emplea entre
miembros distantes de la familia pero con mayor probabilidad de tú (20%) por
parte de los hombres.
En los resultados del habla argentina, se reportaron hallazgos
interesantes. Solé observa que la norma lingüística refleja que el doble sistema
de valoraciones para los sexos ha desaparecido con la modernización. Los
vestigios patriarcales que se manifiestan en Puerto Rico y en Perú asociados
con diferencias de sexo, edad y autoridad familiar, no se encuentran en Buenos
Aires (p. 183). Las relaciones entre familiares son más igualitarias. Parece haber
una igualdad entre los sexos en el habla de Buenos Aires y se refleja
lingüísticamente. Tanto las mujeres como los hombres tutean a los padres. El
marido a la mujer y viceversa. Los suegros tutean a los hijos políticos, los nietos
a los abuelos, los sobrinos a los tíos y los primos entre sí, reporta Solé. Las
únicas diferencias entre los dos sexos que se reportaron en este estudio en
cuanto a Buenos Aires, fue en las categorías de trato de familiares distantes que
no se conocen bien. Las mujeres emplean vos y los hombres usted.
Entonces, como se refleja en este estudio de Solé, las formas de
tratamiento pronominales se ven afectadas por factores socio-culturales; los
cuales se reflejan en el empleo de los pronombres honoríficos en el discurso
femenino y masculino. La mujer se encuentra en medio de estos factores socio-
culturales y su habla se ve matizada por estos aspectos de la sociedad en la
cual vive.
98
Cada país de Hispanoamérica tiene su historia singular de sistemas
patriarcales, actitudes hacia el habla y normas lingüísticas propias. Las formas
de tratamiento pronominales entonces se ven afectadas por la singularidad
socio-cultural y socio-lingüística de cada una de estas naciones. Esta
singularidad también se extiende a las distinciones lingüísticas de un mismo
país. En Colombia, por ejemplo, la forma usted es más común en la zona andina
que en la costa caribeña, según nuestra observación.
En cuanto a la relación sociedad-cultura-cortesía, salta a la vista que no
podemos separar la esfera socio-cultural de los fenómenos lingüísticos de
cortesía y de las repercusiones que puede tener en el habla femenina y
masculina. Los ejemplos que hemos presentado en esta sección reflejan cómo
la sociedad y la cultura les dan forma a ciertos comportamientos lingüísticos en
el habla cortés. Las delicadas relaciones de familia, las expectativas sociales de
la mujer y del hombre y las dimensiones socio-políticas e históricas ejercen su
influencia en la cortesía oral de ambos sexos.
4.2.2 Factores socio-culturales II: El habla masculina, la construcción de identidad y la cortesía o descortesía.
Las teorías de Brown y Levinson (1987) de imagen e identidad se han
enfocado en la construcción de identidad del interlocutor. Zimmermann (2005)
teoriza que la relación entre lengua e identidad es más amplia. Según
Zimmermann, esta construcción de identidad en las conversaciones no solo está
destinada a la construcción de identidad del otro, sino también al ego (p. 247).
De este concepto podemos extraer que el ser humano no solo emplea cortesía
99
en sus conversaciones para cuidar la imagen del interlocutor, sino también para
servirse a sí mismo. Por consiguiente, la cortesía o descortesía cumplen una
función para el hablante también y no solo actúan como perjudicadores o
protectores de la imagen del otro. El hablante también obtiene algo en el
intercambio lingüístico y no solo se limita a cuidar o perjudicar al oyente.
En la búsqueda de la satisfacción del ego, algunos hablantes incluso
dejan a un lado por completo la imagen del otro y se centran en obtener un
beneficio personal en sus intercambios lingüísticos. Este beneficio personal que
algunos hablantes obtienen en sus intercambios lingüísticos puede llegar a los
extremos de la anti-cortesía, según las pautas de cortesía convencional. Un
ejemplo de este fenómeno se manifiesta en las conversaciones juveniles y en
especial, en las conversaciones entre varones jóvenes. Al establecer esta
identidad masculina (beneficio personal), se ha identificado un patrón de
descortesía entre los grupos de varones jóvenes mientras interactúan en
conversaciones.
Zimmermann identificó tres estrategias de formas de tratamiento. Algunas
de éstas aplican al comportamiento lingüístico entre varones jóvenes:
1) Las estrategias orientadas al yo (hablante), identidad personal del yo, 2)
estrategias orientadas al tú (alocutor), identidad personal del otro y 3) estrategias
orientadas al nosotros (hablante y alocutores) identidad colectiva.
La estrategia 1): las orientadas al yo (hablante), identidad personal del yo,
consiste en una construcción de identidad personal. Esta estrategia, según
Zimmermann: “nos permite conocer la identidad/imagen deseada por los jóvenes
100
masculinos” (p. 252). Los jóvenes son un grupo social que, según Zimmermann,
tienen una identidad transitoria entre su estatus anterior de niños y su estatus
posterior de adultos. Entonces, están en una situación de crearse una nueva
identidad púbera o post-púbera.
La estrategia 2), estrategias orientadas al tú (alocutor) consiste en la
identidad personal del otro. Los actos directivos son actos amenazadores de la
identidad. Para evitar este efecto, señala Zimmermann, los hablantes usan
distintas estrategias como evitar imperativos y la atenuación con el uso del
imperfecto o condicional; entre otras.
3) Las estrategias orientadas al nosotros (hablante y alocutores)
consisten en una identidad colectiva. Se orientan hacia la identidad del grupo.
De estas tres estrategias, la estrategia #1 (orientada al yo), se podría
decir, es la que le da al hablante la oportunidad de obtener un beneficio
personal. Es decir, centrarse en sí mismo y conseguir sus propios fines.
Una estrategia que los varones jóvenes emplean en ocasiones para
establecer una identidad masculina entre otros varones, es el lenguaje rudo y los
insultos. Esta tendencia viene en ocasiones acompañada de mandatos sin
mitigación.
La función de los insultos en los mandatos sin mitigación de los hombres
jóvenes no es para ofender o destruir la imagen del otro como lo sugeriría la
cortesía convencional. Pueden cumplir la función de solo ser instrumentos que
los jóvenes emplean para construir esta imagen e identidad masculina.
Labov (1972) estudió el papel de los insultos en el habla de grupos de
101
hombres jóvenes afroamericanos angloparlantes de los Estados Unidos y su
empleo del vernáculo. Labov cataloga el sistema de insultos en el discurso de
estos jóvenes como una especie de ritual que emplea ciertos recursos verbales
en los miembros del grupo juvenil. Los insultos incluso tienen distintas sub-
categorías como el llamado “sounding”9 que se usa en Chicago para realizar
insultos personales y “dozens” para realizar insultos a familiares. La categoría
sounding es un lenguaje típico en adolescentes y pre-adolescentes (Labov,
1972, p. 308).
De los Heros Diez Canseco (2001) quien estudió el habla masculina de
Perú, hizo unas observaciones sobre este tema. Sus participantes eran hombres
jóvenes entre 20 y 30 años de edad de las localidades de Lima y Cuzco.
Los contextos de las conversaciones eran hombres solos y hombres y
mujeres. Al realizar el análisis cualitativo se reportó que en las conversaciones
de hombres solos el nivel de groserías era más alto que en las conversaciones
mixtas. De los Heros Diez Canseco señaló que: “Los individuos manipulan la
lengua para construir su identidad de género” (p, 164).
El lenguaje entonces no solo es un vehículo para la comunicación entre
individuos. También es una herramienta para establecer una identidad como en
el caso de los varones jóvenes quienes emplean un estilo de habla particular
para definir y concretar su identidad masculina entre miembros del mismo grupo
social.
9 “sounding” y “dozens” (juegos de palabras y sonidos)
102
4.2.3 Factores socio-lingüísticos I: la cortesía negativa y la mitigación en el habla femenina.
Lakoff en su trabajo pionero Language and Woman’s Place (1975)
propuso algunas teorías sobre las bases de la diferenciación lingüística entre
hombres y mujeres. Parte de sus teorías sugieren que algunas de las causas de
esta diferenciación lingüística entre hombres y mujeres es la tendencia de las
mujeres de ser más corteses que los hombres. Según Lakoff, las mujeres
emplean más partículas mitigadoras en sus enunciados que los hombres. Las
partículas que Lakoff señala son del inglés americano tales como: “Well”,
“Y’know”, “Kinda”, “Sorta” etc. (bueno, ya tú sabes, más o menos). El ejemplo
que da Lakoff de este tipo de enunciados en el habla femenina es “John is sorta
short”, lo cual sería equivalente según el contexto y su significado pragmático en
español a “Juan es más o menos bajo” para indicar que esta persona en realidad
no es alta. El propósito de este tipo de enunciado es procurar no dañar la
imagen del interlocutor con una caracterización física desfavorable u ofensiva lo
cual refleja cortesía por parte del hablante. En el español colombiano esta frase
se podría traducir contextualmente a: “Juan es más bien bajito.” La teoría de
Lakoff es que las mujeres emplean este tipo de enunciados con partículas
mitigadoras porque están programadas socialmente a creer que imponerse no
es favorable o propio en una dama. Por ende, estas partículas mitigadoras
emergen por el temor de las mujeres de parecer poco femeninas al imponerse y
al emplear un lenguaje directo (Lakoff, 2004, p. 79).
Lakoff sugiere que las mujeres son más corteses por factores socio-
103
lingüísticos como las actitudes negativas hacia el habla directa lo cual no es
aceptado social y lingüísticamente en una mujer.
En cuanto a los mecanismos de mitigación en el habla cortés, la disculpa
es uno de los más empleados en las peticiones y en el habla cortés en general.
Las mujeres reflejan una tendencia mayor a disculparse que los hombres según
ciertos estudios socio-lingüísticos que se han realizado del tema. Holmes (1989)
realizó un estudio empírico de la distribución de disculpas entre 183
participantes femeninos y masculinos de Nueva Zelanda. Su investigación
exploró el aspecto de cortesía negativa que generan las disculpas. En este
trabajo particular se empleó la disculpa como recurso mitigador ante la amenaza
de la imagen del interlocutor. Las mujeres de este estudio realizaron un 56.3%
de disculpas en contextos de mujer a mujer. De mujer a hombre realizaron un
18.2%. Los hombres solo realizaron un 17% de disculpas en contextos de
hombre a mujer. De hombre a hombre, realizaron un 8.5% de disculpas. Por
ende, no solo las mujeres de Nueva Zelanda se disculparon más
frecuentemente, mas la distribución de disculpas fue en mayor cantidad de mujer
a mujer mientras que las disculpas entre hombres fue muy baja.
Holmes atribuye estos resultados a factores sociales muy complejos
como las relaciones sociales entre mujeres. Su teoría es que para las mujeres el
mantener relaciones sociales es más importante que lo es para los hombres.
Holmes observó que la motivación de las mujeres de disculparse proviene de lo
que consideran necesario para mantener relaciones con la persona ofendida.
Esto sugiere que la prioridad para este grupo de mujeres es mantener buenas
104
relaciones sociales con sus amigas. También observó que las mujeres se
disculpaban más que los hombres cuando se trataba de la invasión del espacio
personal del otro y que los hombres se disculpaban más por ofensas
relacionadas al tema del tiempo (Holmes, pp. 198- 201).
Otra variable que Holmes observó y la cual es relevante para el estudio
de peticiones de los hablantes de Barranquilla y de Bogotá, es la relación entre
la distancia social y la disculpa en hablantes de ambos sexos. Holmes estudió
los contextos de disculpas entre amigos íntimos y familiares, entre colegas y
entre conocidos distantes o extraños. En su análisis las mujeres se disculparon
con mayor frecuencia en el contexto de conocidos distantes o extraños y
colegas. Los hombres se disculparon con mayor frecuencia en los contextos de
conocidos distantes o extraños. Estos resultados sugieren que en el corpus de
Holmes las actitudes hacia la distancia social y de poder entre los hablantes de
distintos sexos, varía entre los hombres y las mujeres que participaron en su
estudio.
Es posible que para las mujeres la prioridad fuera mantener un equilibrio
social entre conocidos distantes o extraños y entre colegas. Para los hombres,
tendría más peso el mantener un equilibrio social entre conocidos distantes o
extraños. También es posible que exista un trasfondo cultural que haya
influenciado estos resultados. Por ejemplo, el papel que cumplen las relaciones
sociales entre los habitantes de esta región del mundo y cómo afecta esto las
relaciones de poder.
Otro recurso mitigador que se relaciona al habla de las mujeres es el uso
105
del diminutivo como herramienta de cortesía negativa. El diminutivo parece ser
una característica del habla femenina. Gutiérrez (2013) como mencionamos,
observó claramente una diferencia en el uso del diminutivo entre hombres y
mujeres. En Michoacán, México, las mujeres lo usaron con mayor frecuencia. En
Houston, los hombres usaron más el diminutivo que las mujeres con el paso de
las generaciones pero en la tercera generación las mujeres tomaron el liderazgo
de nuevo.
Fontanella (1962) como también mencionamos, estudió el diminutivo en el
habla de Bogotá. Fontanella concluyó que en el habla de Bogotá las mujeres
emplearon el diminutivo más que los hombres. También observó que las
mujeres mayores usaron más el diminutivo que las mujeres jóvenes;
probablemente porque en épocas pasadas se hablaba en un ambiente de
cortesía propio de las pequeñas poblaciones (pp. 570-71).
En resumen, las mujeres parecen demostrar una tendencia mayor a
emplear estrategias de mitigación para incrementar cortesía en comparación con
los hombres.
4.2.4 Factores socio-lingüísticos II: la cortesía positiva y el habla femenina.
Recordemos que la cortesía positiva según el modelo de Brown y
Levinson (1987), se orienta hacia la imagen positiva de la persona. Por ejemplo,
cumplidos, agradecimientos, halagos etc. Los cumplidos son una estrategia de
cortesía positiva muy común. Holmes (1995) da cuatro funciones de los
cumplidos: 1) Expresar solidaridad, 2) Expresar admiración, apreciación o
106
halago, 3) Expresar incluso envidia por las posesiones del oyente y 4) Un uso
inusual: expresar hostigamiento (p. 121). No obstante, en la mayoría de los
casos, podríamos decir, los cumplidos son para implementar las funciones 1) y
2) las cuales son para hacer sentir bien al oyente u orientarse hacia la imagen
positiva de la persona. En el estudio de Holmes (1989) de Nueva Zelanda las
mujeres dieron cumplidos a una razón de 68%. Los cumplidos entre hombres
fueron solo un 9%. Los hombres recibieron menos cumplidos que las mujeres
(hombres=26%). Estos resultados indican que los cumplidos se dieron
principalmente en las interacciones de mujeres en Nueva Zelanda; es decir, de
mujer a mujer.
Herbert (1990) estudió los cumplidos recolectados por estudiantes de la
State University of New York en Binghamton en la comunidad de estudiantes,
salones de clases, etc. Las mujeres tuvieron el liderazgo en cumplidos con una
frecuencia de 330 ocurrencias de 1.062 casos. Además de ser la cantidad más
alta de cumplidos, estos fueron realizados de mujer a mujer como en el estudio
de Holmes (1989). Herbert señala que los cumplidos de las mujeres son señales
de solidaridad y buena voluntad y por eso ocurren con más frecuencia en el
discurso (p. 221). Entonces es posible que en los grupos de mujeres éstas
empleen estrategias de cortesía positiva para solidificar los lazos sociales y
afectivos entre ellas.
Según Holmes (1995), puede ser que los hombres perciban los cumplidos
como un acto de amenaza a la imagen. Se pudiesen sentir avergonzados u
obligados por esta demostración no solicitada de solidaridad (p. 124). Por
107
consiguiente, es posible que las mujeres demuestren reacio a darles cumplidos
a los hombres porque han captado este recibimiento de los hablantes
masculinos.
Vale la pena mencionar que pudiesen haber factores socio-culturales
involucrados en la frecuencia de la distribución de cumplidos entre hombres y
mujeres. Por ejemplo, la distancia social que las mujeres le deben guardar a los
hombres en ciertas culturas. En ciertos países islámicos las mujeres no les
dirigen la palabra a hombres desconocidos. Al-Ageel (2016), quien estudió las
peticiones de mujeres de Arabia Saudita, reportó que algunas participantes
prefirieron evitar hacerles peticiones a hombres extraños en el escenario ficticio
de pedir la dirección para llegar a un lugar. Las participantes también reportaron
que preferirían valerse por sí mismas para encontrar la dirección (Al-Ageel,
2016, p. 92). Entonces, en un contexto socio-cultural como éste, la frecuencia de
cumplidos o peticiones de mujeres a hombres sería prácticamente nula.
En cuanto al patrón de las mujeres de dar más cumplidos en general que
los hombres, Holmes teoriza que la diferencia en la distribución de los cumplidos
entre hombres y mujeres pudiera deberse a la función y valor que le da cada uno
a los cumplidos. Para las mujeres, los cumplidos expresan solidaridad y cortesía
positiva; pero para los hombres, son más importantes los juicios evaluativos
(Holmes, 1995, p. 123).
De los Heros Diez Canseco (2001) también estudió aspectos del habla
femenina y las expresiones de cortesía positiva en el español peruano en Lima y
en Cuzco. Los resultados de su estudio revelaron que en Cuzco los hombres les
108
dieron más cumplidos a las mujeres. Las mujeres dieron igual cantidad de
cumplidos a hombres y a mujeres. En Lima los hombres dieron más cumplidos a
receptores femeninos y masculinos en general (pp. 186-187).
Los cumplidos son por ende una expresión de cortesía positiva muy
empleada tanto por hombres como mujeres. La frecuencia de cumplidos por
género varía de lugar en lugar, pero las mujeres demuestran una tendencia
aparentemente mayor de emplear esta herramienta de cortesía positiva.
En cuanto a otros mecanismos de cortesía positiva se encuentran actos
de habla como las felicitaciones, invitaciones, expresiones de gratitud, de
apreciación, etc. Greif y Gleason (1980) estudiaron la adquisición de actos de
habla rutinarios de cortesía en el inglés como: “hi, thanks, goodbye” (hola,
gracias, adiós) en el habla de los niños. El propósito del estudio fue investigar,
bajo condiciones de laboratorio modificadas, las maneras en la cuales los padres
y las madres les enseñaban estas rutinas a sus hijos pequeños. Los métodos
que los padres empleaban eran principalmente solicitar los saludos de los niños
o instarlos a que lo hicieran. Al analizar los resultados del estudio, Greif y
Gleason observaron que las madres eran las más corteses según las
convenciones de la cortesía angloparlante. Esto fue debido a que ellas les
inculcaron más a los niños a que dijeran “goodbye” y “thank you” en
comparación con los padres. Aunque este trabajo se trataba de investigar el
habla infantil, dio un panorama de los patrones de cortesía positiva en las
mujeres y cómo emplean estos actos de habla corteses. Lógicamente los padres
les imparten a sus hijos lo que ellos consideran cortés o descortés. En este
109
proceso entonces salió a relucir las actitudes del habla de las mujeres ante la
cortesía.
Aunque los patrones de cortesía positiva parecen ser dominados por las
mujeres, no podríamos a ciencia cierta afirmar que llevan el liderazgo ya que en
ciertas ocasiones los hombres también emplean actos de habla de cortesía
positiva en su discurso.
Kramer (1975) exploró dos variables que están entrelazadas: el sexo del
hablante y el sexo del interlocutor en relación a las formas de tratamiento en los
Estados Unidos de América. El sexo del hablante y del interlocutor son factores
importantes, según Kramer, al momento de determinar cuál forma de tratamiento
se debe emplear. El estudio de Kramer de formas de tratamiento sugiere no solo
que el sexo del hablante y el sexo del interlocutor son factores importantes en
determinar cuáles formas de tratamiento se usarían. También sugiere que los
hombres y las mujeres en los Estados Unidos tienen distintos repertorios de
formas de tratamiento de donde escoger para distintas ocasiones (p.199).
Las mujeres, según Kramer, son más selectas para escoger sus formas
de tratamiento por las reglas sociales que rigen su discurso. Por ejemplo, evitan
ciertas formas de tratamiento que pudiesen parecer masculinas. Uno de los
resultados más interesantes de esta investigación particular fue el empleo de
ciertos adjetivos en el ámbito de cortesía positiva por parte de ambos sexos.
Kramer envió a un grupo de estudiantes de ambos sexos a recoger datos en las
tiendas cercanas. Les pidió que no les dirigieran la palabra a los vendedores
para documentar las formas de tratamiento inicial al ser recibidos en los
110
establecimientos comerciales. Las mujeres estudiantes recibieron de otras
mujeres vendedoras adjetivos afectivos como: “dear” y “ma’am” (querida,
señora) y de los varones vendedores recibieron: “ma’am”, “lady”, “sweetie”
“lovely” “baby” (señora, dama, dulce, cariño, bebé o nena); entre otros. Los
estudiantes varones recibieron de mujeres vendedoras “sir” y “dear” (señor,
querido) y de varones “sir” (señor). Entonces, las mujeres estudiantes recibieron
más adjetivos afectivos pero fueron los hombres quienes se los dieron.
En este capítulo hemos abarcado la influencia de ciertos factores socio-
culturales y socio-lingüísticos en el habla cortés de hombres y de mujeres.
Estos dos puntos de análisis han indicado que en la cultura y en la sociedad se
reflejan las distintas expresiones de cortesía negativa o positiva como lo
expusimos.
En el siguiente capítulo abordaremos los componentes de la presente
investigación con todos sus elementos (metodología, resultados, conclusiones,
limitaciones de la investigación, conclusión).
111
5. INVESTIGACIÓN
El propósito de esta investigación, recapitulamos, es demostrar la
discrepancia que se manifiesta entre las convenciones de la cortesía tradicional
en español y la cortesía interpretada por ciertas comunidades lingüísticas al
momento de realizar una petición.
5.1 Metodología
La investigación se llevó a cabo con la distribución de un instrumento
escrito en forma de cuestionario el cual los participantes completaron a mano. El
instrumento escrito tomó entre 10 y 15 minutos para completar.
El otro componente del estudio fue observaciones informales en vivo de
los comportamientos lingüísticos de residentes locales de ambas ciudades. Se
observaron interacciones de peticiones en lugares que constituyen una
plataforma para contextos formales e informales. Se analizaron las formas de
tratamiento durante los diálogos en tiempo real de estas interacciones.
5.1.1 Participantes y recolección de datos
La presente investigación ha sido aprobada por la University of Houston
Institutional Review Board (IRB) la cual supervisa investigaciones realizadas con
sujetos humanos.
Para lograr el propósito de esta investigación se solicitó la participación
de 30 estudiantes de la ciudad de Barranquilla de la Universidad del Norte y 30
estudiantes de Bogotá de la Pontificia Universidad Javeriana. Los estudiantes
112
tenían las edades de 18 a 25 años en su mayoría y pertenecen a distintos
estratos socio-económicos. Los estratos se determinaron de acuerdo a las
convenciones de estratificación socio-económica en Colombia estipuladas por el
DANE. El DANE describe 6 categorías de estratos socioeconómicos: 1: bajo-
bajo, 2: bajo, 3: medio-bajo 4: medio, 5: medio-alto, 6: alto (ver los apéndice B y
C para apreciar los mapas de estratificación social de Barranquilla y de Bogotá).
En Barranquilla 26 estudiantes reportaron el estrato donde viven. 4 estudiantes
optaron por no reportar su estrato. En Bogotá 29 estudiantes reportaron su
estrato socio-económico. Solo un estudiante optó por no reportar su estrato.
Tabla 1. Reporte de estratificación socio-económica de los participantes de Barranquilla.
Barranquilla:
estratos reportados
Número de estudiantes
en este estrato:
2
1
3
5
4
8
5
10
6
2
113
Tabla 2. Reporte de estratificación socio-económica de los participantes de Bogotá.
Tanto hombres como mujeres participaron en la investigación
(Barranquilla: 15 hombres, 15 mujeres. Bogotá: 13 hombres, 17 mujeres). Se ingresó a los salones de clases de ambas universidades por medio de la colaboración de las correspondientes autoridades quienes coordinaron dicho ingreso con los docentes pertinentes. Los estudiantes de ambas universidades participaron en el estudio en el verano del 2018. El proceso en sí de la aplicación del instrumento fue supervisado y dirigido por mi persona de principio a fin.
Bogotá: estratos
reportados
Número de estudiantes
en este estrato:
2
7
3
11
4
10
5
---
6
1
114
5.1.2 Instrumento El instrumento es un cuestionario el cual los estudiantes completaron a
mano. Los participantes recibieron instrucciones de cómo completar el
instrumento antes de la distribución del mismo. Cada estudiante trabajó en el
cuestionario individualmente. Consta de 3 partes:
Parte I:
La parte I se compone de situaciones hipotéticas en las cuales los
participantes tuvieron que realizar peticiones basadas en escenarios ficticios.
Las preguntas se formularon en contextos formales e informales. La situación, el
lugar y la persona a la cual se hace la petición conforma el contexto (20
preguntas). En el contexto informal se plantearon escenarios de interacciones
con amigos, familiares y dependientes en lugares casuales (preguntas 1, 2, 3, 4,
5, 6, 12, 17). El ejemplo A es el de una situación informal. Se plantea pedirle
prestado un teléfono celular a un amigo en el escenario casual de la cafetería
universitaria.
Ejemplo A: Contexto informal:
Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?
115
En el contexto formal se plantearon escenarios de interacciones con
compañeros de trabajo en la oficina y con dependientes en lugares considerados
tradicionalmente formales como un contador de hotel, la oficina médica, el
despacho del jefe, la notaría y negocio de servicio al cliente formal (preguntas 7,
8, 9, 10, 11, 13, 14, 15, 16, 18, 19, 20). En este contexto también se plantearon
escenarios de peticiones a figuras de autoridad pública (al oficial de policía, a la
alcaldesa). El ejemplo B es el de una situación formal. Se plantea pedirle al jefe
poder salir temprano del trabajo. La situación es una tensa con el escenario del
despacho del jefe para realizar la petición y con el tipo de imposición realizada.
En ambos contextos se plantearon peticiones a personas de distintas
edades y de ambo sexos. Las peticiones contienen una fotografía para darles a
los participantes una referencia de dónde y a quién se está haciendo la petición.
En las peticiones realizadas por los participantes en esta sección se estudió:
1) El verbo que los participantes emplearon. Se realizó una calculación
basada en el conteo de formas verbales dadas sobre el total de
Ejemplo B: Contexto formal:
Le quiere pedir a su jefe que lo deje salir temprano hoy. ¿Cómo se lo pediría?
116
respuestas. De este total se sacó un porcentaje de las formas verbales
empleadas. Como hemos mencionado, la cortesía convencional emplea
ciertos tiempos o modos verbales los cuales se asocian con cortesía.
2) Los mitigadores empleados para atenuar la demanda (diminutivos,
disculpas, frases pre y post peticionarias, etc.).
3) La forma tú o usted. Como hemos mencionado, estos pronombres tienen
funciones honoríficas que imparten cortesía.
4) El tipo de lenguaje que se emplea (informal, convencional, amable,
grosero, etc.).
Parte II:
En la segunda parte se plantean preguntas de selección múltiple en una
escala Likert en la cual los participantes evaluaron situaciones de cortesía (20
preguntas). Se formularon preguntas con ciertos tiempos y modos verbales
(imperativo, presente de indicativo, condicional simple, imperfecto de subjuntivo,
futuro). Los participantes evaluaron si la petición que se planteó es muy cortés,
cortés, descortés o muy descortés. Las preguntas también se formularon en
contextos formales e informales.
El propósito de esta escala es evaluar el favorecimiento de las distintas
formas verbales implementadas en las peticiones así como el favorecimiento de
mitigadores o ausencia de estos en las peticiones planteadas. Por ende, la
escala mide la frecuencia de favorecimiento de estos elementos planteados en
las peticiones ficticias.
117
Se plantearon estratégicamente más preguntas con el modo imperativo y
en el tiempo verbal presente de indicativo con el propósito de explorar a fondo
cómo interpretan los barranquilleros y los bogotanos una petición en el modo y
tiempo verbal menos cortés según la cortesía convencional la cual sigue las
pautas de cortesía de Lakoff (1973), el principio de cooperación de Grice (1975)
el modelo de Brown y Levinson (1987), las máximas de Leech (1983), y la
tipología de Haverkate de actos de habla (1994).
También se plantearon más peticiones hipotéticas con este modo y
tiempo verbal por las tendencias que demostraron los barranquilleros en el
estudio piloto de realizar más peticiones en el modo verbal imperativo y en
presente de indicativo.
Se predice que las evaluaciones de los barranquilleros de modos y
tiempos verbales considerados descorteses como el imperativo y el presente de
indicativo harán un contraste con las evaluaciones de los bogotanos de acuerdo
a las tendencias manifestadas en el estudio piloto.
Las peticiones, y aquellas con imperativo especialmente, dan un
panorama más profundo de las actitudes hacia el habla en cuanto a cortesía.
Esto se debe a la variación socio-pragmática y socio-cultural que gravita hacia
un mandato según la cortesía tradicional en español y según estudios como los
realizados por Blum-Kulka y House (1989), Boretti (2003), Katriel (1986) y Curcó
y De Fina (2002), entre otros. Por ende, es de especial interés para los
propósitos de esta investigación explorar las actitudes de los hablantes ante
peticiones con mandatos. Después de evaluar las peticiones hipotéticas los
118
participantes escribieron las razones por las cuales consideraron que la
respuesta que circularon es la más apropiada. Por este motivo se incluyó la
parte “¿Por qué considera esto?” en la escala. Este elemento contribuyó al
análisis cualitativo de la investigación ya que es de especial interés indagar
sobre las opiniones de los participantes. De esta manera se explora lo que los
hablantes interpretan como cortesía (ver cuadro 8 para apreciar un ejemplo de la
escala).
Cuadro 8. Ejemplo de la escala Likert.
Algunas de las peticiones que se plantearon en la escala Likert también
contienen elementos mitigadores y atenuadores como diminutivos, la edad de la
persona a la cual se le está pidiendo algo, la frase mitigadora “por favor” y los
pronombres usted y tú. Se intenta investigar si estos elementos tuvieron algún
efecto en la evaluación de las peticiones por parte de los hablantes. De la misma
forma, algunas de las peticiones de la escala Likert no tienen ningún elemento
Ejemplo (contexto formal):
Usted llega a la biblioteca y necesita un libro. Va donde la empleada y se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me podría decir dónde están los libros de historia?
considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto?
________________________________________________________________
119
mitigador de los mencionados para investigar si la ausencia de estos tiene
alguna influencia en las opiniones de los hablantes.
Parte III:
La parte III del instrumento consta de dos preguntas de desarrollo en la
cual los participantes escribieron un corto párrafo sobre sus actitudes hacia el
habla de Colombia y lo que significa para ellos ser barranquillero o bogotano.
Se sabe que la cultura y la sociedad tienen una influencia en las actitudes
hacia el habla según los estudios que hemos presentado sobre la variación
intercultural en las formas de tratamiento. Por consiguiente, los participantes
expresaron sus opiniones en cuanto a la relación cultura-sociedad-lengua en
este segmento (para apreciar mejor el instrumento ver el apéndice A).
En síntesis, las tres partes del instrumento se diseñaron para realizar el
contraste que constituye la hipótesis de este estudio: la cortesía convencional no
siempre corresponde con la cortesía interpretada por comunidades lingüísticas.
La parte I del instrumento nos permite medir o evaluar cuán convencional
o no son las formas de tratamiento que emplean los participantes de acuerdo a
las convenciones que presentamos de las distintas teorías de cortesía.
La parte II nos permite indagar realmente cómo interpretan los hablantes
la cortesía según sus propios criterios socio-lingüísticos.
Por consiguiente, se proyecta un contraste entre la parte I (evaluación de
las formas tratamiento según la cortesía convencional) y la parte II (la
interpretación de cortesía por comunidades lingüísticas).
120
La parte III del instrumento explora la relación lengua-cultura-identidad la
cual conforma una parte esencial de las actitudes hacia el habla y hacia las
formas de tratamiento por parte de los integrantes de ciertas comunidades
lingüísticas. Estas actitudes apoyarían nuestra hipótesis ya que los criterios
sociales y culturales que gravitan alrededor de la lengua afectan la interpretación
de la cortesía como lo hemos explicado en los capítulos anteriores.
5.2 Resultados: Parte I
El análisis de las peticiones que realizaron ambos grupos de hablantes
reveló que los bogotanos se allegan más a las convenciones de la cortesía
tradicional en sus peticiones en comparación con los barranquilleros.
Tanto en contextos informales como formales, los barranquilleros se
alejaron de los elementos que constituyen una petición cortés en español
(formas verbales complejas, lenguaje indirecto, disculpas, frases atenuadoras
pre y post peticionarias, etc.).
En cuanto a formas verbales descorteses, Barranquilla superó a Bogotá
en el empleo del imperativo, el modo verbal más descortés de la cortesía
convencional en español. Las peticiones de los barranquilleros en el contexto
informal emplearon imperativos en un 27%. Los bogotanos emplearon solo un
8%. En contextos formales, Barranquilla empleó un 10 % de imperativos y
Bogotá un 4%.
La tendencia de los barranquilleros de emplear imperativos en mayor grado
que los bogotanos en sus peticiones (además de emplear menos el condicional
121
simple y de mitigar con poca frecuencia sus demandas) los coloca
automáticamente en un ámbito de descortesía ya que el imperativo es la
demanda más inmediata que se puede imponer en un oyente. Los imperativos
no le dan ninguna opción al interlocutor de escoger el momento de complacer a
su peticionario. En este sentido, los barranquilleros no están marcando ninguna
distancia temporal entre ellos y el interlocutor en sus peticiones. Esto sería una
violación al contrato de Fraser (1980) o al entendimiento de derechos y
obligaciones por parte de cada persona que participa en la conversación. En
este contrato o entendimiento implícito en la mayoría de los dialectos del
español, se ha establecido que el imperativo viola los derechos del interlocutor al
imponerle una demanda inmediata.
Los barranquilleros también estarían empleando un lenguaje que
amenaza la imagen del interlocutor según el concepto de imagen de Brown y
Levinson (1987). Una petición con imperativo sería una manifestación de un
lenguaje que no emplea las estrategias de cortesía negativa de Brown y
Levinson como ser indirecto o cuestionar. Los mandatos son por excelencia un
lenguaje directo. Asimismo no cuestionan de ninguna manera si el interlocutor
tiene la capacidad de complacer al peticionario. Se está asumiendo que el
interlocutor realizará la petición sin ninguna duda y que la demanda se
concederá en el mismo momento que se establece.
Los bogotanos también emplearon imperativos en menor grado en sus
peticiones. No obstante, las peticiones con imperativos que manifestaron los
capitalinos en ambos contextos contienen más frases pre y post peticionarias
122
para atenuar la demanda. Por consiguiente, aun cuando se trata de peticiones
con imperativos, los bogotanos demuestran más cortesía que los barranquilleros
en el habla.
Las demandas con imperativos sin mitigación, como las que presentaron
los barranquilleros en muchas de sus peticiones, tienen una reputación de orden
o subordinación según los convencionalismos de la cortesía tradicional.
Los parámetros de Haverkate (1994) de cortesía cumplen un papel
significativo en las peticiones con imperativos de ambos grupos de hablantes.
A modo de resumen los recapitulamos: I. La cortesía aumenta en la medida
en que es mayor la distancia entre el hablante y el oyente, II. La cortesía
aumenta en la medida en que es mayor el poder del oyente sobre el hablante
y III. La cortesía aumenta en la medida en que es mayor el grado de
imposición (p. 40).
Según los conceptos y percepciones que los barranquilleros expresaron
de lo que significa cortesía para ellos en las siguientes secciones del
instrumento, ninguno de estos parámetros aplicaría en la formulación de sus
peticiones con imperativos. En el análisis de las actitudes hacia el habla que
describiremos, entenderemos cómo para los participantes de Barranquilla no
existe una distancia entre el hablante y el oyente en ciertos contextos. Tampoco
hay una relación de poder a considerar ni una imposición inminente que tomar
en cuenta al momento de realizar una petición con imperativo en algunas
situaciones.
123
Inversamente, en el habla de los bogotanos estos parámetros sí
aplicarían según los criterios de cortesía que los capitalinos expresaron en las
próximas secciones del instrumento. Por este motivo, entre otros, las peticiones
con imperativos de los bogotanos son más elaboradas y atenuadas que las de
los barranquilleros.
La diferencia sobresaliente del porcentaje de imperativos en el contexto
informal entre barranquilleros y bogotanos (27% versus 8%), tiene un trasfondo
complejo de actitudes hacia el habla que explicaremos en detalle
posteriormente.
No obstante, adelantamos que este trasfondo de actitudes hacia el habla
se vio reflejado en las peticiones que los barranquilleros le realizaron a los
amigos y familiares ficticios en la parte I del instrumento. Los barranquilleros
consideran que en el entorno social de compañeros universitarios, amigos y
familiares, no es necesario implementar un nivel alto de cortesía ya que esta
cortesía representaría un distanciamiento interpersonal entre ellos y sus
personas más allegadas.
Las peticiones realizadas por barranquilleros en las preguntas #1, 2, y 4
dirigidas a contemporáneos así como las preguntas dirigidas a familiares (#3 y
6), contienen el mayor número de imperativos en el contexto informal en la
comparación de los dos grupos de hablantes (de las 56 peticiones con
imperativos escritas por los barranquilleros en el contexto informal, 51 fueron
dirigidas a amigos y familiares). El hecho de que el peso de las peticiones con
imperativos recae mayormente en las peticiones dirigidas a amigos y familiares
124
deja mucho que decir en cuanto a las actitudes hacia el habla entre los
barranquilleros; lo cual discutiremos en las secciones dedicadas a este aspecto
de la investigación.
Las peticiones en el presente de indicativo estuvieron más o menos
equilibradas entre los dos grupos de hablantes con un leve incremento en el
contexto informal en Bogotá. Contexto informal: Barranquilla, 57% ⎯Bogotá,
69%. Contexto formal: Barranquilla 45%⎯Bogotá 45%. No obstante, aunque
Bogotá manifestó un incremento leve en el contexto informal, las peticiones
realizadas en el presente de indicativo por los bogotanos contienen más
recursos mitigadores. También recalcamos que el empleo en mayor grado de
peticiones en imperativo por los barranquilleros así como el empleo en mayor
grado de peticiones en el condicional simple por parte de los bogotanos,
demuestra un panorama general de descortesía en el habla en Barranquilla.
Recordemos que el imperativo se sitúa en una posición críticamente inmediata
en el centro deíctico en relación a las peticiones y que el condicional simple se
sitúa en una posición alejada de la inmediatez descortés. Además, las peticiones
de los barranquilleros no demostraron un esfuerzo adicional en mitigar sus
demandas. Estos elementos en conjunto colocan a los barranquilleros en las
casillas de la descortesía según la cortesía convencional.
125
Figura 3. Ilustración del centro deíctico en relación a la petición con modos y tiempos verbales.
Otros elementos que categorizan a los participantes de Barranquilla como
descorteses es su preferencia por el empleo de la forma tú, la cual fue
dominante en las peticiones de ambos contextos. Como hemos explicado en
capítulos anteriores, los pronombres usted y tú cumplen funciones honoríficas en
el habla cortés en español. Según la tipología de actos de habla de Haverkate
(1994) que describimos, al micronivel del acto de habla la cortesía se puede
manifestar a través de la selección de pronombres de tratamiento. Por lo general
en la cortesía tradicional del español la forma usted se emplea para implementar
cortesía. La Real Academia Española incluso describe a la forma usted como un
pronombre cortés.
Las peticiones con imperativos de los participantes de Barranquilla bajo el
contexto formal, reflejaron un lenguaje sumamente directo en las situaciones de
interacción con compañeros de trabajo (preguntas # 7,16 y 20). Además del
empleo ocasional del mitigador “por favor” los únicos elementos que pudieran
funcionar como partículas mitigadoras entre compañeros de trabajo son el
empleo de ciertos apodos afectivos antes de la realización de la petición. Por
↓ PRESENTE pasado INMEDIATO presente casi inmediato futuro futuro hipotético cercano futuro hipotético lejano (imperfecto (imperativo) (presente de indicativo) (futuro) (condicional simple) (imperfecto de subjuntivo de indicativo)
126
ejemplo, los hombres barranquilleros emplearon los apodos “mani”, “papi”, “loco”
y “amigo” en sus peticiones con imperativos a varones jóvenes. En las peticiones
a colegas también se observó un lenguaje jovial con expresiones como “de
bacán” y “hacer el dos.” En el habla de Barranquilla, estas expresiones son
sinónimo de informalidad y se asocian generalmente con un lenguaje jovial que
se emplea en situaciones de ámbito casual (observación personal). Sin
embargo, los barranquilleros las emplearon en peticiones que se supone son
bajo situaciones más formales como las de pedirle asistencia a los colegas con
algunos aspectos del trabajo (ver los siguientes cuadros para apreciar ejemplos
de peticiones).
127
Cuadro 9. Ejemplos de peticiones con imperativos. Barranquilla, contextos formales e informales.
10 AR/M/18-25 11 OR/M/18-25 12 AG/M/18-25 13 LR/F/18-25 14 WQ/M/18-25 15 SU/M/18-25 16 AJ/M/25-35 17 AG/M/18-25
Contexto informal: (Barranquilla)
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad.
Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Bro regálame un minuto”10
“¡Dame un minuto ahí!”11
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo
al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo les pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Hey, por favor bájenle al volumen”12
Contexto formal:
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras usted sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Háganme el dos mientras almuerzo. Estén pendientes del teléfono”13
“Contesta por mí, ya regreso”14
Ø Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde su compañera de trabajo para que le dé un poco. ¿Cómo se lo pediría?
“Oye, regálame una hojas”15
“Pásate unas hojas ahí de bacán”16
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Mani ayúdame ahí. Hazme el dos que esto está como duro”17
lenguaje directo -jefe
Frase “de bacán”
Frase “hacer el dos”
Afectivo “mani”
128
Cuadro 10. Ejemplos de peticiones con imperativos: Bogotá, contextos formales e informales.
18 MG/F/18-25 19 SV/M/18-25 20 LG/F/18-25 21 GA/M/18-25
Contexto informal: (Bogotá)
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Bájenle porfa, tengo que dormir”18
“Oye, estoy cansado y el ruido es muy fuerte. Bájenle un poco”19
Contexto formal:
Ø Pregunta #7: “Les quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Si me llaman por favor díganle que no estoy y que llame más tarde ¿si?”20
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Parce, ayúdeme con este trabajo y yo le quedo debiendo una”21
frase pre-peticionaria mitigador “un poco” -jefe
frase post-peticionaria
mitigador -jefe
frase post-peticionaria
129
Cuadro 11. Ejemplos de peticiones en presente de indicativo: Barranquilla, contextos formales e informales.
22 GD/F/18-25 23 AS/F/18-2524 AJ/M/18-25
(Barranquilla)
Contexto informal:
Ø Pregunta #5: “Usted va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?”
“¿Me regalas un café?22
“Buenas, ¿me vende un café?”23
Contexto formal:
Ø Pregunta #15: “Le quiere pedir a su jefe que lo deje salir temprano hoy. ¿Cómo se lo pediría?”
“¿Me puedo ir temprano?”24
petición poco mitigada al jefe
mitigación reducida -jefe
130
Cuadro 12. Ejemplos de peticiones en presente de indicativo: Bogotá, contextos formales e informales.
25 YV/F/18-25 26 MP/F/18-25 27 JR/M/18-25
(Bogotá)
Contexto informal:
Ø Pregunta #5: “Usted va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?”
“Buenas, ¿me regalas un café por favor?25
“Buenos días, ¿me regalas un café por favor?26
Contexto formal:
Ø Pregunta #15: “Le quiere pedir a su jefe que lo deje salir temprano hoy. ¿Cómo se lo pediría?”
“Buenas jefe, lo que pasa es que necesito salir temprano hoy porque tengo que hacer una diligencia. ¿Será que usted me da permiso?”27
frase pre-peticionaria
forma “usted” petición elaborada al jefe
saludo inicial -jefe
mitigador “por favor” -jefe
saludo inicial -jefe
131
En cuanto a formas verbales corteses, los bogotanos emplearon más
peticiones en el condicional simple en ambos contextos (contexto informal:
Barranquilla: 12%, Bogotá: 22%. Contexto formal: Barranquilla: 39% y Bogotá:
44%). Este empleo mayor de formas como el condicional simple categoriza a los
bogotanos como más corteses en el habla. El condicional simple tiene el atributo
de implementar un escenario de posibilidad/imposibilidad que el imperativo no
puede ofrecer. Según la cortesía convencional, los bogotanos estarían
implementando más cortesía por alejar la demanda de un presente inmediato.
De esta manera no se estaría estableciendo una situación que representara una
amenaza de imagen para el interlocutor. En este sentido los bogotanos siguieron
las obligaciones y derechos del contrato conversacional de Fraser. Con el
empleo mayor del condicional simple, los bogotanos respetaron más el derecho
del interlocutor de decidir cómo y cuándo complacerá al peticionario. El
condicional simple incluso da la opción de no complacer al peticionario en lo
absoluto. El imperativo por el contario tiene la cualidad descortés de obligar en
cierta manera al interlocutor a satisfacer la demanda de su peticionario. Invade
el espacio personal del interlocutor de tal manera que lo coloca en la situación
de casi no poder negarse a realizar la petición. Por este motivo formas como el
condicional simple o el imperfecto de subjuntivo tienen una reputación más
favorable en la cortesía convencional. Los bogotanos de esta muestra de
hablantes entonces han empleado la forma verbal prestigiosa en sus peticiones
en mayor grado. Por otro lado, los barranquilleros han favorecido la forma
estigmatizada según las convenciones de la cortesía tradicional.
132
Además de formas verbales corteses, los bogotanos emplearon más
recursos mitigadores en sus peticiones como frases pre y post peticionarias,
minimización de la demanda (frase “un poco”) y disculpas. Con el empleo mayor
de mitigadores, los hablantes de Bogotá emplearon la mitigación altruista de
Fraser. Esta mitigación, recapitulamos, tiene como prioridad proteger al oyente
del efecto dañino de una demanda. La frase pre-peticionaria “Qué pena” fue
empleada con frecuencia entre los bogotanos.
Minimizar la demanda, como explicamos, hace que el pedido parezca
menos abrumador. Las disculpas forman parte de las estrategias de cortesía
negativa de Brown y Levinson y se emplean para atenuar una imposición.
Los participantes de Bogotá también emplearon el honorífico usted con
mayor frecuencia y demostraron más deferencia ante figuras de autoridad
pública como hacia el oficial de policía y hacia la alcaldesa (preguntas #13 y 19).
En la próxima sección del instrumento explicaremos cómo las actitudes
hacia ciertas figuras de la comunidad afectan los juicios lingüísticos de los
barranquilleros y bogotanos. Estas actitudes se expresaron de gran manera en
las peticiones que los participantes escribieron en la parte I del instrumento y en
los juicios lingüísticos que realizaron en la parte II en la cual evaluaron las
peticiones que se les plantearon.
En síntesis, la preparación de la demanda fue más cautelosa en las
peticiones de los participantes de Bogotá. Este proceso es realizado a
consciencia por parte del peticionario porque el que pide está al tanto del juicio
pragma-lingüístico que el interlocutor está realizando en el momento de la
133
petición. Por consiguiente, los bogotanos han proyectado eficientemente el daño
que sus peticiones le causarían al interlocutor ficticio de las peticiones. En la
proyección del daño que la petición le causaría al oyente, se sirvieron de una
gran cantidad de recursos mitigadores en sus peticiones.
Aun en las peticiones formuladas por los barranquilleros con formas
corteses como el condicional simple, el lenguaje siguió siendo directo en ambos
contextos (menos frases pre y post peticionarias y otros recursos mitigadores).
(Ver los siguientes cuadros para apreciar ejemplos de peticiones).
134
Cuadro 13. Ejemplos de peticiones con condicional simple: Barranquilla, contextos formales e informales.
28 AS/F/18-25 29 AJ/M/18-25 30 CC/F/18-25 31 MR/F/18-25
Contexto informal: (Barranquilla)
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad.
Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Hey amigo, ¿me podrías regalar un minuto?”28
¿Me podrías prestar tu teléfono?29
Contexto formal:
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan
el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Oye de bacán ¿me harías el dos?, yo te reemplazo después”30
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero
automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“¡Hola! ¿Me podrías acompañar mientras saco plata porfi? es que me da miedo”31
forma “tú” en todas las peticiones con condicional simple en contexto informal excepto en la pregunta #12 (el restaurante)
Lenguaje informal “porfi”
frase “hacer el dos” frase “de bacán” frase post peticionaria
Lenguaje poco deferente ante figura de autoridad
Lenguaje jovial
frase post-peticionaria
135
Cuadro 14. Ejemplos de peticiones con condicional simple: Bogotá, contextos formales e informales. (Para apreciar ejemplos adicionales de peticiones ver el apéndice D).
32 VR/F/18-25 33 MP/F/18-25 34 PR/F/18-25 35 JS/M/18-25
Contexto informal: (Bogotá)
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Hola, qué pena, es que llevo un buen rato tratando de dormir, ¿será que podrían bajarle a la música?”32
Ø Pregunta #5: “ Usted va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?”
“Buenos días, ¿me regalaría un café por favor?”33
Contexto formal:
Ø Pregunta #18: “Usted está enojado porque no lo han atendido en la clínica y ya es tarde. Va donde la jefa de las enfermeras para pedirle que lo atiendan ¿Cómo se lo pediría?”
“Disculpe, llevo horas esperando a que me atiendan. ¿Alguna de las enfermeras me podría atender por favor?”34
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero automático pero
no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“Señor agente, ¿me podría acompañar a el banco por favor?”35
mitigador “por favor”
disculpa frase pre-peticionaria mitigador “por favor”
forma “usted”
honorífico “Señor agente”
Frase “qué pena”
136
Basándonos en el estudio detallado de las formas verbales empleadas
por ambos grupos de hablantes y por la mitigación reducida en las peticiones de
los participantes de Barranquilla, se podría concluir a simple vista que los
barranquilleros no se allegan al concepto de proteger la imagen del interlocutor
propuesto por Brown y Lenvinson (1987). Las peticiones de los barranquilleros
no se centran en atenuar o disminuir el daño que se le causa al interlocutor al
invadir su espacio personal. Se supone que el hablante cortés emplearía todo
tipo de estrategia que crea conveniente para alivianar la imposición que le está
creando a su interlocutor.
Al realizar un juicio lingüístico del habla de los bogotanos, entonces
podríamos decir que se allegaron al concepto de imagen de Brown y Levinson
por el esfuerzo adicional que realizaron en sus peticiones para proteger la
imagen de su interlocutor. Según las convenciones de la cortesía convencional,
los barranquilleros son una comunidad lingüística descortés y los bogotanos,
corteses. No obstante, los resultados de la segunda parte del instrumento nos
darán una visión más amplia de lo que significa la cortesía en ciertas
comunidades lingüísticas y confirmará el contraste entre las convenciones de la
cortesía tradicional y la interpretación de cortesía.
137
5.3 Resultados: Parte II.
La segunda parte del instrumento, como se esperaba, reflejó el contraste
entre cortesía convencional y cortesía interpretada que se intenta demostrar en
esta investigación. Los juicios socio-lingüísticos que los participantes de ambas
ciudades realizaron en base a las peticiones que evaluaron, reflejan el contraste
de opiniones en cuanto a la interpretación de cortesía. Varios factores
contribuyeron en la variación de esta interpretación de las formas de tratamiento
en una petición.
La identidad cultural de los participantes con su ciudad, por ejemplo,
afectó los juicios lingüísticos y las actitudes hacia las peticiones con mandatos.
La pregunta #13: “Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en
un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma:
Mándate una limonadita hey”, es un ejemplo sólido de la correlación entre las
actitudes hacia las formas de tratamiento y la identidad cultural. Tanto
barranquilleros como bogotanos expresaron una conexión o desconexión socio-
lingüística y socio-cultural ante un enunciado como “mándate una limonadita
hey.”
Los barranquilleros expresaron que para ellos, este tipo de lenguaje es
una expresión que refleja la cultura de la costa atlántica de Colombia. Los
bogotanos por su parte expresaron una desconexión socio-lingüística y socio-
cultural con una petición formulada de esta manera porque no consideran este
lenguaje propio de Bogotá. De hecho mencionaron que para ellos, los
bogotanos, éste es un lenguaje desagradable y descortés. Por este motivo, entre
138
otros, esta pregunta obtuvo una calificación polarizada de un 57% en la
categoría “descortés” en Bogotá y 53% “cortés” en Barranquilla (ver el siguiente
cuadro para apreciar ejemplos de las opiniones en la escala Likert).
Cuadro 15. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #13.
36 CDL/F/18-25 37 VV/F/18-2538 MB/F/18-25 39 JR/M/18-25
Respuestas de la escala Likert:
P. 13: “Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma: Mándate una limonadita hey” Barranquilla: (cortés)⎯“Es la forma costeña.”36 (cortés)⎯“Es algo muy cultural. Da una sensación de sabor y bacanería.”37
Bogotá:
(muy descortés)⎯“No sonaría natural a mi habla…suena más como una orden que como un favor.”38, (muy descortés)⎯“Lo está haciendo de una manera muy desagradable, pero esto puede ser en la costa ya que ellos dicen así.”39
139
Las relaciones interpersonales y sociales entre los barranquilleros
también afectan sus juicios lingüísticos en gran manera. En la petición hipotética
a los compañeros de clase, por ejemplo, los barranquilleros expresaron que los
compañeros de clases son personas con las cuales existe un vínculo de
confianza y de amistad. Por ende, un imperativo es justificable y cortés en este
entorno social. Inversamente, los bogotanos expresaron que un grupo social de
compañeros de clases no es uno en el cual exista una relación de confianza o
amistad y no justifican un mandato.
La pregunta #14: “Usted tiene las manos llenas de libros. Su vecina y
amiga llega justo a tiempo para ayudarlo con la puerta. Se lo pide de la siguiente
forma: ¡Ábreme porfa que se me caen los libros!”, también ejemplifica la
influencia del entorno social en las actitudes hacia el habla.
Los barranquilleros consideran que la vecina es sinónimo de amistad y
confianza. Por ende, en Barranquilla se calificó esta petición “cortés” en un 73%
versus “cortés” en un 67% en Bogotá. Los bogotanos reportaron que preferirían
formular la petición en el tiempo verbal presente de indicativo: “¿Puedes abrirme
la puerta?” en lugar de emplear un imperativo. Consideran que aunque se trate
de una vecina, esta petición no implementa cortesía. Es un lenguaje muy directo
y sin tacto, según las opiniones de los bogotanos. La única razón por la cual los
bogotanos calificaron la petición “cortés”, según sus explicaciones, fue por el
mitigador “porfa.” No obstante, como grupo, rechazaron este lenguaje hacia la
vecina.
140
Aparentemente entre los hablantes de Barranquilla las personas de la
comunidad como los vecinos o círculos sociales que frecuentan a menudo
(compañeros de clases) son sinónimo de confianza y de acercamiento
interpersonal. Estos conceptos de amistad y confianza podrían explicar en parte
la motivación de los barranquilleros de favorecer el modo verbal más descortés
según la cortesía tradicional: el imperativo. La calificación favorable que le dieron
los barranquilleros a las peticiones con imperativos, iría en contra de todas las
convenciones que han sido establecidas en la cortesía tradicional en español
para realizar una petición.
Los bogotanos expresaron que preferirían emplear formas verbales
complejas. Estas formas verbales complejas mitigan la imposición y mantienen
una distancia entre el hablante y el oyente.
La función de los tiempos verbales complejos, según la tipología de actos
de habla de Haverkate (1994) que mencionamos; y según las convenciones de
la cortesía convencional, es proteger la imagen del interlocutor. Ahora bien, los
barranquilleros no consideran que hay una amenaza a la imagen del interlocutor
en la petición a los compañeros de clases o a la vecina y por este motivo no
consideran necesario implementar recursos mitigadores como las formas
verbales complejas (el condicional, el imperfecto, etc.).
Para los bogotanos al parecer sí hay un peligro de daño a la imagen en un
círculo social como el de compañeros de clases o ante una vecina ya que no
consideran que exista un acercamiento interpersonal entre estas figuras sociales y
141
ellos (ver el siguiente cuadro para apreciar ejemplos de las opiniones en la escala
Likert).
Cuadro 16. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #13 y 14.
Otro factor que afecta los juicios lingüísticos y las actitudes hacia el habla
entre barranquilleros y bogotanos es las relaciones familiares.
40 MF/F/18-25 41 VM/F/18-25 42 WQ/M/18-25 43 MB/F/18-25
Respuestas de la escala Likert:
P. 13: “Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma: Mándate una limonadita hey”
Barranquilla: (cortés)⎯“Entre compañeros se utiliza un lenguaje informal.”40 Bogotá: (descortés)⎯ “No todos tus compañeros son tus amigos de confianza.”41 P. #14: “Usted tiene las manos llenas de libros. Su vecina y amiga llega justo a tiempo para ayudarlo con la puerta. Se lo pide de la siguiente forma: ¡Ábreme porfa que se me caen los libros!” Barranquilla: (cortés)⎯ “Hay confianza.”42 Bogotá: (descortés)⎯“Las ordenes en general suenan groseras.”43
142
La pregunta #3 formulada en condicional simple en el contexto informal:
“Necesita pedirle a su hermanito menor que le preste el teléfono. Se lo pide de la
siguiente forma: ¿Me podrías prestar tu celular?” ejemplifica la influencia de las
relaciones familiares en las opiniones de los barranquilleros y bogotanos de
cortesía. Para los participantes de Barranquilla, una petición a un miembro
cercano de la familia formulada con esta estructura es considerada muy cortés
entre hermanos. Los barranquilleros no consideran que se le debe deferencia a
un miembro de la familia que es menor en edad.
Inversamente, los bogotanos opinan que ésta es una petición respetuosa
y “cariñosa” y es una forma “decente” de hablarle a los familiares. También lo
consideran un lenguaje normal en su habla. Expresaron que el condicional
simple “podrías” refleja respeto y educación. Los capitalinos por ende
expresaron una conexión socio-lingüística con este tipo de lenguaje y lo
consideran aceptable en la sociedad bogotana y en su grupo familiar.
Los participantes de Bogotá también consideraron que la petición de
padre a hija formulada en imperfecto de subjuntivo, “¿Me pudieras ayudar con
el almuerzo?”, refleja un lenguaje “natural” para ellos. Recordemos que el
imperfecto de subjuntivo es sumamente cortés según la cortesía convencional
por su calidad temporal remota y distante. Los barranquilleros consideran que
este lenguaje es un exceso de cortesía entre estos dos parientes tan cercanos.
Tal exceso de convencionalismo para los participantes de Barranquilla implica
un distanciamiento entre un padre y una hija lo cual no consideran aceptable.
Por consiguiente, en las peticiones que los participantes calificaron en el
143
contexto informal, podríamos concluir que las actitudes hacia la cortesía son
influenciadas por la conexión o desconexión socio-lingüística y socio-cultural
que los hablantes pudiesen tener hacia ciertas formas de tratamiento.
También podríamos concluir que en contextos informales los criterios que
los participantes tienen de las relaciones interpersonales y familiares afectaron
sus juicios lingüísticos de cortesía. Para los barranquilleros, el entorno social de
compañeros de clases y los vecinos, representa una esfera de confianza y de
amistad mientras que para los bogotanos los compañeros de clases y los
vecinos son un grupo de personas con las cuales se debe guardar distancia.
Los participantes de Barranquilla también consideran que en el trato entre
miembros de una familia un alto nivel de cortesía constituye falta de confianza y
distanciamiento mientras que los bogotanos consideran que el implementar
cortesía entre parientes constituye cariño y respeto. La única razón por la cual
los bogotanos y barranquilleros consideraron que la pregunta #4 “¿Me cuidas los
niños si eres tan amable?” es “descortés” es por no haberse empleado el
mitigador “por favor” (ver los siguientes cuadros para apreciar ejemplos de los
reportes de las preguntas en la parte II del instrumento).
144
Cuadro 17. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Imperativo y presente de indicativo (ver el apéndice E para apreciar el reporte completo de cada pregunta)
P.13: “Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma: Mándate una limonadita hey” (imperativo)
P. 4: “Necesita ir a una cita con el doctor y no tiene quien le cuide los niños. Usted va donde su hermana y se lo pide de la siguiente forma: ¿Me cuidas los niños si eres tan amable?” (presente de indicativo)
2/30 (7%)
16/30 (53%)
11/30 (37%)
1/30 (3%)
Pregunta #13 Barranquilla
muy cortés
cortés descortés
muy descortés
7/30 (23%)
17/30 (57%)
5/30 (17%)
Pregunta #13 Bogotá muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
1/30 (3%)
21/30 (70%)
6/30 (20%)
3/30 (10%)
Pregunta #4 Barranquilla
muy cortés cortés
descortés
17/30 (57%)
10/30 (33%)
3/30 (10%)
Pregunta #4 Bogotá
muy cortés cortés
descortés
145
Cuadro 18. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Condicional simple y futuro.
44 El 3% en las respuestas de las preguntas #13 y #3 de Bogotá fueron expresadas por distintos individuos.
P. 3: “Necesita pedirle a su hermanito menor que le preste el teléfono. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Me podrías prestar tu celular?” (condicional simple)44
p. 18: “Necesita que su prima hermana lo ayude a limpiar la casa mañana. Se lo pide de la siguiente forma: Tengo mucho trabajo. ¿Me ayudarás con la limpieza mañana?” (futuro)
15/30 (50%)
15/30 (50%)
Pregunta #3 Barranquilla
muy cortéscortés
11/30 (37%)
18/30 (60%)
1/30 (3%)
Pregunta #3 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
5/30 (17%)
19/30 (63%)
6/30 (20%)
Pregunta #18 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 5/30
(17%)
22/30 (73%)
3/30 (10%)
Pregunta #18 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
146
Cuadro 19. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos informales. Imperfecto de subjuntivo.
P.16: “Usted está muy cansado/a y no puede preparar el almuerzo. Le pide a su hija que lo ayude en la cocina. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Me pudieras ayudar con el almuerzo?” (imperfecto de subjuntivo)
8/30 (27%)
22/30 (73%)
Pregunta #16 Barranquilla
cortés
muy cortés
11/30 (37%)
17/30 (57%)
1/30 (3%)
1/30 (3%)
Pregunta #16 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés muy descortés
147
Cuadro 20. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperativos y presente de indicativo.
(imperativos: preguntas 11,13,14)
(presente de indicativo: preguntas 2, 4, 5,19)
6/90 (7%)
51/90 (57%)
30/90 (33%)
3/90 (3%)
6/90 (7%)
41/90 (46%) 36/90
(40%)
7/90 (8%)
Barranquilla
Bogotá
muy cortés cortés descortés muy descortés
34/120 (28%)
63/120 (53%)
19/120 (16%)
4/120 (3%)
30/120 (25%)
72/120 (60%)
15/120 (13%)
3/120 (3%)
Barranquilla
Bogotá
muy cortés cortés descortés muy descortés
148
Cuadro 21. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: condicional simple y futuro.
(condicional simple: pregunta 3)
(futuro: pregunta 18)
5/30
(17%)
19/30 (63%)
6/30 (20%)
5/30
(17%)
22/30 (73%)
Bogotá 3/30 (10%)
muy cortés cortés descortés
Barranquilla
15/30 (50%)
15/30
(50%)
11/30 (37%)
18/30 (60%)
Barranquilla
Bogotá
1/30 (3%)
muy cortés cortés descortés
149
Cuadro 22. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto informal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperfecto de subjuntivo.
En contextos formales los barranquilleros y bogotanos también contrastaron en sus juicios socio-lingüísticos ante las formas de tratamiento.
En preguntas como la solicitud de servicio #15: “Usted llega a su tienda local
para comprar una gaseosa. La pide de la siguiente forma: Deme una gaseosa,
hágame el favor”, los participantes siguieron expresando el patrón de conexión o
desconexión socio-lingüística o socio-cultural con sus comunidades lingüísticas.
Los barranquilleros expresaron que el enunciado “deme una gaseosa, hágame
el favor” es “muy cortés” en un 27% versus 10% en Bogotá. Los participantes
de barranquilla consideran que la forma usted es muy cortés en esta situación.
(imperfecto de subjuntivo: pregunta 16)
8/30 (27%)
22/30 (73%)
11/30 (37%)
1/30 (3%)
1/30 (3%)
Barranquilla
Bogotá
17/30 (57%)
muy cortés cortés descortés muy descortés
150
También consideran que es una construcción que se diría en la zona andina de
Colombia. Los bogotanos consideraron que este lenguaje es apropiado para la
situación.
En la petición a la empleada de la biblioteca (p. #7): “¿Me podría decir
dónde están los libros de historia?” los barranquilleros también opinaron que la
forma usted es muy cortés y que se debería tutear. Los bogotanos consideran
que la petición formulada en condicional simple y con la forma usted refleja
respeto.
Los participantes de Barranquilla en esta investigación en general tienden
a rechazar el recurso mitigador honorífico usted. Según sus opiniones, lo
consideran innecesario en situaciones de servicio al cliente. Esto pone en
manifiesto el hecho de que el concepto de imagen de cada comunidad
lingüística varía. En situaciones de servicio al cliente, los barranquilleros
demuestran en general que no hay un peligro a la imagen del interlocutor (ver el
siguiente cuadro para apreciar ejemplos de las opiniones en la escala Likert).
151
Cuadro 23. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #15 y 7.
45 AJ/M/25-35 *“cachaco” es un término popular para referirse a los bogotanos o personas del interior de Colombia. 46LT/M/18-25 47 AR/F/18-25 *“ustea” se refiere a la forma usted. 48 JA/M/18-25 49 LP/F/18-25 50 AR/F/18-25
Respuestas de la escala Likert:
P. 15: “Usted llega a su tienda local para comprar una gaseosa. La pide de la siguiente forma: Deme una gaseosa, hágame el favor” Barranquilla: (muy cortés)⎯“Son cachacos* fijo.”45 (muy cortés)⎯“Incluso habla de usted.”46 Bogotá: (cortés)⎯“Porque ustea* y pide el favor.”47 (cortés)⎯ “Porque es normal pedirlo de esa manera.”48 P. 7: “Usted llega a la biblioteca y necesita un libro. Va donde la empleada y se lo pide de la siguiente forma: ¿Me podría decir dónde están los libros de historia Barranquilla: (muy cortés)⎯ “Con las empleadas usualmente se tutea.”49 Bogotá: (muy cortés)⎯“Porque usa el usted y es una persona desconocida.”50
152
El concepto de imagen universalista que proponen Brown y Levinson
(1987) inevitablemente pierde integridad al analizar las evaluaciones de cortesía
de los participantes de Barranquilla en cada lugar y situación planteada en esta
sección del instrumento.
Otro factor que contribuyó a la interpretación variada de cortesía en las
peticiones bajo contextos formales fue las actitudes hacia figuras influyentes en
la comunidad o figuras de autoridad pública. En la pregunta #17: “Le quiere pedir
a la maestra de la escuela que ayude a su hijo con las matemáticas. Se lo pide
de la siguiente forma: ¿Puede ayudar al niño con las matemáticas?”, los
bogotanos opinan que se debería tener más formalidad y por ende, cortesía ante
un docente. Algunos hablantes de Bogotá incluso reportaron que preferirían
emplear el condicional simple “podría” en lugar del presente de indicativo para
este tipo de petición y en este contexto. Por consiguiente, esta petición se
calificó “descortés” en un 43% en Bogotá. Los barranquilleros consideraron que
la petición es justa y necesaria y no demostraron deferencia ante la maestra de
la escuela. Consideran que el lenguaje es aceptable. Solo calificaron la petición
a la maestra “descortés” en un 33%.
La pregunta #20: “Se le acabó el papel para su computadora. Necesita
pedirle a su jefa que le regale un poco. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Jefa
tiene un poco de papel que me regale?”, también ejemplifica esta discrepancia
entre lo que es considerado cortés o apropiado cuando se trata de realizarle una
petición a una figura influyente. En esta petición a la jefa los barranquilleros
consideraron que el mitigador un poco atenúa la demanda y consideran que no
153
se está irrespetando la jerarquía laboral con este lenguaje. Por este motivo
calificaron la petición “cortés” en un 70%. Inversamente, los bogotanos
consideran que este tipo de lenguaje no es considerado apropiado ante una jefa
ni se debe emplear el verbo regalar. Por estos motivos lo bogotanos calificaron
la petición “cortés” solo en un 50% y “descortés” en un 40% (ver el siguiente
cuadro para apreciar ejemplos de las opiniones en la escala Likert).
154
Cuadro 24. Ejemplos de las opiniones de los participantes. P. #17 y 20.
Los juicios lingüísticos de los bogotanos, por ende, también son
influenciados por la deferencia a figuras que ellos consideran son de autoridad
pública o figuras influyentes en la comunidad. Un docente aparentemente es una
figura con la cual se debe mantener cierta distancia entre los bogotanos.
Asimismo, un jefe requiere distanciamiento interpersonal.
51 AO/M/18-25 52 LG/F/18-25 53 MF/F/25-35 54 SO/M/18-25
Respuestas de la escala Likert:
P. 17: “Le quiere pedir a la maestra de la escuela que ayude a su hijo con las matemáticas. Se lo pide de la siguiente forma: “¿Puede ayudar al niño con las matemáticas? Barranquilla: (cortés)⎯“Con respeto.”51 Bogotá: (descortés)⎯ “Suena a una orden. Yo le diría, ‘¿profesora podría ayudarle a mi hijo en matemáticas por favor?’.”52 P. 20: Se le acabó el papel para su computadora. Necesita pedirle a su jefa que le regale un poco. Se lo pide de la siguiente forma: “¿Jefa tiene un poco de papel que me regale?” Barranquilla: (cortés)⎯“Porque le pregunta si tiene un poco.”53 Bogotá: (descortés)⎯“Hay que hablarle de manera más formal.”54
155
En cuanto a las evaluaciones de los participantes de preguntas bajo el
contexto formal, podríamos concluir que al igual que en contextos informales, los
barranquilleros y bogotanos realizan sus juicios lingüísticos en base a la
conexión socio-cultural o socio-lingüística que pudiesen tener con ciertas formas
de tratamiento así como las relaciones sociales y familiares.
Los factores que influenciaron los criterios de cortesía entre
barranquilleros y bogotanos como vemos son complejos y requieren un estudio
detallado de las motivaciones detrás de sus opiniones. Si se hubiese estudiado
el complejo fenómeno de la cortesía en el habla solo basándonos en los
resultados de la parte I del instrumento, hubiésemos llegado a la conclusión de
que según las tendencias y formas verbales demostradas por barranquilleros y
bogotanos en la realización de sus peticiones, los barranquilleros gravitan hacia
la descortesía y los bogotanos hacia la cortesía. No obstante, la evaluación de
cortesía de la parte II del instrumento demuestra que la cortesía convencional no
compagina con la cortesía interpretada por comunidades lingüísticas.
Categorizar a los participantes de Barranquilla en el ámbito de la
descortesía, según las tendencias demostradas en la parte I del instrumento,
hubiese sido un juicio superficial. Las opiniones expresadas en la evaluación de
cortesía en la parte II nos da un panorama más claro de la interpretación de
cortesía en esta comunidad lingüística (ver los siguientes cuadros para apreciar
ejemplos de los reportes de las preguntas en la parte II del instrumento).
156
Cuadro 25. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Imperativo y presente de indicativo.
P. 15: “Usted llega a su tienda local para comprar una gaseosa. La pide de la siguiente forma: Deme una gaseosa, hágame el favor” (imperativo).
P. 20: “Se le acabó el papel para su computadora. Necesita pedirle a su jefa que le regale un poco. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Jefa tiene un poco de papel que me regale?” (presente de indicativo)
8/30 (27%)
16/30 (53%)
4/30 (13%)
2/30 (7%)
Pregunta #15 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés muy descortés
3/30 (10%)
17/30 (57%)
9/30 (30%)
1/30 (3%)
Pregunta #15 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
5/30 (17%)
21/30 (70%)
2/30 (7%) 1/30
(3%)
Pregunta #20 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés 1/30 (3%)
15/30 (50%)
12/30 (40%)
1/30 (3%)
Pregunta #20 Bogotá muy cortés muy descortés
cortés descortés
157
Cuadro 26. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Condicional simple y futuro.
P. 7: “Usted llega a la biblioteca y necesita un libro. Va donde la empleada y se lo pide de la siguiente forma: podría decir dónde están los libros de historia?” (condicional simple).
P.10: “Necesita pedirles a sus compañeros de trabajo que lo ayuden a con la reunión mañana. Se lo pide de la siguiente forma: Tengo mucho trabajo, ¿me ayudarán con la reunión mañana?” (futuro).
10/30 (33%)
15/30 (50%)
5/30 (17%)
Pregunta #7 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 4/30
(13%)
18/30 (60%)
8/30 (27%)
Pregunta #7 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
3/30 (10%)
15/30 (50%)
10/30 (33%)
2/30 (7%)
pregunta #10 Barranquilla
cortés
muy cortés
descortés
muy descortés
2/30 (7%)
14/30 (47%)
13/30 (43%)
1/30 (3%)
pregunta #10 Bogotá
muy cortés
cortés descortés
muy descortés
158
Cuadro 27. Ejemplos de las evaluaciones de los participantes en contextos formales. Imperfecto de subjuntivo.
P. 9: “Se le olvidó una bolsa de comida en la tienda. Llama al empleado para que le guarde su compra hasta que llegue. Se lo pide de la siguiente forma: “Se me quedó una bolsa de la compra en el contador. ¿Me la pudiera guardar en un lugar seguro hasta que yo llegue?” (imperfecto de subjuntivo)
9/30 (30%)
19/30 (63%)
2/30 (7%)
Pregunta #9 Barranquilla
cortés
muy cortés descortés
7/30 (23%)
22/30 (73%)
1/30 (3%)
Pregunta #9 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
159
Cuadro 28. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperativos y presente de indicativo.
(imperativos: preguntas 1,6,15)
(presente de indicativo: preguntas 8,12,17,20)
13/90 (14%)
30/90 (33%)
31/90 (34%)
16/90 (18%)
4/90 (4%)
44/90 (49%)
18/90 (20%)
Bogotá
24/90 (27)%
Barranquilla
muy cortés cortés descortés muy descortés
57/120 (48%)
34/120 (28%)
4/120 (3%)
10/120 (8%)
55/120 (46%)
42/120 (35%)
12/120 (10%)
muy cortés cortés descortés muy descortés
24/120 (20%)
Barranquilla
Bogotá
160
Cuadro 29. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: condicional simple y futuro.
(condicional simple: pregunta 7)
(futuro: pregunta 10)
15/30 (50%)
4/30
(13%)
18/30 (60%)
8/30
(27%)
Barranquilla
Bogotá
muy cortés cortés descortés
10/30 (33%)
5/30 (17%)
3/30 (10%)
15/30 (50%)
10/30 (33%)
2/30 (7%)
2/30 (7%)
14/30 (47%) 13/30
(43%)
1/30 (3%)
Barranquilla
Bogotá
muy cortés
muy cortés cortés descortés muy descortés
161
Cuadro 30. Frecuencia de favorecimiento de peticiones en el contexto formal. Reporte cumulativo de modos y tiempos verbales. Barranquilla versus Bogotá: imperfecto de subjuntivo.
(imperfecto de subjuntivo: pregunta 9)
9/30 (30%)
19/30 (63%)
2/30 (7%)
7/30 (23%)
22/30 (73%)
1/30 (3%)
Barranquilla
Bogotá
muy cortés
cortés descortés
162
5.4 Resultados: Parte III
La parte III del instrumento explora la relación lengua-cultura-identidad de
los hablantes de ambas ciudades. Este elemento constituye una parte esencial
de la presente investigación ya que las actitudes hacia el habla refleja los
conceptos que los participantes tienen sobre las formas de tratamiento y la
cortesía.
En el estudio piloto previo a la presente investigación los hablantes de
ambas ciudades expresaron una correlación entre cultura, lengua, habla e
identidad. Por ende, se continuó indagando sobre este aspecto de la
investigación en esta sección del instrumento.
En la pregunta #1 de esta sección del instrumento: “¿Cómo cree usted
que los barranquilleros se distinguen de otros colombianos en el habla y en la
personalidad?”, los participantes de este estudio tuvieron la oportunidad de
expresar sus actitudes hacia el habla y hacia las formas de tratamiento en
detalle.
Los participantes de Barranquilla expresaron una correlación entre
relaciones interpersonales y lenguaje. Según las opiniones de los hablantes
barranquilleros, mientras más estrecho sea el vínculo de confianza entre
hablantes, más informal y directas son las formas de tratamiento.
10 de los 30 participantes de Barranquilla expresaron esta correlación
entre confianza, lenguaje directo e informalidad en las formas de tratamiento.
Como lo señalan los siguientes participantes de esta ciudad en respuesta a esta
pregunta específica:
163
Cuadro 31. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Barranquilla en la parte III del instrumento. Pregunta #1.
55 MF/F/25-35 56 CL/F/18-25 57 MD/F/18-25 58 JO/F/18-25 59 GD/F/18-25 60 AR/M/18-25 61 AJ/M/25-35
Pregunta #1. “¿Cómo cree usted que los barranquilleros se distinguen de otros colombianos en el habla y en la personalidad?”
“Creo que los barranquilleros se distinguen en el habla y en la personalidad
de otros colombianos es que en el momento de hablar y cuando existe relación de confianza el lenguaje es más informal...”55
“Somos muy relajados. Más confianzudos en el trato. No es tan formal”56
“Somos más directos y relajados. Tendemos a ser más simples con palabras
chéveres”57 “Porque son más espontáneos y más alegres y de hablado son más groseros
en un sentido de recocha (bromas)”58
“Son más informales y confianzudos”59
“Por su habla relajado y con confianza”60
“Es mucho más relajado… la forma de comunicarse”61
164
En la pregunta #2 de la tercera parte del instrumento: “¿Qué significa para
usted ser barranquillero?”, los hablantes de Barranquilla expresan su concepto
de imagen social y la correlación de esta imagen social con el habla. Como lo
expresan en los siguientes ejemplos:
Cuadro 32. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Barranquilla en la parte III del instrumento. Pregunta #2.
Los hablantes de Bogotá también expresaron sus actitudes hacia el habla
y hacia las formas de tratamiento en esta sección del instrumento. Las opiniones
expresadas en la pregunta #1 del instrumento distribuido en Bogotá: “¿Cómo
cree usted que los bogotanos se distinguen de otros colombianos en el habla y
en la personalidad?” reflejaron que los bogotanos consideran que existe una
correlación entre un lenguaje menos directo, formalidad y cortesía. Algunos
hablantes reportaron que parte de esta formalidad constituye respeto y distancia
entre hablantes. Los siguientes ejemplos reflejan dichas actitudes hacia el habla:
62 AB/F/18-25 63 MF/F/25-35
Pregunta #2. “¿Qué significa para usted ser barranquillero?”:
“Significa ser alegre, relajado y con confianza para hablar”62
“Me siento muy orgullosa de ser barranquillera pues representa una población llena de riqueza cultural y lingüística.”63
165
Cuadro 33. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Bogotá en la parte III del instrumento. Pregunta #1.
64 MB/F/18-25 65 LG/F/18-25 66 MB/F/18-25 67 LM/F/18-25 68 MR/F/18-25 69 KW/F/18-25 70 AP/M/18-25
Pregunta #1. “¿Cómo cree usted que los bogotanos se
distinguen de otros colombianos en el habla y en la personalidad?”:
“Son más formales al pedir una cosa”64
“Somos demasiado corteses y educados. Todo el tiempo decimos
palabras como ‘por favor’, ‘gracias’, ‘disculpe’, ‘perdón’…”65
“Somos un poco más reservados…a la hora de hablarle a un desconocido. Tenemos muchos modismos y nos gusta ‘adornar’ las
oraciones para que suenen más educadas”66
“Utilizamos mucho el ‘por favor’ y ‘me regalas’ y tendemos a ser más distantes”67
“La mayoría no son tan confianzudos y por lo tanto más respetuosos”68
“Somos más distantes que en otras partes…”69
“A veces son muy formales y menos directos a la hora de hablar…”70
166
En la pregunta #2 de esta sección del instrumento: “¿Qué significa para
usted ser bogotano?”, algunos hablantes capitalinos reflejaron sus actitudes ante
la relación lengua-sociedad. Dentro de este parámetro, los bogotanos
manifestaron sus opiniones en cuanto a las formas de tratamiento:
Cuadro 34. Ejemplos de las opiniones de los estudiantes de Bogotá en la parte III del instrumento. Pregunta #2.
La parte III del instrumento también pone en manifiesto la discrepancia
de juicios lingüísticos entre ambos grupos de hablantes.
Para los barranquilleros, según sus propias palabras, la cortesía
constituye informalidad en las formas de tratamiento. Esta informalidad conforma
un acercamiento interpersonal basado en una relación de confianza. Como
consecuencia, se genera un lenguaje que los mismos barranquilleros describen
como uno directo. Para los participantes de Barranquilla un lenguaje directo es
uno cortés y aceptable según lo que han demostrado en la formulación de sus
71 AR/F/18-25 72 GA/M/18-25
Pregunta #2. “¿Qué significa para usted ser bogotano?”:
“Me siento orgullosa. Amo a mi ciudad. Amo como hablamos y nos expresamos. Creo que Bogotá es una ciudad llena de oportunidades y
disfruto de ellas”71 “Ser bogotano es ser un hombre con carácter serio, cortés y civilizado.
Venimos de una cultura de ser muy caballeros…”72
167
peticiones directas, en la evaluación de cortesía que realizaron en la parte II del
instrumento, y en la parte III donde describen sus actitudes hacia el habla.
Los hablantes de Bogotá expresaron en las partes I, II y III del
instrumento que para ellos la cortesía constituye formalidad. Esta formalidad
abarca una distancia interpersonal entre hablantes. También abarca respeto y
un lenguaje indirecto.
Figura 4. Ilustración resumen de las actitudes hacia las formas de
tratamiento: Barranquilla versus Bogotá.
BARRANQUILLA
Informalidad
⇓
Cortesía ⇓
Acercamiento interpersonal
Relación de confianza
Lenguaje directo
BOGOTÁ
Cortesía ⇓
Formalidad ⇓
Distancia interpersonal
Respeto
Lenguaje indriecto
168
5.5 Resultados: Observaciones informales Como explicamos anteriormente, se realizaron observaciones informales
de interacciones en vivo para investigar las formas de tratamiento en el habla
cortés en escenarios de la vida cotidiana. Para este propósito se visitaron
lugares que servirían como plataforma para contextos informales y formales.
Para observar interacciones en contextos considerados informales, se visitaron
cafés locales en ambas ciudades que frecuentan hablantes jóvenes
(universitarios en su mayoría) los cuales oscilan en las edades de 18 a 25 años
aproximadamente. Para observar interacciones formales, se visitaron bibliotecas
públicas en sectores universitarios en ambas ciudades donde también
frecuentan jóvenes de ese grupo de edad. Las observaciones tomaron alrededor
de cuatro horas en cada una de las ciudades en los lugares informales y
formales.
5.5.1 Observaciones informales en Barranquilla
En Barranquilla se observaron los siguientes comportamientos en el café:
Se observaron numerosas peticiones. La mayoría fueron hechas con verbos
conjugados en imperativo y en presente de indicativo. También realizaron
peticiones en forma de petición directa del objeto sin verbo conjugado. En estas
interacciones se reflejan las formas verbales predilectas de los barranquilleros
en contextos informales expresadas en el instrumento escrito.
En el café de Barranquilla se observaron 42 interacciones (42 peticiones).
Estos 42 individuos le realizaron una petición a la mesera a cargo o al mesero
169
(dos dependientes recibían pedidos). El lenguaje empleado hacia los meseros
fue bastante directo y con mitigación reducida (solo se empleó el mitigador “por
favor” 4 veces en las 42 interacciones,11 saludos antes de la petición, y 4 dimi-
nutivos con propósito mitigador). Tampoco se emplearon frases mitigadoras pre-
y post peticionarias (“qué pena”, “si eres tan amable” etc.). También se empleó
el verbo regalar frecuentemente en las peticiones con presente de indicativo (y
en ocasiones en peticiones con imperativos) tal y como se manifiesta en las
peticiones escritas de la parte I del instrumento. La forma tú predominó durante
el lapso de tiempo total de las interacciones. Véase los siguientes ejemplos de
las peticiones realizadas en el café de Barranquilla:
Cuadro 35. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Barranquilla (contexto informal). Hombres jóvenes solicitando.
Interacción entre dependiente masculino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven)
Interacción entre dependiente femenino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven)
HJ: —“Dame un expreso.”
HJ: —“Una galletica”
HJ: —“Pásame ahí un menú.”
HJ: —“Dame un late para llevar.”
HJ: —“¿Tienes un tintico por ahí?”
HJ: — “¿Me das por favor un té? y a él le das un chocolate (señala a un amigo).”
HJ: —“Dame el combo.” HJ: —“Un té para llevar.”
HJ: —“Buenas, un café grande.”
HJ: —“¿Me regalas un café?”
HJ:—“Un capuchino.”
HJ: —“Regálame dos cafés. ¿Me das un sándwich?”
HJ: — “Buenas, ¿me regalas un sándwich de jamón y champiñones?”
170
Cuadro 36. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Barranquilla (contexto informal). Mujeres jóvenes solicitando.
En las observaciones de la biblioteca de Barranquilla los jóvenes que
ingresaron al sitio emplearon el presente de indicativo en las peticiones de
solicitud de servicio la mayoría de las veces. También emplearon algunos
imperativos, el condicional simple y pidieron el objeto directamente sin verbo
conjugado en ocasiones (también usaron infinitivos.) El lenguaje que emplearon
fue directo. Estos comportamientos apoyan las peticiones que los barranquilleros
realizaron por escrito en las situaciones hipotéticas de contexto formal en la
parte I del instrumento. El contador de la biblioteca despachaba servicios de
préstamo de libros, pagos de multas y otros servicios relacionados a la
biblioteca. Un hallazgo que fue inesperado en esta observación es que las
Interacción entre dependiente masculino joven y mujeres jóvenes solicitando MJ: (mujer joven)
Interacción entre dependiente femenino joven y mujeres jóvenes solicitando
MJ: (mujer joven)
MJ: —“Buenas. ¿Me regalas un agua? Te voy a pedir un favor, que me aceptes las moneditas. ¿Puedes votar el recibo? Gracias.”
MJ: —“Dame un pastelito para llevar”
MJ: —“Buenas, un chocolate.”
MJ: —“¿Me regalas un pan de bono?”
MJ: —“Regálame una coca cola.”
MJ: —“Buenas, un sándwich.”
MJ: —“¿Me das un café?”
MJ: —“Hola, me das un dedito?”
MJ: —¿Me regalas un pitillo?
MJ: —“Hola, buenos días. Me das porfa un sanduchito.”
171
personas que trabajan en la biblioteca también emplearon un lenguaje directo y
con mitigación reducida. Véase los siguientes ejemplos:
Cuadro 37. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Barranquilla (contexto formal). Hombres jóvenes solicitando.
Interacción entre dependiente masculino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven) E: (empleado)
Interacción entre dependiente femenino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven) E: (empleada)
HJ: ⎯“Revísame a ver si tengo una multa.”
HJ: ⎯ “Buenas tardes, ¿para sacar fotocopias?, ¿dónde voy?” E: ⎯ “Allá.”
HJ: ⎯ “¿Tienes el bolso?” (hombre quería cambiar un billete de diez mil pesos).
HJ: ⎯ “Buenas, quiero averiguar sobre la tarjeta de subsidio.” E: ⎯ “Allá.” HJ: ⎯ “Gracias.”
HJ: ⎯“Buenas tardes, un préstamo.”
HJ: ⎯“Buenos días. Necesitamos un sitio. (para estudiar). ¿Nos presta?” E: ⎯“Número de cédula…”
HJ: ⎯“Buenas, necesitamos un cuarto (para estudiar) ¿nos das la llave?”
HJ: ⎯“Buenas, para sacar un libro del profesor…”
Cuadro 38. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Barranquilla (contexto formal). Mujeres jóvenes solicitando.
Interacción entre dependiente masculino joven y mujeres jóvenes solicitando
Interacción entre dependiente femenino joven y mujeres jóvenes solicitando
MJ: ⎯ “¿Tienes un cargador que me prestes?”
MJ: ⎯ “Para devolver un libro…” E: ⎯ “Sí, allá.” MJ: ⎯ “Gracias.”
MJ: ⎯ “Buenas, para cancelar esto..” E: ⎯ “¿Te hago una copia?” MJ: ⎯ “Por favor, ¿serías tan amable me la puedes engrapar?...gracias.”
MJ: ⎯ “Para inscribirme en un curso… ¿me explicas?”
MJ: ⎯ “¿Dónde cancelo la impresora?” E: ⎯ “Acá.” MJ: ⎯ “Gracias.”
MJ: ⎯“Buenas, ¿para sacar fotocopias?, ¿me dices dónde?”
MJ: ⎯“¿Me lo puedes engrapar?” (el recibo) MJ: ⎯ “Buenas, ¿para cancelar?” E: ⎯“¿Tienes 400 pesos para darte dos mil?” MJ: ⎯“Sí, muchísimas gracias.”
MJ: ⎯“Buenas, ¿para cancelar esto?” (un recibo) E: ⎯ “Allá con el caballero.”
172
5.5.2 Observaciones informales en Bogotá
Las interacciones en el café de Bogotá reflejaron la preferencia de los
hablantes de esta ciudad de realizar peticiones con un lenguaje más atenuado
que en la cafetería de Barranquilla:
Cuadro 39. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Bogotá (contexto
informal). Hombres jóvenes solicitando.
Interacción entre dependiente masculino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven) E: (empleado)
Interacción entre dependiente femenino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven) E: (empleada)
HJ: ⎯“¿Me regalas un pastel?”
HJ: ⎯“¿Me da un café?”
HJ: ⎯“¿Me da uno mediano?”
HJ: ⎯“¿Me da por favor una aromática?”
HJ: ⎯“¿Me da uno?” (comida)
HJ: ⎯“¿Me regalas un tintico?”
HJ: ⎯ “¿Me regala un expreso?”
HJ: ⎯“¿Me da una de estas?” (señalando) E: ⎯“Sí señor.”
HJ: ⎯ “Uno grande.”
HJ: ⎯“¿Me da un pastel de champiñones por favor?”
173
Cuadro 40. Ejemplos de peticiones en vivo en el café de Bogotá (contexto informal). Mujeres jóvenes solicitando.
En la biblioteca de Bogotá se reflejó, como fue manifestado en el
instrumento escrito, el empleo de un lenguaje atenuado con saludos, disculpas,
frases pre y post peticionarias, empleo de la frase “un poco” y la forma usted.
Los trabajadores de la biblioteca de Bogotá también respondieron a las
solicitudes con lenguaje atenuado en contraste con los trabajadores de la
biblioteca de Barranquilla donde respondían con el mismo lenguaje directo que
los solicitantes de esa ciudad:
Interacción entre dependiente masculino joven y mujeres jóvenes solicitando
Interacción entre dependiente femenino joven y mujeres jóvenes solicitando
MJ: ⎯“¿Me da una servilleta?”
MJ: ⎯“¿Me regalas un café?”
MJ: ⎯“Buenas, ¿me da dos cafés grandes?”
MJ: ⎯“¿Me regalas un combo de estos?”
MJ: ⎯“Hola, ¿me das un café?”
MJ: ⎯“Buenas tardes, ¿me prepara un late?”
MJ: ⎯“¿Me da una cucharita?”
MJ: ⎯“¿Me regala una servilleta?”
174
Cuadro 41. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Bogotá (contexto formal). Hombres jóvenes solicitando.
Cuadro 42. Ejemplos de peticiones en vivo en la biblioteca de Bogotá (contexto formal). Mujeres jóvenes solicitando.
Interacción entre dependiente masculino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven) E: (empleado)
Interacción entre dependiente femenino joven y hombres jóvenes solicitando HJ: (hombre joven)
HJ: ⎯“Buenas tardes, ¿me puede revisar esto?”
HJ: ⎯“Disculpa, ¿tienes la multa?, gracias.”
HJ: ⎯“Hola, buenas tardes. Me atrasé, entonces, ¿qué debo hacer por favor?, ¿puedo ir al edificio más cercano?¿me lo cancela?” E: ⎯ “En quince minuticos se cancelará.”
HJ: ⎯“Buenos días, ¿me podría colaborar?”
HJ :⎯ “Buenos días. Para buscar un recargo…” E: ⎯“Quince minuticos. No me demoro.”
HJ: ⎯“¿Me la cancela?” (la multa).
Interacción entre dependiente masculino joven y mujeres jóvenes solicitando
Interacción entre dependiente femenino joven y mujeres jóvenes solicitando
MJ: (mujer joven) E: (empleado)
MJ: (mujer joven) E: (empleada)
MJ: ⎯ “Buenas tardes, ¿cuánto vale el carné? ¿Me lo cobra?”
MJ: ⎯ “Hola, ¿cómo estás?¿me chequea el carné a ver si tengo una multa?”
MJ: ⎯ “Buenas tardes, ¿puedo sacar el carné?”
MJ: ⎯ “Buenas tardes, ¿puedo renovar el carné?¿me revisa?”
E: ⎯ “Buenos días.” MJ: ⎯ “Buenas, ¿para pagar una multa?¿ me actualiza la dirección?”
MJ: ⎯ “Buenas, por favor, ¿para actualizar un carné?” E: ⎯ “Sí señora.”
175
Figura 5. Ilustración resumen de los elementos de la cortesía convencional en relación a los hablantes de ambas ciudades versus factores que influyen en la interpretación de cortesía entre barranquilleros y bogotanos.
Cortesía convencional
Cortesía interpretada
Barranquilla
Descortesía
Barranquilla:
Ø Empleo mayor de formas y modos verbales no corteses.
Ø Empleo menor de
recursos mitigadores
Ø Lenguaje directo
Cortesía Bogotá:
Ø Empleo mayor de
formas verbales corteses.
Ø Empleo mayor de
recursos mitigadores
Ø Lenguaje indirecto
Barranquilla
Barranquilla y Bogotá:
ü Conexión o desconexión socio-lingüística y socio-cultural con las formas de tratamiento
ü Relaciones
interpersonales y familiares
ü Actitudes hacia
figuras públicas
ü Empleo de la forma tú o usted
176
5.6 Resultados: Hombres versus mujeres
En la formulación de peticiones, las mujeres demostraron más cortesía
según las convenciones de la cortesía tradicional. Una característica del habla
cortés la cual fue reflejada por las mujeres de ambas ciudades, fue el empleo
mayor de formas verbales corteses en comparación con los hombres.
En cuanto a modos verbales descorteses, los hombres de ambas
ciudades emplearon más imperativos que las mujeres en contextos formales e
informales. Barranquilla⎯contexto informal: hombres 29%, mujeres 25%.
Contexto formal: hombres 14% mujeres 7%; Bogotá⎯contexto informal:
hombres 14%, mujeres 3%. Contexto formal: hombres 7%, mujeres 0%.
Con excepción del contexto informal en Barranquilla, los hombres de
ambas ciudades emplearon menos formas verbales consideradas corteses como
el condicional simple: Barranquilla⎯contexto informal: hombres 14%, mujeres
10%. Contexto formal hombres 39%, mujeres 40%; Bogotá⎯contexto informal:
hombres 13%, mujeres 29%. Contexto formal: hombres 29%, mujeres 54%.
Se podría concluir que las mujeres de ambas ciudades realizaron un
esfuerzo adicional en proteger la imagen del interlocutor más que los hombres.
Esto se realizó con el empleo mayor de formas verbales que marcan una
distancia temporal entre el peticionario y el interlocutor como el condicional
simple. El hecho de que los hombres emplearon más imperativos en sus
peticiones los coloca en la categoría de descortesía oral según la cortesía
tradicional.
177
Aunque las bogotanas fueron las más destacadas en el empleo de
mitigadores en la comparación de los dos grupos de mujeres, como tendencia
general en la formulación de peticiones las mujeres de Barranquilla y de Bogotá
emplearon más recursos mitigadores que los hombres (diminutivos, “por favor”,
frases pre y post peticionarias, disculpas, etc.). Los siguientes cuadros
presentan ejemplos de peticiones realizadas por mujeres de Barranquilla y de
Bogotá.
178
Cuadro 43. Ejemplos de peticiones de mujeres de Barranquilla. Contextos formales e informales.
73 CL/F/18-25 74 CC/F/18-25
Contexto informal:
Ø Pregunta #3: Su abuelo está horneando pan hoy en casa y usted quiere uno. ¿Cómo le pediría un pan?
“Abuelito dame un poquito”73
Contexto formal:
Ø Pregunta #8: Usted necesita una habitación en un hotel. ¿Cómo la pediría?”
“Buenas, ¿por favor me podría dar una habitación?”74
mitigador “por favor” saludo
diminutivo “ito”
179
Cuadro 44. Ejemplos de peticiones de mujeres de Bogotá. Contextos formales e informales.
75 MG/F/18-25 76 PR/F/18-25
Contexto informal:
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Bájenle porfa, tengo que dormir”75
Contexto formal:
Ø Pregunta #18: “Usted está enojado porque no lo han atendido en la clínica y ya es tarde. Va donde la jefa de las enfermeras para pedirle que lo atiendan ¿Cómo se lo pediría?”
“Disculpe, llevo horas esperando a que me atiendan ¿alguna de las enfermeras me podría atender por favor?”76
mitigador “porfa” frase post-peticionaria
disculpa frase pre peticionaria forma “usted”
mitigador “por favor”
180
Los recursos mitigadores que hemos mencionado (diminutivos, “por
favor”, frases pre y post peticionarias, disculpas, etc.) los cuales fueron
empleados más por las mujeres, pertenecen a la categoría de cortesía negativa
según las estrategias de Brown y Levinson (1987).
En cuanto al empleo de disculpas, una estrategia muy usual en la cortesía
negativa del español, los resultados de esta investigación indican que las
mujeres emplearon más disculpas que los hombres. Estos resultados reflejan los
hallazgos de estudios del habla de mujeres en generaciones pasadas. El empleo
mayor de disculpas entre las mujeres de Barranquilla y de Bogotá reflejan las
tendencias del estudio de Holmes (1989) de las disculpas en Nueva Zelanda en
el cual la frecuencia de disculpas de mujeres versus hombres fue mayor. En la
presente investigación la frecuencia de disculpas en ambos contextos fue la
siguiente:
Cuadro 45. Distribución de disculpas en ambas ciudades. Hombres versus mujeres.
Barranquilla Bogotá
MUJERES Total de disculpas en ambos contextos= 7(3%) De mujer a mujer= 4 (2%) De mujer a hombre= 3 (1%) De 224 peticiones
MUJERES
Total de disculpas en ambos contextos= 26 (11%) De mujer a mujer= 6 (3%) De mujer a hombre= 20 (9%) De 232 peticiones
HOMBRES
Total de disculpas en ambos contextos=2 (1%) De hombre a mujer= 1 De hombre a hombre= 1 (menos de 1%) De 217 peticiones
HOMBRES
Total de disculpas en ambos contextos = 9 (5%) De hombre a mujer= 4 (2%) De hombre a hombre= 5 (3%) De 195 peticiones
181
La distribución de disculpas de mujer a mujer y de hombre a hombre
estuvo más o menos equilibrada entre todos los hablantes salvo en las disculpas
de mujer a hombre en Bogotá. De las 20 disculpas de las mujeres de Bogotá
dirigidas hacia hombres, 15 fueron realizadas a figuras masculinas mayores.
Estos hombres mayores son en su mayoría personas influyentes como el oficial
de policía, el jefe y el doctor. Es posible que en esta ciudad las mujeres les
guarden más deferencia a estas figuras masculinas de la comunidad.
Las mujeres de la presente investigación emplearon más diminutivos que
los hombres. En cuanto al empleo de diminutivos, esta tendencia también refleja
tendencias demostradas por el habla de mujeres de otras comunidades
lingüísticas como en el estudio de Gutiérrez (2013) en México y en Houston y de
Fontanella (1962) en el habla de Bogotá.
El empleo de mitigadores en general por parte de las mujeres apoya la
teoría de Lakoff (1975) la cual señala que las mujeres emplean más partículas
mitigadoras en sus enunciados que los hombres. En efecto, las mujeres; y
especialmente las mujeres de Bogotá, sobresalieron en el empleo de frases
atenuadoras pre y post peticionarias.
Las peticiones de las mujeres de ambas ciudades también reflejan
estrategias de cortesía positiva; como el empleo de apodos afectivos entre las
mujeres de Barranquilla. Las barranquilleras reflejaron las estrategias de
cortesía positiva de Holmes (1995) en cuanto a la función de los cumplidos las
cuales describimos anteriormente: 1) Expresar solidaridad, 2) Expresar
admiración, apreciación o halago, 3) Expresar incluso envidia por las posesiones
182
del oyente y 4) Un uso inusual: expresar hostigamiento. De estas estrategias las
barranquilleras demostraron las estrategias 1) y 2) en sus peticiones con el
empleo de halagos para demostrar solidaridad o aprecio. Estos halagos se
dieron en forma de apodos afectivos hacia otras mujeres jóvenes y familiares
antes de la petición (las bogotanas no emplearon apodos afectivos en sus
peticiones). Es posible que en la búsqueda de solidaridad o apreciación, las
mujeres de Barranquilla emplearan apodos afectivos para pedirle un favor a
otras mujeres jóvenes. Pudiera ser, teorizamos, que los apodos afectivos sean el
establecimiento de un denominador común entre grupos de mujeres en
Barranquilla. El hecho de que el apodo afectivo se empleó antes de la petición
en la mayoría de la veces, sugiere que esta estrategia tiene como fin mitigar de
alguna manera la demanda y al mismo tiempo fortalecer los lazos sociales y
afectivos entre mujeres del mismo grupo de edad (ver el siguiente cuadro para
apreciar ejemplos de peticiones).
183
Cuadro 46. Ejemplos de peticiones de mujeres de Barranquilla con apodos afectivos hacia otras mujeres jóvenes. Contextos formales e informales.
Es pertinente mencionar que estas tendencias de las barranquilleras de
emplear apodos afectivos a otras mujeres jóvenes, se observó en las
interacciones en vivo en el café y en la biblioteca de Barranquilla. Del mismo
modo, las tendencias de las bogotanas de emplear frases pre y post
peticionarias se observó en Bogotá en vivo.
Otra explicación al comportamiento en general de las mujeres de emplear
más mitigación en sus demandas, podría hallarse en las expectativas sociales
77 MD/F/18-25 78 CC/F/18-25
Contexto informal:
Pregunta #4: “Su amiga de confianza y usted están en un puesto de comida rápida y ya terminaron de comer. Usted se da cuenta de que se le olvidó su billetera en la casa. ¿Cómo le pediría a su amiga que le preste plata para pagar la cuenta?”
“Corazón de mi alma, se me quedo la billetera en la house, ¿será que me prestas cinco mil porfis?”77
Contexto formal:
Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde su compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?”
“Amiga, ¿me regalas papel please?, se me acabó”78
Afectivo “corazón”
Afectivo “amiga”
184
que se tiene del habla femenina. Según Lakoff (1975), se espera que las
mujeres sean más corteses por factores socio-lingüísticos como las actitudes
negativas hacia el habla directa; lo cual no es aceptado social y lingüísticamente
en una mujer.
A nivel global, los estudios que mencionamos reflejan estas expectativas
(Brown, 1980; Ide, 2004; y Al-Ageel, 2016). De igual manera, es posible que las
mujeres de Barranquilla y de Bogotá se sientan sujetas a las expectativas que se
tiene de ellas en sus respectivas ciudades. Por ende, reflejan estas expectativas
de comportamiento social y lingüístico con un lenguaje mitigado en sus
peticiones.
En la comparación de hombres de cada ciudad, los hombres de
Barranquilla emplearon más imperativos que los hombres de Bogotá en ambos
contextos. Barranquilla⎯contexto informal: 29%, contexto formal 14%.
Bogotá⎯contexto informal: 14%, contexto formal: 7%.
En cuanto a peticiones formuladas en condicional simple, los hombres de
ambas ciudades resultaron equilibrados en el contexto informal. En el contexto
formal los hombres de Barranquilla emplearon más peticiones en condicional
simple Barranquilla⎯contexto informal: 14%, contexto formal 39%.
Bogotá⎯contexto informal: 13%, contexto formal: 29%.
Ahora bien, el análisis de ocurrencias de formas verbales reflejó que los
hombres de Barranquilla emplearon más imperativos que todos los hablantes de
la investigación. Podríamos explicar esta conducta lingüística con las estrategias
#1 y #3 de Zimmermann (2005) de identidad. La estrategia #1, recapitulamos,
185
son aquellas estrategias orientadas al yo (hablante), identidad personal del yo.
Consisten en una construcción de identidad personal. La estrategia #3 son
aquellas estrategias orientadas al nosotros (hablante y alocutores). Consisten en
una identidad colectiva.
Es posible que la predilección de los varones jóvenes de Barranquilla por
imperativos, el modo verbal más descortés, sea la expresión de un
establecimiento de identidad personal y de grupo. Podría ser que los hombres
establezcan un denominador común como lo es el lenguaje directo.
Los hombres de Barranquilla expresaron en la pare II y III del instrumento
que este lenguaje directo formaba parte de su identidad. En las peticiones de los
varones de Barranquilla que contenían imperativos, una característica fue el
añadir apodos afectivos cuando se dirigían a otros varones. Los varones de
Barranquilla emplearon los apodos “mopri”, “loco”, “mani” y “bro”; entre otros.
Los bogotanos emplearon el afectivo “parce”79 en sus peticiones. Las peticiones
con imperativos de los hombres de Barranquilla por lo general contenían
mitigación reducida en comparación con las peticiones atenuadas de los
bogotanos.
En la búsqueda de una posible explicación a la conducta lingüística de los
hombres de Barranquilla, podríamos teorizar que el empleo de imperativos
acompañados de apodos afectivos hacia otros varones, es una estrategia de
establecimiento de identidad masculina personal y colectiva.
79 En el léxico de Colombia “parce” significa “amigo” o “compañero.”
186
Aunque los bogotanos también emplearon imperativos en sus peticiones,
lo hicieron en un grado mucho menor que los barranquilleros. Los hombres de
Bogotá se auto-describieron en la parte III del instrumento como caballerosos y
corteses. Es posible que esta caballerosidad en su habla también sea un factor
de identidad personal y colectiva entre los bogotanos al igual que el habla
directa y brusca lo es entre barranquilleros.
Podríamos comparar los resultados del análisis del habla de los hombres
de Barranquilla con los resultados de las investigaciones de Labov (1972). El
trabajo de Labov, el cual mencionamos, investigó el papel de los insultos en el
habla de grupos de hombres jóvenes afroamericanos angloparlantes de los
Estados Unidos. Esta tendencia entre los jóvenes que estudió Labov funciona
como un instrumento que los jóvenes emplean para construir una imagen e
identidad masculina. Aunque los hombres barranquilleros no emplearon insultos
en sus peticiones, muchos de los imperativos que emplearon no tenían ninguna
partícula mitigadora que los acompañara (aparte del apodo afectivo) y reflejaban
un lenguaje sumamente abrupto. Por consiguiente, es posible que los jóvenes
de Barranquilla empleen peticiones con imperativos; como propusimos, para
identificarse con otros grupos de varones (ver los siguientes cuadros para
apreciar ejemplos de peticiones).
187
Cuadro 47. Ejemplos de peticiones de hombres de Barranquilla con apodos afectivos hacia otros varones jóvenes. Contextos formales e informales. (imperativos).
80 AG/M/18-25 81 DB/M/18-25
Contexto informal:
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Mani, hazme el dos y regálame un minuto”80
Contexto formal:
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Loco tengo cule de trabajo hoy. Ayúdame por favor”81
Afectivo “mani”
afectivo “loco” mitigador “por favor”
forma “tú”
188
Cuadro 48. Ejemplos de peticiones de hombres de Bogotá con apodos afectivos hacia otros varones jóvenes. Contextos formales e informales (presente de indicativo, imperativo).
82 SA/M/18-25 83 SV/M/18-25
Contexto informal:
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida
montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“¿Parce qué pena es que tengo que madrugar. ¿Le puede bajar al
volumen?”82
Contexto formal:
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Parce usted que sabe más de esto, ayúdeme todo bien”83
afectivo “parce”
frase mitigadora “qué pena” frase pre-peticionaria
afectivo “parce” frase pre-peticionaria
forma “usted”
189
En la comparación de los grupos de mujeres de ambas ciudades, los
resultados del análisis revelaron que las mujeres de Barranquilla emplearon más
imperativos en sus peticiones en ambos contextos. Barranquilla⎯contexto
informal: 25%, contexto formal 7%. Bogotá ⎯contexto informal: 3%, contexto
formal: 0%.
Las bogotanas emplearon más peticiones en condicional simple en
ambos contextos. Barranquilla⎯contexto informal: 10%, contexto formal: 40%.
Bogotá⎯contexto informal: 29%, contexto formal: 56%.
Por consiguiente, aunque las mujeres en general demostraron más
cortesía en sus peticiones, el análisis cuantitativo señala que las barranquilleras
son más descorteses que las bogotanas según la cortesía convencional.
De acuerdo con este análisis, la cortesía tradicional indica que los
hombres y mujeres de Barranquilla son descorteses y que los hombres y
mujeres de Bogotá son corteses.
Este comportamiento lingüístico se vio reflejado en las formas de
tratamiento empleadas en el instrumento escrito y en las observaciones en vivo
en cada ciudad (ver las siguientes tablas para apreciar un resumen de las
ocurrencias de formas verbales: hombres versus mujeres de ambas ciudades).
190
Tabla 3. Resumen de ocurrencias de formas verbales. Barranquilla: hombres versus mujeres. Contextos formal e informal.
Ocurrencias de formas verbales
en peticiones directas.
Barranquilla: hombres versus mujeres
Hombres Mujeres
B/quilla contexto informal
B/quilla contexto formal
B/quilla contexto informal
B/quilla contexto formal
Imperativo
30/102 (29%)
16/115 (14%)
26/104 (25%)
8/120 (7%)
Presente de
indicativo
52/102 (51%)
45/115 (40%)
66/104 (63%)
59/120 (50%)
Condicional
simple
14/102 (14%)
44/115 (39%)
10/104 (10%)
48/120 (40%)
Imperfecto de
subjuntivo
0%
0%
0%
0%
Infinitivo
0%
5/115 (4%)
0%
4/120 (3%)
Futuro
0%
0%
0%
0%
Petición directa del objeto sin
verbo conjugado
6/102 (6%)
3/115 (3%)
2/104 (2%)
0%
TOTAL
(100%)
(100%)
(100%)
(100%)
191
Tabla 4. Resumen de ocurrencias de formas verbales. Bogotá: hombres versus mujeres. Contextos formal e informal.
Ocurrencias de formas verbales
en peticiones directas. Bogotá:
hombres versus mujeres
Hombres Mujeres
Bogotá
contexto informal
Bogotá
contexto formal
Bogotá
contexto informal
Bogotá
contexto formal
Imperativo
13/91 (14%)
7/104 (7%)
4/122 (3%)
0%
Presente de indicativo
65/91 (71%)
53/104 (51%)
81/122 (66%)
44/110 (40%)
Condicional
simple
12/91 (13%)
30/104 (29%)
35/122 (29%)
59/110 (54%)
Imperfecto de
subjuntivo
0% 0% 0% 0%
Infinitivo 0%
12/104 (12%)
0% 7/110 (6%)
Futuro
0%
0%
0%
0%
Petición
directa del objeto sin
verbo conjugado
0%
0%
0%
0%
TOTAL
(100%)
(100%)
(100%)
(100%)
192
Tabla 5. Resumen de ocurrencias de formas verbales: hombres de ambas ciudades.
Ocurrencias de formas verbales en peticiones
directas. hombres de ambas
ciudades
Hombres
B/quilla contexto informal
B/quilla contexto formal
Bogotá contexto informal
Bogotá contexto formal
Imperativo
30/102 (29%)
16/115 (14%)
13/91 (14%)
7/104 (7%)
Presente de indicativo
52/102 (51%)
45/115 (40%)
65/91 (71%)
53/104 (51%)
Condicional simple
14/102 (14%)
44/115 (39%)
12/91 (13%)
30/104 (29%)
Imperfecto de subjuntivo
0%
0% 0% 0%
Infinitivo
0%
5/115 (4%) 0%
12/104 (12%)
Futuro
0%
0%
0%
0%
Petición directa del
objeto sin verbo conjugado
6/102 (6%)
3/115 (3%)
0%
0%
TOTAL
(100%)
(100%)
(100%)
(100%)
193
Tabla 6. Resumen de ocurrencias de formas verbales: mujeres de ambas ciudades.
Ocurrencias de formas verbales en peticiones
directas. Mujeres de ambas
ciudades
Mujeres
B/quilla contexto informal
B/quilla contexto formal
Bogotá
contexto informal
Bogotá
contexto formal
Imperativo
26/104 (25%)
8/120 (7%)
4/122 (3%)
0%
Presente de indicativo
66/104 (63%)
59/120 (50%)
81/122 (66%)
44/110 (40%)
Condicional simple
10/104 (10%)
48/120 (40%)
35/122 (29%)
59/110 (54%)
Imperfecto de subjuntivo
0%
0% 0% 0%
Infinitivo
0%
4/120 (3%)
0% 7/110 (6%)
Futuro
0%
0%
0%
0%
Petición directa del
objeto sin verbo conjugado
2/104 (2%)
0%
0%
0%
TOTAL
(100%)
(100%)
(100%)
(100%)
194
Pese a las formas verbales empleadas en los grupos de mujeres y de
hombres de cada ciudad y no obstante las distinciones en los recursos
mitigadores utilizados en las peticiones, sería un juicio no acertado el catalogar a
estos grupos de hombres y de mujeres como corteses o descorteses.
Como pudimos observar en los resultados de la parte II y III del
instrumento, hay factores sociales y lingüísticos involucrados en la preferencia
de los hombres y de las mujeres de ambas ciudades por ciertas formas de
tratamiento en sus peticiones. Factores socio-lingüísticos y socio-culturales
como el posible establecimiento de una identidad masculina en el habla directa
de los jóvenes varones de Barranquilla y en el habla atenuada de los varones
caballerosos de Bogotá, han influido en la expresión de sus peticiones. Del
mismo modo estos factores han tenido repercusiones en el habla femenina de
ambas ciudades. Las expectativas sociales que se tiene del habla femenina
según las teorías que presentamos sobre este punto, pudo haber cumplido un
papel significativo en el empleo de las formas de tratamiento en las peticiones de
las barranquilleras y de las bogotanas. La posible deferencia a figuras
masculinas mayores e influyentes de la comunidad que se manifestó en las
disculpas de las bogotanas, pudiera ser una demostración de estas expectativas
sociales en el habla.
Las relaciones sociales entre mujeres también pudo haber sido una
motivación para que las barranquilleras emplearan apodos afectivos en sus
peticiones dirigidas a otras mujeres jóvenes.
195
La identidad cultural de los hombres y mujeres de cada ciudad también
tuvo sus repercusiones en las formas de tratamiento empleadas en las
peticiones; como pudimos observar en la parte III del instrumento entre los
hombres y mujeres de ambas ciudades.
196
6. CONCLUSIONES
Tras el análisis detallado de las peticiones, evaluaciones, y actitudes
hacia el habla de los participantes de esta investigación, concluimos que la
cortesía es un asunto complejo y multidimensional. No es un fenómeno que
puede ser explicado ni entendido solo a través de la perspectiva dimensional y
universalista de las teorías de imagen de Brown y Levinson (1987) o a través de
las “reglas” y convenciones que otros teoristas han propuesto sobre cortesía.
A simple vista, y según conceptos como las reglas de cortesía de Lakoff
(1973), el salvaguardar la imagen del interlocutor (Brown y Levinson, 1987) y el
empleo de ciertos tiempos y modos verbales, se podría catalogar al habla de los
participantes de Barranquilla descortés y al habla de los bogotanos cortés.
Al comparar las tendencias del habla cortés de ambas ciudades en la
formulación de peticiones en la parte I del instrumento, los barranquilleros
emplearon en menor grado reglas que se han establecido en la cortesía
tradicional. Por ejemplo, las reglas #1 y 2 de Lakoff (1973): 1) No imponer, 2)
Dar opciones. Al momento que los barranquilleros realizan más peticiones con
imperativos que los bogotanos, violan el concepto de estas reglas de Lakoff.
La inmediatez de las peticiones imponen en gran manera la demanda del
peticionario sobre su interlocutor. Tampoco dan opciones en cuanto a cuándo el
peticionario puede satisfacer esta demanda.
Las tendencias de los barranquilleros en sus peticiones también violan
estrategias de cortesía negativa de Brown y Levinson como: “ser indirecto.” El
lenguaje directo que caracteriza a los barranquilleros en sus peticiones y en la
197
descripción que dan los participantes de su propio lenguaje en la parte III del
instrumento, contradice el habla indirecta “cortés” que sugieren Brown y
Levinson. Los participantes de barranquilla violan otras estrategias de cortesía
negativa como las siguientes:
1) Minimizar la imposición: En comparación con Bogotá, los
barranquilleros emplearon menos la frase mitigadora “un poco.” Las peticiones
en el instrumento escrito reflejaron el empleo mayor de esta frase en las
peticiones de los bogotanos en ambos contextos. En las interacciones en vivo en
Bogotá se observó un empleo mayor de la frase “un poco” entre solicitantes y
empleados tanto en el café como en la biblioteca.
2) Dar deferencia: Los bogotanos demostraron más deferencia hacia
figuras de autoridad pública o figuras influyentes en la comunidad en sus
peticiones de la parte I y en la evaluación de la parte II del instrumento.
El lenguaje hacia el oficial de policía en la parte I del instrumento (pregunta #13)
y las evaluaciones de las peticiones a la maestra de la escuela en la parte II
(pregunta #17), demuestran este comportamiento lingüístico. En las peticiones
hacia el oficial de policía, los barranquilleros emplearon un lenguaje jovial e
informal comparado con el convencionalismo de los bogotanos ante esta figura
de autoridad pública. Las actitudes de los barranquilleros ante la maestra de la
escuela en la parte II del instrumento no fue una deferente comparada con las
actitudes de los bogotanos ante esta figura de la comunidad. Los bogotanos
opinaron que preferirían emplear formas verbales complejas cuando se dirigen a
198
figuras influyentes de la comunidad así como la forma usted o el honorífico
Señor o Señora.
3) Disculparse: Los bogotanos emplearon disculpas más frecuentemente
que los barranquilleros en sus peticiones. Las disculpas fueron expresadas
explícitamente en la forma “disculpe pero…” e implícitamente con frases pre y
post peticionarias. La frase pre-peticionaria predilecta de los bogotanos en sus
peticiones fue: “Qué pena.”
4) Ser pesimista: Las peticiones que contienen imperativos suponen
automáticamente que el interlocutor puede realizar el pedido. No cuestionan si
existe una imposibilidad por parte del interlocutor de satisfacer al peticionario en
la misma forma que lo haría el condicional simple. Una petición como “¿Podría
usted darme…?” coloca a la demanda en un escenario de
posibilidad/imposibilidad. El imperativo “Dame” asume una disponibilidad
inmediata por parte del interlocutor. En este sentido, entonces, los
barranquilleros no demostraron el pesimismo cortés que señalan Brown y
Levinson.
5) Cuestionar: Como explicamos anteriormente, esta estrategia se basa
en la premisa de no asumir que la persona será capaz de hacer algo o que está
dispuesta a hacerlo. Por ejemplo: “Hazme un favor, ¿puedes?” Las peticiones
con imperativos también violan esta estrategia de cortesía negativa en la misma
manera que violan la estrategia de ser pesimista con la suposición del
peticionario de que el pedido es un hecho.
En la comparación de peticiones de ambas ciudades los barranquilleros
199
tampoco se allegaron a otros elementos que conforman una petición cortés en
español. Por ejemplo, el empleo de modos y formas verbales corteses para
mitigar la demanda. Recordemos la función del condicional simple propuesta por
Haverkate (1994) y la Real Academia Española, del imperfecto de indicativo
(Alarcos Llorach, 1978), y del imperfecto de subjuntivo (Haverkate, 2002).
El “contrato” o entendimiento de Fraser (1980) que describimos en cuanto a ciertos derechos y obligaciones por parte de cada persona que participa en la conversación estipula que se han establecido ciertas pautas para que esta
negociación sea equilibrada entre los partícipes del diálogo. En español este
entendimiento dicta que formas verbales como el condicional simple, el
imperfecto de indicativo y el imperfecto de subjuntivo son formas corteses.
Formas como el imperativo y el presente de indicativo no tienen lugar en este
entendimiento. Entonces, en este sentido los barranquilleros no “cumplieron” con
este contrato o entendimiento implícito del habla cortés del español. (Ver tabla 7
para apreciar todos los modos y formas verbales empleados por los
participantes de ambas ciudades. También véase el cuadro 49 para apreciar un
reporte del empleo de recursos mitigadores basado en el conteo de casos sobre
el total de peticiones escritas: Barranquilla versus Bogotá).
200
Tabla 7. Ocurrencias de formas verbales en Barranquilla y Bogotá (peticiones realizadas en la parte I del instrumento).
Ocurrencias de formas verbales
en peticiones directas:
Barranquilla informal
Barranquilla formal
Bogotá informal
Bogotá formal
Imperativo
56/206 (27%)
24/235 (10%)
17/213 (8%)
9/214 (4%)
Presente de
indicativo
118/206 (57%)
104/235 (45%)
146/213 (69%)
97/214 (45%)
Condicional simple
24/206 (12%)
92/235 (39%)
47/213 (22%)
94/214 (44%)
Imperfecto de
subjuntivo
0%
0%
0%
0%
Infinitivo
0%
9/235 (4%)
0%
16/214 (7%)
Futuro
0%
0%
0%
0%
Petición directa del objeto sin
verbo conjugado
8/206 (4%)
4/235 (2%)
0%
0%
TOTAL
(100%)
(100%)
(100%)
(100%)
201
Cuadro 49. Reporte de empleo de recursos mitigadores: Barranquilla versus Bogotá.
De esta investigación podríamos concluir que las peticiones realizadas
por los participantes de ambas ciudades indican que los hablantes de
Barranquilla generalmente se alejan de los conceptos y teorías del habla cortés
y que los bogotanos se allegan a éstos.
No obstante, y como los participantes lo demostraron en este estudio, la
categorización de cortesía o descortesía es una acción superficial y no acertada
si se realiza bajo la perspectiva convencionalista y ortodoxa de la cortesía
tradicional. Los participantes de esta investigación han demostrado que sus
202
comportamientos lingüísticos tienen un trasfondo complejo que sería imposible
de entender solo bajo la lupa limitada y universalista de la cortesía convencional.
Observaciones y estudios como el de Nwoye (1992), Blum-Kulka y House
(1989), el concepto de imagen en China según Mao (1994), Boretti (2003) y el
habla argentina, Curcó y De Fina (2002), Placencia (1998) y Britz (2005) apoyan
los hallazgos de la presente investigación en cuanto a la variación socio-
lingüística y socio-cultural de cortesía en distintas comunidades del planeta.
Estos estudios reflejan la variación socio-lingüística y socio-cultural en las
distintas comunidades del mundo en cuanto a cortesía. Bajo la perspectiva
convencional de la cortesía tradicional, estas comunidades violaron las pautas
de cortesía que se han establecido universalmente en el habla cortés. Los
hablantes de Nigeria de Nwoye (1992 y los estudiantes del estudio de Blum-
Kulka y House (1989) como hemos descrito, emplearon un habla directa
característica de su cultura y comunidad. Este lenguaje directo con imperativos
no obstante se vio regido por el concepto de imagen que ellos tienen de su
interlocutor. El concepto de solidaridad comunal en Nigeria y la claridad en el
habla directa de los argentinos e israelitas del estudio de Blum-Kulka y House
fueron el producto de trasfondos sociales y culturales complejos. De igual
manera, en China el habla es una reflexión del concepto de imagen de los
hablantes de esa cultura. Asimismo el estudio de Boretti (2003) reflejó la
singularidad del habla de los argentinos y lo que significa la imagen social para
ellos.
En la presente investigación se logró demostrar que el concepto de
203
imagen del interlocutor varía notablemente entre las comunidades de Barranquilla y Bogotá. En las peticiones que los participantes calificaron pudimos
observar cómo las actitudes hacia la cortesía son influenciadas por la conexión o
desconexión socio-lingüística y socio-cultural que los hablantes pudiesen tener
hacia ciertas formas de tratamiento.
Como pudimos observar, los criterios que los participantes tienen de las
relaciones interpersonales y familiares afectaron sus juicios lingüísticos de
cortesía. Para los barranquilleros el entorno social de compañeros de clases y
los vecinos, representa una esfera de confianza y de amistad mientras que para
los bogotanos los compañeros de clases y los vecinos son un grupo de personas
con las cuales se debe guardar distancia. De igual manera los juicios lingüísticos
de los barranquilleros y bogotanos fueron influenciados por la deferencia a
figuras que ellos consideran son de autoridad pública o figuras influyentes en la
comunidad.
Este concepto de imagen del interlocutor así como factores socio-
culturales y las actitudes hacia el habla de los participantes de cada ciudad,
produjo una discrepancia entre lo que es considerado tradicionalmente cortesía
en el habla y lo que estos grupos de hablantes interpretan como cortesía o
descortesía.
Por consiguiente, sería un juicio parcial catalogar a una comunidad
lingüística como Barranquilla como una “descortés” oralmente sin desmantelar
detallada y cuidadosamente las capas socio-culturales y socio-lingüísticas que
envuelven su habla. Los comportamientos lingüísticos propios de ciertas
204
comunidades, como lo demostramos en esta investigación, se ven afectados por
factores socio-lingüísticos y socio-culturales complejos y variados.
Para los bogotanos, la cortesía significa formalidad y convencionalismo; lo
cual se vio reflejado en su habla. Para los barranquilleros, la cortesía es
sinónimo de una esfera de informalidad, de un comportamiento social relajado, y
de un lenguaje directo. Sus juicios y criterios lingüísticos son una reflexión de lo
que ellos consideran relevante e importante social, lingüística y culturalmente.
El fenómeno de la cortesía, por ende, requiere un análisis
multidimensional que compagine con la complejidad y singularidad lingüística de
ciertas comunidades particulares del mundo.
6.1 Limitaciones de la investigación.
Se espera poder estudiar una muestra más grande de hablantes en
investigaciones futuras para seguir comprobando la hipótesis de esta
investigación. Ésta sería una meta a seguir para continuar explorando el tema de
la cortesía en el habla de Barranquilla y de Bogotá.
También se espera poder realizar observaciones en vivo en más lugares
que constituyan una plataforma para contextos informales y formales (hospitales,
parques, eventos sociales y familiares, etc.) De esta manera se puede seguir
correlacionando la muestra escrita con los comportamientos lingüísticos en vivo.
Otro objetivo a seguir en el futuro es comparar el habla cortés de los
residentes de Barranquilla y de Bogotá con el habla de otras ciudades
colombianas tanto en las costas como en el interior. Con este propósito se
205
lograría encontrar similitudes y diferencias en el empleo de las formas de
tratamiento entre las ciudades que estudiamos y otras regiones de Colombia.
206
APÉNDICE A: INSTRUMENTO 84
Parte I Por favor conteste las siguientes preguntas de acuerdo a la situación:
1) Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?
2) Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?
85 84 En el instrumento que se distribuyó en Bogotá, las partes que se refieren a “Barranquilla” fueron cambiadas a “Bogotá.” 85 Imágenes obtenidas de https://images.google.com/.
207
3) Su abuelo está horneando pan hoy en casa y usted quiere uno. ¿Cómo le
pediría un pan?
4) Su amiga de confianza y usted están en un puesto de comida rápida y ya terminaron de comer. Usted se da cuenta de que se le olvidó su billetera en la casa. ¿Cómo le pediría a su amiga que le preste plata para pagar la cuenta?
5) Usted va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?
208
6) Su tía está cocinando. Usted quiere que le sirva un plato de comida. ¿Cómo se lo pediría?
7) Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras usted sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?
8) Usted necesita una habitación en un hotel. ¿Cómo la pediría?
209
9) Está haciendo una diligencia en la notaría y se encuentra con su vecina, una señora mayor que vive en el barrio. Ella tiene carro y usted está cansado. ¿Cómo le pediría que lo lleve a la casa?
10) Abrieron una tintorería nueva y usted quiere probarla. Va donde la asistente, una señora mayor que usted, para pedirle que le lave su camisa. ¿Cómo se lo pediría?
11) Necesita una cita médica. Va donde la recepcionista para pedirla. ¿Cómo la pediría?
210
12) Está en un restaurante y necesita un menú. El mesero, quien es un hombre mayor que usted, se acerca con los menús en la mano. ¿Cómo le pediría al mesero que le traiga un menú a su mesa?
13) Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?
14) Hoy conoce a su nuevo doctor. Le quiere pedir que le de un remedio para el dolor de cabeza que usted tiene. ¿Cómo se lo pediría?
211
15) Le quiere pedir a su jefe que lo deje salir temprano hoy. ¿Cómo se lo
pediría?
16) Se le acabó el papel para su computadora y va donde su compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?
17) Abrieron una tienda de dulces y usted quiere comprar uno. ¿Cómo lo pediría?
212
18) Usted está enojado porque no lo han atendido en la clínica y ya es tarde. Va donde la jefa de las enfermeras para pedirle que lo atiendan ¿Cómo se lo pediría?
19) Usted va a la oficina de la alcaldesa a pedirle que arregle las calles de la ciudad ¿Cómo se lo pediría?
20) Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?
213
Parte II
Evalúe las siguientes situaciones en cuanto a cortesía:
1) Usted llega a la tienda de ropa y quiere comprar camisas. Lo pide de la siguiente forma:
“Muéstrame las camisas ahí ”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
2) Usted quiere pedirle a su mejor amigo de confianza que le preste plata. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me prestas diez mil pesos?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
3) Necesita pedirle a su hermanito menor que le preste el teléfono. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me podrías prestar tu celular?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto?
214
4) Necesita ir a una cita con el doctor y no tiene quien le cuide los niños. Usted va donde su hermana y se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me cuidas los niños si eres tan amable?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
5) Usted está cocinando una torta y se le acabó la mantequilla. Se va donde su vecino
con quien usted creció y se la pide de la siguiente forma:
“¿Me regalas mantequillita?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés
¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
6) Tiene sed y le quiere pedir a su vecina, una señora mayor, que le de un poco de
agua. Se lo pide de la siguiente forma:
“Regáleme un vaso con agua vecinita”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? _______________________________________________________________________
215
7) Usted llega a la biblioteca y necesita un libro. Va donde la empleada y se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me podría decir dónde están los libros de historia?
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
8) Usted tiene que comprar un pasaje en un contador de aeropuerto. Lo pide de la siguiente forma:
“¿Me vende un pasaje a Bogotá por favor?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
9) Se le olvidó una bolsa de comida en la tienda. Llama al empleado para que le
guarde su compra hasta que usted llegue. Se lo pide de la siguiente forma:
“Se me quedó una bolsa de la compra en el contador. ¿Me la pudiera guardar en un lugar seguro hasta que yo llegue?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
216
10) Necesita pedirle a sus compañeros de trabajo que lo ayuden a usted con la reunión mañana. Se lo pide de la siguiente forma:
“Tengo mucho trabajo. ¿Me ayudarán con la reunión mañana?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
11) Su amiga de confianza con quien usted creció viene con las manos llenas de cocadas que acaba de comprar. Usted quiere una y se la pide de la siguiente forma:
“Dame una ”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
12) Necesita permiso para salir temprano hoy del trabajo. Va donde su jefe y se lo pide de la siguiente forma:
“¿Puedo salir temprano hoy jefecito?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
217
13) Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma:
“Mándate una limonadita hey”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
14) Usted tiene las manos llenas de libros. Su vecina y amiga llega justo a tiempo para ayudarlo con la puerta. Se lo pide de la siguiente forma:
“ ¡Ábreme porfa que se me caen los libros!”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
15) Usted llega a su tienda local para comprar una gaseosa. La pide de la siguiente forma:
“Deme una gaseosa, hágame el favor”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
218
16) Usted está muy cansado/a y no puede preparar el almuerzo. Le pide a su hija que lo ayude en la cocina. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Me pudieras ayudar con el almuerzo?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
17) Le quiere pedir a la maestra de la escuela que ayude a su hijo con las matemáticas. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Puede ayudar al niño con las matemáticas?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
18) Necesita que su prima hermana lo ayude a limpiar la casa mañana. Se lo pide de la siguiente forma:
“Tengo mucho trabajo… ¿Me ayudarás con la limpieza mañana?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
219
19) A su celular se le acabó la pila. Necesita pedirle a su hermana que le preste el cargador de ella. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Tienes un cargador que me prestes?”
Usted considera esta petición:
muy cortés cortés descortés muy descortés
¿Por qué considera esto? ________________________________________________________________
20) Se le acabó el papel para su computadora. Necesita pedirle a su jefa que le regale un poco. Se lo pide de la siguiente forma:
“¿Jefa tiene un poco de papel que me regale?”
muy cortés cortés descortés muy descortés ¿Por qué considera esto?
________________________________________________________________
Parte III
1. ¿Cómo cree usted que los barranquilleros se distinguen de otros colombianos en el habla y en la personalidad? 2. ¿Qué significa para usted ser barranquillero?
220
Datos del hablante
Iniciales:___________________________________ Sexo: F______ M_______ Edad: 18-25 25-35 35-45 45-55 55-65 65-75 75+ Nacido en Barranquilla, Colombia: Sí_____ No_________ ¿Ha vivido la mayor parte de su vida en Barranquilla? Sí_______, No____ Sector o barrio de residencia en Barranquilla:______________________________________ Nivel educativo: ________________________________________________
221
APÉNDICE B: ESTRATIFICACIÓN SOCIO-ECONÓMICA DE BARRANQUILLA86
86 Gris: sin estrato, rojo: estrato 1, amarillo: estrato 2, azul: estrato 3, verde claro: estrato 4, naranja: estrato 5, verde oscuro: estrato 6.
222
APÉNDICE C: ESTRATIFICACIÓN SOCIO-ECONÓMICA DE BOGOTÁ87
87 Rosado: estrato 1, amarillo: estrato 2, morado oscuro: estrato 3, verde: estrato 4, morado claro: estrato 5, gris: estrato 6.
223
APÉNDICE D: EJEMPLOS ADICIONALES DE PETICIONES DE LOS HABLANTES EN LA PARTE I DEL INSTRUMENTO
Ejemplo 1. Peticiones con imperativos: Barranquilla, contexto informal.
88 YF/F/18-25 (iniciales/sexo/grupo de edad) 89 OR/M/18-25 90 AG/M/18-25 91 CL/F/18-25
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de
la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Préstame tu celular un momento”88
“¡Dame un minuto ahí!”89
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida
montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Hey, por favor bájenle al volumen”90
Ø Pregunta #3: Su abuelo está horneando pan hoy en casa y usted quiere uno. ¿Cómo le pediría un pan?
“Abuelito dame un poquito”91
mitigador “por favor”
diminutivo “ito”
224
Ejemplo 2. Peticiones con imperativos: Bogotá, contexto informal.
92 MG/F/18-25 93 SV/M/18-25 94 SE/M/18-25
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Bájenle porfa, tengo que dormir”92
“Oye, estoy cansado y el ruido es muy fuerte. Bájenle un poco”93
Ø Pregunta #6: “Su tía está cocinando. Usted quiere que le sirva un plato de comida. ¿Cómo se lo pediría?”
“Tía regáleme un poquito de ese pollo que huele delicioso”94
Forma “usted” frase post-peticionaria diminutivo “ito”
mitigador “porfa” frase post-peticionaria
frase pre-peticionaria mitigador “un poco”
225
Ejemplo 3. Peticiones en presente de indicativo: Barranquilla, contexto informal.
95 GD/F/18-25 96 MR/F/18-25 97 WQ/M/18-25
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“¿Me regalas un minuto por favor?”95
“¿Me puedes prestar tu celular porfi?”96
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“¿Le pueden bajar un poco al sonido?”97
forma “tú”
mitigador “por favor”
mitigador “porfi”
mitigador “un poco”
forma “tú”
226
Ejemplo 4. Peticiones en presente de indicativo: Bogotá, contexto informal.
98 MB/F/18-25 99 SA/M/18-25
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“¿Me quedé sin minutos, ¿me puede prestar para llamar y yo te recargo ahora más tarde?”98
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“¿Parce qué pena es que tengo que madrugar. ¿Le puede bajar al volumen?”99
frase pre-peticionaria
frase post-peticionaria
frase mitigadora “qué pena”
afectivo “parce”
frase pre-peticionaria forma “usted”
227
Ejemplo 5. Peticiones con condicional simple. Barranquilla, contexto informal.
100 AS/F/18-25 101 AJ/M/18-25 102 MF/F/25-35 103 AR/M/18-25 104 LR/F/18-25
Ø Pregunta #1 “Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Hey amigo, me podrías regalar un minuto?”100
¿Me podrías prestar tu teléfono?101
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo
al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
¿Por favor podrías bajar el volumen de la música?”102
Ø Pregunta #5: “Usted va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?”
“Por favor ¿me regalarías un café?”103
Ø Pregunta #12: Está en un restaurante y necesita un menú. El mesero, quien es un hombre mayor que usted, se acerca con los menús en la mano. ¿Cómo le pediría al mesero que le traiga un menú a su mesa?
“Buenas, ¿me regalaría la carta?”104
forma “tú” en la mayoría de las peticiones.
afectivo “amigo”
forma “usted”
228
Ejemplo 6. Peticiones con condicional simple. Bogotá, contexto informal.
105 YV/F/18-25 106 VR/F/18-25 107 MP/F/18-25 108 YV/F/18-25
Ø Pregunta #1: Usted está con su amigo en la cafetería de la universidad. Necesita que su amigo le preste el celular un minuto para hacer una llamada ¿Cómo se lo pediría?”
“Tú me podrías regalar un minuto para hacer una llamada por favor?”105
Ø Pregunta #2: “Sus vecinos y amigos de toda la vida montaron una rumba justo al frente de su casa donde da la ventana de su cuarto. Es la hora de su siesta y usted quiere silencio. ¿Cómo le pediría a sus vecinos que dejen de hacer ruido?”
“Hola, qué pena, es que llevo un buen rato tratando de dormir, ¿será que podrían
bajarle a la música?”106
Ø Pregunta #5: “ Va a una cafetería. ¿Cómo pediría un café?”
“Buenos días ¿me regalaría un café por favor?”107
Ø Pregunta #12: Está en un restaurante y necesita un menú. El mesero, quien
es un hombre mayor que usted, se acerca con los menús en la mano. ¿Cómo le pediría al mesero que le traiga un menú a su mesa?
“Disculpe, ¿usted me podría traer una carta de menú por favor?”108
saludo
frase post-peticionaria
mitigador “por favor”
disculpa mitigador “por favor”
frase pre-peticionaria frase “qué pena”
forma “tú”
forma “usted”
229
Ejemplo 7. Peticiones con imperativos: Barranquilla, contexto formal.
109 LR/F/18-25 110 WQ/M/18-25 111 SU/M/18-25 112 AJ/M/25-35 113 AG/M/18-25 114 DB/M/18-25 115 AJ/M/25-35 116 LR/F/18-25
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras usted sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Háganme el dos mientras almuerzo. Estén pendientes del teléfono”109
“Contesta por mí, ya regreso” 110
Ø Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde su compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?
“Oye, regálame una hojas”111
“Pásate unas hojas ahí de bacán”112
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo
ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Mani ayúdame ahí. Hazme el dos que esto está como duro”113
“Loco tengo cule de trabajo hoy. Ayúdame por favor”114
Ø Pregunta #19: “Usted va a la oficina de la alcaldesa a pedirle que arregle las
calles de la ciudad ¿Cómo se lo pediría?”
“Señora alcaldesa, arregle las calles por favor”115
Ø Pregunta #18: “Usted está enojado porque no lo han atendido en la clínica y ya es tarde. Va donde la jefa de las enfermeras para pedirle que lo atiendan ¿Cómo se lo pediría?
“Señorita ya llevo tiempo esperando. Díganme si van a atender o me voy”116
afectivos “mani” y “loco”
mitigador “por favor”
frase “de bacán”
forma “usted”
frase post-peticionaria
230
Ejemplo 8. Peticiones con imperativos: Bogotá, contexto formal.
117 LG/F/18-25 118 GA/M/18-25 119 JR/M/18-25
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Si me llaman por favor díganle que no estoy y que llame más tarde ¿si?”117
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Parce, ayúdeme con este trabajo y yo le quedo debiendo una”118
Ø Pregunta #19: “Va a la oficina de la alcaldesa a pedirle que arregle las
calles de la ciudad ¿Cómo se lo pediría?”
“Señora arregle las vías que están muy mal cuidadas”119
frase post-peticionaria
honorífico “Señora”
mitigador
afectivo “parce”
231
Ejemplo 9. Peticiones en presente de indicativo: Barranquilla, contexto formal.
120 DF/F/18-25 121 CC/F/18-25 122 AS/F/18-25 123 AJ/M/25-35
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le
atiendan el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Chicos mientras me voy a almorzar, ¿pueden contestar el teléfono por mí?”120
Ø Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde su compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?
“Amiga, ¿me regalas papel please? se me acabó”121
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Hey men, ¿será que me ayudas con un proyecto? que no lo entiendo muy bien”122
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“Mopri, me robaron hace poco, ¿me puedes echar un ojo?”123
afectivo “chicos”
afectivo “amiga”
anglicismo
anglicismo
frase post-peticionaria
afectivo “mopri”
232
Ejemplo 10. Peticiones en presente de indicativo: Bogotá, contexto formal.
124 CS/F/18-25 125 ST/M/18-25 126 AP/M/18-25 127 JR/M/18-25
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?
“¿Estás pendiente del teléfono?, ¿si?, no me demoro”124
Ø Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde
su compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?
“Hola. ¿ Me puedes regalar un poco de papel para mi computadora? el mío se terminó”125
Ø Pregunta #20: “Le necesita pedir a su amigo y compañero de trabajo que lo ayude con un proyecto muy difícil. ¿Cómo se lo pediría?”
“Parce, ¿me puede ayudar con ese proyecto?”126
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero
automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“Buenas señor agente, es que necesito retirar dinero. Pero me da miedo porque estoy solo y como ahora está todo tan inseguro, ¿será que usted me puede acompañar a
retirar?”127
frase post-peticionaria
mitigador
afectivo “parce”
forma “usted”
honorífico “señor agente”
forma “usted”
saludo
233
Ejemplo 11. Peticiones con condicional simple. Barranquilla, contexto formal.
128 CC/F/18-25 129 LP/F/18-25 130 MR/F/18-25
Ø Pregunta #7: “Le quiere pedir a sus compañeros de trabajo que le atiendan el teléfono mientras sale a almorzar. ¿Cómo les pediría el favor?”
“Oye de bacán ¿me harías el dos?, yo te reemplazo después”128
Ø Pregunta #8: “ Usted necesita una habitación en un hotel. ¿Cómo la pediría?”
“Buenas señor. ¿Podría darme una habitación?”129
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero
automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“¡Hola! ¿me podrías acompañar mientras saco plata porfi? es que me da miedo”130
frase “de bacán” frase “hacer el dos” frase post-peticionaria
lenguaje informal “porfi”
234
Ejemplo 12. Peticiones con condicional simple. Bogotá, contexto formal.
131 MR/F/18-25 132 PR/F/18-25 133 MB/M/18-25 134 JS/M/18-25
Ø Pregunta #16: “Se le acabó el papel para su computadora y va donde su
compañera de trabajo para que le de un poco. ¿Cómo se lo pediría?”
“Disculpa, ¿me podrías regalar papel? es que se me acabó”131
Ø Pregunta #18: “Usted está enojado porque no lo han atendido en la clínica y ya es tarde. Va donde la jefa de las enfermeras para pedirle que lo atiendan ¿Cómo se lo pediría?”
“Disculpe, llevo horas esperando a que me atiendan ¿alguna de las enfermeras me podría
atender por favor?”132
Ø Pregunta #15: “Le quiere pedir a su jefe que lo deje salir temprano hoy. ¿Cómo se lo pediría?”
“Hoy debo salir temprano. ¿Me dejaría salir antes? Me haría un gran favor”133
Ø Pregunta #13: “Usted está en el centro comercial. Necesita ir al cajero automático pero no se siente seguro porque han estado atracando últimamente. Ve al policía de guardia y le pide que lo acompañe ¿Cómo se lo pediría?”
“Señor agente, ¿me podría acompañar a el banco por favor?”134
frase pre-peticionaria
mitigador “por favor”
honorífico “señor agente”
forma “usted” frase pre-peticionaria
Forma “usted” mitigador “por favor”
frase post-peticionaria
Disculpa
235
APÉNDICE E: REPORTE COMPLETO DE LAS RESPUESTAS DE LA ESCALA LIKERT (PARTE II DEL INSTRUMENTO)
Contexto informal:
Imperativos
P.11: “Su amiga de confianza con quien usted creció viene con las manos llenas de cocadas que acaba de comprar. Usted quiere una y se la pide de la siguiente forma: Dame una”
P.13: “Su compañero de clase llega con unas limonadas heladas en un día caluroso. Usted tiene mucha sed. Se lo pide de la siguiente forma: Mándate una limonadita hey”
2/30 (7%)
13/30 (43%)
14/30 (47%)
1/30 (3%)
Pregunta #11 Barranquilla muy cortés muy descortés
descortés cortés
14/30 (13%)
14/30 (47%)
11/30 (37%)
1/30 (3%)
Pregunta #11 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
2/30 (7%)
16/30 (53%)
11/30 (37%)
1/30 (3%)
Pregunta #13 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
7/30 (23%)
17/30 (57%)
5/30 (17%)
Pregunta #13 Bogotá muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
1/30 (3%)
236
P.14: “Usted tiene las manos llenas de libros. Su vecina y amiga llega justo a tiempo para ayudarlo con la puerta. Se lo pide de la siguiente forma: ¡Ábreme porfa que se me caen los libros!”
Presente de indicativo
P. 2: “Usted quiere pedirle a su mejor amigo de confianza que le preste plata. Se lo pide de la siguiente forma:¿Me prestas diez mil pesos?”
1/30 (3%
20/30 (67%)
8/30 (27%)
1/30 (3%)
Pregunta #14 Bogotá
cortés
descortés
muy cortés muy descortés
5/30 (17%)
19/30 (63%)
6/30 (20%)
Pregunta #2 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 4/30 (13%)
22/30 (73%)
4/30 (13%)
Pregunta #2 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
2/30 (7%)
22/30 (73%)
5/30 (17%)
1/30 (3%)
Pregunta #14 Barranquilla
cortés
descortés
muy cortés muy descortés
237
P. 4: “Necesita ir a una cita con el doctor y no tiene quien le cuide los niños. Usted va donde su hermana y se lo pide de la siguiente forma: ¿Me cuidas los niños si eres tan amable?”
P.5: “Usted está cocinando una torta y se le acabó la mantequilla. Se va donde su vecino con quien creció y se la pide de la siguiente forma: ¿Me regalas mantequillita?”
21/30 (70%)
6/30 (20%)
3/30 (10%)
Pregunta #4 Barranquilla
muy cortés cortés
descortés
17/30 (57%)
10/30 (33%)
3/30 (10%)
Pregunta #4 Bogotá
muy cortés cortés
descortés
2/30 7%)
16/30 (53%)
8/30 (27%)
4/30 (13%)
Pregunta #5 Barranquillla muy cortés
cortés descortés
muy descortés
2/30 (7%)
19/30 (63%)
7/30 (23%)
2/30 (7%)
Pregunta #5 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
238
P.19: “A su celular se le acabó la pila. Necesita pedirle a su hermana que le preste el cargador de ella. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Tienes un cargador que me prestes?”
Condicional simple P. 3: “Necesita pedirle a su hermanito menor que le preste el teléfono. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Me podrías prestar tu celular?”
6/30 (20%)
22/30 (73%)
2/30 (7%)
Pregunta #19 Barranquillla
muy cortés
cortés
descortés
7/30 (23%)
21/30 (70%)
1/30 (3%) 1/30
(3%)
Pregunta #19 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés muy descortés
15/30 (50%)
15/30 (50%)
Pregunta #3 Barranquilla
muy cortéscortés
11/30 (37%)
18/30 (60%)
1/30 (3%)
Pregunta #3 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
239
Futuro
P.18: “Necesita que su prima hermana lo ayude a limpiar la casa mañana. Se lo pide de la siguiente forma: Tengo mucho trabajo. ¿Me ayudarás con la limpieza mañana?”
Imperfecto de subjuntivo
P.16: “Usted está muy cansado/a y no puede preparar el almuerzo. Le pide a su hija que lo ayude en la cocina. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Me pudieras ayudar con el almuerzo?”
5/30 (17%)
19/30 (63%)
6/30 (20%)
Pregunta #18 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 5/30
(17%)
22/30 (73%)
3/30 (10%)
Pregunta #18 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
8/30 (27%)
22/30 (73%)
Pregunta #16 Barranquilla
cortés
muy cortés
11/30 (37%)
17/30 (57%)
1/30 (3%)
1/30 (3%)
Pregunta #16 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés muy descortés
240
Contexto formal:
Imperativos
P.1: “Usted llega a la tienda de ropa y quiere comprar camisas. Lo pide de la siguiente forma: Muéstrame las camisas ahí ”
P. 6: “Tiene sed y le quiere pedir a su vecina, una señora mayor, que le de un poco de agua. Se lo pide de la siguiente forma: Regáleme un vaso con agua vecinita”
1/30 (3%)
2/30 (7%)
16/30 (53%)
11/30 (37%)
Pregunta #1 Barranquilla
descortés
cortés
muy descortés
muy cortés
2/30 (7%)
15/30 (50%) 13/30
(43%)
Pregunta #1 Bogotá
cortés
descortés
muy descortés
4/30 (13%)
12/30 (40%)
11/30 (37%)
3/30 (10%)
Pregunta #6 Barranquilla
cortés descortés
muy cortés muy descortés 1/30
(3%)
5/30 (17%)
20/30 (67%)
4/30 (13%)
Pregunta #6 Bogotá
descortés
muy cortés
cortés muy descortés
241
P.15: “Usted llega a su tienda local para comprar una gaseosa. La pide de la siguiente forma: Deme una gaseosa, hágame el favor”
Presente de indicativo P. 8: “Usted tiene que comprar un pasaje en un contador de aeropuerto. Lo pide de la siguiente forma: ¿Me vende un pasaje a Bogotá por favor?”
8/30 (27%)
16/30 (53%)
4/30 (13%)
2/30 (7%)
Pregunta #15 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés muy descortés
3/30 (10%)
17/30 (57%)
9/30 (30%)
1/30 (3%)
Pregunta #15 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés
2/30 (7%)
14/30 (47%) 14/30
(47%)
Pregunta #8 Barranquilla
cortés muy cortés
descortés
4/30 (13%)
9/30 (30%)
17/30 (57%)
Pregunta #8 Bogotá
muy cortés cortés
descortés
242
P. 12: “Necesita permiso para salir temprano hoy del trabajo. Va donde su jefe y se lo pide de la siguiente forma: ¿Puedo salir temprano hoy jefecito?”
P. 17: “Le quiere pedir a la maestra de la escuela que ayude a su hijo con las matemáticas. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Puede ayudar al niño con las matemáticas?”
2/30 (7%)
5/30 (17%)
20/30 (67%)
3/30 (10%)
Pregunta #12 Barranquilla
muy cortés
cortés
muy descortés
descortés
9/30 (30%)
8/30 (27%)
13/30 (43%)
Pregunta #12 Bogotá
cortés
descortés muy descortés
3/30 (10%)
17/30 (57%)
10/30 (33%)
Pregunta #17 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 15/30 (50%) 13/30
(43%)
2/30 (7%)
Pregunta #17 Bogotá
cortés descortés
muy descortés
243
P. 20: “Se le acabó el papel para su computadora. Necesita pedirle a su jefa que le regale un poco. Se lo pide de la siguiente forma: ¿Jefa tiene un poco de papel que me regale?”
Condicional simple
P. 7: “Usted llega a la biblioteca y necesita un libro. Va donde la empleada y se lo pide de la siguiente forma: ¿Me podría decir dónde están los libros de historia?”
5/30 (17%)
21/30 (70%)
2/30 (7%) 1/30
(3%)
Pregunta #20 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés
muy descortés 1/30 (3%)
15/30 (50%)
12/30 (40%)
1/30 (3%)
Pregunta #20 Bogotá muy cortés muy descortés
cortés descortés
10/30 (33%)
15/30 (50%)
5/30 (17%)
Pregunta #7 Barranquilla
muy cortés
cortés
descortés 4/30
(13%)
18/30 (60%)
8/30 (27%)
Pregunta #7 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
244
Futuro
P.10: “Necesita pedirles a sus compañeros de trabajo que lo ayuden a usted con la reunión mañana. Se lo pide de la siguiente forma: Tengo mucho trabajo. ¿Me ayudarán con la reunión mañana?”
Imperfecto de subjuntivo
P. 9: “Se le olvidó una bolsa de comida en la tienda. Llama al empleado para que le guarde su compra hasta que usted llegue. Se lo pide de la siguiente forma: Se me quedó una bolsa de la compra en el contador. ¿Me la pudiera guardar en un lugar seguro hasta que yo llegue?”
3/30 (10%)
15/30 (50%)
10/30 (33%)
2/30 (7%)
Pregunta #10 Barranquilla
cortés
muy cortés
descortés
muy descortés
2/30 (7%)
14/30 (47%)
13/30 (43%)
1/30 (3%)
Pregunta #10 Bogotá
muy cortés
cortés descortés
muy descortés
9/30 (30%)
19/30 (63%)
2/30 (7%)
Pregunta #9 Barranquilla
cortés
muy cortés descortés
7/30 (23%)
22/30 (73%)
1/30 (3%)
Pregunta #9 Bogotá
muy cortés
cortés
descortés
245
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