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8/16/2019 Sociedad y Adolescencia ERIK H. ERIKSON
1/26
SOCIEDA
ADOLESCENC
Traduccion de
ANDRES MARTINEZ CORZOS
Revision de
ARMANDO SUAREZ
ERIK H. ERIKS
Shapai
4
40
ektontatia
(
Vat
siglo
veintiuno
editores
8/16/2019 Sociedad y Adolescencia ERIK H. ERIKSON
2/26
INDICE
siglo veintiuno editores s.a. de c.v.
CERRO DEL AGUA 248. DELEGACION COYOACAN. 04310 MEXICO. DF
siglo veintiuno de esparia editores s.a.
CALLE PLAZA 5. 28043 MADRID. ESPANA
siglo veintiuno argentina editores
siglo veintiuno editores de colomb ia s.a.
CALLE 55 NUM. 16 44. BOGOTA. D E COLOMBIA
portada de anhelo hernandez
primera edici6n en espanol, 1972
decimotercera edici6n en espaiiol, 1991
siglo xxi editores, s.a. de c.v.
isbn 968-23-0076-2
derechos reservados conforme a la ley
impreso y hecho en mexico/printed and nade in mexico
Nota introductoria,
por Andres Martinez
Corzos
1] Notas autobiograficas sobre la crisis de
identidad
2]
La ontogenesis de la ritualizacion
3]
Reflexiones sobre el disentimiento de la
juventud contemporinea
4]
Memorandum sobre la juventud
[
vn ]
8/16/2019 Sociedad y Adolescencia ERIK H. ERIKSON
3/26
112
A ONTOGtNESIS DE LA RITUALIZACIoN
—[1965b]:
Psychoanalysis and ongoing history, en
Am. J. Psychiat.,
122:241-5o.
—[1966a.]:
The human life cycle, en International
encyclopedia of the social sciences,
Nueva York,
Crowell-Collier (en prensa).
—[1966b]:
Identity, psychosocial, en International
encyclopedia of the social sciences,
Nueva York,
Crowell-Collier (en prensa).
Erikson, K. T. [1966]:
Wayward puritans,
Nueva
York, Wiley.
Freud, S. [1933]: New introductory lectures on psycho-
analysis,
en
S. E.,
22:3-182 (trad. esp.:
Nuevas con-
ferencias introductorias al psicoancilisis,
Madrid,
Biblioteca Nueva).
Hartman, H. [1939]:
Ego psychology and the problem
of adaptation,
Nueva York, IUP,
1958 (trad. esp.:
La
psicologia del yo y el problema de la adapta-
cion, Pax).
Lorenz K. [1964]:
Das sogenannte Base,
Viena, Bo-
rotha Schoeler (trad. esp.:
Sobre hi agresion, el
llamado mal,
Mexico, Siglo XXI).
Mayr, E. [1964]:
The determinants of evolution, en
Proc. Nat. Acad. Sci.,
51:834-41.
White, R. W. [1963]:
Ego and reality in psychoanalitic
theory,
en
Psycho . Issues,
3
REFLEXIONES SOBRE EL
DISENTIMIENTO DE LA
JUVENTUD CONTEMPORANEA
8/16/2019 Sociedad y Adolescencia ERIK H. ERIKSON
4/26
s
116
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
rientarse a si mismos frente a los desafios juveni-
les; y es que la juventud, casi por definicion, tiene
una presencia que desafia al teorizar. Podemos
suponer tambien admitido que una autocritica
historica del psicoanalisis, al igual que otros es-
quemas del desarrollo humano, deb6 incluir una
evaluacion del papel que sus descubrimientos es-
tan entro de las tensiones ideolo-
gicas de nuestro tiempo. Si la juventud rebelde
en la segunda mitad de este agitado siglo debe
controlar y trascender los cambios revolucionarios
de la primera, la influencia de los
insights
de
Freud en la motivacion inconsciente forma ahora
parte de esa carga. Ciertamente, algunos jovenes
pueden aceptar la nueva profundidad solo exhi-
biendola, en ocasiones apasionadamente, a menu-
do burlonamente, en la superficie misma, o desa-
fiandola precipitadamente con experiencias indu-
cidas por drogas, como si la nueva generacion hu-
biese ya enfrentado todos los peligros tanto inter-
nos como externos. Pero si es que en este caso
—como tambien en el de gran parte del drama y
la literatura modernos— descubrimos un intento
de asimilar los
insights
del psicoanalisis mediante
la actuacion manifiesta de impulsos anteriormen-
te reprimidos, entonces el psicoanalisis encara nue-
vas tareas hipocraticas.
Una de tales tareas esti definida por el hecho
de que hoy en dia no podemos ya, ni siquiera en
la literatura clinica, escribir
respecto
a la juven-
tud sin escribir para la juventud. Y aunque una
critica sisternatica del comportamiento contempo-
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
1
rine° y polemic° se ye siempre acosada por serio
ptoblemas metodolOgicos, no veo como podamo
tomar en serio tanto nuestro campo de trabajo
•
como a nuestros estudiantes sin plantear que tan
to de
profecia
y que tanto de
retrogresion
somo
capaces de discernir con nuestros metodos en la
pautas actuales de disentimiento. Con esto quier
decir que la conducta juvenil, ahi donde provoca
ambivalente fascinacion, aparece siempre tanto
profetica —es decir, inspirada por el vigor de una
' nueva era— como retrogresiva, en la medida en
que parece insistir en simplezas desgastadas, y en
mostrar regresiones sorprendentes. Estoy hablan
do, piles, de la carga emocional de ciertas pautas
de disentimiento, no de su utilidad o nocividad
•
politicas. El joven lector de una exposiciOn, preo-
leuPado con tales oscilaciones, se encontrara sin
,
,embargo respondiendo siempre a indicacione
--abiertas u ocultas de si el autor parece estar en
pro o en contra de lo que intenta clarificar; y si la
- M.etodologia de la exposicion se basa en la aplica-
tiOn de la observacion clinica, toda referencia a la
fijacion o retrogresiOn en el desarrollo propende-
ta a ser entendida como una sugerencia de debili-
;da_cl, de m aldad o de pretension mOrbida, y por lo
nto a ser expresion de un prejuicio generacional
o
politico por parte del autor. Estas dificultades,
,
gin embargo, no pueden ser evitadas si nos ocupa-
os de fenomenos con tern orineos, convencidos
:como estamos de que el
insi h
psicoanalitico tie-
e
ro n el cambio cultural e hist&
:7
iudnepiifa
u
e cumplir en la critica de lo que
des
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5/26
No sin desconfianza acepta uno escribir otro ar
ticulo mas sobre la juventud. La literatura sobre
la inquietud contemporinea aumenta cada se
mana, cada dia, cada hora. Gran parte de ella
.refleja una profunda inquietud en los adultos, un
_estado traumatizado, de hecho, que busca la ca.
Aarsis en apresurados intentos de asegurar el con
trol intelectual sobre un sorprendente curso de
acontecimientos. Las conclusiones alcanzadas, por
to
tanto, tienden a volverse anticuadas durante
el periodo mismo de publicacion. En este punto
solo la doble promesa de alguna clarificacion sis-
tematica sobre los divergentes fenomenos del di-
sentimiento y de algtin beneficio para la teoria
desarrollo llega a justificar, si acaso, escribir
respecto al disentimiento. Mis reflexiones se con-
centraran en aquello que hemos aprendido res-
pecto al lugar y a la funcion de la juventud den-
tro del ciclo de la vida humana en toda su relati-
vidad hist6rica y respecto al papel decisivo de la
anfancia dentro del cambio historic°.
Al escribir para una revista profesional pode-
mos
dar por sentada la suposicion de que hay, de
que debe haber, una penetrante complicacion irra-
frtional en cualquier intento de los adultos de reo-
[ 1 1 5 ]
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118
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
rico, que la humanidad como un todo malamente
puede permitirse. Pareceria, de hecho, que unos
cuantos de los lideres revolucionarios jovenes de
hoy son conscientes de alguna regresividad emo-
cional en empresas radicales que estan ya marca-
das por la retrogresion historica.
Al intentar clarificar
cionales del
disentimiento juvenil,
debemos conceder desde el
pnncipio que incluso el psicoanalisis —como otros
movimientos alguna vez revolucionarios— se ha
dejado arrastrar a intentos modernos para neutra-
lizer poderosas fuentes internas y externas hacien-
do al hombre más superficial y mecanicamente
adaptable. Algunas de las preocupaciones más
profeticas de la juventud de hoy pueden, de hecho,
servir para renovar o, en cualquier caso, para re-
cordarnos una vision liberadora inherente a los
inicios del psicoanalisis.
II
Antes de seleccionar algunos fenOmenos implici-
tos en el disentimiento activo para el escrutinio
psicoanalitico, tambien yo debo presentar algunas
especulaciones sobrt la ecologia cambiante de la
juventud en la presente etapa de la historia. A
la generaciOtiter
m. por supuesto, el cambio
o le parece siempre una cuestkOn
de grad°, hasta que muchas de las diferencias re-
lacionadas han llegado a ser el equivalente de un
cambio aterrador en la calidad total.
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
La adolescencia siempre ha sido vista como u
etapa intermedia entre un sentido aliernativame
` te vigorizante y desconcertante de un pasado d
finido en extremo que debe ser abandonado y
un futuro atin por identificar, y con el cual ide
tificarse. Incluso en un periodo de rapid° camb
la adolescencia parece cumplir la funcion de co
fiar a la persona en
miento los logros posib
,y los ideales comp
una civilizaci n
existencia o en desarrollo. En nuestro tiempo, l
nuevas exigencias del trabajo disciplinado en equ
po y de la racionalidad programada, dentro de o
ganizaciones que viven en inevitable simbios
con sister
e
cnolo icos
,
parecen ofrecer pa
muchos, si no pars la mayoria, una satisfactoria
autocorrectiva imagen del mundo. La mayoria
los jovenes, por lo tanto, no yen razOn para cue
„timar seriamente al sistema , acaso tan solo d
bido a que nunca han visualizado otro.
En caAl_
in embargo
l
en cada g
neracion, existe un potencial para lo que_podfi
mos llamar una
adolescencia
int= ifica, es d.
E
e critics marcasz
a exas
racio
recip
el conflicto interno y la cissoniz
cion social. El psicoanalisis, por razones obvias, h
estudiado primordialmente aquellas formas má
malignas de exasperaciOn resultantes del conflic
infantil no resuelto y del aislamiento adolescent
Sin embargo, desde Dora, la paciente de Freud, l
historias clinicas de jovenes neuroticamente exa
perados han demostrado tambien una relacion e
tre la epidemiologia de una epoca determinada
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120
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
los conflictos ocultos de las generaciones —y por
lo tanto con la historia rnisma. Si, por otra parte,
otro sector de la juventud exasperada se vuelve
militantemente agitado y se da a la tarea de agitar
en gran escala, a menudo tiene exito más alla de
su fuerza nunierica o anticipacion politica debido
a que saca al exterior e inflama las exas • eraciones
latentes de esa mayoria de- Ovenes gue de otra
manera elegirian tan solo faunns han-ales. y—tamsi-
torias de expresar el- isentimiento o de mostrar
el conflicto —y respecto a las cuales, en consecuen-
..„.;_____
cia, el psicoanalisis ignora tanto. Desde este punto
de vista nuestros pacientes a menudo parecen ser
_.asidentes
a: demasiado enfermos para
el malestar de moda en su tiempo, demasiado ais-
lados para el disentimiento cornim y, sin embargo,
demasiado sensibles para la simple adaptacion.
Ctiales son, pues, los cambios cuantitativos que
parecen alterar la calidad de la adolescencia en
nuestro tiempo? Se dice que sencillamente hoy
en 'dia hay más jovenes que nunca; que por
lo general ahora maduran más temprano y que
mayor niunero de ellos estan mejor informados
respecto a las condiciones mundiales —e informa-
dos tanto por la palabra escrita como por las ima-
genes comunes de la comunicaci6n de masas— que
nunca mita. Pero aunque estas imagenes y voca-
bulario compartidos trasmiten simpli ica os i. ea-
_les de identidad, personalidad y eficacia,
tal fro-
mesa se vuelve enteramente iluso
ria
e los
diarios caplichos_de—las rnitripkiidaclatecnologi-
casjegales—y_burocraticas, en_si mismas resultado
D
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
21
de una variedad de cambios cuantitativos.
A me-
nudo, por lo tanto, solo el estar intensamente con
eso y con el otro proporciona un sentido de in-
dividualidad y de comunalidad dentro de discon-
tinuidades que de otra manera resultarian parali-
zantes. Esto, parece, esta expresado vivida y con
frecuencia devastadoramente en canciones de
-una
soledad expresada a g,ritos, subrayadas por un
golpeante ritmo-para-acabar-con-todos-los-ritmos
en un mar giratorio de colores y duces. Semejante
dominio activo y colectivo de un mundo cacof6
nico puede ser experimentado con un abandon°
emocional y fisico diferente a todo lo salad° por
las generaciones anteriores; y sin embargo —espe
cialmente en donde se mezcla con drogas— puede
tambien encubrir un aislamiento reciproco de de
sesperada profundidad.
Pero tal vez un observador aprende más a medida
que se vuelve consciente de lo que el cambio socia
esta haciendo con (y a) sus propios conceptos so
bre la juventud. Por ejemplo, hemos postulado
dentro del estadio de la juventud una moratoria
psicologica, periodo en el que el joven puede dra
matizar o, por lo menos, experimentar con pauta
de conducta que son —o no llegan a ser— infanti
les y adultas a la vez, y sin embargo con frecuencia
incorporarse en forma aparatosa a ideales tradi
cionales o a nuevas direcciones ideologicas. Una
:
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122
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
autentica moratoria, por supuesto, proporciona
tiempo extra para valores intemporales; quita la
presion del tiempo, pero debe terminar. Si en el
pasado la gente joven (y los adultos creadores) a
menudo ha experimentado el duelo por el final
de la moratoria como perdida irrevocable de iden-
tidades potenciales, los jOvenes lideres de hoy, tran-
sitorios como son, declaran que el mundo que esti
mas alla de la juventud es completarnente vacio
e indefinido. Pero una moratoria sin final tam-
bier' elimina todas las utopias, excepto aquella de
una moratoria infinita. Las utopias a gran escala
que debian iniciar un nuevo tipo de historia en
el periodo de la posguerra —la guerra para acabar
con todas las guerras, el socialismo que haria mar-
chitarse al Estado, el Reich que duraria mil arios
o el advenimiento de la no violencia militante—
han sido todas seguidas por holocaustos tan fria-
mente planeados como lo fueron las cknaras de
gas e Hiroshima, o tan sorprendentemente caren-
tes de plan como los motines masivos; y han sido
remplazados por sistemas burocrkico-industriales
de una minima diferenciaciOn ideologica. Asi,
tambien, terming la incuestionada superioridad
de los padres, ya sea que hubieran obedecido y
muerto, o sobrevivido y prosperado. Si entonces,
como debe hacer siempre, la juventud rebelde
toma prestados roles de las revoluciones pasadas,
debe ahora evitar la tentacion de conformarse con
cualquier consolidacion anterior. El solo
que formakoc
riaadoplaletmundo des plesde_
y
sigu i en te revoluciOn yars_ce-ya_m st con trarr evo-
pISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
lucionario. Mas una moratoria sin algun ipo de
t
servo utopico sOloplieesor2. ucir a una prom
;`cuidad ideolOgica Tie tantct
dopta corno effin
las views revoluciones. Existe, por supuesto
model° marxista. Algunos de los activistas de h
stan de semejarse a revolucionarios marxistas
apariencia y ert_vocabulario, pero sin poder co
fipartir lo que eran hasta aquel entonces sus es
ranzas o su disciplina intelectual y su habilid
politica.
Necesitan un proletariado que liberar, pero
casos grupos de trabajadores hoy en dia podri
ser guiados durante mucho tiempo por jOven
.intelectuales sin ningtIn plan. Asi, la juvent
debe proclamarse a si misma
unacs_ciecle pro
•ariado
ieneasignific
prim
ordialmente
Otroanodelo es el gandhiano, anticolonial y
violento. Dificilmente existe un elemento en
arsenal de la protesta moderna —desde la que
de cartillas hasta las marchas de masas— que G
. dhi no inventara como parte del metodo revo
cionario de la no violencia militante. Origin
mente una revuelta de los que incidentalmen
estaban desarmados Rego a traves de el a sig
ficar por encima de todo el metodo de los q
elegian
permanecer desarmados. Sin embargo
s
juventud de hoy (a excepciOn de grupos tan d
dicados, como los manifestantes por los derech
civiles y los resistentes al reclutamiento en
Estados Unidos) ha carecido de la continuid
que podria elevar la protesta no violenta al niv
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124
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
, de campatias nacionales. No existe tampoco mu-
cha probabilidad de que a las victimas restantes
del colonialismo les importe contar con la juven-
tud de los paises prosperos. Por lo tanto,
la ju-
ventud se ha •roclamado a si misma tambien como
la victima personificada del colonialism
pie_ de
e unameLacionantsior viene
a simbol i 7 A r
uria despreciable herencia
Gandhi de ninguna manera desconocia la fun-
don catartica de la violencia; el psiquiatra Frantz
Fanon fue su portavoz. Al hacer hincapie en la
necesidad terapeutica de la violencia revoluciona-
ria, constituye un eslabon ideologic° entre el anti-
colonialismo y la "revolucion freudiana", que ha
contrapunteado los metodos de la liberacion poli-
tica con una exploraciOn sistematica de la escla-
vitud psicologica del hombre. _
Algunos de nues-
tros *ovenes, combinando 1.
as • is sal
con la confrontacion, alternativamente violenta y
no violenta,
y con
la
proles?
tanto intelectual
como antiintelectual, intentan combinar las c r a
todas las revoluciones en una moratoria
im •rovisada a menud
CO
olo 0-
nerlas
en
peliaro
e
incluso
mofarse de todas_ellas.
De las revoluciones combinadas de los oprimi-
dos y los reprimidos, de los proletarios, los desar-
mados y los dolientes mentales, parece haber emer-
gido ahora
un rebcie
los dependientes. Que
el ser dependiente otado es
el es-
labor' ide. • • ic e
• . - .
a de la
jiztexund, el estado
estad°_politic.o
ns
esarrollados,Esto, al
.DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
2
menos, podria explicar parcialmente la sorpren
dente similitud, de la logica empleada en las pau
tas de confrontacion tanto por la juventud privi
legiada como por la ciudadania subprivilegiada
Y zacaso no ha aprendido la juventud del psico
ar
nsisa c.onsiTerar
larolon a depenc
encia
infantil del
hombre como
un hecho evolutivo a
tificialmente alar do or s a
rirtos pares rode
asi_minar
12
hrillaiatersleJQ5a-itiosy e vigor
la juventud y pares perpetuar los
moldes de auto
imagenes dultas?
La rebelion de los dependientes, sin embargo
desafia directamente a todas aquellas institucione
existentes que monopolizan los procedimientos d
admision al cuerpo principal de la sociedad. Esta
confirmaciones, graduaciones e inducciones ha
intentado siempre unir la profecia juvenil con la
imagenes del mundo existentes, ofreciendo un
variedad de ritos caracterizados por estados espe
ciales de difusion ceremonial del propio yo. Tod
esto, tambien, la juventud disidente busca ahor
proporcionarselo a si misma en autograduacione
recien improvisadas y ritualizadas, desde
happen
ings
musicales hasta el experimento comunal y l
revuelta politica.
He indicado ya unos cuantos aspectos de la he
rencia revolucionaria que las generaciones pasada
y en especial los lideres carismaticos del period(
de la posguerra han legado a la juventud. Mien
tras tanto, sin embargo, la industrializacion h
cambiado todas las premisas basicas, y la mayori
de los jOvenes permanecen comprometidos en l
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126 ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
invencion y perfeccionamiento de tecnicas que
por su inmenso sentido
practico pudieran garan-
tizar la segu ridad, racionalidad y abu ndancia, aun
cuando la exploracion espacial promete un nuevo
tipo de aventura heroica y un parentesis celestial
ilimitado. Pero incluso la juventud tecnolOgica
responde en ocasiones a la cualidad profetica de
las dos preguntas que la juvent d ex
specla.
a pa-
_
rece formular:
i no es ahora, en este
periodo posideologico de la h istoria y antes de que
la tecnocracia cOsmica tome el poder completa-
mente, intentard el hombre integrar sus valores
intemporales, sus nuevos
insights y su proximo
dominio dentro de una vision y planeaciOn hu-
mana total? el-quien si no ellos, los jovenes reu ni-
dos en la prolongada moratoria de la vida .acade-
mica, vivira y se rebelara en beneficio de esa vi-
sion?
IV
Freud en cierto m omento subray6 qu e la sociedad
debe por necesidad actuar como supresora de la
_individualidad, la genitalidad y el intelecto, y qu e
lejos de desear la superacion de la violencia hu-
mana como tal las sociedades simplemente insis-
ten en el derecho a controlar los medios y a esti-
pular los blancos de la violencia. Freud se pro-
nunciaba por la primacia del insight,
pero daba
por sentado e l Estado y la civilizaciOn; se enfren-
tO al espectro de las sociedade s totalitarias solo h a-
.
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
27
cia el final de su vida. Desde entonces, el psico
- analisis ha encontrado una mutua acomodacion
con sistemas sociales que pueden pretender ofre
cer un maximo de oportunidad al mayor niimero
de sus ciudadanos y qu e promue ven, junto con la
comodidades de la tecnologia en expansiOn, l
btisqueda del saber y de la salud, incluso de l
salud mental. La psicologia psicoanalitica del yo
a su vez, ha venido a estudiar aquellos proceso
'sociales adaptativos que deben proteger y apoya
el desarroilo del yo en la infancia y proporciona
fuerza y direcciOn a la identidad ado lescente. Per
aun ue la complementaridad de los procesos indi
viduales
.
reconocidayestudiada
han quedado las preguntas relativas a la arliiiia
rTedacipotenciaLde.....tadetUos
oder
Esta interrogante, de hecho, se ha visto intensifi
cada en alios recientes con la creciente concienci
del use (o abuso) que la organizacion en gran
escala hace de la inventiva y e l valor individuales
Au n los sistemas Inas prOsperos y progresistas pa
teem medrar a expensas de los valores
les: su alto costo puede hacerse manifies
lw en l
restricciOn de la espontaneidad en medio d un
sistema • ue ensalza ,la libertad individual; en l
estandarizacion de la informacion en medio d
una industria universal de comunicaciones y, l
peor de todo, en nue vas y aturdidas negaciones e
medio de la ilustracion universal.
La juventud moderna ha crecido junto con e
hecho de que una civilizaciOn opulenta pued
aprender a vo lverse relativam ente pacifica y am is
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128
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
tosa en grandes areas de su existencia y sin em-
bargo delegar el más grande poder destructivo que
jamas haya existido a monstruos nucleares cienti-
ficamente creados y lealmente mantenidos por
expertos y tecnicos bien adaptados. No es que la
mayoria de los jovenes más que la mayoria de los
adultos puedan mantener esta paradoja en el cen-
tro de su atencion por un periodo indefinido;
pero acaso no fue, nuevamente, el psicoanalisis
el que ense116 que el hombre es responsable de lo
que reprime o de lo que intenta permanecer in-
consciente? Sin embargo, con todo y lo mucho que
hemos aprendido respecto a las consecuencias de la
represion sexual, no poseemos aun terminos y con-
ceptos sistematicos adecuados para enfrentarnos
a la escision en la percepcion humana que hace
posible la coexistencia de la abundancia del con-
sumo y de la "matanza" minuciosamente planeada,
ni tampoco con el precio emocional reclamado por
tal escisi6n.
Y sin embargo debemos darnos cuenta de que el
espectro de la guerra nuclear cambia la ecolora
total deaq.ielloqne hemos venido a considerar
_.—
como la econorn_fainstiativa total del homl
m. En
tantoJas_guerras pueden4o..4aodian) proporcianar
Ta?P_Pes--ificalOgicanagnte-canylacentesp
qeXiOn. Inasiva,deLodio-scibleenemicsgoos,
gTAn_ p_arte..,deLconflicto-intereintergene-
racional podia co_ nsuiirsee2p
e_gi
-----
7—
erra. A medida que la comunicacion hace
aparecer humano al enemigo, y a mWida que los
desarrollos tecnolOgicos hacen absurda la guerra,
,.;,DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
el insatisfecho odio de si mismo al igual que
tension llena de odio en las familias y comunid
des bien pueden causar nuevas y sorprendent
formas de violencia.
No sorprende, entonces, que la
legitimidad
la violencia
se vileiva hey dia el ,priacipal ter
en la lucha ideologica de la juventud. Puede a
. can r sui
a n
s e ini en aquellos j
venes que deben estar preparados para verse
ellos mismos o a sus enemigos reclutados para
"servicio" que legitimiza lo que parece serm
t---
mirr;
nuacion insensate de las 0,11erialed. L
mayoria de ellos deciden llevar a cabo las tr
cjagales esperanzas del LIeber y el 1erotsmo. A
gunos objetan concienzudamente y —si deb
tambien admitir concienzudamente que no cre
en el tipo de Dios oficial— deben enfrentar
carcel bajo condiciones que niegan inclusive
sentido tradicional del martirio. Unos cuantos
vuelven furiosamente en contra del sistema; pe
si al
sceniatahnentee_n_usaios a una ijtopian
crativa en la.
Awe _el mundo existente debe lieg
a un final an de que alg_o_pu_eda vivir, debem
recordar pjeellos han crecido en un ambi
nte
eli
je_l_a_felicklail "como de costumbre" adu
no excluia 1a4tosibilidad "minuto a minuto"
un holocausto nuclear_y et final de la humanid
tal como la conocemos.
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130
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
V
Si intentara ahora arrojar alguna luz metodologica
sobre la gama de reacciones que la juventud exhi_
be frente a las con diciones antes bosquejadas, debo
empezar por clarificar algunos terminos que he
empleado a lo largo de los alms. En lugar de em-
plear
difusion de la identidad
(o difusiOn del yo)
y
corjj:L
...
sion
en forma alterna, me gustaria tomar
en cuenta el hecho de que el yo adolescente
nece-
sita de una cierta di sign. Emplearia, en conse-
cuencia, este termino para experiencias en que
son expandidos algunos limites del si mismo para
incluir una identidad más amplia, con ganancias
compensatorias en el tono emocional, en la certi-
dum bre cognoscit iva y en la conv iccion ideolOgica,
presenta ndose todo esto dentro de estados de am or,
de union sexual y de amistad, de discipulado y de
seguimiento y de inspiracion creadora. Tales es-
tados pueden, por supuesto, presentarse dentro de
afiliaciones culturalmente sancionadas o en grupos
autoafirmantes que ocupan un lugar en el borde
de la sociedad. La cuestion es siempre si el estado
cumulativo de la propia difusion equivale a una
nueva y poderosa vision o a una ilusion retrogre-
siva de estar actuando en forma significativa. La
confusion de la identidad
caracterizaria asi a agu e-
llos estados en los que existe un empobrecimiento
y una disipaciOn de las ganancias emocionales,
cognoscitivas y morales dentro de un transitorio
estado grupal, en un renovado aislamiento, o en
ambos.
.DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
31
La dificultad para clasificar tales estados y, so
bre todo de ad'udicarlos a determinadas clases d
individuos con personalidades particula
re
„ i
antecedentes similares se
ye, or su
incre
mentada ahi donde los mismos individuos jOvene
yjosLaismose.msparecen demostrar una
.xiadsestp
dos
o
sy
en determinado momento heroicamente entre
-.gados y en otro amcamente mcompromet
n
un momento devastadoramente logicos y en otr
,deliberadamente irracionales, en cierto moment
'calculadamente afirmativosyen otrodescuidada
mente destructivosjLos aspectos defensivos de ta
alternancia son inherentes a los mecanismos des
critos por Anna Freud en su clasica descripcio
de la pubertad. Pero probablemente podriamo
tomar estos mecanismos, uno por uno, y hacer ex
plicita la naturaleza complementaria de las nece
sidades internas del individuo adolescente y lo
alicientes ofrecidos no solo por formaciones gru
pales espontaneas sino tambien por movimiento
ideologicos. Los hechos cognoscitivos establecido
por Piaget hacen suficientemente_plausible la tes
ciectuela juventud
piensa
ideolOgicarnen te, es de
cir, con una_combinacion de una orientacion
egocentrics, determinada a adaptar a
mjindopara_si, con una devociOn a esquetnaL
s y altruistas, ya sea que su
probadasulesmentidascliw
mto
la logica adulta o que no lo sea. De manera
lar, en imigenes ideologicas del mundo (y estoy
por supuesto, hablando no solo de la variedad to
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13/26
132
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
talitaria) tal lOgica se vuelve superflua; la verdad
"evidente en si misma" respecto a alternativas sim-
plistamente sobredefinidas y la omnipotencia pro..
metida en un curso radical de la accian permiten
a los jovenes entregar su. lealtad y ofrecer sus pro-
pias vidas. En momentos decisivos de la historia
y en las manos de lideres inteligentes, semejante
Toiaeda, hasty
za; pero du-
rante los largos intervalos del potencial revolucio-
nario minimizado, la juventiconducida a
creencias y acciones en las que las fronteras entre
la travesura y la delincuen
l
dram
enudo
asi como es dificil discernir maiaLaarteklas
_p erso na lidade.sde los JideresideciicigicoLla Ijszzia
y el histrionismo se mezclan con el autentico
ca-
ri
Todo esto es bien conocido; pero hay mucho
que aprender respecto a la posicion dentro del
desarrollo de las expresiones juveniles a medio
camino entre el juego de los nifios y los aspectos
ritualizados de la sociedad adulta.
otros logros, reviv e experien cias y antici-_
aciones de caricter u
entro del micro-
cosmos del mundo de los
y las yromesa s
de la ficciOn propsmcionan un e uilibrio necesa-
rio contra la • ion co • • • .d de una concien-
cia in
ra,
aga impulsividad y una des-
concertante realidad social. La necesidad de tal
e uilibrio este multi licada en la adolescencia
cuando un cuerpo desarrollado, unequipogenital
maduro y una mentalidad perceptiva permiten ac-
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
33
ciones en la frontera de la simple juguetoneria y
de la realidad completamente seria, de la travesura
transitoria y de la accion irreversible, de la simu
laciOn audaz y de la entrega final. Al negociar
ambas fronteras, los jOv ene s pueden ser ca paces de
compartir conflictos transitorios que de otra ma
nera podrian obligar a cada individuo a improvisa
su propia neurosis o conducta delincuente, pero
evidentes que tambien pueden arrastrarse mutua
mente a compromisos permanentes en discrepan
cia con la imagen de si mismos, su conciencia y
con la ley. La mayoria logra superar esto, pero e
importante visualizer en que grado el mundo adul
to, con sus habitos ceremoniales en terrenos de la
más grande y duradera importancia, sigue expre
sando la necesidad de la ficcion ritual.
Pero aqui nos ocu pamos de los aspectos retrogre
h&xestall aciones juveniles. Evito usar e
termino
regresion a causa de sus implicaciones on
togeneticas y cl inicas. La regresiOn transitoria pue
de sei
__Lkal-te tanto de la creatividad como del desa
rrollo, como queda implicito en el termino de
Kris regresiOn al ,servicio del yo y en el de Blo
regresion al servicio del desarrollo . Blos, de
hecho, considera la "ca • a
• ara movere entre
la conciencia Jegesizay_vronesiva con facilidad
como la cualidad exclusiva delladolesssucia.
Y, ciertamente o sugeriria • ue al• nos de los
_procesos adolescentes, ca i icados tan apresurada
mente de regresivos, tienen la peculiar funcion
zdaptativa de reyivir
as fra&menta
rias experiencias infanTiiis
—
C6ii
-
Taa de recoin
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134
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
dent
ro de
ueva totali-
dad de la experiencia. Tal unificacion debe obvia-
mente contar con las funciones del yo. Pero se
acompana con un nuevo sentido del Yo , al igual
que por una nueva experiencia del nosotros .
El destino y la funcion de tal sentido y de tal ex-
periencia en la secuencia de los estadios de la vida
ha escapado hasty el presente de ser conceptuali-
zada en te rminos psicoanalit icos. En cu alquier for-
ma, el que una totalidad especifica de la experien-
cia pueda estar irrecuperablemente perdida una
vez pasada la adolescencia es el temor que brinda
a gran parte de la conducta adolescente una cierta
determinaci6U desesperada. Y esto, tambien, es
una fuente de identificacion con los subprivilegia-
dos de cualquier parte, que han perdido su opor-
tunidad pero que les debe ser ofrecida nueva-
men te.
Seleccionare para un analisis más detallado un
elemento del desarrollo poco discutido en psico-
analisis: el de_a_orientacion moral y etica Ha-
blare del
afirelylizaj rr
,loral con?LDam_asp.capde
la
jfaacia, de la
experimentaci
no
unaparte delaadaltsceacia y de la
consolidacion
dticaspi
nourlatarea
l
clulp. Pero, como sabemos
a partir del estudio de la psicosexualidad, las pri-
meras etapas no son rem plazadas, sino — de acu er-
do con el principio epigenetico— absorbidas den-
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
tro de un sistema jerarquico de diferenciacio
creciente. Si el nifio aprende a ser moral, con
que -primordialmente quiero decir a
internaliz
prohibiciones
de aquellos que le son signi
cativos, sus conflictos morales contimlan en
adolescencia, pero quedan bajo la primacia d
pensamiento ideologic°. Por ideologia, a su ve
me refiero a un
sistema de ideds directrices aglu
, nado más (pero no exclusivamente) por la logi
totalista y la conviccion ut6pica que por la cor
. prension cognoscitiva o la experiencia pragmatic
Esta orientacion ideologica, al igual que la mora
es a su vez absorbida, pero nunca completamen
remplazada, por esa orientacion etica que estab
ce la diferencia entre adultez y adolescencia, qu
riendo decir con etica
la aceptacion de un se
tido universal de valores
con vision y previsio
con anticipacion de responsabilidades inmediata
una de las cuales es trasmitir estos valores a
generaci6n siguiente. Tal desarrollo garantiza
esta estructura total de valores una sincronizacio
gradu
alislacles ecTi6mico-politicas,pe
tambien da _pora(1111ma_persistente inclin
ciOn qu e _pu ede ,siempre con ducir a retrog,resion
parciales_ Enlakyentud, esto puede apreciar
en una detenciOn en el nivel ideol6g
_
retorno a conflicTos infantiles respecto
clones m oliTeT,
-
Forliiirue la ju
ventud particula
mente agitada y exasperaclarestablece
una po
cinora/ Viue niega toda necesidad de un
moralidad; una posiciontamora/ Viue hace alar
de Ias normas aceptadas; una posicion
tantimor
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DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
37
so que habia usado el
insight
psicoanalitico para
,1hacer a más gente decir Si a un mayor mimero de
bebes, con mayor conciencia prictica que cual-
quier otro doctor antes que el. Semejante corn-
aria, sin embargo„
soloporie_jkiequelos
'sentimientos mas eticos de os,...jo
in a me-
nudo smcromzados con los sentimientos más juve-
niles c
elosac
Lulto m
. Por encima
de todo, sin embargo, las palabras de Ferber deben
servir aqui de lema paralanies,
ta. ion_Atica.. de
una nuevazeneracion de
dultovenes
que, con
la exhortacion a traves de la cancion o el eslogan,
mediante la accion dramatica o la resistencia ca-
llada, han introducido en aims recientes una nye-
va orientacion etica dentro de la vidanortearneri-
ca
acion reTi
iTAeYn los intereses
Te una
nueva generacion de estudiantes. He em-
pezado con los resistentes de Boston debido a que
una retrogr esion grupal tiene menor posibilidad
de presentarse cuando una resistencia civil disci-
plinada a una preocupacion nacional especifica
domina la acciOn. He escuchado un Si igualmente
claro a estudiantes de la Universidad de Ciudad
del Cabo que reiteraron su determinacion y la de
sus maestros de abrir las universidades a sus corn-
liatriotas negros. Si quisiera uno serialar algun pe-
ligro retrogresivo en toda esta area del disenti-
miento etico, seria el de la seleccion arbitraria de
expresiones de rebeldia que no llegan a sumar
un Si sostenido y el de los metodos no coordinados
con las acciones de otros.
Al pasar de una consideracion de la posicion
•
136
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
que niega militantemente toda autoridad, y final-
mente una posiciOnVutiautorliarial y sin embargo
moralista,ique condena al mundo adulto con el
fervor de los justos, todo dentro del contexto de
una insistslc:usa_que
a
juventud no debe rendirse al sistema existente.
Para empezar con la orientacion etica: el 16 de
octubre de 1967, en la iglesia de la calle Arlington
en Boston, Michael K. Ferber, estudiante de Har-
vard, fue uno de los lideres de una ceremonia en
contra del reclutamiento en la que pronunci6 un
discurso titulado Un tiempo para decir no .
Concluia asi:
Pero lo que quiero decir va más alla de que digamos
No, porque no importa que tan fuerte lo gritemos, no
importa que ceremonia llevemos a cabo para decirlo,
no llegaremos a constituir una comunidad entre nos-
otros ni nos volveremos agentes eficaces para cambiar
al pais si todo lo que compartimos es una negativa.
Albert Camus decia que el rebelde que dice No es
tambien el que dice Si, y que cuando establece un
limite más alla del cual rehusa cooperar esti afir-
mando los valores del lado opuesto. Para nosotros,
que venimos hoy aqui, que es lo que afirmamos?,
que es aquello a lo que podemos decir Si?
Si
bien Ferber estaba hablando tan eticamente para
los jovenes que estaban actuando como el, tambien
se encontraban a sus costados un capellan univer-
sitario plenamente afirmativo y un pediatra famo-
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138
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
etica a la de la restauracien de conflictos morales
anteriores, seguire el habitual metodo de esque-
matizar las etapas infantiles originalmente corn-
prendidas dentro de la teoria de la pregenitalidad.
En cierta analogia con los principios de esa teoria,
procederemos suponiendo que el proceso de la ado-
lescencia incluye una restauracion de todas las po-
sici,ones preadolescentes, de la infancia en adelante,
para poder integrar todos los beneficios de la in-
fancia dentro de un estilo de adolescencia tanto
individual como colectivo, consonante con las ne-
cesidades del periodo historic°. En el proceso, sin
embargo, cada posicion parcial puede independi-
zarse en conjuncion con una subculture adoles-
cente especializada en algunas de las promesas uto-
picas de la posiciOn en cuestian y que intente
aportarlas a un orden mundial emergente. Seme-
'ante
totalizacion
de un con'unto deoterijila
humanos eventu
almente
olverse tanto re-
uesva como destr
uctive, pars
Lia.,sacitclaclerL
eneraL
La infancia contribuye a toda la vida posterior,
junto con algunas vulnerabilidades inevitables,
una oralidad denodada y una vehemencia sensorial
continuada. Lo_que en analisis clinico hemos lla-
mado habitu
almente
breyiar, oral ha Si&
u
na insistencia zonal o libidinal;
los modo • finales de incor • orar tanto alimento
como sensaciones form. 1 1 • s, -,
• ra u • a
aceptaciinacliyadelmundo. Cualquier evalua-
cion clinica o evolutiva, en esta forma, podria ini-
ciarse con cualquiera en una serie de temas y con-
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
39
ducir inexorablemente a todos los demas. Insistire
aqui en la
mutualidad
de las respuestas del nifio
conlapersona materna,
qu
onduce a la intro-
yeccion de una ima: en materna benevola conlia-
rimaria. Esto,
a su vez, cohtribuye au0,...zroporcion favorable
delacon
Lisa..whys la
desconfianza bdstca
tie a s
fundamental de todo el crecimiento. Todo este,
se combina para formar una primera
posicion det
desarrollo
que se volvera un elemento contribu-
yente a todas las etapas posteriores, a medida que
alcanza en cada etapa un nivel de diferenciacion
superior. Esta grafica de tiempo del desarrollo es
tambien, por supuesto, un mapa de regresiones
parciales y transitorias durante estados de crisis,
enfermedad o fatiga, y de un irreversible retiro
hacia la gratificacion ilusoria en los estados patolo-
gicos.
En la adolescencia, la virtud de la fidelidad, la
capacidad de ser leal a una vision del futuro, in-
corpora ahora la confianza infantil, mien tras que
de tener fe aparece como una espe-
ranza más precisa, sincronizada a un universo ideo-
logicamente coherente. Lal to talizacien icorrespon-
_
diente la conocemos clinicamente en la forma de
una regresion masiva en individuos aislados, adic-
tos o psicoticos. La conocemos biograficamente
como el estado especial de una recapitulaciOn crea-
tiva del despertar sensorial en alguno de los me-
dios de representaciOn artistica. Y la conocemos
sociologicamente como una vida comunitaria uto-
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140
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
pica o restauradora de un espiritu marcadamente
infantil, confiado y mistico.
Regresando a las actuales pautas de disentimien-
to, debe resultar evidente que el estilo grupal ge
.
neralmente colocado ba'o el termino2hippiano"
es esa totalizacion de la
sid6ra_dallesa-
rrollo. En medio de nuestro mundo tecnocratico,
ho mbres y m ujeres j6venes se alientan unos a otros
a vivir como los proverbiales lirios del cam po, con
un amor confiado como su exigencia y demostra-
cion predominantes.
Dentro del sistema de las etapas morales, seme-
jante regreso a la log ica tanto de la infancia como
del paraiso pue de ser visto como u na restauracion
de la
eta a premoral.
Estos jovenes parecen con-
vencerse a si mismos (y en ocasiones a nosotros)
de que la caida de la gracia y la expulsion del
paraiso fueron despliegues excesivos del rigor di-
vino y de que la desconfianza basica es un bagaje
superfluo para un "ser humano". Este regreso
puede' ser una reafirmacion del indispensable te-
soro de experiencia que nuestro mundo tecnocra-
tico esti vagam ente consciente de h aber sacrifica-
do a los dioses de los objetos, la mercancia y la
adaptacion mecanica; y, hasta cierto punto, el
mu ndo esti agraflecido, o de cualquier forma, fas-
cinado con esta tribu de "otro mundo". Pero, por
desgracia, una tecnologia existente tiene sus pro-
pios metodos de absorber y neutralizar las inno-
vaciones u topicas, y los h ijos de las flores, tambien,
han su frido — precisamente a causa de su represion
de ese minimo de desconfianza necesario— la ex-
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
4
plotacion com binada de microbios, vendedores d
drogas y publicistas.
VII
No podria existir mayor contraste que aquel ent
las posiciones etica y premoral antes bosquejad
y la posici6n amoral que examinaremos a con
nuaci6n. Y sin embargo el disentimiento unific
y los hippies y las pandillas de motociclistas h
sido vistos en ocasiones conviviendo juntos com
los corderos y los leones. Tambien he sabido p
lo menos de un caso en que los resistentes al r
clutamiento se eslabonaron unos con otros alred
dor de un desertor consciente, con cadenas ent
gadas a ellos por una pandilla vestida de cue
negro. Si_
.laiosizitamoral tiene tendencies m
manifiestamente siniestras que la
el2„sulebiclo ague defiende_una sincera cree
cia en la bondad tanto de la violencia fisica com
h
La_posicion am ora4 esti clarame nte relaciona
con la segunda etapa del desarrollo infantil (
decir, alrededor del segu ndo y tercer arms de vida
Con do gm atica brevedad, el desarrollo
anal-uret
y muscular tuvo un corolario psicosocial en
sentido de autonom z a,
que a stlyez.teerc)512
ligro de una
duds
y una ver iienza e)ccestas.
nueva y ruchmentaria fuerza que surge de e
etapa es un sentido de una
fuerza de volunt
libre, matizada con la aceptaciOn de una mut
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142
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
delimitaciOn con la voluntad de los demas. La.
contraparte psicopatologica de todo esto es, de he-
cho, un mal funcionamiento de la voluntad, ya
sea en la forma de un
control excesivo
interno
manifiesto en tendencias
compulsivas y obsesivas
ya como una impulsividad
obstinada.
El desarrollo de la identidad en la adolescencia
requiere tambien de una restauracion de la se-
gunda position del desarrollo. Nuevamente a prue-
ba, la voluntad uede entonces uedar subordi-
ada a algun orden reconoci o como unayohm-
rad superior dun impulso e iaua1a_experierwia
comunitaria, mientras que la obediencia ciega pue-
de volverse una_disciplina_escogaLor uno mis-
mo, colocando siempre el acento suldetivo ensue
ser ineludible. En la rebeliOnLtotalistal sin embar-
go, la restauraciOn negativa de esta posici6n pue-
de conducir a una completes inversion de posi-
ciones. Lejos de mostrar alguna vergiienza, los
disentidores hacen gala de su ausencia, la obe-
diencia se vuelve desafio y la duda de si mismo
desprecio. Estos retos deliberados, a su vez, des-
iertm d.e los_demis, de ahi que el amo-
ralista militante se encuentre, tarde o temprano,
frente a hombres uniformados, pagados para hacer
el
trabajo sucio para la gente decente, y pro-
pensos a satisfacer fantasias amorales al compor-
tarse como la version externalizada de una con-
ciencia brutal, por más que en ocasiones —en
terminos de su trabajo y de su entrenamiento—
ellos mismos sean amorales.
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
4
Queda bien dentro de la logica del desarrol
que la retrogresion a un estado amoral recapitu
—no menos compulsivamente por parecer tan ob
via y deliberada— autas
piptej.t
tales como el habil ckw'sLtg...cle.....he.ces en lu gar
profanables y el uso del excrement° como mun
cion. En este contexto tambien entra la adjudic
cion indiscriminada de -1
4as_ults autoridade
En el caso de cerdos , esto ciertamente muest
una extraiia falta de respeto por un animal in
centemente sucio, y en el de 'las obscenidade
sexuales una notoria retrogresion de la libe
tad sexual?
Este puede ser el lugar para discutir brevemen
la suposicion simplista, escuchada frecuentement
de que tales actos retrogresivos por parte de
juventud privilegiada son simplemente rabiet
desproporcionadas debidas a la tolerancia de s
La tolerancia autentica probablemente n
puede ser aprendida en unas pocas generacione
En el interin, existe, más bien, una excesiva inh
bicien de la ira parental e inclusive de la indi
naciOn genuina. Esto deja a la ira, tanto de l
padres como de los hijos, sin ser puesta a prueb
y sin educar, y sobrevive como una expectativ
ansiosa residual relativa a cuando se atreveran l
padres a ventilar su ira suprimida y probara
I No puedo discutir aqui la diferente signification q
adoptan la irreverencia y la obscenidad deliberadas ent
los militantes de las minorias raciales, quienes por gen
raciones y en el transcurso de su vida han estado expuest
a un "cumplimiento de la ley" extralegal.
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19/26
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
iniciativa fue (y lo es nuevamente)
intrusiva
locomotriz,
con hincapie en la invasion de l
terrenos del padre; y fue (y es) durante algi
tiempo intrusiva al igual que locomotriz en
nitias, en ocasiones con u n fervor com petitivo s
prendente para los chicos. Si la represion de l
empujes agresivos y sexuales hacia las figur
parentales fue la herencia negativa de la terce
etapa —y esto acompatiado de un marcado tem
de dafiar las partes ejecutoras— se vuelve a
más plausible que los jOvenes se vean atraid
por lideres carismaticos y cauiiiirtOy•ic
Tas—
sanaoi____
aran_y_propowonaran direccion a la r
44
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
que, en verdad, pueden manejar su propia vio-
lencia. Pero los problemas de la crianza infantil
son siempre parte de un clima intergeneracional
;
y bien pudiera ser que no solo la experiencia
infantil sea la que impulse a los jovenes a poner
a prueba los limites de la equidad desapasionada
pretendida por las autoridades y por los padres.
En do nde tal desafio es enfrentado con el desplie-
gue de una fuerza asalariada que no vacila en
ventilar toda la ira frustrada, tan evitada por los
privilegiados, la debilidad etica implicita en ese
delegar la violencia despierta inmediatamente la
solidaridad de aque lla m ayoria de estudiantes q ue
en otra situacion no serian atraidos por estrata-
gemas amorales.
VIII
En la tercera etapa de la infancia —es decir, el
cuarto y parte del quinto aiios de la vida— la ima-
ginativa
antisipari4n—de---reles—futiugada
-
Con
ngottts_y_ disfracesencuentos ses.
Es to, tamlien, es ecapit.iladodespues dela pu-
,beslid,cnanda la Tuv e tud., enf=ren_t4_a__1a rea-
lidad econenaiayalaactualidacthistOrica. Lo que
se-
manifiesta nuevamente es le. reclamacion del
derecho a eercer_la,.iniciativaVde imaginaciOn y
de action, y estosind_cpregyo_sentie
cu/palque en un tiempo hizo más profunda la
tendencia a la represion e hizo al nitio tan sus-
ceptible a la presion moralista. En el nitio esta
tauracion de la imaginacio vigorosa y compe
Lusa. Para evitar to peor, la generacTiciiIiiTei
trata, no sin condescendencia, de dar a los jOven
un area para el restablecimiento de empresas
licas con el proposito de "correr sus mocedade
o de servir como "valvula de escape" antes
que la "realidad" adulta haga retroceder toda
exuberancia deportiva hacia canales de obedi
cia. La educacion superior, en especial, ha cu
vado siempre su estilo de amable jactancia y d
portiva competitividad. Pero a la larga tambien
trasmitido el poder de las ideas incorporado d
tro de los periodos y hombres rebeldes del gr
pasado, y ayudado asi a obstaculizar la prop
siOn de la juventud exasperada a someterse a
regimentation tecnica y burocratica.
Entre las tendencias retrogresivas asociadas c
el restablecimiento en la adolescencia de la cu
infantil esta la position
antiautoritaria e hip
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146
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
47
moralista
que, en ocasiones, al observarla resulta
más extrafia aun que el nombre que aqui le estoy
adjudicando. He aqui un ejemplo simple y mo-
derado de lo que quiero decir. En un periOdico
universitario, un estudiante recrimin6 a un pro-
fesor autenticamente distinguido por un punto de
vista supuestamente ilogico y carente de etica.
El problema no es aqui tan importante como la
posicion. El autor reprochaba: "Lo que verda-
deramente me molesta es la calidad y 16gica de su
justificaci6n.. ."; "encuentro completamente in-
genuo su intento de distinguir entre.. ."; "aim
más risible es la caracterizacion en su carta.. .";
"aun si le concediese yo este punto a su favor, en
beneficio de la discusi6n..."; "de lo que la mayo-
ria de los... expertos carecen es de un perceptible
sentido de responsabilidad..." Esta forma total
de volverse en contra de la "autoridad" de una
posicion legendaria de maestro de escuela es ca-
racteristica del tono empleado por muchos revo-
lucionarios autonombrados, que declaran "culpa-
ble" a un hombre o a un grupo determinado con
un empleo fanatic° de la logica de "culpabilidad
por asociaciOn". Algunos jovenes con la más clara
inteligencia y las más eticas intenciones pueden
dialogar llevandose unos a otros a tal retrogre-
sion, sin darse cuenta de la probabilidad de que
estan apresurando esa ocasion en que la usaran
el uno contra el otro para la liquidacion moral
reciproca.
Mientras tanto, el fanatismo "aventurado" por
los agitadores puede conducir a confrontaciones
peligrosas precisamente porque son escenificados
-
en el centro de la prerrogativa masculina adulta
Tal vez el restablecimiento de la tercera posicion
del desarrollo no llega a ser tan obvio como lo
;,
es en los efectos colaterales emocionales y
com
portamentales de ataellassonfroatacTizsgue se
centran en laacupacisia.lesclificios con joaskat2:2
y_ simjpolos del oder establecido. La adquisicion
de una base territorial
en el corazon del Establish
Ment es, por supuesto, una antigua tecnica revo
lucionaria que tiene tanto de estrategica como de
simbOlica. En la ocupacion de un centro en e
alma mater, sin embargo, los aspectos retrogresivo
estan subrayados debido a que los conquistadore
reclaman y cuentan con la protecciam de la extra
territorialidad
academica. Y, ciertamente, sus osci
laciones afectivas subsecuentesparecen variar es
de_ a sensacioa de certeza de
iabo
una hazafia comunitaria histOricamente valida
fiasta excesos que claramente dramatizarilos te
mas ceUe
—
ai~deastatern~ ~ como
tisurpa ores culpablesy del derecho deJosj_6
venes a reclamar
mnistia casi ante
de que la hazafia sea consumada. Y, ciertame
las facultades propenden a hacer de tales revuelta
problemas de familia; de tal manera que se vuelv
igualmente risible demandar o conceder amnisti
o insistir en castigos severos para hechos que, en
realidad, logran despertar dudas culpables en lo
adultos confrontados y los obliga a confrontars
unos a otros en un prolongado y anacrOnico
debate.
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148
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
IX
Ahora debemos, al fin, ocuparnos de esa mayoria
de j6venes que, sin semejante
e
veria
n una fo
ente y
probable
8
- • -
e
. una revuelta.
No que la mayoria no haya siempre cultivado
travesuras, correrias y desordenes periOdicos que
dentro de las diferentes culturas se dan por sen-
tados. Pero aun cuando en algunos paises ocasio-
nalmente se pierdan vidas, estos desordenes juveni-
les rarer vez adoptan la naturaleza de una rebeliOn
concertada, excepto en donde la mayoria de los
estudiantes tienen razones para sentir que el sis-
tema no les concede el lugar debido
dentro
de el.
Los estudiantes_no eltan....necesaLiznente
enalena-
dos de un mundo industrial q.....inclusa_sle un
complejo militar-industrial en tanto sus estuios
lesp7Ometan un_ayance.41:
ici
n
y un estilo de ociaanautilicetodo el cordon
clela_raesanizac
an . Es dificil adjudicar
a esta mayoria una tendencia a restablecer una
posiciOn del desarrollo anterior, debido a que sus
aspiraciones son en amplio grado solo una exten-
sion de la cuarta etapa, la edad de
la escuela
y
el juego
dentro de un prolongado perlodo de
aprendizaje. En nuestrocontinuum desde las orien-
tacionsi_pmnorales _hastalasszpr.csamente fiti-
cas, este numeroso grupo intermedio cultiva un
kragmat
ism,g_posmoraLy Tree ti co. Este_ ffoLn i-
na , sobre todo, entre los estudiantes de especia-
lidades ocupacionales que intentan enfrentarse a
l
'-DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
49
:eras complejidades concretas de la vida modema,
ya sean la produccion o distribuciOn, la transpor-
taciOn o comunicaciOn, la medicina o el derecho:
para ellos,
lo que funciona es bueno y es destino
del hombre estar en movimiento y poner las cosas
'en movimiento en union de una fuerza planifi-
. cadora divina. El trabajo en equipo justifica la
confianza humana en el control eventual de todas
las complejidades modernas, incluyendo la pobreza
y las relaciones raciales, la guerra y la conquista
del espacio.
Segan esta orientacion general, la moralidad, la
ideologia y la etica pueden ser todas integradas
en la adquisicion de tecnicas, quedando relegados
los problemas del pecado o la salvacion a la reli-
giosidad dominical que nunca esti en conflicto
con el habit° y la razon y que recompensa a aque-
llos que se ayudan a si mismos. El resultado es
una nueva consolidacion tecnico-cultural andloga
a aquellas que han dominado todos los periodos
anteriores de la historia.
Si existe retrogresien en esta orientacion, esti.
en el ajuste demasiadoplesay demasiad.o comple-
to a los modos dominantes de och.. :1e
exito; y si bien es cierto que aquellos que sienten
pertenecer a el propenden a escapar a las formas
más graves de la confusion de identidad, tambien
lo es que deben vivir mediante un disimulo de
las emociones, cuyo destino cumulativo y colectivo
dentro de la vida interna o interpersonal es difi-
cil de evaluar. Las pautas de disentimiento evi-
denciadas por aquellas sincronizadas con el sis-
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150
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
tema" difieren en paises de grados diferentes de
desarrollo economico; y aun donde los pragma-
ticos se permiten ocasionalmente verse exasperados
o condu cidos por actividades radicales, estos 1116-
mos no pueden siempre anticipar si sus partida-
rios temporales desean un sistema diferente, o
una identidad más lucrativa dentro del existente;
y es que los pragmaticos estan más cercanos a las
luchas de poder dentro de la estructura politica
de lo que lo estan a los problemas ideolOgicos
como tales.
Se sienten tambien los pragmaticos morales
"enajenados" en un mundo tecnocratico? Es difi-
cil responder. Pero un contacto creciente con la
intelectualidad humanista es susceptible de pro-
piciar el disentimiento radical. De otra forma una
retrogresion dentro de 1114,91cadela.
earagco-
lar adquiere la forma de "romper con el
bereffa76deWur
al eva-
sion de una sumision anterior a las estrechas
tecnicas de capacidades limitadas puede (en don-
de las leyes de reclutamiento lo permiten) ser de
gran valor, especialmente cuando se une a practi-
cas y experiencias enriquecedoras. Pero tarde o
temprano los qu e se separaron del sistem a tienden
a levantar una pretension comunitaria de supe-
rioridad sobre aquellos que trabajan y sirven, su-
perioridad que a rnenudo solo encubre ese ex-
quisito
sentido de inferioridad que es la sombra
pertinaz de la edad escolar.
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
5
x
Podriamos condensar cuanto ha sido dicho sobr
los diversos tipos de disentimiento reclamando q u
las retrogresiones grupales se originan en la in
capacidad o en la negativa de concluir la etap
de identidad bajo las condiciones ofrecidas po
el mundo adulto. Pero la barrera generaciona
siempre se encuentra entre Jos futuros adultos
los adolescentes recientes. Hoy esta reforzada de
lado adulto por un deletereo sentido de deficien
cies dentro de una o rientacion etica y religiosa con
cordante con un desarrollo de la identidad pro
metido todavia hace una generaciOn. De hecho
muchos de los adultos más efectivos en las tran
sacciones modernas han tenido muy poco tiemp
para completar, o ciertamente para renovar, e
desarrollo de su identidad Lpara no hablar de s
sentido de intimidad o generatividad— bajo l
presiOn del cambio tecnologico e historic°. (Ser
esta la razOn por la que algunos jOv enes barbado
y algunas jovenes austeras se las arreglan par
lucir y actuar como veteranos de la vida, compa
rados con el aspecto exitoso e infantil de su
padres y feliz e infantil de sus madres?)
Algunos militantes, por supuesto, se niegan
admitir toda necesidad de una identidad; para
ellos el concepto mismo es solo otro intento d
forzar a la juventud hacia roles prescritos por e
Establishment. Ya sea esto parcialmente cierto o
no, es importante darse cuenta de que existe una
connotaciOn ideologica ocu lta en todas las teoria
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152
ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
que se ocupan de la naturaleza del hombre; aun
las observaciones más cu idadosamente ve rificadas
mostraran haber estado sujetas a las polarizacio-
nes ideolOgicas de su periodo historic°. Este cier-
tamente ha sido el caso con la teoria de la psico-
sexualidad. Hoy en dia, cuando (parafraseando
a McLuhan) la mascara tan frecuentemente es el
mensaje, nos enfrentamos a jovenes que ocultan
su verdadera identidad —en todo el sentido de la
palabra— detris de unas gafas oscuras y de una
cabellera omnipresente, haciendo ostentacion al
mismo tiempo de una identidad negativa con fre-
cuencia más alla de su s recursos emo cionales. Esto,
tambien, uede ser
o de na valentia en el
tambieLL pugdeiLcklasamg...cca0;a
_
eo
aciOn de las tres_Resgsidades evolutivas que
senalaTaTieimin
-
acion deTa;c
a
i'creni
a al una eficacia; una sexualTra
li da . a_un estilo de intimid
. d e _ _ u Q b z . c r
-
S er:Lpoco tiempo, responsable de la
si uiente gfneras
on. ------
Debem os reconocer de paso los avances de m u-
chos jovenes de hacer de la libertad genital un
aspecto central de una mayor honestidad comu-
nitaria. Una vigorosa cultura genital, sin embar-
go,. depende entre otras cosas de metodos anti-
conceptivos; y mientras que su invencion fue
anticipada fervientemente por Freud, puede ser
necesario h oy en d ia estar atento frente a la creen-
cia demasiado precoz de qu e la instintividad geni-
tal y procreativa pueden ser divididas en forma
tan clara, sin nuevas manifestaciones de esfuerzo
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
emocional. Por otra parte, la libertad de escog
la paternidad junto con u na mayo r concienciaci
de lo que el genero humano puede y debe s
capaz de prometer a cada recien nacido,
en cu
quier par te,
bien podria constituir el
sine qua n
de una etica futura provista con un conocimien
más claro de las necesidades basicas de un s
humano.
El futuro, propondria yo en conclusion, impo
dra a los adultos jovenes no solo nuevos estil
de paternidad sino tambien la responsabilidad
ser, en verdad, los guardianes de sus hermanos
hermanas menores. Tras de todos los notab
servicios que algunos de nuestros jovenes h
prestado a los subprivilegiados y subdesarrollad
en la periferia de sus vidas, bien pudieran ten
que aprender aim que el ser joven bajo las co
diciones del cambio ripido significa asumir
responsabilidad de las personas meno res cercan
y esto en formas imposibles de cumplir por l
mayores y menos que nadie por los padres. Es
tambien, esti anticipado profeticamente en l
fraternidades y hermandades transitorias de ho
aun cuando esa mutua preocupaci6n sea en oc
siones solo un fen6meno e sporadico y romantic°.
En este artfoculo primordialmente "diagn6s
co me gu staria h acer esta sug erencia terapeutic
que (afortunadamente, como sucede tan a men
do) se apoya en lo obvio futuro;
de mayor ecad_pudieran
encjrar dentro
de
.el
valor —y en sus mayolfsel_aliento
y la orie
tacion— para institucionalizar su respon sabilida
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ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
para con los jovenes de menor edad, • edriamos
Fr aparecer imageries muy diferente
a-
JesmatotelLj.u.v.em
Itez jo-
ven. Nu evos modelos de conducta fraternal pueden
llegar a remplazar aquellas imagenes de camara-
deria y valor que en el pasado quedaron vincula-
das al servicio militar y que probablemente con-
tribuyeron a la glorificacion de u n t ipo de com bate
destinado a volverse obsoleto en nuestro tiempo; y
pueden llegar a continuar el extraordinario tra-
bajo, a la vez inspirado y concreto, efectuado en
las illtimas decadas por grupos juveniles, pioneros
en una diversidad de fronteras. Esto, a su vez,
pennitiria a losaduitaportar el conocimiento
generaeione s-4-fclasi.ca':. Pero a
cia debemos tambien hacer hincapie en las obli-
gaciones hipocraticas implicitas en ella: los
in-
sights
diagnOsticos y terapeuticos no pueden, más
ally de un cierto grado de partidarismo declara-
do, quedar subordinados a contratransferencias
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
5
ideologicas. En un mundo posfreudiano, el
insigh
psicolOgico debe cobrar una significacion y pode
etico propios.
Porque los adultos, tambien, retroceden baj
las condiciones descritas. 0 mas bien, las man
festaciones discutidas son ya el resultado de un
retrogresion adulta, aguda y sin embargo oculta
Nosotros que conocemos tanto resp&to del nili
dentro del adult() sabemos mucho menos respect
al destino del adolescente en su interior; y si
embargo esti eminentemente claro que los adulto
de estatura etica conservan sus compromisos ideo
16gicos irracionales al igual que su moralism
punitivo, y pueden volver a caer en ambos. Qu
los vestigios adolescentes perduran puede aprecia
se, en tiempos más tranquilos, en las retrogresione
ritualizadas en grupos como los de ex alumnos
veteranos; y a menudo son evidentes en las pecu
liaridades de personas cuya ocupacion las oblig
a (o les permite) pasar su vida con la juventud
para no hablar de aquellos adolescentes de tiemp
com pleto entre el profesorado. Confrontado de ma
neiaa
guda_p_or los desafios de la
xa
erackyagitaai;-el-
ufrir_un
especie de paralisis emocional causada por lo
vesti 'os a
os de sus • ro io
fragmentos de identidad norealizades
;
- y una
cie
ta identif icacion irresistible —puniTiva__Q autopu
nitiva— con el tipo de_jusentud mass reciente. Y
sea el resultado la rendicion generacional o l
renovacion del aislacionismo generacional, tard
o temprano conducira a un despliegue de esa qu
autentisoy la ex '
nuina sin ado tar
unaposici
a Id
sucakaci:
dadreal y de su autoridad interna verdadera.
—
En la definici6n y defens
a de un nuevo vin
semejante entre las generaciones tambien veo un
nuevo rol Rara hombres y mujeres jovenes (bue-
no, relativamente) con entrenamiento psicoana-
litico. Más ally de su funcion como saneado-
res, bien podrian servir como interpretes de los
conflictos que se despiertan en aquellos que —en
cu alquier lado de la barrera— n o pueden despren -
derse de las ima enes e impulsos de la luck de
. •
r.
- -
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ISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
bradiza dignidad que supuestamente protege la
dignidad y el
status
ocupacional. A esto, nueva-
mente, reaccionan negativamente la mayoria de
los jovenes; para ellos u na carrera qu e no e s digna
de sacrificarse por los ideales declarados no es dig-
na de poseerse.
Corn art
utoridad con los jó-
venes, sin e
•
ie • a •.
lgolgo
de lo plelosadultos-ha
desconfiar
en ellos mismos: un potencial autenticame
etico. El estudio de la
raiz psicologica de e ste po-
encial puede ser u na de las tareas más inmediatas
del psicoanalisis. Com o ya h em os dejado atras el
siglo del nifio y estamos experimentando, en toda
su fuerza, el del adolescente, bien podriamos estar
entrando en un periodo en que debamos atrever-
nos a preguntar: 2que
es,
verdaderamente, un
adulto?
Una nueva generacion, para nosotros, siempre em-
pieza nuevamente con Edipo. Damos por sentado
que el rey Layo sabia lo que estaba haciendo,
porque, acaso no contaba el con la autoridad del
oraculo, cuando abandon6 a la mu erte a su pequ e-
fio hijo, sin correr riesgos con la posibilidad de
que una buena educacion pudiera resultar más
fuerte que el Establishment oracular? Por lo que
sabemos boy en dia, sin embargo, podriamos in-
clinarnos a preguntar: que podria esperarse de
un pequefio cuyo padre se sentia tan vinculado
DISENTIMIENTO DE LA JUVENTUD
al tradicionalismo fobico? Sin embargo, la teo
h a confirmado el oraculo: cada nu evo nifio par
ser portador potencial de la maldicion edipica
el parricidio sigue siendo una explicacion muc
más plausible de los males del mundo que
filicidio.
Y sin embargo debe estar claro que todos
ritos de pubertad y las confirmaciones, al ig
que todos los reclutamientos y (si, todas)
graduaciones, ademas de establecer una recip
cidad de obligaciones y privilegios, tambien am
nazan con un elemento de mutilacion y de exi
si no en la forma cruda de alianzas quirtirgicas
en la insistencia de que la identidad final de u
persona debe estar cortada a la medida:
medida de un fi o convencional de adultosi
Babe su luau:le. .
25ra a. Asi continuamos ln
tucionalizando las idenTifiaaiiffes— generacion
que sirven de soluciones intrinsecas para la c
flictiva infantil y sin embargo tambien garantiz
su recurrencia de generacion en generaciOn.
El descubrimiento del complejo de Edipo h
accesible a la critica consciente a un destino ge
racional basado tanto en la filogenesis como
la ontogenesis. Semejante destino no se vue
completamente relativo a tray& del cambio h
t6rico. Pero bien puede ser que diferentes
riodos de la historia y diferentes epidemiolog
abran al insight
psicoanalitico nue vos aspectos
la participacion tragica del hombre y de sus es
sas victorias. En estesentsl o mas_amplio,-pjle
ser que algunas de las actuales confrontacion
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sobre las que insiste la juventud
la
confrontaciOn interns que es la esencia de nuestro
metodo estén • Iniendo de manifiesto as conse-
cuerAcias intercte asclel
n
oralismo patriar-
calla necesid
_
te de una nueva etica a
nivel mundial apoyadas por las elecciones razo-
nadas de los hombres y mujeres jovenes.
MEMORANDUM SOBRE LA JUVENTU
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